LA AMABLE HERMANA MAYOR YA NO...

By Biu369

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"Eres la hermana mayor, déjalo pasar. ¿Ni siquiera puedes hacer eso por ella? Irene siempre ha vivido a la so... More

PARTE 1: QUIERO DETENER ESTO
PARTE 2 - ESPERANZA DESTROZADA
PARTE 3 - NOËL KRISTEN
PARTE 4 - BUSCANDO UNA MANERA DE SALIR DE ESTA CASA
PARTE 5 - EL BANQUETE
PARTE 6 - PRIMER ENCUENTRO
PARTE 7 - QUIZÁS PODAMOS SALVARNOS EL UNO AL OTRO
PARTE 8 - CARTA MISTERIOSA
PARTE 9 - ERES MUY DIFERENTE A ELLA
PARTE 10 - PUEDES LLORAR
PARTE 12 - Capítulos 23 y 24
PARTE 13: Capítulos 25 y 26
PARTE 14: Capítulos 27 y 28
PARTE 15: Capítulos 29 y 30
PARTE 16 - EL GRAN KRISTEN
PARTE 17: Capítulo 33 y 40
PARTE 18

PARTE 11: Capítulos 21 y 22

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By Biu369

CAPÍTULO 21 - UNA PERSONA MERECEDORA

Ante su inesperado comentario, Irene levantó la cabeza. Al instante, los ojos oliva se encontraron con los color avellana, mientras Irene miraba a Noël.

El pequeño arco de sus labios sobre su hermoso rostro y su suave piel hizo que su corazón se acelerara. Noël sonrió tranquilamente cuando sintió que Irene lo miraba sorprendida.

- Como sabe, mi abuelo, el gran duque de Kristen, estaba disgustado conmigo. Como su disgusto es bien conocido en la mansión, y la noticia de su desaprobación hacia mí ya se había extendido por todas partes, dondequiera que iba, me encontraba con miradas burlonas. Aquellos que parecían amigables frente a mí, se reían en silencio y chismorreaban a mis espaldas. Aquellos que conversaron cálidamente conmigo tendrían desdén en sus ojos una vez que se dieran la vuelta. Cuando mi hermano murió y me convertí en el único sucesor, la situación cambió un poco. Recibí cierto reconocimiento, pero, aun así, actualmente es una lucha continua. No es muy diferente de antes, a mi abuelo no le agrada que sea su nieto y se niega a reconocerme como el legítimo sucesor.

Noël suspiró, expresando sus sentimientos. En sus palabras, Irene podía sentir el matiz de dolor y anhelo, así como un niño tímido que sólo quería ser reconocido por su abuelo.

- ...Duque.

Dijo Irene y levantó la mano, antes de vacilar a medio camino y dejarla caer, tampoco sabía qué más decir. Ella no sabía cómo consolarlo, todo lo que sabía era que quería ayudarlo.

La calma y la tranquilidad de Noël hicieron que Irene sintiera más lástima por él. Se podría decir por su historia que el joven Noël era lamentable.

Aunque Irene no había visto ni experimentado ninguna de sus luchas, por alguna razón, sabía cómo se debía haber sentido estar en su lugar. Ambos obstáculos eran diferentes. Los desafíos que tuvieron que enfrentar y superar fueron en diferentes escalas y en diferentes mundos. Sin embargo, los mismos sentimientos de desesperación, soledad y tristeza eran universales. El anhelo de querer pertenecer no hacía que Irene fuera diferente de él.

Noël apoyó cómodamente su espalda contra la silla y giró la cabeza hacia la terraza. La habitación de Irene estaba ubicada en el tercer piso, con vista al jardín Chase desde los grandes ventanales.

Desde arriba se podía ver el esplendor de los nardos y las rosas multiflora cuidadosamente dispuestas en sus arbustos recortados. Los pequeños pétalos blancos ocasionalmente eran arrastrados por una fuerte ráfaga de viento y arrastrados salvajemente en el aire, antes de flotar suavemente hacia el suelo.

De hecho, los costados de los pasillos, donde los jardineros barrían los pétalos, estaban llenos de puntos de color amarillo pálido y blanco.

- Esta habitación es bonita. Es cómodo y se pueden ver las vistas del exterior.

Afirmó Noël.

Irene asintió. Luego, preguntó con cautela:

- Duque, ¿Cómo lo soportó? ¿Cómo pudo vivir en un lugar como ese? Yo no podría...

Ella empezó a decir, pero luego dudó, no estaba segura de cómo lucía en ese momento. Sus ojos inyectados en sangre y las lágrimas de antes hacían que su apariencia se viera apagada y hundida. Tampoco estaba segura de cómo abordar el tema. Sin embargo, antes de que ella lograra abrir la boca nuevamente y decirle que olvidara su pregunta, Noël la miró lentamente y respondió.

- Lo soporté por muchas razones.

Sus profundos ojos color avellana brillaron bajo el sol de la tarde y ella pudo ver su reflejo en sus ojos.

- ...

El corazón de Irene dio un vuelco.

