Cuestión de orgullo

By MariselMaluenda

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Bright Chiva-aree es un joven aristócrata, soltero, dueño de grandes extensiones de dinero. Con una educación... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49

Capítulo 42

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By MariselMaluenda


✒️📜

Despertar en los brazos del Sr. Chiva-aree era lo que más amaba el joven Opas. Su aroma, su piel desnuda, su cabello alborotado, era un hermoso espectáculo digno de admirar.

No lo pudo resistir y enredó sus dedos en su cabello, tan sedoso, tan fino... tan suyo.

Como cada mañana, el Sr. Chiva-aree se acercaba hasta el joven y aferraba su cuerpo al suyo, un reflejo innato de su posesividad, reclamarlo suyo y de nadie más. Sentir esa suave y nívea piel junto a la suya, ese aroma tan suave y delicado entrar por su nariz, era la tranquilidad que traía a su vida.

Los meses transcurrieron y la familia de Susan pidió reunirse con el Sr. Chiva-aree, la unión debía oficializarse. La familia Phillips quería meter mano en los negocios de los Chiva-aree y acrecentar sus bienes. Lo que no sabían, era que hace un par de años atrás, Bright había separado sus negocios de los de sus padres, con quienes no tenía casi contacto, excepto su hermana.

Esa noche se reunirían para la pedida de mano y Metawin lo sabía al igual que Carol. Por esa razón el joven no quería levantarse aquella mañana, quería que de una vez por todas todo fuera tranquilo, que la gente no hablara de ellos, quería estar lejos junto a su amado y solo eso. Pero la realidad era cruel, la vida injusta y la sociedad... miserable y egoísta.

Se besaron y abrazaron, susurraron sus nombres en el oído del otro como queriendo fundirse en cada respiro. Lo que se avecinaba no era fácil, las cuatro personas lo sabían.

Querer citar a algún autor en este momento era difícil ¿qué palabra podría describir lo que ambos sentían en este momento? Ninguna. Y la respuesta por tajante, corta y cruel que fuera no le hacía justicia al tormento que cada uno llevaba por dentro.

Fundirse no bastaba, huir tampoco, porque a donde fuesen la realidad los alcanzaría, pero tenían algo a su favor, la mentira. Jugar las cartas de la misma sociedad, esa era, por ahora, la única salida.

- No me quiero levantar – dijo el joven con una voz melosa.

- No lo haga, quédese un poco más entre mis brazos.

- Pero debemos ir a la fábrica, hoy debo visitar la escuela y ver qué necesitan los niños – dijo el joven volteando su cuerpo por sobre el del Sr. Chiva-aree.

- Debemos, pero no hay prisa, siempre tenemos tiempo il mio luce.

Y así fue como esas piernas traviesas rodearon la cintura del Sr. Chiva-aree quien no dudó en posar sus manos en esas pequeñas caderas. Si ese joven supiera lo que le provocaban, iría gustoso detenido por segunda vez por tener aquellos pensamientos.

Sus manos recorrieron bajo la ropa hasta llegar a aquel abdomen para subir lenta y tortuosamente hasta su pecho. El joven dio un pequeño brinco despertando la virilidad del Sr. Chiva-aree. Ya nada los detendría y, sin duda, no llegarían temprano a la fábrica.

El joven, tomando la iniciativa, alzó sus brazos para que su amado le retirase la camisa, encontrándose así Bright, con aquel espectáculo hermoso, la piel tersa y blanca del joven. Se inclinó hasta besar su pecho, el joven apretó sus piernas sacando un gemido a su pareja.

Ambos comenzaban a perderse en la llama de excitación, que una vez que se encendía, no había como apagarla.

El ambiente fue tornarse más salvaje hasta que ambos se despojaron de sus ropas. Con todo el amor del mundo, el Sr. Chiva-arre preparó a su amado, llenándolo de besos por el cuello y, descendiendo hasta la clavícula marcó cada trozo de piel, ese que era suyo y que nunca sería de nadie más.

El joven, por su parte, se abrió de par en par para recibirlo, su pecho subía y bajaba jadeante ante la excitación, su piel blanca se volvió de un rosa que se intensificaba conforme avanzaban los minutos. Sus manos dejaban leves arañazos en la espalda de Bright quien no paraba de marcar y besar ese cuerpo delirante de placer.

Los besos se intensificaban y la desesperación llegó al joven.

- Por favor, hágame suyo ya.

- Como usted diga il mío luce.

Y así fue como se adentró lenta y tortuosamente en el joven haciendo que sus piernas temblaran ante su amado. El joven, embriagado de la excitación, movió sus caderas para ayudarlo y así sentirlo profundamente.

