El día que la luna dejó de br...

Autorstwa marvzcc

468K 18.4K 3.4K

«El día que te lances por el precipicio sin miedo a caer con tanta fuerza va a ser el día en el que en verdad... Więcej

PRESENTACIÓN
BOOK TRÁILER
DEDICATORIA
• PRÓLOGO •
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Carta I y II.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Epílogo.
Especial | Amor Cristalino

Capítulo 25.

8.1K 296 42
Autorstwa marvzcc



Capítulo 25.
Contigo.

(Parte 1.)

A la mañana siguiente nos encontramos Jaden, Melanie, mi abuela y yo en el aeropuerto esperando a que llamen el vuelo y por fin podamos volver a Rosenthal.

Nos hemos levantado un poco tarde, pero nos ha dado tiempo para almorzar algo rápido e irnos de inmediato al aeropuerto.

La abuela se ve un poco cabizbaja desde que salimos de su casa. También promete algún día irnos a visitar, principalmente sospecho que lo dice por la pequeña Melanie que le ha agradado más que yo en toda mi vida.

No voy a negar que yo también vengo un poco pensativa desde el camino. Llevo conmigo la foto de mi hermano y ya le he contado una parte muy importante de mi vida a Jaden. Y es por eso que no entiendo por qué me siento así de rara.

Como si aunque hiciera todo esto nada se sintiera mejor.

No he comentado nada con mi abuela, muchísimo menos con mi novio. Pero me siento triste, como si ahora, al recordar a mi hermano, ya no solo sienta culpa, sino que ahora siento muchas cosas que hace un año no me permití sentir.

Tengo sentimientos encontrados y me siento perdida. Como si estuviera en otra dimensión encerrada y me costará concentrarme en lo que los demás dicen.

Jaden ha notado mi distanciamiento hacia todos, pero supongo que lo ha relacionado con el hecho de que nos vamos y estoy un poco nostálgica.

No sé qué se supone que tengo que hacer, y aún así sabiéndolo, dudo que lo haga.

Al cabo de unos minutos se oye en el altavoz nuestro vuelo y la abuela casi nos da con su bastón amenazándonos que cuidemos bien a la pequeña Melanie. Nos da un abrazo a todos dándonos a cada uno una barra de chocolate y todos se lo agradecemos con una gran sonrisa.

Cuando empieza a darle consejos a Jaden bastante íntimos me pongo roja de la vergüenza y les pido a ambos que se adelanten al avión.

Suelto un suspiro frustrado y la abuela se ríe de mí. Entrecierro los ojos hacia ella pero aún así sonrío un poco.

—Te compré un regalo —digo rebuscando entre mi bolsa una caja color rosa viejo. Cuando la encuentro esbozo una pequeña sonrisa y la saco—. Mientras estuvimos en la ciudad te encargaste de cuidarnos y consentirnos. Te lo agradezco mucho, abue —sonrío ampliamente y le tiendo una caja mediana que adentro incluye un perfume que costó un poco caro, pero por ella todo lo vale. De hecho, compré otro detalle para Jaden, pero ese no de lo daré hasta mas tarde, antes de ir al baile de gala.

Mi abuelita sonríe y me atrae hacia sí para darme un abrazo muy reconfortante.

—Mi nieta preciosa… no sabes cuánto te lo agradezco —se separa de mí con una gran sonrisa en su rostro y mantiene una mano en mi hombro—. Y para mí fue un gusto tenerlos aquí, pueden volver cuando quieran, siempre los recibiré con pollo frito, ¿eh?

Sonrío ampliamente y agarro mis maletas para prácticamente salir corriendo. Le doy un último abrazo esta vez más rápido y antes de poder irme ella habla.

—Y también espero que la próxima vez que te vea tu por fin hayas logrado encontrar algo de felicidad en tu vida, hija.

Asiento con la cabeza lentamente y sonrío un poco tristemente.

—Así será abuela —aseguro más para mí misma que para ella.

Agarro mis maletas, y esta vez, sí que salgo corriendo.

