Nota: Se hace mención de Taiju x Mitsuya
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Todo había cambiado aquel día. Era el cumpleaños de Mitsuya y Hakkai, como el tonto enamorado que era, quería ser el primero en decírselo; sabía que esa noche se quedaría solo, pues Mana y Luna irían a su primera pijamada en casa de una amiga, así que lo planeó todo: Cocinó un pastel con ayuda de Souya, compró una cinta métrica y la metió en una hermosa cajita color negro y, a eso de las 11, llamó un taxi para ir donde su amigo... Llegó ansioso, con una gran sonrisa y todas las ganas de declarársele esa noche, pero no pudo hacer nada al ver, a través de la ventana, como aquel chico, al que tanto amaba, estaba teniendo sexo en la sala con Taiju, su hermano mayor. Dejó caer el pastel y retrocedió sin hacer ningún ruido, no quería ser descubierto y una vez lejos de esa casa, corrió a todo lo que pudo hasta el río más cercano, sacó la cajita negra de su bolsillo y la tiró con rabia al agua, sintiendo como el shock inicial se volvía dolor puro y como su vista se nublaba por las cuantiosas lágrimas que empezaba a derramar...
El infernal sonido de su alarma le despertó de semejante sueño, sintiéndose asqueado por recordar algo tan estúpido precisamente ese día; miró a su lado y vio a un tipo que nunca antes había visto, lo zarandeó con suavidad y este abrió los ojos
- Buenos días – le sonrió – Oye, debo prepararme para salir. Podrías irte pronto?
- mmm claro... Ah... puedo bañarme al menos?
- Sí, no hay problema – se encogió de hombros
Se puso una bata, fue a la cocina y mientras el extraño se daba una ducha, él se preparó un café. El hombre salió del cuarto de baño, se secó con la toalla y se vistió sin armar ningún circo, definitivamente, el tipo más tranquilo con el que Hakkai haya tenido sexo casual, cosa que agradeció mentalmente, pues solía elegir a puros imbéciles
- Ya me voy – avisó con una sonrisa – Lo de anoche fue increíble, me gustaría repetirlo – dijo con bastante confianza
- Lo siento, nene, en unas horas viajo a Tokio y no sé cuando vuelva
- Argh, que putada – suspiró – Bueno, entonces será un lindo recuerdo – se acercó y le besó la mejilla – Buen viaje – y se fue sin hacer escándalo
- ...si Yuzuha me viera, me golpearía por rechazar a un posible 10 – se quitó la bata y entró al baño, notando que la rejilla de la regadera estaba limpia – Sip, definitivamente era un 10 – rió y se dio una relajante ducha
Sacó las sábanas de la cama y recogió su ropa sucia del suelo, metiendo todo a la lavadora, mientras esta funcionaba, el peliazul se dedicó a limpiar y ordenar todo en su pequeño departamento, la lavadora se detuvo, puso en la secadora la ropa y abrió su armario para armar su maleta... Sería la primera vez en ocho que celebraría Navidad y Año Nuevo con su familia. Terminó de empacar, de elegir la ropa que se pondría para el viaje, dobló la ropa seca y la guardó en el armario, se vistió, se maquilló, tomó su maleta, sus documentos, las llaves y se fue rumbo al aeropuerto en un taxi que ya había llamado previamente
El vuelo de Okinawa a Tokio duró poco más de tres horas, hizo el desembarco y fue en búsqueda de su equipaje, mientras esperaba, quitó el modo avión de su celular y revisó las notificaciones que le habían llegado, siendo el mensaje más importante para él ese saludo lleno de entusiasmo de su amigo de rizos celestes
- Tengo que ir a verlo si o si – se dijo a sí mismo con una sonrisa, para inmediatamente llevarse un susto cuando su teléfono empezó a reproducir "Bubblegum Bitch", su tono de llamada, a todo volumen; contestó de forma atarantada y se llevó el aparato al oído
- Hakkai, dónde estás? Te estoy esperando aquí afuera
- Yuzu, perdona, aún no tengo mi maleta, dame un poco más!
