DUSKWOOD: What if..? (Jake X...

By Helv00

73.3K 589 308

Una vez me preguntaron si había tenido un momento que nunca olvidaré, entonces no pude contestar, mi vida no... More

Volvió la escritora fumada ♥
~ DEDICATORIA ~
P R Ó L O G O
01 | MONSTRUOS
???: Archivos secretos #1
02 | CASO CERRADO
03 | LIBERTAD
04 | SECRETOS
05 | ENGAÑOS
???: Archivos secretos #2
06 | ADRENALINA
08 | BALAS
???: Archivos secretos #3
NEWS 🖤
09 | PECADORES

07 | CAÍMOS

589 34 24
By Helv00

Perdí la cuenta de cuántos besos me robó pero en algún momento nos dimos cuenta de que eran demasiados para el abandonado pasillo del Aurora. El camino hacia su escondite se hizo más largo y pesado de lo normal, hubo motivos de sobra para detenernos, tiempo de arrepentirnos y darnos la vuelta hacia un terreno conocido.

Y aún así aquí estamos. Jake cierra la puerta detrás de sí, sus ojos fijos en los míos... Voy a decir algo pero nos interrumpe el sonido de su teléfono, antes de que empiece a maldecir al inoportuno, él lo silencia y lo deja sobre la mesita.

—¿Estás segura? —Me toma de la cintura, yo me dejo llevar a dónde él quiera con gusto.

Enreda sus dedos en mi cabello y tira de él para que alce el rostro, se entretiene jugando con los mechones mientras espera mi respuesta, enviando un pequeño escalofrío por mi cuello.

—Estoy segura.

—¿Cuánto tomaste?

—Casi nada.

—Perfecto. Entonces... —Ladea el rostro y cuando creo que va a besarme cierro los ojos... Desvía sus labios, despertando cada poro de mi piel con su cercanía. Susurra en mi oído— Déjame verte, mi Key.

Da un paso hacia atrás, se quita la sudadera descubriendo los tatuajes de sus brazos, detallo sus músculos imaginando cómo se sentirá cuando tome y me aprisione contra sí... Se sienta en la cama, apoyando las manos en el colchón.

Es increíble como alguien con una mirada tan fría hace arder mi deseo sin siquiera tocarme, empiezo a bajar mi vestido, sigue el movimiento de la tela descendiendo y exponiendo cada curva de mi cuerpo.

Palmea su regazo como una invitación, doy cada paso con las piernas temblando y una sonrisa egocéntrica adornado mi rostro, me siento a horcajadas sobre él, quien no tarda en llevar sus manos a mi cadera.

—¿Tengo qué decirte lo hermosa qué eres? —Me presiona contra sí, jadeo suavemente al sentir el bulto en su pantalón— Porque creo que ya lo sabes.

—Sería lindo oírlo.

—Eres hermosa, Kay.

Sube sus manos, cada uno de sus toques deja una estela de calor en mi piel, se detiene bajo las copas del brasier. Busca mi aprobación antes de abrir el broche y liberar mis senos, trago en seco mientras me devora con la mirada, recorre el contorno con sus dedos como si me estuviera apreciando.

—¿Me complacerías en algo más?

—¿De verdad crees que te dejaré tener todo el control en esto, Jake? —Susurro y me acerco en busca del beso que me debe.

—Sé que no. Pero es una petición muy pequeña —Responde en voz baja.

Tomo su sudadera y la pone sobre mis hombros con una tímida sonrisa, haría todo lo que deseara, sólo no estoy lista para confiarle esa información. Me encargo de pasar los brazos por las mangas, él muerde su labio y arregla mi cabello para que no le estorbe la vista, calcula cada movimiento con precisión antes de ejecutarlo.

—¿A esto te refieres cuando dices qué piensas en mí? —Me burlo.

—Creeme, hay más fantasías escondidas detrás de esa frase que en tu biblioteca de Wattpad.

El rubor se extiende por todo mi rostro, a pesar de que es él quien está admitiendo sus perversiones descubro algo nuevo en su sonrisa, una chispa de malicia y posesión. Le encanta ser el único que puede desnudarme los pensamientos, es su vendetta contra mí por ver los secretos detrás del hielo.

