A/N: Estoy de vuelta, llevo tiempo sin actualizar así que publicaré lo que he conseguido escribir. Me he quedado un poco trabado, así que cualquier cosa que puedan aportar, adelante.
No he tenido la suficiente motivación para escribir últimamente, pero aún así continuo haciéndolo. Una vez termine este fic publicaré otras ideas que tengo. Ya que quiero hacer muchas cosas.
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Kiyotaka Pov:
En el Distrito Rojo, Yoshiwara, multitudes de personas habían empezado a márcharse del lugar, esto gracias a la evacuación por parte de las esposas de Uzui, Makio y Suma, quiénes ayudaban a aquellos que se encontraban heridos a evacuar la zona debido al combate destructivo que se estaba llevando a cabo entre los cazadores y demonios, los cuales finalmente habían encontrado el paradero de estos.
"¡Qué entrada más vistosa hemos hecho! ¡Finalmente los encontramos, demonios!". Exclamó Uzui con una sonrisa que no reflejaba más que vivida emoción.
"¡Aquí me tienes, mujer gusano!". Exclamó Inosuke mientras elevaba ambas de sus espadas, queriendo comenzar con el combate.
'Uno de ellos es un Pilar... ha venido por su cuenta, que bien, nos ha ahorrado el trabajo, sin embargo, el cazador del haori blanco también es fuerte, no parece cansado, tampoco tiene rasguños, pero además, también está ese rostro tan imperturbable que tiene, no parece divertirse al combatir o emocionarse en lo absoluto, que raro es...'. Pensaba Daki mientras se ponía de pie, viendo de reojo a Kiyotaka y colocándose junto a su hermano quién observaba a los cazadores de demonios.
'Qué molesto, mi intención era matar al cazador de la máscara de zorro, pero parece que no será tan sencillo... Además de eso, han llegado más cazadores, parece que son todos... Humanos débiles, esto se está poniendo bastante divertido para mí'. Pensaba Gyutaro, con una sonrisa sumergida en arrogancia.
"¿Hm? ¿Y ese quién es?". Preguntó Akane al ver a Gyutaro, mientras que Kiyotaka se asercaba a ella aún empuñando su espada al rojo vivo.
"Estos demonios son hermanos, ambos son la Sexta Luna Superior, pero separaron sus cuerpos y han dividido sus poderes, la de las fajas utiliza sus obis afiliados y duraderos para atacar, ya que son extensiones de su propia carne, el demonio de las guadañas utiliza un veneno peligroso, también controla hoces de sangre a voluntad que no desaparecen hasta impactar". Respondió Kiyotaka.
'Increíble... Kiyotaka los estuvo manteniendo ocupados él solo mientras que me había ido a colocar a Nezuko en su caja devuelta, estamos hablando de una Luna Superior'. Pensó Tanjiro con ojos ligeramente abiertos, mientras observaba al castaño.
"Oe, ustedes dos, el feo con aretes y el aburrido enmascarado". Dijo Gyutaro mientras señalaba con una de sus guadañas a Kiyotaka y Tanjiro, llamando la atención de estos dos provocando que volteasen a ver.
"Ambos cortaron la cabeza de mi hermana, la pisaron y quemaron, no los perdonaré, cortaré sus rostros hasta que queden irreconocibles, malditos bastardos". Exclamó Gyutaro con el seño fruncido, mientras que comenzaba a rechinar sus dientes.
"¿Ya olvidaste como te corté las piernas?". Preguntó Kiyotaka, haciendo enfadar aún más al demonio peliverde.
"Oi, Kiyotaka, ¿Qué hiciste mientras no estábamos?". Preguntó Akane haciendo un puchero.
'Basándonos en lo que el demonio ha dicho, a pesar de que Ayanokouji le haya cortado la cabeza a uno de ellos anteriormente no se ha desintegrado... Qué inesperado, esto no es normal, ¿Morirán los dos si le cortamos la cabeza al hermano? No sería algo tan sencillo, ¿Él es el cuerpo principal?'. Pensaba Uzui.
"¡Yosh, síganme muchachos! Sin más preámbulo... ¡Qué comience la fiesta!". Exclamó Uzui mientras desenváinaba sus espadas gemelas dando un paso enfrente.
