Wildness

By Nelsy_diazr22

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Un error, dos días, tres caprichos Una equivocación lleva a Gavrel con alguien diferente a lo que pensó. Sin... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capitulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23

Capítulo 13

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By Nelsy_diazr22

Arleth

Asistir a reuniones no es lo mío. Me daban flojera cuando mi papá nos hacía a Erick y a mí estar sentados frente a un computador para estar al tanto de los alcances de sus empresas.

Noté que lo mío no era quedarme en el mismo negocio que ellos. Lo intenté aprender y no funcionó, pero estar escuchando al dueño de la marca quejarse de las pérdidas que mi reputación cuesta abajo le está trayendo me tiene con la mente centrada en todo lo que se dice.

Tim le pelea el no estar siendo coherente, pues al demandarme por no cumplir un contrato, le traería más perdida que ganancias.

__ Se le dijo lo que podía y no podía hacer. - enfatiza el hombre con su abogado respaldandolo. - Pero esa clase de escándalos como cree que nos pone a nosotros. Los comentarios son atroces, realzando su falta de profesionalismo actuando como una niña caprichosa cuando...

__ No tiene que faltarle el respeto para hacer entender su punto. - interviene Tim. - Claro que nos importa cumplir con este contrato, de otra forma no estuviéramos aquí, pero no le permito una ofensa más para Arleth.

__ Entiendo que sobrepasé los límites, pero debe entender que no estamos seguros que esto tenga más solución que...

__ Comprendo lo que las cámaras muestran, pero soy consciente de la cláusula tres, énfasis en el apartado b, el cual respalda que lo único que debo cuidar es mi imagen física, no me he hecho ningún cambio. - dejo claro que ignorante no soy en el tema, pues al menos Ethan se aseguró que preste atención a cada cosa que firmo, aunque algunas veces se me fue, pero porque estuve segura que no me estarían estafando.

El abogado se fija y sabe que tengo razón, pero alegan que ese tipo de contratos deben cumplirse también con evitar escándalos que signifiquen bajas para ellos.

__ Entiendo, claro que sí. Y estoy dispuesta a pagar lo que se acordó, pero no si una demanda es lo que se presenta, dudo que quieran que esto se extienda. - Tim me apoya y debo bancarme que estos insistan en lo mismo. - Mi imagen fue la comprometida, así que estoy dispuesta a pagar la multa.

Se miran entre ellos como si no creyeran que me muestre tan tranquila. no sé porqué lo estoy tampoco, pero sé que sí me altero, la única afectada seré yo.

Nos interrumpen y el dueño de la marca junto a su asistente sale, mientras no sé cuánto tiempo pasa pero sí sé que cuando vuelve trae otra cara.

__ Si la demanda se da, no te dejaré sola ¿ok? - me dice y muevo la cabeza, adorando tenerlo. Siempre tan dispuesto a meterse en pleitos por mí.

Ambos nos enderezamos. Toma mi mano y me deja recostar mi cabeza en su hombro, deseando sentir el perfume de...

Estás loca Arleth, me digo. No quiero pensarlo, pero es inevitable no hacerlo cuando estoy alucinando con lo que pasó en el avión. No soy de querer ser consentida, son cosas que me puedo dar sola, pero sentir que aún así alguien lo haga y no le importe en lo mínimo lo problemática que puedo ser, en verdad es más llamativo.

No quiero a un hombre desinteresado o absurdamente sumiso. Quiero a uno que sea demandante y aún así no dude en poner las cosas a mi alcance, mucho más de lo que por ser quién soy, ya lo pueda hacer sola.

Suspiro al verlos comprobar números, llaman de nuevo y hasta un vídeo miran de no sé qué, mientras Tim también me da una mirada de no saber que ocurre.

Presiento que estoy ignorando algo realmente importante y no sé cómo hacer para saberlo. Cuando ellos se giran hacia a nosotros tienen un semblante más relajado, como si no tuvieran ningún problema con nada y estuvieran...

__ Es una sorpresa muy grata. - dice el dueño de la marca, exhala lentamente y sonríe. - Demasiado grata, Arleth. Es de no creerse y no dudes cuando te digo que es primera vez que nos pasa.

Tim me mira de reojo, no entiendo nada.