Aprovechando mi estupor me lanza a un lado en la cama, se sube sobre mí y tira de mi cabello sin cuidado para besarme como él quiere, el gemido no deja mis labios porque su boca se apodera de ellos, rodeo su cadera con las piernas, jadeo al sentir su pelvis contra la mía.

Lo ayudo a sacarse la camiseta en menos de un segundo, nuestros labios danzan entre sí con violencia, luchando por el control que ninguno quiere ceder, me pierdo en las sensaciones y el exquisito sabor que tanto anhelé probar.

Sus manos se vuelven más agresivas, dejando una firma indeleble en mi piel, sólo él puede hacerme sentir tantas cosas a la vez. La necesidad de dejar que me consuma, el impulso de revelarme a sus deseos y... Miedo ¿Qué pasa cuando entregas tanto a una persona que tarde o temprano tiene que irse?

El sonido de la tela rasgándose me saca de mis pensamientos, doy un pequeño respingo. Esa chispa de malicia se vuelve un incendio, mientras observa su obra; mi labial corrido, mi pecho agitándose porque apenas recuerdo cómo respirar, hasta llegar más abajo de mi cintura. Redujo mis bragas a girones de tela inservibles, no tarda en apartarlos para detallar la humedad entre mis piernas.

—Como ya dije, hermosa —Murmura, relame sus labios y mi corazón da un brinco. Vuelve a mis ojos— ¿Estás bien?

—Perfecta —Digo sin aliento.

—Promete avisarme si eso cambia ¿De acuerdo? —Es increíble la suavidad que adquiere su voz luego de haber destrozado mis pantys favoritas.

Acaricia mis muslos a palma abierta, sube y antes de llegar a la cumbre vuelve a bajar, mi centro palpita de necesidad.

—De acuerdo —Se me escapa un quejido de exigencia, él sólo se ríe disfrutando de torturarme.

Lo atraigo hacia mí y retomo el beso, froto mi cadera contra él, recibo un exquisito jadeo como respuesta, esa erección promete mucho. Desabrocho sus jeans y él termina de quitárselos con los pies, se acomoda sobre mí, pero con un empujón lo dejo acostado en la cama para recuperar el control, podría resistirse si quisiera, eso es lo divertido de voltear las cosas.

Tomo un momento para admirarlo, bajo mis manos despacio por sus abdominales, atesoro cada detalle de su cuerpo, cada cicatriz y cada línea de tinta.

—Espero que me cuentes esas historias algún día —Susurro.

—Lo haré si me cuentas la tuya —Repasa la cicatriz en mi muslo con la punta de sus dedos mientras admira mi piel erizada como reacción inmediata a su tacto y exhala lentamente.

Vuelvo a buscar su mirada, mi sonrisa decae al notar ese destello de miedo en sus ojos, es algo insignificante, algo que solo yo notaría... O eso quiero creer.

— ¿Qué?

Eleva su mano a mi cuello pero en lugar de apretar como sugiere mi pervertida imaginación, me acaricia hundiendo sus dedos entre los mechones de mi cabello y traga en seco antes de responder.

—Estoy a tu merced, mi Key —Susurra, su voz ronca me eriza entera— Y eso es tan...

—Aterrador —Completo.

—Exacto —El océano en su mirada me absorbe, tan familiar, pero tan desconocido a la vez— ¿Qué pasará cuándo esté obligado a extrañarte?

—¿Cómo sabré si estás bien cuándo desaparezcas? —Susurro. Él me observa desconcertado, sigue, masajea mis hombros y mi espalda— También te quiero más de lo prudente y no estoy segura de poder seguir tu estilo de vida.

—Cierto... —Murmura desviando la mirada, casi como si lo hubiera olvidado. O mejor dicho, decidió ignorar ese pequeño detalle al igual que he hecho yo— Estamos yendo muy rápido.

Es bastante tarde para meditar en eso, y nuestras respiraciones dan testimonio de ello, cada centímetro de mi piel ruega por su toque, sólo nos separa la fina tela de su bóxer y ambos necesitamos que esa barrera desaparezca pronto.