"No importa cuantos vengan, no tendrán un final feliz, van a morir todos, así que no quiero ver ese resplandor en sus ojos". Decía Gyutaro mientras veía al Pilar junto al resto de cazadores, a lo que Uzui colocó un dedo por debajo de su barbilla, pensativo, Gyutaro al verlo levantó una de sus cejas y, segundos después, una sonrisa de confianza se formó en los labios del Pilar.
"¡No, ganaremos nosotros! Ya sé como los derrotaremos a ambos". Replicó Uzui con una sonrisa llena de confianza.
"No te hagas el fuerte solo por ser un Pilar". Dijo Daki.
"¡Cállate! No subestimes a los humanos, ganaremos los cazadores, y para ello, hay que cortarles la cabeza a ambos, al mismo tiempo, ¿No es así? De lo contrario no tendría sentido que dividieran sus poderes". Exclamó Uzui.
'Ha llegado a esa conclusión tan pronto eh, aunque era evidente cuando combatí contra estos demonios'. Pensó Kiyotaka.
"Ya veo, en ese caso es obvio que ganaremos, ¡Jajaja!". Exclamó un Inosuke lleno de confianza.
"Yo no estaría tan confiado saben, las largas noches siempre están de nuestro lado, todos los cazadores siempre terminan muriendo, incluyendo el otro Pilar que posteriormente devoramos hace años junto a mi hermana". Decía Gyutaro mientras que repentinamente, un aliento helado se hizo presente en el lugar.
"Respiración de la nieve: cuarta postura: Cristales de nieve". Susurró Akane mientras rápidamente se desplazaba en dirección hacia Daki, realizando cortes circulares los cuales fueron recibidos por la demonio femenina, instantáneamente esta envió una serie de obis en dirección hacia la cazadora peliblanca.
"¡Qué ojos tan raros tienes, maldita!". Exclamó Daki con una sonrisa arrogante y algo extrañada al ver la esclerótica azulina en los ojos de Akane, la cual rápidamente fue seguida por un Inosuke sonriente junto a Zenitsu.
"¡Tanjiro! ¡Kiyotaka! Déjennos a nosotros a la demonio con fajas, ¡Encárguense de eliminar al otro demonio!". Exclamó un durmiente Zenitsu mientras seguidamente realizaba una postura del relámpago, provocando seis chispazos los cuales en un instante, cortaron todos los obis provenientes de Daki.
'Me pregunto desde cuando es así...'. Pensó Kiyotaka observando a Zenitsu alejarse.
"¡Entendido, tengan cuidado!". Exclamó Tanjiro ante las palabras de su compañero rubio.
"¿Creen que los dejaré hacer lo que quieran?". Preguntó Gyutaro mientras elevaba ambas de sus guadañas, estando por realizar su arte de sangre demoníaca, sin embargo, sería detenido por Uzui quién rápidamente lanzó balas de pólvora las cuales no tardaron en estallar, provocando una ligera neblina.
'¿Qué fue lo que explotó? Ha provocado neblina en el lugar, no puedo verlos por ningún lado'. Se preguntó Gyutaro mientras veía disiparse aquella bruma provocada por las balas explosivas, al hacerlo, observó como Uzui junto a Tanjiro se asercaban hacia él, listos para cortar su cuello, no obstante, rápidamente Gyutaro envolvió ambas de sus guadañas en veneno, generando cortes de sangre los cuales comenzarían a girar hacia los alrededores de ambos cazadores, quiénes empezaron a repeler aquellas hoces con dificultad.
'¿Puede controlarlos? Estos cortes de sangre no desaparecen hasta impactar, además, percibo un veneno peligroso en sus guadañas'. Pensó Uzui.
'Estos ataques son muy potentes, distintos en comparación a los de la demonio con fajas... Debo desviarlos, repelerlos o de lo contrario, la espada se romperá'. Pensaba Tanjiro mientras intentaba desviar aquellos cortes generados por Gyutaro.
