Colette había salido rápidamente de la tienda pues no quería llamar la atención, ella miró a todas las direcciones que su cabeza le permita ver pero no había visto a nadie.
Ella suspiró aliviada pero se sorprendió al ver que Fang estaba sentado arriba de un auto.
—Hola ¿Colette? —Fang saludaba a Colette pero se sorprendió al verla pues se veía muy molesta, Fang sintió en su interior que era un mal momento para hablar con ella así que solo dio la vuelta.
Sin embargo ya Colette lo había visto y tenia cosas que hablar.
—Oye tu come ratas. —Colette sin importarle nada decidió insultar a Fang quien no quería dar la vuelta para hablar con ella, Colette supo que Fang no le daría la cara así que Habló fuerte y claro—. Escúchame bien armador de zapatos, dile a tu amigo Buster que no siga metiéndose en mis asuntos, si me doy cuenta que si por él tengo algún imprevisto dile que se atenga a las consecuencias de molestarme, déjale en claro que al único hombre que puedo amar es Edgar y que no dejaré de ser la mujer de Edgar sino quiere entender eso será mejor que se largue de aquí porque me deshare de él.
—Yo no soy tu mensajero, zorra. —Fang le respondió con un tono poco amistoso pues parece que los insultos de Colette lo habían calado.
Colette se molestó y de su bolso sacó su glock 17 y con este mismo apunto a Fang, ella tenía los ojos color rojo y al parecer iba a cometer un asesinato, sin embargo cuando iba a detonar escucho a lo lejos la voz de Buster.
—¡Fang enciende el auto y vamonos de aquí! —Fang giró para ver la entrada pero miró un brillo por la parte donde estaba Colette, Fang con con rabillo de sus ojos miró como Colette aún lo apuntaba y eso hizo que fang se lanzará al suelo dando un pequeño grito debido al miedo que tenía.
Colette se asustó y guardó su pistola en su bolso y se fue alejando del perímetro. Buster llegaba frente al auto y este llevaba una caja mediana que a simple vista se veía pesada.
—Fang ¡Rayos! —Buster miró como fang estaba boca abajo en el suelo y no dudó en darle suaves patadas a sus costados con sus duras botas amarillas—. Levántate que hay que irnos, idiota te dije que encendieras el auto pero ni eso sabes hacer.
—¡Jódete idiota! —Fang le gritaba a Buster mientras se levantaba del suelo, el chino quedó de rodillas frente a Buster y le gritó muy molesto—. Eres un maldito estúpido, te dije que no te metieras con la estúpida de Colette y ahora por tu culpa la muy perra me apuntó con un arma, ¡Es por eso que estoy en el suelo!
—¿Vistes a Colette? —Preguntó alegre Buster mientra buscaba a su alrededor.
Fang se levantó molestó pues Buster ni le prestó atención con lo que había sucedido recientemente.
—¡Eres un maldito idiota! —Dijo Fang muy rabiante y empujó a Buster, el chino quien no soportó se alejaba de su amigo mientras le seguía regañando—. ¡Por lo que más quieras Buster! Deja en paz a esa loca, me estaba apuntando con un arma, una maldita pistola, ¡lo imaginas! Sé de lo que es capaz esa perra y créeme que matar es lo menos psicópata que puede llegar hacer.
Fang siguió hablando pero dentro de la mente de Buster estaba la imagen de una Colette sonriente mientras usaba un sombrero de paja el cual adornaba un largo cabello blanco y rizado; un vestido blanco con flores estampadas, además de estar completamente descalza, ella giraba y bailaba frente a un viñedo. Ella le sonreía tímidamente a buster, ella le lanzaba besos y se tapaba con su largo cabello, el rostro sonrojado. (claro que en su sueño)
—Cielos, es un ángel... —Buster regresó a la realidad, pues aún seguía alegre por haber tocado algo más de Colette y siguió ignorando a fang, tanto así que se dirigió a su auto mientras tarareaba una canción; abrió las puertas de su auto y puso la caja dentro del auto, era la parte de los asientos trasero. Todo eso demostrando que tenía un buen día.
Buster cerró la puerta y miró que Fang estaba a su lado mientra lo miraba molestó y de brazos cruzados.
—¿Se te ofrece algo amigo? —Dijo Buster con una gran sonrisa.
—Deja de hacerte de oídos sordos, pedazo de mierda. —Fang le contestó con ira—. Te digo que por tu maldita culpa la zorra de Colette me puede hacer daño.
—Oh vamos, deja de pensar esas cosas y mejor entra al auto, ya pareces vieja loca, además quiero que no le digas así a Colett. —Buster había hecho un lado a Fang, le había contestado sin importarle nada de eso que él chino le había dicho y se sentó en el asiento del chófer—. Colette es un ángel y me imagino que la insultaste; ella es así y eso es lo que amo de ella, así que no me vas hacer cambiar de opinión, yo tengo bien puesto mis sentimientos por Colette, ella es mi amor y nada ni nadie lo va a cambiar.
Buster intentaba encender el auto pero este parecía no querer arrancar, estuvo asi por unos minutos y Fang que estaba molesto solo pudo reír de la impotencia que sentía, el entorno; el calor que hacía y lo terco de su amigo, toda eso lo estaba cargando de malos pensamientos y todo era a lo mal que estaba su amigo, solo le quedaba hablar lo último que dijo Colette.
—Bueno ya que no entiendes te diré lo último que ella dijo. —Fang había repetido lo que ya había dicho pero esta vez tenía malas intenciones y todo era para hacer molestar a su amigo, Buster dejó a un lado su auto y le prestó atención a Fang, quien al enterarse de eso solo tapó su boca con su mano, mirando fijamente a Buster, luego sonrió y dijo—. ¡Oh! Ahora si te interesa saber lo que voy a decir.
—Pues claro ya que es algo que dijo mi esposa Colette, así que debo estar muy atento. —Buster dejó en claro su pensamiento y eso le dio una sensación de incomodad a Fang, dudó si era ético lo que haria pero ya sentía que lo que diría iba a pegarle a Buster más fuerte de lo que pensaba.
—Ella me dijo que no la molestes y que no te metas en su camino ya que ella es la mujer de Edgar, ella dijo que él la hizo mujer y es por eso que no iba a darte atención. —Fang usaba su encanto y carisma para relatar eso que Colette "dijo."
Fang siguió hablando mientras incluía cosas que Colette no había dicho, todo eso para hacer sentir mal a Buster. El proyeccionista se le cambio la sonrisa mientra más escuchaba al chino hablar, llegó un momento en el cual no soportó más y explotó y arremetió contra Fang.
—¡ESO ES UNA COMPLETA MENTIRA! Vamos, acepta que no soportas que yo sí tengo posibilidades con ella y que tu no tendría ni una y por eso inventas a ese Edgar pero esta bien deja todo eso allí. —Buster salió de su auto para empujar a Fang y apuntarle con su dedo mientras amenazaba al chino, quien está vez no quedaría de brazos cruzados y empujaria también a Buster
—No te atrevas a tratarme así, la última vez fui muy permisivo contigo pero esta vez si me voy a defender. —Fang se acomodaba los guantes mientras miraba fijamente a Buster quien sabiendo como era fang realmente, solo se calmó y fue nuevamente a su auto.
