Contención

By Nelsy_diazr22

13.8K 1.7K 260

El dragón de la mafia neoyorquina ha regresado, por su puesto, por su gente y por las cabezas de quienes lo l... More

Introducción.
Capítulo I
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 32

590 54 9
By Nelsy_diazr22

Donovan

Debo bancarme las oraciones de los idiotas que le piden a los custodios por un minuto de paz, como si eso les funciona o les haya funcionado alguna vez.

Camino por el pasillo, viendo la parte inferior que los reclusos van siendo dejados en sus celdas por los guardias que me reparan.

Los murmullos se pueden oír, que haya dejado a Raken en el suelo reiteró porqué fui el mejor en mandar a idiotas al infierno cuando estuve encerrado antes. Eso deja claro que donde sea que esté mi nombre siempre tendrá un realce y no importa como, saben que no me ando con juegos o dándole vueltas a una pelea que pudo terminar peor, solo que no me interesa el gusano.

__ Sé lo que haces, dragón. - me dice Joselo. - Te aconsejo no hacer esa clase de disturbios de nuevo, te lo dije antes y recuerda que al director no le caes bien.

__ Ni a tí tampoco.

__ No, muchacho. Solo que una parte de mí creyó que te reintegrarías a la sociedad, como un hombre de bien que consigue una buena mujer para formar...

__ Eso solo existe en tus ideas, Joselo. En el mundo no todos viven las mismas situaciones. - le digo llegando al patio, donde Jake está jugando con un tablero de ajedrez o lo que sea, en las cuales usa piedras como piezas. - Tu trabajas veinticuatro horas aquí, quince días al mes para ganarte una cantidad que yo gasto en un traje.

__ Lo mío es honradamente. - me río de su estupidez.

__ Lo mío también. ¿De verdad crees que yo tengo negocios ilícitos ahora? - le pregunto y no dice nada. - Todo es legal. Lo que no es legal, es lo que hago para dejarlos como legal.

__ ¿Porque me dices eso?

__ Solo quédate abajo. - no me gusta el cigarrillo al punto de crear un vicio, pero en este momento la ansiedad de salir me hace tomar uno de nuevo

__ ¿Eso que significa? - me pregunta.

__ Lo sabrás. - me siento frente a Jake, quien desliza una botella con agua para que tome. Tiene golpes nuevos y sé de donde provienen, es fácil deducirlo.

Me distraigo un instante intentando entender cuáles son las dichosas piezas, pero al final lo dejo. No sirvo para jugadas que no sean las mías.

El director no me quita la mirada de encima y le muestro que me valen mil hectáreas de mierda al lanzar el humo al aire, devolviendo el gesto que hace.

Algo está planeando el infeliz. De seguro ya Ronald le encargó algo en mi contra porque el infeliz sabe que solo aquí me puede contener.

Ni estando en esa asquerosa cueva logró hacerlo, pero aquí si pudo encerrarme y entre tratos se volvió más de un año.

No pasaré ese tiempo encerrado de nuevo. Detesto lo que está pasando. Detesto a la infeliz que se fue de nuevo. Detesto a la hija de perra que tiene como madre y le tengo un odio mucho mayor a Ronald.

Cuando le ponga las manos encima estar con la cara quemada y ser sensible a la luz será el menor de sus problemas.

Le voy a arrancar la puta piel y hacer que la desquiciada de Sabine se la coma.

__ Mensaje de Raken. - dice uno de los reclusos que se pasean de un lado a otro con el otro imbécil que me envía papelitos como si fuera escuela.

__ Que me lo diga a la cara y se deje de cosas. - opto por mantenerme sereno, aunque en este instante lo último que deseo es estar quieto. Lo único que me detiene es que Kilian está fuera de sus manos.

El crío no es inmortal, pero es mi hijo y como tal debe verse, porque mi sangre de mediocre tiene lo que yo de pacífico.

__ Raken quiere verlo. - me dice el mismo sujeto.

__ ¿Acaso es ciego o le tengo los ojos? - pregunto hastiado.

__ Señor, él se refiere a la posibilidad de...

__ No soy quién quiere hablar con el otro. - le pido la bendita torre a Jake al no entender al dichoso tablero.

__ ¿No crees que eres muy arriesgado al provocarlo tanto? - mira con disimulo al tipo que se va. - Puede ser muy contraproducente si lo dejamos, ya sabes...