"Respiración del eclipse: duodécima postura: Ráfaga de cortes bajo el eclipse". Exclamó Kiyotaka mientras seguidamente realizaba un gran corte frontal el cual deshizo las hoces de sangre provocadas por Gyutaro sin mucho esfuerzo, rápidamente el castaño se abalanzó en dirección hacia el demonio peliverde quién sonrío al ver a quién tenía enfrente, múltiples cortes por parte de Kiyotaka y Gyutaro no tardaron en hacerse presentes.
"Ahora que lo pienso, creo haber oído de ti antes...". Dijo un Gyutaro pensativo mientras veía a Kiyotaka, llamando la atención de este al escuchar con atención aquellas palabras por parte del peliverde mientras continuaba realizando cortes carmesí.
"La Tercera Luna Superior nos habló sobre un cazador con máscara y haori blanco...". Murmuró Gyutaro, sorprendiendo un poco a Kiyotaka quién no se esperaba que aquel maestro de artes marciales lo mencionara ante el resto de las Lunas Superiores, o almenos, por alguna razón, ese parecía ser el caso.
"¡Danza del Dios del Fuego: Espejo carmesí sofocante!". Exclamó Tanjiro al realizar dos cortes llameantes los cuales serían recibidos por Gyutaro, demonio el cual se quejaría debido al dolor de las llamas producto de aquellos cortes.
"Tsk... malditos humanos". Se quejó Gyutaro.
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Con Akane.
Los tres cazadores se encontraban combatiendo contra la demonio de las fajas, Daki, la cual tenía algunas heridas en su cuerpo debido a los cortes recibidos por parte del trío de cazadores, a pesar de haberlos subestimado al principio, se percató de que ahora estaba siendo superada en número.
"Respiración de la nieve: sexta postura: Bruma de invierno". Susurró Akane al cambiar de movimiento repentinamente, provocando una fría neblina en el área mientras realizaba cortes ofensivos en dirección hacia Daki.
"¡Respiración de la bestia: segundo colmillo: Desgarrar y romper!". Exclamó Inosuke al realizar dos cortes con ambas de sus espadas en dirección hacia la demonio femenina, quién recibiría aquellos respectivos ataques por parte de ambos cazadores.
"Saltan de un lado hacia el otro como si estuvieran en todas partes, ¡Mueran de una vez!". Exclamó Daki con irritación mientras rápidamente envolvía su cuerpo en una serie de obis, los cuales salieron disparados en un instante hacia la peliblanca y el cabeza de jabalí.
"Esto pinta mal, ¡Ahí vienen!". Exclamó Inosuke viendo aquellas innumerables fajas.
"¡Respiración del rayo: primera postura: Destello del relámpago!". Exclamó Zenitsu al moverse y realizar varios cortes en un segundo, deshaciéndose de aquellas fajas afiladas.
"Qué feos tan molestos...". Se quejó Daki.
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Con Kiyotaka.
"¡Respiración del sonido: quinta postura: Sinfonia de cuerdas estruendosas!". Exclamó Uzui mientras sostenía una de sus espadas de forma inversa haciéndola girar al usar la cadena que las conecta, seguidamente comenzó a lanzar numerosas bombas para detonar, tomando un control momentáneo del área en la que se encontraba Gyutaro.
'Ya entiendo, usa balas de pólvora especiales, capaces de herir a los demonios, sin embargo, esa técnica tan ruidosa no me afectará en nada'. Pensó Gyutaro mientras retrocedía siendo seguido por Uzui, mientras esto sucedía, Kiyotaka rápidamente se acercó hacia el demonio peliverde, logrando rozar el cuello de este con su espada roja, sorprendiendo ligeramente al resto de los presentes, seguido por una postura eclipsada hecha por el castaño, a lo que Gyutaro utilizaría su arte demoníaco.
"¡Arte de sangre demoníaca: Arcos de maldad desenfrenados!". Exclamó Gyutaro provocando una serie de guadañas, formando una gran cúpula que lo protegería de los ataques provenientes de Kiyotaka y Uzui, el Pilar había recibido unos cortes en su cuerpo debido a la técnica del demonio peliverde, por lo que sonrió con emoción.
"Bueno, parece que no será tan fácil acabar contigo, ¿Verdad?". Comentó Uzui con una sonrisa.
