Frey (Darks #2)

De Ariana_Godoy

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Tercer libro en la Saga Darks (2021) Portada: BetiBup33 design studio. Mais

0 Intro
I. E I N S
II. ZWEI
III. DREI
IV. VIER
V. FÜNF
VI. SECHS
VII. SIEBEN
VIII. ACHT
IX. NEUN
X. ZEHN
XI. ELF
XII. Zwölf
XIII. DREIZEHN
XIV. VIERZEHN
XV. Fünfzehn
17. SIEBZEHN
XVIII. ACHTZEHN
XIX. NEUNZEHN

XVI. SECHZEHN

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De Ariana_Godoy

XVI

Tiene que ser una coincidencia.

Esa afirmación se repetía en su cabeza, pero mientras más lo analizaba, más se convencía de que no era para nada una casualidad. Las probabilidades de que existiera un psiquiatra con esas características físicas y con el apellido Stevens aparte de su padre eran bajas. Aún más, cuando se trataba de todo el asunto de esta institución.

¿Por qué vendría su padre aquí sin decirle? ¿Cuál era su objetivo? ¿Los demás Stein lo sabían? Lo dudaba, Mayte Stein no era conocido exactamente por su habilidad de trabajar en equipo. Frey mantenía la teoría de que por eso viajaba tanto, le gustaba hacer sus desastres sin que nadie lo contuviera o le juzgara. Y después de la muerte de su madre, no lo había visto en lo absoluto. Habían pasado dos años.

Y sí, Frey le tenía cariño, en la forma en la que se podía querer a alguien que veías de pequeño y luego un par de veces al año. Compartían un vínculo simple, sin mucha profundidad. A diferencia de Heist, a Frey no le afectaba la distancia e indiferencia que Mayne demostraba, él estaba más que satisfecho con Peerce y Adam. Además, su madre fue muy clara cuando sentó a sus cuatro hijos en el estudio para explicarles algunas cosas.

—Mayne es diferente —comenzó su madre.

Frey alzó su pequeña mano.

—¿Diferente como yo?

Su madre sonrió.

—Algo así, Frey. —Ella tomó una respiración profunda—. Él es un psicópata.

Frey compartió una mirada confundida con Kaia. Hayden rodó los ojos.

—Es un trastorno de personalidad. —Soltó Hayden—. Su mente funciona de forma diferente a la nuestra, no puede empatizar o sentir remordimiento. Tienden a ver a las personas más como objetos que pueden manipular y usar para alcanzar sus objetivos.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Kaia, mirando a su hermana mayor.

—Porque se está describiendo a sí misma —dijo Heist.

—¡Heist! —regañó su madre.

Frey observó a todos y se confundió aún más.

—¿Todos somos... diferentes en esta familia?

Silencio.

Su madre continuó.

—Lo que quiero decir con esto, es que hay muchas cosas que Mayne es incapaz de sentir, así que no se tomen nada personal, ¿de acuerdo? —Ella les sonrió—. Ustedes son amados en esta familia, nunca lo duden.

Y Frey nunca lo dudó, él siguió las palabras de su madre hasta el final. ¿Quién sí tuvo un problema con eso? Heist. Frey pensaba que a su hermano le había hecho mucho daño hacerse esa prueba de ADN para saber que Mayne era su padre biológico. En parte, suponía que lo había hecho porque cada vez que veía a Hayden era como un recordatorio claro de que ella sí era hija de Mayne, no había necesidad de pruebas cuando ella había heredado todo desde sus ojos y apariencia hasta su comportamiento.

Frey suspiró, odiaba cuando su mente viajaba al pasado de esa forma, porque podía recordar todo con tanto detalle que le hacía extrañar tanto a su madre. Sin importar lo que pasara, o los errores que Mila Stein hubiera cometido, para Frey, ella fue y siempre sería perfecta.

Habían pasado unas horas desde que dejaron salir a Frey de su castigo en aislamiento. El chico Stein entró en la sala de visitas y se relajó cuando vio a la chica de negro y cabello corto que le esperaba. Kaia iba de vaqueros negros con botas negras con cordones y una camiseta roja holgada, cadenas plateadas cubrían su cuello y sus muñecas. Su maquillaje era perfecto, sus ojos delineados lucían tan bien que Frey se preguntó si a él le quedaría bien ya que eran idénticos después de todo.

Su hermana se acercó y le abrazó. Frey se permitió un momento de vulnerabilidad, de paz en los brazos de su melliza. Después de todo lo que había pasado con Luna, la había extrañado tanto.

Kaia se separó y le sostuvo el rostro con ambas manos. Ella era una de las pocas personas a las que Frey le permitía tocarle la cara.

—Te extrañé tanto —murmuró ella con los ojos enrojecidos. Él reconoció esa expresión.

