— ¿Por qué iba a querer golpear a Becky?
— Porque es una perra, mamá, por eso. Ha estado... Molestándola por un tiempo.
— ¿Y la jugadora de fútbol no puede defenderse a sí misma? — oh, ese fue un golpe bajo.
— Yo... — intenté hablar, pero el simple hecho de abrir la boca es agonía.
— Becky no es violenta, mamá. Fue todo mi culpa.
— Está muy lastimada, Freen. Podría ser considerado un crimen de odio — mis ojos se abrieron amplio, nunca lo había pensado así.
— ¿Podemos proceder? — está yendo demasiado lejos.
— Solo si Becky quiere — Freen me miró y yo negué con la cabeza, no había necesidad. Ya no.
— ¿Por qué, Becky? Merece pagar por sus acciones. Esto no fue una jodida broma — lo sé, pero no quiero todo ese drama y las consecuencias.
— Puedes pensarlo, Becky. Ahora necesitas descansar y ponerte mejor, tus padres te esperan afuera — asentí, levantándome. Freen hizo lo mismo. — Freen... ¿A dónde crees que vas?
— Voy con Becky, tú lo dijiste, necesita que la cuiden — Freen le sonrió a la mayor, abrazándome.
— ¿No crees que sus padres puedan hacerlo? — Preeya está limpiando sus manos, la seriedad en su voz me hace cuestionarme si le agrado.
— Probablemente — responde mi novia, no se rendirá sin dar pelea, incluso si es con su madre.
— No te detendrás hasta que te deje ir, ¿No? — Preeya me miró con una sonrisa amable. Tal vez sí le agrado.
— Me conoces tan bien, mamá.
— ¡Agh! El amor joven... Bien, ve, pero necesitas estar en casa esta noche. Becky debe descansar y asumo que tú acurrucándote a ella la noche entera no es una buena idea — las mejillas de Freen se pusieron rojas.
— ¡Ahora deja de conocerme tan bien! — la mayor se rio, dejándonos ir. Freen y yo salimos de la sala, Irin, Tee, Nam, Nat, Jeff, Heng, Jirawat y Amata nos esperaban.
— Comandante, te ves como la mierda — Irin dijo primero.
— Nos alegra que estés bien, Bec — Heng me abrazó con ternura. — Tienes una novia grandiosa — sonrió.
— ¡Le dio una jodida paliza a Jensen! Para ser una porrista, eres la MEJOR, amiga — Nam sonrió, guiñándome un ojo. Sí, mi novia es asombrosa. Asentí, abrazando su cintura.
— Gracias, Freen, gracias. Ella... Esa chica Heidi... Es hierba mala — Amata le dijo a mi novia.
— Descuide, su hija es... Preciada para mí — respondió la pelinegra. — La llevaré a casa, si les parece bien — la educada, como había dicho mi madre.
— Gracias, Freen. Las veremos más tarde. Tengan algo de dinero, compren una pizza, merecen una pequeña fiesta, al final, ganaron el campeonato — mi padré me abrazó, besando mi cabeza. Irin aceptó el dinero.
— ¿Qué hay de unas cervezas, pa? Para los adultos — ¿En serio? Estoy toda jodida y mi hermana piensa en beber, qué buen apoyo.
— ¿En serio, Bella? ¿Tu hermana está jodida y tú piensas en beber? — gracias, papá. Irin me miró con timidez.
— ¿Sí? — respondió, provocando que papá sonriera y le diera más dinero.
— Todo bien, chicos. No se enfiesten tanto. Comandante, enfiestate muy, muy poquito — asentí, sonriendo.
— Por supuesto, sr. Armstrong. Yo cuidaré de ella — Freen estrechó la mano de mi papá, antes de que nos fueramos todos.
El camino a casa fue corto, Irin conducía, Freen estuvo a mi lado todo el tiempo. Besó mi mejilla, diciéndome cosas dulces todo el camino. Todos mis amigos están en mi casa, pareciendo preocupados.
