— Kakashi-sensei ya dígame a dónde mandó a Sasuke, lleva meses fuera — estaba de frente a él — Solo deme un pista.
— No puedo decírtelo, pero los anbu que lo custodian vinieron a informarme algo, puedes estar tranquilo.
— ¿Cuando vinieron?
— Hace unos días, te aseguro que Sasuke no debe tardar en llegar, ¿Porqué mejor no vas a visitar a tu madre?
— Claro, corrame de aquí, pero cuando yo sea Hokage lo voy a obligar a que me ayude, se lo aseguro ttebayo — salió a regañadientes de la oficina.
No había mucho que hacer, en todas sus misiones había tratado de encontrar pista de Sasuke pero no había ninguna, como si hubiera desaparecido, pero por otro lado le aseguraban que estaba bien.
— ¿Naruto que haces ahí? — Kushina se acercó a su hijo al verlo inmóvil.
— Pensando en donde estará Sasu, nadie me ha dicho nada, dime qué tú si sabes dónde está.
— Me gustaría decirte pero estoy en las mismas que tú, aunque no creo que Sasuke sea capaz de escapar — murmuró algo pensativa.
— Espero que tengan razón y que esté bien, casi me muero tratando de hacerlo volver.
— Sí, también te quedaste sin brazo por esa misma razón — le dio un golpe en la cabeza — Yo me jactaba de que mi hijo no era violento y te peleaste con Sasuke a morir.
— Pero el empezó, además los salvamos a todos.
— No te pregunté, ven a comer conmigo hoy, no lo haz hecho en una semana, tienes a tu madre abandonada — le entregó la canasta con compras, arrastrándolo consigo.
Recostado mirando el techo con la luz de la luna que lograba colarse por las ligeras cortinas, se preguntaba por enésima vez cuando volvería el azabache, lo extrañaba demasiado.
— Espero que en donde quiera que estés te encuentres bien teme — susurró acomodando sus manos por debajo de su nuca sin llegar a moverse de más.
Trataba de pensar en todas las posibilidades, quizá lo habían enviado a investigar su existían más áloe vera parlantes o algo por el estilo.
— ¿Y si alguien lo atrapó y lo tienen secuestrado? Ya debieron haberme mandado una nota de rescate, por Kami, Sasuke no puede defenderse a puras patadas...
Dio un brinco cuando escuchó que tocaban la puerta, se levantó bastante rápido y algo mareado para poder abrir, pero era medianoche, no creía que alguien estuviera, capaz y solamente fue su imaginación.
— Naruto, soy Sasuke, abre la puerta dobe me estoy cansando — escuchó desde el otro lado de la puerta, motivo suficiente para abrir de inmediato.
Apenas vió su rostro se lanzó a abrazarlo, antes de prestar atención al quejido sutil.
— Apachurras al bebé — mencionó Sasuke separándose un poco de él.
— ¿Bebé? — miró lo que Sasuke traía cargado en una especia de chal — ¿Y ese de dónde salió?
— De mí, tenemos un hijo ¿No ves que es igualito a ti? — se abrió paso al departamento — Pensé que lo sabrías con las cosas que te mandaba a comprar.
— Debiste decirme que consiguiera una cuna, hay una cama grande en el cuarto que me dijiste.
— Bueno, fue mi culpa no especificar — se dirigió de lleno a la habitación — Estoy cansado pero quiero presentarte a tu hijo.
— ¿Cómo se llama?
— Menma, todavía no sé si Uchiha o Uzumaki.
— Tiene que ser Uzumaki, yo soy su padre.
— ¿Y eso qué? Yo lo parí — el azabache lo miró con una ceja alzada.
— Suena mejor Menma Uzumaki, no eres soltero ttebayo — dijo pensativo escuchando una risa de Sasuke.
— Ese es su nombre, cuídalo un rato, hace meses que no me ducho como se debe — dejó al bebé en la cama, buscó un cambio de ropa y fue directo al baño.
El rubio se acercó al bebé, aún no asimilaba que Sasuke le dijera que esa criatura era de ambos, ni como negarlo, el bebé parecía su copia a excepción del cabello negro que tenía.
