El partido. Este es el momento, me estoy tomando mi tiempo en el campo para calenta. Las jodidas semifinales y yo estamos aquí, ¡Soy Becky Armstrong! Y estoy nerviosa, esa es la verdad. Kasetsart no es un equipo fácil, tienen a Engfa Waraha. Entre ella y Tee, ¡Bueno! Solo digamos que son los muros más impresionantes e impenetrables. Conozco a Tee, sus habilidades, es difícil de vencer. Engfa es aún más impresionante. Es como el jodido muro de Berlón, imposible de atravesar. Es más alta y mayor que Tee, es igual de astuta, pero tiene más experiencia. Es dura, pero podemos derrotarla, mi equipo tiene una enorme posibilidad de ir al campeonato si hacemos bien nuestro trabajo.
— Estás pensando demasiado fuerte, bebé — Freen está en los vestidores, vistiendo su uniforme, gris con azul y blanco. Se ve ardiente. Necesito concentrarme.
— Estoy nerviosa, el partido es importante, no podemos quedar empatados, lo necesitamos, debemos ganar. Los chicos hicieron lo suyo, están en las finales, si jodo esto... Estamos fuera. Engfa, ella es... Impenetrable, ¿Qué pasa si no puedo anotar? — me senté en la terraza, tomando mi cabeza entre mis manos y suspirando.
— Bec, bebé, por favor, mírame — hice lo que me dijo, ella se sentó en mi regazo. Me encanta esta posición, me da todo el control de sus movimientos. Me gusta todo de Freen, sobre todo su personalidad empoderada. — No vas a joderlo. Eres Rebecca Armstrong, astuta, rápida y habilidosa. Amas el fútbol y... ¿Sabes qué? — tomó mi rostro entre sus manos.
— ¿Qué? — la miré.
— Eres la jodida Comandante, comandas el Phra Kiao, la única que puede volverlos un equipo imparable. No vas a joderlo, irás ahí afuera y vas a ganar. Confía en tu equipo, ¡Esto es un trabajo en equipo!
— Lo haré — le sonreí, besando su mano.
— ¡Genial! Porque quiero presumir sobre salir con la jodida Comandante, así que... — se puso de pie, tomando mi mano para ayudarme y me besó con dulzura, trasmitiéndome toda la confianza que necesitaba. — ¡Vamos, bebé! ¡Hazlas temblar! — caminamos fuera de los vestidores, ¡Es el momento!
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¡Lo hice! Ganamos el juego. No fue fácil, realmente, estuvimos muy justos todo el tiempo. Intenté anotar un millón de veces, pero Engfa estaba dándolo todo, como Tee, ¡Gracias a Dios por eso! Mi equipo trabajó más que nunca. La defensa, los medio campo, los delanteros, todo fue perfecto. Lo que me hizo hacerlo mejor fue la hermosa porrista que nunca dejó de animarme y al equipo. Freen brincó, gritó, sonrió, si ella podía hacer eso, yo podía ganar el juego. Tenía que hacerlo, y lo hice. En el segundo tiempo pateé el balón cada que tenía oportunidad, una y otra vez, Engfa parecía adivinar mis movimientos. Necesitaba algo diferente, algo que nadie pensara que podría hacer.
Eran los últimos cinco minutos del tiempo extra cuando vi mi oportunidad. Nam tenía el balón, estaba corriendo como poseída, sus ojos en la portería, nada más. — Dos, Nam — le grité, ahora más que nunca el equipo me necesitaba. Nam le tiró el balón a Irin, que estaba corriendo del lado izquierdo. Yo me encontraba en el área de penales, mi hermana me vio y me pasó el balón, Engfa lo vio también, se salió de la portería. — UNO MÁS, NAM — le pasé el balón en un movimiento rápido, Engfa estaba confundida, los dos equipos también, pero Nam no, pateó el balón con tanta fuerza que ni siquiera Engfa pudo detenerlo. 1-0 y el árbitro sonó su silbato, ¡Ganamos! Iríamos a las finales, ¡Lo hicimos! Nam corrió hacia mí, saltando a mis brazos. Todo el equipo me felicitó, dándome palmaditas en la espalda y yo sonreí, siempre fueron tan respetuosas conmigo. Lo hice, lo hice bien. No anoté ningún gol, pero el equipo ganó, era todo lo que importaba. Bajé a Nam y en ese instante dos brazos me rodearon la cintura. Apoyé mi cabeza en el hombro de Freen.
— ¡Ganaste, bebé! Lo hiciste tan, pero tan bien — besó mi cuello.
