DANGEROUS © | Levi Ackerman...

By IndrianyGlazier

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𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑𝐎𝐔𝐒 © | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 AU +18 ❝No eres bueno para mí, pero te deseo.❞ 【tw; lenguaje... More

Capítulo 2: Un trago amargo
Capítulo 3: Devuelta al infierno

Capítulo 1: Primer encuentro

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By IndrianyGlazier

【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈: 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎】

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—¿Otra vez soñando despierta? —la pregunta de Eren me saca por completo de mis pensamientos.

—Puede ser —respondí un poco desilusionada y decidí retomar mis tareas. Pero antes de que pudiese tomar la cesta de ropa sucia, Eren me tomó del brazo para atraerme a él.

—Algún día saldremos de aquí, te lo prometo —susurró con una ligera sonrisa en el rostro.

Vivíamos en un hogar adoptivo en medio de la nada. Algunos pensarían que soy afortunada por tener una familia y un techo, pero aquello no era más que un infierno con el que teníamos que convivir día a día. Al principio, todo parecía un cuento de hadas pero con el paso del tiempo me di cuenta que no eran lo que aparentaban ser, ya que solo estaban interesados en la manutención que el gobierno les daba por el simple hecho de tenernos bajo su tutela.

Cuando están en la adolescencia es un poco complicado encontrar un hogar adoptivo, puesto que, algunos padres consideran que los muchachos en ese rango de edad pueden llegar a ser muy problemáticos. Antes de llegar aquí, estuve bajo la tutela de Lou; una contadora de cuarenta y tres años que nunca pudo tener hijos pero me trató como tal hasta que falleció en un accidente de tránsito.

Y lo peor de todo, es que fui muy ilusa al pensar que al cumplir dieciocho años saldría de aquí, ya que, Caroline —la tutora que estaba a cargo de nosotros actualmente— me dijo claramente que no me dejaría ir hasta que le pagara cada centavo que había invertido en mí.

—¿Hoy podemos retomar las clases de lectura? —preguntó Eren con algo de vergüenza, ya que alcancé a ver sus mejillas un tanto sonrojadas en cuanto lo volteé a ver.

—Claro que sí —respondí con una amplia sonrisa al notar su interés en querer aprender— ¿Te parece después del almuerzo?

Antes de que pudiera responderme, la puerta se abrió y alcanzamos a ver a Caroline con su semblante serio. A juzgar por la expresión en su rostro, deduje que estaba a punto de reclamarnos algo.

Y no me equivoqué.

—¿Es una novedad? —nos mantuvimos en completo silencio, esperando que nos explicara su disgusto— No sabía que las bolsas del súper mercado se bajaban solas del auto y se guardaban en la alacena —añadió con ironía mientras hurgaba en su cartera en busca de un cigarro.

Eren dejó lo que estaba haciendo y salió en completo silencio para bajar las compras del auto. Segundos más tarde, llegué hasta donde estaba el castaño para ayudarlo, puesto que, eran muchas bolsas para él solo.

Una vez que bajamos todas las bolsas, Eren se dedicó a organizar todo en la alacena mientras yo hacía el almuerzo.

—Huele bien —elogió el ojiverde a mis espaldas y una amplia sonrisa se formó en mi rostro.

—Tranquilo, ya casi termino —le aseguré mientras terminaba de preparar la ensalada.

[...]

En cuanto terminé de servir la comida, el ojiverde me ayudó a llevar los platos a la mesa. Pero, en un intento desesperado de agilizar el proceso, tomé la iniciativa de llevar dos platos por mi propia cuenta, sin embargo, tropecé con Eren que apareció de la nada provocando que ambos platos terminaran en el suelo.

Mierda.

Inmediatamente ambos nos colocamos de cuclillas y comenzamos a recoger tanto la comida como los trozos de porcelana lo más pronto posible con la esperanza de que nuestra tutora no hubiese escuchado absolutamente nada. Sin embargo, desistí de aquella idea tan pronto como se apareció en la cocina aparentemente disgustada.

