Wildness

Por Nelsy_diazr22

22.2K 2.3K 876

Un error, dos días, tres caprichos Una equivocación lleva a Gavrel con alguien diferente a lo que pensó. Sin... Más

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capitulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23

Capítulo 14

795 101 29
Por Nelsy_diazr22

Gavrel

El desespero llega en cuanto la primera bala resuena e impacta en la lata del auto a mi lado. Logro visualizarlos antes y evado con rapidez la ráfaga que se cierne sobre mí, mientras unos de mis hombres son alcanzados con los disparos que derriban a los más expuesto, hieren a los que están frente a mí y nos obligan a quedarnos abajo usando lo que sea con tal de cubrirnos.

No me interesa lo que esté pasando, mis ojos viajan directamente al auto en donde mis instintos me exigen correr al ver que algunas balas le dan a las ventanillas.

No sé porqué quiero asegurarme que esté bien si el sistema antiataque fue lo primero que activé, pero mis músculos y todo de mí solo me pide ir a ver que la salvaje se encuentra con bien.

__ ¿Quienes son? - escucho que preguntan, la respuesta es que me importa un maldito cacahuate quien se haya creído con los cojones suficientes para emboscarme.

Solo he hecho esto una vez, no por falta de habilidades, pero los recuerdos me invaden al evocar la sangre de Leska en mis manos. Todo por no decidirme rápido.

No volverá a pasar, me digo.

Veo cada punto. Cada uno de los tiradores. Observo cada bala que sale de los cañones causando destellos tras destellos.

No lo busqué pero ellos vinieron a mí, por lo que decido que basta.

Ya me tienen harto con su provocación tras provocación, no me interesa quién hace o deshace, no me interesa si quedan vivos, no me interesa lo que pase con ellos.

Mi instinto se activa, mis manos se cierran sobre las empuñaduras de las armas que tengo a mi lado, es un ellos contra mí en este momento por lo que cuando me pongo en pie con la espalda derecha y los cañones directos en su dirección, no dudo apretar el gatillo, el cual libera las balas que impactan y rompen sus cráneos, derribando uno a uno los tiradores que tengo más cerca y más visibles. Mi gente se encarga de los demás, mientras yo solo me concentro en apartar los que están cerca del auto, en lo que las luces se entienden y sé lo que está por pasar.

__ ¡Cabezas abajo! - les aviso a mi gente cuando se las vías se forman los cañones que sirven como disparadores de esporas las cuales se alzan sobre todos localizando cuerpos con calor para adherirse.

Una se me pega en el hombro y al conocer la tecnología me la quito antes que se pegue del todo lanzándola hacia a uno de ellos, para despues ver al sujeto estremecerse ante los choques eléctricos que recibe.

En mi reloj controlo lo que sucede en el auto por mando de voz si se lo dejo a Arleth de seguro nos mata, más a mí que su odio en mi contra, según ella tiene fundamentos.

Me deslizo sobre el capó del vehículo para ir por el tipo que tengo al frente derribándolo al instante, mientras mi gente se abalanza al mismo tiempo, causando que una de sus armas salgan volando.

De la otra salta el filo de una hoja metálica, con la cual quiere atinarme a la cara. Evado, me agacho y retrocedo, antes de llevarlo contra el suelo, desde donde le disparo con el arma, al tiempo que ruedo con su cabeza sujeta a mi brazo.

Derribo a dos tiradores y con la misma hoja le atravieso la parte trasera del cuello, saltando hacia atrás al recibir a uno de ellos que me apunta con un rifle, sin embargo lo derribo al impulsarme y la bala solo me roza la pierna.

La adrenalina no me permite percibir el dolor, solo controlo mis latidos y respiraciones, en lo que mi mente solo está centrada en la sangre que me termina por bañar la mano, lanzo el pedazo de tráquea al suelo y me llevo la cabeza del otro al suelo, rompiéndole el cuello en el proceso.

Arma que me ponen al frente es usada en su contra, mientras mi cabeza solo pide que llegue a un sitio y es al auto al que me subo y se torna el metal como si hubiese estado expuesta en las brasas.

Otra defensa.

Me alejo de inmediato y coloco la cara de uno de ellos contra el metal que lo hace gritar y querer enterarme el puñal en el estómago a lo que uso su misma mano para acuchillarle la garganta.