Un gemido salió de sus labios cuando sintió esa virilidad palpitante dentro de su ser. Esperaron un momento, el Sr. Chiva-aree era un hombre demasiado cuidadoso y gentil con el joven, siempre atento a cada detalle, ruido o movimiento que realizase, así sabía si debía seguir o parar.

Metawin tenía su mente en otro lado, hacía intentos por estar presente en cuerpo y alma, pero no podía. Una parte quería fundirse con su amado y la otra quería tomarlo de la mano y huir, correr lejos de ahí, de aquel tormento, pues no quería que la noche llegase.

Por su lado, el Sr. Chiva-aree intuía que algo así podía pasarle al joven. Comenzó a moverse dentro del joven, lo besó y le susurró al oído.

- Cásese conmigo, aunque en este mundo, en esta tierra no es permitido, cásese aquí – señaló su corazón- dejemos atrás todo lo malo que hemos pasado y hágame el hombre más feliz, dígame que sí y acabe con mi tormento.

El joven lo miró fijamente quedándose sin palabras. No sabía qué decir ¿podían hacerlo? ¿estaba permitido? No. Rotundamente no ¿qué diría la gente? Trató de hilar una respuesta coherente dada la situación en la que estaban en ese momento.

- Sí, acepto – señaló el corazón de su amado – seremos esposos, aunque nadie lo sepa, aunque nadie lo permita, porque solo nosotros tenemos derecho a decidir qué hacer y cómo amarnos.

Y de esa manera continuación hasta culminar en un grito ahogado, bañados en sudor y agotados.

Se levantaron, bañaron y vistieron para dirigirse hasta la fábrica. Lugar donde el Sr. Chiva-aree tendría una reunión con un empresario y su abogado. Y donde el joven debía recorrer la escuela y preparar todo lo que faltase.

Al joven se le hizo un poco extraña la presencia del abogado del Sr. Chiva-aree, puesto que él era ahora quien firmaba como abogado de la fábrica.

La reunión se llevó a cabo a puertas cerradas. El Sr. Chiva-aree firmaría documentos de los cuales ya había platicado con Susan, donde quedaba claro que ella recibiría una pequeña fortuna como parte de su dote y nada más. Todo plan por parte de la familia de Susan quedaría arruinado el día que supieran de este documento, pero es algo que ambos acordaron. Este era un pacto de amigos, donde vivirían juntos de apariencias, pero no estaban dispuestos a transar esta unión como un vil negocio, ninguno estaba de acuerdo.

Fue así como el joven hizo el recorrido por la escuela encontrándose con una pequeña llorando en un pasillo, sola y con sus trenzas desatadas.

- ¿Qué le ocurre pequeña? ¿por qué llora? – la pequeña intentó secar sus lágrimas y ponerse de pie.

- Nada señor – hipó.

- A ver – se agachó hasta quedar de su altura- cuénteme lo que le sucede, prometo no contarle a nadie más – dijo dándole una sonrisa.

- Es que, la muñeca que mamá me hizo antes de morir se ha roto y ahora ya no queda nada más de mamá conmigo – y sus lágrimas comenzaron a correr nuevamente como cascada.

- Pequeña, ven aquí – abrió sus brazos para recibirla, acarició su cabello y la meció por un momento.

Arrodillado en el suelo fue visto por el Sr. Chiva-aree y el capataz.

- ¿Sucede algo? – pregunta su amado con ternura, ya conocía al joven, siempre de buen corazón.

- Nada grave, ciertamente, pero importante como para tener a esta jovencita muy triste. Si me permite, iré por un momento al pueblo, debo traer algo. No me tardo.

Ante la atenta mirada del Sr. Chiva-aree el joven salió con la niña de la mano. Se dirigieron al pueblo. Ahí entraron a una tienda, compró unos lazos para el cabello de varios colores, un par de vestidos y una muñeca. Todo ante la curiosa mirada de la pequeña. Luego la llevó a la panadería y compró unas galletas.

Al llegar a la fábrica, la llevó hasta la oficina del Sr. Chiva-aree. La sentó y le obsequió lo comprado. Luego la llevó con Prim para que le hiciera sus trencitas nuevamente con una de las cintas que había comprado.

La niña conmovida le dio un abrazo, de esos que son sinceros y que solo los niños saben dar. El joven pudo darle algo tan simple, pero él recibió el mejor regalo, un cálido abrazo.

- Gracias señor Opas, no era necesario – dijo miraba sus obsequios.