<Emoción: Tristeza. ¿Por qué? Porque ha extrañado a su hermano.> pensó el chico mientras le acariciaba el pelo a Kaia.

—Yo también te extrañé.

—Sí claro. —Ella bufó, bajando sus manos y dando un paso atrás—. Me sorprendió mucho tu llamada, la verdad.

—Necesitaba hablar contigo a solas —dijo Frey, dirigiéndose al sofá. Cuando él se sentó, Kaia hizo lo mismo al otro lado.

—Y bien, ¿qué ha pasado?

Kaia era la única persona en la que confiaba después de su madre. También estaba su padre Peerce, pero el vínculo que tenía con Kaia era simplemente diferente.

—Lo primero es Heist.

Ella arrugó las cejas.

—¿Qué hay de él?

—Estoy preocupado por él —expresó Frey, recordando cada detalle del semblante de su hermano cuando lo vio en el secuestro de Jaeda—. No luce bien, Kaia.

—¿Crees que no lo sé? —Su hermana exhaló, cruzando una pierna sobre la otra—. Papá y yo lo hemos intentado todo para convencerlo de buscar ayuda, pero ya sabes como es.

—Leigh vino a Alemania. —informó Frey y los ojos de Kaia se agrandaron en sorpresa.

—¿Heist la vio?

—De lejos —murmuró Frey—. Pensé que eso le haría reconsiderarlo todo.

Kaia se pasó la mano por la cara.

—Es más profundo que eso, Frey.

Y al chico Stein se le ocurrió una idea en ese mismo instante.

—Yo me encargaré, Kaia.

—¿Qué vas a hacer?

—Hay algo que debo intentar.

—De acuerdo, ¿de qué más querías hablarme? —agregó su hermana.

—Mayne, ¿sabes dónde está? ¿Valter y Peerce tienen alguna idea?

Kaia lo pensó por unos segundos.

—No, de hecho, nuestros padres no tienen idea de donde está, la última vez que tuvieron contacto con él fue hace meses.

Eso confirmaba lo que Frey sospechaba, si Mayne estaba aquí, estaba por su cuenta. Y eso no era bueno.

—Creo que está aquí.

—¿Qué? —Kaia se inclinó hacia adelante—. ¿Como paciente?

Frey sacudió la cabeza.

—Como psiquiatra.

—Eso no tiene sentido, ¿por qué se expondría así?

—Si está aquí, no está usando su identidad Stein, está usando su antiguo nombre.

—¿Mason Stevens?

—Sí, solo los Steins sabemos de esa identidad, así que está aquí de incógnito.

—¿Por qué? ¿Él sabía que tú vendrías?

—No que yo sepa.

—¿Estás seguro de que es él?

—Lo confirmaré pronto.

Kaia se quedó callada por un rato y luego lo miró.

—Me siento muy sola, Frey —admitió. Él estaba acostumbrado a que ella soltara sus emociones con él—. Nuestros padres ponen un semblante fuerte por nosotros, Heist parece un fantasma y tú no estás. Esa casa... se siente tan grande y vacía.

—Lo siento —murmuró Frey—. Ya cumplí el primer objetivo, Kaia, solo me falta una cosa más y volveré a casa contigo.

—¿Estás en peligro, Frey?

—Sí. —Nunca le mentiría a su hermana, había estado en peligro desde el momento en el que puso un pie en esta institución y usó su apellido Stein—. Pero haré todo lo posible por volver a casa.

—¿Lo prometes?

—Te lo prometo.

Eso pareció calmarla porque Kaia sabía mejor que nadie que Frey cumplía sus promesas. Los hermanos menores Stein conversaron un rato más antes de que Kaia se despidiera con un abrazo cálido.

#

Llegar al sótano.

La meta era clara, pero no fácil.

La existencia de un sótano parecía ser un secreto de esta institución, de hecho, si Luna no lo hubiera mencionado y si Balkan no lo hubiera investigado, Frey no se habría enterado en lo absoluto.

Así que tuvo que recurrir a su amigo nuevamente, aunque no le gustara involucrarlo en estas cosas. Balkan lucía cansado, sus ojeras más notables de lo normal, y su pelo largo y desordenado se escondía dentro de la capucha de la sudadera azul oscuro que llevaba puesta, algunos mechones escapando. Su amigo bostezó mientras Frey se tomaba su tiempo sirviéndose un poco de café, no mucho, porque la cafeína no le hacía bien, ningún tipo de estimulante, en realidad.

La cafetería estaba desolada, era demasiado temprano. La mayoría de pacientes venía después de las nueve de la mañana y eran las ocho. Frey había escogido esta hora porque no quería encontrarse con Maren o con Rai de nuevo, no confiaba en su capacidad de no caer en sus provocaciones.

—¿Has encontrado una forma? —preguntó Frey, ojeando sus alrededores. Los enfermeros estaban lo suficientemente lejos.

