Placer y Venganza ~Superbat (...

By anime4life_levi

3.5K 340 153

Alfa x Alfa Bruce Wayne : -Era un agente secreto. Llegó a ser uno de los mejores, logrando siempre terminar s... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4

Capítulo 2

623 55 33
By anime4life_levi

Bruce Povs

Desde que entré a éste club no he hecho nada más que plantearme la siguiente pregunta: ¿es esto un error? ¿Qué estoy haciendo aquí realmente?

Nunca salgo de mi rutina, suelo tener dolor de cabeza si lo hago, desde pequeño me detectaron el síndrome de trastorno obsesivo compulsivo (TOC). No soporto las cosas fuera de lugar, el sucio, el desorden, la ropa mal planchada, una cuchara colocada en el lugar incorrecto, migajas etc, podría seguir todo el día. Este club es todo lo que está mal, es todo lo que no soporto, así que pedí un par de tragos de Bourbon hasta que casi me acabé la botella, sin embargo, aún estaban esos pensamientos en mi mente. Maldiciendo, me resigné a pedir un martini para irme a uno de los asientos más limpios y alejados; en la esquina.

Mi paladar disgustaba de la bebida mientras mis pensamientos ya estaban algo borrosos, el alcohol estaba haciendo efecto y mi síndrome me comenzaba a dejar en paz, así que solo me dediqué a observar a toda la gente del lugar.

Esto no es fácil para mi, no solo por el TOC, sino que estoy en uno de los lugares donde la palabra normal no existe. Todos estos alfas se ven tan libres, felices mostrando quienes son en realidad, ignorando las reglas de la sociedad y abrazando la idea de amar a quienes les plazca. La envidia comienza a florecer en mi interior y no puedo hacer más que ahogarla en alcohol.

A lo lejos mis ojos sienten una mirada tan penetrarte que parece que cada vez logra hundirme en el sillón mucho más. Es un alfa, viste con un traje azul marino al estilo americano, su cabello algo corto es castallo oscuro, ondulado y brillante, su rostro es varonil y sus fuertes músculos se echan de ver a la perfección. Ese hombre está caminando con determinación hacia mi dirección. Sus ojos claros me dejan hipnotizado. No puedo dejar de verlo. Camina entre la gente como si lo único que existiera fuera yo nada más. Al estar finalmente frente a mi, me deja sin aliento. Mis fosas nasales se inundaron con su delicioso aroma a cedro y café negro recién hecho, es tan embriagante que me encontré a mi mismo deseando que me marcara con sus feromonas.

Ese alfa tan alto que parece estar en sus venites me ha dejado plasmado, congelado en mi lugar, ¿quién es este hombre?

Su voz era como la seda en mi piel sensible, su risa contagiosa era como la  suave briza de las olas del océano que golpea mi rostro. De repente estaba invadiendo mi espacio personal, como todo un colonizador, sin miedo a las nuevas tierras vírgenes que acaba de descubrir. Estaba marcando territorio, como si yo fuera un omega, de repente me encontraba rezando para saber si sus acciones eran conscientes o no, para saber cuáles eran sus intenciones.

Era como estar en una burbuja. Fluíamos como dos ríos encontrándose para seguir el mismo camino.

Me estaba haciendo reír, por primera vez desde que era niño dejé que mis emociones salieran a flote, con este hombre sentía que estaba bien dejar salir de vez en cuando. Me sentía seguro, a salvo, no sentía la necesidad de estar alerta, de pensar si me quería hacer daño o descifrar si era uno de mis enemigos encubiertos.

Ni siquiera mi síndrome estaba aquí, este alfa tan carismático y gracioso me estaba tocando y ni siquiera me importó si sus manos estaban limpias o no. Tal vez era el alcohol o algún tipo de droga que este hombre me hacía sentir, pero cuando hablaba solo sentía la necesidad de obtener lo que sea que me quiera ofrecer, de recibir lo que sea que me quiera, solo quería más.