— No anoté nada — me giré para mirarla a los ojos, la gente del estadio estaba yéndose, se sentía como si fueramos las únicas en el mundo. La mejor sensación.
— ¡A la mierda! Hiciste algo mejor que eso. Ganaste el juego, usaste tu cabeza antes que tu ego, lo hiciste espléndido. Serás la mejor capitana el año que viene — le besé la mejilla. Le creo. — Ahora ve a cambiarte, tenemos una fiesta a la cual asistir... Básicamente, porque soy yo la anfitriona. Así que... Ve y mmm... ¿Tienes el pants del equipo? — me preguntó con timidez.
— ¡Sí! El azul, este es el del equipo visitante.
— ¿Podrías usarlos? — asentí.
— ¡Claro! Aunque también traje ropa, no quería verme fuera de lugar en tu fiesta — me sonrió.
— Ammm... No lo harás. Mmmm... Me gusta cómo luces en tu uniforme y yo utilizaré el mío toda la noche, así que... Podríamos combinar — sonreí de lado, me gusta cuando Freen es la tímida.
— Oh, ¿Seremos ese tipo de pareja? ¿De las que utilizan ropas iguales?
— No, seremos la pareja cliché de atleta/porrista, como esas de películas... ¿Por favor? Es una de mis fantasías.
— Muy bien, entonces. Tus deseos son órdenes — la besé una última vez y me fui a los vestidores, ¡Freen Sarocha! ¡Wow!
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La fiesta es enorme, hay muchísima gente, alguna que ni siquiera sabía que existía. Bueno... No he prestado mucha atención a mis compañeros de clase, pero igual. Estoy muy feliz, eso hace que ignore las brillantes luces neón y la música fuerte. Además, estoy tomando cerveza, Irin dijo que estaba bien. Freen tenía razón, lo hice, trabajo en equipo. Nunca había hecho algo así, si mi trabajo en el equipo es anotar, lo hago, por eso soy la goleadora y por eso todos tienen su posición, pero por una vez solo sentí el juego y pensé más allá de eso y... ¡Boom! ¡Ganamos! El equipo ganó. Algo impensable que funcionó, como Freen y yo. Hablando de ella, no sé dónde está.
— ¡Oi, Comandante! ¡Eres increíble, compañera! — Jeff me felicita, hace un momento le estaba chupando la cara a Tee, diciéndole que era la mejor. Tiene razón. — Aquí, una cerveza, ¡Vamos a jodernos! — me sonrió. No quiero ser grosera, pero yo quiero pasarla bien, no 'joderme'.
— Tiene buenas intenciones. Está feliz, quiere emborracharse, liberar algo de estrés — Freen me dijo al oído, solo para que yo escuchara. Colocó sus manos en mi cintura, el mejor lugar, por ahora. — Estaré cerca, ¿Vale? Diviértete, ya vengo — besó mi cuello y una vez más fue con sus amigos, Non y Chin, un par extraño, pero divertido.
— Ok — tomé la cerveza, tomando de ella.
— Hasta el fondo, Comandante — Jeff dijo y yo obedecí.
La música era genial, la melodía electrónica invadiendo mis oídos y todos mis sentidos. Me sentía ligera, relajada. Eso seguro tenía que ver con la cantidad de cerveza que ya había bebido. Al parecer, era algo popular sin darme cuenta, cuando estoy sobria me siento ansiosa alrededor de las personas, pero estar así de tranquila me ha ayudado a... Bueno, hablar. Mucha gente me había ofrecido cerveza y animado a darle "fondo". Me siento graciosa, un tanto aturdida. Es un buen sentimiento. Freen ha estado ocupada, aunque acercándose con regularidad para ver cómo estoy, así como Irin. Ahora estoy sentada en un sofá junto a Freen, observando el caos, mirando a los adolescentes bailando, bebiendo, riendo. Ya soy parte de ellos... Joder.
— ¿Estás bien, hermanita? — Irin estaba de pie, a un lado mío del sofá.
— Yup, tooooodo genial — me reí, besando a Freen.
— Tienes a una Comandante ebria, princesa — mi hermana lo dice como si estuviera feliz. Una Irin feliz es encantadora y extraña, pero agradable.
— Lo sé, es tan...
— ¿Linda? — Irin la interrumpe.
— Lo es — Freen besó mi mejilla y yo apoyé mi atolondrada cabeza en su hombro.
— Estás tan jodida, Pincipissa — mi hermana se ríe, algo extraño, en verdad debe agradarle Freen.