- Porque lo único que podía hacer era aguantar. Un día supe que todo mejoraría. Sabía que tal vez algún día me despertaría y lo tendría. Todos me reconocerían. Sabía que no era sólo una esperanza vana, aunque lo pareciera. No importa lo duro que trabajé, esperaba que algo cambiara, aunque nada cambió. ¿No son esas las mismas razones por las que me persiguió? ¿Huir conmigo?

Los profundos ojos castaños de Noël captaron la expresión de sorpresa que cruzó el rostro de Irene. Su mirada hizo que su corazón latiera un poco más rápido de lo habitual. Ella giró la cabeza hacia un lado, para evitarlo y enfriar el calor que afloraba en su cuello.

No fue porque lo encontrara atractivo, aunque lo era, sino porque se sentía avergonzada, porque él tenía razón. Desde el momento en que Irene se dio cuenta de lo injusta que era la situación en la que se encontraba, ya no podía respirar en esta casa.

Cada paso que dio; cada interacción que hacía la asfixiaba. Irene quería salir de la mansión Chase lo antes posible; quería eliminar cualquier asociación de las personas que viven aquí, con su nombre. Y, para lograrlo, necesitaba que Noël hiciera realidad sus propios sueños.

Noël se limitó a sonreír suavemente, cuando Irene se sintió perpleja, incapaz de decir nada.

- Señorita Chase, no estoy diciendo que sería horrible que me use... de hecho, yo también voy a usarla. Hagamos un acuerdo.

Tranquilizó, a la vez que hacia su propuesta.

- ¿Sí? ¿Qué quiere decir con eso?

Los ojos de Irene se abrieron mientras intentaba comprender el significado detrás de las palabras de Noël. Ella no podía creerle ni lo que estaba sugiriendo. Irene quiso preguntar para confirmar lo que pensaba, pero temía equivocarse y sus esperanzas se harían añicos.

Cuando Noël miró fijamente a Irene, que estaba tan nerviosa que le temblaban las manos que descansaban en su regazo, vio en ella esperanza y miedo. Cuando ella dudó en hablar, Noël abrió la boca para aclarar.

- Conozco sus circunstancias y no creo que esté tratando de engañarme. Por eso la ayudaré a salir de esta casa y, a cambio, usted me ayudará hasta que pueda heredar el ducado.

Explicó Noël sus intenciones.

- ...Duque.

Cuando Irene lo llamó, Noël se rio en voz baja y dijo.

- Llámame Noël. Ahora tú y yo estamos en el mismo barco.

Los ojos de Irene vacilaron ante sus palabras. Abrió los labios con cuidado, como para probar el nombre que le habían permitido pronunciar antes de pronunciarlo.

- ... Noël.

Murmuró Irene trémulamente.

- ¿Puedo llamarte también por tu nombre?

Irene asintió ante la pregunta de Noël. Noël sonrió a la encantadora y tranquila chica que tenía delante.

- Irene.

Mencionó. El nombre salió de su lengua suavemente, como si hubiera querido decirlo todo el tiempo.

- ...

No hubo muchas oportunidades de escuchar su nombre, aparte de sus padres. Por lo tanto, fue una experiencia extraña pero cálida escuchar su nombre pronunciado por Noël. Especialmente en su voz profunda de barítono y con tanta ternura.

Cuando Irene lo miró, algo desconcertada, Noël tenía una expresión suave en su rostro.

- Hay que tener un poco más de confianza.

Dijo Noël suavemente.

- ...

Irene se quedó en silencio y Noël continuó.

- Porque eres una persona que lo merece.

CAPÍTULO 22 - UNA RELACIÓN ESPECIAL

Noël salió de la casa del Conde, después de prometerle a Irene que volvería a visitarla la próxima vez.

Irene observó desde su ventana cómo ingresaba en su carruaje antes de que el cochero y sus guardias lo dirigieran a través de las puertas de la finca Chase. Sólo entonces ella suspiró.

Irene todavía estaba un poco sin aliento por lo que había sucedido. El desastre que inicialmente había anticipado hace unas horas y los sentimientos temidos se habían disipado a fuego lento.

Deseaba que Noël pudiera regresar pronto y llevársela. Mientras pudiera irse de ese lugar, estaría contenta con cualquier futuro imprevisible que le aguardara.

Tan pronto como el carruaje de Noël salió de la mansión, Riel irrumpió en la habitación de Irene. Ni siquiera había llamado cuando la puerta se abrió con un fuerte golpe. Era como si hubiera estado esperando todo el tiempo esta oportunidad.

Al ver a Irene sentada en una postura relajada en su silla, Riel no pudo contener la rabia reprimida dentro de ella.

- ¡¡Irene!! ¡Explícame! ¿Cómo pudo pasar esto?

Ella gritó.

Irene giró la cabeza desde la ventana para mirar a Riel. En el estado en el que se encontraba, por primera vez Irene sintió que el contraste entre ella y Riel podría no ser tan malo.

Riel respiraba con dificultad, tal vez porque había corrido apresuradamente a la habitación de Irene al ver partir el carruaje de Noël.

