En el camino cubierto de flores y árboles a los lados, Jennie guiaba a su caballo de la cuerda mientras caminaban tranquilamente, conversaba con Lisa sobre temas del pueblo que hasta ahora había pasado desapercibido para ella.
_No lo sabía, hasta que ví el actuar de uno de mis guardias contigo - comentó Jennie, Lisa le había explicado el trato de algunos de sus soldados - lo siento por eso.
_¿Cuál de todos los tratos vió?
Jennie se sorprendió ante esta pregunta, eso significaba que no era la primera vez.
_El día que nos conocimos, minutos antes ví cuando te tiraron al suelo y uno de ellos puso su pie sobre tu cabeza. Al principio...debo confesar que estuve de acuerdo - desvío la mirada, avergonzada - pero ahora que te conozco...debo admitir que fue algo extremo.
_¿Estuvo de acuerdo? - sonrió con amargura - se nota que no sabe cuánto duele eso.
_Lo entiendo, pero es que a mí me enseñaron que deben darme el respeto que merezco por ser la princesa. Deben obedecer mis órdenes sin alguna escusa o tendré todo el derecho de dictar un castigo.
_¿Le han pisado la cabeza alguna vez? - Lisa detuvo su andar.
_No - Jennie negó - soy la princesa, nunca me han castigado.
Lisa se acercó a ella, quedando a solo centímetros. Jennie observó curiosa cuando Lisa llevó su mano detrás de su nuca, tocando en un punto en específico.
_Esta zona - pronunció Lisa - es donde duele más, ¿Puedo presionar? - pidió permiso, Jennie asintió un poco dudosa - cuando pisan aquí - presionó, Jennie se alejó rápidamente en medio en grito, había sido un dolor muy fuerte - es donde te lastiman.
_Eso...duele mucho - Jennie se sujetaba la zona afectada - ¡Ash! - apenas y el dolor estaba pasando.
_Lo lamento, solo quería mostrarle lo que muchos sentimos cada vez que usted o la reina pasan por el pueblo.
_Siento que esto fue una venganza - acariciaba su nuca - ¿Se vengó de mí, princesa? - comenzó a jugar.
_¿Qué? No - Lisa negó temerosa - yo...solo presioné despacio... no quise lastimarla...bueno, no demasiado - Jennie entrecerró los ojos ante lo dicho - ¡No quise decir eso!
_Pero lo dijiste - se acercaba a ella de manera amenazante, le divertía asustar a Lisa.
_N-no, princesa - se dejó caer al suelo y se inclinó ante ella, nerviosa - perdón, nunca le faltaría el respeto así. Perdón por exceder mi confianza, no volverá a p-
Lisa quedó sorprendida cuando Jennie levantó su mentón y unió sus labios a los de ella, dejando un corto beso. Jennie se alejó en medio de una sonrisa divertida y siguió su camino junto al caballo, dejando a Lisa aún estática arrodillada en el suelo.
_No te preocupes - Jennie observó sobre su hombro - ya castigué a quien te hizo eso. Y por cierto...te ves muy tierna asustada - sonrió.
Lisa volvió a la realidad, observó a Jennie esperándola a lo lejos y torpemente se levantó y corrió a ella. Al llegar a su lado se mostró nerviosa, su sonroja aumentó cuando Jennie tomó su mano y continuó su camino junto a ella.
_Espero no te moleste, es lo que los prometidos hacen, ¿No?
_No me molesta - Lisa miraba sus manos juntas - me...me agrada mucho - sus pensamientos salieron en voz alta.
Rápidamente se cubrió la boca pero Jennie rió al escucharla. A los pocos segundos, ambas reían divertidas.
***
Rosé le daba la razón a Jisoo, necesitaba un paseo, el día había sido muy bueno. Fueron a comer a un pequeño puesto y la comida era deliciosa. Pasaron unos minutos a la tienda de Jisoo, alimentaron a los animales y entre risas intentaban atrapar a una de las gallinas que se había escapado.