Me doy la vuelta y un balazo me deja inmóvil, me llevo la mano al costado de donde corre la sangre, antes que el tirador caiga con una de las cuchillas que salen del auto, la cual se incrusta en su cara.

Miro la pantalla de mi reloj.

No lo active, tuvo que ser manualmente.

Pero al girar solo encuentro a una aterrada Arleth, a quien empujo para subirme y sacar las armas que tengo atrás del asiento.

__ Conduce. - ordeno. Me van a seguir y necesito que lo hagan.

__ ¿Que? ¡No! No puedo, no lo...

__ ¡A menos que quieras morir, conduce! - demando tirando del gatillo para sacar el cañón del arma con el cual barro con los que alcanzo, llamando la atención. - ¡Conduce, Arleth!

Mi voz sale en un rugido y la salvaje no tarda un segundo más en ponernos en movimiento a un ritmo que no esperé.

Nos va a matar.

__ ¡Si paso diez minutos sin estrellarnos en algo, te juro que grito! - me dice en lo que espero que solo sea una broma, sin embargo, ver la seguridad con la que habla me quita las esperanzas.

La escucho pedirle a su gran redentor no matarnos, en lo que lo que yo solo pido que si muero no sea sin dejarlos llevarse la gloria de decir que ellos vieron morir a un hijo del korol.

__ Por favor, auto lindo. Haz una de tus maravillas tú solo, porqué estoy sudando. - acelera más en lo que preparo el cargador con balas que harán más daño. - Sé un bebé inteligente de nuevo, por favor. Por favor, por favor.

Observo atrás de nosotros y la felicito, bajando el cristal trasero.

Logró lo que quiero. Nos siguen, muy de cerca por lo que maldigo haberla traído. No debería estar en riesgo, pero me dejo de lamentaciones viendo al sujeto que asoma la cara antes que yo dispare directo a su cabeza.

Cae hacia adentro y cuento los segundos antes que la bala incrustada estalle dentro de la cabina sacándolos del camino.

Una de las grandes creaciones de Dante y su especialidad en hacer creer a la gente que su habilidad no da para más.

__ Hay un camión al frente. Hay un camión al frente. ¡Hay un camión al frente! - oír como lo repite una y otra vez no me ayuda a mí a dejar de lado la sensación de tener que cuidarla.

Me lanzo hacia a ella, girando el volante al descubrir que su comentario de que los nervios la toman en caos extremos no es para nada una mentira.

__ Arleth, concentrada por favor. - nos comienzan a disparar y a ella los nervios no la dejan controlar el habla.

__ Lo siento. Te dije que no puedo, Gavrel. No puedo, no puedo. - tiene la respiración agitada y comienza a sudar. - Mi padre tuvo una contusión por mi culpa, mi hermano se lastimó la cabeza y...

__ ¡Salvaje, ya! - le pido frenar, a sabiendas que van a alcanzarnos, es la acción más estúpida que puedo hacer, pero no hay vuelta atrás. - Ellos están vivos. No murieron, pero nosotros sí, si no conduces y nos sacas de aquí.

__ No puedo. - intenta, sé que lo intenta y no puedo creer que en verdad estoy viendo a una asustadiza Arleth cuando siempre creí que eso no cabía en ella. - Nos alcanzaron y es mi culpa.

__ Nos alcanzaron y yo me encargo. No te muevas. - por más que necesite saber que se encuentra bien, no puedo quedarme cuando los sujetos vienen hacia el auto.

Salgo del vehículo, con el rifle contra mí pecho, soltando las detonaciones. Una estupidez como cuando hirieron a mi hermana no me vuelve a pasar.

Apunto, ubico, disparo y evado las balas de los tipos que quieren atinarme a la cabeza. Pero no tuvieron en cuenta que soy todo menos un idiota al que pueden amenazar con la muerte.

Soy un emisario de la muerte para ellos, Soy de quien deben correr, porque aún solo no me acobardo, los hago retroceder con las detonaciones feroces que le abren el pecho a los tipos que intentan moverse, pero con una granada de expansión les impido hacerlo, para luego atravesar su cabeza, la cual explota causando daños que ni el demonio podría reparar.

