¡Mierda, mierda, mierda! Ok, ok, ok. No entres en pánico, no entres en pánico. Eres buena chica, nada de qué preocuparse. Solo toca la jodida puerta. Respira, ¡Vamos! Bonitos pantalones azules, buena camiseta blanca, mi chaqueta de cuero, luzco como James Dean; huelo bien, el perfume siempre ayuda. Jodida mierda, Becky, puedes hacer esto. Ya le comiste el coño... En un baño de la escuela.
Freen vive en una mansión, ¿Qué esperaba? Es la hija de la jefa de cirugías y el ingeniero más conocido de la ciudad. No me quejo de mi vida, mi familia está en la agradable línea de la clase media, pero ¡Venga! Los Sarocha... Cuando la puerta se abrió, seguía en mi propio mundo.
— Diez minutos, te quedaste aquí por diez minutos, ¿Qué está pasando por esa hermosa cabeza tuya? — Freen luce hermosa. Viste unos jeans negros, una camiseta a cuadros azules, verdes y blancos, unos tenis grises. Es perfecta.
— Estaba nerviosa, no he tenido una primera cita en... Dos años, para ser exacta — la pelinegra se rio.
— ¿Cómo? Eres hermosa — mis mejillas se calentaron.
— ¿Qué te parece si hablamos de eso durante la cena? ¿Vamos? — le ofrecí mi brazo, el cual tomó.
— Astuta — me dijo con una sonrisa. Joder, tengo tanta suerte. Abrí la puerta del auto por ella, haciendo que volviera a sonreír. Vamos bien.
— ¿Cómo estuvo tu día? — tengo genuina curiosidad, este año no compartimos clases. Quiero saber todo sobre ella.
— Lo mismo de siempre. Matemáticas e inglés estuvieron regulares, historia estuvo bien... ¡Oh! Las porristas se burlaron de mí porque usaba cualquier excusa para estar a tu lado, lo cual es cierto, y ver cómo Jeff hacía una intervención con los idiotas de nuestros amigos fue muy divertido.
— Sí, nunca entendí su sobreprotección con Nam. Es decir, sé que es su hermana menor, pero Heng es un buen chico.
— Lo sé, yo le dije eso, pero hermanos mayores... Estoy segura de que Irin haría lo mismo, ¿Sabes? Dándome el test de la confianza.
— ¡Noooooo! — en realidad, Irin sí hizo eso con Friend, mi ex. Le fue bien, aunque ayudaba que ella era como yo. Con Freen no lo sé, pero es bueno que mi hermana desee que por fin siga con mi vida. La princesa de la escuela ayudaría en eso. — Ya veremos, creo — le sonreí, y ella tomó mi mano. — Te daré las respuestas — haría lo que fuera. — Ya llegamos — vi cómo su expresión se iluminó, ¡Joder! Lo estoy haciendo realmente bien.
— No puede ser, ¿Nam te dijo que quería venir? — salí del auto, yendo a abrir su puerta para ayudarla a bajar.
— Me lo dijo, pero después de que yo lo hubiera escogido, lo prometo — Freen se rio y juraría que es lo más hermoso que he escuchado. Estoy tan distraída con su belleza, que no me fijé en la hostess.
— Hola, mi nombre es Malee. Mesa para... ¿Dos? ¿Becky? — mierda, espera, ¿Quién?
— ¡H-Hola! Malee... Hola — esto es incómodo.
— Hace tiempo no nos vemos, ¿Cómo has estado? — no estoy segura de qué está pasando, pero siento una tensión en el aire.
— Bien... Gracias... ¿Y tú? — Malee me sonrió... no estoy segura de qué manera.
— Mejor ahora que volvemos a vernos — Oh... Ella... No.
— Já... Ok — no sé qué hacer, siempre he sido un poco estúpida al socializar.
— Nos gustaría una mesa para dos, por favor — Freen suena un poco molesta.
— ¿Qu... ? Claro, sí. Síganme, por favor — la pelinegra tomó mi mano, nunca me sentí tan feliz por algo. Quizás cuando Friend me invitó a salir por primera vez, pero nuevamente, ella es como yo. Ahora me encuentro fuera de mi liga.
— Aquí, disfruten — Malee parece algo tensa.
— Me gustaría más esa, la que está en la esquina — ¿Por qué Freen querría esa? Está alejada y oscura.
— Claro — ahora Malee suena molesta, ¿Fue algo que dije? Pero no dije mucho hasta el momento.
— Es solo que no puedes tener una cita de forma apropiada rodeada de camareros y gente, ¿Verdad, Bec?
— Verdad — es una explicación válida.
— Aquí tienen la carta, espero que disfruten su comida. Nos vemos por ahí, Comandante — Malee presionó sus dedos en mi hombro, incluso yo sé que eso no es correcto cuando estás con otra persona.
— Perdona — le dije y Freen sonrió. Parece divertida.
— Bueno, eso fue incómodo, ¿Pasa con frecuencia? — es hora de enfrentarlo, Comandante.