- Lo es, no podré nunca reemplazar la muñeca que su madre le ha dado, pero esta nueva la acompañará cuando esté triste. Recuerde que, aunque su muñeca se ha roto, no es necesario tener "algo" para recordar a aquellos que amamos. Estoy seguro de que su madre permanecerá aquí toda la vida – apuntó al pecho de la pequeña.

Prim miraba aquella escena muy conmovida, su hermano era sin duda un hombre de un gran corazón.

- Vaya a clases ahora y no llore, es muy pequeña para llorar tanto. Aprenda todo lo que pueda.

La pequeña entró a su clase y el joven se retiró, llevaba anotado en su lista lo que debía comprar ese mes para la escuela y agregó juguetes.

Desde lejos, el Sr. Chiva-aree miraba lo que ocurría ¿cómo no amar a ese joven?

La tarde llegó y ambos se dirigieron a su casa, el Sr. Chiva-aree debía cambiarse y partir a casa de los Phillips.

Lo que se venía no era fácil, el joven estaba triste y angustiado, por esta razón, antes de emprender rumbo, el Sr. Chiva-aree se sentó en el salón a conversar con él.

- Venga, debemos hablar – lo atrajo hasta su regazo.

- Me va a contar por qué había un abogado hoy en la fábrica ¿me va a correr?

- No – soltó una risa, sabía que el joven había notado al otro abogado – jamás haría eso a mi futuro esposo – soltó.

Las mejillas del joven se tornaron de rojo carmesí y se acurrucó en su pecho. Tan indefenso y tan suyo. Prosiguió.

- Lo llamé porque con Susan tuvimos una conversación acerca de un acuerdo, ambos sabemos que su familia está detrás de la fortuna de los Chiva-aree y, como yo ya no tengo acceso a ella, quedé en darle una dote. Quiero que ella quede asegurada en caso de cualquier cosa, ella y Carol.

Los ojos del joven lo miraron fijamente, su cuerpo se tensó. Celos.

- ¿Asegurada?

- Sí, se supone que ella será "mi esposa" ante la sociedad y por ese motivo, ante su familia debe verse como algo serio. No es una gran fortuna, no como la que su familia espera, ya que, ella ha solicitado trabajar y yo no se lo he negado. Por favor, no se preocupe usted de nada y confíe en mí. Quiero hacer esto de la manera más real posible y que nuestros planes salgan bien sin despertar sospecha alguna.

La mirada del joven era tan penetrante e inquisidora que inquietó mucho al Sr. Chiva-aree.

- ¿Solo eso? – preguntó el joven.

- Solo eso amor. No quiero que les pase algo a ellas tampoco, ambos estamos tomando responsabilidades para con ellas y debe verse real. Es un resguardo tanto para ellas como para nosotros.

- Y ¿quién más estaba hoy en su oficina? Creo haber visto a alguien más.

- Si, es un inversor.

- ¿Va a hacer otro negocio? – preguntó curioso el joven.

- Sí, uno más lejos, cerca de las casas que compraremos ambos para nuestras esposas.

- ¿Cómo dice? – el joven se exalta y se pone de pie.

- Siéntese y le cuento. Compraremos casas contiguas. Formaremos una nueva empresa lejos de aquí donde nadie nos conozca, para eso necesito al nuevo inversor, su familia y la de Perawat. Esto ya lo teníamos pensado.

- Vaya... ahora me entero. Prosiga.

- La idea de vivir cerca es que ellas vivan juntas y nosotros también, trataremos de que se vea todo normal ante los ojos del resto, pero solo nosotros sabremos que no es así. por eso hay que vivir lejos, como parejas de amigos recién casados y socios. Soy brillante ¿no cree usted?

El joven se quedó pensando en si era realmente una buena idea.

- Debo pensarlo de todas maneras y repasar los detalles.

- Ahora debo irme donde Susan, sus padres me esperan. ¿Me esperará usted despierto? ¿o prefiere acompañarme? Después de todo, iré solo sin familia, a pedir su mano.

- ¿Qué prefiere usted?

- Prefiero que nunca suelte mi mano, todo lo que hago es por usted, por favor acompáñeme.

Y ambos salieron a pedir la mano de Susan Phillips.

~Miss Winita 🐰
__________________*

Hola a todxs!!!
Aquí con el corazón apretado escribiendo esto 🥺

Bien dicen que el fin justifica loa medios, pero verlos tan valientes y decididos a pasar la vida juntos apesar de todo y de todos da miedo.
Tanta valentía que se requiere, amar en esos tiempos no debió ser fácil para nadie... y aún es difícil 😭

Espero que les haya gustado. Traigan pañuelos para los capítulos finales, ya queda menos 🥺

Dejen sus comentarios de qué les pareció y denle a la ⭐️🙏❤️

Los amodoro ❤️💕

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