Nunca pensó que lo más divertido que haría era quitarle las espinas de las mejillas a Jisoo porque fue atacado por un erizo. Jisoo no dejaba de hacer caras graciosas ante cada espina quitada.
Caminaron a un campo abierto llena de flores y se recostaron a hablar y ver las nubes, Rosé la estaba pasando bien, traía una sonrisa sincera y traía el sombrero de paja de Jisoo para cubrirse del sol.
Giró a ver a Jisoo cuando escuchó un ronquido, la pelinegra se había quedado dormida a su lado. Usaba su camisa para poder proteger su cara del sol, solo estaba con un polo a tiras.
Rosé giró su cuerpo a ella y cerró los ojos igualmente, a los pocos minutos se quedó dormida también.
***
Al llegar al palacio, Jennie se sentó frente al patio para observar a Lisa, los soldados la estaban esperando en filas, solo eran un pequeño porcentaje, luego el resto le enseñarían a los demás. Los que se encontraban allí eran de los rangos más altos.
_Hola, Pan - saludó Jennie al ver al roedor sentarse a su lado - veo que haz comido - Pan sonrió mostrando su vientre, estaba más panzón.
Ambos brincaron de susto al escuchar el grito del soldado más alto y corpulento, este intentaba estirar sus piernas pero no era para nada flexible, Lisa tuvo que empujarlo hacia abajo.
_Creo que primeros debemos calentar - Lisa estaba pensativa - sí, eso haremos - sonrió nerviosa - perdón por tu pierna.
Una hora después, todos hacían ejercicios en fila mientras eran supervisados por Lisa. Hacían abdominales y Pan estaba a un lado, tratando de imitarlos.
La castaña se encontraba en medio de ellos, cuando Lisa se arrodilló frente a ella y sujetó sus pies. Jennie sonrió de lado divertida al encontrarla cara a cara, Lisa desvío la mirada, nerviosa.
_Perdón, no era esta mi intención, solo quería ayudar - quiso levantarse.
_No, sigue haciéndolo, no tengo problema.
Lisa asintió y volvió a acercarse, la mirada divertida de Jennie la ponía más nerviosa cada vez que sus rostros se acercaban.
Jael también estaba haciendo abdominales, cuando al inclinarse hacia adelante, se encontró cara a cara con la rata, este sujetaba sus rodillas. Jael lo miró extrañado y Pan solo sonreía, quería ayudar como Lisa lo estaba haciendo.
Ambos observaron cuando Jennie dejó un beso en la frente de Lisa y la pelinegra bajó la mirada en una sonrisa nerviosa. Pan y Jael se miraron sin expresión alguna, lentamente se alejaron y negaron. Pan decidió volver al lado de Jennie.
***
_¿princesa Moon? - uno de los guardias se hacía presente - su barco está listo.
_De acuerdo - leía uno papeles - no avisen de mi llegada al reino de la princesa Kim, ella no tiene porqué saber de mí. Solo necesito hablar con la reina.
_Como usted ordene, princesa.
_Vamos - sostuvo los papeles en un rollo, guardandolo en el bolso de su cintura.
***
_¿Qué opinas, Pan? - Lisa admiraba a todos, a los soldados desde la ventana del piso dos, admiraba el palacio, admiraba a la princesa a lo lejos, le gustaba todo lo que veía a su al rededor - ¿Pensabas que íbamos a estar así? ¿siento parte de la realeza? - sonreía con los labios sellados.
Pan estaba sobre su hombro, también admiraba todo, nunca creyó verse más panzón, ahora su nombre sí tenía sentido.
_Pan...- Lisa no quitaba la mirada de Jennie, ella comía junto a sus soldados y platicaban - creo que me gusta la princesa...
Pan giró a verla, levemente sorprendido.
Lisa iba a continuar, pero algo le llamó la atención. Por el corredor de la izquierda vió a alguien esconderse entre las columnas y correr a gachas dentro del palacio.