Este hombre estaba recorriendo mi pierna de una manera tan sutíl, tan posesiva que mi alfa interior comenzó a gruñirle para que me dejase, pero el deseo era tan grande que le hice oídos sordos y solo presté atención cuando esa mano tan grande y caliente se detuvo. Sentí ganas de llorar, como si fuera un niño pequeño que le acaban de arrebatar su juguete favorito. Lo miré a los ojos. "¿A caso quiere que cuide de usted, jmm?", repitió con una voz más lenta, más grave, su voz alfa.

Mi lobo estaba rasguñando las paredes, cómo se atrevía este alfa joven a faltarme el respeto de este modo, cómo era posible que le estuviera agachando mi cabeza con sumisión. Mi alfa estaba furioso.

Jadié, removiendome en mi lugar, apretando mis piernas inconscientemente. Tenía muchas ganas de morderle el cuello a este tipo para que supiera quien manda en realidad, pero eso no era lo que yo deseaba, ese era mi alfa gritándome que dejara de actuar como un omega. Dominé mis instintos de lobo alfa de tal manera que me dolió pronunciar las siguientes súplicas:"Por favor..", susurré casi sin aliento. Un alivio recorrió mi cuerpo de tal modo que sentí como una lágrima caía para recorrer mi mejilla sonrojada.

El alfa dueño de mis emociones se notaba orgulloso, triunfante al ver como otro alfa se volvía sumiso ante el. "Abra más sus piernas para mi", ordenó, utilizando nuevamente su voz alfa.

Fue tan exitante que eché mi cabeza hacia atrás, descansando en su brazo detrás de mi. Suspirando su aroma. No pensé ni dos veces para obedecerle y abrí mis piernas con algo de dificultad, mi alfa interior aún me estaba riñendo de tal modo que mis manos estaban echas puño para no dañar al hombre que me estaba haciendo sentir bien. La copa de martini descansaba en el brazo del sillón y de pronto me di cuenta que no había notado cuando la puse ahí, tal vez fue el alfa a mi lado que la retiró de mi mano con tanta suavidad que ni me di cuenta.

Cerré mis ojos cuando volví a sentir sus labios rozando el lóbulo de mi oreja. Su aliento hacía que mi pene se llenara mucho más de sangre. Trataba de concentrarme para no correrme ahí mismo, trataba de concentrarme para no soltar ningún sonido del cual me avergonzara luego, pero fue imposible. "Buen chico", me alagó para proceder a dejar un beso húmedo por debajo de mi oreja. Ya no podía callar.

"Ahh", el primer gemido había salido de mi garganta y luego el siguiente. "¡Ahh!". Sonaba tan ronco de placer que ni siquiera podía morder mis labios para callarme, no podía controlar lo que hacía cuando sentí su mano descansar en mi entrepierna, tanteando mi extensión.

"Shh, shh", escuché su voz desvanecerse en mi cuello, en esa zona tan íntima para los alfas, esa zona que solo exponemos para demostrar que le entregamos el control al otro. Estaba luchando para no apartarme, su lengua caliente estaba haciendo lamidas lentas en mi cuello y eso hacía que mi instinto alfa se enfadase mucho más, ni siquiera me había dado cuenta que estaba gruñendo, advirtiendo al otro que se alejara si no quería problemas. Sin embargo el alfa más joven solo se dedicó a seguir dándome placer sin importarle mis advertencias, como si no me temiera en lo absoluto.

En mi trabajo estoy acostumbrado a que me teman, a ser la pesadilla y maldición de muchos, nunca me faltan el respeto y quien lo ha hecho no ha vivido para contarlo. Esta nueva experiencia, de no ser temino sino dominado, hace que mi pene de una sacudida.

Su mano apretó mi miembro haciendo que mis gruñidos constantes se convirtieran en quejidos. Mi cadera se comenzó a mover, frotándose en la mano del desconocido, como un perro en celo. "No, no, no. No le he dado permiso de que se mueva", habló el más joven, deteniendo sus caricias.