—Jake, no hay frenos en una caída libre.

Susurro en su oído, rozo mis labios contra la sensible piel de su cuello, disfruto su aroma, cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás mientras la atrapo entre mis labios.

—En algún momento llegaremos al asfalto, vamos a destrozarnos, Kay —Sus dedos trazan mi columna vertebral, enviando descargas de electricidad por todo mi cuerpo.

—Quizás aprenderemos a volar.

Bajo por sus clavículas con mis besos y lamidas, se aferra a mi cadera y contiene el aliento. Juego con el elástico de su ropa interior mientras sigo mi camino por su pecho, admirando cada rincón, se le dificulta no retorcerse tengo que arrodillarme para seguir con mis mimos.

—Kaylee —Gruñe. Ese es el Jake que quiero ahora, el impulsivo que no se limita por la lógica y sólo desea.

La vista desde aquí es espectacular, los salvajes mechones de su cabello desordenado, la orden implícita en su mirada, como se agita su torso al no poder controlar su respiración y la vista en primer plano de la tensión en su bóxer negro.

—¿Sí?

Sonrío con inocencia mientras lo bajo, sólo un poco sin descubrir nada importante todavía, sólo la piel sensible debajo de su insinuante V, me dedico a succionarla y pasear mi lengua por allí como si tuviera todo el tiempo del mundo. Él se estremece con un gruñido de frustración y se aferra a las sábanas, se está conteniendo para no agarrar mi cabello y profanar mi boca con esa misma violencia.

—Kaylee... —Susurra amenazante.

—¿Qué? —Continuo con mi acto mientras cuelo un dedo en su ropa, sentirlo caliente y duro hace que mi interior se contraiga con anticipación. Aunque me gusta mucho torturarlo, me decido a quitarle la ropa.

Jake me arroja a la cama con un sólo movimiento, ardiendo entre la rabia y la lujuria, aprisiona mis muñecas sobre mi cabeza con una agarre implacable, su respiración golpea mi rostro como la de un animal salvaje listo para devorarme.

—Te gusta volverme loco ¿No es así?

Las palabras abandonan mi boca ¿Dónde está el hacker tímido?

—Responde, Kaylee —Ordena ajustando su agarre y presionando su erección contra mi intimidad, un gemido de necesidad cruda abandona mi garganta.

—Sí —Respondo sin aliento.

—Pero también te encanta estar debajo de mí.

Sin previo aviso ni consideración adentra dos dedos en mi intimidad, grito, la ola de placer y alivio hace temblar mis piernas y arquear la espalda. A pesar de su manera tan cruel, esto es piedad.

—¿Verdad? —Insiste.

—Sí, Donfort —Gimoteo negándome a ceder por completo.

—Se nota...

Juega con mi humedad de una manera casi distraída, mis mejillas se encienden por la vergüenza, es mucho más suave que antes, pero formular un pensamiento coherente sigue siendo imposible. Retrae sus dedos poco a poco haciéndome temblar y quejarme por su ausencia.

—¿Te vas a comportar? —Dice divertido.

—Sí, Jake —Respondo indefensa con la voz lastimada por el anhelo.

—Muy bien. Entonces... —Toma mi mentón y me obliga a mirarlo— Vas a limpiar tu biblioteca de Wattpad, no me importa si son ficticios o no, yo soy el único hombre que puede hacerte sentir así ¿Está claro?

Una parte de mí deseaba decirle que no podría ganarle a los 25 cm de Christopher Morgan, pero esa desesperante y exquisita presión contra el interior de mi muslo me hace pensar que sí podría y necesito comprobarlo.

—Contesta, mi Key —Exige simulando una embestida, otro sonido de placer escapa de lo más profundo de mí, la necesidad sigue ahí y palpita cada vez más fuerte debido a sus burlas.

—Está claro —Susurro entrecortadamente. 

—Una cosa más... —Protesto y me froto contra su miembro buscando un poco de alivio, pero no es suficiente. Él besa mi frente con ternura pero aplica más fuerza para tranquilizarme— Si te sientes incómoda, si quieres que te suelte, si necesitas parar debes decirme. Quiero oír todo lo que tengas que decir ¿Ok?