__ ¿Vinieron por mí, ratas? - farfullo cambiando el cargador con el cual vuelvo al ataque, sin embargo siento como el resquemor en mi costado me hace soltar el arma un segundo.

Me dispararon. Eso me tiene botando sangre y aún así no son rival para mí que arrasó con lo que encuentro.

__ Esa será la hazaña que le contarás cuando llegues al infierno. - les digo siguiéndolos con la tanda de disparos que rompen su tórax, estallando desde adentro, antes que arremeta contra lo primero que veo.

Un auto logra escapar, pero no pienso penseguirlo. No cuando vuelvo a ver la herida que sigue sangrando, pero aún estando desangrándome voy primero por quien tengo en el auto, respirando con rapidez.

Tiene los nudillos blancos de tanto apretar los puños, la cabeza la tiene contra el volante. No me gusta verla así.

__ Debes controlar esos miedos, Arleth. no puedes tener un ataque de pánico si te ponen a conducir. - le digo tirando el rifle dentro del vehículo. - Es normal, tiene sentido que le tomes algo de miedo, pero también puedes lograrlo.

__ Soy un fracaso, si mi padre me mira teniendo miedo por un auto, dirá que...

__ ¿De verdad lo diría? ¿O eres tú quien se ha hecho ideas absurdas en la cabeza? - masajeo su hombro. - Levanta la cabeza y deja de mostrar tu vulnerabilidad a quienes podrían usarlo en tu contra.

__ No estoy para discutir contigo ahora, Gavrel. Ve a hacer algo de tu especialidad, matar o cocinar, se ve que eres experto en eso. - se reclina en la silla y vuelve a cerrar los ojos. - Si vas a matarme por ver esto, espero que lo hagas ahora que estoy débil, porque si lo intentas después, créeme he visto documentales de asesinatos y tengo técnicas para hacerlo.

La risa me quiere ganar, pero termino por aclararme la garganta. Está amenazandome luego de que yo haya asesinado a una docena de sujetos que intentaron matarnos antes.

Si fuera alguien diferente, ya estaría fuera de mi auto, con una bala en su frente. Sin embargo, me gusta. Me gusta la forma en que intenta controlar lo que pasa con ella.

Es de admirar. No pide ayuda de ningún modo, eso en parte me alegra y me enoja.

__ ¿Quieres matarme?

__ Todo el tiempo. - declara aún sin abrir los ojos. Comienza a distraerse. - Cada vez que me encuentro contigo me arrastras a cosas que no son nada buenas para mí.

__ ¿Por ejemplo? - me subo donde ella está y la dejo en mi pierna comenzando a conducir de ese modo.

__ Por tu culpa regresé caminando a mi hotel cuando nos conocimos y dolió como la mierda. - me río ligeramente. - Nos metieron en la cárcel por tu culpa.

__ ¿Mi culpa? - cuestionó metiéndole velocidad al vehículo.

__ Te dije que me llevaras al aeropuerto y no quisiste, así que sí fue tu culpa.

La escucho hablar durante todo el camino. Me convenzo una vez más de lo inmadura que es, pero también de cuánto me gusta que tal cosa sea lo único que me saque de quicio en la maldita vida.

Me limpio la sangre que tengo en el costado. Duele como un carajo, pero no le muestro nada, solo cubro mi costado con mi saco, antes que aparcar el vehículo en la entrada de uno de los edificios más concurridos de la ciudad.

No me conviene estar en un sitio que considero no es el adecuado para formar una guerra.

Recibo la llave para entrar, arrastrando conmigo a la cotorra que parece que su método para calmarse es hablando hasta por los codos.

__ O sea si me gustan, pero la alergia es tal que aunque me ponga un impermeable no dejo de estornudar. - me dice, me alejo al baño y me quito el saco que lanzo a un lado, viendo la camisa que está repleta de sangre alrededor del orificio de la bala que la atravesó.

Nos enseñan a soportar heridas. A curarlas y que estas no nos detengan, pero también está la parte de que metal no es lo que tenemos por dentro.

El dolor es demasiado, la herida es grande. Por lo que noto que se trata de una bala que salió.

__ Ya me tranquilicé. - dice Arleth atrás de la puerta. - Gavrel, ya puedes salir del baño. No hablaré tanto. Sé que suelo ser muy...

