Es nuestro décimo aniversario y quiero que sea especial. No solo especial, épico. El año escolar terminó hace dos semanas y ahora es verano... Estaremos en nuestro último año en septiembre y todo va demasiado rápido. Hemos salido por diez meses y todo este tiempo con Freen... Wow.
De hecho, fui capaz de soportar mi primer partido. Nunca pensé que podría, la multitud, el ruido, los empujones, ¡Pero lo hice! Fue el mejor festival del mundo y ella estuvo a mi lado todo el tiempo. Incluso pude hablar con otras personas por mi cuenta. Lo único malo es que no estoy segura de si querían tener sexo conmigo o un trío con mi novia, lo cual era un no rotundo. Pero me hice un par de conocidos que apoyaban mi mismo equipo de fútbol, con los que podría ir al estadio, y no solo Irin.
Pero ahora necesito enfocarme, encontrar el mejor lugar para cenar con mi chica y... Bueno, necesito pedir muchos favores. El primero fue encontrar trabajo, le pedí a mi papá si podía ayudarle con algunos casos y que me pagara por ello, pero no tuve mucha suerte. Nunca pensé que Chao Sarocha sería quien me salvaría, estaba buscando a jóvenes para darles tutorías a unos cuantos niños. Era un proyecto para los hijos de sus empleados, ayudar a la comunidad. Freen daba las clases de arte y yo las de historia, por lo que pude juntar algo de dinero. Con eso resuelto, seguía pensar en una cita asombrosa... Así que, hablé con mis amigos.
— ¿Buscamos algo loco o dulce? — Tee preguntó.
— No sé, quiero que sea épico — suspiré. Debo decirle que la amo, porque lo hago, es importante para mí.
— Freen está tan enamorada que estoy segura de que va a llorar con que tan solo la lleves de pícnic y mirar el atardecer — Nam soltó, exasperada, y es mi culpa, llevo dos horas hablando de esto y nada parece convencerme. Nada parece lo suficientemente bueno.
— Creo que estamos ignorando algo. Becky es una nerd de la historia y Freen una del arte, júntalos y trabaja desde ahí — Heng es silencioso, pero bastante inteligente cuando habla. — ¿Sabes a dónde va sola porque ninguno de nosotros entiendo lo que está ahí o lo que está diciendo? — espera a que entendamos su grandiosa idea.
— La galería nacional — Nam responde. — Claro que sí, eso es perfecto — estoy algo perdida.
— Pero... ¿No ha ido ya ahí? — son sus amigos, saben esas cosas.
— Sola, comandante, ¿No lo ves? — no lo hago. Él suspiró, sonriendo al mismo tiempo. Muy raro. — ¿Cómo lo explico? Freen es una artista, una muy sensible. Nunca se ha encariñado de nadie... Como de ti... Así que, piensa en que alguien a quien quiere la lleva al lugar que ama más en toda la ciudad para hacerla sonreír. Y que ese alguien conoce sobre las pinturas que están ahí. Compartir con alguien algo que les importa, no solo tu cuerpo, pero tu mente y corazón — ahora entiendo.
— ¡Grandioso! Sí, volver las cosas simples... Épicas.
— Bueno, todos concordamos, sin duda alguna, que Heng es la persona más romántica de la habitación, ¿No? — Jeff dijo, haciéndome reír y proceder con los detalles.
— Es dulce y es todo mío — Nam lo besó, y luego, a trabajar.
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Estoy muy nerviosa, la idea era hacer esto tan casual como pudiera, solo pasar un buen rato. No le dije nada a Freen, esta vez es mi turno de conquistarla. Lo más que pienso sobre la cita, lo más nerviosa que me siento. Mi plan original es ir a la galería nacional, hablar de un montón de historia, cenar y obsequiarle algo. Así, simple, pero épico. Estoy afuera de su puerta, una sola rosa en mis manos, vistiendo una camisa verde oscuro con las mangas arremangadas y unos pantalones caquis de vestir, y unos sneakers blancos, porque... Vamos. Cuando la puerta se abrió, no pude pensar en nada, literalmente. Ni siquiera le di las buenas tardes, mi cerebro no funciona. Freen está vistiendo un vestido de verano, floral, ceñido y de color azul, y se ve celestial.
—Yo... Yo... Ammm... — ¿Qué tan vergonzoso es esto?
— Hola a ti también, Comandante. Te ves hermosa — besó mi mejilla. — ¿Esa rosa es para mí? — solo asentí, porque... Wow. — ¿Estás lista para irnos? — otro asentimiento. — ¿Puedes conducir?