__ No les debo un carajo como para lamerles los pies. - le digo sin inmutarme. - Y aunque les debiera, mataría a mi suegra antes que humillarme ante ellos.

__ Yo quiero matar a mi suegra en ocasiones. - se ríe él. - Me exige que le dé el divorcio a su hija, pero tanto ella como yo no queremos hacerlo, ignoramos el pedido.

__ Bien por tí. - digo solamente.

Pensar en Sofía me jode más que tranquilizarme. Desprecio totalmente la imagen de heroína en alguien, no me gustan sumisas tampoco, pero sí alguien que no les de el gusto de tenerla cerca a ese asqueroso.

Porque idiota no soy y sé muy bien de lo que Sofía es capaz y tan solo pensar que podría...

Piso el cigarro con el zapato, lleno de rencor y cada sensación de amargura existente llegando a mis pulmones incluso. Los motivos para cortarle cada extremidad aumentan y nada me quitará ese gusto, así muera en el mismo lugar.

Escucho las aspas de un helicóptero sobrevolando la zona, Raken camina en mi dirección y atrás de él veo el rostro del director asomándose por las rejas de su ventana.

Esos hijos de puta.

__ Que extraño, es la primera vez que oigo un helicóptero sobrevolando esta zona. - dice Jake mirando hacia el cielo.

No respondo solo viendo a Raken, el cual se aproxima a mí con el típico andar de alguien confiado que no tiene temor por quien tiene en frente.

__ Te haces mucho del rogar. - me dice el imbécil en lo que le doy una calada al cigarrillo. - Nadie más que tú me ha desafiado tanto en tan poco tiempo.

__ Un lugar privilegiado claramente.- me quedo en mi sitio en lo que este se ríe mirando a todos lados.

__ Me noqueaste ayer.

Ni me inmuto.

__ No tengo mala memoria. - piso el cigarrillo en el suelo asquerosamente polvoso.

__ Eso amerita una revancha, dragón. Una donde ambos conozcamos nuestras habilidades y no tengamos que estar adivinando si es o no posible pelear en términos que conocemos los dos.

Se sienta a un lado de Jake y él se mueve de lugar. El ruido de la aeronave se escucha cada vez más fuerte, todos miran al cielo, mientras el mono de circo me reta a una pelea de nuevo.

__ Si te gano, seré la única leyenda. - «ya estuvo bueno de tanta mierda» me digo harto de ver cómo quieren desmeritar mi nombre con desafíos estúpidos de gente que no entiende que no quiero ser una leyenda aquí dentro, sino afuera que es donde si tengo un puto infierno que desatar.

__ Esto no es ningún reino para ser una leyenda. - me le planto enfrente. - Solo eres un payaso jugando a grande.

__ No sabes lo que dices. - las aspas envían oleadas de viento contra todos. Algunos buscan refugio, Jake me pide moverme, pero el imbécil no se larga.- Te dejaría vivir, pero ahora dudo mucho que logres sobre...

Un balazo lo hace caer a mis pies con un orificios enmedio de los ojos, miro el alboroto que se forma y acribillo a Alessio, el cual sé que me tiene en la mira.

__ ¡Vámonos! - me dice Jake queriendo que lo siga.

__ Claro que me voy, pero de esta asquerosa prisión. - le digo cuando el helicóptero derriba a cuánto guardia se asoma por los muros y torres de vigilancia. Desatando una serie de alarmas que avisan de lo sucedido a todos lados.

No pertenezco a una cárcel y no son de los que se quedan a esperar. Lo hice una vez porque me destruyeron y necesitaba contención, pero ahora no hay nada que contener por lo que al ver el helicóptero aterrizar me muevo a él.

Veo a Joselo aparecer junto a una docena de guardias apuntando en mi dirección al ver mis intenciones, no voy a quedarme y lo sabe.