—Sabes que... —Buster dentro de su auto hizo lo posible para encenderlo y al cuarto intento lo logró, él sacó la cabeza y miró a Fang para luego sacarle el dedo—. Me demostraste quien es tu verdadero amigo, así que espero que ese tal "Edgar" te lleve al cinema porque yo nunca te dejaré subirte a mi carro, nunca.
Buster arrancó y quemó llantas frente a Fang, el chino se movió rápidamente a ponerse a cubierto pues las llantas del auto no solo quedaba el neumáticos sino que también levantaba pequeñas piedras que podían lacerar su piel y sin más; Buster se marchó dejando a Fang molestó y triste.
Pero también molesto porque Buster no entendía que su vida estaba en peligro y triste porque no quería hacer eso, para él Buster y Edgar eran sus mejores amigos pero quería evitar que ellos tuvieran problemas para así no tener la obligación de elegir un bando...
—¿Cómo es que nunca me di cuenta que eres muy terco? —Fang intentaba no romper en llanto pues le dolía mucho su corazón el tener que pelear con su mejor amigo, un amigo que era más su hermano.
Fang pasó unos minutos sentado en ese mismo sitio donde se había escondido y se puso a pensar que era lo que iba hacer para poder ir a comer su almuerzo y llegar a tiempo para seguir con su trabajo, pensó ir donde Edgar pero no quería molestar a Bo con su presencia; luego pensó ir donde Bibi pero al instante recordó que ella estuvo metida en una riña y la descartó completamente...
—¡Ahhh! Al diablo, si yo fui quien llevó a Bo a la casa de Edgar, ¿por qué debería pensar en no llegar? —Fang reaccionó molesto y se levantó de ese sitio para ir en pos a la casa de Edgar, pero como si fuera parte del destino.
—Oye Fang, ¿Qué diablos haces por estos lados?
Fang miró que en la carretera estaba un Bocho color blanco, Fang con mucha curiosidad se acercó y miró que era Edgar quien conducía ese auto, sin duda alguna eso fue un milagro para él quien no dudó rápidamente en ir a saludarlo.
Edgar bajó del auto y miró como fang dio un gran salto para intentar darle un abrazo, Edgar quien sabiendo que hacer con Fang solo estiró su bufanda para poder atraparlo en el aire.
—Ya te dije que nada de abrazos. —Edgar respondió con su misma actitud de mierda, solo que esta vez intentaba no romper su personaje ya que él también estaba feliz de ver a Fang.
—Oh vamos yo estoy seguro que si yo fuera una chica hermosa no me harías esto, degenerado simp de las patas de Tara. —Fang respondía fingiendo un puchero, se acomodó y se soltó de la bufanda de Edgar para caer de pie, la bufanda se acercó y le sacudió el polvo de sus pantalones.
—Nah yo digo que sería lo mismo, no cambiaría nada. —Edgar hablaba con esa misma actitud solo que ahora se escuchaba más alegre aunque eso último lo sacó de si que abrió ampliamente los párpados y con su bufanda señalaba a Fang—. ¿CÓMO QUE SIMP DE TARA?
—Tu sabes bien a que me refiero, digo hablamos de esa hermosa morena de misteriosa vida, la sensual Tara y sabes bien que ella es tan sensual. —Fang empezó a relatar lo que pensaba sobre Tara, él miraba sus uñas, inspeccionando que todo estuviera bien pero claramente Fang no miraba sus uñas sino que eran los guantes, Fang miraba a Edgar con una pícara y delineando uan MALÉVOLA sonrisa dijo—. Tú sabes bien de lo que hablo ya que vistes el rostro de Tara o ahora me lo vas a negar.. .
Edgar miraba algo extrañado a Fang, era como si fuera asco e incomodidad y sólo suspiró, miró de nuevo a Fang solo que fijamente y habló con cansancio.
—Solo hablas tonterías Fang; lo peor es que lo haces porque aun no es un delito hablar tonterías. —Edgar apoyó su cuerpo en el auto y volvió a suspirar.
Fang se había enojado y resopló, sin embargo sonrió levemente y lo miró otra vez con esa mirada pícar y siniestra.
—Oh vamos señorito puritano, monja que suda agua bendita, me vas a decir que no te parece sexy ver lo misteriosa que es Tara, oh cielos lo que daría por estar en tu lugar y tener el recuerdo de su rostro en mi cerebro. —Fang empezó a delirar y a dar pequeños saltos por su alrededor, Edgar se sintió asqueado y sólo pudo soltar una leve sonrisa.
—Bueno hay algo curioso sobre eso y ese algo es que no recuerdo mucho su rostro... —Edgar respondió cansado mientras miraba el cielo azul, cambió su dirección y miró a Fang que estaba viéndolo con esa misma sonrisa, sabía que debía de hacer algo para que el chino dejara de hacer eso y volvió a tomar la palabra—. Aunque sí tienes razón en que Tara es muy sexy y atractiva.
Fang le mostró el pulgar arriba a Edgar y la bufanda del emo le devolvió el mismo gesto. El chino acomodaba sus guantes pero apreció más de cerca a Edgar y miró lo que llevaba puesto.
Era un pantalón negro largo, una musculosa blanca por dentro y encima de la musculosa una camiseta hawaiana azul sin abotonar, Fang levantó una ceja y miró un brillo nuevo en Edgar, era como si fuera otra persona.
Era como la resurrección de un Fénix, de las cenizas un deprimido se levantó y ahora era un hombre feliz o eso aparentaba Edgar.
—Oye... —Fang llamó la atención de Edgar la cual estaba puesta en el cielo azul, Edgar lo miró con la ceja arqueada esperando lo que Fang diría—. ¿Todo bien amigo?
Edgar bajaba esa ceja que había arqueado y luego puso su mano derecha en su mentón, bajó su cabeza y se puso a pensar en esa pregunta, puede que a simple vista sea una pregunta normal pero para Edgar tenían un peso muy distinto a lo que podría ser para cualquiera.
—No lo sé... —Dijo algo melancólico sin embargo levantó el rostro para ver a Fang, al tener contacto visual con el chino, el emo solo le sonrió levemente—. Un día te voy a decir que sí, pero por ahora no sé si todo está bien.
Fang bajó la mirada y también bajó su gorra ya que sentía algo de pena por Edgar. Primeramente por todo lo que había pasado, aunque no sabía completamente todo el suceso, vio en carne propia lo que un desamor podia hacer en un hombre depresivo. Lo segundo y también último era lo que estaba pasando con Buster y Colette, uno por estar enamorado de Colette y la otra por que al parecer pensaba que aún tenía algo con Edgar. Fang se acercó a él y tenía algo que decir pero no sabía si decir lo de Buster y Colette, asimismo Fang había decidido contarle lo de Colette. Cuando Fang iba a decirle lo sucedido con Colette, Edgar se adelantó y le dijo.
—Oye entra al auto ya es hora de almorzar y ya tengo hambre. —Edgar entraba al auto y con la mano le hacia señas a chino que rápidamente fue a dar la vuelta para ir al asiento del pasajero, Fang se asomó por la ventana y vio como Edgar le quitaba el seguro a la ventana.
