ENAMORADA DEL DIABLO

By florenciaJaen

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Halley Roosevelt ingresa a estudiar a un internado gracias a una beca. Al llegar allí lo primero de lo cual e... More

Capítulo 1- La llegada
Capítulo 2- Problemas a la orden
Capítulo 3 - En las manos del diablo
Capítulo 4 - Imán de problemas
Capítulo 5 - El héroe anónimo
Capítulo 6 - Incidente inesperado
Capítulo 7 - La debilidad del diablo
Capítulo 9 - Confusión
Capítulo 10 - La verdad oculta
Capítulo 11 - Corazón indeciso
Capítulo 12 - Tú también me gustas
Capítulo 13 - Bésame
Capítulo 14 - Encubriendo la mentira
Capítulo 15 - El dolor de la despedida
Capítulo 16 - La novia de Hunter Hayes
Capítulo 17 - Hazme lo que quieras
Capítulo 18 - Irremediablemente
Capítulo 19 - Contratiempo
Capítulo 20 - La tragedia de Halley
Capítulo 21 - Consuelo
Capítulo 22 - Me enamoré de ti

Capítulo 8 - Pequeño ruiseñor

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By florenciaJaen

 Hunter estaba siendo interrogado por Donovan y Jacob respecto a Halley y lo que aparentemente sentía por ella.

 —Oye, es cierto. O estás planeando algo muy malo en su contra, o tienes algún otro interés en ella —cuestiona Jacob.

Hunter cierra los ojos y se truena el cuello.

 —Dejen de ser un par de viejas metiches. Si no le hago nada a ella es porque como ya les dije que yo no ataco mujeres, y ya saben por qué.

 —Sí, tal vez tengas razón en eso. Ellas son las criaturas más fáciles de vencer —mira hacia la cancha—. Ni siquiera entiendo cómo es que dicen que juegan fútbol.

Hunter se pone de pie.

 —La única venganza que realmente me importa llevar a cabo es aquella en nombre de Sarah, mi hermana Comienza a bajar las gradas.

Se marcha.

El lunes Halley estaba en su casillero, cuando ve a Thomas pasar.

Va con él.

—Hola.

Él la mira

—Primero dime si estás de buenas o de malas.

—¿Eh?

—Es que... no quiero un librazo.

Ella se sonroja completamente.

—Eso fue... Esa no era yo.

—¿Sufres de doble personalidad, acaso?

—Pues...

Thomas ríe.

—Eres una caja de sorpresas. Y yo que creí que eres una chica tranquila.

Le jala una mejilla y se va.

—Thomas, espera.

Lo que le faltaba era eso. Ahora Thomas pensaba que ella estaba loca.

 Terminando las clases, se dirige a la biblioteca para cumplir con su castigo. Era injusto, ya que chicos como Hunter, Jacob y Donovan sí merecían castigos por pegarle a otros, y ella ahora por solo una vez hacerlo era castigada.

 Iba caminando por un pasillo cuando ve a Alexa, quien estaba recostada a una pared en un rincón escondido. Se veía muy mal. Lloraba.

Halley decide ignorarla, pero al ir más lejos no puede evitar regresar.

 Sabía que Alexa la mandaría por un tubo, pero aun así su parte sensitiva se activó al verla llorar.

—Alexa.

Esta levanta la mirada.

—Sé que te vas a enojar por ser metiche y que me vas a amenazar, pero ten.

Le ofrece un pañuelo.

Alexa mira este. Luego se limpia las lágrimas con el dorso de su mano.

—¿Por qué me ofreces eso?

—Pues... era para que te limpiaras las lágrimas.

—¿Pero por qué?

Halley se encoge de hombros.

 —¿Sororidad? Es la segunda vez que veo que lloras. No sé a qué se deba, pero debe ser algo que te duele.

Alexa vuelve a llorar. Inesperadamente, abraza a Halley, quien se sorprende por completo.

—Me quiero morir.

—Tranquila.