•☆•

Unas horas después nos encontramos todos en casa con cara de cansados enmarcadas en nuestros rostros.

Ha sido un vuelo largo.

Mi madre y la de Jaden han vuelto del viaje el día de ayer, así que cuando llegamos la madre de Jaden comienza a bombardearnos con preguntas hasta que parece quedarse sin dudas.

A mi madre parece darle igual cada palabra que Melanie o Jaden dicen.

A mí me alegra lo contentos que parecen, tengo la certeza de que se la pasaron bien.

—¿Y tú, querida?, ¿cómo te la pasaste en tu ciudad? —pregunta la madre de Jaden sacándome de mis pensamientos. Levanto las cejas ligeramente tratando de recordar la pregunta.

—Eh… bien. Muchas gracias por el viaje —agradezco con una sonrisa honesta.

Después doy un respingo y salgo prácticamente volando a mi maleta—. Por cierto… le compré algo de recuerdo —digo mientras aviento algunas prendas de ropa hacia afuera. Cuando encuentro la bolsita la saco de la maleta y me pongo de pie sonriendo—. Quería agradecerle por todo lo que ha hecho por mí y por mi madre, así que le he traído un pequeño regalo. Sé que es sencillo, pero tenga por seguro que es de corazón.

La madre de Jaden agarra el regalo como si fuera lo mas preciado de su vida y lo observa. Después esboza una sonrisa de agradecimiento y se adelanta para darme abrazo.

A ella le he comprado unos aretes con una cadenita. Son de oro, fue una recomendación de mi abuela.

Hay mucha gente a la que el metal le irrita la piel, y no quiero ver mal a mi suegra si quiero que llegue a cuando me case con…

Es decir…

—Bueno, chicos… —la madre de Jaden da un aplauso entusiasmada y nos mira a todos—. A vestirse y ponerse guapos porque tenemos que ir al baile de gala y no quiero llegar tarde, ¿eh? — sonríe ampliamente para después agarrar su bolso y hacer una seña para que mi madre la siga con una sonrisa. Él gesto me sorprende tanto que incluso se me olvida darle el regalo que traía para ella. Parpadeo rápidamente y me arrodillo para buscarlo, pero después escucho la puerta principal abrirse y cerrarse.

Doy un resoplido cansado y me rindo.

En otra ocasión será.

Volteo a ver a Jaden que tiene la misma cara que la mía. Dirijo mi vista a Melanie que se mira las uñas con indiferencia mientras mastica un chicle. La miro con curiosidad y enarco una ceja.

—¿Te pusiste uñas? —pregunto acercándome a ver sus manos y levantándome del piso.

Ella asiente mostrandomelas y luego saca unos lentes de sol poniéndoselos y yendo al piso de arriba como si nada. Mi cara es de confusión absoluta y parpadeo como si no pudiera creérmelo.

Volteo a ver a Jaden que ya no parece tan confuso. Estaba viéndome de todo menos a los ojos.

Entrecierro los ojos a su dirección y me acerco de brazos cruzados.

—¿Qué mirabas tan atentamente, jovencito? —cuestiono.

—Por su puesto miraba tus… —busca una palabra adecuada y yo me acerco a él con las cejas levantadas—. Tus ojos, claro. ¡Por supuesto!, ¡si eres preciosa!, ¿alguna vez te lo he dicho, amor?

Lo miro aterrada y hasta de la sorpresa doy un paso atrás. Pongo una mano en mi pecho con indignación.

—¿Amor? Madre mía, si que todos han vuelto siendo otra persona desde que volvimos de nuestros respectivos viajes.

Él se ríe de mí para después agarrar mi mano y guiarme al piso de arriba.

Melanie ya se ha encerrado en el baño, por lo que supongo que se duchara.

Entro a la habitación del pelinegro para buscar el vestido celeste y preparar mis cosas, hasta que siento un brazo cálido rodeando mi cintura.

Sonrío negando con la cabeza lentamente.

Jaden me está abrazando desde atrás y puedo sentir como da besos en mi cuello que bajan poco a poco. Si creía que podía enfocarme en buscar el dichoso vestido, estaba muy equivocada cuando sus besos bajan a mi hombro y siento que va dejando besos húmedos por todo este.

