ɢᴏᴏᴅ ғʀɪᴇɴᴅs| ᴄʜᴀᴇʟɪsᴀ ᴏs ɢ!ᴘ

By chaennie_safeplace

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.:。♡゚| En donde Lalisa y Roseanne son algo más que buenas amigas. ≡ ⌂ ⌕ ❙❘❙❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❙❘❙❚❙❘ ♡゙ ... More

𝘂𝗻𝗶𝗾𝘂𝗲 ;; 𝗰𝗵𝗮𝗲𝗹𝗶𝘀𝗮

𝗵𝘂𝘀𝘀𝘆 ;; 𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗷𝗲𝗻𝘀𝗼𝗼

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By chaennie_safeplace

Jisoo siempre fue subestimada por las personas de su entorno por diferentes razones.

Comenzado por su altura, de la cuál muchos dudaban sobrepasara el 1,60 centímetros, aquello la molestaba, cuando la confundían con alguien menor solo por ser algo más baja que la mayoría.

Le seguía su voz llamativamente grave, ronca para alguien que aparentaba poseer una voz aguda e irritante. Muchas veces le preguntaron si tenía siquiera la edad para probar cigarrillos.

Y lo que más que molestarla le causaba gracia; Que la confundieran con una omega debido a su apariencia.

No era algo que lograba ofenderla como muchos pensarían, de hecho, sonreía cada vez que alguien la confundía con las de aquella casta. No hallaba razón para enojarse si los omegas eran iguales a los alfas en muchos sentidos, a veces (por no decir todo el tiempo) incluso mejores. Realmente los entendía en muchos aspectos.

Jisoo había aprendido a no amargarse la vida por lo que los demás dijeran sobre ella, y para haberlo aprendido desde tan joven, definitivamente lo hacía bien.

Aunque ahora mismo estaba perdiendo un poco la paciencia al ver a una alfa gruñona frente a ella, quejándose solo porque Jisoo había alcanzado aquel último recipiente de fresas en la sección de frutas y verduras del supermercado.

—¡Yo lo vi primero, mocosa!

—Señora, da igual quien lo vió primero, fui yo quien-

La alfa gruñó, interrumpiendo su innecesaria explicación antes de fulminarla con la mirada y seguir con su camino.

Jisoo suspiró, negando con la cabeza mientras dejaba las fresas dentro del carrito. Cuando se dispuso a continuar con sus compras y empujar nuevamente el carrito, sintió un exquisito aroma a vainilla y canela y un par de brazos envolverse al rededor de su cintura. Ella miró por sobre su hombro y sonrió cálidamente antes de decir— Hey, ¿Encontraste lo que buscabas?

—No, estaban agotados —Dijo Jennie mientras suspiraba, angustiada, apartándose de ella con una débil sonrisa, comenzando a caminar a la par en dirección al pasillo de los lácteos.

—Ya encontrarás la próxima vez que vengamos, Nini —Dijo, sin saber que buscaba.

Jisoo tomó una caja de cereales que estaba al paso, la observó y sin meditarlo más, la dejó dentro junto con el otro montón de cosas que llevaban.

Hoy era día de comprar comestibles.

Jennie observó a Jisoo empujar el carrito con la vista al frente, completamente seria mientras la más baja observaba los estantes del pasillo que recorrían.

Jennie pensó que el perfil de su alfa era el más atractivo que había visto jamás. Y se sintió repentinamente cálida cuando Jisoo le devolvió la mirada algo curiosa.

—¿Qué leche deseas llevar? Hay de fresa, de vainilla, de chocolate y algunas más —Inquirió una vez llegaron donde deseaban.

—De fresa —Dijo, rodeándola para ver las cajas que habían por el costado derecho— Y una de vainilla.

Jisoo rió, sonriendo repentinamente coqueta— De vainilla es deliciosa.

El aroma de Jennie era vainilla y canela.

—Cállate —Respondió avergonzada, obviando la mirada que Jisoo le daba. Ignoró sus silenciosas carcajadas.

No pasó mucho tiempo para que ambas terminaran sus compras, y una vez todo estuvo pagado, fue Jennie quien se ofreció a empujar el carrito por el estacionamiento hasta que llegaran a su auto.

—Lo digo en serio, Soojin y esa omega que tiene deberían dejar de jugar y declararse de una vez por todas —Se quejó la mayor cuando Jisoo abrió las puertas del auto con el interruptor de las llaves.