—Eh, Edgar tengo que avisarte que no tengo dinero conmigo... —Fang se veía avergonzado ya que estaba en blanco pero Edgar solo lo miró con desdén y fang logró comprender que Edgar lo iba a invitar a comer.
Fang entro rápido y se abrochó el cinturón de seguridad, sin embargo una voz detrás de el lo asustó y empezó a gritar como si su vida dependiera de eso, los gritos de fang sonaban igual a los de una niña y era comprensible pues no se había dado cuenta que había alguien detrás de él.
—Edgar ya podemos irnos es que me duele ver mi tienda y que ya no soy su dueño... —Fue el señor Griff que estaba vestido igual que Edgar, solo que encima de su cabeza de caja registradora llevaba una larga melena amarilla.
Ambos se quedaron viendo, ignorando que fang casi tuvo un infarto debido al susto y pues, ambos asintieron y Edgar encendió el auto y salieron de ese lugar.
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Colette corrió tanto que no se dio cuenta que había llegado al parque de Super City, lugar donde se encontraba la mayor cantidad de niños pues era una gran plaza con innumerables sitios para que los niños se diviertan, coman y descansen.
La peli blanco miró a todos lados en busca de una salida la cual no la implicara en "jugar" con alguno de esos niños, pues ahora mismo ella estaba armada y seguramente podría pasarle algo a esos niños, algo que ella misma sabía que podría evitarse.
Colette caminaba cautelosa y sin llamar la atención pero era difícil ya que habían muchas personas a su alrededor y unos ya la había notado, ella lo que hizo fue quitarse su característico aro que adornaba su cabello y luego se quitó la cola y soltó su cabello, para que este tapara mejor su rostro.
—"Tengo que llegar rápido a casa pero creo que lo mejor será tomar un taxi al metro" —Diciendo eso ella vio la salida del parque y empezó a correr, ella divisó a lo lejos como habían personas que la estaban esperando en la entrada.
Colette empezó a temer pues ella pensaba que eran los trabajadores del señor D que la estaban buscando por la paliza que le dio a Lola, ella sabía muy bien que pasaba si un brawler dañaba a otro y no era algo grato de explicar.
Sin embargo mientras más avanzaba ella apreciaba mejor que solo eran personas que estaban hablando y parecía que era un grupo de jugadores de algún juego de cartas.
Ella bajó la cabeza y empezó a ignorar a cada uno pues no estaba mentalmente bien como para aguantar una sesión de fotos con algún fan...
Y como si se tratara de un momento de mala suerte para ella o talvez karma. Bueno ella tuvo la mala suerte de que esos sujetos eran muy fans de ella y uno de forma muy irrespetuosa la tomó de la mano y la atrajo frente a él de un solo jalonaso.
Fue un movimiento algo bruto y brusco que hizo que ella cayera de rodillas frente a sus fans y estos la rodearon y empezaron a aplaudirle y a vítorear su nombre; como si de una procesión religiosa se tratara, ella estaba en el suelo con todo su cabello cubierto su rostro debido a la gravedad.
Colette estaba sumamente molesta con lo que había pasado y quería desquitarse con alguien pero golpear o lastimar a un civil era algo estricto prohibido, y te podían dar una pena muy grande, ella recordó las muchas veces que Edgar estuvo preso por culpa de sus malas reacciones, Edgar tuvo el descaro de pelear y dejar en estados muy deplorables a los sujetos que le hacían comentarios llenos de odio, claro y aunque el también resultó lastimado, todo eso a supercell le importó un bledo y sólo les bastó para meterlo preso.
"OH POR LA CIENCIA ES COLETTE "
"Diosa Colette, porfavor sea mi novia."
"Colette por favor, firma mi cuaderno, mejor tomate una foto conmigo y ¿puede que me des un beso en el cachete?
"COLETTE YO TE AMO"
"COLETTE ¿ES CIERTO QUE TU NOVIO ES EDGAR?
"¿QUÉ TIPO DE ROPA INTERIOR TE GUSTA USAR?
"COLETTE TE HICE UN DIBUJO DE TI CON FANG Y EDGAR EN LA ESQUINA."
"COLETTE MIRA TE HICE UN SPIKE PARA QUE LO BESES."
Y así y muchos más comentarios estaban ahogando a la chica, que no podía hacer nada por apartarlos, sin embargo ella empezó a deslizarse por debajo de ellos y haciendo una pirueta, rodó hasta apartarse de ellos, pero los sujetos eran muy persistentes y la persiguieron por toda la calle, Colette miró que detrás de ella corrían muchos sujetos detrás de ella y lo primero que hizo es...
—¡Maldita sea déjenme en paz! —Colette sacó su Glock 17 y dio dos disparos al cielo, haciendo que los sujetos se detuvieran y dieran media vuelta para correr despavoridos.
Colette miró como las personas que estaba a su alrededor corrían desesperadamente en busca de refugio. La chica de pelo blanco temerosa por el tonto que había hecho se marchó de allí, ella corrió despavorida y sin rumbo, no soportó tener más tiempo esa pistola en su mano que lo primero que hizo fue lanzar la pistola más lejos posible, cayendo dentro de unos arbustos.
Un mal sentimiento se apoderaba de Colette, dentro de ella estaba ese sentimiento que lo que había hecho estaba mal y no era de menos pues puso en peligro la integridad de los civiles. Colette estaba muy asustada y nerviosa, todo eso era mucha carga para alguien que no estaba mentalmente estable y sin contar el hecho de que era una mujer dolida por no tener a su amado cerca.
Así que sin más, ella tomó un taxi en dirección a la estación de trenes, donde tomaría el primer tren que la llevará a la Mega ciudad.
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Eran las 12:38 MD, ahora mismo nos encontramos con el trío conformado por Edgar, Griff y Fang. Trío que por ahora estabann comiendo en un restaurante de comida rápida.
Fang ahora mismo llevaba una de esas camisetas que Edgar llevaba puesta, solo que la de fang tenía flores amarillas, fue un regalo de griff por casi matarlo del susto, además que el iba a pagar todo.
Los tres estaban hablando con mucha normalidad y muy amenos relataban uno que otro relato, por ejemplo Fang les hablaba sobre lo difícil que era tener de jefa a una mujer fuerte, les contó lo perfeccionada que era la forma de ser de Maisie, mientras que Edgar les explicaba que poco a poco dejaba a un lado la depresión y ahora estaba listo para intentar ser un nuevo Edgar, alguien dispuesto a aprender cosas nuevas y dejar a un lado su mal humor con su alrededor, no ser un canalla sin escrúpulos.
—Vaya, me alegra que hayas abierto esa puerta maldita en la que apoyabas, todo era por esa depresión. —Fang empezó a dar pequeños aplausos poco audibles, Edgar bajaba la mirada pues estaba algo nervioso por ser felicitado.
Griff se mantenía al margen de lo que hacían esos dos, pues él tenía otros asuntos que atender, así que necesitaba primeramente comer algo para seguir con esos asuntos.
—Edgar, ¿crees poder ir a preguntar si la comida ya esta lista? —Griff tenía en su mano derecha una tabla en la cual estaba escribiendo unos apuntes, Griff usaba una pluma especial para poder escribir en su tablet.