Entreabro los labios ligeramente y siento que mi cuerpo entra en calor con tan solo sentir sus labios en esa parte de mi anatomía.

Es verdad que en todo el viaje intenté dejar un poco las muestras de amor por respeto a la casa de mi abuela, pero ahora, estando aquí, los dos solitos y yo con la respiración acelerada, no hay nada que nos detenga ahora, ¿o sí?

La respuesta viene sola cuando Melanie toca la puerta con fuerza.

—Si no se apuran yo no estoy dispuesta a esperarlos, par de tortolitos. El baño ya esta vacío, por favor, apúrense.

Yo separo un poco a Jaden de mí muy a mi pesar para recomponerme. Mi respiración todavía está demasiado acelerada. Trago saliva con fuerza al ver que su mirada se ha oscurecido un poco.

—Está bien… —grito y anclo mi vista en los labios de Jaden—. Trataré de apurarme, Dani.

Jaden se acerca a mí y me besa con ganas. Hasta ahorita nunca me había besado así. Me hubiera caído de espaladas al suelo si no estuviera apoyada en el closet que tengo atrás mío.

Muy a penas respondo el beso con la misma intensidad, y de inmediato siento mi corazón latiendo a mil latidos por minuto.

El pelinegro abre su boca contra la mía acercando su pecho lo más que puede al mío y besándome hasta que mis labios palpitan de la intensidad.

Poso mis manos en su cuello porque en este momento cualquier distancia entre nosotros me parece dolorosa. Jalo ligeramente de su cabello hacia mí y siento su corazón palpitar con fuerza.

Me separo un poco de él para poder tomar una bocanada de aire y anclo mi vista en sus ojos. Jamás había visto a Jaden mirándome así ni besándome con tantas ganas.

Lo hace de una forma que hace que mi piel se ponga de gallina por los nervios.

Me mira de una forma tan intensa y yo, sin saber por qué, no puedo despegar mis ojos de los suyos.

Trago saliva con fuerza y sé que él puede sentir a mi corazón latir con la misma intensidad que el suyo. Abro la boca para decir algo, pero él se adelanta para besarme de nuevo. Baja sus manos que habían permanecido en mi cintura a mi cadera y puedo sentir su respiración acelerada.

Niego con la cabeza y me separo de el con el corazón casi saliendo de su sitio.

—Tenemos que alistarnos —digo casi rogándole que pare.

Él sigue muy cerca de mí y puedo sentir que expulsa aire de su boca. Tiene su frente apoyada a la mía y se pasa la lengua por encima de los labios. Eso por un extraño motivo hace que mi corazón de un brinco.

—Me dices eso ahora, cuando mi única intención es quitarte toda la ropa que tienes de encima.

Suelto una pequeña risa llena de nerviosismo y él hace un ademán de volver a besarme, pero lo empujo sin mucha fuerza por el pecho.

Si queremos llegar temprano a la dichosa fiesta tenemos que cambiarnos ya.

Él se da la vuelta jalándose los cabellos de la cabeza y haciendo un sonido de queja bastante ronco que me sonroja más de lo que probablemente ya estoy.

—Me torturas, preciosa. Te gusta torturarme, créeme —dice Jaden todavía de espaldas mirándome por encima del hombro. Sonrío un poco y me doy la vuelta para buscar el vestido.

—La recompensa valdrá la pena, precioso —remarco esa última palabra sonriendo y veo como por encima del hombro niega con la cabeza pasándose la lengua por encima de los dientes antes de soltar una risa bastante ronca e irse al cuarto de baño.

•☆•

Una hora más tarde estoy sentada en la sala de los Wilston. A excepción de Jaden, que ha tardado un poco más en bajar y alistarse. Y Melanie, que se ha quedado en el piso de arriba viendo series esperando a que su madre llegue.

Juego distraídamente con la cajita que tengo en mis manos, que por cierto, es el regalo que le compré al pelinegro en la ciudad.