—Estaba muy caliente, lo siento —se excusó Eren y Caroline se quedó observando durante un par de segundos al castaño con aversión, como si se tratara del ser humano más despreciable del planeta.

—¿Sabes que me disgusta? —preguntó con un tono de voz lúgubre provocando que mi piel se erizara— ¿No? Bueno... Prácticamente invierto todo mi dinero y tiempo para vestirlos, alimentarlos y cuidarlos para que me paguen con mentiras, ¿no es así Emma? —levanté la mirada completamente aterrorizada y me encontré con un semblante serio— ¿Crees que soy tan estúpida como tú?

Eren se colocó de pie con la intención de intervenir.

—Emma no tiene nada que ver aquí —discretamente tiré de la camisa de Eren para hacerle saber que debía detenerse, pero hizo caso omiso a mis súplicas— Si va a castigar a alguien, lo mejor es que sea a mí ya que por un descuido provoqué todo este desastre.

Caroline se mofó con una carcajada seca, soberbia e irónica antes de darle una fuerte cachetada.

—Que sea la primera y última vez que tratan de tapar sus descuidos con mentiras porque la próxima vez será peor, ¿quedó claro? —asentí con la cabeza e inmediatamente volteó a verme— Y no creas que saldrás victoriosa de esta, Emma. O te comes la comida que está en el suelo o te encierras en tú habitación sin comer, tú decides.

Era una lástima desperdiciar comida, pero no estaba dispuesta a humillarme de tal forma, así que decidí limpiar todo y luego encerrarme en mi habitación deseando que por mi mente no se cruzara ningún pensamiento relacionado con el almuerzo.

[...]

Dos horas después me desperté debido al insoportable calor. Tomé asiento a orilla de la cama y noté que sobre la mesa de noche había un jugo de caja junto con un paquete de galletas; no era lo más nutritivo del mundo pero al menos me serviría para saciar el hambre.

Al terminar de comer, oculté la basura y para matar el aburrimiento decidí ordenar la habitación.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Eren a mis espaldas y negué con la cabeza. Un par de segundos después, tomó asiento en mi cama y me dedicó una mirada llena de pesar— Lamento mucho lo que ocurrió hoy, no era mi intención que te castigaran de esa forma —explicó con arrepentimiento.

—Creo que la peor parte te la llevaste tú —aseguré sin voltear a verlo mientras colocaba la sábana en una de las tantas camas que había en aquella habitación.

—¿Estás molesta conmigo por lo que hice?

—No, no se trata de ti —aclaré—. Estoy cansada de estar aquí. Siento que estas cuatro paredes me están consumiendo y no puedo hacer nada para cambiarlo. Nosotros ya somos adultos, pero... ¿qué hay de esos niños? están aquí con la ilusión de tener un hogar, sin embargo, esto no es más que un infierno.

El castaño se quedó observándome durante un par de segundos sin saber qué responder. Sabía a la perfección que el mismo nivel de frustración que me invadía a mí, también se lo estaba carcomiendo a él, solo que no lo daba a demostrar.

—Dentro de poco será solo un mal recuerdo, te lo prometo —colocó su mano sobre la mía y me sonrió con ternura.

Confiaba plenamente en él, pero las probabilidades de salir de aquí eran nulas. Nunca recibimos visitas de ningún trabajador social, así que, no había forma de llamar la atención de alguna autoridad para que investigara más a fondo la situación que se estaba viendo en aquella casa hogar.

Sin importar los obstáculos en el camino, no perdíamos la esperanza de ser libres.

—¿Y si me acompañas a un sitio? —preguntó Eren después de un rato, logrando sacarme de mis pensamientos.

—Oh, claro, me gustaría ir por un café —respondí de forma sarcástica.

—Lo digo en serio, Emma.

—¿Y cómo vamos a salir de aquí?

—Es fácil —sonrió de forma jocosa— Solo tenemos que esperar que los niños se duerman y así podremos salir sin preocupación alguna.