"¡Uzui-san, está envenenado!". Exclamó Tanjiro con preocupación.
"Descuida, está bien, soy un shinobi, el veneno no me afecta". Dijo Uzui tranquilamente.
"No seas tan engreído, Pilar de pacotilla, solo por ser alguien apuesto, lucir genial, tener un buen rostro, piel tersa, sin manchas o heridas, ser alto, tener un buen cuerpo, y seguramente ser bastante popular entre las mujeres.... Qué envidia, a mí me cuesta engordar sabes, realmente luces genial, me gustas". Decía Gyutaro.
"Pues sí, es normal, después de todo soy un seductor elegante y vistoso, tengo tres esposas". Mencionó Uzui.
"¿T- tres..? ¿Tres... esposas? ¡No me fastidies! Qué envidia... imperdonable, ¡Absolutamente imperdonable!". Exclamó Gyutaro con intensidad mientras comenzaba a envolver sus guadañas en veneno nuevamente, y con el seño fruncido, volvió a lanzar cortes de sangre en dirección hacia el Pilar del Sonido, mientras que por otra parte, una silueta humana se encontraba sobre el tejado de uno de los edificios del Distrito, observando el combate que se llevaba a cabo, era Hinatsuru, la cual se encontraba jadeando debido al cansancio, además de ello, llevaba consigo una gran cantidad de kunais los cuales cada uno de ellos apuntaban hacia Gyutaro.
Kiyotaka junto a Tanjiro comenzarían a repeler aquellos hoces de sangre envueltos en veneno los cuales no paraban de girar, cubriendo toda el área, mientras que Uzui se abalanzó contra Gyutaro y, observando todo esto, Hinatsuru lanzaría múltiples de kunais en dirección hacia el demonio peliverde, el cual al percatarse de estos, volteo a verlos algo desconcertado.
'¿Qué es eso? ¿Kunais? Será un fastidio lidiar con tantos teniendo al Pilar y a los cazadores enfrente, aunque, de todas formas no me harán nada... Pero, aún así, ¿Realmente usaría un ataque tan inútil?'. Pensaba Gyutaro mientras rápidamente realizaba un gran salto a la vez que provocaba una gran cúpula de hoces de sangre, desviando la gran cantidad de kunais, no obstante, sería sorprendido tras recibir un corte profundo en su pierna inferior, era Kiyotaka, el cual al desplazarse rápidamente, había apuñalado la pierna izquierda de Gyutaro con una daga cubierta con líquido de glicinias.
'Se lo agradezco luego, Shinobu-san'. Pensó Kiyotaka mientras observaba como el cuerpo de Gyutaro se entumecía, como también recibía algunos kunais por parte de Hinatsuru, hecho el cual sería aprovechado por Tanjiro y Uzui quiénes se aproximaban hacia Gyutaro con la intención de cortar su cuello, provocando una sonrisa en el rostro del demonio peliverde.
'Nada mal, me han puesto en desventaja en poco tiempo, incluso los otros Pilares no llegaron tan lejos, ¡Qué interesante!'. Pensaba Gyutaro con una sonrisa divertida, la cual, en un solo instante, fue borrada de su rostro...
"El juego terminó".
Susurró el jóven castaño al realizar un movimiento repentino, provocando cortes carmesí desenfrenados, acompañados por unos relámpagos al rojo vivo los cuales impactaron contra Gyutaro mandándolo a volar a varios metros del área.
'Qué golpe...'. Pensó con sorpresa una Hinatsuru sobre los tejados.
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Con Akane.
Nuestro otro par de trío de cazadores se encontraban realizando movimientos y cortes en dirección hacia la demonio Daki, la cual había escuchado aquel repentino ataque devastador por parte de Kiyotaka, quién había mandado a volar a Gyutaro.
'Qué extraño, ese movimiento reciente no fue de mi hermano, ¿Qué está sucediendo por allá? Onii-chan no debería dejar que esos tipos le corten la cabeza'. Pensaba Daki.