— Joder, ya lo sé. Me importa una mierda — volvió a besarme la mejilla.
— Ok, hazte a un lado, Comandante. Déjame conversar con la princesa — me puse de pie, sentándome sobre las piernas de Freen, se siente cálido y suave. Puse sus brazos en mi cintura, enredando las manos en su cuello. Sí, cliché.
— ¿Qué pasa, Bella? — le preguntó a Irin. No hay tensión en el ambiente, ahora son como amigas.
— Nada, en realidad. Quería agradecerte, nunca había visto a Becky tan relajada. Ha cambiado mucho, creo que es gracias a ti.
— ¡Vamos, Irin! Nos hemos visto por un par de semanas, cualquier cosa que has visto, es porque ya estaba ahí.
— Te das poco crédito, principissa. Nuestra Comandante nunca había hecho lo que hizo hoy en el juego, cambiar el ataque de último minuto... No había sucedido. Becky es una persona que sigue las reglas, las necesita, hacen que sienta que la vida es menos estresante. Algunas veces, esa es su debilidad, pero hoy... Pensó más allá de eso, puso en riesgo su jugada perfecta, su ego... Y ganó. Eso, amiga mía, fue cosa tuya. La vuelves mejor, más feliz. La vuelves...
— Normal, me vuelves normal. Es un sentimiento extraño — puse mi cara en el hueco de su cuello, huele bien, a sudor y vainilla.
— Eres normal, Becky — besó mi mejilla nuevamente, acariciando mi espalda.
— No lo soy, pero estoy bien con ello, porque soy... Yo. Te gusta mi yo peculiar, eso lo mejora todo — la sentí tensa por unos dos segundos, luego estuvo bien.
— Tiene razón, ¿Sabes? La Comandante ebria siempre habla con la verdad — Irin menciona de manera casual.
— Gracias — Freen le dijo a mi hermana, quien le sonrió, ¡Mi hermana sonrió! ¡Un milagro de la borrachera!
— Me iré a casa, estoy cansada, ¿Vienes, Comandante? — esperó por mi respuesta, pero estoy casi segura de que ya la conoce.
— Quiero estar con Freen — abracé con fuerza a la pelinegra.
— Puede quedarse. No haremos nada raro, está demasiado ebria para funcionar — Freen responde, tiene razón, me siento eufórica, bien, cansada, sentimientos confusos.
— Te creo. Supongo que las veo mañana.
— Yep — Irin se puso de pie.
— Vale, dejame asustar a la multitud para que se vayan de tu casa. Descansa, principissa, lo has hecho bien — la vimos alejarse con una misión en mente. Obviamente, le diría a Tee y Nam que la ayudaran.
— Asustar a la multitud... Puede hacerlo, bebé — le dije a Freen con una risita, besándola en los labios. No me siento muy coordinada, mis labios pesados. El beso se siente... Raro.
— Necesitas beber agua y dormir, ¡Vamos! — hizo que me pusiera de pie y la seguí.
— ¿Dormirás conmigo? — le pregunté, porque no quiero dormir sola, no he dormido bien desde hace tres días, aunque no lo dije nunca.
— Espero... Algún día. Ahora... Vamos a descansar, estarás con mucha resaca mañana — Irin, literalmente, está corriendo a la gente. Tee, Nam, Heng y Jeff, le están ayudando. Freen me guio por su casa, es un lugar grande, ¡Tiene una piscina!
— Quiero nadar — le dije, hace tiempo que no lo hago, ahora que lo pienso. Freen en bikini... Sería toda una visión.
— Más tarde, cuando estés sobria — me llevó a su habitación, la primera vez que estaré ahí.
— ¿Lo prometes? — abrió la puerta y trastabillé, jodido tapete.
— Por el meñique — me besó la mejilla, sentándome en su cama. — Necesitas dormir. Ahora, déjame quitarte la ropa — me reí, dejándola hacerlo.
— Eres realmente bonita — me sacó la camiseta, llevó un sostén deportivo que se siente incómodo ahora mismo.
— Tú también eres muy bonita — besó mi nariz, arrodillándose frente a mí para quitarme los tenis. — ¿Por qué no estás borracha? — la miré a los ojos, lo cual es un poco difícil, porque me cuesta enfocar.
— Porque tengo una alta tolerancia al alcohol — se puso de pie, observando mi entrepierna.
— Quiero tener de eso también, ¿Cómo puedo hacerlo? — le pregunté, porque en primera, tengo curiosidad y, en segunda, debo concentrarme en algo que no sea su mirada provocativa.