Se sientan en unos escalones de la escalera que estaba cerca.

 —Mi papá nos abandonó a mí y a mi mamá por irse con otra mujer que hasta podría ser su hija, ya que solo es una veinteañera cazafortunas —llora más—. Dijo que ella ahora es su familia. Ni siquiera le importé yo, su hija. Sé que nunca le he importado mucho, pero no pensé que a tal grado de que yo le valga tan poco como para que me deje al olvido por una perra.

Halley no sabe qué decir en ese instante.

—Yo... lo siento.

Alexa la mira con el ceño fruncido.

—¿Te estás burlando de mí?

—No, claro que no. De verdad lo siento.

Le ofrece nuevamente el pañuelo.

Alexa lo toma y se limpia las lágrimas.

 —Esto es vergonzoso. Si quisieras podrías contarles a todos en el colegio y arruinarme socialmente.

 —Alexa, yo no deseo hacer eso. Además, lo que menos debe importarte es lo que digan los demás.

Alexa se pone de pie.

—Supongo que debería ser.

Halley también se pone de pie.

—Pero de todos modos puedes estar tranquila. No lo voy a decir.

—¿Lo prometes?

Halley asiente.

Alexa sonríe.

—Oye, para ser nerd no eres tan desagradable.

Halley también sonríe. Luego se despide.

—Debo irme. Solo intenta no pensar tanto en ello y salir adelante. Adiós.

Se va.

Al volver de la biblioteca se encuentra con Jade en la habitación.

Ve que esta miraba sus zapatos de fútbol.

—¿Pasa algo?

—Se estropearon mis zapatos. Tendré que comprar unos nuevos.

Halley se sienta en su cama.

—Supongo que irás el fin de semana.

—Sí —mira pensativamente al suelo—. Oye... ¿irías conmigo el fin de semana al centro comercial?

Halley se sorprende ante esto.

—¿Lo dices en serio?

—Sí —camina de su cama a la de Halley y se sienta con ella—. Quiero agradecerte, ya que me has ayudado mucho.

—No es nada.

—Sí, lo es, ¿Y sabes? A veces me haces pensar que tal vez sí existen las buenas amigas.

—¿Eso quiero decir que me ves como a una amiga?

Jade se encoge de hombros.

—Tal vez —le ofrece la mano—. ¿Amigas?

Halley sonríe.

—Amigas.

Al día siguiente está en la biblioteca cumpliendo con su castigo.

—Acomoda estos libros en la sección B, por favor—Le dice la bibliotecaria.

 Halley asiente y toma los libros. Camina hacia el pasillo de la sección B. Estaba acomodando estos, cuando siente a alguien tras de ella.

Se gira y ve a Hunter, lo cual la sorprende.

—¿Qué haces aquí? —le pregunta nerviosa.

—Ya que en el único momento en que nos dirigimos la palabra es cuando damos biología, tenía que buscar otro momento para hacerlo.

—¿Qué quieres ahora? ¿No te es suficiente todos los líos en que me has metido?

Hunter arquea una ceja.

—¿Quién le pegó a quién?

Halley esconde la mirada.

—Pues yo a ti —se aclara la garganta—. Sé que no estuvo bien eso, pero tú te lo buscaste. Ahora estoy aquí pagando por eso, y es mejor que te vayas, ya que no quiero más problemas, y tú equivales a ellos.

Hunter toma un libro que ella tenía en sus manos. Era Hamlet de William Shakespeare.

—Curioso —dice mirando el libro—. Esta es una historia de venganza —mira a Halley—. Hablando de eso, tal vez deba vengarme de ti.

Ella, sabiendo a qué él se refería, pero queriendo hacerle la ingenua, lo mira con nerviosismo.

—¿Vengarte por qué? Ya me castigaron por agredirte.

—Eso no paga tu deuda conmigo. Tú me pegaste, y eso es algo que nadie en este colegio había hecho.