—¿Tú crees? Yo veo a Soojin muy cómoda cuando nos habla de ella.

—Es decir, sí, se nota que le gusta mucho, ¡Pero llevan flirteando desde hace meses! ¿Qué les puede estar tomando tanto tiempo?

Jennie bufó mientras acercaba el carrito al maletero, comenzando a dejar todos los productos dentro de las bolsas reutilizables con ayuda de Jisoo.

Jisoo suspiró divertida— ¿No has pensado en qué tal vez quieren tomarse las cosas con calma? Quizás son predestinadas y no quieren apresurar las cosas.

—Si pero-

—Jennie —La interrumpió— ¿Recuerdas cuanto tiempo nos tomó a ambas formalizar?

La omega guardó silencio, apartando la mirada mientras recordaba su historia.

—Fue diferente.

—No, fue muy similar, de hecho. Incluso nos tardamos años, ¿Recuerdas? —Insistió la más pequeña, apartando el carrito para poder cerrar el maletero.

—Ya...

—Sube al auto mientras dejo el carrito cerca de las escaleras mecánicas, vuelvo en seguida Nini —Y sin más, se alejó llevando consigo el carrito de supermercado.

Jennie suspiró, otra vez mientras la veía alejarse.

Pero tú y yo siempre supimos que éramos predestinadas, Jisoo.

[🌷]

Jisoo fue la primera en ingresar a casa, cargando una de las dos bolsas que habían llenado con comestibles y demás.

—Dejémoslas en la cocina, ya no siento los brazos —Dijo, mientras la castaña la seguía en dirección a la cocina.

—¿Deberíamos acomodar todo ahora mismo?

—Solo lo que se debe refrigerar, lo demás puede esperar.

Jennie fue quien completó la labor, con Jisoo extendiéndole las cosas que debían guardar dentro de la nevera. Cuando terminaron, ambas decidieron que era hora de descansar, y no escogieron mejor lugar que el sofá de la sala.

La TV estaba encendida, reproduciendo un programa musical cualquiera mientras ambas se recostaban abatidas en la comodidad del mueble, con Jennie observando el techo intranquila y con Jisoo cerrando los ojos en la misma posición.

—Jisoo —La llamó la castaña, ignorando la canción que un grupo presentaba en el programa.

—¿Huh?

—Me duele el cuerpo —Dijo, cansada, algo incómoda.

—¿Quieres que te prepare medicina? Puede que sea un resfriado —Ofreció, todavía manteniendo los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás.

—No lo creo —Murmuró, tragando con fuerza.

—¿Entonces?

—Creo que mi celo se adelantará unos días —Jennie cambió de posición, enderezándose mientras se llevaba las rodillas al pecho, abrazándolas cuando Jisoo se enderezó también, observándola.

La alfa no supo que decir, simplemente se levantó y la observó durante algunos segundos antes de murmurar un rápido y casi desesperado "Vuelvo enseguida" Desapareciendo escaleras arriba.

Jennie se sintió brevemente confundida, hasta que recordó lo que su alfa solía hacer cuando su celo se acercaba.

—Listo —Dijo, algo agitada cuando luego de algunos minutos se detuvo de pie frente a ella— Subamos —Ofreció, extendiendo su mano hacia ella para ayudarla a levantarse.

La castaña la tomó, levantándose y siguiéndola hasta la habitación de ambas.

No se sorprendió cuando vió sobre la cama su peluche favorito y sobre su mesita de noche un gran recipiente de diversos caramelos. Las persianas estaban cerradas, oscureciendo parcialmente el entorno para que su vista no sufriera daños. Todo estaba acomodado para ella.

La menor la conocía tan bien.

Sin decir nada, Jennie se acercó a la cama y se recostó en ella, sintiéndose relajada cuando su alfa la siguió también. Se abrazó al pequeño torso de la pelinegra, y aspiró suavemente cuando su aroma inundó sus pulmones.

—¿Cómo te sientes? —Consultó la más baja, acariciando su mejilla cuando Jennie la vió con ojos adormilados.

—Cansada —Dijo— Pensé que llegaría la próxima semana.

—¿Quieres que vaya y compre supresores? —Preguntó, peinando su cabello con cariño.