No voy a negar que estoy un poco nerviosa por ver su reacción.

Le he comprado una pulsera de plata que incluye algunas fotos nuestras y una tarjetita en la caja.

Y a Melanie le he regalado un disco de música que me comentó que quería. No ha parado de sonreír desde que se lo di.

Suelto un suspiro cansado mientras espero a Jaden impacientemente.

¿Por qué tardará tanto?

¿Debería ir a ver si está bien?

Ay, no. Ya parezco una loca maniática.

Pero es que por qué...

Detengo el hilo de mis pensamientos cuando escucho pasos acercándose y mi corazónda un brinco. Me pongo de pie con cuidado y sin poder atreverme a voltear. Después de tomar una bocanada de aire volteo lentamente y casi se me cae la baba al ver a Jaden con traje.

Él también se detiene en el último escalon con los labios entreabiertos recorriendo su mirada en todo mi cuerpo.

Hago lo mismo y casi empiezo a abanicarme con la mano al verlo así de guapo. Incluso se ha peinado el cabello.
Va con un pantalón negro, un saco del mismo color y la camisa blanca.

En el saco tiene un bolsillo pequeño, y ahí ha puesto una flor del color de mi vestido.

Casi sonrío ante el detalle, pero me distraigo viendo su mano, que al igual que yo, tiene una caja en esta. Solo que la de él es muchísimo más elegante. No puedo evitar pensar en si...

No. No creo que el también me haya comprado algo. Seguro es para su madre o algo.

Él reacciona sonriéndome y anclando su vista en mis ojos acercándose a mí.

Cuando se detiene a una distancia casi nula para ambos puedo verlo con mas claridad y mi corazón late rápidamente. ¿Cómo es posible ser tan guapo?

Él tiende una cajita negra bastante elegante con bordes plateados y la abre para mí. Me encuentro con un collar que tiene un sol pequeño y dorado. Abro la boca ligeramente con impresión y Jaden lo quita de la cajita con cuidado.

—¿Puedo? —pregunta y yo alzo mi vista a sus ojos. Seguro mi cara ya está del color de mi pelo y hasta más roja. Trago saliva con fuerza y asiento con la cabeza lentamente.

Él da la vuelta rodeandome y queda a mis espaldas. Levanta mi cabello con cuidado y me coloca el collar. Sus dedos rozan mi cuello y puedo sentir como mi respiración se corta por unos instantes.

Trato de sonreír un poco aunque él no pueda verme mientras intento que mi corazón ralentice sus latidos.

Antes de que él deje mi cabello en su lugar deposita un beso suave debajo de mi oreja.

—Te quiero —susurra y su aliento choca con mi oreja, inevitablemente mi piel se pone de gallina.

Me doy la vuelta para quedar cara a cara de él y sonrío muy apenas. Relamo mis labios y poso mis manos en sus hombros con cuidado. Me acerco a él y deposito un beso corto en su boca antes de volver a separarme y tenderle la cajita un poco nerviosa.

Él observa la caja con el ceño fruncido.

—Has dado mucho por mí y esto es lo mínimo que puedo hacer por ti. Es un pequeño detalle y… —me quedo sin habla cuando agarra la cajita y roza mis dedos de adrede viéndome. Él sabe que estoy nerviosa, y no duda en hacer más cosas para dejarme sin habla.

Abre la caja con cuidado y levanta ligeramente las cejas viéndolo. Unos segundos después ancla su vista en la mía y le sonrío, nerviosa.

—Yo también te quiero —agrego al darme cuenta que no le había respondido. Ni siquiera sé si le ha gustado él regalo. Quizá es muy simple, o quizá odia las pulseras, ¿cómo no lo había pensado antes?

Él cierra la dichosa caja y se acerca para besarme. Se separa un poco de mi viendo mis labios y sonríe.

—Muchas gracias por el regalo.

Sonrío al igual y me separo un poco de él.  Entrecierro los ojos a su dirección dando varios pasos atrás.

—¿Ya no está tan enojado, señorito Wilston? —pregunto con inocencia.