Con dificultad logré controlar mis caderas, mis ojos ya se encontraban abiertos para rogarle al alfa que me perdonara, pero entendí por su mirada desaprobadora que él quería palabras. "P-Perdóname alfa, por favor", mis palabras patéticas fueron acompañadas con una acción de sumisión, descubrí mi cuello mucho más, mis dedos temblorosos desabotonaron mi camisa y aflojaron mi corbata de tal modo que la unión entre mi cuello y hombro se pudieran observar perfectamente.

El alfa más joven relamió sus labios, sus ojos estaban perdidos, como si le sorprendiera sentir lujuria ante mi acción tan desesperada y poco común. Las feromonas del alfa comenzaron a incrementar, haciendo que mi mente se pusiera en blanco. Sabía que me estaba humillando tanto que este hombre parecía quererme comer en este lugar lleno de gente.

De pronto, el desconocido me tomó por los brazos, ejerciendo fuerza para que mi cuerpo quedara sobre el suyo. Mi espalda estaba pegada a su gran pecho y mis glúteos se encontraban encima de su entrepierna. Podía sentir su pene entre la hendidura de mis nalgas, podía sentir lo exitado que estaba al dominar a otro alfa. Inconscientemente o no, él comenzó a frotar su pecho contra mi, marcándome con su aroma.

"Quédate quieto", su voz sonó exitada, tan grave que me hizo temblar.

A penas pude asentir, esas manos estaban de nuevo en mi, una de ellas sobaba con fuerza mi pene por sobre la tela de mi pantalón y la otra se encontraba halando hacia atrás mi cabello algo largo, para volver a exponer mi cuello. "Al-Alfa... mhg", rogué cuando mi cabeza se acostó en su hombro y aprovechó para volver a atacar mi cuello. Chupó, lamió y mordió suavemente. "Por favor...".

Volvieron a salir lágrimas de mis ojos de tanto luchar para quedarme quieto, mis puños se encontraban en mis costados y mis piernas seguían abiertas para darle espacio al menor. "Y-Ya no... ahh... aguanto, alfa".

El alfa me masturbaba con más velocidad, con más dureza. Dolía tanto que de algún modo perverso me estaba comenzando a gustar, me estaba comenzando a enloquecer. Apretaba y halaba mi pene como si fuera un pedazo de carne cualquiera. El ziper de mi pantalón hacía que la fricción fuera aún más dolorosa, provocando que mi pelvis se quisiera alejar inconscientemente, pero el alfa estaba determinado a hacerme correr.

El líquido preseminal ya me tenía húmedo, sintiendo la viscosidad en mi piel, era tan asqueroso que me hizo volverme a plantear del por qué a mi síndrome no le estaba importardo. "Ya, ya, por favor", volví a rogar. No me estaba dando cuenta que aún no me permitía llegar al orgasmo si el menor no me daba permiso. Estaba tan entregado."D-Deja que me corra.... a-alfa...".

Fueron unos minutos eternos hasta que escuché lo que se sintió como agua de alivio para un sediento. "Córrete para mi".

"¡Ahh!", sentí como si el orgasmo había sido arrancado de mi ser. Gemí sin soltar sonido alguno cuando el menor no dejó de masturbame mientras aún estaba en la euforia de mi orgasmo. Mi cuerpo estaba teniendo espasmos y mis piernas no pudieron evitar cerrarse, atrapando con ellas la mano que aún castigaba mi pene, sin embargo, no se detuvo. "Demasiado... para, para... ¡mhg! ", estaba sintiendo tanto dolor por la sobre-estimulación de la mano del alfa que volví a tener otro orgasmo, solo que este fue uno seco. Mi cuerpo se sacudió un poco, y mi abdomen no dejaba de contraerse.

De pronto estaba tan agotado que apenas tenía la fuerza para seguir respirando. La mano entre mis piernas por fin se detuvo y se dedicó a descansar en mi muslo, acariciando la zona con su dedo pulgar, formando pequeños círculos. Era como una recompensa indirecta por haberle obedecido.

"Shh, shh", el alfa arrulló, repartiendo pequeños besos en la unión entre mi hombro y cuello. "Buen chico, eres perfecto". No dejaba de alagarme, me hacía sentir cálido, como si toda la carga que llevaba en mis hombros se hubiera esfumado. "Lo haz hecho bien".