— ¿Qué? — se está burlando de mí. No sé si sea bueno o malo, pero la mano en mi cintura y el apretoncito que me dio me da a entender que vamos bien. Abrí la puerta para ella, besando su mano. Luego, fui al lado del conductor. — Te ves tan, pero tan hermosa, que es difícil concentrarse — besó mi mejilla nuevamente, antes de arrancar.
La expresión que puso cuando llegamos a la galería fue la más perfecta del mundo. Ama el arte, y yo la amo a ella, solo espero que también me ame a mí. Está tan concentrada en las pinturas, el lugar, la historia detrás de cada pieza. Pasamos cuatro horas ahí y amé cada segundo, es tan lista, divertida y perfecta. Es todo lo que nunca me imaginé amando.
— ¿Ahora a dónde? — tomó mi mano, apoyando su cabeza en mi hombro. Huele muy bien.
— A cenar, son las siete. Creo que es buena hora — besó mi cuello.
— Lo es, eres muy linda cuando tienes hambre — está muy juguetona hoy. Lo hice bien, debo agradecer a Heng. Abrí la puerta para ella, amo tener este tipo de detalles.
— El lugar es sorpresa — encendí el auto, tomando su mano.
— Lo estás dando todo hoy... Bueno, sabiendo que no puedes mantener un secreto — oh, wow.
— Qué mala. Ya llegamos — miró el lugar, luego a mí, luego al lugar, y luego a mí.
— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? — está sorprendida. Quería que supiera que haría cualquier cosa por ella, la cena solo es el comienzo.
— Espero que te guste. Dicen que este lugar tiene una increíble vista al lago. Te gusta, te relaja... Yo... ¿Está bien? — no puedo leer su expresión, pero no tiene una de felicidad, es más bien molesta. Pensé que sería una buena idea.
— Es caro. Yo no... No necesitas gastar dinero en mí — está sonrojada.
— ¿Por qué no? — no estoy segura de lo que pasa. — ¿No te gusta? Podemos irnos si es así... — me besó, y el jodido auto de atrás sonó su bocina.
— No... Yo... No quiero que gastes tu dinero en mí — comencé a conducir porque el idiota no deja de hacer ruido.
— ¿Qué? Eso es... ¿Qué? — puso su mano en mi muslo.
— No necesito que gastes dinero en mí, no quiero que lo hagas — no entiendo, se suponía que esta sería LA CITA.
— Pagué por los snacks hace rato, ¿Por qué la cena es diferente? Tú pagas casi siempre, ¿Por qué yo no puedo? — ella suspiró.
— Porque tengo el dinero para hacerlo, no debo preocuparme en trabajar duro para ello. No soy estúpida, Becky. Trabajaste tanto las últimas semanas... Así que, déjame pagar por la comida, pero no aquí — no se suponía que este fuera el plan.
— Quiero pagar, quiero demostrarte lo mucho que significas para mí — sigo conduciendo. Ahora no sé qué hacer, a dónde ir.
— No necesitas hacerlo, yo ya lo sé... Sigue conduciendo, derecho — besó mi mejilla. — El dinero no es problema para mí, ya tuvimos la mejor cita. Sabía de lo que hablabas, todo el tiempo... Estuvimos en un jodido museo, para una cita, ¡Una apropiada! Fue grandioso, Rebecca — suspiré, ella no lo entiende.
— Se supone que sería perfecto, una cita épica... Como... Como una cita de fuegos artificiales — ella se rio, ¿Estoy haciendo todo mal?
— ¿Por qué, Bec? Todas las citas son épicas contigo — tomó mi mano, yo sigo conduciendo. Esto está mal... AAAAGH, no lo entiende, necesito que lo entienda.
— ¿Cómo voy a decirte y demostrarte que te amo? Que eres el amor de mi vida, que no sé qué hacer sin ti, que quiero casarme contigo algún día, que cambiaría mi universidad por ti, que haría lo que fuera... Que quiero que seas mi primera y última, ¿Cómo voy a hacerlo si no puedo llevarte a cenar? — ahora estoy llorando, esto es una mierda.
— Detén el auto — genial, ahora quiere huir, soy una idiota. — Sal — bueno, va a romper conmigo. Lo hago, me quedé ahí afuera, mirando el campo, ella tomó mi mano. — ¿Dónde estamos? — me preguntó... ¿En serio? Yo... Dios, ¿Qué está pasando?
— Afuera del observatorio — respondí sin humor, ¿Cómo terminamos aquí? Esto está fuera de los planes, ¡Todo está mal!
— ¿Sabes por qué? — me miró a los ojos. Las lágrimas están cayendo en mis mejillas y ella las limpia, de forma suave y dulce.
— No lo sé — ella tomó mi mano.