—Algo así, —respondió Balkan bostezando de nuevo—. Pude entrar a la oficina de papá y revisar los planos, el sótano está ahí y es inmenso, una de las entradas parece estar en el pasillo detrás de la cafetería.

—¿En el área de la cocina?

Balkan asintió.

—Si no recuerdo mal, debe ser una puerta que está al lado de la salida al exterior desde la cocina.

Frey comenzó a dibujar el mapa en su cabeza rápidamente: la sala común de la cafetería, el área donde servían, los cocineros y cuantos eran, y luego imaginó el largo pasillo detrás, al final del cual estaban dos puertas, una que daba al exterior y otra que daba al sótano.

—¿Crees que esté resguardada?

—No creo porque una de las otras entradas parece ser la principal.

—¿Y dónde están las otras entradas?

—Una está al final de la montaña, a unos dos kilómetros de aquí, está conectada por un túnel.

Frey recordó lo que le había dicho Luna hace tiempo sobre los túneles que se conectaban al sótano desde el exterior. Balkan continuó:

—¿Recuerdas la torre de guardias que se pasamos cada vez que subimos la montaña a PREY? —Claro que lo recordaba, habían pocas cosas que Frey pasara por alto—. Ahí está una entrada, pero está muy bien resguardada, tu mejor opción es la puerta de la cocina.

Frey consideró sus opciones y en ese momento alguien entró en la cafetería, él se puso en alerta hasta que vio de quien se trataba.

—Frey. —Luna se apresuró hacia él y se sentó a su lado—. ¿Estás bien? Lamento mucho que te enviaran a aislamiento.

Balkan observó la interacción con pereza, no era del tipo de persona que le gustaba despertarse temprano, eso era seguro.

—Estoy bien, ¿y tú? ¿Han vuelto a molestarte? —preguntó Frey y ella sonrió.

—No, ahora intento venir temprano o tarde para no encontrármelos. —Luna saludó a Balkan con la mano—. Te ves fatal.

Balkan forzó una sonrisa.

—Gracias.

—¿Ustedes que hacen aquí tan temprano? —La curiosidad de Luna ya no sorprendía a Frey y que ella llegara le dio una idea.

—Luna, dijiste que había túneles que se conectaban al sótano —comentó Frey—. ¿Cómo sabes eso?

Luna se encogió de hombros.

—Te lo dije ese día, Frey, el enfermero que me ayudó, usó uno de ellos para traerme.

Balkan se quedó con la boca abierta y Frey sintió un aire de posibilidades.

—¿Recuerdas dónde estaba esa entrada en el exterior?

—Sí, en el bosque de la parte de atrás del jardín —dijo ella como si nada—. Tuve que pasar dos días en el sótano en una de las habitaciones hasta que el enfermero consiguió convencer al doctor para que firmara papeles de aceptación y pudiera subir a esta área. No me asusto con facilidad, pero las personas que están ahí abajo... dan miedo.

Frey se tensó.

—¿Doctor?

—Sí, el Dr. Stevens —respondió Luna.

—¿Recuerdas algo de él?

Luna se sostuvo el mentón, pensando.

—Es muy agradable y sus ojos son muy extraños, son de colores diferentes.

—¿Hablaste con él?

Ella asintió.

—Sí, al principio se negó a ayudarme, pero luego me preguntó sobre mi madre, y como había llegado aquí. Y al escuchar mi historia, me sonrió y me dijo que él entendía lo que era tener una madre así de desalmada. Y firmó los papeles.

Eso suena como él, pensó Frey.

—Esa entrada no está en los planos —murmuró Balkan.

—Dudo que esos planos sean precisos. —respondió Frey—. Luna, ¿puedes darme la ubicación exacta de esa entrada?

Ella asintió.

Frey iría a ese sótano, tenía que verlo por sí mismo, si su padre estaba ahí, necesitaba respuestas. Además, Jaeda había estado en ese lugar antes de que Frey y Leigh la tentaran a salir al festival. ¿Su padre había estado en el mismo lugar que la hermana de Heiner y no la había matado? ¿No le había hecho nada? Algo no cuadraba en todo esto.

¿Su padre sabía que él estaba aquí? Tenía que saberlo, Frey había usado su nombre y apellido sin esconder nada. En parte porque su principal objetivo era usar a Maren para hacer que Jaeda emergiera, y él sabía que su nombre funcionaría mejor que cualquier identidad falsa.

Decidido, Frey empezó a hilar su plan para llegar a ese sótano, porque algo no olía bien en todo esto y si su padre estaba ahí abajo, temía qué sería peor de lo qué esperaba.


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Nota de la autora: ¿Qué está pasando en ese sótano? Inviten. 

Me encanta el trio de amigos que son Balkan, Luna y Frey. ¡Qué vivan!

Also... ¿ustedes creen que si sea el igualado de Mason allá abajo?



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