-¿Cómo te fue?- la a voz de Ino
me saca de mis pensamientos y
la miro. Lleva puesto un polo de
color plomo hasta el ombligo, unos
pantalones y zapatillas de casa.
-Bien- un suspiro sale de mis
labios y miro mis zapatos blancos.-
Solo... Me enteré de algo y debo de
pensar.
-¿No ocurrió nada con Sasuke?- pregunta mirándome atenta y niego al segundo.
Otra mentira.
-Simplemente hablé con
Hinata sobre cosas
importantes y logré ver muchas
flores en casa de los Uchiha.- informo con una sonrisa.
-Espero y siga así, sakura.- se acerca me sonríe y me abraza.- Ahora por favor, ve a cambiarte.—Ya es tarde y aún debes de cenar.- se
aleja y asiento para luego subir las
escaleras que conectan con las
habitaciones de arriba.
Muevo la cabeza un par de veces mientras camino y alejo los pensamientos relacionados con lo que hará Hinata. Una parte de mi se
alegra porque ha encontrado a
su destinado y ahora sasuke
podría mirarme de otra manera; el
pensamiento hace mover la cola
a mi loba, sin embargo otra parte
de mi se siente triste y sin muchas
opciones. Para él solo soy una
amiga, sus pensamientos y amor le
Pertenecen a Hintata Hyuga.
-¿Por qué todo tiene que ser tan
difícil?– musito mientras ingreso
en mi habitación y cierro la puerta
tras de mi. Me quito los zapatos y
los dejo en la entrada de mi cuarto.
Camino hacia mi cama en busca
de la pijama rosada con algunos
estampados de fresas y sonrío. Mi
fruta favorita en el mundo. Minutos después de cambiarme y peinar mi cabello para dejarlo suelto, escucho gritar a la persona que se está encargando de cuidarme.
—¡Sakura, baja a cenar!— tomo el pomo de la puerta y salgo al pasillo. Cuando me dispongo a bajar las escaleras, el sonido del teléfono de casa se hace presente y lo tomo mientras miro la hora, 20:30 de la noche.
—¿Si?— contesto mirando mis pantuflas y sonidos extraños al otro lado de la línea llaman mi atención.
—sakura, ¿Puedes venir por mi? Yo...— la llamada se entrecorta un poco y escucho vidrios quebrarse. Me pongo nerviosa y empiezo desesperarme.— Le conté a Sasuke sobre lo de Naruto. No ha reaccionado nada bien, ni sus padres pueden calmarlo. Por favor, ven por mi— se oyen sus sollozos y la figura de Ino aparece en mi campo de visión.
—No te preocupes, Hina. Iré para allá.— el sonido de algo ser roto me hace sobresaltar y cuelgo la llamada de inmediato. Mi loba se mueve inquieta y ni hablar de mi. Tengo miedo de ambos.
—¿Para qué quieres ir a la casa de los Uchiha? Es— la interrumpo y tomando su mano, la halo hacia mi para empezar a bajar las escaleras corriendo.
—Hinata ha encontrado a su destinado, le ha contado a Sasuke y él se ha puesto como un loco— siento miles de agujas incrustarse en mi corazón al decirlo.— Él- la ama y no a soportado la noticia.— mi voz se entrecorta y tomo las llaves del automóvil.
—Te acompañaré. Esto te afecta y ni loca dejaré que vayas sola.— arrebata las llaves de mis manos temblorosas y ambas salimos de la casa para luego subir en el carro con rumbo a mi perdición.
-Te agradezco esto- desordenado
mi cabello cuando paso las manos
por el mismo y fijo mi mirada en la
carretera. Vivimos algo alejadas de
la ciudad y justo ahora esto solo
hace un poco más difícil las cosas.
-¿Podrías explicarme cómo fue
que a Hinata se le ocurrió la
grandiosa idea de contarle a su
"alfa' que ya había encontrado a su
mate?- enfatiza la ultima palabra
pues sasuke no tiene lazo alguno; más que el de su amor, con Hinata.
-Estuvimos hablando por la tarde.
Ella quiere mucho a Sasuke, pero
sabes que el lazo entre destinados
es inquebrantable. - digo agachando la cabeza.
-Lo sé, Saku. Veo el amor que
sientes por el Uchiha en tus ojos.