— Hey, es bueno verte en una sola pieza. Un poco jodida, pero eres una campeona, una nerd... pero eres querida — Jeff dijo, rodeándome con un brazo. — Lamento no haber estado ahí, sé que Freen lo estuvo... Pero yo... Lo siento — lo dijo sinceramente.
— Todos lo sentimos, Comandante. Para nuestra suerte, tienes a la princesa a tu lado — Tee me sonrió.
— Dejen esas mierdas cursis, empecemos la fiesta — Irin abrió la puerta y todos entraron.
La fiesta fue bastante corta para mí. No puedo beber, comer, todo el cuerpo me duele y los efectos de la medicina están ahí. Freen me miró, tomó mi mano y se puso de pie.
— Nos vamos, Becky necesita descansar. Nos vemos mañana.
— Las vemos mañana — todos respondieron, yo asentí y nos fuimos.
Freen me preparó la tina, me ayudó a desvestirme y a entrar. Lavó mi cabello con cuidado, está en silencio, pensando, supongo. Tomé su mano para sonreírle.
— Tienes sangre en el cabello... Lo siento, Becky, tendría que haber llegado antes. Tendría que haber estado contigo todo el tiempo, prometí que nada malo te pasaría... Tendría que haber hecho... Más — tomé su antebrazo, sin dejar de sonreírle. Ni ella, ni nadie, podrían haber previsto lo sucedido. Heidi era una jodia maníaca. No sé qué hacer, solo la abrazo. La abrazo porque está llorando, y no puedo decir nada, porque jodida Heidi. — Estoy toda mojada... Y no de la forma divertida — se rio, besando mi hombro y ayudándome a salir. Es tan delicada conmigo, se preocupa por mí. Realmente lo hace. Le presté un par de pants y una camiseta, me encanta verla con mi ropa.
— Okay, todo listo. Ahora ve a la cama y descansa. Estaré aquí hasta que te quedes dormida — le hice caso, Freen no se acostó a mi lado, se sentó cerca. Fruncí el ceño, quiero sentirla. Tomó mi mano, besando mi frente. — Escuchaste a mi mamá, necesitas descansar, estás herida y yo no puedo quedarme quieta. Me quedaré aquí — asentí, besando su mano. Me duelen los labios, ¡Jodida Heidi! Me convirtió en un desastre. Las medicinas comenzaron a golpearme, me siento adormilada, no puedo hablar, pero espero que pueda leerme los labios. Coloqué su mano sobre mi corazón, señalando el de ella. Te corazón. Susurré. Ella sonrió, acercándose para darme un pico. — Yo también te corazón, Bec — cerré mis ojos, intentando dormir.
— Tiene suerte de tenerte, ¿Sabes? — Irin está en el marco de la puerta. Puedo escucharla, pero no puedo abrir los ojos, estoy jodidamente cansada.
— Tendría que haber estado ahí, Irin. Se lo prometí, que Heidi no le haría daño. Le fallé... Soy una jodida perdedora, no la merezco — apreté su mano, no me gusta que esté triste.
— Freen, eso no fue tu culpa. Si alguien tiene la culpa, soy yo. Tendría que haber sabido que algo no estaba bien, pero tú estuviste ahí para salvar a mi hermana... Hiciste mi trabajo. Nunca podré agradecerte lo suficiente, así que, deja de sentir pena por ti misma — Irin puso una mano en el hombro de Freen. — Vamos, princesa, también necesitas descansar.
— Me gustaría quedarme un momento más con ella, no voy a lastimarla — mi hermana se rio.
— Sé que no lo harás. Volveré en una hora para llevarte a casa, necesitas descansar. Becky me matará si tienes algún malestar — escuché la puerta cerrarse y luego nada más.
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El proceso de recuperación fue horrible, dos semanas sin acurrucarnos, sin abrazos, sin deporte, nada. En el lado bueno de la jodida situación, Freen y yo fuimos inseparables. He podido conocerla más, prestar atención a los pequeños detalles sobre ella y de estar con ella. Por ejemplo, sonrio más a los extraños. Podría ser nada para la gente normal, pero para mí es un avance asombroso, significa que la gente no me asusta como antes, no lo entiendo, no sé por qué me siento tan estúpida a veces, por eso los ignoraba y me refugiaba en mi propio mundo. Ahora, Freen me enseñó que puedo seguir haciéndolo, pero sonriendo y asintiendo antes de irme. Pasos pequeños.
