Con sus manos metidas en los bolsillos, Yoongi caminaba por unas calles que cada vez se apreciaban en peor estado a medida que avanzaba.
Con su cabeza baja e intentando no llamar la atención, Min alzaba la mirada de vez en cuando para asegurarse de que su objetivo seguía por el mismo camino, sin intenciones de perderlo.
Aunque claro, siguiendo los instintos de su jaguar que inmediatamente había reaccionado al hedor del asqueroso lobo que había lastimado e intentado secuestrar a su omega, difícilmente podría perderlo de vista aún con la gran distancia entre ellos.
En sí, Yoongi seguía jodidamente sorprendido por la causalidad que el destino presentó ante él tras haber entrado a esa tienda de la que su pollito y el hermano de este, tanto habían hablado últimamente por los postres que exhibían.
El alfa había querido darle una sorpresa a su pareja y llevarle el famoso dulce del cual tanto hablaba su adorable pollito, pero entonces su jaguar había reaccionado mientras esperaba en la fila, colocándolo en alerta.
Atento a lo que sucedía a su alrededor, Yoongi observó todo su entorno de forma disimulada, y cuando sus ojos finalmente se posaron en lo que había captado su animal, no tardó ni un solo segundo en salirse de la fila y perseguir a su presa con una considerable distancia entre ellos para no ser atrapado.
Lo último que había hecho antes de concentrarse plenamente en perseguir al estúpido lobo, había sido enviarle un mensaje a Jeon para que cuidara de su pollito junto al otro alfa en el hospital en lo que volvía de cazar.
Deteniéndose en una esquina, Yoongi apegó su espalda en la pared y mantuvo su cabeza baja mientras observaba por el rabillo de su ojo a su presa, quien quedándose quieto una cuadra más arriba, observó a su alrededor por unos largos segundos, fingiendo estar desorientado y entonces cruzó la calle y se metió entre dos edificios grandes que no se encontraban en muy buen estado.
Esperando un par de minutos, Yoongi le siguió cruzando la calle. Caminando a paso lento, entró entre los edificios, encontrando un callejón desgastado y lleno de malos olores que provocó que su jaguar cubriera su nariz con sus patas mientras que Yoongi la arrugaba en disgusto.
Con tan mal olor, habría sido imposible para él distinguir que ahí se encontraba el idiota del lobo de no haberle seguido de cerca.
Asomándose por el borde de uno de los edificios, Yoongi frunció el ceño cuando contempló al idiota hablando con otra persona, quien a juzgar por el golpe que le dio al lobo, no estaba exactamente feliz con él en ese momento.
¿A caso era ese imbécil quien no había querido ensuciarse sus manos y por ello mandó a otro a secuestrar a su pareja?
Intentando acercarse más para tener otro rostro, el alfa jaguar maldijo a la persona que decidió justo ese momento para llamarle, logrando que el sonido de la llamada hiciera eco en todo el callejón, alertando a ambos contrarios.
Antes de que Min pudiera internarse realmente en el callejón, las dos personas en el interior ya habían desaparecido, corriendo en direcciones opuestas.
Maldiciendo, el cambiaformas jaguar intentó correr detrás del desconocido en un intento de capturar su aroma el cual podría perseguir así también después, pero el idiota había agarrado una gran ventaja, y considerando la velocidad de este, no era un humano, era uno de los suyos, un cambiaformas.
Maldiciendo al perderlo entre un mar de humanos ajetreados, Yoongi se detuvo y sacó su teléfono delator con furia para contestar la estúpida llamada.
—¿Qué? —gruñó, retrocediendo y saliendo del camino de los demás.
—¿Te llamo luego de un buen tiempo y así es como me hablas? —se quejó Mino.
—Interrumpiste una puta persecución —espetó, alejándose del oído humano—. Así que espero que tengas realmente algo de información.
—Bueno, algo así —pronunció, de pronto dudoso.
—Suéltalo ahora si no quieres que vaya detrás de ti —amenazó, finalmente deteniéndose en un callejón más limpio que en el cual se había reunido el lobo con el otro tipo.