__ Necesito que hagas algo por mí, salvaje. - abro con lentitud. Ella me recorre todo el torso, hasta que se fija en la mano que tengo cubriendo la herida.

__ ¡Estás sangrando! - se asusta. - No de nuevo, ¡por Dios! Yo no soy buena con estas cosas. - trata de no ver. Niega. Maldice a no sé qué demonio. - Dime qué no te vas a morir.

El tinte de temor me da un revuelo difícil de contener.

__ Creo que te conviene que lo haga. - le digo caminando a la habitación, ahora no tan rápido. Se me dificulta moverme a mi antojo, ya que la sangre gotea por donde paso.

__ Genial, ya estás alucinando. - me da su hombro para apoyarme. - Es en serio, tonto.

__ Estoy hablando en serio. - alcanzo a sentarme en la cama. Saca una bufanda de su morral y me lo pone en el abdomen para generar presión.

Puedo ver cuan nerviosa está otra vez, pero logra controlarlo.

__ Dime que necesitas, iré a buscarlo. - me dice elevando su mirada, en donde descubro lo hermosa que se ve cuando la valentía retoma su lugar.

__ ¿La salvaje se preocupa por mí?

__ Claro que sí. ¿A quien voy a culpar de mis arranques si muere? - responde tirando del cierre. - Tengo doscientos dólares en efectivo ¿sirven?

Asiento y me quito la estupidez, dándole una lista que asegura no va a olvidar, memoriza con facilidad, lo que es un atributo que también me gusta que destaque.

__ No tardaré. No te mueras antes que regrese. - se coloca su morral en el hombro. - Ni durante. Ni después. Solo no te mueras.

__ Trataré. - me río en tanto puedo sentir como el orificio en mi estómago quema por dentro.

Duda en si decir algo más, me mira y antes de que lo piense siquiera, se devuelve y me besa, inclinándose un poco.

__ Voy a regresar rápido. - no muevo ni digo nada, dejando que se vaya, mientras me dejo caer en la cama.

No es por lo que fue a comprar que la necesitaba lejos, suelto una maldición y busco un encendedor en los cajones.

Mientras no tenga la curación rápida, debo usar otros métodos no tan fáciles de llevar a cabo.

Encuentro una forma de romper la bala que saco del cargador y vierto la pólvora en mi mano.

Va a doler.

Ingreso un poco en la herida que reviso.

Debo soportar el dolor una vez más. El sudor cubre mi espalda, no tengo tiempo ni de quejarme cuando acerco el encendedor que enciende la pólvora al contacto y envía torrentes del más grande dolor que he de sentido hasta el momento.

Entierro la cara en la almohada que amortiguado el gruñido alto, mientras mi estómago es quemado literalmente.

La cabeza me pulsa, las manos me tiemblan y cada músculo de mi cuerpo es tensionado al punto que siento se van a romper.

La voz se pierde cuando al fin logro recuperar un poco mi respiración, pero aún el dolor no se va y debo quedarme en el mismo lugar, soportándolo.

Veinte minutos pasan y no sé porqué en lugar de pensar que la herida puede infectarse, lo único en lo que pienso es en que Arleth pudo haberse perdido.

Algo muy absurdo.

Me logro sentar en la cama y respiro hondo, es tortuoso , agotador y muy difícil hacerlo, busco la camisa para ir a ver si no tuvo algún accidente, aunque cuando estoy por ponérmela la puerta al fin se abre, no viene sola, trae a un sujeto con ella que me hace ponerme a la defensiva de inmediato.

__ Tranquilo, es un médico. Necesito que te cure él. - al parecer es más persuasiva de lo que cre. - Solo déjalo, Gavrel. Él hará más que yo. - su cara lo dice todo, quiero replicar que no, pero al final solo me vuelvo a sentar en la cama para dejarle hacer su trabajo.

Arleth deja su morral, en lo que el hombre con un maletín de médico saca algunas jeringas que comienza a preparar.

Le doy las indicaciones de qué hacer, porque ignorante del tema no soy y esperar a que mi confianza se centre en él tampoco.

__ Veo que es un...

__ ¿Cree que necesita intervención quirúrgica? - le hablan desde la espalda. - Digo, es una herida muy grande.

__ Tendré que revisar bien. - exclama acercando la vista a mi abdomen. - Pero por lo que veo, no creo que lo sea. Además la ya cauterización está hecha, solo es necesario limpiar y quitar todo residuo de pólvora.