Edgar miraba molesto a su jefe y sólo pudo demostrar que no iba hacer nada de eso, así que el emo tomó una postura de brazos cruzados y miraba a Fang para seguir hablando.
—Oye, acabo de recordar algo. —Dijo seriamente Edgar mientras tomaba sus manos entre si para ver fijamente a Fang quien se sorprendió al verlo —. ¿Qué pasó contigo y Amber? Recuerdo que dijiste que era tu crush o algo así.
Edgar había empezado una platica que dejó a Fang aun más sorprendido (y a Griff molesto), aunque no solo eso sino que también se miraba acongojado.
Griff miró a ambos y sabía que se venía una platica de mujeres, cosa que a él le encantaba, el sujeto de la caja registradora bloqueó su tablet y se puso a jugar con una servilleta para escuchar mejor a los dos. Fang estaba dudando si hablar con Edgar sobre eso pero recordó que Edgar había sido sincero desde de que se conocieron.
—Pues... ¿Cómo decirlo sin sentirme mal? —Fang tenía una cara larga y depresiva, Edgar entendió bien y bajó la mirada mientra le ponía sl chino, la mano en el hombro.
El silencio estuvo allí unos cuantos segundos pero Griff lo interrumpió metiendo su cuchara.
—¿Enserio te gustaba esa chica de fuego? —Griff llamó la atención de los dos y le vieron con algo de curiosidad.
—¿Qué sabe usted de ella señor Griff? —Preguntó Fang con mucha curiosidad pues parecía que sabía cosas de esa chica.
Griff miraba a ambos extremos y luego se levantó para ver si detrás de él habían clientes que podían escuchar lo que se iba a hablar en esa mesa, por suerte en todo su alrededor estaba vacío, así que decidió hablar para no quedar fuera de cualquier charla.
—Bueno, Amber tiene un interés muy curioso y es por hombre como yo. —Griff tapaba su boca con su mano para que nadie leyera sus "labios".
Sin embargo la reacción de ambos chicos fue distinta, si bien Fang no le tomó tanta importancia y solo pudo reírse. Pero quien no se lo tomó a bien fue Edgar que no solamente se molestó sino también habló sobre eso.
—¿Un hombre como usted? —Dijo Edgar con un tono pedante y jactandose respondió—. Seamos sinceros señor Griff pero hombres como usted significa que cualquier coss, a diferencia de mi o Fang.
—¡OYE MUCHACHO QUE TE PASA FALTANDOME EL RESPETO! —Griff igualmente reaccionó molesto con Edgar y se levantó rápidamente y saliendo de su asiento se dirigió para ir a encarar a Edgar.
Fang que estaba en medio de los dos, solo pudo intentar calmar la situación; Fang lo que hacía era interponerse entre ambos para que no hicieran más grande ese show que estaban haciendo.
—No estoy faltandole el respeto, solo soy sincero con usted, recuerde que usted no es guapo ni nada por el estilo, además que sus skins están horrible. —Edgar hablaba aún con esa actitud pedante y molesta, Griff se quedó quieto y agachó su cabeza.
—Eso es... ...cierto. —Griff había aceptado la derrota frente a Edgar pero aun tenía cosas que responder—. Bueno puede que sí tengas algo de razón pero realmente las mujeres no buscan un hombre guapo, sino uno bien dotado y espero que sepan a que me refiero porque no voy a repetir nada, hummp.
—¿Dotado así como Edgar? —Dijo Fang sin ninguna maldad, pero aun así Fang abrió una caja de Pandora para Edgar que poco a poco iba a arrepentirse pues el mal que había desatado lo iba a perturbar más adelante.
Un silencio se apoderaba de esa mesa, Edgar y Griff miraban a Fang con una mirada de desdén, haciendo que el Chino se sintiera demasiado incómodo por tener a Edgar detrás y a Griff de frente.
—Oh, este OK... yo no, bueno mírenlo por el lado amable ya tienen algo más por lo cual hablar. —Fang estaba muy nervioso y quiso levantarse de si asiento pero Griff se interpuso frente a él para poder hablar sobre ese asunto.
—Eres un imbécil Fang. —Edgar le había escupido esas palabras denotando un odio muy intenso, se cruzó de brazos y puso su mirada al frente, ignorando a esos dos.
Griff había sacado un cigarro puro de la parte trasera de su cabeza, de uno de sus ojos sacó una cajetilla de cerillos y fue a sentarse, encendió el puro usando lo que parecía ser el último cerillo de su caja, Griff lo puso en la mesa y miró fijamente a Fang.
El sujeto de la caja registradora metió el puro en lo que parecía ser su boca y aspiró una buena cantidad de humo, sin embargo a la hora de sacar el humo, no salió tanto como parecía.
—Así que dices que Edgar esta dotado. —Griff hablaba con sutileza y esperaba escuchar una buena respuesta por parte de Fang, quien estaba asustado y temeroso por lo que diría.
—Ah bueno yo no dije que fuera dotado sino dorado ya sabe que a veces te acostumbras a hablar mandarín que el inglés cuesta hablar. —Fang intentaba arreglar su error ya que notaba la tensión que estaba en el ambiente.
—Eres un pequeño hijo de tu madre Edgar, nunca me comentaste que tenias un pene grande. —Griff claramente se escuchaba molesto cuando le hablaban a Edgar, pero en un raro movimiento, Griff le ofreció el puro a edgar.
Fang pensó que las cosas se habían vuelto a la normalidad pero no fue así, edgar tomó con una de las manos de la bufanda y apagó el cigarro en la mesa; Edgar destrozó el puro y luego tiró el restante a la cara de Griff...
—Le dije muchas veces que odio cualquier vicio, pero fumar es lo que más detesto y también dije que le iba a estrellar cualquier cosa que no me guste. —Edgar respondió con ira solo que sutilmente lo ocultaba para no hacer un show allí mismo.
Fang estaba completamente asustado pues no sabía que hacer para detener eso, le suplicaba a sus ancestros sobre eso que pasaba fuera una broma muy mala por parte de los dos pero no era así.
—¿Alguna otra cosa que me hayas ocultado desde hace tiempo? —Griff no parecía estar molesto ya que estaba buscando respuestas, es más parecía no importarle que Edgar le había hecho eso con el puro—. Es más ¿Además de Colette que otra mujer probó tu pene?
Griff habló sin descaro y sin reparo ya que estaba necesitado de respuestas, Edgar seguía igual de molesto y Fang no dudó en quedarse callado porque no quería estar en medio de eso.
Pero fue por un momento que dentro de él estaba algo que le decía no dejar de mirar a Edgar, así que siguiendo ese sentimiento, miraba cuidadosamente a Edgar.
El emo soltó sus brazos y los puso en la mesa, se acomodó y se acercó un poco a la mesa, levantándose poco a poco hasta quedar erguido.
Miró a Griff y con sus manos tomaba su miembro y lo apretó mostrandole la forma de este atraves de su pantalón.
—Si tienes miedo de que esto le rompa el culo a la puta de Lola pues no te culpo, esa maldita puta se va a tragar todo esto antes de morir, yo sé que aún después de todo, usted la quiere proteger pero se lo juro, nada ni nadie la va a proteger de mi. —La sonrisa que decoraba el rostro de Edgar lo podía hacer catalogar como un maldito bastardo.