"Respiración de la nieve: octava postura: Garras de oso blanco". Susurró Akane realizando cuatro cortes verticales dando forma a la imagen de una garra, los cuales serían recibidos por Daki, demonio la cual comenzó a tomar distancia, quejándose del dolor debido a los ataques por parte de la peliblanca.
"Maldita, ¿Como puedes...?". Preguntó Daki mientras veía como aún permanecían aquellos cortes recibidos en su cuerpo, a pesar de estar utilizando su regeneración.
"Ese ruido de hace un rato, estoy segura de que fue Kiyotaka... Realmente no debiste dejar a tu hermano con ese tipo, ¿Sabes?". Decía Akane entre risas.
"¡Cállate, tú no sabes nada! ¡Lo único que sabes es hablar!". Exclamó Daki mientras seguidamente daba lugar a docenas de fajas, no obstante, serían cortadas rápidamente gracias a Zenitsu e Inosuke.
"Durante cien años la situación se ha mantenido como un ciclo interminable de Lunas Superiores... Está noche eso va a cambiar". Dijo Akane mientras observaba a Daki, provocando que la esclerótica de sus ojos brillarán en un intenso color azulino.
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Con Kiyotaka.
El castaño se encontraba de pie sobre los tejados, siendo iluminado por la luz de la luna, mientras observaba con ojos indiferentes a un Gyutaro tosiendo sangre bajo escombros de los edificios, resultado por el hecho de haberse estrellado anteriormente tras recibir aquel movimiento eclipsado, cuando la bruma por el impacto se logró disipar, Gyutaro se puso de pie y con su mirada empezó a buscar a Kiyotaka.
"¡Sal de donde estés para matarte, bastardo! ¡Ese ataque de hace un rato no me hizo ningún rasguño!". Exclamó Gyutaro con rabia mientras intentaba buscar a Kiyotaka en medio de los escombros de los alrededores, preparando ambas de sus guadañas.
'Es bastante engreído'. Pensó Kiyotaka mientras salía de lo poco que quedaba de la neblina carmesí, al verlo sin compañía, una sonrisa de oreja a oreja se formó en el rostro de Gyutaro.
"¡Grandioso! ¡Finalmente solo estamos tú y yo! ¡Nosotros arreglaremos las cosas como se deben!". Exclamó Gyutaro con emoción.
"Pareces ser tan humano como él, ¿No crees?". Preguntó Kiyotaka, desconcertando a Gyutaro.
"¿Humano? ¿Hablas de mí? ¿Pero que dices Jajaja! Yo jamás sería un humano, los detesto, son tan débiles, frágiles e impotentes, se aferran a la esperanza cuando ya no pueden hacer nada, ¡Los seres humanos envejecen y mueren! Mientras que yo, un demonio, disfruto del placer de hacer lo que quiera, no muero o me enfermo, volviéndome cada vez más fuerte". Respondió Gyutaro, con cierto sarcasmo en sus palabras.
"Incluso tienes el mismo pensar que aquella Luna...". Dijo Kiyotaka.
"Luna eh, ¿De cual Luna hablas?". Preguntó Gyutaro con curiosidad.
"Tercera Superior, Akaza". Respondió Kiyotaka, a lo que inesperadamente el demonio peliverde abrió ligeramente los ojos con sorpresa.
"Con que a eso te referías con 'él'... Es un presumido de su fuerza, pero es un buen tipo dentro de lo que cabe, eso es todo, no me agrada, solamente lo respeto, me sorprende que lo conozcas, ¡No me digas! ¿Sobreviviste a él? Jaja, seguramente escapaste como todo un cobarde". Decía Gyutaro entre risas.
"Akaza y tú son los demonios más humanos que he visto hasta ahora". Dijo Kiyotaka ignorando lo anterior.
"Tsk... Maldito mocoso, ¡Ya te he dicho que...!". Se quejó Gyutaro, intentando replicar, siendo interrumpido por el castaño.
"Parece que te centras más en proteger a tu hermana que a tus enemigos, tienes más humanidad de la que se puede ver, ya que si hubieras querido y, de no ser por mí, nos habrías envenenado a todos desde un principio". Dijo Kiyotaka, sorprendiendo a Gyutaro.