 —Yo... lo siento. Siento haberte golpeado —dice escondiendo la mirada—. La violencia no está bien, y nadie debe pegarle a nadie

—No me basta tu disculpa.

Avanza hacia Halley, hasta quedar frente suyo y muy cerca. Luego levanta su puño y lo dirige hacia ella.

Halley cierra los ojos al ver el puño de Hunter dirigirse a su cara, preparándose para el impacto.

 Pero su sorpresa es que no recibe ningún impacto más que unos labios presionándose con los suyos.

Aquello la deja perpleja. Tiene los ojos agrandados y el cuerpo paralizado.

Hunter se aprovecha de eso para seguirla besando. Luego de un momento en que parece haberse satisfecho con su villanía, se separa. Apoya un brazo en el estante de libros tras Halley.

La mira, mientras ella parece aún congelada. Luego mira a los libros que estaban cerca.

 —¿Cuál de estos crees que sean mejor, "Cumbres Borrascosas" o "Matar un ruiseñor"? —toma uno de los libros y lo observa— Me voy por "Matar un ruiseñor"—mira a Halley—. Adiós, ruiseñor.

Le guiña un ojo y se va.

Pasan algunos segundos más para que Halley recuerda que debía respirar para vivir.





 Al día siguiente Halley entra a la cafetería. Ve a Jade, quien estaba distraída viendo su teléfono en una mesa.

Sonríe y camina hacia ella, pero es interrumpida por Alexa, quien se acerca a ella sonriendo.

—¡Halley!

Halley luce algo confundida.

—¿Me hablas a mí?

—No veo a otra Halley aquí —sonríe—. Ven con nosotros a nuestra mesa.

—¿Yo?

—¡Dah! Vamos.

Le toma de la mano y la lleva hacia la mesa, en donde Thomas estaba.

Este sonríe al verlas.

—Alex, ¿tú invitando a Halley a sentarse contigo en la misma mesa?

—¿Qué tiene?

—Viniendo de ti es raro. ¿Acaso eres la Alexa de otra dimensión?

—No seas tonto —se sienta y mira a Halley—. Siéntate.

Halley, aun con dudas, se sienta.

Alexa mira Thomas.

—Halley ahora es mi amiga, así como lo es tuya.

Halley agranda los ojos.

Thomas sonríe al verla.

—Qué bueno.

Alexa come una galleta.

Halley mira hacia donde estaba Jade, quien al parecer había visto todo.

Esta recoge sus cosas y se va.

 Halley se podía imaginar lo que pasaba por la mente de Jade, ya que al esta no llevarse con Alexa debía estar algo molesta.

—Hay una fiesta el sábado —dice Thomas.

—¿En dónde? —pregunta Alexa.

— En el viejo estadio abandonado. ¿Vamos?

—Mmm... No sé. No tengo ganas de ir a fiestas, y ya sabes por qué.

—Por eso mismo debes ir, para distraerte —mira a Halley—. ¿Cierto, Halley?

—¿Eh?

 —¿Irías también a la fiesta, o eres de esas nerds, digo, estudiosas, que no salen nunca? —pregunta Alexa.

—Es que... casi nunca voy a fiestas, para no decir que nunca.

—Pues ahora es tu oportunidad.

 Hunter entra a la cafetería junto a Donovan. Mira a Halley, quien estaba sentada junto a Thomas. Luego continúa caminando hacia la mesa en donde los tres habitualmente se sentaban.

—¿Saldrás el fin de semana? —le pregunta Donovan.

—No lo sé.

Se sientan.

—Hay una fiesta. Vamos.

—Aprovecharía poder salir de aquí para hacer otras cosas.

—¿Irás con tus abuelos o a ver a Sarah?

Hunter se tensa.

 —No puedo ir a ver a Sarah. La última vez que la vi le prometí que no volvería ante ella hasta tener al culpable de sus desgracias arrodillado ante ella pidiéndole perdón, y como no he conseguido eso, no tengo cara para verla.

—Entiendo, pero ya ves que está difícil. La tierra se tragó a ese tipo.