Al escuchar la seguridad en sus palabras, caí en cuenta de que no era la primera vez que lo hacía. Él se las había ingeniado para crear una ruta de escape, pero lo que más me extrañaba de todo era que terminaba volviendo a este sitio tan desagradable.

Estar encerrada tanto tiempo, me desconectó por completo de la sociedad. Creí que estábamos a unos cuarenta o cincuenta minutos de algún pueblo, pero no. Caminamos alrededor de quince o veinte minutos hasta que llegamos a la sociedad, no obstante, nuestro destino se encontraba a unas diez cuadras de distancia.

Una vez que llegamos al lugar, me llevé una mala impresión del lugar. El olor era desagradable e indescriptible, aún así, había muchas personas hablando, fumando, bebiendo y besándose en las escaleras sin temor a nada.

—No te alejes de mí, ¿sí? —el ojiverde colocó su mano en mi espalda para que apresurara el paso y después de subir siete pisos, llegamos a una especie de fiesta clandestina.

Una mezcla de temor e inseguridad me invadió al ver el ambiente en el que me encontraba. Sin embargo, Eren estaba completamente sereno ignorando todo lo que pasaba a su alrededor.

—Eren —lo llamé—, no me siento cómoda aquí.

—Relájate, Emma. Estás a salvo —aseguró, tratando de sonar convincente— ¿Quieres algo de beber?

Negué con la cabeza, pero hizo caso omiso a mi elección. Me tomó del brazo y me arrastró a lo que parecía ser una especie de barra en donde le entregaron dos vasos con un líquido sospechosamente transparente.

Después de debatir conmigo misma si debía beber aquel líquido o no, decidí darle una oportunidad. Al darle un sorbo, arrugué la nariz al sentir como aquel fuerte y desagradable sabor pasaba forzosamente a través de mi garganta.

Aquella reacción le causó mucha gracia a Eren. Supongo que bajo otras circunstancias también sería gracioso para mí, pero teniendo en cuenta la situación en la que nos encontrábamos solo deseaba devolverme a casa.

Y justo cuando le iba a pedir a Eren que nos retiráramos, se alejó de mí mientras elevaba su dedo índice para indicarme que esperara un segundo. En eso, me quedé en una esquina para esperar al castaño sin estorbarle el paso a nadie y en eso, se me acercó un muchacho de al menos veinticinco años el cual parecía estar bajo los efectos del alcohol.

—¿Buscas a alguien? —preguntó con una coqueta sonrisa en su rostro y negué con la cabeza, tratando de evitar el contacto visual— Te ves muy sola, yo podría solucionar eso si me lo permites.

—Te ha dicho que no —intervino con severidad, un hombre de cabello oscuro y semblante serio—. Pídele disculpas a la señorita por incomodarla y luego te largas.

—Lo siento mucho —se disculpó y luego volteó a ver al pelinegro— No quiero problemas, Levi.

Observé con algo de pesadez como el hombre se retiraba sin mirar atrás, ya que, sentía los párpados extremadamente pesados.

—No deberías estar en un sitio como este —reclamó—, hay muchos imbéciles que podrían hacerte daño.

—¿Eso te incluye? —reproché sarcásticamente y retrocedí para apoyarme de la pared, debido a que con el paso del tiempo sentía que mi cuerpo se debilitaba cada vez más y más.

Levi comenzó a darme un sermón, pero me costó mucho trabajo comprender lo que decía, ya que, sin darme cuenta caí inconsciente.

●●●

—Capítulo original: públicado el 1 abril del 2021 con un total de 1232 palabras.

—Capítulo reescrito: públicado el 28 octubre del 2023 con un total de 1820 palabras.

Hola gente linda, espero que se encuentren muy bien. Imagino que no se lo esperaban pero es no quería dejar morir esta historia, así que la estaré reescribiendo para que su lectura sea más agradable. ♡

¿Qué opinan de la diferencia entre los dos capítulos? ¿Hubo un cambio para bien o para mal?

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