El almuerzo fue incómodo, soy consciente de que nuestros padres saben que ya no soy virgen. Estoy tensa y sudando, me encojo cada que Freen trata de tomarme la mano, ¿Qué estarán pensando? ¿Estarán enojados? ¿Me dirán que deje de ver a su hija? ¿Saben que Freen no era virgen? ¿Todavía les agrado?
— ¿Qué pasa, Bec? — Chao pregunta, he estado en silencio, mirando mi comida.
— Nada — negué con la cabeza. Freen seguía con su personalidad despreocupada, siempre me sorprende. Ser normal es estresante para mí.
— No te creo — dijo, comiendo. Luego se detuvo y miró a Freen. — Todavía no puedo creer que me traicionaste, a tu propio padre — mi novia se rio.
— Te estabas interponiendo entre el amor verdadero, ¿Qué querías que hiciera? — seguía comiendo, yo no he podido probar bocado, ¿Por qué todos actúan tan... normal? Tener sexo con Freen es lo más importante que he hecho en mi vida y a nadie le importa. Actúan como si no fuera la gran cosa.
— Solo eran un par de horas — se rio, rodando los ojos.
— Ya había esperado suficiente, papá. Y fueron más que un par de horas — dijo ofendida.
— Pasaron una semana juntas, ¡24/7! — volvió a reír, no sé si es bueno o malo. — Me traicionaste, pequeña Sarocha, al hombre que te dio la vida.
— ¡Chao, vamos! No seas ridículo — Preeya está sonriendo, su tono es relajado, pero qué tal si solo está fingiendo...
— ¿Ridículo? Aposté un partido... Y ahora... Ahora tendré que usar la camiseta del Manchester. Mi vida se acabó, gracias, Sarocha —sigue comiendo, esto es demasiado estrés.
— Yo la usaré, así no debes hacerlo — dije en voz alta. Esto es importante para Chao y él me agrada, debo de proteger a los míos.
— ¡Bebé! — Freen tomó mi mano, mirándome. — Están bromeando. Mi tonto padre no morirá y puede pagar su estúpida apuesta — acarició mi mano. — ¿Verdad, mamá? — Preeya asintió.
— Solo es una reina del drama, Bec. Todo está bien, dulzura, ¿Verdad, Chao? — le dio un manotazo en el brazo.
— ¡Sí, sí! Solo era yo haciéndome el gracioso, Bec. Puedo hacerlo, no te preocupes, fue muy considerado de tu parte. Solo estaba un poco amargado porque en el último segundo perdí, debía de saber que Freen es como yo. Ya sabes, la primera vez que Preeya y yo dormimos jun...
— No... No, no, no. No tendremos ninguna charla de este tipo aquí, ni en ningún lado donde esté mi novia presente, hasta que decida que está lista. Gracias por su apoyo y por ser tan abiertos, por amar a Becky tanto como yo la amo... Yo te amo más, bebé, pero no, no haremos esto, ¿Okay? Hablemos del clima o algo — todos se rieron. Entonces está bien, lo saben, y me quieren. Lo hacen... Sonreí, colocando mi mano en el muslo de Freen. Es genial, está más que bien.
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— Dios, estás dura. Olvidemos la fiesta, vamos de regreso a la casa en la piscina — Freen está besando mi cuello, acariciando mi miembro sobre los pantalones. Es un poco incómodo, pero puedo con ello. Es tan buena con su boca y manos, joder... Voy a ceder, entonces escuché, un toque en la ventana.
— Sarocha, deja de molestar a Armstrong y salgan... O mejor, ven conmigo y Jeff esperará a que mini Becky se relaje, ¡AHORA! — Tee nos está mirando, me sonrojé, y ella sonrió amplio. Escondí mi rostro en el cuello de Freen.
— Odio a mis amigos — acarició mi cabeza, besando mi frente. — Iré con ella, bebé. No estará feliz si no lo hago — la abracé fuerte, ¡Joder! ¿Qué está pasando? La necesito a mi lado para sentirme segura.
— No quiero — la escuché golpear otra vez. — Jodida Tee.
— Solo serán un par de minutos, luego nos dejarán solas... Si saben lo que les conviene — besó mi mejilla, abriendo la puerta para salir del auto.
— Vamos, princesa, Nam está adentro... Oh, mira, Heng. Qué coincidencia — la chica tomó del brazo a mi novia, llevándola al interior de la casa.
— Armstrong — Jeff me saluda.
— Orntara — sigo en el auto. Freen tenía razón, estoy muy dura.
— Armstrong — ahora es Heng quien me saluda.
— Asavarid — él sonrió.
— ¿Qué? — es agradable tener a gente que me acepta a mi alrededor.