Jennie tragó saliva, nerviosa. Pese a ser la mayor y contar con mayor experiencia, se avergonzaba cuando debía de hablar de ciertos temas con su novia. Al contrario de Jisoo, quien era directa y sensata, ella solía irse por las ramas cuando debía de hablar sobre algo con lo que no se sentía del todo cómoda, era imprudente en algunas circunstancias y algo torpe al decir y hacer algunas cosas.

Ella y Jisoo llevaban un año siendo novias oficialmente, y contrario a lo que la mayoría pensaría, no eran sexualmente activas. Y no porque el sexo fuese malo, al contrario, las pocas veces que lo había hecho, Jennie había jurado amar con locura cuando su alfa la consentía de aquella manera, era simplemente porque no había mucha diferencia entre ser amigas y novias, y como amigas, nunca habían pasado los límites fijos que aquella definición traía consigo.

Para evitar la posible vergüenza que le produciría pedirle a Jisoo ayudarla con su celo, Jennie había optado por utilizar supresores y su propia colección de juguetes para satisfacerse a sí misma. La pelinegra no se sentía ofendida ni mucho menos rechazada, quizás algo apesadumbrada, pero aceptaba la decisión de su omega a como de lugar y atendía cualquier petición que ésta misma pudiese llegar a tener.

Así habían sido las cosas desde hace mucho tiempo. Incluso antes de convertirse en pareja.

Jennie apartó la mirada, ocultándose en la curva del cuello y hombro de la pelinegra cuando dijo— No, no compres nada...

—¿Estás segura? —Cuestionó acariciando su cintura con delicadeza cuando sintió su respiración levemente acelerada.

.

Jisoo asintió, abrazándola con fuerza.

—¿Qué harás entonces?

Jennie se encogió levemente de hombros— No lo sé.

La omega se presionó más cerca.

El aroma a vainilla y canela había ido aumentando gradualmente, llenando la habitación. Jisoo todavía se mantenía tranquila, procurando mantener la mente alejada de pensamientos impuros.

Por más que lo deseara, no haría nada hasta que Jennie lo quisiera.

Sabía que Jennie se avergonzaba y no tenía problema con ello, lo entendía, por lo menos hasta cierto punto.

Jennie siempre había sido vergonzosa en todo el sentido de la palabra. Podía llegar a ser muy amigable y extrovertida, pero continuamente se cuestionaba si lo que había dicho o había hecho estaba incorrecto o había sido vergonzoso. Sobre pensaba todo aquello que hacía, y aunque ella sabía que no era del todo sano, Jennie por su parte trataba de ignorarlo.

Desde que tenían trece años se había mantenido de esa manera.

Sintió a Jennie aferrarse a ella, temiendo que su celo finalmente hubiese llegado por completo.

—¿Jennie? —La llamó preocupada, tratando de apartar su cuerpo un poco para verle el rostro.

La mayor se abrazó a ella con más fuerza, casi trepando por su cuerpo para que no pudiese verle el rostro.

—No... —Susurró con voz pequeña, sintiendo sus mejillas arder al igual que su vientre.

Jisoo tragó saliva sonoramente.

—¿Te paso algún juguete para que...? —Inquirió, otra vez tratando de alejar su mente de pensamientos sucios.

Jennie volvió a negar.

Poco a poco la omega se había ido acomodando sobre ella, y Jisoo sentía su cuerpo acalambrado por la fuerza mental y física que empleaba en no dejarse llevar por las circunstancias. Lo hizo siendo su mejor amiga y lo haría siendo su novia si fuese necesario.

No tendrían sexo a menos que Jennie dijese lo contrario.

Por más ganas que tuviera de cogersela duro.

Ahora entendía un poco su extraña actitud durante su visita al supermercado cuando regresó junto a ella con las manos vacías.

Jennie no había encontrado supresores.

Una pequeña (gran) parte de ella lo agradecía.

Sintió entonces el repentino peso de Jennie sobre su entrepierna, sentada allí mientras mantenía sus manos apoyadas sobre su abdomen.

Jennie la miró tímidamente, sabiendo que su celo no solo se había adelantado unos cuantos días, sino que se había tomado la libertad de llegar en ese mismo instante.

—Jisoo...

—¿S-Si? —Tartamudeó sin ocultar su nerviosismo mientras sentía su erección crecer entre sus piernas.

Jennie la observó tras su flequillo, respirando pesadamente mientras la veía hacia abajo, se presionó más contra su entrepierna, deseando sentir lo que se hallaba bajo la tela de sus pants.