"¡Qué bueno eres para el parloteo Jaja! Lo único que dices es que mi hermana me retiene, y no es así, ella es todo lo que tengo, pero de todos modos... Empecemos de una vez". Exclamó Gyutaro, con un tambaleo en su pierna, como si se fuera a caer.
"Creo que la daga y los kunais de hace un rato te afectaron, está bien para mí... Terminaré con tu vida ahora mismo". Dijo Kiyotaka.
"¡No digas estupideces! ¡Los únicos que caerán esta noche serán ustedes, los cazadores! Incluso si me cortas la cabeza, tendrás que hacerlo al mismo tiempo con mi hermana". Decía Gyutaro.
"No te preocupes por eso, mis oídos han captado el como Akane y los demás están por cortar la cabeza de esa demonio, con cada segundo que pasa su cuerpo se debilita más, aumentando nuestras posibilidades, ahora solo tengo que decapitarte al mismo tiempo". Dijo Kiyotaka, sorprendiendo a Gyutaro.
"¿Qué? ¡Cómo si te fuera a creer!". Negó el demonio peliverde, estando atónito por pensar en aquello.
"Lamentablemente para tí, esto terminó, no es personal, solo debo hacerlo y ya". Dijo Kiyotaka mientras comenzaba a blandir su espada, elevándola hacia arriba con la intención de realizar un corte, esperando el momento justo mientras centraba su atención en sus oídos, Gyutaro lo veía atónito, sorprendido y desconcertado; en un principio tenía la confianza para decir que los vencería a todos y, sin embargo, aquel cazador enmascarado lo golpeó con la dura realidad de que no era el caso, de que no era lo suficientemente fuerte, no para poder vencerlos a todos, no para poder proteger lo último que le quedaba en este mundo, a su única hermana...
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"¡¡AAAGGHHH!!". Gritó Gyutaro con suma intensidad intentando ponerse de pie, dando lugar a varios hoces de sangre las cuales lo rodearon protegiéndolo, llamando la atención de los indiferentes ojos del jóven castaño presente quién volteo a verlo sorprendido.
'Se está recuperando del veneno de glicinias...'. Pensó Kiyotaka con sorpresa, mientras rápidamente tomaba distancia entre ambos, el demonio peliverde se reincorporó y, con ambas de sus guadañas realizó cortes de sangre lanzandolos en dirección hacia Kiyotaka, el cual comenzaría a repelerlos.
"¡Kiyotaka!". Exclamó con preocupación un pelirrojo con aretes, era Tanjiro junto a Uzui, ambos saltaban de tejado en tejado acercándose al cazador pelicastaño frente al demonio peliverde.
"No, esperen, aléjense de aqu-..". Replicó Kiyotaka sin éxito al ver a ambos, para sorpresa del castaño, en ese momento, Gyutaro lo tomaría de la pierna sorprendiendo al resto de cazadores, seguidamente el demonio realizó un ataque con sus hoces de sangre.
"¡Arte de sangre demoníaca: Espiral de navajas de muerte: Guadaña salpicante!". Exclamó Gyutaro al envolver sus brazos con ondas circulares de sangre, provocando una explosión de hoces que mandarían a volar a Tanjiro y Uzui, ambos estrellándose con uno de los cientos de edificios destruidos del Distrito.
"Huh... ¡Ah...! Uzui-san... Kiyotaka, ¿Donde está Kiyotaka?". Preguntaba Tanjiro entre jadeos producto del agotamiento al haber evitado heridas por parte de aquellas hoces de sangre.
"Tsuguko del Agua, si te llegas a morir no te lo perdonaré". – Exclamó Uzui provocando una sonrisa nerviosa en el rostro de Tanjiro. – "¡Ayanokouji!". Exclamó nuevamente Uzui esperando una respuesta por parte del mencionado en el interior de aquella reciente bruma provocada por el ataque de Gyutaro.
"¡Uzui-san, cuidado!". Exclamó Tanjiro al ver docenas de fajas aproximándose hacia ellos, seguido por el sonido de un relámpago y de múltiples cortes, eran Inosuke, Zenitsu y Akane, cazadores los cuales se encontraban combatiendo contra Daki, la cual se le había formado un ojo con esclerótica naranja brillante en su frente, idéntico al de Gyutaro.