No lo pierdo de vista. No confío en él. No confío en nadie estando herido, menos en alguien que apenas y conozco.

Aún cuando termina de limpiar con los apósitos se ve totalmente tranquilo. Le digo que no debe preguntar más cuando intenta saber dónde o cómo sucedió. Arleth es quien le paga una buena cantidad para que guarde silencio, antes de sentarse a mi lado.

__ Llamaré a tu padre. La última vez vino a...

Le quito el teléfono de la mano y arruga el ceño.

__ Solo no te muevas de este lugar. - mi voz sale más a un pedido que a una orden y no entiendo porque se me salen estas cosas con ella.

Se acerca y se queda a mi lado, sin emitir un solo sonido hasta que la debilidad hace de las suyas.

Percibo su cercanía aún con los ojos cerrados. La rodeo con los brazos aún cuando es demasiado mimo. Pero me agrada la sensación de tenerla a poca distancia.

Me intento sentar, no obstante el mareo no me permite hacerlo tan rápido.

La veo dormir y no sé cuál es la razón del porqué me gusta tanto tenerla así.

Necesito que esto se termine porque no es momento de verme en cursilerías. No sé cuándo lo sea, pero me causa un tipo de sensación que me gusta y a la vez no, el poder tenerla es agobiante.

Despierta y come lo que pide por teléfono, mientras yo debo darme un baño con sumo cuidado de no lastimar el orificio que me hace recordar que debo llamar a mi padre.

__ Al fin apareces. - dice en cuánto contesta. - Estoy yendo a tu ubicación en este momento.

__ No es necesario que vengas. Está todo bien. - le hago ver, aunque no me lo creo ni yo.

__ No te estoy preguntando sí es o no necesario. Estoy a veinte minutos. - me informa. Es un testarudo, sé que no va a hacerme caso, por lo que no pierdo tiempo tratando de convencerlo que no tiene por qué venir.

El tío Andrey me informa que recuperaron gran parte del cargamento intacto, algunos si tuvieron daño, pero al final pudieron evitar que lo tomaran como de seguro creyeron.

Me pongo ropa limpia que Arleth me consigue, evitando que la herida se note me coloco el gabán beige, pensando en que si viene de seguro no es sólo porque me desaparecí unas horas.

__ Hiciste un buen trabajo haciéndolos seguirte, pero corriste demasiados riesgos estando solo contra...

Su mirada se centra en Arleth que frena sus pasos en cuanto enfoca a Dante, el cual regresa sus ojos a mí con una pregunta que no fórmula, pero sé que existe.

__ Un gusto volver a verlo, señor Mikhailov. - saluda extendiendo la mano, mi padre la toma sin decir una sola palabra. - No crea que estoy aquí porque su hijo y yo...no, para nada. - ríe nerviosa. - Estando usted aquí, me dice que puedo irme sin pensar que Gavrel se va a mo...

__ Bien. Pagaré tu dinero cuando te vea de nuevo. - exclamo y asiente.

Toma su morral y camina a la salida como si solo hubiera estado esperando la oportunidad para poder marcharse.

Está huyendo de mí. Ni sé que le hice para que se vea de esa forma. Cierra la puerta en cuánto sale y niego.

__ Deja de verle el culo a la hija de Ethan y mira lo que traje. - me dice mi padre sentado frente a la mesita en la sala. - Es un archivo de la información que se maneja de la nueva orden oscura.

No le discuto que no era eso lo que en verdad estaba haciendo porque sería perder el tiempo y esfuerzos con ello.

Me siento con cuidado,. sintiendo como la piel me arde al solo hacerlo.

__ Hay una familia dividida en dos. Ley y crimen organizado, conformado por dos clanes. - muestra el mapa que extiende. - En New york son cuatro clanes, cada uno debe ser tiene la misma posición de informar lo que sucede dentro y fuera de sus límites. - señala. - Pero tú debes revisar que tal cosa sea verificado antes de pasar la información. No podemos fallar ahora, Gavrel.