 —Pues espero que no sea así, porque antes de que eso pase ese infeliz tiene que pagar por lo que le hizo a mi hermana.

En ese momento, Halley se pone de pie y camina hacia el bote de basura, en donde echa algo.

Hunter la ve. Luego mira a Donovan.

—Necesito que tú y Jacob hagan algo.

Esa noche Halley estaba en la habitación, cuando llega Jade.

—Jade, ¿podemos hablar?

—¿Sobre?

 —Es por lo de hoy con Alexa. Sé que no te hablas con ella, y que nos vistes juntas en la cafetería esta mañana.

—No tienes que decir nada. Sé amiga de quien quieras.

 —Yo... ni siquiera sabía que era amiga suya. Fue una sorpresa para mí que me invitara a su mesa hoy.

Jade deja su teléfono sobre su buró.

—Te la pongo muy fácil: sé amiga de ella y no mía. No necesito lástima de nadie.

—Es que no es así como crees.

 —No puedes estar bien con Dios y con el diablo al mismo tiempo, como dicen por allí —se pasa una mano por el cabello—. Escucha, sé que sueno inmadura y tóxica, pero es que simplemente no entiendo cómo puedes ser amiga de Alexa. Ella es una traidora. Te dará un golpe por la espalda.

Se mete al baño.



El viernes llega, salía de los vestidores de la cancha de fútbol, cuando siente que es observada. Se detiene y mira hacia todos lados, pero no ve a nadie.

Luego continúa caminando, hasta que por desdicha se encuentra a dos sujetos que no quería toparse.

—Hola, hola —le dice Jacob—. ¿Para dónde tan sola?

—¿Qué quieren? —pregunta ella.

—Invitarte a un lugar —le responde Donovan.

—No quiero ir, gracias.

Trata de pasar al lado de ellos, pero estos le bloquean el paso.

—No es si quieres. Tienes que venir —le dice Jacob.

—¿A dónde?

—Al infierno, con el diablo —le dice Donovan.

Jacob sonríe con malicia.

—Andando, cerebrito.

Cada uno la toma de un brazo y se la llevan.

Llegan hasta el viejo salón abandonado tras el campo de béisbol.

—No quiero estar aquí —dice Halley—. Déjenme ir.

Los chicos la ignoran.

Entran a salón. Halley ve una silueta que estaba mirando por la ventana.

—Aquí está —le dice Jacob a aquella silueta.

Esta le pertenecía a Hunter.

Él se gira y los mira.

—Bien. Ahora salgan. Déjennos a solas —les dice a sus amigos.

Jacob y Donovan miran a Halley con una sonrisa. Luego se van.

Hunter mira a Halley fijamente, quien se queda quieta en su lugar.

Él comienza a acercarse a ella.

Ella se mantiene con la vista en el suelo, evitando mirarlo.

Hunter saca algo de su bolsillo y lo levanta.

Halley no lo ve, ya que mantiene la mirada en el suelo.

Entonces él decide hacerla mirar, levantando su quijada con su pulgar.

Ella tiembla, pero armándose de valor agarra el dedo de Hunter y se lo muerde.

Hunter grita de dolor.

—¡AH! —se agarra el dedo— ¿Qué hiciste?

—Defenderme de ti y de lo que me ibas a hacer.

Él mira hacia otro lado y pone los ojos en blanco.

—Solo iba a devolverte esto.

Le muestra lo que tenía en su mano, lo cual era la medalla de la virgen de Fátima de Halley.

Ella lo mira sorprendida.

Él extiende el brazo y le ofrece la medalla.

—Toma.

Ella toma la medalla y la mira.

—Esto me pasa por querer devolverte tu cosa esa —dice él viendo su dedo.

 —Pues tú tienes la culpa. ¿Por qué no eres normal y haces cosas normales? Pudiste buscarme en otro lugar y darme la medalla, no mandar a esos dos a traerme aquí.