Lisa se alertó ante esto, Pan se sujetó con las garras cuando Lisa comenzó a correr para poder atrapar al intruso. Lamentablemente Pan salió volando en un giro.
***
Jisoo se escabulló hasta lograr cruzar todo el corredor, traía la ropa de Rosé en el pequeño costal y tal como la rubia se lo había pedido, no podía dejar que la vean, al menos no la princesa o la reina.
Rosé tuvo que quedarse unos minutos en la entrada al encontrar una discusión entre dos comerciantes que los soldados había traído.
Jisoo suspiró aliviada e iba a asomarse para ver el patio, justo donde estaban comiendo los soldados. Ellos estaban distraídos y dándole la espalda, contó en susurros hasta el número tres y se dispuso a correr.
Apenas salió cuando fue tacleada por Lisa. Jisoo comenzó a forcejear en el suelo y Lisa la sostenía de sus brazos por la espalda. Jisoo logró zafarse en uno de sus brazos y golpeó fuertemente con su codo, logrando que Lisa la soltara ante el golpe en su nariz.
Jisoo quiso levantarse y huir, cuando notó a la rata saltar directo a su cara con sus extremidades abiertas. Jisoo simplemente se hizo a un lado y Pan se estrelló contra la pared, cayendo en pequeñas vueltas al suelo.
Jisoo quiso correr cuando fue sujetada con fuerza por varios soldados, obligandola a tirarse al suelo para atarla de manos, Jisoo luchaba por escapar.
_¿Estás bien? - Jennie llegaba corriendo al lado de Lisa, ella cubría su nariz con ambas manos, la sangre goteaba a montones entre sus dedos - ¡¿quién le hizo esto?! - gritó Jennie al levantarse.
Jisoo fue obligada a arrodillarse frente a Jennie y sujetaron su cabello con brusquedad levantando su rostro. Jael ayudó a Lisa a levantarse y junto a otros más, la llevaron de inmediato al cuarto de la enfermera y curandera. Pan fue tras ellos y trepó en el hombro de Jael.
_Princesa...- el cuerpo de Jisoo temblaba al saber de su error, pensó que un soldado había sido quien la atrapó, no pensó que había sido Lisa - n-no quise hacerlo, perdóneme, por favor.
Rosé llegaba corriendo, sus pasos frenaron al ver los que estaba pasando, miraba nerviosa el enfado de la princesa.
_Golpeaste a mi prometida - pronunció seriamente.
_No quise- recibió una fuerte bofetada que la mandó al suelto, sus ojos se cristalizaron por el temor.
_Llevenla al calabozo - ordenó Jennie - mañana en la mañana...será su ejecución.
Rosé abrió los ojos ante esto, observó a Jisoo suplicar pero fue llevada a rastras por los soldados.
_¡Princesa! ¡princesa! - Jisoo suplicaba entre lágrimas - ¡No quise hacerlo! ¡perdóneme, por favor! ¡princesa! - su voz se quebró - ¡Mis animales deben ser cuidados! ¡por favor! - gritó en dirección de Rosé, quién la veía preocupada - ¡Cuidelos, por favor! ¡no los dejes solos! ¡cuidelos! - sus lágrimas caían - ¡Necesitan que los cuiden!
Siguió luchando en querer escapar, hasta que las puertas se cerraron y solo se escucharon leves gritos de perdón que fueron disminuyendo a la lejanía.
_¿La conoces? - preguntó Jennie con voz dura. Rosé se tensó ante su mirada. Negó con temor y se mantuvo en silencio - iré a ver a Lisa, encárgate de todo para mañana - se alejó a pasos firmes.
Rosé bajó la mirada cuando Lady asomó su cabeza en el bolso, parecía también tener miedo, podría jurar que los ojos del roedor estaban cristalinos. Lentamente llevó su mano a la cabeza de Lady, dando leves caricias que parecían consolar a ese pequeño ser.
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