Mis párpados estaban tan pesados al igual que mi cuerpo, el aroma de este hombre me hacía sentir tanta paz. Era tan extraño volver a sentir la sensación de sueño, hasta mi alfa interior parecía haberse quedado dormido. Todo era tan silencioso. Esta sensación era lejana a mi. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que dormí sin tener que inyectarme propofol. Siento que estoy flotando en los brazos fuertes y cálidos de este extraño, tan deliciosa es la sensación que me permití cerrar mis ojos y dormir.

............................................................................

Clark Povs

¿Conocen esa sensación de no saber por qué hicieron lo que hicieron? La estoy teniendo en este momento. Mi plan nunca fue tener casi sexo con mi enemigo, con quien no he hecho nada más que odiar. No sé por qué lo que pasó ocurrió, pero ahora tengo a un asesino profesional en mis brazos, descansando como si confiara en mi como para bajar la guardia a mi lado.

Me quedo así, observándolo. Sus pestañas son largas, sus mejillas sonrojadas tienen rastros de lágrimas secas qué fueron derramadas y sus labios están entre abiertos. No parece un ser malvado de este modo, no parece una mente maestra para matar, simplemente parece un hombre que a sido golpeado por la vida. Mi corazón da un latido fuerte.

Todos en el club son ajenos a lo que pasó, todos parecen tan drogados y borrachos que no fueron testigos de la lujuriar entre dos alfas dominantes.

Suspiro sosteniendo una de las manos del alfa durmiente. Está lastimada, con hematomas en los nudillos y alguno que otro rasguño. Con todo eso en mente, el rostro de mi hermana apareció como una estrella fugaz. Maldije, me había dejado llevar de tal modo que se me olvidó por completo todo el plan, de seguro tenía mensajes en mi teléfono, Chloe a de estar queriendo saber qué pasó. En este club no hay cámaras de seguridad, por lo tanto y gracias a todos los dioses, Chloe no pudo vernos. Siento como mis mejillas se llenan de sangre ante la idea de tener que enfrentar a Chloe si hubiera visto como me comporté con Wayne.

No entiendo por qué fui tan rudo, tan brusco y descuidado, lo único que quería en ese momento era ver otro tipo de expresión facial en Wayne que no fuera de enojo o aburrimiento. Admito que me gustó ver su expresión de dolor; como su mandíbula se marcaba sin poder contenerse, me gustó ver sus mejillas sonrojadas; sus lágrimas fueron mi parte favorita, pero lo que se robó el show fue cuando llegó al orgasmo. Su boca se había abierto en un grito silencioso, sus cejas se fruncieron con placer y sus ojos parpadearon con extasis.

Esto es tan nuevo para mi como lo es para él, en todos mis años que me he dedicado a observar su vida, nunca lo vi con nadie como para decir que es un tipo que tenga sexo con cualquiera. Este hombre nunca había puesto el pie en un club hasta ahora. Mi hermana siempre ha dicho que Wayne odia tener contacto físico con cualquiera, mucho menos para tener intimidad, entonces.... ¿Por qué se entregó a mi tan fácilmente?

Con un suspiro, decido ponerme de pie con Wayne aún en mis brazos. Lo sostengo al estilo princesa, busco a James con mi mirada y me alivia no verlo por ningún lado.

Salgo del club, camino un par de calles hasta la cafetería para llegar a mi auto sin importarme las miradas curiosas de las personas. No todos los días se miraba a un alfa cargando a otro alfa en sus brazos, mucho menos que este durmiera tan plácidamente.

Abro la puerta trasera de mi camioneta con algo de dificultad y acuesto a Wayne con delicadeza, de verdad que aún no quiero que despierte, no sé qué le diría realmente y eso me pone ansioso.

Manejo con calma hacia el apartamento que renté hoy con la ayuda de Chloe, necesitaba mucha información falsa por decirlo así. El lugar es lujoso y alejado de la ciudad, a penas hay residentes y eso me encantó, entre menos gente metiche mejor.