— Entonces... ¿Cómo estás Menma? — preguntó sentándose a un lado, acariciando su mejilla.
Pero si lo pensaba mejor, era la primera vez que veía un bebé tan de cerca.
— Eres tan pequeño ttebayo — se levantó y fue al baño para interrogar al azabache — ¡Sasuke! ¿Cuándo nació? — abrió el cancel sin pena, asustando a su pareja en el proceso.
El de ojos onix tanteó la toalla y la amarró a su cadera — No hagas eso dobe.
— No hay nada que no te conozca Sasuke — se quedó viendo como se ponía la ropa — Me hubieras mandado una nota con que ibas a tener un bebé.
— Seguro que ibas a perseguirme; yo estoy bien, el bebé está bien no tienes porqué preocuparte de más.
— No me digas que no me preocupe — tomó sus mejillas obligando a qué lo viera — Algo te pudo pasar, ya sé que Sakura-chan estuvo contigo pero ¿Qué tal si no?
— Ya no planeo salir de aquí — aclaró — No soy un monstruo como para que me tengan miedo, quizá intenté uno que otro atentado pero nada grave.
— Y lo dices como si nada.
— ¿Acaso quieres que llore? Ya lo hice una vez y fue porque peleamos a muerte y ahora estoy manco — se señaló a sí mismo.
— No, no quiero que llores — sujetó su mano — Pero debiste decirme que estabas por tener un bebé, sé que no te gusta decir las cosas o como te sientes, eso es importante.
— Ya lo sé, por eso Sakura mandó el informe a Kakashi, solicitó que ya no tenía que salir de la aldea, siempre y cuando no me dé por escapar.
— No lo vas a hacer — se pegó a su rostro con una gran sonrisa — Ahora te vas a quedar quieto.
— Lo haré, si quiero no salgo nunca en mi vida y escondo a mi hijo para siempre para que no lo miren mal o hagan algo.
— No vas a hacer eso, va a ser un niño normal.
— ¿Qué es normal para ti? — se acomodó para darle de comer.
No supo que contestar, él tampoco sabía que era ser normal, así que no importaba tanto la respuesta.
— Mira Sasuke, Menma ya se arrastra en el piso — mencionó en voz alta, esperando que el azabache lo escuchara — Si te pones de pie te doy un ramen calientito — apenas terminó de decir ello algo lo golpeó en la cabeza.
Buscó el objeto y descubrió que era una sandalia de Sasuke — ¿Y eso porqué?
— No le vas a dar ramen a mi bebé — puso su mano sobre su cadera antes de extenderla — ¿Me la devuelves?
— Hay un brazo que te sigue esperando ttebayo — mencionó dándole la sandalia.
— Que siga esperando.
— Sasuke te lo digo bien, no tiene nada de malo que la aceptes, no puedes hacer muchas cosas bien.
— Si puedo.
— No, no puedes pasarte la vida siendo un terco, me pides ayuda para poder cargar a Menma, para muchas cosas y si no lo haces pasa lo de la otra vez que te andabas matando.
— No era para tanto.
— Que se te cayera el cuchillo y casi te caiga en el pie es para mucho.
— ¿Si acepto te callas? — cuestionó caminando hacia la cocina.
— ¡Sí! Solo eso te pediré — lo siguió a toda prisa — Menma quédate ahí acostadito — tomó por los hombros al azabache — Otra cosa más que te quiero pedir.
— ¿De qué se trata?
— Tengamos otro bebé — sentenció con una gran sonrisa, esperando que aceptara — En unos años, no te lo pido ahora.
— Lo pensaré — murmuró cortando la conversación — Ve con el bebé, déjame terminar la cena.
— Mejor tu cuidas a Menma y yo hago la cena — lo empujó suavemente hacia la pequeña estancia, donde estaba Menma — Pasa tiempo con el bebé.
— Yo paso tiempo con mi bebé — volteó a mirarlo de mala manera — Ojalá te quemes dobe— farfulló sentándose en el suelo, acariciando la mano del pequeño — Pero si se quema me va a tocar cuidarlo también ¿verdad Menma? Y no tengo ganas de cuidar un bebote, quizá y se lo mando a Kushina-san.
