Insania (Pausada hasta julio)

By Ariana_Godoy

1.8M 284K 622K

Todos cargamos con un poco de locura dentro de nosotros. Y es esa irracionalidad la que lo alimenta, la que d... More

0. Praedictionem
1. NATALIS
2. GELUM
3. MARCAE
4. EXORDIUM
5. EDERE
6. TURBATIO
7. MENTIOR
8. VICTUS
9. NOMEN
10. POSSIDERE
11. LUDUM
12. IMBER
13. MEMORIAM
14. PROMITTO
15. COMMINATIO
17. DULCIS
18. POENA
19. BASIUM
20. QUATTUOR
21. ANTEBELLUM
22. MORTEM
23. PRETIUM

16. MATER.

21K 3.3K 1K
By Ariana_Godoy

Lo siento mucho.

La voz de mi madre resonó dentro de mi mente.

—Mamá, espera. —Ella corría a toda velocidad mientras yo luchaba por alcanzarla. El bosque que me rodeaba era inmenso y abrumador.

—Ángeles.

Un susurro que venía de algún punto desconocido me dio escalofríos. Mis pequeños pies se movieron a través del suelo rocoso. La brisa fría me helaba los brazos y las piernas.

—¡Mamá! —Grité sin aliento.

Ya casi no podía ver su silueta. Parecía tan lejana.

—Lo siento. —Le escuché responder en la distancia.

Pisé una roca en un ángulo incómodo y caí sobre mis manos y rodillas. Las rocas afiladas rasparon mis palmas.

—Ángeles.

Se oyó el mismo susurro a través del bosque silencioso. Pero esta vez, supe que el dueño de esa voz estaba justo detrás de mí. Lágrimas salían de mis ojos cayendo directamente al suelo.

—Mamá —murmuré, sollozando.

Podía sentir esa presencia detrás de mí, pero no me atreví a mirar. Lentamente, me puse de pie temblando incontrolablemente. Mi vista estaba borrosa. 

—Estoy aquí—susurró suavemente.

—Mamá —dije con voz apagada.

—Ella no va a volver.

—¿Por qué?—pregunté, limpiándome las lágrimas.

—Porque voy a matarla.

Me desperté, respirando con pesadez. Lo primero que vi fue un par de grandes ojos verdes mirándome. Parpadeé confundida mientras sostenía mi pecho tratando de calmar los latidos desesperados de mi corazón.

Fue un sueño, me repetí, calmándome.

—¿Estás bien? —preguntó Adriel.

Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba acostada en una cama. Me senté y sostuve mi frente, mi cabeza palpitaba dolorosamente.

—Qué...

—¿Ann? —Me lamí los labios, sintiendo su resequedad. Fruncí el ceño cuando vi la puerta del baño.

Madness...

—Yo... estaba... —Lo último que recordaba era estar en ese baño con un Madness muy enojado.

¿Cómo volví a la cama?

Espera... no podría haber sido un sueño. Tenía que ser real. Adriel me sostuvo de los hombros, dándome una sonrisa tranquilizadora.

—Está bien. Te desmayaste en el baño. Te traje de vuelta a la cama, estás ardiendo en fiebre —dijo mientras exprimía un paño, el agua en una olla de metal. Parecía cansado, ¿había estado cuidándome toda la noche? Llevaba pantalones cortos y una camiseta blanca. El desorden de su cabello rubio y las ojeras bajo sus ojos parecía señalar que no había dejado mi lado.

—Adriel... —No estaba segura de qué decir. Miré hacia abajo y me di cuenta de que ya no llevaba la bata del hospital. Llevaba un vestido blanco de verano a pesar de que el clima era frígido—. ¿Me cambiaste? —Pregunté sintiéndome un poco avergonzada.

Adriel se rascó la nuca, sonriendo nerviosamente.

—Sí... tu vestido de hospital estaba desgarrado y yo, bueno, no quería molestar a Gina, estaba durmiendo así que, sí, lo hice. —Terminó su explicación mirándome como si estuviera esperando a que me asustara .

—Oh. —No pude evitar sonrojarme.

—Cerré los ojos todo lo que pude mientras te cambiaba —dijo al notar mi incomodidad—. Muy bien, te dejaré descansar un poco más. —Se puso de pie colocando la olla de metal en la mesa de noche.

—No, no te vayas.

Estaba avergonzada, pero no quería estar sola. ¿Y si Madness decidía volver? La expresión de Adriel se suavizó mientras me miraba.

—¿Quieres que me meta en la cama contigo?— Preguntó moviendo las cejas sugestivamente. Reí, sacudiendo la cabeza.

—¿Estás coqueteando conmigo, Adriel? ¿En serio? ¿En estas circunstancias?

—Tal vez.

—¿Tal vez?