— Bueno, Armstrong, sabes que somos amigos, ¿No? — Heng preguntó, a lo que asentí. — Y que también somos amigos de Freen, ¿No? — volví a asentir. — Estamos aquí para decirte que estamos muy felices por las dos, estando enamoradas y en una relación estable. Sabemos que la amas y que la protegerías con tu vida, ¿No? — asentí. Me siento un poco ansiosa, esto es raro. — Y sabemos que nunca la lastimarías, ¿No? — asentí.
— Queremos que sepas que Freen está tan feliz contigo que brilla, lo lograste sin intentarlo. Es nuestra amiga y la queremos, como a ti, y así como tú, la protegeríamos también. Así que, si hay algo de lo que no estés segura, es hora de que lo estés, ¿Entiendes? — Jeff dice. Ahora no entiendo.
— ¿Qué? — Heng negó con la cabeza, golpeando a Jeff en el brazo.
— ¿Estás segura de que Freen y tú estarán juntas por mucho tiempo ahora que tuvieron sexo? — ¡Oh! Eso...
— Somos para siempre, ¡Almas gemelas! — les informé, fuerte y claro, sin dejar lugar a dudas.
— Eso es suficiente para mí — Jeff sonrió. — Sabía la respuesta — miró a mi entrepierna. — ¡Pero amiga! Necesitas relajarte, tu emoción se nota... Mucho — me cubrí con las manos, girándome y ocultando mi rostro enrojecido. — Todos hemos estado ahí, Bec. Sin vergüenza — dio palmaditas a mi espalda.
— Creo que debemos irnos. Les compramos un pastel — Heng dijo, los seguí a la casa y mi novia está en el medio de la habitación, su rostro rojo y sus ojos amplios.
— ¿Qué pasa? — corrí a su lado. En el centro de la mesa, hay un enorme pastel que dice: Felicidades por el sexo.
— Becky... No entres en pánico. Están bromeando — Freen dijo, y puedo sentir cómo me sonrojo otra vez.
— Ummmm... ¿Gracias? — respondí con incomodidad. Son mis amigos, está bien. Esto está bien. Se están burlando sin maldad, está bien. Todos sonrieron, animando. Todos nuestros amigos están aquí.
— Sabemos que es un enorme paso para ti, Comandante. Así que, queríamos darte la bienvenida al folligrupo — Heng dijo, Nam sonrió, abrazándome, Tee también. Incluso Irin lo hace. Rompieron el brazo, dejándome en el medio del salón con lágrimas en los ojos, nunca me había sentido tan normal en mi vida.
— Todo está cambiando, ¿No? — les pregunté. Jeff y Heng me dieron palmadas en la espalda.
— ¡Sí! Pero es algo bueno, somos un equipo, comandante. Estaremos cerca sin importar qué — sonreí amplio, tomando la mano de Freen. Sí, todo estará bien.
— ¡Vamos a empezar la fiesta! — dije, y lo hicimos... Por un par de horas.
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— Bebé, ¿Qué haces? — Freen está recostada sobre la cama, desnuda. Tiene un brazo bajo su cabeza, sus piernas abiertas. Estoy entre sus muslos, sobre mi estómago.
— La estoy mirando — se rio, su cuerpo temblando.
— Puedo verlo, ¿Por qué lo haces? — está acariciando mi cabeza. Ama hacerlo, y yo que lo haga.
— Me gusta. Es rosa, tienes labios simétricos, siempre está húmeda, brilla... Huele a ti. Un poco salado, y almizclado. Toda tú eres hermosa, pero esto de aquí... Hace que podamos estar verdaderamente juntas, ¿Tiene sentido? — sonrió, haciendo que me recueste a su lado.
— Te amo mucho, Becky. Lo entiendo perfectamente. Es como podemos ser una sola, ¿No? — asentí. — ¿Estás asustada por el nuevo ciclo escolar? — me conoce tan bien. Dos años juntas hace eso. Palabras de Jeff.
— Será la primera vez que estaremos separadas, verdaderamente separadas... Debería de haber tomado la beca en Loughborough, amo la historia y te amo a ti — sonrió, abrazando mi cintura.
— Y yo te amo y sé que siempre quisiste estudiar en Londres. Todo estará bien, Bec, te amarán —puse mi mano en su rostro.
— El único amor que necesito es el tuyo, Freen, ¿Qué carajos estaba pensando? Cambiaré carreras... Puedo hacerlo, todavía no comienzan las clases — estoy por ponerme de pie, y me detiene.
— Becky, literalmente estaremos a treinta minutos de distancia... Y si conduces con la suficiente habilidad, serán veinte. No tengas miedo — me besó, abrazándome.
— Todo está cambiando otra vez, Freen — sonrió, recostándose sobre mí.
— Nosotras no — y, con esa promesa, volví a respirar. Tiene razón, nosotras no
FIN.