Él me sigue caminando con las manos en su bolsillo y sonriendo un poco.

—No lo sé, ¿vas a venir a compensarme?

Yo pongo mis brazos atrás alejándome de el unos pasos más.

—¿Y según tu como te compenso, amor? —cuestiono recalcando el apodo. Eso le saca una sonrisa de lado bastante coqueta como las que suele dedicarme mientras observa mis labios.

—Oh, Ashley. Hay muchas formas en las que puedes compensarme, créeme. Pero por ahora me conformo con un beso.

Yo sonrío abiertamente.

—No te vayas a pasar de humilde, rey —contesto con una ceja enarcada. Él sonríe ante el apodo y por fin me alcanza. Agarra mis muñecas con cuidado y me observa.

—Humilde fue mi momento en el que te tenía frente a mí y no te agarraba a besos. Menudo desperdicio de tiempo, ¿eh?

Antes de que pueda agregar algo más se acerca para besarme y yo sonrío contra sus labios.

Nos separamos cuando oímos la puerta principal abrirse y cerrarse. La madre de Jaden aparece con un vestido negro precioso.

—¿Listos? —pregunta entusiasmada.

Jaden se rasca la nuca nervioso volteando a ver cualquier otro lugar que no sea su madre. Seguro piensa que nos ha oído, pero lo dudo mucho. Me acerco disimuladamente a Jaden y le doy un codazo viendo a la madre de Jaden con una gran sonrisa. Él da un respingo, pero se recompone viéndome con culpa y acomodándose la corbata.
Tiene que carraspear antes de hablar, cosa que casi me saca una risotada, pero me retengo.

—Mhm —asiente con la cabeza viendo a su madre, que, por cierto, no ha quitado su sonrisa desde que ha llegado. Nos observa curiosamente sin quitar su vista de nosotros y su sonrisa permanece impecable.

Da un paso a nosotros, a lo que él y yo damos uno atrás inconscientemente. Ella amplia muchísimo más su sonrisa y mira a su hijo.

—¿Y como esta mi nuera, Daisy? —pregunta con una sonrisa viendo a su hijo. Yo abro mucho los ojos y sin poder evitarlo me atraganto con mi propia saliva. Empiezo a toser tan fuerte mientras intento que el aire llegue a mis pulmones y Jaden me ayuda dándome palmaditas en la espalda.

—¿Qué pasa contigo, madre? —pregunta el preocupado por que siga viva. Ella sonríe negando con la cabeza viéndonos a ambos.

—Solo preguntaba hijo, no sabía que Ashley se preocupara tanto por eso que se atragantara.

Empiezo a toser con más fuerza y respiro recomponiéndome.

—A mí no me preocupa, suegr… —me detengo de golpe y casi me desmayo ahí mismo al oír lo que estaba apunto de decir.

Madre mía, a veces pienso que nací sin pensamiento racional, porque de verdad, cada que abría mi bocota era para empeorar las situaciones.

Jaden me mira como si hubiera visto a un fantasma y yo le devuelvo una mirada de disculpa. Ambos nos giramos a la vez para ver de frente a la mujer que nos observa con picardía.

—¿Desde cuando son pareja? —pregunta con una sonrisa amable tratando de quitar la tensión del ambiente.

Abro y cierro la boca para responder, pero no sale nada de ahí. Al parecer mis cuerdas vocales ya no funcionan, pero que raro.

Al ver que no decimos nada porque ambos hemos entrado en cortocircuito como dos niños que están siendo regañados por hacer una travesura ella vuelve a hablar.

—No los estoy regañando, chicos. Ya son bastante mayorcitos para saber lo que hacen. Incluso entiendo que su decisión haya sido no decirnos nada, solo pregunto desde hace cuánto, me da curiosidad —pregunta la madre de Jaden encogiéndose de hombros con inocencia en su rostro. Jaden hace una mueca de desconfianza y se acerca a mí agarrando su mano para ponerla sobre la suya.