—¿Está funcionando? —Se sentó en la cama junto a mí, manteniendo una distancia prudente entre nosotros.

—Tal vez. —Me burlé de él, sonriéndole.

—¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, creo.

—¿Estás segura?

—Adriel, necesito preguntarte algo —dije.

—¿Qué? —Inclinó la cabeza hacia un lado curioso, gesto que lamentablemente me hizo recordar a Dagon.

—¿Por qué estás haciendo esto? ¿Es tu último intento de conquistarme?

Adriel se rió por unos segundos. Su risa resonó alrededor de la habitación silenciosa. No pude evitar sonreír un poco mientras lo observaba porque extrañaba esto, la normalidad de interactuar con otro ser humano, charlar sin el miedo de terminar muerta o herida sin explicación alguna.

—¿Eso es lo que crees?

—No lo sé, pero no entiendo por que irías tan lejos por alguien que apenas conoces como yo.

Adriel suspiró y miró ausentemente a algún lugar de la pared.

—Supongo que debería decírtelo.

—¿Decirme qué?

—Es una larga historia.

Todo rastro del Adriel juguetón desapareció.

—Tengo todo el tiempo de mundo.

—El dueño de este lugar era mi abuelo. —Comenzó—. Él lo era todo para mí. Mis padres nunca estuvieron cerca, ya sabes, la historia típica; los padres siempre están viajando y trabajando, así que estaba solo la mayor parte del tiempo. Mi abuelo se convirtió en un padre para mí; jugaba conmigo, me enseñó a montar a caballo, hicimos todas las cosas divertidas que te puedas imaginar. —Una sonrisa nostálgica se formó en sus labios—. Era mi mejor amigo, sentí que podía contarle todo.

—Suena como una persona genial —admití.

—Lo era, y bueno para resumir, mi abuelo era un ministro de la congregación cercana, él construyó una iglesia y llevaba a cabo servicios todos los domingos por la mañana, estaba muy dedicado a Dios. Mis padres solían discutir con él porque gastaba mucho dinero en caridad y en ayudar a los demás. Por mi parte, lo admiraba. Era una buena persona. —Pude ver la tristeza en la expresión de Adriel mientras hablaba. —Él significaba tanto para mí.

—Puedo ver eso —respondí con tristeza. Era obvio lo mucho que le importaba su abuelo—. ¿Qué le pasó?

—Hace cuatro años, fue llevado a una institución mental. Todos en mi familia asumieron que estaba loco, dijeron que sufría de alucinaciones, no podía creerlo. Simplemente no podía así que, fui a visitarlo. —Adriel se detuvo por un momento; estaba mirando la pared perdido en sus recuerdos—. Cuando lo vi, me quedé conmocionado. Su apariencia, su actitud era tan... No sé cómo explicarlo. Me rogó que lo sacara de ese lugar, que no estaba loco, que todo era una trampa; mencionó demonios y muchas cosas. Pero no escuché, Ann. —Adriel me miró—. No hice nada, y murió tres días después.

—Oh, lo siento mucho.

—Está bien. Fui a visitarte porque mi padre me lo pidió, pero cuando te vi—Sonrió con tristeza—. Te veías como él, tenías la misma actitud. Estabas tan tranquila, tan cuerda. Yo no ayudé a mi abuelo; le di la espalda cuando más me necesitaba. Así que decidí ayudarte. Es egoísta porque lo hago para lidiar con mi culpa, pero esa es la razón honesta por la que te estoy ayudando, por la que te saqué de ese lugar. Me hace sentir menos culpable. —Terminó y me observó a la espera de mi reacción.

—Entiendo —dije con franqueza—. Sí, y no voy a juzgarte. Me alegra que decidieras ayudarme, Adriel. Incluso si tu razón fue personal, aún estoy agradecida. Eres el único que me está ayudando. Incluso Raven piensa que estoy loca.

—No estás loca, Ann.

—Es refrescante oír a alguien decir eso. —Pasé mis dedos a través de mi cabello desordenado—. Pero no lo sé, Adriel. Hay algo realmente malo... acechándome o realmente me estoy volviendo loca.

—Sabes que puedes decirme, ¿verdad?

—Yo... pensarás que estoy loca. —Advertí.

—Prometo que no lo haré. —Solté un largo suspiro antes de contarle toda la historia. Por supuesto, tuve suficiente cuidado de no mencionar su nombre. No quería que ese demonio apareciera de repente aquí. Adriel escuchó en silencio; fue muy incómodo explicar todo lo que me había pasado últimamente. Sonaba loca e ilógico, pero Adriel no me miraba como si me hubiera crecido un tercer ojo. Simplemente escuchó. Sentí que me habían quitado un peso de encima.