Fang quedó sorprendido pues era la primera vez que miraba a Edgar así de alegre, aunque no era una alegría por algo sano sino por un deseo algo enfermo, lo peor era que Fang no dejaba de ver el bulto moverse, sin embargo todo cambió cuando Griff golpeó fuertemente la mesa y también se levantó.
—¡Edgar te prohíbo que hagas eso! —Griff ahora no sonaba molesto sino que acongojado.
Edgar dejo de tocarse la entrepierna y se sentó sin importarle nada, miró a su alrededor y luego dirigió su mirada a Griff. El emo tapando su boca con su mano susurró algo que solo Fang y Griff escucharon.
—Entonces solo le voy a doblar el cuello con todas mis fuerzas, si le preocupa que le meta el pene, será mejor para ambos que eso termine rápido. —Edgar giró lentamente su cabeza hacia otro lado para evitar mirar a esos dos.
Griff no soportó y siguió hablando, parecía como si intentaba hacer entrar a Edgar en razón.
—Escúchame bien Edgar; yo entiendo que ella te hizo algo horrible pero no puedes hacer eso hijo, ella puede tener sida o algo así y si la matas, te van a castigar; supercell y los demás. Ellos solo esperan que cometas algo indebido para eliminarte, hay uno que esta detrás de tu cabeza y eso es grave, así que por favor olvida todo eso.
El chico emo tapó sus ojos con su mano derecha, la misma que usaba para tapar sus ojos y mordiendo su labio inferior se mantuvo callado por un instante, luego empezó a reír.
—Ay que gracioso. —Edgar dejó sus manos puestas en la mesa y se reclinó aún más en la silla, extendió sus piernas y miró al techo del restaurante, ahora mismo estaba serio y sin ninguna expresión marcada—. Por culpa de esa puta yo no tengo nada mas que perder. Así que no me importa si perezco o me torturan, eso es algo de lo que ya estoy acostumbrado, ademas que son 3 días de recibir torturas psicológicas y luego una de "terapia de golpes", no hay nada nuevo, siempre lo mismo, ¿sabes que fue lo último que me hicieron? fue quitarme las uñas de los pies. Así que yo se a que atenerme; si me van a hacer todo eso primero tengo que matar a la puta de Lola de la forma más cruel posible y no me va importar nada después, es más ninguna torturame va a quitar esa satisfacción de la cara cuando cumpla con mi palabra.
Griff y Fang se quedaron helados al escuchar esas palabras de Edgar, el chino nunca pensó que los altos mandos de ese parque hicieran cosas así a los brawlers que se metían de forma agresiva con otros brawler, una incomodad le sobrevino al recordar a Buster su amigo, si bien este hizo todo un mal rollo con eso de estar enamorado de Colette, a Fang no le gustaba la idea que Buster buscará problemas con Edgar, quien recientemente había dicho que no tenía reparos en matar a alguien.
Y como siempre, su instinto le decía que eso seguramente era cierto.
Griff no parecía estar de acuerdo pero dejó de intentar de hacer cambiar de razón a Edgar ya que era más fácil hacer que saliera agua de una piedra que hacer entrar en razón a un perturbado Edgar, el señor Griff jugaba con sus dedos, cosa que Fang no dejaba de ver ya que era algo hipnótico, la fría tensión que habían dejado Edgar y Griff seguía estando presente pero como si fuera una boya salvavidas, la camarera les llevaba la comida a esos tres, empezando con Griff; él había pedido una orden de papas y aros de cebolla fritas con mucho aderezo.
Fang había pedido una hamburguesa doble con queso y una orden de papas fritas y alitas picantes, acompañado con su soda. Y para Edgar unos nachos con mucho chile, nivel 9, además de tener acompañado con aros de cebolla y un jugo de naranja.
Los tres no se habían dado cuenta que la mesera era otra brawler como ellos, es más y es que hasta la misma mesera no había notado eso, hasta que ella habló.
—Hmmmm. —Era Tara que llevaba el uniforme del restaurante, ella y sus sombras trabajan en ese restaurante sirviendole a los clientes.
Los tres levantaron su cabeza, ignoraron su comida y sólo así pudieron ver a Tara; que llevaba puesta una gorra negra con el logotipo del restaurante, una camiseta tipo polo amarilla, unos pantalones negros ajustados y tenis. Era obvio que por la fina figura de Tara hacia que ese uniforme se viera de una forma tan atrayente pues remarcada claramente el bello y delgado cuerpo de la mujer de las cartas.
Ella también se sorprendió al ver a los tres pero se sorprendió aún más al ver a uno de ellos.
—¡Hmmmp! —Ella tomó a Fang y lo sacó de su asiento para ella poder sentarse en esa silla, para poder saludar a Edgar.
Ella acercó esa silla a la de Edgar y luego la mujer de las cartas tomó a Edgar de los cachetes y acercó su frente a la de Edgar pegando así sus frentes, ella actuaba jovial y afable, muy distinto a lo que había pasado entre el emo y el tacaño. Ella acariciaba las mejillas de Edgar mientras movía su cabeza de lado a lado sin separar su frente de la de Edgar. (Cabe aclarar que Tara sigue con su rostro oculto con esa tela y la gorra se cayó al contacto de las frentes.)
Eso había sacado muchas dudas a los dos, Griff que parecía estar con la boca abierta, pero dejando a un lado esa escena no dudó en empezar a comer, por su parte Fang estaba con la boca completamente abierta y miraba como a Griff le importaba poco lo que estaba sucediendo, pero Griff usando su conocimiento del mundo le respondió tranquilamente a Fang.
—Tranquilo hijo, ese es el saludo tradicional de los Wanderes al ver a su familia, no es nada romántico solo lo saluda como si fuera su hermano. —Griff el hablaba con serenidad, sin exagerar nada de lo que veía y comió una parte de las papas.
—Pero eso es demasiado cariñoso para un saludo fraterno, solo míralos. —Fang parecía morderse de la envidia y los celos al ver ese contacto que tenía Edgar y Tara, sin embargo Griff siguió.
—Mira, si ella hubiera tomado las manos de Edgar las hubiera besado y las pusiera en sus mejillas, allí sí creo que sería lo que piensas, porque ese es el saludo de una mujer a su marido. —Griff respondió alegremente mientras le robaba una de las alitas a Fang, quien estando de pie miraba como Tara hacia esos ruidos tan característicos de ella, era como si ella le hablara tantas cosas a Edgar y en un tono alegre pero desesperado.
El emo se veía alegre y tranquilo, se podía ver que sonreía y soltaba unas cuantas lágrimas, en el ojo de Tara se podía ver lo mismo. Era una emotiva escena que sin el contexto podía ser mal interpretada.
Cosa que algunos clientes si aprovecharon y tomaron fotos de ese saludo y los subieron a las redes, haciendo que poco a poco las personas empezaran a hacer sus comentarios y a compartir su pensar sobre eso, haciendo que volviera a la vida ese rumor de que Colette peleaba con Tara por el amor de Edgar.