— Yo... Irin me dijo que no debo hablar de estas cosas en la primera cita — la pelinegra se rio.
— ¿Por qué? — parecía curiosa y yo me sentía perdida.
— ¿Por qué me lo dijo o por qué no debo hablarlo? — estas cosas de las citas no son lo mío.
— Ambas — ok, ok, ok... Solo dile. Dile y termina con eso. Tarde o temprano se va a enterar.
— No soy normal — ahí, bien hecho. O tal vez no, los ojos de Freen se abrieron grandes.
— Tú... Realmente empiezas por lo difícil, ¿No? — preguntó con diversión.
— Me lo han dicho — me sonrojé un poco.
— Lo dices por... ¿El comandante? — susurró, señalando mi entrepierna.
— Por una parte — esto sería raro.
— Me gusta el comandante — le sonreí, a mí me gusta ella, es algo nerd y sexy al mismo tiempo.
— También le gustas, mucho. No es eso... Soy algo incompetente, socialmente — Freen guardó silencio. Sabía que sería un error, ella es perfecta y yo soy... yo.
— Perdona, ¿Eres qué? — me está mirando directamente a los ojos, tan intenso que podría hacerme un agujero en el cráneo.
— Soy incompetente socialmente. Mis actitudes no son... Adecuadas. Digo exactamente lo que pienso, no distingo cuando otros están bromeando o hablando en serio. Es complicado — estoy sonrojada, me siento incómoda. Por suerte, la camarera volvió.
— Hola, mi nombre es Tina y seré su camarera, ¿Podría recomendar la hamburguesa con extra queso y la malteada de chocolate? Es la mejor combinación. O una de las ensaladas si están cuidándose — Tina está ahí de pie, mirándome, supongo que también siente la tensión. — Les daré un minuto para decidirse, ya vuelvo — y se fue. El silencio sigue incómodo.
— Becky, si no querías tener una cita conmigo, solo debías decirlo. No te obligaré a nada — el tono de Freen había cambiado, había tristeza en él.
— ¿Qué? ¿Por qué dices eso? — pensé que lo estaba haciendo bien y... Ahora parece que se arruinó.
— Porque me cuesta creer que tengas problemas para socializar, eres Becky Armstrong. No es... Posible — bueno, es tan posible que es lo que está sucediendo ahora mismo.
— ¿Por qué no? — tomé sus manos, no lo evitó, todavía tengo una oportunidad. Recordé lo que me dijo Irin hace un tiempo, cuando Friend tomó mi mano por primera vez.
— Porque... Me comiste la primera vez que hablamos. Eso, amiga mía, no es algo que haría alguien 'incompetente socialmente'. Pareces muy normal, así que, si tú no quieres... Es decir, si quieres que esto sea casual, solo sexo, está bien, supongo — Freen parecía incómoda, está sonrojada y triste, pero no retira sus manos. Estúpida Becky, necesito arreglarlo.
— Lo... Soy... Quiero conocerte, Freen. Y quiero que también me conozcas, por esto te lo estoy contando. Tengo Asperger, nada severo, por eso nadie lo sabe. El fútbol ayuda mucho, puedo desfogarme en el campo, el ejercicio me ayuda a no entrar en pánico cuando hay muchas personas. Repaso movimientos y me concentro en una sola cosa, ¿Me has visto con alguien que no sea mi hermana o mis compañeras de equipo? — le pregunté, esperando que lo entendiera.
— Señoritas, ¿Están listas? —augh, jodida Tina y su mala hora.
— Tomaré el especial de la casa, ¿Qué hay de ti, Bec? — Freen me está estudiando, sus ojos no se han despegado de mí.
— Lo mismo, gracias — le sonreí a Tina, era lo educado, Friend me lo dijo.
— No, no lo hecho, ahora que lo mencionas — Freen habló de nuevo, luciendo más relajada, aunque podría equivocarme, ya ha pasado antes. — Si eres Asperger... Tú no... ¡Mierda! No quiero sonar estúpida, pero ¿No deberías asistir a una escuela especial o algo así? — sí, sí se puso raro.
— ¿Porque no soy normal? — agaché mi cabeza, ¿Qué más esperaba? Joder, lo arruiné.
— ¡No, no! No lo digo por eso, es porque eres un pequeño genio, ¿No estás ya inscrita en la universidad o algo? — ¡Oh, eso! Es menos vergonzoso ahora, pero sigue siéndolo.
— Cuando mis padres lo supieron consideraron meterme en una escuela especial, pero mi papá quería darme la experiencia completa, incluso si algunas veces fuera difícil. Me dieron toda la ayuda que podía necesitar, e Irin siempre estuvo conmigo, pero no es mi sombra. Y están Tee, Nam, y Heng. Uno de mis profesores me dijo que podía tomar algunas clases y saltar directamente a la universidad, en eso apareció el fútbol. Me siento tan libre en el campo, no podría haberlo dejado, por primera vez me había sentido normal. Correr con un balón, jugar, supongo que me gusta sentir que pertenezco en algo, el fútbol me dio eso. Por eso me quedé — le dije con algo de timidez.