__ ¡Arma! - le pido a Alessio, quien me la lanza desde adentro. La atrapo en el aire, girando al tiempo que le arranco el seguro, enviando la lluvia de balas que entran por la oficina del director, este se esconde, pero es el halcón quien se encarga de soltar el explosivo con la bazuca que estalla su oficina.

Joselo se tira al piso cuando la ráfaga de proyectiles impacta en la pared atrás de los inteligentes que eligen no meterse en mi camino.

__ Son dieciséis putas horas en este lugar. - reclamo al subir al helicóptero que me deja comienza a elevarme. Jake está en el suelo, levanta la mirada y cuando me siento analizo lo que dijo horas antes.

Muevo la cabeza. Duda, pero al ver todo el lugar despejado corre en mi dirección, Alessio lo ayuda a subir, sabe que no hago algo solo por hacerlo, por ello el helicóptero sube, en lo que el halcón y yo mantenemos a todos en el piso.

No soy para estar encerrado, no soy la mascota de nadie y quien me la hizo, aunque tarde voy a cobrarselas porque el rencor fue lo que ingerí durante mucho tiempo y no me quedaré de brazos cruzados ante lo que sucede.

Ronald con o sin Sofía es un peligro. Mis bodegas no las va a tocar y aunque me joda tener que estar en contra de ella también, lo haré si se mete con mis cosas. 

Aterrizamos en campo abierto. Me quito el overol que me dieron en la prisión, me pongo un pantalón que Alessio me tira, saco los zapatos y me muevo a los autos con la camisa abierta.

__ ¿Donde está? - le pregunto a Eve, la mujer de blanco que me entrega un mapa con un punto en una zona de Virginia.

__ Se están llevando todo. Dejan vacías todas la bodegas y tú jugando al niño bonito adentro de esa prisión. - me alcanza el abrigo que me pongo. Mira al hombre a mi lado y con un gesto pregunta.

__ Es un periodista. Nos servirá. - Jake me observa y medio le devuelvo la mirada. - No creíste que esto era porque soy buen samaritano ¿no? Debería darte gusto salir de ahí o seguirías siendo el juguete que todos se pasen unos a otros hasta que otro imbécil llegue y te reemplace.

__ No lo creí, pero...no soy periodista. Para lo que planeen...

__ Cariño, nosotros decidimos quien es y quien deja de ser. - le dice Evelyn. - Dime tú nombre y limpio tu expediente por completo, pero la deuda existe y aquí no se olvidan.

__ Comienzo a creer que era mejor quedarme encerrado. - dice. Sus golpes de moral los puedes usar para limpiarse el trasero luego, ahora solo me interesa un medio para llegar a Virginia.

Solo es un estimado, de seguro lo han sacado por el rumbo que llevan. Evelyn me dice sobre la reciente bodega de la que se llevaron hasta las ratas y concuerdo con que debe estar demasiado desesperado para no revisar ni siquiera si sirven o solo son los desperfectos que guardaron para no tenerlas estorbando donde no las necesitamos.

Abordo una avioneta que me traslada a Virginia en poco tiempo. De ahí me muevo en autos y para cuándo llegamos a la dichosa bodega ya la encuentro vacía. Me bebo la botella de agua que me entregan sin preocuparme que me lleven algo importante.

__ Tienes que ver esto. - me dice Evelyn con tres abalorios para bisutería que me pone en la palma de la mano. - Con este son nueve.

__ ¿Qué con eso?

__ Fijate en la parte interna. - sugiere señalando una de ellas.

Me fijo en lo que dice y puedo distinguir como hay una serie de marcas que estos revelan.

__ Son números. - digo.

__ Son coordenadas. - deduce Alessio con uno en sus manos. - Sofía nos da la siguiente ubicación.

Está hija de...

Junto todas las que me entregan, formando la serie de números que me hacen llegar a la deducción rápidamente.

Por inercia me río. Sabía que habían mañas en ella desde que la conocí, es demasiado tierna e inocente como para serlo en verdad.

Y ahora demuestra que creer que no crea planes sobre planes es un error.

Sofía

El casquillo que sostengo en la mano me hace suspirar. Estoy agotada mentalmente, tengo un sinnúmero de horas de no dormir, hasta alucino con una cama a este punto.

