El teléfono resonaba persistentemente, su insistencia rompiendo el silencio mientras mis emociones se agolpaban en mi interior. Cerré los ojos con fuerza, tratando de contener la mezcla de ansiedad, incertidumbre y determinación que llenaba mi ser. Inhalé profundamente, consciente de que era necesario dar un paso adelante y poner fin a todo esto. Con decisión, tomé el teléfono en mis manos temblorosas y contesté la llamada, dispuesta a enfrentar lo que viniera.
Ni si quiera tuve el tiempo para responder diciendo algo, papá en la otra línea me cortó con la furia en su voz.
—i¿Donde están tus cosas?! ¿iDonde estás tú?!
—Me mudé, voy a independizarme.
Mis palabras salieron como si nada aún así que realmente estaba luchando con no descomponerme.
—iQue carajos! —El gritó— ¿Y por que no hablaste conmigo? ¿Quien te dijo que podías hacer eso? iNo te dí permiso de que te fueras así que regresate ahora mismo!
—No necesito tu permiso Jungkook. Además, lo hablé con mi tío y él estaba de acuerdo.
—¿Ese imbecil lo sabía? —Su fuerte respiración al otro lado de la línea era notoria— ¿Qué carajos me importa si él está de acuerdo? Tú eres mi hija y era conmigo con quien tenías que hablar.
A medida que atendía la llamada, mi corazón parecía apretarse aún más en mi pecho, como si una mano invisible estuviera ejerciendo presión sobre él.
—Y a mí no me llames por mi nombre que soy tu papá.
iRegresate ahora! No estoy bromeando!