—Si no te contesté es por respeto a Ashley, no sabía si ella no quería dar este paso aún, y aunque por mí no hay problema, no le he preguntado a ella —voltea a verme con las cejas ligeramente levantadas, y por el gesto sé que me está preguntando si estoy lista. Sonrío y entrelazo mi mano con la suya. Después desvío mi mirada a la de la madre de Jaden.

—Llevamos un mes y medio, ya. Y eso sin contar los meses anteriores porque… —Jaden se voltea hacia mi alarmado y yo sonrío. Ambos sabemos que ya queríamos algo más desde que nos fijamos uno en el otro. Pero ninguno se atrevía a decir o hacer algo.
Linda, la madre de Jaden suelta una risotada que nos descoloca a ambos.

—Ay, hijito… quieres negar lo que no se puede negar. ¡Si yo ya lo sabía desde un inicio!, ¡primero te quejaste de que compartirías habitación con una chica y luego hasta la ayudaste a instalarse y ya no salías de ahí!, ¡mínimo te hubieras molestado en disimular, descarado! —se ríe su madre abiertamente de el. Jaden se pone rojo de la vergüenza y no puedo evitar reírme por igual. El voltea a verme con los ojos entrecerrados.

—¿A qué te dejo durmiendo en el piso, zanahoria pelada? —pregunta, irritado.

Yo sonrío acercándome a él.

—¿A que no puedes? —inquiero con una sonrisita batiendo mis pestañas. Él no despega la vista de mis ojos al ver que lo reto a decir lo contrario. Después sonríe negando con la cabeza volteando a ver cualquier otro lugar.

Melanie baja las escaleras con una cara de enfado horrible y de brazos cruzados. Pareciera que va echando humo por las orejas.

—¡¿A quién en su sano juicio se le ocurre echar de su casa a la chica que ama?!—pregunta Melanie con los puños apretados—. ¡Dime, ¿a quién?!

Yo abro y cierro la boca por verla así de alterada, pero no se me ocurre ninguna respuesta.

—B-bueno… sus razones tendr…

—¡¿Qué sus razones qué?! —grita acercándose a mi precavidamente. Yo sonrío dando un paso atrás.

—Nada…

Escuchamos la puerta principal abrirse y cerrarse, y seguido de esto entra mi madre con un vestido hermoso. Ella le sonríe a su amiga y nos da una repasada rápida a todos.

—El chofer ha llegado —avisa mi madre. Todos agarramos nuestras pertenencias y salimos de la casa de inmediato.

Jaden y yo vamos hasta atrás de todos, y al salir vemos una limusina estacionada frente a la casa. Todos estamos boquiabiertos, incluida Linda. Mi madre se acerca a ella con una sonrisa emocionada.

—La ha mandado tu jefe para ti, amiga.

Ella se tapa la boca con impresión y se asegura en ir rápidamente. Melanie se queda unos segundos observando la limusina mientras esta pensativa, pero no tarda en esbozar una pequeña sonrisa y seguir a su madre. Mi madre va seguida de ellas y Jaden le asegura que ira en seguida, ya que tiene que cerrar la casa.

Cuando estamos en un ángulo en que ellas no nos ven él deja un beso en mi frente y me guiña un ojo. Sonrío y cuando termina de cerrar la casa, nos dirigimos a la limusina.

Ya hacía falta un capítulo feliz, lo admito!!

Han vuelto estos dos guapos a sacarnos sonrisas y ya casi se van. De verdad, estoy tratando de nk llorar con los últimos capítulos, pero es que...

Bueno, ya ustedes verán...

¡GRACIAS POR LAS 50K DE LECTURAS!
Despiertenme de este sueño, por favor. Que es difícil de creer. Muchas, muchas, y muchísimas gracias por su apoyo 🫶

Prometo no hacerlos sufrir tanto con el final.

(¿O sí...?

Nos vemos :)

~Marr.

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

130K 28.1K 59
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó...
43.8M 1.3M 37
"You are mine," He murmured across my skin. He inhaled my scent deeply and kissed the mark he gave me. I shuddered as he lightly nipped it. "Danny, y...
1.9M 132K 90
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...