Pero lo único que hago es retomar mi botella con agua para darle otro sorbo. Meto el casquillo en mi bolsillo y me levanto, el césped queda pegado a mi pantalón por lo que debo limpiarme para continuar el camino.

__ Cargalas. - me dice Sabine pasando a mi lado con una mochila que me tira a los pies.

La pateo de regreso. Le doy la espalda hasta que siento como se viene sobre mí una vez más, en un movimiento rápido me giro con el cañón de mi arma directo a su sien.

__ Que ansias las tuyas de provocarme, mamita. - me le burlo.

__ Dispara y te vas a la mierda conmigo.- se ríe la infeliz.

__ Ay por los infiernos, eso sería un gran favor para mí. Premio doble, dejaría de estar con los ojos de Ronald sobre mí todo el tiempo como si fuera a correr y te llevaría conmigo al infierno. - siento como el click suena en mi cabeza.

__ Baja esa pistola, Sofía. - ordena Ronald. - No estamos aquí para pelear entre nosotros.

__ Es la finalidad que tienes tú, pero a alguien se nota que se le olvidó eso. - le digo sin bajar el arma. - Hay que recordárselo.

__ Sofía baja esa jodida arma. Es tu madre. No vas a matarla. - me dice.

__ Ganas no me faltan. - le digo, tengo una quemadura muy grande rodando de un lugar a otro.

Necesito desquitarme de lo que le hizo a Bruno, necesito que muera sufriendo lo que yo con saber que me quitó a mi hermano.

Aún no.

Debo repetirme eso, debo grabarlo en mi cabeza, recordarlo para no cometer una estupidez, pero me jode no poder hacerlo.

En contra de mi voluntad me obligo a bajar el arma.

__ Que deje de provocarme, quizá la siguiente vez tu esposito no esté presente para salvarte la asquerosa existencia. - manifiesto yendo al frente.

Siento la mirada de muchos sobre mí. No estoy de humor, no quiero a nadie cerca y no se los permito.

Necesito sacar toda mi rabia, el enojo llena mis células y no puedo pensar así. Ser coherente es lo que se necesita, sin embargo si están lanzándome sus miradas terminaré por explotar y todo se irá al carajo, que es justo lo que intento evitar.

Me detengo en un arroyo para beber agua. Son paisajes hermosos, a Kilian le gustarían, me digo.

Mi precioso Kilian. De nuevo le fallé, de nuevo no lo llevaré a donde le dije porque algo me dice que para salir de esta debo morir y es algo que no quiero esta vez.

Necesito disfrutar a mi bebé. Necesito tenerlo para sentir que el mundo no es tan mierda como lo he visto hasta ahora. Lo necesito.

Sé que su padre me ha de odiar. Y esa quemadura es otra que me jode.

Al parecer una vida común es algo que solo se me permite soñar, porque no solo no tengo el derecho a verlo como una realidad, sino que cuando logro sentirlo como todo lo que me llena, termino por ver cuánto peligro nos ronda.

__ Que buen culo. - dicen atrás de mí. Dejó caer el agua de mis manos y me giro hacia el tipo que me quiere poner las manos encima.

__ Atrévete y te mando a conocer el infierno. - amenazo harta de que no pierden el tiempo de verme de esa forma, faltos de cerebro.

__ Es una broma, chiquita. - me dice intentando tocar mi mejilla. Con un reflejo automático mi mano se hace de su cuchillo, el cual le clavo en el antebrazo. Tal vez así entiende que lo que no me dejo hacer como si fuera nada, es verdad.

Su grito alerta a todos, mi vista se ensombrece, mis manos toman el instinto que no voy a poder contener si se me vienen encima.

Mi pie se planta con firmeza en el límite del sitio en donde estoy.

__ Te lo advertí. Tocame y te vas al carajo.

__ Eres una hija de puta. - lloriquea con el brazo ensangrentado.

__ Lo soy. Soy hija de la perra que tienes como tú gran señora. - me vuelvo hacia Sabine, la cual levanta la mirada a lado de Ronald.

Todos la miran y como si no le gustara que lo sepan se me queda viendo con ganas de rebanarme la garganta.