- Oye, ni que me fuera a ir sin ti – rió ella – Tú tranquilo, sólo quería saber si ya habías llegado
- Pues si no hubiera llegado, no te habría contestado, mujer – se mofó un poco, en eso, vio como su maleta se acercaba lentamente por la cinta transportadora y la tomó rápidamente – Oye, ya tengo mi maleta! Nos vemos en la salida – y le colgó
Anduvo a toda velocidad por el aeropuerto buscando la salida sur y apenas llegó, vio a su hermana mayor haciéndole señas; con una gran sonrisa, corrió hacía ella y la abrazó con todas sus fuerzas, pues hacían al menos tres años que no se veían
- Ay, Yuzu, cómo te extrañé!! – lloró; no podía evitarlo, su hermana lo era todo para él
- Yo también te extrañé mucho, mi chiquitito – tomó su rostro entre sus manos y besó su frente de forma maternal – Ven, vamos! – exclamó tomando la maleta del peliazul – Tengo mi auto estacionado aquí cerca y lo más seguro es que me pongan una multa – rió
- Una multa para ti no es nada, señorita dueña de una agencia de modelaje
- Tú si sabes, bebé – llegaron junto al hermoso Mercedes Benz blanco de la castaña y metieron la maleta al portaequipajes, se subieron a los asientos del frente y la mayor encendió el motor, empezando a conducir rumbo a la casa donde habían crecido – Qué tal tu vida en Okinawa, Hakkai?
- Está increíble – sonrió genuinamente – Amo ese lugar, es hermoso y el clima me encanta
- Algún novio?
- Nah, sólo sexo casual
- Supongo que al menos te estás cuidando
- Obvio, preciosa! Ni cagando me arriesgo a pegarme un herpes o algo así! – dijo un poco horrorizado – Y a ti cómo te ha ido? Algún novio o novia?
- Un ligue, nada serio. Él quiere formalizar, pero yo estoy muy ocupada... No creo que dure, aunque es un chico muy dulce
- Deberías formalizarlo entonces. No pierdas esta oportunidad que ya tienes 27, Yuzuha
- Lo dices como si estuviera desahuciada
- No, te lo digo porque te estás poniendo vieja
- Maldito! Que sólo soy un año mayor que tú!
- Mentira! Yo todavía tengo 18 – dijo como si fuera una diva y ambos se pusieron a reír a carcajadas... Pero todo se quedó en silencio cuando el peliazul dio un pesado suspiro de la nada
- Qué pasa, Hakkai?
- Cómo están Taiju y Takashi?
- Oh! Están bien... no hablamos mucho, la verdad. Llegaron hace poco de Estados Unidos, pero casi no hemos hablado, los veré por primera vez esta noche, igual que tú
- ...
- Aún estás enojado?
- No con Takashi, al menos... Estoy más molesto con Taiju, ya sabes por qué – suspiró – Ay, casi lo olvido!! – volvió a tomar su celular y le mandó un mensaje a Souya: "Quieres que nos veamos mañana?", el cual fue respondido casi al instante por un montón de emojis llorando y muchísimos corazones – Tomaré eso como un sí – sonrió mirando la pantalla con ternura
- Pareces colegiala enamorada, sabes?
- Uff, si Souya fuera al menos bisexual, me le hubiera tirado encima hace años, pero no, le gustan las chicas y a mí no me gusta andar volteando tazos, me da flojera
- Una pena
- Y que lo digas! Es lindo, atento, tierno y todo lo que cocina le queda rico! Yo con él engordaría feliz – volvió a reír y dejó salir un bostezo – Oye, no te molesta si tomo una siesta? Anoche dormí muy poco y hoy me levanté temprano
- Claro, reclina el asiento y listo – Hakkai así lo hizo, se puso sus audífonos y colocó una grabación de ruido de lluvia para relajarse, quedándose dormido con bastante facilidad
- Hakkai, despierta! Ya llegamos – lo agitaba su hermana y él abrió los ojos de mala gana
- No seas mala, Yuzu, que necesito mis horas de sueño para seguir siendo hermoso
- Ciego, eres más feo que pegarle a una viejita – se burló y su hermano menor se hizo el ofendido de forma exagerada, llevando su mano izquierda a su pecho
- No! Tus palabras me están matando!! – gritaba fingiendo que le daba un infarto
- No has cambiado nada, Hakkai – dijo el hombre de ojos color lila de pie atrás de Yuzuha
- Ah, hola – salió del auto, tomó su maleta y se metió a la casa; por el rabillo del ojo vio a su hermano mayor sentado en un sillón leyendo un libro, pero no planeaba saludarlo todavía, tenía que mentalizarse