Aún sabiendo que estaba con tu
amiga, pero que era tu destinado,
simplemente callaste y optaste
por no alejarlos.- me da una breve
mirada y prosigue .- Eres una de
las personas más buenas que he
conocido.- una sonrisa se dibuja en
su rostro y se que está tratando de
calmarme.
Minutos después los cuales
parecieron una eternidad, la casa
principal del pueblo aparece
en mi campo de visión y Ino
estaciona sin mucho cuidado el
auto. Aunque por fuera parece que
no esté ocurriendo nada, al correr
para acercarnos al lugar, podemos
afirmar todo lo contrario.
-Dios- murmura la pelinegra a
mi costado y un vacío se forma en
mi estómago. Las lunas de varias
ventanas están rotas y no hablar
del bullicio que se puede oír. Mi
mano toca el timbre varias veces y
escucho pasos acercarse.
—Sakura, pasa por favor.— la mamá de Sasuke se hace a un lado y noto como aprieta sus manos levemente. Está nerviosa.
—Vengo por Hinata. Se lo que está ocurriendo, no se preocupe por mí o por Ino.— señalo a la chica detrás de mi y la señora asiente.
—Hinata está por aquí.— nos guía hacia un lugar que parece una sala de reuniones y la busca con la mirada. Un grito se escucha y mi corazón bombea con más fuerza.
-Debo de buscarla, lo siento
mucho.- doy una reverencia
y tomando la mano de mi
acompañante empezando a recorrer los pasillos. Otro par de vidrios quebrándose se escuchan y el olor agrio de un alpha llega con fuerza hasta nuestro lugar. Dios.
—Por aquí— caminamos y vemos la puerta del despacho medio abierta. Miles de cosas están tiradas y un cuerpo en el piso hecho un ovillo llama mi atención.— ¡Hina!— exclamo y los ojos cristalizados de la pelinegra chocan con los míos. Ingreso en el lugar junto a Ino y lo que veo me deja perpleja. Los ojos de él se encuentran dorados, solo está con un pantalón negro; que capaz es pijama, y tiene parte de su cabello algo largo pegado a la frente por el sudor. Corro hacia donde se encuentra mi amiga y la ayudo a levantarse. En su lugar, Ino me ayuda y está expectante esperando un movimiento por parte del pelinegro, el cual lanza gruñidos en dirección de nosotras.
-Debemos de irnos.- murmuro en
el oído de Hyuga y asiente a duras
penas. Ino dirige su mirada a
mi examinándome y asiento algo
aturdida. El olor de Sasuke se ha
hecho más fuerte aquí y eso no me
está ayudando. Mi loba rasguña en
mi interior buscando el afecto de
su alfa y cierro los ojos con fuerza.
Debo de ayudar a la pelinegra.
Hintata empieza a caminar junto
a nosotros y una voz gutural nos
detiene.
-Alto- mi piel se eriza al escuchar
su parte animal y humana hablar
y aprieto los dientes.- Deja a mi
omega, no puede irse de aquí ¡Es
mía!- exclama con voz de alfa y
trato a toda costa de reprimir a mi
loba, la cual pide ser sometida por
su alpha.
-Debemos de irnos.- la voz de
Ino me hace volver a la realidad
y en ese momento la puerta del
despacho es abierta.
-Hinata — Naruto llega y el pelinegro gruñe en desaprobación. Mi corazón sangra al ver cómo no se da por vencido y mis ojos se llenan de lágrimas.
—Llévatela de aquí— la pelinegra habla aún mirando a Sasuke y este mira enojado a la pareja que se retira de allí. Por unos segundos parece calmarse, pero después toma una de las sillas frente al escritorio y la estampa contra la única ventana buena que aún no había quebrado. Varios de los vidrios de incrustan en su cuerpo y cuando quiero acercarme a ayudarlo, su voz me detiene.
—Aléjate— es baja pero cargada de molestia— Por tu culpa es que Hinata me dejó. ¡Por tu culpa!— grita mirándome con odio y siento a mi loba aullar de dolor por el rechazo de su pareja eterna. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas y lo veo darse la vuelta. No le importamos, jamás lo haremos.
Siento las manos de Ino rodearme y me saca de allí, mientras me abraza y soba mi cabello tratando de confortarme. Sabe que estoy herida, deshecha y que solo existe una cura para esto. Los mimos y cuidados del alpha, el mismo que justo ahora lo último que quiere es verme.
Créeme Sasuke, yo también odie está unión y me odié a mi.
—Yadech👑
Okay voy a dejar esto aquí y me iré lentamente...