__ ¿Que ha pasado con lo de Genrich. - le pregunto, pasando de un tema a otro.

__ Los resultados son tardíos, pero seguros. - contesta simplemente y aún no comprendo que es lo que quiere encontrar. - En rusia me encargo, tengo ojos en todo europa, pero me falta alguien que lo haga aquí, sobre todo los que apenas entran.

__ ¿Cuántos clanes son en total? - vuelvo al tema.

__ Veintisiete confirmados. - contesta. - Se debe viajar a Oklahoma, Montana, Tennessee, Nevada y toda la lista de estados que hay ahí. Latinoamérica son otros doce, han recibido ataques tambien con esta misma marca. La orden oscura quiere entrar por todos lados, lo más curioso que de esta lista, solo unos pocos la conocen. - me muestra y no sé cuándo tuvo tiempo de visitar y hacer alianzas en todos esos lugares, pero todos tienen una dirección y un apellido con un nombre que deduzco se trata del líder de dicho clan.

__ Hay filtración de información. - replico y exhala.

__ Una rata o el nido, pero para saberlo se deben revisar uno a uno los ataques. Hay imágenes y algo me dice que los Shadow son los responsables.

__ Los de ayer no eran Shadow. - aclaro y mueve la cabeza.

__ Eso quiere decir que su enfoque aún no está en esta ciudad.

__ Aún. - murmuro con los ojos fijos en la pantalla.

__ Están yendo por ciudades, pero queriendo dar muestras de lo que son capaces desde ya. - reitera. - Saben cómo moverse y donde, europa no es su fuerte, aunque sé que ahí están enfocados.

Suspira pasando de un gráfico a una ubicación, luego a datos de unas coordenadas que solo lo hace para que las memorice. Siempre ha tenido el dicho de que la mejor manera de proteger una base de datos es teniéndola fuera del alcance de hackeos o divisiones.

Por lo que la tarde y parte de la noche se me va en revisar dicha información. Le llama a mi madre para avisar que estoy en perfectas condiciones, le cuento que estuve con la abuela y solo así parece tranquilizarse.

Pido algo para cenar para los dos, con lo que no hay problema porque tanto al korol como yo, somos de gustos similares. Seguimos en la recopilación de datos y al fin casi a las diez de las noches puedo estirarme.

__ Toma. - me dice sacando de si maletín una dosis de curación rápida haciéndome ver que el esfuerzo porque no supiera de mi herida fue en vano. - Hay cosas que las hice antes que tú, Gavrel. Además eres mi hijo y puedo saber cuándo me ocultan o quieren que no me dé cuenta de las cosas.

__ No es algo de lo que deba preocuparme. - no se ve muy convencido, pero al final termina aceptando que no es un tema que quiera hablar. Una herida no la voy a sanar con ponerme de víctima, sino con el tiempo que dejo pasar.

Miró el teléfono llegada la noche, pero opto por no tocarlo, a este punto de mi vida no quiero adherirle más problemas. Estar al pendiente de un dispositivo me harta y aburre en partes iguales.

Es algo que me repito toda la noche, sin embargo en la mañana el dolor de cabeza por no dejar de pensar en lo mismo me hace doler la cabeza. Ingiero otra dosis, desayunamos y a medio día ya ambos salimos del hotel rumbo a mi apartamento.

La mejoría la siento, pero la molestia no se quita del todo.

Me vuelvo a cambiar los vendajes en la noche y sigo sin atender el teléfono.

__ Debo regresar a Rusia, te veo allá la semana que viene. - se despide viendo al tipo que viene entrando y lo saluda con una venia. De seguro quiere que me vigilen. - No le des tantas vueltas a las cosas, Gavrel. Pierdes el tiempo tú o le haces perder el tiempo a los demás.

Entiendo el concepto del consejo, pero me limito solo a asentir. No es que le dé vueltas, es que me jode tan solo pensar que debo ponerle un punto final.

Para la noche veo como la herida ya tiene un mejor aspecto, así que me dispongo a revisar correos donde Arantza me cuenta sobre algunas novedades en el manejo del restaurante. Leska me escribió para decirme sobre qué ya debo recoger mi encargo. Zarya con veinte mensajes sobre si me encuentro bien, recordando que ahora está por llegar su aniversario, me recuerda sobre Logan Crown y no sé porqué presiento debo centrarme en eso.