Subió las escaleras y abrió la puerta de la que, hace años, había sido su habitación, sorprendiéndose enormemente de lo limpia que estaba, la cama incluso tenía sábanas limpias y la ventana estaba bien cerrada, evitando así que entrara el frío del invierno. Dejó la maleta a los pies de la cama y la abrió para guardar la ropa en el armario, llevándose otra sorpresa al ver allí, completamente intactos, todos los trajes que Mitsuya alguna vez le había confeccionado
- Creí que los había tirado – pensó en voz alta
- Así fue, pero yo los recogí – dijo Taiju a sus espaldas
- Quién te dio permiso de entrar a mi cuarto sin mi permiso? – habló con severidad sin la necesidad de mirarlo
- Hakkai, yo-
- Gracias por tener ordenado mi cuarto – lo interrumpió sacando la ropa del armario con cuidado, entregándosela a su hermano – Y por favor, dile a Takashi que puede llevarse estos diseños, son suyos después de todo
- ...aún estás molesto, verdad? – su rostro mostraba dolor y arrepentimiento, pero la perfecta cara de póquer del de ojos azules lucía incluso más dolorosa
- No hablemos de eso, sí? Yo vine aquí a pasarla bien con mi familia – era el mediodía del 23 de Diciembre y estaría ahí hasta el 3 de Enero, sería demasiado tiempo para reprimir sus emociones
Después de que Hakkai descubrió el amorío entre Taiju y Mitsuya, el menor se fugó de casa, siendo acogido por la familia de los gemelos Kawata, quienes mantuvieron en secreto que el chico se estaba quedando con ellos durante dos meses. Cuando finalmente tuvo el valor de enfrentar a los mayores, el peliazul volvió a su casa y les dijo que sólo se quedaría hasta terminar la escuela, pues no quería molestarlos nunca más... y así lo hizo. Finalizó sus estudios con 18 años ya cumplidos y con ayuda de su hermana, pudo comprar un pequeño departamento en Okinawa; los primeros años allí fueron algo duros, pues no podía hallar ningún trabajo estable, pero finalmente consiguió empleo como mesero en un Buttler Café y escaló al punto de ser el gerente en la actualidad. Tenía una buena vida y aunque extrañaba a su hermana y sus amigos, él no planeaba volver a Tokio, él era feliz en aquella isla que ahora era su hogar, pero las insistencias de Yuzuha por reunirse todos ese año le hicieron ceder y prometer que iría, aún cuando no tenía ganas de ver a su hermano ni a su viejo amigo
El resto de la tarde del 23, Hakkai se la pasó durmiendo hasta la hora de la cena, momento en el cual estuvo bastante callado, sólo se dedicó a responder las preguntas que le hicieran, pero no tenía gran interés en lo que sea que su hermano y su cuñado estuvieran involucrados. El 24 se la pasó fuera de casa, pues no sólo había salido con Souya, sino también con Takemichi, Chifuyu e Inui, a quienes había extrañado muchísimo; ese fue un día divertido, lastimosamente llegó borracho y estuvo vomitando gran parte de la noche. El 25 empezó mal por su horrenda resaca, pero fue bastante bien ya para la hora del almuerzo; esa tarde, Yuzuha salió con su novio en una cita y Taiju con Mitsuya la imitaron, Hakkai se quedó solo en casa y se la pasó toda la tarde en su laptop, revisando redes sociales, escuchando música, viendo alguna película, lo que fuera que lo distrajera. A la hora de la cena, todos volvieron a casa y comieron juntos nuevamente, pero el de ojos azules seguía sin aportar demasiado a la conversación
- Quieres postre, Hakkai? – preguntó el diseñador, pero el menor no estaba poniéndole atención, su cabeza estaba en otro lado y esa fue la gota que derramó el vaso
- A qué mierda viniste si vas a estar así todo el tiempo?! – preguntó Taiju poniéndose de pie, golpeando la mesa con su puño derecho
- Vine a verlos – dijo sin ganas – No, miento, vine a ver a Yuzu y a mis amigos
- Tanto nos odias?!! – parecía que el mayor de los Shiba iba a empezar a llorar en cualquier momento, pero eso a su hermano menor no le importaba
- Sí, si los odio – dijo sin rodeos, levantándose de la mesa – Pero no por lo que ustedes piensan – y subió las escaleras para encerrarse en su cuarto
- Hakkai, espera! – intentó detenerlo la de cabellera castaña, pero fue totalmente ignorada; se giró preocupada y vio como su cuñado subía corriendo las escaleras para ir tras el menor
- Déjame entrar! – gritó golpeando la puerta
- Mejor ve a consolar a Taiju. Vas a quedar de mal novio si no te preocupan sus sentimientos – dijo al otro lado de la puerta
- Es por eso que quiero hablarte! Maldita sea! Por qué tienes que hacer que todo sea tan difícil?!