__ Las tiendas fueron vaciadas. Llegaron en multitud a comprar cada unas de las prendas y accesorios que usaste en la campaña. - dice y mi lengua no se puede mover. - En Milán, New york, París, Londres y...cada una ahora está abarrotada, en redes sociales no dejan de exaltar tu nombre y...

__ ¿Y que? - me atrevo a preguntar sin saber si en verdad puedo respirar.

__ El periodista salió a desmentir tu participación en ese sitio, hay pruebas contundentes de su difamación en tu contra. - si antes estaba se estupefacta, ahora no puedo ni controlar mi cuerpo. - Vaya que es una sorpresa. Tienes alta demanda, un público seguidor demasiado fuerte y hasta en tus redes, según mi asistente hay un aumento exagerado de apoyo.

Tim celebra, aún no puedo hablar.

__ Tu contrato sigue en vigencia, Arleth. Olvida todo esto, quiero ofrecer ser parte de la siguiente campaña con un pago adecuado para...

Mi mente se pierde, no sé qué decir y lo único que atino a hacer es sacar mi móvil en donde reviso mis redes sociales. Esos no son los números que vi la última vez que entré, me digo. Lo más impresionante es que cambian segundo a segundo y las notificaciones son tantas que el debo desconectarme de internet para que dejen mi móvil descansar.

Una idea viene a mi cabeza y mi sonrisa es más por ello, que por pensar en que me liberé de una demanda muy probable hasta apenas algunos minutos.

__ Esa campaña es la que el agente de Lisa busca. - me informa Tim. - Si mal no recuerdo, envió varias solicitudes para ser tomada en cuenta, pero tú la obtienes y ni siquiera puedes decir un sí.

__ Esto es demasiado.

__ Esto es lo que te mereces, mi cielo. - sonríe cómo si estuviera orgulloso de mí también. - Lo disfrutas o lo dejas pasar, pero debes responder o sacaré mi modo mamá y decidiré por tí.

__ ¿Lisa lo quiere? - caigo en cuenta de ello.

__ Sí, pero sabes lo exclusiva que es esta marca y si tú has estado en sus listas es por el historial exitoso que te cargas y con esto...¡Por Dios, tendremos mucho trabajo! Las marcas te lloverán y...

__ No quiero tanto trabajo, quiero pasar tiempo con mi familia, Tim. Mi sobrino está a punto de nacer, mi hermano se casará y mis padres...

__ Eso es lo mejor del caso. - susurra para los dos, mira a quienes aún esperan mi respuesta ante lo ocurrido. - Podemos hacer que este trabajo lo hagas a tu modo. Pones tú tiempo, se crean cláusulas irrompibles.

Dudo en hacerlo, no deseo que interrumpa mi plan de descanso, el cual claramente voy a necesitar, pero es una oportunidad única tal vez y no creo que un Ambrosetti sea tan tonto para no aceptar.

__ Acepto. - digo en voz alta. El jodido aire me falta, no tengo un solo sonido agradable dentro de mi cuerpo ya que hasta el hambre se me disparó. - Pero es mi agente quien sabe cómo manejar esto. Con permiso, necesito hacer algo muy importante.

«Si, necesito recordar cómo se respira»

¿No fui partícipe?

¿Qué clase de jugada es esa?

En verdad hasta yo misma me lo replanteo, pero es tan malditamente bien, se siente demasiado bien la paz. Salgo del edificio y es tanto lo que tengo en el pecho que cuando algunos fans se forman para pedirme fotografías, por primera vez siento que me ahogan.

Accedo a hacerlo aún así, pero la multitud es tanta que la calle se obstruyen, la entrada al edificio se sella y no hay control cuando hasta bebés me piden cargar.

Sonrío aún cuando es demasiado el que se todas quieran venirse sobre mí al mismo tiempo. Los guardias de seguridad intervienen, aún así no es suficiente, llegan policías y deben hacer una barrera para impedir a todos que se me abalancen.

Miro a todos lados, los gritos, los empujones y solo trato de mantener la calma, sin embargo, no logro hacerlo y cuando me suben al auto, siento mi piel ardiendo de tanta calor.

__ ¿A donde, salvaje? - preguntan y dejo de darme aire al ver a Gavrel con un sonrisa cínica que no disimula el desgraciado.

