El tiempo que gasto en escribirte realmente se cuenta en días, incluso en semanas. Este tiempo que ya no volverá como tampoco lo harás tú. Pasaste solo por unos días, quizá una semana y nos dijimos adiós. Nunca pensé que este significará el final de algo que nunca empezó, pero así fue. Yo me fui sin decirte la verdad, guardándome todo y, finalmente, me tienes aquí escribiéndote como cada día. Tú seguramente no sepas que va para ti, pero lo hace y si algún día te vuelvo a ver te lo explicaré al pie de la letra. Te diré que todos los escritos que viste en Instagram los inspiraste tú y otros muchos que nunca viste también. Te diré que aquellas canciones que canté eran para ti, aunque no lo dijera en su momento. Te confesaré que te escribí mucho en mi memoria, aunque eso nunca saldrá a la luz. Te contaré que, sin que parezca una locura, me pasé horas viendo tus fotos para poder disfrutar de tu sonrisa. Te lo confesaré todo si cojo el coraje suficiente con el daño que me harán los meses pensándote y los días enteros escribiéndote desde el alba hasta el ocaso.
(27/8/2022)