— Ya veo, entonces... ¿Por qué yo? ¿Por qué no Malee? — ok, volví a perderme, ¿Qué tiene que ver eso con algo de lo que estamos hablando ahora?
— Perdona, no te entiendo, ¿Por qué estoy aquí contigo o por qué... Qué? — Grandioso, Comandante, lo estás haciendo grandioso, solo guarda silencio.
— ¿Por qué estás interesada en mí y no en Malee? Porque... Ella es...
— Tú eres Freen Sarocha — respondí, ¿No entiende eso?
— Eso no tiene sentido, Becky — para mí es bastante simple.
— Me gustas tú, no Malee. Tú le agradas a mis amigos, no Malee. Ella es agradable, pero no me interesa así — ahí, la verdad.
— ¿Por qué te gusto? — es justo que lo pregunte. Tomé su mano otra vez, mirándola a los ojos.
— Eres hermosa, me gustan tus ojos. Tienes los ojos más profundos que he visto. Me gusta tu timbre de voz, es rasposo y profundo. Me gusta cómo caminas, como si fueras dueña del edificio. Hubo una ocasión en la que Seng se burló de mí porque era la única que sabía sobre la conquista de los territorios africanos por parte de los ingleses, franceses y los países bajos y, cómo era más difícil para Alemania e Italia hacerlo, por lo que la primera guerra mundial comenzó. Él dijo que yo era...
— Una enciclopedia sin alma. Lo recuerdo, quería impresionarme, y le dije que yo era una fanática de la historia. Lo hizo bien, digo, su respuesta no estaba completa, pero fue buena... Aunque se equivocaba, porque tienes un alma gentil.
— Por eso me gustas. Malee es divertida, pero nada fuera de lo normal. Y tú... Tu conocimiento sobre el arte y la anatomía, Dios, eso fue excitante — Freen se rio ante eso.
— ¿Tienes un fetiche por los cerebritos? — le sonreí, fue lo mismo que Friend me dijo la primera vez que salimos.
— Me lo han dicho — Tina volvió con la comida, ya no es tan incómodo como hace rato. — ¡Gracias, Tina!
— Por nada. Y, un consejo, no dejes que Malee arruine su cita. No te ha superado, Comandante — la comida huele deliciosa, pero ese comentario llamó mi atención. Miré a Freen.
— Lo sé, lo siento — es todo lo que puedo decir. Lo dejé claro, Malee y yo nunca iba a suceder.
— Bueno... Llama el deber, nos vemos en un momento — tomé mi malteada, de repente tengo mucha sed. Freen me está mirando otra vez.
— Pensé que nunca habías venido, pero ya conoces al personal — ok, tendré que hablar sobre lo que se suponía que no debía de hablar.
— Tina es una jugadora de la escuela Mahidol. Es una gran defensa, y Malee... Es la compaera de Tina. Medio campo defensora, es despiadada — le di una mordida a mi hamburguesa, ¡Sabe deliciosa!
— Y saliste con ella — no era una pregunta, sonaba más como una afirmación molesta.
— No salimos — tuve que aclararlo, solo me interesa Freen.
— ¿Y por qué no te supera? — hora de otro enfrentamiento.
— Es vergonzoso, Freen — lo era, intenté ser normal por un día y...
— Solo dime. Por favor, quiero saberlo — esa expresión, el puchero. Soy inteligente, sé que me está manipulando, pero no funciono adecuadamente a su alrededor.
— Estábamos en una fiesta después de un juego. Bebimos, las dos estábamos ebrias... Irin pensó que sería buena idea jugar a verdad o reto. Malee escogió verdad, dijo que era su crush, luego yo pedí reto e Irin me retó a besarla y... Es todo — esta es una cita rara.
— Dejaste claro que no querías nada con ella, ¿Verdad? ¿No la llevaste a cenar ni nada? — ¿Por qué me pregunta eso?
— No, solo eso. Me pidió salir un par de veces, pero yo no quería. Le dije que era mejor como amigas, porque no salgo mucho — respondí, mirándola a los ojos.
— Y no se ha detenido, como veo — Freen miró hacia la entrada. — Por cierto, si las miradas mataran, yo ya no estaría aquí. No llegaría ni a la puerta — se rio. Es adorable.
— Te protegería. Ella es... Persistente, supongo — le sonreí, lo hice bien, porque me sonrió de vuelta.
— ¡Gracias! Qué caballeroso de tu parte — me reí, realmente me gusta, me siento cómoda a su alrededor.
— Les dije que sería linda y propia — era verdad. — No sé cómo funcionar alrededor de las personas que no conozco, pero quiero esto, Freen, contigo. No solo por tu asombroso cuerpo, sino por tu hermosa alma — Freen me sonrió. Guardó silencio, uno tranquilo. Me agrada.
— También lo quiero... ¿Te gustan los museos? — me preguntó. Sí que lo hiciste bien, Comandante.