Cuando terminé, el silencio reinaba en la habitación. Adriel me miraba perplejo como si estuviese procesado todo.

—¿Estás segura de que no son alucinaciones?

—No lo sé, pero sí lo son, voy a felicitar a mi cerebro porque se sienten tan jodidamente reales.

—Mi abuelo creía en los demonios —comentó Adriel—. Siempre pensó que los humanos eran raros porque jurabamos creer en Dios, pero cuando alguien mencionaba algo sobre demonios, asumiamos al instante que la persona estaba loca. Es un poco contradictorio, ¿no crees?

No dije nada porque tenía razón. La mirada de Adriel cayó sobre mis muñecas magulladas.

—Necesitas descansar, Ann. Es tarde, continuaremos esta conversación mañana —dijo al levantarse de la cama. Quise protestar y estuve a punto de estirar mi mano para jalarlo de la parte lateral de su camisa, pero me contuve. —Estarás a salvo aquí. A los demonios no les gustan los crucifijos —dijo al apuntar al crucifijo incrustado en la cabecera de la cama.

—Hum, ¿podrías... —Empecé nerviosamente. Adriel me miró, esperando que continuara—. ¿Podrías quedarte aquí?

—Claro. —Me sonrió dulcemente—. Deberíamos rezar antes de ir a dormir, creo que ayudará. Adriel se sentó junto a mí de nuevo—. Puedes empezar—alentó.

Me congelé.

Una oración...

Rezar...

Dejé de respirar; todo a mi alrededor se detuvo, mi cuerpo se tensó por completo. En ese momento, lo entendí. Todo tuvo sentido.

—¿Ann? ¿Qué pasa?— Adriel parecía preocupado. Mi garganta se secó cuando me cubrí la boca.

—Yo... No... no, yo...

—¿Ann?— La voz de Adriel sonaba tan lejos.

Los destellos de un recuerdo invadieron mi mente.

—Necesito que hagas algo por mí. —La voz de Madness fue suave y amable. Estábamos dentro de mi armario, esa noche que esos desconocidos atacaron mi casa.

—¿Qué?

—Nunca reces. —Ordenó con frialdad.

—Pero papá dice que debo rezar todas las noches.

—Tienes que prometerme que nunca rezarás, Ángeles. —Suavizó aun más su tono de voz.

—¿Por qué no?

—Esa va a ser tu misión de ahora en adelante.

—¿Misión?—Pregunté emocionada—. ¿Como una superheroína? Las caricaturas con misiones de superhéroes son mis favoritas. —Madness asintió, sus ojos rojos brillando en la oscuridad—. Ok, nunca rezaré. —Le prometí inocentemente.

Me había salvado de los hombres malvados. Era mi héroe.

—Bien —susurró y me dio una palmada gentil en la cabeza.

—¿Ann?— Adriel me sacudió por los hombros.

—Yo... — Lo miré asimilando—. No sé cómo rezar —admití conmocionada.

—¿Qué?

—Nunca he rezado... No... Oh no, él...

—¿Hablas en serio?

Abrí la boca para decir algo, pero las luces de la habitación parpadearon antes de apagarse de repente. Y la oscuridad nos tragó por completo.


----------

Nota de la autora: Ay no, ¿cómo así? 

R.I.P el abuelo de Adriel, pobre alma en desgracia. 

¿Por qué creen que Madness le pidió eso a Ángeles? SOSPECHOSO. 

Also, ¿dónde andara Dagon? A puesto que comiendo dulce. 

Also, fue mi cumpleaños el jueves, igualadas. Tendré mi fiesta hoy, las invitarA, pero aja estamos en regadas por diferentes países T.T

Nos vemos el próximo sábana, el capítulo que sigue se llama DULCIS.

MUAKATELA,

ARIANA -BUSCANDO A DAGON POR QUE QUEIRE CHOCOLATE- GODOY.


Continue Reading

You'll Also Like

9.6K 477 8
π‘·π’“π’π’π’π’ˆπ’: ExtraΓ±amente volvΓ­a a ser de dΓ­a, otro dΓ­a de clases en aquella escuela... Donde habΓ­as muerto? Abbie se encuentra con la sorpresa de...
48.8K 4.6K 36
𝐂 || ❝I don't even like cupcakes❞ πŸ§β‹† Λšο½‘β‹†ΰ­¨ΰ­§Λš π˜Œπ˜• π˜‹π˜–π˜•π˜‹π˜Œ: Madison a odiado al chico de gorro desde que entrΓ³ a la universidad pues este era muy...
6.4M 651K 20
Tercer libro en la Saga Darks (2021) Portada: BetiBup33 design studio.
411 57 56
En las brillantes y deslumbrantes calles de la alta sociedad de Beverly Hills, donde el poder y la riqueza se entrelazan en un juego peligroso, se en...