Me di cuenta de lo popular que Freen es, cómo la gente siempre la mira, como si fuera un imán que atrae a las personas. Lo que me sorprendió es cómo lo gestiona, no le importa, es cordial con todos, actúa como si le importaran, pero no demasiado. Toda su atención está en mí y tenemos testigos todo el tiempo.
Esas son las veces que he prestado atención a los detalles, no solo a su apariencia. Me he dado cuenta de cómo aprieta mi mano cuando tenemos mucha gente alrededor, cómo arruga la nariz cuando se ríe, cómo sus ojos se abren más cuando hago una broma a propósito. Y, sus besos, bueno, la manera en la que me besa, más apasionada, lenta, como si quisiera decirme algo, pero no lo hace. Ahora estoy aquí, sentada en las gradas, viendo a las porristas practicar. Mi novia es imparable, hace que todos lloren del sufrimiento, pero cuando me mira, sonríe con tanta dulzura que casi me derrito.
— Okay, una serie más y terminamos — la escuché decir.
— Pensé que con su mano jodida iba a bajar el ritmo, supongo que el hecho de que el campeonato sea en tres semanas la tiene intensa — Charlotte me dice, está sentada a mi lado, no la escuché, estoy demasiado concentrada en mi novia. Solo sonreí y asentí. — Me alegra que estés bien, Becky. Jodida Heidi... Mira, si algo así vuelve a pasar, yo te apoyo, ¿Sí? — se puso de pie, colocando sus manos en mis hombros y mirándome a los ojos. — Prometo que ganaremos el campeonato, Thonburi va a arrepentirse de habernos lastimado. Somos phra kiao, todos nosotros. Nos protegemos.
— Gracias — respondí sincera, ¿Quién iba a pensar que tanta gente se preocupaba por mi bienestar y orgullo? Me guiñó un ojo, gritando después a su equipo.
— Ok, damas y caballeros, no-binarios y demás, terminamos por hoy. Princesa, gran trabajo, Phra Kiao en tres... — miré a mi novia ir al centro del campo con su equipo, escuchando sus gritos: uno, dos, tres, phra kiao. Freen corrió hacia mí, y yo tenía en el rostro una sonrisa estúpida que no se ha borrado desde que ganamos el campeonato, y sí, me duele.
— Bebé, ¿Estás lista para irnos? — asentí. Mañana es sábado y también nuestro segundo aniversario. Mis amigos quieren hacernos una fiesta, una pequeña reunión. O más bien, Irin buscaba emborracharse. Entonces, Freen quería llevarme a una cita romántica antes de la locura. — Okay, te llevaré a casa y te veo esta noche, ¿Vale? — me puse de pie, abrazándola.
— Lo hiciste bien, Freen. Serás una asombrosa capitana el año que viene — me abrazó con cuidado, todavía me duele.
— Gracias, bebé — me besó, soltándome después.
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No puedo creerlo, esto es... Asombroso. Moría por venir a este lugar, le había hablado a Irin sobre eso, a Heng, incluso a Tee, pero ninguno me tomó en serio. Solo Freen. Condujo por cuarenta y cinco minutos para traerme. "The Backlot Café".
— Feliz segundo mes, bebé — Freen abrió la puerta por mí, ayudándome y tomando mi mano, ¡Jodida Freen Sarocha!
— ¿Cuándo...? ¿Por qué...? Tú... ¿Qué? — estoy en shock. — Nunca te conté... Esto — no lo hice, Irin me dijo que dejara las cosas de nerds en nerdolandia; Freen era como una superestrella que seguramente nunca había escuchado de Harry Potter, así que, para ser buena novia, debía dejar de lado eso. Fue difícil.