"Hey, ¿Donde está Kiyotaka! ¿Se encuentra bien?". Preguntaba Akane a gritos mientras repelía grandes series de fajas junto a Inosuke.
"Kiyotaka está...". Intentó responder Tanjiro.
"¡Ese estúpido finalmente murió! Onii-chan lo hizo, eso es tan débil y patético". Exclamó Daki entre carcajas mientras saltaba sobre uno de los tejados, observando el área al igual que a los cazadores.
"Cállate...". Murmuró Akane enfadada, Daki solo sonrío ante la expresión en el rostro de Akane, le parecía divertida la situación, mientras que por otra parte, desde el interior de la neblina de polvo se podía ver como Gyutaro junto a sus guadañas dio un gran salto, colocándose a un lado de su hermana.
"Ya era hora, me había cansado de ese tipo...". Dijo Gyutaro entre risas mientras le mostraba a todos los presentes aquella máscara de zorro característica de Kiyotaka, la sostuvo en su mano, con algunos rasguños, pero en una pieza, ante esto Daki comenzaría a reír, mientras los demás abrían los ojos sorprendidos, Akane apretó sus puños, enfurecida.
"Es una lástima, el tipo realmente me caía bien, era interesante, ¡Y sin mencionar aquel rostro insensible en todo momento! Pero cuando tomé su pierna, era obvio lo que pasaría". Decía Gyutaro.
"¡Oye, devuélveme eso!". Exclamó Akane viendo a Gyutaro, llamando la atención de este, la peliblanca señaló la máscara en las manos del demonio peliverde, a lo que este sonríe.
"¿Por qué no vienes por ella? Aunque dudo que puedas, eres una debilucha como el resto de todos ustedes, entonces... ¿Qué harán al respecto?". Preguntó Gyutaro con una sonrisa divertida, mientras era observado por los cazadores restantes, Uzui no sabía que pensar, Zenitsu e Inosuke estaban atónitos, Tanjiro apretaba los dientes con el seño fruncido en señal de impotencia, a pesar de estar presenciando la dura realidad, conocía a Kiyotaka, sabía que era fuerte, por lo que, aferrándose a la idea de pensar que aún estaba a salvo del veneno, el pelirrojo con aretes blandió su espada negra, Daki sonrío, pero en eso, un brusco estruendo hizo temblar todo el Distrito Rojo, hecho el cual alarmó a todos, fue demasiado repentino, Gyutaro solo podría haber pensado en una sola persona, su mirada buscó de inmediato al responsable, y ahí estaba, aquel cazador castaño levantándose de entre los innumerables escombros, tenía cortes en su cuerpo, sangre recorriendo su frente y su haori blanco estaba totalmente destrozado y agujereado en el suelo, energía roja brillaba a su alrededor, mientras que blande su espada con una mirada que Gyutaro nunca olvidaría ni en cien años.
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Todos voltearon a ver de donde provenía aquella luz deslumbrante en tono rojo, al ver que se trataba de Kiyotaka, abrieron los ojos más que sorprendidos, al igual que con alivio dentro de sí, Gyutaro estaba atónito, no podía creerlo, en este punto ya estaba harto de todo y todos, literalmente había tomado al jóven castaño de la pierna para que recibiera su amplio ataque de lleno y, sin embargo, aún seguía de pie, se preguntaba quién era él, de dónde provenía esa fuerza monstruosa, tanto el peliverde como Daki estaban atónitos ante lo que veían.
'El elevado sentido del oído me permite percatarme de la altura de los sonidos, su duración, la velocidad de ejecución, intensidad de los ataques, y poder crear una imagen mental de ello, esto con el propósito de destruir el ritmo de los ataques provenientes de, en este caso, Gyutaro, aunque su veneno no ha sido nada para mí gracias a mi aliento, si me llega a romper un tímpano puede ser peligroso'. Pensaba Kiyotaka.