Ayúdame.

Jisoo acató su petición.

Jennie se acercó a besarla, atrayéndola a sí misma cuando Jisoo la abrazó por la cintura, presionándose contra ella mientras comenzaba a recostarla sobre su espalda.

La omega envolvió sus piernas alrededor de su cintura mientras sentía a Jisoo presionar su dura erección contra su húmedo centro, sintiéndose caliente con cada pequeña estocada que la pelinegra le ofrecía.

Se deshizo de su camiseta casi inmediatamente, haciendo lo mismo con la de su alfa cuando quiso sentir el calor de su piel. Jisoo le besó el cuello y las clavículas, y cuando el sujetador le impidió atender sus pezones, lo arrancó inmediatamente, juntando después sus senos para lamerlos a la par.

Jennie sentía la lengua de Soo rodear la punta de sus pechos, la veía besarlos y lamerlos con necesidad y atención, y se sentía cada vez más húmeda cuando Jisoo la miraba momentáneamente antes de seguir disfrutando de su tarea.

Necesitaba más.

—Jisoo —La llamó, cuando la pelinegra dió una larga lamida a su seno derecho.

—¿Sí? —Respondió, deslizando su mano por el contorno de su cuerpo, jugueteando con el dobladillo de sus shorts de mezclilla.

—Quítame ésta cosa —Pidió desesperada, caliente y ansiosa por estar finalmente desnuda. Jisoo no tardó en deshacer el botón y bajar la cremallera, bajándolos con rapidez junto con su ropa interior para desnudarla completamente.

Se relamió los labios cuando Jennie abrió las piernas para ella.

Se acercó lentamente, besando el interior de sus muslos antes de acomodarlos sobre sus hombros, viendo su entrada palpitar necesitada.

Sopló suavemente, sintiendo a Jennie estremecerse.

—No hagas eso —Gimió, suspirando cuando Jisoo lamió lentamente por toda la zona.

Enredó sus dedos en su suave cabello, empujándola más cerca mientras su alfa introducía su lengua dentro de ella. Sabía dulce, deliciosa con aquel toque a vainilla que tanto le gustaba, y se sentía tan caliente en su boca que deseaba probarla a diario si saborearla la excitaba tanto. Su erección dolía, y mucho cuando imaginaba que era su miembro el que entraba y salía de su interior en lugar de su lengua.

—Jennie —Gimoteó, alzando la mirada para ver a la castaña lagrimear.

—Hazlo —Rogó, dejándola ir para atraerla una vez más y probar sus labios, probarse a sí misma mientras su alfa se deshacía de sus propias prendas con prisa.

Cuando Jisoo masajeó su miembro frente a ella, Jennie gimió necesitada, imaginando otra vez como se sentiría aquella extensión acariciando su interior. Se estremeció cuando su alfa presionó la punta contra su entrada, humedeciendo la misma cuando se deslizó juguetonamente a lo largo de su vulva.

Era tan caliente, tan resbaladizo cuando se introdujo de una vez por todas dentro de ella, que ambas gimieron a la par cuando se unieron por fin, con Jisoo sintiendo al fin su ardor disminuir.

La menor bombeo lento, dejando a su omega acostumbrarse antes de aumentar su fuerza y velocidad.

Jennie la abrazaba por los hombros, jadeando sobre su oído cuando la tocaba en profundidad.

No era suficiente.

Tomando ventaja de la posición, pasó sus manos por debajo de sus piernas, empujando lo suficiente como para lograr presionar a Jennie contra el respaldo de la cama.

La mayor se dejó cargar, jadeando sonoramente mientras Jisoo se hundía una y otra vez dentro de su vagina.

Una y otra vez de manera rápida y brusca.

Se aferraba con dificultad a los hombros ajenos, arañando visiblemente su espalda cuando Jisoo llegaba más profundo con sus estocadas, presionando su cuerpo entre el suyo y la madera del respaldo de la cama matrimonial.

La fricción era deliciosa, húmeda cuando Jisoo dejó caer algo de saliva en el lugar que las unía, humedeciendo aún más la entrada de su omega. La pelinegra se encontraba extasiada, hundiéndose con rapidez dentro de ella.

—Jisoo —La llamó, suspirando cuando se sintió repentinamente cerca.