Casi me derrito aquí mismo, por tierno que suene es una orden, una condición que debo cumplir si quiero ser suya en este instante.

—Ok. Ahora... Por favor —Suplico de una manera humillante, escucho su risa endemoniada.

—¿Cómo lo quieres?

—Duro.

Sin liberar mis muñecas me sostiene también de la cadera y entra de una sola estocada, mi grito debe haberse oído en todo el bosque, es la única manera de expresar tanto dolor y satisfacción en el mismo instante, ese que tanto esperé, arqueo la espalda temblando debajo de él.

—¿Estás bien? —Por tierna que sea la preocupación en su rostro prefiero concentrarme en cómo su voz está impregnada de placer— ¿Te lastimé?

¿Cómo te explico que soy un poco masoquista?

—Sigue —Jadeo.

—¿Segura?

—Sí.

Vuelve a moverse un poco más lento, dejándome sentir cada centímetro mientras se abre paso en mi interior, trato de liberarme y tocarlo, me mantiene en mi lugar con crueldad y como castigo por desafiarlo se vuelve más brusco.

Devora mi boca antes de que pueda emitir alguna protesta, lleva su lengua a jugar con la mía, de una manera salvaje y apasionada, no se detiene, ni se cansa, hasta que soy incapaz de responderle, solo puedo mostrarle como me fascina lo que está haciendo. Finalmente suelta mis manos, para apoderarse de mis nalgas y apretarlas a su antojo.

—No hasta que yo diga.

—Pero, Jake... — Gimoteo temblando debajo de él.

—Cuando haya llegado el momento.

Tira de mi cabello y vuelve a besarme con ansías. Deja mi boca para escucharme más claramente, lo sé porque también empezó a torturar ese botón entre mis piernas, acercándome cada vez más al clímax.

—Por favor ¡Jake! —Ruego, tratando de contener lo inevitable.

—Ahora, mi Key. Conmigo —Dice entre jadeos, pero su voz no pierde la firmeza de un mandato.

Sus gemidos roncos son una melodía en mi oído, cada contracción de sus músculos ya brillantes por el sudor le suman deleite a cada uno de sus movimientos, se derrama en mi interior, envía una descarga de placer por cada uno de mis nervios, quemandolos con la explosión de una supernova al instante, la oleada de alucinantes sensaciones me golpea y la expreso diciendo de su nombre como si adorara a una deidad mitológica.

Sus movimientos aunque más lentos y torpes, alargan nuestro momento en el paraíso. Con un último jadeo se deja caer sobre mí, aún con el cuerpo temblando por el éxtasis llevo mis manos a acariciar su cabello y trato de recuperar el aliento.

—Mierda, al fin —Murmura. Se me escapa una risita, yo estaba pensando lo mismo— ¿Segura estás bien? ¿No te duele nada?

—Sobreviviré... Aunque no pueda caminar.

—Lo siento —Se ríe un poco avergonzado y esconde su rostro en la curva de mi cuello.

—No me estoy quejando. Excelente servicio.

Juraría que se está sonrojando aunque no pueda verlo, sigo acariciando su cabello con una sonrisa tonta, siento su corazón disminuir el ritmo conforme los minutos pasan en silencio, sus ojos se van cerrando y yo también cedo ante el cansancio a pesar de que me gustaría mirarlo un poco más.

Continue Reading

You'll Also Like

106K 7.6K 60
[PRIMERA TEMPORADA] Prostitución, drogas, alcohol, sexo. Palabras vulgares, ¿No? Pues no para Jeongguk, el mafioso más joven y peligroso de Corea del...
1.2K 194 22
En un ambiente lleno de prosperidad y tranquilidad, Ian es un joven con un corazón lleno de bondad que vive en el un pequeño poblado pesquero llamado...
332K 25.1K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
747 77 11
Historia inspirada en los personajes del juego Duskwood de everbyte. Escapar es la palabra que puede describir su vida estos últimos años. La vida de...