— Mucha práctica — volvió a arrodillarse, bajando mis pantalones.
— Rayos, eso es... Mucho alcohol — me está yendo mal con esto de beber.
— ¡Yup! Ok, ahora, buscaré ropa para ti — se giró rápidamente, quizás porque solo estoy en mi ropa interior y la modestia es importante, aunque me ha hecho una mamada, así que, la modestia podría irse al carajo.
— No, tengo calor, ¿Puedo dormir desnuda?
— ¿Desnuda, desnuda?
— ¿Qué otro tipo existe? Y tú podrías dormir desnuda también — porque... ¡Vamos! Me entienden, ¿No?
— Le prometí a irin que no haríamos nada — se giró para mirarme, parece dudar, quiere esto. No sé lo que "esto" es, pero quiero hacer todo con ella.
— Siento calor, pesadez y mareo. Solo quiero sentirte — le sonreí, haciendo un puchero. Si Irin puede conseguir lo que quiere con eso... ¿Por qué tendría que ser diferente conmigo?
— Suena lógico — Freen se quita el uniforme, es lo más sensual que he visto. Solo se queda en su ropa interior.
— ¡Rayos! Eres superardiente — me sonrió, agitando sus caderas mientras caminaba hacia la cama.
— Me lo han dicho, pero viniendo de ti, bueno, debe ser verdad — hizo que me pusiera de pie, quitando las cobijas y luego me recostó, apagando la lámpara a nuestro lado.
— Eres tan suave, siempre hueles bien, ¿Por qué eres tan perfecta? — tomó mi mano, poniéndola en su cintura, esta vez soy la cuchara grande.
— Estoy lejos de serlo, Becky, pero es bonito que tú lo pienses — le dio un apretoncito en mi mano. Tengo que sacarme algo del pecho, algo importante.
— Freen, ¿Somos amigas?
— Me gusta pensar que lo somos.
— Tengo que decirte algo... Yo amé a Friend, pero no estoy segura de haberlo hecho adecuadamente — se tensó. Los ex siempre son temas sensibles, o es lo que Irin me ha dicho.
— ¿A qué te refieres?
— No quería hacerle el amor, eso era algo raro para las dos. Estábamos felices siendo nosotras, lo físico no era un problema — se giró para mirarme, la siento tensa, quiero que sepa esto antes de que sigamos avanzando.
— Ok, Bec, sabes que... Me gusta el sexo... ¡Dios! Me gustas muchísimo, Becky, es... Yo...
— Quiero tener sexo contigo, Freen. Quiero hacer muchas cosas, amo comerte, sentirte con mis dedos. Saber que te pongo húmeda... Quiero todo eso. Creo que no fui justa con Friend, cuando hicimos lo que hicimos, se sintió dulce, confié en ella y lo disfruté, pero tú... Tú me vuelves loca, con un beso me pones dura. Friend tenía que tocarme por cinco minutos para que eso sucediera... En cinco minutos haces que me corra dos veces, ¡Es loquísimo! — Freen se rio, me gusta escucharla.
— Quiero hacer todo contigo, también. Sobre Friend, quizás simplemente eran buenas amigas.
— Pero tú y yo somos amigas.
— Sí, pero tú me mojas, eso no es del todo amistoso.
— ¡Dios! Tengo tantas ganas de poner mi equipaje en tu maletero.
— ¿Qué? — Freen se rio tan fuerte que fue contagioso, haciéndome reír también. — ¡Dios! Eso fue tan raro, pero estás tan borracha y eres tan linda... Anda, vamos a dormir. Si recuerdas esto mañana, lo hablaremos. No más frases raras para meterte en mis pantalones — beso mi nariz.
— ¡Bien! Buenas noches, amor — besé su mejilla, abrazándola con fuerza.
— Buenas noches, amor — suspiró, girándose para presionar su espalda contra mi pecho.
— ¿Freen?
— ¿Sí, bebé?
— Creo que voy a vomitar — me puse de pie, corriendo al baño, pero no sé dónde carajos está. Me quedé de pie en el medio de la habitación, con un poco de vómito en mi boca, en ropa interior y sudando. Definitivamente, esto de beber es difícil.
— ¡Ven, ven! — tomó mi mano, llevándome a una puerta junto a su armario. Me arrodillé, abrazando el inodoro y todo salió.
— Bueno, si sobrevivimos esto, podremos sobrevivirlo todo, Comandante. Estamos aquí para el viaje largo — agarró mi cabello con una mano, evitando así que me ensuciara. — Podría enamorarme de ti, ¿Sabes?