—No pude encontrar nada y eso es extraño —anunció.
—¿Por qué sería extraño que no pudieras encontrar nada? Tal vez tus habilidades han disminuido —bufó.
—No entiendes, cuando digo nada, es absolutamente nada —anunció con seriedad—. Conoces mis habilidades, y aun así, sin importar cuánto revisé, investigué e invadí lugares que no debería, no encontré absolutamente nada, ni siquiera sobre este supuesto proyecto por el cual me contacté contigo —expresó, lo que por supuesto que levantó sospechas en Yoongi también.
—¿Investigaste a la persona que te dio el proyecto?
—¿Por quién me tomas? Por supuesto que lo hice —exclamó indignado—. Esto es muy extraño Yoongi, hemos trabajado anteriormente en misiones así y siempre tenía un rastro que seguir, pero ahora... Tengo un muy mal presentimiento al respecto —expresó.
Y sí, Yoongi entendía ese sentimiento también.
—Será mejor que salgas de ahí —aconsejó Min.
—Lo sé, pero si me voy en este mismo instante será sospechoso —explicó—. Tú ten cuidado, especialmente con tu pareja—indicó—. Si estuvieron lo suficientemente interesados y dispuestos como para encontrar a otra persona que fuera por él, yo tendría cuidado —advirtió.
—Lo sé —respondió, tensando su mandíbula mientras contemplaba a su alrededor.
—Otra cosa, tu nombre y contacto está registrado en la sede del consejo como un agente exterior para casos apartados y especiales, por lo que si te llama otro enlace o miembro del consejo, no digas nada, o mejor aún, no contestes —aconsejó—. Eso es todo, me pondré en contacto contigo nuevamente cuando pueda —anunció un corto la llamada luego de eso.
Guardando su teléfono en su bolsillo, los labios de Yoongi estaban curvados hacia abajo en una firme mueca descontenta ante la información recibida, y considerando lo que había observado, no había razón para dudar de las palabras de Mino.
Algo más grande estaba ocurriendo, y lamentablemente, parecía que los estaba persiguiendo.
Retomando su camino, Yoongi se dirigió nuevamente a la famosa tienda de dulces para darle una sorpresa agradable a su pollito, lamentablemente, no podía sentir la misma emoción de antes con todo lo ocurrido.
Algo podría suceder pronto si esos dos se habían reunido, por lo que sería mejor no dejar a solas a su pareja en ningún momento si no quería correr el riesgo de no verlo nunca más.
Ante la idea, su jaguar gruñó descontento, furioso con la idea de perder a su pareja y Yoongi tuvo que calmarle prometiéndole cambiar pronto para que pudiera ver a Jimin.
Con su teléfono vibrando en un mensaje, el alfa lo sacó y una pequeña culpa le invadió al leer el mensaje de su pollito preguntando si estaba bien.
Seguramente, sin haberse dado cuenta, le había transmitido a su pareja parte de sus sentimientos mientras hablaba con Mino.
Pronto, su celular estaba sonando en una llamada de su pollito, la cual por supuesto que contestó inmediatamente.
—Estoy bien, bonito, no tienes que preocuparte por nada —aseguró.
—¿Estás seguro, pío? —preguntó dudoso—. Parecía que estabas muy molesto, luego preocupado, y después molesto otra vez —expresó.
—Solo tuve un encuentro desagradable —expresó sin mentir en parte, solo omitiendo información que asustaría a su omega.
—Oh, lamento eso —pronunció—. Yoonie... Uhm... ¿Cuándo volverás al departamento? —preguntó nerviosamente.
Y no era algo de una cosa solo en su tono, sino que también podía sentirlo a través de su lazo.
Algo había ocurrido en el hospital.
—¿Estás bien, bebé? —preguntó alerta, observando las dos personas que estaban antes que él en la fila.