Pero no le bajo la cara, la odio mucho más de lo que ella a mí. Dice que yo le arruiné la vida, que le jodí la existencia y aunque eso sea muy doloroso de oír, porque mucho tiempo deseé que Braulio me dijera que solo fue por falta de medios que mi madre no me quiso con ella.

Ahora soy yo quien la quiere lejos, a veinte metros bajo el suelo.

__ Nadie la toca. - determina Ronald. Eso en lugar de hacerme sentir bien, solo me vuelve un ser miserable, tanto como para tener el impulso de lanzarme al precipicio y acabar con todo lo que hubiera querido que se quedara atrapado en el olvido.

Lo único bueno que me pasó fue perder la memoria y ser feliz sin recordar que mi papá es un asqueroso, mi madre una maldita y yo soy el fruto "del amor" que esos dos enfermos se tienen.

Sigo mi camino al lugar que encontramos diez minutos después. Con mi huella la puerta se abre, dándole la risa a Ronald con las armas que lo hacen caminar entre las cajas.

__ Has sido una muy buena elección. - me dice palpando mi hombro. El asco me hace moverme para dejar de sentir el olor que emana.

No es sólo odio lo que le tengo.

__ Me haces sentir muy orgulloso, linda. - me quiere tocar solo para provocarme, pero lo aparto y me termino de alejar con los ojos de Sabine sobre mí y varios de los tipos que abren lo que encuentran.

Qué se lleven todo. Es lo que menos me interesa en este momento.

El calibre de algunas de las armas reúne a grupos para revisar cómo funcionan. Las ponen a prueba y al ver la letalidad no hacen falta los halagos.

__ Son una creaciones únicas. - me dice un tipo mostrando varios cargadores. - Con estas tenemos para equipar a todos, señor.

__ Carguen todo. Nos lo llevamos en la mañana.

Justo lo que no quería escuchar. No quiero estar en la intemperie junto a tipos que lo único bueno que según tienen en sus vidas es coger con las que pueden convencer de hacerlo.

Esas son las conversaciones que escucho cuando cae la noche. Debo alejarme un poco de ellos, sin llegar más allá del límite que me imponen o de la luz.

No sé porqué al saber que habrá ausencia de luz me da escalofríos. No soy temerosa de la noche, pero en éstos instantes me vuelvo como alguien que le tiene pavor.

Busco algo con qué cubrirme, hallando una manta gruesa. Hace mucho frío y los únicos brazos que han sabido quitármelo no están.

Pese a lo maldito que puede llegar a ser, Donovan ha sido el único capaz de hacerme sentir segura aún cuando no sea protección lo que ofrece, sino causar un holocausto.

Sé cuan extremo puede ser, estoy consciente del peligro que es para el resto, pero si me ponen a elegir entre los héroes que dicen proteger o él para cuidar a mi hijo, la pregunta sería respondida de inmediato.

Nadie como él para mantenernos a salvo.

Con su imagen en la cabeza cierro los ojos, en mi ensoñación puedo verlo, sentirlo y oler su fragancia para no perderme en lo que me quiere aprisionar.

Para la mañana soy la primera en despertar, a mis pies están todos completamente dormidos. La fogata se extinguió, hay botellas esparcidas por el lugar y envolturas de lo que ingirieron.

Pongo los pies al suelo con cuidado, mis botas tocan mis pies y comienzo a caminar entre los cuerpos.

Guardo mi cuchillo en la funda y mi arma que cargo en mi mano, yendo por el camino casi extinto debido a la vegetación, no hago un solo ruido y sigo el sendero.

Camino por no sé cuánto tiempo, unos diez minutos como máximo antes de detenerme frente a una cascada.

El sol comienza a salir, el rocío se ve en cada hoja de los árboles y el ambiente es como para disfrutarlo. Pero ni siquiera para eso tengo ganas.

Me deshago de la ropa que hago un bulto, la cual dejó atrás de la cascada para luego meterme solo en bragas al agua para bañarme.

Está demasiada fría, pero es peor que nada.

Me quito todo el sudor que tengo encima para luego vestirme con toda la calma posible, me siento en la superficie de la roca.

Necesito un respiro, requiero de alguien que me diga que no sea tan idiota y no me vuelva a meter en el sentimentalismo que me detuvo antes.