—Es un gusto verte de nuevo, ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi, cielos en verdad me siento terrible por eso... —Edgar hablaba con un nudo en la garganta y levantó la cara, Tara también y ella se alejó un poco de Edgar pues ella iba a hablar con señas.
—{No te preocupes, el destino siempre se encarga de poner a todos en un mismo sitio, siempre nos vamos a encontrar no importa cuanto dilate} —Tara se comunicaba a base de señas ya que pocas personas entendían su idioma original.
—Oye, oye espera. —Edgar respondió cansado y frotando sus ojos con sus puños, pues parecía no ver bien las señas de Tara—. Sólo espera un poco y hazlo más lento ya que no recuerdo bien algunas palabras.
—{Lo siento mucho Edgar, no cometere el mismo error} —Tara se disculpaba mediante a señas y miraba al suelo pues de tan ansiosa que estaba, ella se había emocionado tanto que hablar sin parar pero tenía que bajar sus ansias para no sobre esforzar a Edgar.
—Eso sí lo entendí bien, bueno no te preocupes solo intenta no ir tan rápido ya que no tengo tanta practica. —Edgar hablaba también en señas pero hablaba en voz alta para que ella escuche si no había un error.
Tara si bien entendía muchos idiomas no podía hablarlos ya que tenía ciertas restricciones debido a sus creencias. Ella había tenido un pasado con Edgar y es el porque de tanta amistad entre ellos, tanto así que Edgar intentó aprender con ella a hablar el dialecto tan curioso que tiene Tara. Sin embargo le era muy difícil ya que ella no podía explicarle con exactitud los significados y es por eso que recurrieron a hablar por señas.
—{Me alegra ver que estas bien, dime ¿estas comiendo bien?} —Tara preguntaba mientra tocaba los brazos de Edgar, era como si estuviera examinando al sujeto—. {Es extraño, te noto más pálido y más triste de lo normal ¿colette te hizo algo otra vez?}
Y para aclarar que desde ese incidente en el centro comercial Tara aun tenía mucho resentimiento por parte de Colette pues fue por ella que tuvo que renunciar a todo su trabajo y tuvo que enfrentar mucho acoso por parte de "fans" ya que hacían preguntas en búsqueda de indagar sobre la supuesta relación que tenía con Edgar y si era cierto que ella iba a ser la rival del amor de Colette.
Fueron días muy duros y cansados que no dejaron dormir a Tara, pues infinidades de futuros inciertos le perforaban la cabeza, haciendo que la pasara muy mal, todo eso hacía que su resentimiento hacia Colette creciera y creciera hasta convertirse en odio, llegando hasta a aborrecer completamente cualquier cosa cercana a ella.
Aunque no lo crean, Tara en su mente tenía todo un ajustado plan para acabar con ella osea Colette. Pues de entre todas esas cosas pendientes que tenía que hacer estaba la amenaza de muerte a Colette que le había hecho, pues Tara no había olvidado nada.
Los Wanderes del desierto son un clan que son muy parecidos a nosotros pero tienen unas costumbres y forma de vida que se aleja completamente de la nuestra. Tanto así que una pequeña parte de ellos obtienen habilidades que superan nuestra lógica, así como las habilidades de Tara y Sandy, este último puede ver tus sueños y materializar ciertos recuerdos.
Pero había un punto en especifico en la historia de star park en la cual te explicaban que las leyes están por una razón y una de esas leyes es no hacer enojar a los Wanderes, algo que pocos han podido contar el relato, Colette había llegado al punto más crítico y no sólo era molestar sino que también llegó a enfadar a una Wanderer, tanto que su vida estaba marcada por Tara.
Tara con la habilidad de su tercer ojo, puede ver todo su alrededor como si fuera omnipresente, sin embargo esa habilidad solo podía ser usada en espacios cerrados. Ella había visto con su ojo que todo lo ve, a muchas personas estandoe en sus mesas, grabando con sus teléfonos, Tara tenía una sonrisa oculta en esa tela y usando eso a su favor ella hizo lo siguiente.
Tara se acercó más a Edgar, sorprendiendo a este y molestando a Fang.
—¡Ey, ey, ey! — Dijo Fang, se iba a levantar de su asiento pues estaba muy celoso, sin embargo Griff de un tirón lo mandó a sentar.
Edgar no sabía que hacer pues ya Tara había invadido su espacio personal y por el nerviosismo que estaba pasando no se le pasaba por la mente empujarla, el emo miraba a todas las direcciones pues no sabía que hacer ya que estaba demasiado nervioso para hacer algo, solo repetía el nombre de Tara, la cual apoyó su cabeza en el pecho de Edgar.
Ella acariciaba el pecho de Edgar usando su cabeza, era como ver a un gato acariciar a su dueño, cabe resaltar que Edgar estaba demasiado sonrojado que su rostro se había vuelto completamente rojo, haciendo que sudara más.
Él tenía la cabeza baja para poder ver como la mujer hacía eso, asimismo Tara levantó su cabeza y llevando sus manos a la cara de Edgar, ella aprovechó para acariciarla; ella acercaba sus labios escondido por su máscara y los pegó junto a los labios de Edgar.
El emo se sorprendió y retrocedió hasta donde la silla daba pues estaban a lado de una pared de concreto, Edgar miraba ampliamente como la mujer había juntado sus labios con los de él, quien no pudo hacer nada más que petrificarse.
Tara se separó para después darle un pellizco en la mejilla derecha de Edgar, ella se levantó; tomó la bandeja donde había llevado la comida de esos tres y caminó rápidamente hacia la cocina del restaurante, no sin antes decirle con señas algo que solo Edgar entendió y lo dejó sumamente rojo.
Edgar miraba a su alrededor y todos algo estaban viéndolo, hasta los mismos trabajadores del restaurante habian dejado todo lo que hacían solo para ver esa escena, Edgar se sintió extrañado, sonrojado, nervioso y excitado. Todo fue raro además de repentino que no supo que decir o que hacer...
Sin embargo fue Fang que lo sacó de su transe.
—¡Eres un hijo de puta! —Fang se había soltado de las manos de Griff y fue directamente a encarar a Edgar, gritando e insultando al emo. Fang tomó el lugar donde Tara lo había echado y tomó con fuerza a Edgar, claro de su camisa—. ¡Desde cuando tienes algo con Tara! hijo de puta, espero que me des una respuesta correcta ya que si me mientes te voy a cortar la verga.
Al decir eso último el chino bajó su mirada hacia abajo y vio que Edgar tenía una notable erección que tenía Edgar, Fang sintió un ataque de ira y tomó del cabello a Edgar lo se lo jaló dos veces.
—Se te paró la maldita verga, maldito virguen sin gracia, como te detesto a veces. —Fang soltaba sus más fuertes palabras para demostrar su sentir, soltó a Edgar y miró como Griff se acercaba a ellos.
Griff hizo a un lado a Fang y se acercó a Edgar para ver si era cierto lo que decía Fang. Edgar al mirar las intenciones de su jefe, levantó sus piernas y pegó sus rodillas a su pecho, luego su bufanda lo cubría alrededor de él.
Edgar se había enojado desde que sintió los jalones de cabello que le dio Fang y ahora con su jefe haciendo algo raro hizo que ese enojo se volviera ira.