—Sí, si estoy bien, pío —aseguró rápidamente—. Solo... Uh, Jungkook me entregó los resultados del examen de sangre que me hizo y quería revisarlo contigo —explicó.
—¿Ya tienes los resultados? —preguntó con sorpresa, avanzando otro puesto—. Pero te lo hizo ayer, ¿no?
—Dijo que su amigo lo tomó como prioridad al ser un favor —explicó—. ¿Puedes venir al departamento? Quiero verlo contigo, alfa —pidió dulcemente.
—Sabes que ni siquiera tienes que rogar por ello, bonito —sonrió, pero un ceño fruncido surcó entre sus cejas—. ¿Estás en el departamento? —preguntó.
—Bueno, sí —respondió—. Yo... Uhm, podría haber sido un desastre luego de que Jungkook me dijera que tenía los resultados y por ello me enviaron al departamento con Namjoon —explicó avergonzado.
—¿Te has lastimado? —cuestionó preocupado, avanzando otro puesto.
—Pío...
—Bonito, ¿te has lastimado? —insistió.
—Bueno... Yo podría haberme estrellado un par de veces y caído unas pocas —confesó con tono avergonzado—. Mi última caída fue suficiente como para que Jin le pudiera a Namjoon que me llevara al departamento —explicó y Yoongi prácticamente pudo verlo en su mente haciendo pucheros con su cabeza baja y un bonito tono rojo en sus rellenos mofletes.
—¿Sigue ahí contigo?
—Sí, dice que no quiere meterse en problemas con mi hermano por si me termino lastimando en el departamento esperándote solo —explicó con un suave tono quejoso.
Pero al menos Yoongi estaba aliviado de saber que su omega no se encontraba solo.
—Voy en camino, cariño, no le abras la puerta a nadie ni hables con desconocidos —advirtió.
—Lo sé, pío —refunfuñó dulcemente—. Te estaré esperando.
—No hagas nada en lo que voy en camino, solo sé una cosita dulce y bonita mientras esperas viendo una película con Namjoon, ¿de acuerdo? —advirtió.
—Está bien —aceptó en un suspiro—. Pero apresúrate Yoonie, me aburriré y muero por saber el resultado —expresó.
—Voy en camino —prometió y se despidió cortando la llamada, observando a la mujer indecisa frente a él que aún no realizaba su pedido.
¿Debería de presionarla un poco? ¿Asustarla tal vez? ¿Qué es lo que haría que se apresurara?
Estacionando su auto en los aparcamientos del departamento, Yoongi se quitó en cinturón de seguridad y contempló la caja de dulces que había logrado conseguir.
En ese momento, se alegraba un poco de que los humanos parecieran tener un oído especialmente sensible cuando se trataba de escuchar las conversaciones de otras personas, gracias a eso, solo había necesitado intercambiar un par de palabras con un tono preocupado para que la mujer le dejara pasar sin problema.
Tomando la caja, el alfa jaguar se bajó de su auto y se detuvo un momento para enviarle un mensaje a su pareja, avisándole que ya había llegado.
Saliendo del estacionamiento, se dirigió a su edificio departamental y aminoró un poco su paso apresurado al contemplar a la desagradable madre de su pollito abandonando el departamento de al frente con una expresión para nada feliz.
Lo que sea que había querido intentar, no había tenido éxito al no encontrar a Jimin en su departamento.
—Seguramente ahora comenzará a molestarle por llamadas —murmuró entrando al edificio.
Dirigiéndose al ascensor, Yoongi se bajó una vez se detuvo en su piso y se dirigió hacia su departamento.
Deteniéndose frente a la puerta, ni siquiera fue necesario de que buscara sus llaves antes de que esta fuera abierta y un pollito bonito saltara hacia él, rodeándole con sus brazos.
—Yoonie, llegaste, pío —exclamó la cosita dulce y bonita.
—Sí, bebé, ya estoy en casa —sonrió rodeándole con un brazo—. Pero, ¿qué te dije sobre ser una dulce cosita bonita que espera sentado? —preguntó observándolo.