Leo sobre su carrera militar, logros, medallas, derribos y todos los datos que destacan. Pero no es eso lo que Zarya espera, por lo que cambio totalmente el enfoque y termino leyendo su información personal.

Principal líder en la captura y caída de los Springsteen.

Luce una medalla en la siguiente fotografía. No le tomo más importancia y me vuelvo un lector de su carrera por horas hasta que me canso. Duermo unas horas para en la mañana enviar una reseña pequeña a mi hermana, quien al igual que yo piensa que o se enfocó mucho en su profesión o esconde todo dato personal para que nadie la sepa.

Enciendo el televisor, mientras reviso el móvil yendo a los mensajes directos, en donde Arleth me pregunta si estoy o no con vida. Le contesto y cuándo estoy por salir de la aplicación, en el inicio me sale una fotografía de ella en un centro comercial, con las primas a un lado y una figura masculina cerca suyo.

Vuelve a aparecer el nombre de Baxter y es algo que ya me hartó de tanto mencionarlo.

Recibo el aviso de Marcus, quien me recuerda que en un par de días será la inauguración del restaurante, invitándome a una reunión en casa de su familia porque los días que le siguen son de preparación absoluta del menú entre los dos.

Accedo a ir, total no es algo que ahora pueda dejar tirado.

Arleth postea otra foto con una bolsa de una tienda con una frase al pie de la foto.

Regalo para Baxter, el amor de mi vida.

La saliva se me vuelve hiel.

Termino de vestirme y en pocos minutos ya estoy en camino, llegando al lugar más rápido de lo pensado.

La veo entrando con su cuñada de la mano. Busco al tal Baxter, pero no sé quién de los que entran a la casa lo sea. Me digo que tengo que olvidar el tema, saludando a Marcus y sus hermanos.

__ Se logró. - le dice Sebastián. - Creí que tardaría más.

__ Cuando se trata de mis proyectos, nada debe ser lento. - contesta preguntándome sobre si vendrá mi familia, le contesto que sí fueron avisados, pero que están ocupados con algunas cosas, explayandome en otros temas, mientras observo a la salvaje que no me quiere ni dirigir la mirada.

Pasa a mi lado junto a Cristal, en tanto simula que no me existo. Las veo charlar con una risa discreta, uniéndose la hija de Marcus, quien no deja evade a quien conozco como el socio en la clínica de Sebastián.

Se separan y me deshago de los sujetos yendo por el pasillo donde escucho que está hablando con alguien. No alcanzo a distinguir con quién, pero termino por acércame.

__ Claro que lo tengo. - se ríe. - Sería imposible no dejar que Baxter sea prácticamente otro miembro más de mí familia.

Se queda en silencio unos segundos.

__ De hecho, está por llegar. Créeme que lo verás. - se ríe por la respuesta siguiendo con una mención repetitiva para con él tal Baxter.

La escucho cortar la comunicación, yendo con ella al segundo. Cierro la puerta, viéndola girar sobre sus puntillas.

__ Ah, eres tú. - arruga la cara.

__ ¿Esperas a alguien más? - le cuestiono dejando la copa a un lado.

__ Si, al presidente de que te importa. - responde a la defensiva. - Deberías visitarlo algún día, es un país muy bonito.

__ Deja la payasada. - guarda el móvil en su bolso. - ¿A quien esperas?

__ Ya te dije. Pero si no me crees es muy tu problema, me voy, gracias por tan agradable conversación. - está enojada al parecer, quien sabe porqué, pero me enoja que lo esté.

__ Nunca dije que te fueras.

__ No te pedí permiso. - me pasa al lado. - No soy lo que esperas o quieres tener.

Me perdí.

__ ¿Que animal te picó?

__ Eres un cínico. - achica la mirada. - No me contestas por días, pero sí lo haces con Lisa. Si no querías que te hablara, me lo dices y ya, no te escondes como si esto fuera una relación a la cual debes esconder, porque para nada lo es. - suelta con enojo. - Pero te dejo solo, llama a tus adoradas compañías y vete al carajo.

__ ¿De qué diablos estás...- pellizco el puente de mi nariz. - Para que sepas no tengo una sola idea de lo que según sabes. No le he hablado a nadie estos días, estuve muy ocupado con algunos...