—¡Son un par de basura! —Edgar gritaba enojado y avergonzado pues esos dos habían hecho una escena frente a tanto personas que no sabia donde esconder su cara.
Sin embargo su jefe ignorando al emo, se acercó a Fang y en un comentario fue de lugar dijo.
—Esa cosa esta más grande que mi cosa... —Griff juntaba sus dedos y bajaba la mirada en señal de derrota.
Fang se acercó a él y le puso la mano en el hombro, debido a la diferencia de tamaños Fang tuvo que hincarse para hablar cara a cara con el jefe de Edgar y con un tono esperanzador le dijo.
—Que él la tenga grande no significa que sea mejor que nosotros, da igual el tamaño sino que tan bien sepas moverte. —Fang empezó a sonreír y Griff empezó reír fuertemente.
—Tienes razón siembra arroz, tienes razón. —Griff se volvió a sentar y dejó a Fang con mucha confusión pues no creía haber escuchado bien eso que dijo Griff.
—¡Pueden cerrar la maldita boca! —Edgar seguía en esa misma posición y les gritó con ira, aún seguía completamente avergonzado.
Ninguno de los dos le hizo caso y empezaron a comer, Fang tomó asiento y tomando una alita de pollo la empezó a degustar lenta y suavemente para saborear los sabores del pollo, sin embargo Griff con unas papas en su boca, habló lo siguiente.
—Fang. —Griff había llamado al chino, este dejó de comer y miró a Griff con un rostro sorprendido, Edgar por su parte seguía sin hacer nada.
—¿Desea algo señor Griff? —Fang contestaba con curiosidad y miró como la bufanda de Edgar tomaba unos nachos y los metía en la boca del emo.
—Tengo una pregunta para ti. —Griff volvió a tomar la palabra y preguntó—. ¿Estas enamorado de Tara que atacaste a mi muchacho de esa forma?
Fang estaba completamente distraído comiendo las alitas pero el chico bajo la que tenía en sus manos y sólo empezó a reír. Edgar desvió su mirada hacia los dos y se quedó atento a escuchar lo que tenían que decir.
—Bueno, es algo gracioso pero no. La respuesta a eso es no... digo hablamos de Tara; cualquiera puede decir que es una de las mejores bellezas de este lugar. —Fang tomó una de sus papas y las comió, él prosiguió con sus palabras—. Yo estaba más enamorado de Amber y Shelly pero ninguna de ellas aceptó mis sentimientos...
—Ay. Pobre mi niño... —Griff le dijo con pena—. Pero sabes que, es mejor para ti.
Fang miraba a Griff con curiosidad y le preguntó.
—¿Qué es lo mejor para mi? —Fang mordió una alita y esperó la respuesta de Griff.
Griff se acercó a los dos chicos subiéndose a su silla y apoyándose en la mesa, Edgar y Fang miraban a Griff con duda pues no daba esa confianza al hacer todo eso.
Griff le pidió a los dos que se acercaran y estos lo hicieron sin dudar, el jefe de Edgar habló en un susurro.
—No busquen el amor en una mujer de piel color tierra, mejor enamorense de una mujer de piel negra, ellas tienden a ser mejores esposas que las de color tierra. —Y como si hubiera dicho la cosa más normal del mundo, Griff empezó a comer con tranquilidad.
La cara de decepción que mostraron Edgar y Fang fue digna de enmarcar ya que no pensaron que un hombre serio y de buen estatus como Griff dijera semejante estupidez, Edgar se levantó y tomó su comida, Fang le dio pasada a Edgar para que este pudiera salir. El emo suspiró y se fue alejando de los dos hasta salir del restaurante.
—¿Qué le pasa a ese chico? —Griff espero que Edgar se fuera para poder hablar tranquilo con Fang, pero el chino no estaba dispuesto a escuchar más palabras de Griff pues estaba completamente decepcionado.
Así que aplicándole la ley del hielo, Fang empezó a comer su hamburguesa.
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Mientras tanto en la chatarrera de Pam, los miembros de esa ahora familia estaban comiendo el almuerzo que fue preparado por Penny debido a los golpes de Belle, Pam no podía hacer mucho.
Así que Penny tomando el rol de mayor. Empezó a cocinar y arreglar la mesa, los niños ya estaban bañados y arreglados para hacer algo y poder ayudar a su mamá pero primero tenían que almorzar para tener fuerzas.
En la mesa estaban todos reunidos, Pam, en un extremo de la mesa, Jessie acompañada de Gus a lateral de la mesa y Penny que estaba en el otro extremo de la mesa, solo que estaba sirviendo la comida.
Para los niños había preparado arroz blanco y frito, acompañado de vegetales al vapor el cual en su mayor parte eran brocoli y pollo frito. Penny había hecho otro tipo de plato para ella y su mamá pues le agregó ciertos ingredientes que no podían ir en el plato de un menor.
Penny se acercó a Pam y le dio una pechuga entera de pollo a la plancha, adornado con rodajas de zanahoria y naranja, el pollo llevaba vino y por eso no podía darle a los menores.
—Vaya Penny no sabia que tenias un gran don en la cocina. —Dijo Pam al ver su comida servida.
Penny se acercó rápidamente a Pam y le dio un abrazo el cual fue recíproco pues Pam también le devolvió el abrazo, la mujer sintió como Penny le ejercía más fuerza a ese abrazo como si quisiera decirle algo.
—Fue gracias a usted que he aprendido muchas cosas que antes no hacía y ni siquiera pensaba que podía hacer, le agradezco por dejarme ser parte de su familia y por tratarme con amor y cariño, eso que hice es solo una de las tantas cosas que haré por usted; porque no hay palabras que digan lo agradecida que estoy con usted. —Penny respondió amablemente mientras abrazaba con más fuerza a la mujer de cabello rojo.
Pam sintió que tenía que levantarse pues Penny estaban temblando. La matriarca no dudó y levantándose de su silla abrazó con más fuerza a la adulta joven quien al sentir a su alrededor los fuertes brazos de la mujer no dudó en quebrarse pues había muchos sentimientos que aún no podía sacarlos.
—Ya mi niña no te preocupes que mientras yo esté con ustedes nada les va a faltar y nadie les va a hacer nada porque los voy a cuidar con mi vida. —Pam con un dulce arrullo calmaba a una joven que emocionalmente estaba herida.
Los niños se sintieron igual que Penny y no dudaron en correr a abrazar a Pam, Jessie de una pierna y Gus de la otra pierna.
—Mamá yo tenía miedo de que esa mujer, esa mujer es una bruja... ¡te hizo lo peor! Y yo no pude hacer nada para salvarte, fui una completa inútil. —Penny le dijo a Pam la razón que la tenia triste y Pam seguía arrullando a Penny para calmarla pues aún estaba atacada en llanto.
—Ya mi niña, no te preocupes. —Respondió Pam intentando calmar a Penny.
—¡En verdad lo siento! —Penny gritó en llanto pues aún estaba lastimada por ese suceso—. Yo en verdad pensé que era fuerte y que podía hacerle frente a cualquiera pero no lo soy mamá, no lo soy... no pude defenderte y puse en peligro a Gus y a Jessie, no sé cómo hacerme responsable de eso...