Bruno merecía estar con Elisa, merecía estar bien. Merecía estar con nosotras.

Yo lo necesito.

__ ¿Te pondrás a llorar? - cuestiona Sabine y no me inmuto. - Siempre tan emocional, Sofía. Siempre pensando que el poder del amor podrá con todo.

__ Lo soñadora no lo heredé. Esas palabras serán más para tí que para mí. - sigo en mí misma posición.

__ ¿Porque te complicas tanto? - me pregunta. Sus pasos son más cercanos, me recuerdo que no debo caer en sus provocaciones, pero veo como sus pies están plantados frente a mí.

__ Sabine, te lo advierto. Retírate, déjame respirar un momento de tí y tú persecución. - suelto una exhalación profunda. - Me vigilas como si me importara correr ahora.

__ Sé que algo traes entre manos

__ ¿Y por ser la mujer de ese asqueroso debes cuidar sus espaldas? - me pongo de pie. Ya que ella no se irá, seré quien lo haga. - Que ridícula te ves con esa finalidad cuando Ronald se tira a quien gusta.

__ No caeré en eso. Conozco los trucos de una arpía como tú.

__ Bueno, supongo que estar dopada por lo que te da en la bebida no te da a notar que se folló a la chica se cabello corto. - le digo para que deje la estupidez al menos un minuto.

Me harta que sea tan tonta. No sé ni cómo funciona un segundo lejos de su marido pero al parecer es tan...

__ Siempre me has tenido envidia. - dice y me detengo. - Siempre queriendo tener lo que yo. Deseando ser la...

__ ¿Estás jugando? - giro sobre mis talones con una risa que no puedo disimular. - Dime qué esto solo es una broma. No puedes pensar que...no, si puedes. Pero para tu información, jamás querría ser tú.

Señalo con desdén.

__ Solo mírate. Eras hermosa, independiente, lista, hábil. Y ahora te reduces a...eso. - apunto. - No piensas coherentemente. No tienes un gramo de inteligencia emocional ni un poco de lo que eras.

__ Deja la estupidez y deja de provocar a mi marido. - exclama y no puedo creer que eso sea lo que más le preocupa. - Deja de verlo, de acercarte, de atontarlo.

__ Yo no soy quién lo atonta. Lo atonta la maldita mierda que tiene en la mente. Porque no lo aceptas, pero es un viola...

Se me viene encima y sin detener el impulso llevo la mano a su cuello empujando su cuerpo hacia atrás, con una fuerza que le estampa la cabeza a la pared de rocas, estrellandola contra el lodo que la llena.

Un rodillazo me hace devolverme sin aire, aprovechando el momento para darme el golpe que me desestabiliza, pero antes de recibir el siguiente ya la tengo contra el suelo, impactando el puñetazo que le da en la cara.

Mi furia, el dolor por perder a mi hermano, él no tener a mi hijo, estar con quién me hizo perder a uno por años y para siempre al otro me hace solo actuar y no pensar en que me salgo de mis planes.

Su desesperación por quererme alejar la hace enterrarme las uñas en las muñecas, pero el dolor aún cuando es demasiado no hace más que encender las ganas de asesinarla y dársela de comer a los animales.

Coacciono ante la ira, mi cara la estrella en la roca, pero termina por darme la vuelta, aunque un movimiento veloz la lanza al agua en donde se hunde y sin pensar, me voy sobre ella una vez más.

La esquina de su mano me rompe la nariz, sin embargo el cabezazo que devuelvo la deja quieta, aturdida, mojada y ensangrentada.

Lleva las manos a mi cuello, patalea en el agua cuando la hundo conmigo, me pelea, con inestabilidad.

Alguien me atrapa desde atrás, impacto mi codo en el estómago del tipo que me lo quita de encima, pero luego uno más llega por la derecha, aún así no la suelto dejando que se vaya al carajo todo. Las ganas de verla ahogada o de la forma que sea, pero muerta me enceguecen, recibiendo un golpe con la empuñadura de una pistola que me obliga a hacerlo.

Logran que la suelte, usando la fuerza de tres hombres que me sostienen aún estando aturdida.