__ No te estoy pidiendo explicaciones. - me interrumpe.

__ Pues te las estoy dando porque me harta esto. - manifiesto siendo un imbécil que se deja llevar por sus impulsos. - Lo que te hayan dicho no es verdad. Apenas y soporto contestar un telefono por trabajo, me desconecto de él cuando quiero paz.

__ Sí, bueno. Haré como que te creo, señor del siglo pasado. - la sostengo de la mano y se me suelta.

__ Te urge irte con Baxter. - no es pregunta.

__ Pues sí. Al menos él si es agradable y muy lindo. - intenta abrir la puerta, le doy la vuelta y sus manos me empujan al instante. - Gavrel deja de ser tan imbécil.

__ Y tú deja de comportarte como una inmadura. - determino.

__ ¿Inmadura yo? Inmaduro tú que no me quiere dejar salir. - está embravecida. - No te acerques o te juro que grito y les digo a todos que me querías...

__ Atrevete. - la insto.

__ Dame motivos nada más. - se mofa. - No estoy para juegos. No me provoques. - se da la vuelta de nuevo. - Me iré con Baxter, adiós. No eres tan valiente como supones. - termina murmurando.

No controlo mis mano, mis latidos o mis acciones.

__ ¿Quieres ponerme a prueba? ¿Estás poniéndome a prueba a mí, salvaje de mierda? - avanzo y recibo su mano en mi mejilla. En cuestión de segundos le doy vuelta poniendola contra la puerta. - ¿Es lo que quieres? Es lo que tendrás.

__ No te atreverías. - susurra para no ser escuchada. - No eres capaz.

__ Solo diré que no me importa que estén allá afuera. No sabes de lo que soy jodidamente capaz. - abro sus piernas con una rodilla sin dejar que se voltee. - Sostente de la puta puerta.

__ No te dije que...

__ Grita. Grita todo lo que quieras y hazles saber a todos como te meto la polla y te gusta que lo haga. - estoy enojado, excitado y me enoja que alguien distinto a mí ocupe su mente. Me jode.

__ Gavrel. - aprieta los dientes empujándome, pero en cuestión de segundos puedo verla como comienza a disminuir su fuerza, alzando el culo cuándo mi mano se estrella en esa zona.

__ Me debes un auto. Me debes las ganas que tengo de follarte. - muerdo su cuello. - Ahora cuenta, salvaje. Cuenta y no te pierdas porque antes fueron solo la mitad de lo que será ahora.

__ Estás demente. No puedes hacer esto, aquí. - pasa saliva.

__ Lo haré y no sabes cuánto voy a disfrutarlo. - me pegó a su trasero con la polla a punto de estallar. - Reprime gemidos o déjalos escuchar, el pánico es escénico no es lo mío.

__ Eres un hijo de...

__ Cuidado con esa boquita, porque no sabes cuánto deseo llenarla también. - aprieto sus caderas. Su lucha finaliza y sus piernas se aprietan. - Eso es, salvaje. Solo imagina lo mismo que he hecho yo. Esos lindos labios alrededor de mi verga se verán más deliciosos. Mi longitud entrando y saliendo bañada de tu saliva, como tocará el fondo de tu garganta hasta que casi te ahogues con el grosor. - mi mano se cierra en su cuello. - Mientras luchas por que quepa toda hasta que me vacíe y te haga tragar cada gota de mi semen.

Un gemido se le escapa y atrapo sus labios antes que pueda hacerme perder el poco control que aún poseo. Levanto el vestido, pasando saliva al ver la tela que le decora los glúteos, la sola imagen me pone peor de solo pensar como se verá cuando termine de follarla.

__ Cuenta, salvaje. - respiro en su cuello con el pulso a mil revoluciones por minuto.

Seguir leyendo

También te gustarán

13.2K 1.6K 20
Los enemigos aumentan, la familia se separa y las caretas se destruyen. Nadie está excepto de caer en las llamas que arden y remueven la piel llegand...
10K 474 7
Lord Ainz se enfrentó a algo de su pasado que esperaba olvidar. Pero ahora, con nuevos desafíos que podrían estar frente a él, le mostrará a su viejo...
36K 555 8
‼ explicita ‼ y quien dice que no podemos agregar algo 🏳️‍🌈 en alguna parte,Historia en donde t/n (latina) viaja a California para visitar a su ami...
1.1M 192K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...