- Difícil? – la puerta se abrió y el más alto miró con desprecio a la pareja de su hermano – Bromeas, verdad?
- Lo digo en serio! No eres más que un mocoso celoso que sigue despechado porque preferí a Taiju antes que a ti!!
- No, no es por eso – dijo con seriedad – Es cierto que me dolió, que me sentí traicionado de alguna manera, pero tenía 16, era un mocoso que no sabía nada de la vida y creí que si seguía como un puto perro moviendo la cola tras de ti, algún día te fijarías en mí, pero hace mucho entendí que las cosas no funcionan así y de hecho, me alegra que tú y Taiju hayan seguido juntos, eso significa que su amor era real y los envidio porque a mí toda esa mierda se me da fatal
- Entonces cuál es tu puto problema?!
- Taiju es mi problema – dijo encogiéndose de hombros – Sabes perfectamente toda la mierda que tuve que pasar porque él quería "quitarme lo gay" a golpes, muchas veces tuve que quedarme contigo, recuerdas? Pero, oh, sorpresa! Resultó siendo un gay reprimido! Yo JAMÁS le voy a perdonar todo lo que me hizo! No les deseo mal, pero que ni piense que algún día voy a actuar como un hermanito amoroso con él! Taiju para mí no es mi familia, sin importar que compartamos la misma sangre – el rostro de su cuñado mostraba preocupación, pero a él no le interesaba en lo más mínimo el como pudiera sentirse – Ahora, si me dejas, voy a armar mis maletas para irme
- Pero-
- Ya hice lo que vine a hacer, no me interesa permanecer aquí más tiempo, yo... ya no soy parte de esta familia
- Espera!! – gritó Taiju desde el primer piso – Por favor... quédate
- Lo siento, no puedo... Cada vez que estoy cerca de ustedes, me convierto en un cretino y yo no soy así, lo juro – agachó la cabeza
- Por favor, al menos quédate hasta el 28
- Qué ocurre el 28? – Mitsuya y el tatuado se miraron unos segundos para luego suspirar
- Hakkai, no queríamos decirte, pero... Takashi y yo nos casamos en Estados Unidos en Junio de este año
- Lo sabía – les miró con indiferencia – No se quitaron los anillos, par de idiotas
- Y, bueno, Taiju y yo vamos a celebrar una boda simbólica el 28 para que nuestros amigos puedan ir y-
- No iré – dijo tajante – Lo siento, no quiero estar ahí con mi cara de culo y amargarles la fiesta
- Podrías al menos hacer el esfuerzo? – preguntó su hermana y él la miró un tanto molesto
- Así que por eso andabas tan insistente con que viniera, eh? – finalmente dejó salir un suspiro y miró a su familia con rostro inexpresivo – Bien, me quedaré e intentaré poner mi mejor cara, ok? – de forma sorpresiva, Taiju lo abrazó, pero él lo apartó rápidamente – Tampoco te pases. Ahora déjenme en paz, por favor – y se encerró en su habitación; se sentó en la cama y tomó su laptop, pensando en qué iba a hacer entonces
- Hakkai, dónde estás?! La ceremonia empieza en 20 minutos! – preguntó Yuzuha histérica al otro lado de la línea
- En el aeropuerto
- Pero por qué?! Prometiste que irías a la boda!!
- Yuzu, aunque quiera, no puedo, aún no estoy listo, pero descuida, les dejé un regalo en mi habitación... Dales buenos deseos de mi parte. Ah! Y también diles que los desbloqueé de mis redes sociales, así que pueden hablarme cuando gusten
- Hakkai, por favor, no te vayas otra vez
- Lo siento, pero yo soy feliz en Okinawa, ahí está mi vida y quién sabes, quizás algún día encuentre el amor, aunque lo dudo, creo que eso no es para mí, soy demasiado imbécil
- No digas eso, bebito. Tú eres un chico maravilloso... sé que algún día serás feliz
- Muchas gracias por eso, Yuzuha, necesitaba escucharlo – sonrió – Bueno, ya voy a embarcar. Estamos hablando. Te amo
- Yo también te amo, tonto. Por favor, cuídate mucho, sí?
- Cuenta con eso. Espero que te vaya bien con tu novio – y colgó, yendo a subirse a su avión, esperando algún día poder superar todo el dolor y la frustración reprimida que tenía para así, tal vez, volver a formar parte de la familia Shiba