—Pero sabía que eras tú —se excusó, sonriéndole dulcemente hasta que sus ojos desaparecieron.
Chasqueando su lengua, Yoongi besó esa sonrisa bonita y luego avanzó aun sosteniendo a su pollito entre su brazo.
—Esa hermosura tuya no siempre te salvará —advirtió el alfa, besándolo por última vez antes de cerrar la puerta.
Observando a su pollito, Min sonrió al encontrarlo con sus manitos sobre sus mofletes sonrojados, como si con ello podría lograr bajar el calor de ellos.
—No sé por qué siempre dices ese tipo de cosas —se quejó refunfuñando de lo más tierno.
—Debido a que es la verdad —respondió besando su frente—. Te traje algo —anunció alzando la caja.
Aquellos bonitos ojos grises inmediatamente se iluminaron al reconocer el eslogan de la tienda de dulces en la caja.
—¡Pío! Te quiero mucho —exclamó Jimin besándolo sorpresivamente antes de tomar su caja y alejarse apenas conteniendo de dar pequeños brincos a su paso.
Sonriendo, Yoongi lo siguió por el departamento y se detuvo un momento al observar el teléfono de su pollito descansando en el sofá.
Sin siquiera pensarlo mucho, lo tomó y apagó justo en el momento en que la pantalla se iluminaba, anunciando una llamada entrante de la mamá.
—¿Sucedió algo? —preguntó Namjoon, recordándole su presencia.
—No mucho —respondió dejando el teléfono donde había estado—. El imbécil se escapó, pero parece que hay más personas involucradas en esto —pronunció.
—¿Que...? —intentó preguntar el otro alfa, pero Yoongi negó, no queriendo hablar de ello con su pollito cerca o solo lo preocuparía aún más.
—Después —anuncio.
—Bien —asintió Namjoon—. Ya me voy entonces —anunció—. Adiós Jiminnie, no comas mucho dulce o serás una bolita de energía —se despidió y el omega soltó una risita al verse descubierto.
Acompañando al otro alfa a la puerta, Yoongi le detuvo un momento.
—Vi a la madre saliendo del departamento de Jimin, si llama a tu pareja preguntando que no le diga que está aquí —ordenó Min.
—Ni siquiera creo que Minnie le haya dicho que está viviendo contigo ahora, me pidió que lo compañera a su departamento, no al tuyo —comentó el otro alfa.
—Mejor, no abras la boca —dijo satisfecho—. Y gracias por cuidarlo —expresó y cerró la puerta sin deseos de ver la sonrisa en el contrario.
—¿Vas a comer conmigo, Yoonie? —llamó desde la cocina su pareja.
—Allá voy bonito, espero que me dejes algo —expresó alejándose de la puerta.
—Bobo, compraste demasiado, no puedo comer tanto —pronunció observando felizmente todos los pasteles y dulces en la isla de la cocina.
—Solo compré los más populares —respondió tomando asiento en uno de los banquillos—. ¿Dónde está el resultado del examen? —recordó.
—Está en mi mochila —respondió sirviéndole—. Puedo ir por él.
—Nop, tú te quedas a esperar aquí —indicó levantándose de su silla para luego ayudar a su pollito tomar asiento—. Ya vuelvo —prometió besando su mejilla antes de alejarse.
Soltando un profundo suspiro nervioso, el dulce hombrecito sacudió ligeramente su cuerpo en un intento de sacarse esos nervios de encima y observó a su alfa volver con él.
—¿Lo abriste? —preguntó.
—Nop, querías que lo hiciéramos juntos —le recordó tomando asiento a su lado.
Asintiendo, Jimin tomó el papel y observó a su pareja antes de desdoblarlo lentamente, revelando el interior.
—Bueno, creo que será mejor que comencemos a prepararnos —pronunció Yoongi con su mirada fija en el resultado.
—Uh... Pío —pronunció el omega, observando con grandes ojos las palabras en el papel.
Ese "positivo" Le estaría persiguiendo incluso en sus sueños a ambos.