Corazones en llamas ©

By emmaaabooks_

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Thiago es un chico de 22 años que vive solo con su hermana pequeña. Sus padres lo abandonaron y él tuvo que c... More

Dedicatoria + Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 25

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By emmaaabooks_

Thiago

A la mañana siguiente del concierto me encontraba durmiendo en mi cama con mi hermana y Daniela. Ayer, Mar le había insistido tanto a ella que se quedara a dormir que no pudo negarse, así que antes de dormirse le envió un mensaje a sus padres diciéndoles que se iba a quedar conmigo y mi hermana a dormir y que no se preocuparan.

Ellas dos seguían durmiendo y yo que estaba en la parte izquierda de la cama, iba a levantarme, pero decidí quedarme un rato más solamente para observarlas. Daniela estaba entremedio de mí y mi hermana y se alejó un poco de Mar, pero seguía dormida.

Ella estaba de espaldas, mientras yo le pasé mis dedos por su pelo rubio y cuando le aparté su cabello, le vi el rasguño y me dieron unas tremendas ganas de partirle la cara al imbécil de Santiago. Mala suerte que tenía que estar unos meses sin jugar, porque si no la primera oportunidad que tuviera contra él, ya le hubiera dejado sin moverse al capullo.

Daniela volvió a moverse ligeramente y le pasé mis dedos por su brazo, al instante dejó escapar una sonrisa y empezó a abrir los ojos. Después se dio la vuelta y le sonreí.

—Buenos días, dormilona

—Buenos días, creído

—Que cariñosa, eh

—Es que cuando se trata de ti, es imposible ser de otra forma

Nos quedamos mirándonos fijamente, pero de repente mi hermana se acercó a Daniela de golpe y su cara cambió en un instante y no parecía muy buena, ya que soltó unas maldiciones.

—¿Estás bien?—le pregunté y ella negó con la cabeza

—No, me duele la herida—me respondió con una mueca de dolor

Entonces me incorporé y separé a mi hermana de ella porque sabía que, si le daba en la espalda, le iba a rozar la herida y no le iba a hacer mucha gracia notar el dolor. Después me volví a estirar, pero mi hermana se movió de nuevo y antes de que le diera en la espalda, le cambié el sitio y me puse yo en el medio.

—¿Tus padres saben que Santiago te empujó?—le pregunté

—No. Solamente lo sabes tú, pero no quería que te dieras cuenta—me respondió

—Daniela, no puedes ocultarme eso

—¿Por qué?

—Porque no me hace gracia que un imbécil le ponga un dedo encima a mi novia y mucho menos que tú quieras ocultarmelo

—No pasa nada, fue mi culpa, no debí meterme

—Sabes que él no te empujó solamente por eso, sino por todos los encuentros que tuvimos con él

Se quedó callada y luego asintió. Después me miró a los ojos, pero se acabó dando la vuelta y la habitación se convirtió en un completo silencio incómodo. Estaba seguro de que tenía miles de cosas en la cabeza y no me gustaba que se lo guardara para ella.

—¿Qué te pasa?—le pregunté, pero no me respondió—Está bien, quédate aquí sin contarme lo que te pasa

Me salí de la cama, bajé al salón y encendí la televisión. Estuve viendo lo que daban y de repente me encontré a mí mismo llamando a mi mejor amigo.

—¿Thiago, todo bien con mi hermana?—fue lo primero que me preguntó

—Eh, más o menos. Tu hermana esta rara como siempre y no quiere hablar conmigo—le contesté

—Ey, si quieres consejos amorosos, no soy el más indicado—me dijo y se me escapó una risa

—Tranquilo, solo me gustaría saber si hay algún método con el que pueda chantajearle para que me hablé—de algún modo me iba a contar lo que le pasara

Esperé unos cuantos minutos hasta que Gabriel me empezó a decir cómo podía hacerla hablar y me lo apunté todo mentalmente. Antes de colgar le pregunté si Grace estaba con él, porque por casa no había aparecido y me dijo que se había ido a casa de una amiga. Después hablaría con mi amiga, ahora me tenía que ocupar de Daniela.

Fui recordando la lista de opciones que su hermano me había dicho y fui descartando las cosas que no me convencían. Descarté la opción de la comida y la de ir a algunos lugares que no me acaban de gustar. Al final solo me quedó la opción de los libros, y creo que di en el clavo.

Al cabo del rato, subí a la habitación y mi hermana seguía durmiendo, era increíble todo lo que podía dormir. Me acerqué a la cama y me senté en los pies de la cama, cerca de Daniela.