— ¿En serio, Becky? Tu potterhead interior apenas puede ocultarse. Vi tu bufanda de Ravenclaw, la capa de quidditch. No se necesita ser un genio para descubrirlo — besó mi mejilla, tomando mi mano. — Vamos a comer y a divertirnos — me sonrojé, caminando de la mano al Café.
— Nunca me dijiste si eres una potterhead o no — ¿Qué carajos? Dejemos que la nerd salga a la luz.
— Lo soy — me sonrió maliciosamente.
— ¿En serio? — ¿Qué tan asombrosa podía ser Freen? Tan genial y una nerd.
— Yep, tengo diecisiete, Bec. No soy un extraterrestre — se rio, y yo también.
— Esta es LA pregunta, Freen Sarocha. Lo que dirá si somos compatibles y a largo plazo — me detuve de repente.
— Okay — la miré directamente a los ojos, sus hermosos ojos.
— ¿A qué casa perteneces? Y me refiero a los resultados de pottermore — estoy hablando en serio, su respuesta es muy importante.
— Oh, pequeña Becky, si tan solo supieras — no dice nada más, caminando.
— Espera... ¿Qué? ¿No vas a decirme? — me estiré, tomando su mano.
— ¿Y si adivinas? Después de todo, tienes cuatro oportunidades — ahí está esa sonrisita sexy.
— Eres mala... Slytherin, ¿Verdad? — claro que lo es, es tan ella.
— Harás tus verdaderos amigos. Esa gente astuta utiliza cualquier medio para lograr sus fines — me guiñó un ojo. Lo malo luce bien en ella.
— Salgo con una chica mala.
— No tienes ni idea. Vamos, celebremos. Viajamos mucho — besó mis labios, guiándome.
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La cita fue asombrosa, fácil, linda y relajada. Bebimos cerveza de mantequilla, comimos un trozo de tarta de Hagrid. Me compró una caja de Berti Botts. Tenía una enorme sonrisa, nada era mejor que esto, de verdad.
— Tengo una sorpresa más — no dije nada, solo la miré. — Te gustará — sonreí más, si es que era posible. Después de cuarenta minutos de viaje, se detuvo cerca del puente Rama VIII.
— ¿Por qué? — pregunté.
— Bueno, es la primera vez que puedo planear una cita de aniversario para mi novia, quien es una potterhead... Entonces... — tomó mi mano, guiándome al puente. He ido un millón de veces, a caminar, correr, y recordé esa escena donde unos dementores casi destruían uno similar. Ahora era diferente. — Cuando tenía diez años, estaba en el cine mirando "Las reliquias de la muerte". Y apareció esa escena y pensé... ¡Wow! De noche y con la persona correcta, sería una cita perfecta en un puente — se detuvo en el medio, apoyándose en el barandal y sonrió.
— Estamos aquí, de noche, estamos en una cita... Espera — tomé su mano y entonces todo tuvo sentido. — ¿Soy...? ¿Yo soy...?
— La persona correcta, Becky. Para mí... Creo que lo eres.. Tengo...
— Sentimientos hacia ti. Yo... Freen... Me siento extraña cuando... Extraña buena... No extraña malo... ¡Agh! Simplemente... Yo.... ¡Ppppfff!
— Me gustas mucho, Becky, ¡Muchísimo!
— Gracias a Dios, tú también me gustas muchísimo, aunque seas Slytherin — me sonrió, abrazándome. — Nunca me había sentido así, Freen. Estoy un poco asustada — besó mi cuello.
— Yo también, los sentimientos pueden ser aterradores, pero estamos juntas en esto, ¿No? — asentí, abrazándola más fuerte.
— Este ha sido el mejor mesversario del mundo — le dije.
— Me alegra que pienses eso, porque mañana experimentarás la locura de las fiestas adolescentes.
— ¿Estarás conmigo?
— Todo el tiempo — me sonrió, tomando mi mano. — Pero no puedes beber, órdenes del doctor — asentí, sonriendo.
— ¡Okay! Tu mamá sabe de su trabajo.