"Respiración del eclipse: decimosexta postura: Sombras del mar rojo". Exclamó Kiyotaka al desplazarse encontrándose repentinamente frente a Gyutaro quién se sorprendió por la velocidad del castaño, rápidamente envolvió sus guadañas en veneno listo para contraatacar, sin embargo, se sorprendió aún más tras recibir un corte frontal gigantesco, siendo mandado a volar.
Tan pronto como Gyutaro salió disparado por los aires, Kiyotaka se desplazó hacia su dirección, conectándole una patada frontal que hizo a Gyutaro estrellarse contra el suelo, agrietandolo aún más.
"¡Onii-chan!". Exclamó Daki totalmente atónita mientras seguidamente comenzaba a elevar sus obis de carne, los cuales rápidamente fueron cortados por Kiyotaka, el castaño sujetó a la demonio del cuello mientras se colocaba su máscara nuevamente, provocando que sus ojos brillaran como si albergaran en la oscuridad.
"En realidad, no espero que te entrometas, en este punto ya debes de saber lo que pasará si lo haces". Dijo Kiyotaka en un tono ensordecedor observando a Daki con ojos neutrales, lo cual alarmó aún más a la demonio femenina.
'Qué extraña sensación, es la primera vez que no percibo emoción alguna en alguien, a excepción de Douma, pero está vez es diferente, no parece tranquilo, contento o triste, ni bien ni mal, su expresión facial o actitud no revelan signos de emoción, es una percepción tan calmante...'. Pensaba Daki sumergida en la sensación tan tranquila que percibía en aquel jóven enmascarado, lo cual no había experimentado antes en algún otro humano jamás.
Repentinamente, tanto Daki como Kiyotaka voltearon a ver a un Gyutaro con el seño fruncido el cual realizó un salto en dirección hacia ambos, a lo que el castaño estuvo a punto de detenerlo, siendo interrumpido por un Tanjiro junto a Uzui, ambos bloqueando las guadañas de sangre de Gyutaro para seguidamente hacerlo retroceder unos metros.
"Ya estoy harto de todos ustedes, ¿Como puedes seguir vivo? Recibiste todos mis hoces de sangre para que terminaras envenenado, deberías de estar muerto, tirado en el suelo". Habló Gyutaro, mirando con rabia a Kiyotaka.
'Es verdad, si este tipo recibió gran cantidad de cortes envenenados de mi hermano, ¿Como es posible que siga de pie? ¿Quién diablos es él?'. Se preguntaba Daki, la cual seguía tomada del cuello por nuestro castaño.
"Akane, ¿Te ocuparías de ella?". Preguntó Kiyotaka, viendo de reojo a la mencionada quién aún con una sonrisa de alivio en su rostro, apuntó su espada hacia Daki para seguidamente desplazarse velozmente hacia la demonio femenina.
"¡Nosotros también iremos!". Exclamó Inosuke sonriente junto a un Zenitsu aún dormido.
"¡Entendido! Kiyotaka, Uzui-san, debemos cortar la cabeza de-..". Decía Tanjiro quién detuvo su hablar, tras ver como estaba por recibir un ataque proveniente de Gyutaro, no sin antes ser desviado por el Pilar del Sonido, quién sonrío de oreja a oreja.
"Más despacio, demonios, la noche aún es joven". Dijo Uzui.
Gyutaro ignorando lo anterior, se abalanzó contra Kiyotaka envolviendo sus respectivas guadañas en veneno, está vez tenía la intención de acabar con aquel cazador de una vez por todas.
Sin embargo, para sorpresa del peliverde, sería tomado de su antebrazo para luego estrellarse contra el suelo, recibiendo múltiples cortes carmesí provenientes del enmascarado, hecho el cual lo dejo asombrado, al igual que Tanjiro y Uzui.
"¡Uzui-san!". Exclamó Tanjiro, viendo una oportunidad para finalmente acabar con el demonio.
"¡A pelear por la victoria!". Exclamó Uzui mientras alzaba sus espadas gemelas, seguido por Tanjiro quién envolvió su espada en fuego, ambos chocando sus hojas de filo en el cuello de Gyutaro, cortándolo, el demonio estaba sumergido en la ira, sintiéndose como una imagen impotente que no podía hacer nada al respecto, no teniendo a aquel jóven castaño serca.
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