__ Saquenla de ahí. - ordena Ronald en lo que mi vista no enfoca nada de lo que hay a mi alrededor.

Escupo la sangre de mi boca, alguien me pone en su hombro y para cuándo al fin me repongo un poco, me doy cuenta de que llegamos al campamento.

Veo mis manos atadas, me dejan caer y aún así están a la defensiva, mientras tanto a Sabine la socorren para tratar de parar el sangrado que tiene en diversos lugares.

__ No podremos seguir el camino así, señor. - la dicen a Ronald. - Está muy mal herida. Debemos buscar la forma de que se recupere antes de continuar, sino corremos el riesgo de que colapse.

Ronald me observa con la vista encendida en odio hacia a mí. Lastimé a su esposa, sin embargo no me importa Con todo el desinterés que puedo tener me encojo y pongo las manos a la fogata donde colocan agua para curarla.

__ Nos quedaremos hasta que se recupere. - determina y sonrío con orgullo.

Si creían que me ceñiría tan fácil a ellos estaban muy equivocados.

Soy la perdición que tanto pregonan. Soy el holocausto que solo espera a ser desatado, porque estoy sola, pero no quiere decir que sea indefensa.

Toda la tarde se la pasan cuidando a la mujer que dedica a intentar respirar, con Ronald a su lado. Al menos la acompaña y no solo se va con la que apodan "Bones".

Por culpa de Sabine debo aguantar que la ropa se me seque encima porque no confían en que me cambie. Nunca estoy sin un par de ojos encima al menos. Para la tarde ya no tengo frío, pero la maldita agrupación se disponen a comer y no tener nada en el estómago me resta fuerzas.

Aún estando así no demuestro nada. Cierro los ojos y me cubro con una manta que me lanza uno de los tipos.

Llega la noche y no tengo nada en el estómago, solo tragos de agua que pude dividir para no perder fuerzas del todo.

__ Es café, no pidas más. - me dice la tal Bones.

__ ¿Con veneno?

__ No, a diferencia de los demás, eres soportable. - levanto una ceja.

__ Una gran noticia. - simulo celebrar. Detallo el líquido en la taza de aluminio, no me genera nada de confianza, he aprendido a que nadie es de fiar en la vida.

__ Ay por favor, deja la paranoia. - me dice llevándola a su boca, le da un sorbo y lo traga. - ¿Contenta?

No digo nada y lo tomo. Tal vez sea lo único que podré tener en el estómago, me digo.

No es amabilidad conmigo. Lo descubro cuando veo que solo es el perro guardián que me ponen para que no escape. Ni que estuviera loca.

Un estratega no es conocido por actuar en base a sus emociones. Que me haya desviado no quiere decir que no lo recuerde.

Me acomodo en mi lugar y me mantengo en la misma posición. Una chaqueta me cae en la cara, una camisa despues y ropa seca y limpia.

__ Cámbiate al anochecer, nadie te espiará ahí. - está anocheciendo por lo que solo la hago una bola para dormir un rato.

No tener nada con que distraerme y que me obliguen a quedarme en el mismo sitio me aburre.

Cuando despierto ya hay una fogata atizada que arde y eleva la llama, tengo calor debido a eso, así que me muevo para alejarme. Verlos reír me dice que están distraídos, así que me dispongo a cambiarme atrás de un árbol que me cubre para que lo me vean.

Me pongo la remera y la chaqueta encima, paso los dedos por todos lados buscando algún objeto extraño, pero no doy con ninguno, amarro mi cabello y regreso.

Me importa un carajo si no quieren que me quite las sogas, me estorban y no volveré a usarlas.

Ponen un plato frente a mí cara. Descubro que es Bones y lo tomo. Es comida enlatada, sabe raro, pero tengo solo eso para retomar mi energía.

Tengo que apegarme a lo que sea con tal de no desfallecer.

Para la mañana escucho que dicen a Ronald de un grupo guerrillero en la zona, el cual fue visto a unos cuantos kilómetros de donde nos encontramos.

No recuerdo de que Braulio me haya advertido sobre estos.

Me hizo escucharlo hablar sobre los riesgos naturales o pueblos en los que puedo ir en búsqueda de ayuda, pero de una guerrilla no.

