No quiero volver
a saber de ti.
Eso lo sabes bien.
Mi mundo desde hace mucho
dejó de girar en torno a tu vida.
No te deseo el mal.
Es más, te deseo el bien.
Y es que, realmente no te odio,
puedes creerme.
Has ganado y
te he perdonado.
Pero lo último que pido,
es no volver a verte en lo que
resta de mis días.