La alfa gruñó junto a su oído, alzándola una vez más cuando reanudó su agarré bajo sus muslos, separándose brevemente para verla a los ojos.

—¿Huh? —Jadeó, gimiendo cuando Jennie también lo hizo.

—Dame la vuelta —Pidió, con un hilo de saliva cayendo peligrosamente por la comisura de sus labios.

Jisoo accedió inmediatamente, volteándola sin sacar su miembro de su interior.

Cuando Jennie estuvo apoyada sobre sus rodillas y con el torso apoyado sobre la madera algo tibia debido a su cuerpo, fue la pelinegra quien reanudó el ritmo, sintiendo a su omega apretarla con fuerza.

Tensó su mandíbula y le presionó con mayor fuerza la cadera, alzando la mirada para verla presionarse contra el respaldo.

Ver a Jennie aferrarse a eso en un intento de apaciguar y manejar el placer era, por lo mínimo, bastante caliente.

Pero necesitaba más, quien sabe cuándo volvería a tener una oportunidad como ésta.

Sin preguntarle, Jisoo tomó su mano izquierda, tomando su muñeca cuándo repitió su acción con la muñeca sobrante, tomando ambas para privarla de buscar apoyo en cualquier otra superficie.

Jennie sonrió cuando su embestida tocó su punto dulce.

Golpeó con fuerza, escuchando el morboso sonido de sus testículos golpear su trasero. Su expresión era confusa, excitada en su totalidad cuando sentía sus pechos moverse con violencia debido a las penetraciones. Jisoo llevaba mucho tiempo conteniéndose.

Jennie apoyó la frente contra la madera, gimiendo alto cuando su alfa gruñó inclinando la cabeza hacia atrás, sintiéndose próxima a anudar.

—Jennie yo-

—Déjame hacerlo —Le pidió cuando lo intuyó, mirándola de reojo mientras Jisoo la sostenía.

Sus pupilas estaban completamente dilatadas.

Su Jennie se había ido parcialmente.

Sonrió cuando la dejó ir, y sintió su pene palpitar con mayor fuerza cuando Jennie abandonó su tacto y la empujó por los hombros, recostándola una vez más sobre su espalda.

La vió acercarse a ella, acuclillándose sobre su miembro cuando lo tomó y lo alineó con su entrada, dejándose caer fuertemente sobre él.

Un fuerte gruñido abandonó su garganta, y unos cuantos más le siguieron al ver a Jennie follarse a si misma con su miembro de forma hambrienta.

Cerró los ojos concentrándose en la sensación de ella perdiéndose en los pliegues de su centro, oyendo los gemidos de su omega con cada penetración.

Sintió repentinamente una punzada sobre su abdomen, y antes de que pudiese advertir a Jennie sobre su corrida, el nudo comenzó a formarse dentro de ella.

Jennie abrió sus ojos en sorpresa, sintiéndose repentinamente llena cuando se vino también

Se dejó caer sobre Jisoo, ocultando su rostro sobre la comodidad de la cama mientras sentía las caricias de la pelinegra sobre su espalda.

—¿Jennie? —La llamó la pelinegra, quien se sintió súbitamente tímida al no escucharla.

—¿Hm?

Jennie se oía cansada, y se preguntó si aquello no la había dejado satisfecha para ser la (posiblemente) primera ronda.

La alfa tragó saliva, algo incómoda con el pensamiento de haber fallado en su única tarea.

—¿Qué sucede? —Murmuró la castaña alzando un poco la cabeza, todavía unida a ella.

—¿Estuvo bien?

Jennie no tardó en sonreír con ternura, acercándose lo suficiente para besar la punta de su nariz.

—Estuvo fantástico, Soo —Dijo, restregando su mejilla contra la de ella.

—¿Sí? —Cuestionó con duda.

En el fondo, muy dentro de sí, creía que quizás la vergüenza de Jennie no llegaba a tanto, y la razón de sus escasos encuentros físicos eran porque no era realmente buena para ella.

Jennie volvió a besarle la mejilla con cariño, tomando la contraria con su mano libre.

—Si, cariño.

La vió a los ojos, y supo que realmente había estado bien.

A partir de hoy, definitivamente me ayudaras con mi celo.

Quizás había estado muy bien.

O simplemente Jennie había dejado de ser tan vergonzosa respecto al sexo.

muchas gracias por haber leído ♡

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