—¿Estás dormida?—le pregunté y me respondió que no en voz baja, para no despertar a mi hermana—¿Podemos hablar, por favor? Quiero llevarte a un lugar que sé que te gusta, quiero comprarte todos los libros que quieras, pero antes necesito que hablemos—le dije y se sentó en la cama

—¿De qué quieres hablar?—me preguntó

—Quiero que seas sincera conmigo, quiero que todo lo que te guardas para ti sola me lo cuentes, no tienes por qué fingir que todo va bien, porque te conozco perfectamente y sé cuándo estás triste, feliz, enfadada y hasta nerviosa—le respondí

—Thiago, no lo ves, pero soy un desastre, en cambio tú no lo eres

—Rubia, yo también soy un desastre, tengo miles de problemas y digamos que mi vida no es perfecta, pero aun así enfrentó todo lo que se viene encima, no me escondo

—Eso es injusto

—No, no lo es. Solamente te estoy diciendo la verdad, porque me no me gusta verte mal

—¿Y que se supone que debo hacer si mi vida está hecha pedazos, todos me acaban traicionando, dañado y alejándose de mí?

—¿Todo esto es por Nicole y Mateo?

—No, no es por ellos, solamente no sé cómo reconstruir mi vida, todo se me fue a la mierda. Quizás, no estoy sola porque tengo a mi familia, a ti, a Grace y a Mar...pero ¿por qué cuando mi vida parece ser perfecta, todo se destruye?

Por la forma en que decía esas palabras sabía perfectamente que me estaba abriendo su corazón, me estaba contando cómo se sentía y me dolía verla rota.

—Sabes, yo también me he llegado a sentir así, pero la vida no es fácil. Aunque si de algo estoy seguro es que vas a salir de ese hoyo y vas a ver la luz

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque yo te voy a hacer ver, que todo lo que te pasó te tenía que pasar, para darte cuenta de que la vida se trata de caerse una vez tras otra, hasta que encuentras el camino correcto

Se le escapó una sonrisa, desvió la mirada al suelo y se mordió el labio. Después me volvió a mirar a los ojos y su mirada era como una estrella que brillaba con tanta fuerza que parecía que nunca se fuera a apagar.

—¿De qué te ríes?—le pregunté

—De verdad te lo digo, estoy segura de que en tu otra vida fuiste un poeta—me respondió con una sonrisa que iluminaba toda la ciudad

—Te fascinan mis consejos, eh

—Sí, pero no tanto como tú

Dios mío, mi corazón empezó a latir a la velocidad del rayo. Yo podría ser un poeta y todo lo que ella quisiera, pero estaba segurísimo de que si ella me seguía diciendo esas cosas me iba a matar.

—Rubia, no me digas esas cosas que no me puedo controlar

Soltó una risa y más ganas me dieron de besarla y susurrarle al oído lo mucho que me gustaba verla sonreír.

—Entonces, no te controles y bésame, porque sé que te estas muriendo de ganas—me dijo mientras se acercaba a mí—Hazlo—me susurró a un centímetro de mis labios

En ese momento, era muy difícil resistirme a la tentación y como ella me pidió, hice lo que más ganas tenía de hacer, la besé. Nuestros cuerpos entraron en calor y las ganas que sentía por ella eran cada vez más intensas. Cada vez que la besaba, la abrazaba o me peleaba con ella, me daba cuenta de que hacía tanto tiempo que no me sentía de esa manera con nadie.

Lentamente, me alejé de ella y le pasé mi pulgar por su labio inferior y en ese instante supe que su corazón estaba muy acelerado porque lo notaba.

—Por cooperar al sincerarte conmigo, te voy a llevar al sitio que te prometí llevarte si hablabas conmigo

—¿A dónde?

—A una librería

Todos sus sentidos se despertaron al instante y me abrazó. Después se sentó a mi lado y mi hermana empezó a abrir los ojos. Cuando mi hermana se despertó, como no, fue a abrazar a Daniela antes que a mí.

—Esto me ofende—le dije a las dos

—Sabes, me cae genial tu hermana. Es divertido ver cómo me prefiera mí, antes que a ti

—No te soporto

Me dio un pequeño empujón en el hombro, que me pilló desprevenido y me caí de la cama. Entonces, me levanté y entre los tres empezó una guerra de almohadas. 


Hola ¿Cómo están?

¿Qué les pareció este capítulo?

Ame que Thiago la sobornará con llevarla a una librería para que ella le confesará porque estaba triste

Sigo disfrutando cada vez que pelean porque Mar quiere más a Daniela que a Thiago.

Gracias por todo el apoyo, ya llegamos a los 10k de lecturas, es un sueño para mí. Los amo

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