—Me lastimas dos veces y la culpa es mía, según tú.

—Lo es —ajusta sus gafas—. ¡Y ya déjame en paz!

Se va.

Fuera del salón, los chicos la ven salir molesta. Luego entran y ven a Hunter.

—¿Qué pasó? —le pregunta Donovan a este.

Hunter les muestra su dedo mordido por Halley.

Jacob ríe al ver este.

—¡Te mordió!

Hunter lo fulmina con la mirada, por lo cual el rubio deja de reírse.

—Digo —se aclara la garganta—, ¿Se atrevió a morderte? Ahora sí se pasó. Hay que darle una lección. Al parecer no te respeta.






El sábado en la mañana, cuando Halley despierta, Jade no está. Se había ido sola al centro comercial.

Halley se sentía tan presionada. Realmente quería ser amiga de Jade, pero esta era tan difícil.

En la noche intentó convencerla de ir a la fiesta, pero esta no quiso ir. Por ello decide ir sola con Thomas y Alexa.

Luego de juntarse con ellos, llegan al viejo estadio en donde era la fiesta.

Había muchos jóvenes, en su mayoría, quienes asistían al internado.

—¿En serio hacen fiestas aquí? —cuestiona Halley.

—Y eso que no has venido cuando las hacen en Halloween—Le dice Alexa—.

Este lugar es perfecto para eso.

—¿Cómo es que dan permiso para que usen este sitio? —pregunta Halley.

—Ummm... No lo dan —le dice Thomas.

Halley se sorprende.

—¿Qué? ¿Entonces esto es sin permiso?

Thomas y Alexa ríen.

—Halley, todo lo que ves aquí es sin permiso. —le responde él.

—Sí, hasta hay alcohol —agrega Alexa.

Halley se alarma aún más.

—Pero... ¿Y si nos atrapan?

—No hay que dejar atraparse, así que si ves la policía corre como el viento —le dice Alexa.

Se acercan a la mesa de bebidas.

—¿Quieres? —le pregunta Alexa a Halley— Son gelatinas.

Halley toma una y la prueba.

—Sabe rara.

—Es porque tiene alcohol —le dice Thomas.

Aquello hace que Halley suelte la gelatina.

A lo lejos estaban Hunter, Donovan y Jacob.

Cuando Jacob ve a Halley le informa a Hunter.

—Ahí está tu experimento para la paciencia.

Hunter mira hacia Halley. Poco después camina hacia ella.

Halley veía a Thomas y Alexa bailar, sentada en una silla, viendo extrañada el lugar. Siente que alguien se para tras de ella, haciéndola sobresaltarse.

Hunter le habla al oído.

—Y yo que no quería venir a esto, pero miren la sorpresa con la que me vine a encontrar.

Halley voltea a verlo.

—¿Qué quieres?

Él se sienta a su lado.

—No pensé que te gustaran este tipo de cosas.

—Yo no tengo por qué darte explicaciones.

Hunter levanta una ceja.

Halley se pone de pie. En ese instante Thomas se acerca.

—¿Pasa algo? —dice mirando a Hunter.

—Nada —le responde ella—; Todo está bien.

Thomas mira de forma desafiante a Hunter.

—¿Se te perdió algo aquí?

Este, sin el más mínimo rastro de sentirse intimidado, le responde.

—Si se me perdió algo o no, no te incumbe.

En ese momento Halley se siente nerviosa, lo cual no era raro en ella.

—Yo... me quiero ir.

—Yo también me iba, así que te llevo —le dice Hunter.

Thomas ríe sarcásticamente.

 —Ni loco dejaría que hagas eso. Si se quiere ir, yo me encargo de llevarla —mira a Halley—. Te llevaré hasta la puerta del dormitorio.

Le toma la mano.

La vista de Hunter se clava en esto. Tiene la mirada fija en la mano de Halley siendo sujetada por la de Thomas.

En ese instante llega un chico gritando.

—¡La policía! ¡Todo el mundo corra!

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