Con expresión atenta y voz preocupada, Irene habló.

- Ten cuidado Riel, porque no podría cuidar de ti, aunque te caigas.

Ante su cambio de tema, Riel se enfureció.

- ¡Responde a mi pregunta! ¿Cómo conoces al duque de Kristen? ¿Qué diablos está pasando entre ustedes dos?

Ella gritó. Su voz se volvió ronca mientras intentaba respirar.

Al escuchar el enojo y las exigencias de Riel, Irene comenzó a darse cuenta de algo, desearía haber podido notarlo mucho antes. Si tan sólo lo hubiera hecho, tal vez la situación no habría llegado a éste punto.

Esta no era su delicada y lamentable hermana, era una chica egoísta y manipuladora que quería controlar todos los aspectos de la vida de Irene, para satisfacer sus caprichos.

Cuando Riel hizo esa pregunta, Irene recordó lo que Noël había dicho antes:

'Llámame Noël. Ahora tú y yo estamos en el mismo barco'.

- Hermana, no me digas eso... no es cierto, ¿Verdad?

Cuando Irene no respondió, Riel volvió a preguntar con voz temblorosa. Irene se limitó a mirarla en silencio, con la mirada fría. Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de Riel y sus hombros comenzaron a temblar. Sin embargo, Irene ya no se atrevía a simpatizar con la historia de lástima y los sollozos inmaculados de la niña.

Ella era realmente una excelente actriz.

- Hermana, ¿Vas a estar bien sin mí? Yo podría morir sin ti. ¿Estarías bien si muriera?

Riel continuó. Los charcos que se habían formado alrededor del borde de sus ojos estaban a punto de desbordarse.

- Riel.

Irene dijo el nombre de Riel sin ninguna emoción en su voz. Las criadas estaban apiñadas fuera de la habitación para ver qué sucedía dentro.

La pequeña vista desde el hueco de la puerta que Riel había dejado cuando no había cerrado la puerta al entrar a su habitación, les dio acceso a las voces del interior. Parecían estar preocupadas de que Riel colapsara debido a su frágil cuerpo y su enfermedad cardíaca.

Irene miró a Riel con cara seria.

- Riel, ya te lo dije antes. No uses tu cuerpo débil como arma.

Advirtió fríamente.

- ¡Deja de decir esas tonterías y simplemente responde la pregunta! ¿Cuál es tu relación con el duque?

Gritó Riel volviendo al tema que realmente le interesaba.

Irene sonrió y parpadeó lentamente. Sus pestañas se levantaron cuando encontró la mirada de Riel.

- Tenemos una relación especial.

Dijo Irene suavemente.

Los ojos de Riel se abrieron ante la respuesta de Irene. Las criadas que observaban la situación también parecían asombradas. En ese momento, Irene era la única persona entre ellos que estaba tranquila.

- ¿Qué... qué quieres decir...?

Tartamudeó Riel.

Era difícil discernir si su rostro estaba rojo por la ira dirigida hacia Irene por el derecho que sentía sobre la vida de su hermana, o por una ira confusa por cómo pudo haber surgido la relación de Irene y el Duque Kristen.

- Tengo una relación especial con el duque de Kristen. Es muy profunda, mucho más de lo que piensas.

Dijo Irene explicando mejor la situación.

- ¡¿De qué estás hablando?! Boris. ¡¿Qué pasa con Boris?!

Riel gritó esa pregunta y, junto con ella, su inexpresable frustración.

Irene volvió a mirar por la ventana.

En esa ocasión, había sido así. Irene, como de costumbre, estaba sentada junto a la ventana, contemplando el hermoso jardín de flores, cuando vio a Riel y Boris.

La pareja se había estado besando detrás de un gran roble, oculto a los espectadores en el nivel del suelo, pero a la vista desde su habitación en el tercer piso. Incluso ahora, podía ver la imagen ante sus ojos.

- No estoy a favor de recibir productos estropeados. Hermana, siéntete tranquila de recibir libremente el afecto que tanto deseabas.

Irene sonrió y sólo quedó sarcasmo en las palabras que quería decirle a Riel. Su corazón se había vuelto frío ante el veneno de Riel.

- ¡¡Hermana!!

Gritó Riel incrédula.

Irene giró la cabeza y le dijo a Riel mientras sonreía.

- Te lo regalo.

Irene tocó el timbre. Era como si este asunto fuera demasiado trivial para que ella lo manejara, permitiendo que las criadas limpiaran el desorden. Le dio la espalda a Riel y una vez más, miró hacia la ventana.

Detrás de ella, podía sentir que las criadas entraban corriendo y el sonido de un ruido sordo resonó cuando el cuerpo de Riel colapsó en el suelo. Sin embargo, ella las ignoró.

Ella sólo miró tranquilamente más allá de los cristales y observó la calidez de la luz tenue del sol poniente. Mientras las criadas estaban ocupadas ayudando a la inconsciente Riel, Irene esperaba que esa figura alta reapareciera.

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