— Te estoy escuchando teme — el rubio se asomó para enfrentarlo.
— Que bueno, era para eso — se volteó, dándole la espalda por completo — Si no te veo no estás.
— Vamos Sasuke, te aseguro que no te va a pasar nada, además puedes confiar en la vieja Tsunade, ella te curó cuando nos encontramos con tu hermano la primera vez y... — se quedó callado ante el "amargo" recuerdo que Sasuke tenía de los reencuentros con su hermano.
— Si me muero, te mato — murmuró mirando su ropa del hospital — Tú ya tienes experiencia con esto... ¿Cuánto voy a tardar en mover ese brazo?
— Como una semana más o menos, pero queda muy bien y a ti te consta que es igual al otro brazo.
— Estarás completamente bien, me agrada la idea de que decidieras injertar el brazo, tardé mucho para que quedara bien — le rubia palmeó su hombro — No será un procedimiento tardado pero vas a estar adormilado un par de horas.
— De acuerdo, haga lo que tenha que hacer para que ese dobe cabeza hueca ya no me moleste.
— En peleas maritales no me meto — comentó Tsunade volteando los ojos — Esto no dolerá nada.
— ¿De verdad esto no me va a matar? — preguntó antes de que todo empezara.
— ¿De qué tienes miedo? ¿No vas a decirme que te da miedo morirte aquí? Eso es poco probable, tú te quedas quieto, te dormimos y nos dejas hacer lo demás si quieres cargar a tu hijo con ambos brazos.
— De acuerdo...usted es la que sabe.
— ¿Cómo te sientes? ¿Crees poderlo mover? — Tsunade estaba cruzada de brazos frente a la cama en donde se encontraba Sasuke.
— Tengo entumecido desde el hombro — murmuró.
— Permíteme — se acercó para poder apretar el brazo con algo de fuerza, escuchándolo quejarse — Lo sientes, no debería haber problema para moverlo más tarde.
— ¿Y esto es todo?
— Eso es todo, pero te recomiendo no hacer esfuerzos durante una semana, además de que tienes que empezar a fortalecer el brazo o tendría un raro aspecto.
— Gracias.
— No hay de qué pequeño pato gruñón — acarició el cabello del azabache antes de retirarse — Espero que estés de humor para ver a Naruto, él y tú bebé tienen media hora llorando rogando para que los deje entrar.
Un par de semanas después, Sasuke sintió que era seguro ir a visitar las tumbas de sus padres, no había tenido oportunidad en todo ese tiempo.
Kushina lo acompañaba, ambos tenían que ir al cementerio.
— Ojalá pudieras conocer a Menma ttebane, es un bebé muy hermoso y e la cosita más preciosa que he visto — alardeó frente a la tumba de su esposo, mientas el azabache la miraba con atención, incado como ella.
— Está bien si vas con ellos Sasuke, teni que limpiar y acomodar las flores.
— Gracias Kushina-san — se levantó con cuidado, haciendo una reverencia.
Caminó con pesadez hacia aquel lado, se veía bastante descuidado, era la primera vez en años que vería la tumba de todos.
— ¿Dónde estaban? — se preguntó mientras pasaba por todas las lápidas.
Le llamó la atención ver unas flores, se acercó, notando que eran las tumbas de quienes buscaba, tragó saliva antes de agacharse.
— Hola, mamá, papá — susurró dejando que unas cuantas lágrimas bajarán por sus mejillas — Siento no haber venido antes, desde ese día... hice unas cuantas cosas, también supe lo de nii-san, pero Naruto estuvo conmigo aunque fuí el enemigo durante un tiempo.
Acomodó la manta que traía para dejar al bebé en ella, en lo que se encargaba de limpiar — Itachi falleció, pero luego supe que todo fue por órdenes de alguien más, hubo una guerra donde me peleé a muerte con mi esposo y ambos perdimos un brazo — continuaba limpiado con cuidado — Me casé con Naruto hace dos años y tuve un bebé, se llama Menma.
Se quedó pensando un poco en que más decir — Prometo que voy a restaurar el clan, al menos el apellido del clan no quedó manchado, trataré de que se sientan orgullosos y no cometer más crímenes de odio.