—No fue tu culpa hija.—Pam sentía un nudo en su garganta debido a que la que debía sentirse así tendría que ser ella y no Penny, así que tomando un poco de aire volvió a hablar y esta vez dejando en claro algo—. Quiero que les quede muy claro que ninguno de ustedes tuvo nada que ver con eso que pasó con los viejos malos, fue mi culpa por haberme juntado con ese tipo de personas, nunca creí que volvería a verlos pero esta vida es más parecida a una tragicomedia, nunca den por hecho algo, siempre tienen que asegurarse de que hicieron bien su trabajo.
Pam soltó a Penny del abrazo y miró como está aún lloraba, La mujer le limpiaba las lágrimas usando sus gordos dedos, Pam miró hacia abajo y miraba como esos dos niños aún seguían aferrada a ella, haciendo que le fuera un poco difícil el moverse, aun asi retrocedió un poco y levantó el rostro de Penny.
—Y tu mi niña deja de culparte por eso, hiciste algo muy tonto pero lo hiciste para ponernos a salvo, estoy segura que si hubieran sido otros, nos salimos con la nuestra. —Pam le acarició la cabeza a Penny haciendo que esta abriera lentamente los ojos, al notar eso solo le sonrió y le dio una palmada en los brazos.
—¡Ouch! —Penny de quejó de dolor al sentir el impacto de la pesada mano de su "mamá".
Pam se alejó un poco más y acariciando la cabeza de los niños para que estos la soltaran. Gus fue el primero que entendió y se separó un poco de Pam. Así dándole lugar para que tuviera una mejor movilidad.
La mujer miró fijamente al niño y le trajo recuerdos de un joven Edgar que intentaba quitarse de su cuerpo una cuerda que lo amordazaba. Fue como un rápido flash que la dejó pensando un par de segundos, hasta que Jessie la sacó de su pensamiento.
—Mamá hay que idear un plan de contingencia por si esos locos regresan. —Jessie habló temerosa mientras seguía con su cara pegada al muslo de su madre.
—Olvídalo bebé, eso empeorará la situación, solo esperemos que se quiten ese enojo con Edgar... —Pam miró de reojo a Gus y luego miró a Penny —. No es como si lo vayan a matar pero son una familia rara y no se llevan bien, no estoy segura si sean de sangre pero ellos tienen a Edgar como su hijo.
Gus metió sus manos en sus bolsas y bajó la mirada soltando una largo suspiro, Pam y Penny notaron eso, de cierta manera las preocupó pues aún no conocían bien al niño y no sabían que podría llegar a ser capaz.
—Ah, mamá la comida se va a enfriar así que mejor vamos a comer... —Penny había aclarado su garganta y habló algo nerviosa, Pam entendió bien y le siguió el juego.
—Tienes razón hija; Gus, Jessie. Vamos a comer ya que aún tenemos cosas que hacer. —Diciendo eso Pam dio media vuelta y fue directamente a la mesa, siendo acompañada de Jessie, quien se soltó pero aun seguía aferrada al pantalón de Pam.
Penny se acercó a Gus y le acarició la cabeza haciendo que este reaccionara, la joven miró a Gus y cuando esté levantó la mirada para verla, ella le guiñó su ojo bueno, el que no estaban oculto en el parche.
Gus se sonrojó y fue a sentarse para terminar de comer.
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Mientras tanto, en el hospital.
Rosa estaba sentada a un lado de un inconsciente Grom, ella leía el mismo libro que Ash había leído en capítulos anteriores, ella estaba sumida en la lectura pues estaba atrapada en la trama, ella pasó la siguiente página pero una voz muy débil la sacó de su transe.
—¿S~señorita Rosa? —Grom había despertado y lo primero que hizo fue llamar a Rosa.
Rosa estaba sorprendida que lo primero que hizo fue dejar el libro a un lado y levantándose poco a poco hizo lo siguiente, ella dio un gran salto y se dejó caer en la cama de Grom, ella empezó a sollozar pues se sentía culpable de lo que había pasado en esa cena.
La mujer empezó a acariciar el rostro de Grom, ella quería asegurarse de que el sujeto estuviera bien y sin ningún problema, Grom se asustó primero por el salto de Rosa y después por verla llorar, haciendo que el corazón frío del ruso latiera con fuerza y logrando que llore con mucho sentimiento.
—Señorita Rosa perdón. —La voz seca del hombre intentaba remojar su dolor en el cálido tacto de la mujer de piel de ébano, la mujer que tenía frente a él.
Ella le puso su dedo índice en la boca para callar al hombre, ella no quería escuchar las disculpas de Grom pues él no tenía la culpa de nada, ambos eran víctimas de un arrebato psicótico de un hombre que parecía una bestia sin pensamiento.
—Grom, solo quiero que me digas una cosa, bueno dos cosas ya que te había dicho que solo me llamaras Rosa. —Ella le quitó el dedo de la boca y luego acariciaba las mejillas de Grom, suspiró aliviada pero con una tímida sonrisa miró al sujeto que poco a poco re cobraba ese color rojo que tenía en la cita que tuvo con él, ella habló suave y comprensiva—. Quiero que me digas ¿Qué clase de sentimientos tienes para mí?
Grom había sido puesto en la espada y la pared, solo que en este caso la pared era su cama y la espada era el rostro de Rosa, triste y sollozando, mostrando una débil sonrisa, Grom no tuvo de otra que ser sincero y actuar como hombre, cosa que hizo recordar a la platica que tuvo con su amigo en el baño de su restaurante. Grom tomó aire y suspiró para luego decir sus sentimientos.
—Rosa, sé que no soy un hombre agraciado y mucho menos atractivo pero quiero que pueda darme la oportunidad de tener algo con usted y cuando me refiero a algo me refiero a tener una vida junto a usted... —Grom aguantó las ganas de llorar por con un último acto de valor se declaró —. Me concedería la oportunidad de ser su novio...
Rosa se levantó y se puso las manos en la boca, ella empezó a llorar, fue un momento muy sentimental y eso era una de las debilidades de Rosa; ella le dio la espalda a Grom que lo primero que pensó fue que había sido rechazado, eso hizo que sintiera estrujar su pecho, el corazón le empezaba a doler, era como si alguien lo estuviera estrujando.
Sin embargo la mujer dio la vuelta y se acercó a Grom para darle un sonoro beso en la mejilla. Eso hizo que Grom quedara tieso como un pan amanecido, sin embargo eso no había quedado así. Rosa empezó a llenar de besos a Grom mientras le decía que sí.
Rosa aceptó los sentimientos del trueno ruso y siguió besándolo, asimismo Grom quiso levantarse para celebrar pero Rosa lo detuvo y lo volvió a acomodar en su cama, para después plantarle un beso en la boca.
Rosa se acomodó para poder colocar sus codos en la cama y así usar sus manos de soporte para el peso de su cabeza. Ella lo miraba fijamente, denotando una muy coqueta sonrisa.
—Me gustas también Grom, espero que esos besos que te di, sean la muestra de lo mucho que me atraes. —Rosa había dicho lo que sentía pues le agradó el valor de Grom.
—Oh cielos, estoy muy feliz... —Grom cerró los ojos y habló con más tranquilidad sin embargo el quería decirle más cosas pero al ser introvertido, no podía hacer más.