Por lo que cuando otro día pasa y no podemos movernos, todos se disponen a hacer guardia.

Paso otra noche con lo básico. Ya no me vigilan tanto, pero siempre sé que me observan. Me harta, pero al final del día también termino como ellos, tampoco quiero me andén pisando los talones.

Me enfoco en eso. Consigo un cuchillo, el cual se aseguran no use para rebanarles el cuello, sin embargo en este punto de mi vida no es eso lo que me interesa.

Para la noche se escucha un ruido de algo siendo estallado. Todos se ponen a la defensiva, Ronald sale de su tienda de campaña y yo debo alzar la cabeza para ver la nube de humo que se levanta advirtiendo que tan lejos no se encuentran.

__ Que un grupo de hombres vayan y revisen. - demanda, todos se organizan. Me miran, pero este se interpone. - A Sofía la dejan. No es confiable. Puede intentar escapar.

Al menos sabe que no puede subestimarme. No obstante, estoy haciendo tiempo y aún no es momento, me repito.

Sabine se levanta de su camilla. Se ve más recuperada, mucho mejor.

Ya camina y se mueve con naturalidad, por lo cual deduzco que si se esmeran por ir a revisar es porque en la mañana nos iremos.

Cierro los ojos y finjo dormir, aunque en este instante no quiero descuidarme. Van a tratar de asesinarme muchas más veces me digo, irónico que sea quien me trajo al mundo, pero termino por ignorar que ya me haya ubicado.

Un estallido más se escucha. Se ve una gran zona cubierta por la explosión, siendo eso lo que nos despierta.

Todos se alarman y un poco yo cuando viene solo dos de los hombres que se enviaron. Están heridos, uno está quemado y el otro parece no querer regresar por ahí.

__ No se puede cruzar por ahí. - dice el que viene quemado del brazo. - Su seguridad cubre una gran zona, incluso nuestro camino de regreso.

__ Pues debemos salir de aquí. No podemos quedarnos por más tiempo. La comida escasea, las armas se pueden oxidar y estar aquí ya de por sí es un peligro constante.

__ Conozco otra salida. - le digo, todos me miran y termino por soltar el aire. - Braulio me dijo que hay una forma de salir de aquí. Es por una serie de cuevas, todas se conectan entre sí, pero hay muchos bichos peligrosos, serpientes venenosas y un laberinto que puede dejarlos sin salida si se separan.

__ Nos quieres perder y dejarnos. - me apunta Sabine. - Eso es lo que buscas. Muy conveniente para tí ¿no?

__ Tal vez sí, como sé que no me están esperando donde están los autos para matarme en caso de escapar. - ironizo. - Deja la tontería. Así como tú no quiero estar aquí. Morir en manos de guerrilleros no es lo que quiero.

Ronald estudia mi rostro, me mira con desconfianza. Observa cada movimiento que hago terminando por exhalar.

__ Bien, iremos contigo dirigiéndonos. Pero si nos intentas perder en esas cuevas, voy a buscarte y matarte para lanzarte a los perros.

__ No soy tan básica. - le digo tocando mi collar, cada una de los abalorios que palpo.

Quieren verme asustada o suplicando que crean en mí, pero para su mala suerte soy la única que conoce una salida de este sitio.

Aunque digan que están a la defensiva, se olvidan de una cosa.

Soy descendiente del orquestador de planes más calculados de nuestro clan, soy la mujer del hijo de puta más temido por ellos, soy la mujer que quisieron matar y no lo lograron porque aún no tengo mi venganza contra ellos realizada.  Los guerrilleros no son el peligro que deberían evitar.

No, cuando se dejan guiar por mí.

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 49.6K 118
las imágenes no son mías yo solo los traduzco si tu arte aparece aquí y 💜no estás de acuerdo envía mensaje para borrarlo gracias 🧡...
769K 61.6K 42
Noveno libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) Dante era una caja de sorpresa. Un libro no lo podemos juzgar por su portada. Yo siempre prefería ju...
1.1K 76 43
¿Quién es el alto mando? ¿Por qué todo el mundo no deja de hablar de el? Que harías tú si un día tu vida normal de contadora de banco pasa a ser la d...