Al llegar y volver a cargar a Wayne para llevarlo al tercer piso, el elevador se encontraba vacío para mi suerte. Abrí la puerta con algo de dificultad y la cerré con cuidado para que el sonido no despertara al alfa.

Decidí acostarlo en mi cama, y reí ante el pensamiento de que literalmente tengo a mi enemigo en mi cama. Le quité el saco y los zapatos, le puse una cobija caliente encima y me fui a la sala a ver televisión o al menos a tratar pero no sin antes ponerme cómodo. Ahora vestía con una camiseta blanca y un pantalón deportivo.

¿Qué estoy haciendo? ¿Ahora me preocupo por si mi enemigo está cómodo en mi cama?

Águila : ¿a caso no piensas contestar?

Mi teléfono vibró. "Genial, más mensajes de Chloe", dije con sarcasmo.

Azul: Lo perdí de vista, es muy bueno como para no perderlo de vista y lo sabes.

No me pregunten por qué le mentí porque no tengo la respuesta. Simplemente quiero este momento para mi.

Águila : ¿Ese era un motivo para no responderme?

Azul: Simplemente estoy frustrado.

Me imagino que Chloe también se frustró porque dejó de escribir de repente. Me hundí en el sofá y decidí meditar sin prestar atención al programa de cocina. Esto se ha salido de control, sin embargo, el plan B aún puede decirse que no a salido tan mal, de todos modos se trataba de acercarme a él de algún modo.

Son casi la una de la tarde y por primera vez no estoy haciendo nada más que esperar que Wayne no se despierte. Tal vez de vería cocinarle algo o mejor espero para preguntarle qué le gustaría comer. Nunca me había preocupado por hacerme amigo de alguien con tanta fuerza.

"Mierda", maldije poniéndome de pie, me decidí en cocinarle algo, después de todo no tengo nada que hacer. Ya sabía todos los gustos de Wayne y usaría eso a mi favor, tal vez de ese modo le agrade más.

Al final, terminé haciéndole pechuga de pollo con arroz y ensalada de luchuga y tomate. Ahora me encontraba picando el tomate mientras tarareaba una canción del programa de cocina.

............................................................................

Bruce Povs

Abrí los ojos así como la última vez que los cerré, en paz, ¿cuál era la razón? Pues el aroma a cedro y café que desprendía la habitación, en especial la cama en la que me encontraba. Rápidamente supuse lo que había pasado y una sonrisa involuntaria se formó en mi rostro al pensar que ese alfa me había cargado en sus brazos hasta acá. Tenía que hacer algo, tan siquiera darle las gracias, pero la viscosidad entre mis piernas hizo que la vergüenza se apoderara de mi, no estaba acostumbrado a este tipo de emoción y no sabía cómo manejarlo o controlarlo. Este es un terreno desconocido.

Pasaron unos diez minutos en los que los dediqué a gastar mis neuronas en pensar en cómo enfrentar al Alfa hasta que finalmente la triste realidad de mi vida me golpeó. Para mi desgracia, me decidí en mentalizarme en que esto era un error. No me puedo permitir tener este tipo de emociones, no cuando sé a lo que me dedico, no cuando sé que puede correr peligro. Sé que Chloe es mi novia, sin embargo eso es otro error que tengo que corregir, admito que solo quería dejar de pensar en que no me siento atraído por omegas o betas, sino por alfas.

Con un nudo en mi garganta busco mi ropa y me vuelvo a vestir con desgano. Dispuesto a irme y olvidar el mejor día de mi vida, salgo de la habitación, pero un tarareo tierno me detiene o más bien, unos ojos azul cielo.

"Oh, el bello durmiente ya se levantó".

Mal-di-ta sea.

Continuará......

⚠️¿Qué fue lo que más les gustó? ⚠️

⚠️Qué fue lo que más les sorprendió?

Por favor comentar para seguir con la historia, gracias por leerme.

Continue Reading

You'll Also Like

502K 36.1K 71
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
590K 41.7K 76
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
399K 38.1K 62
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...
194K 22K 37
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.