No sé qué clase de impulso tengo, pero termino por lanzarme a abrazarlo y besarle la jodida boca. Agradeciéndole lo que hizo, estoy eufórica.

__ ¿Gracias por qué? - pregunta.

__ ¿Lo de las tiendas lo hiciste tú o eso no fue de tu parte? - cuestiono porque de lo otro si estoy convencida.

__ ¿Que pasó en las tiendas? - cuestiona y mi respuesta está ahí. - Siéntate porque tengo que salir de aquí y con una salvaje sobre mí, lo único que haré será estrellarnos.

No le digo como hacerlo, porque le tengo terror a tomar el volante y buenas experiencias no he tenido para decir tengo más conocimiento que él.

Me acomodo en el asiento que me recibe y es el lugar donde me dispongo a leer los mensajes de Ethan, quien me pide que le responda pues desea saber si tiene que mover influencias y es algo que no quiero. Verlo en problemas por mi culpa es lo último que querría.

Erick está en las mismas y hasta Santa me pregunta si quiero hablar. Claro que quiero hablar, quiero gritar y decirle que...En realidad no sabría que decirle, pero de seguro recalcaría que es mi cuñada favorita, aún cuando no me lo pregunte.

Les contesto que estoy bien, que hay excelentes noticias, pero que por el momento no puedo decirlas por teléfono. Así se tranquilizan.

El auto se detiene y descubro que estamos en la pista de nuevo.

__ Iremos a New York, pero a un lugar que quiero que conozcas. - me dice Gavrel tomando mi mano para conducirnos de regreso al Jet que nos espera, con los mismos tipos vestidos como si fueran el escuadrón suicida, pero de igual manera me caen bien.

Dentro del avión me siento en sus piernas de nuevo, quedándome en ese lugar, mientras sus labios se adueñan de los míos, como un afrodisíaco sin fin que me atrapa, borrando las ansias y por un momento me permito ser solo...suya.

No me importa lo que pase luego, solo quiero disfrutar que sus manos me toquen de tal forma que apenas y puedo respirar al sentirlo pasar sus dedos por mis mejillas, mirarme de la forma en que lo hace y que el aroma que desprende sea tan adictivo, que no puedo pensar en otra forma para extender el tiempo y perderme en él y lo que siento desbordándose en mi pecho.

No tengo aliento, fuego arrasa con lo que tengo dentro. No tengo control de lo que hago y solo me dedico a darle todo de mí y ni siquiera debe follarme para lograrlo.

No quiero hablar porque siento que se esfumará y aún cuando no lo entiendo, ni me complico por hacerlo. Me quedo con el enigma, me quedo con el deseo ardiente porque crezca y que no sea solo fugaz, aunque pueda que ese sea el destino. Pero me niego a volver a la realidad que ahora me atemoriza ver.

__ Te estás llevando mucho de mí. - dice cuando estoy a punto de dormirme y solo suspiro, abrazando mucho más el momento que me tiene creyendo en tonterías, pero que me satisfacen de una forma que nada mas puede hacerlo.

Prefiero vivir en la mentira hoy. Me gusta el engaño si huele, abraza y besa como Gavrel Mikhailov.

Cuando despierto lo encuentro conmigo aún, sigue ahí, pegado a mi espalda. No muevo un solo músculo, incluso cuando nos avisan que estamos a punto de aterrizar tengo que guardar silencio.

Pero al final lo siento levantarse de la cama, en minutos nos movemos de la pista, subimos al auto que nos traslada por la autopista, no pregunto a donde vamos porque estoy confiando en que este tiempo es el que necesitaba para perderme y no despertar hasta que así lo decida.

Entramos a una casa en donde se ven unos jardines demasiado hermosos para creer que son naturales, pero descubro que sí cuando este camina por la zona cubierta de césped, llegando a otra que es concreto y piedra.

Es hermoso.

__ Isabel. - le habla y me tenso al escuchar un nombre de mujer. Aún así me dejo arrastrar dentro de la casa, haciéndolo por la entrada que da a la alberca. - Te dije que volvería.

__ ¿Quién es? - pregunto, este va a responder cuando oigo pasos, señala con el dedo mostrando a una mujer con cabello corto, quien camina con una maceta en las manos y unos guantes de jardín.

__ Un día de estos pensaré que eres un ladrón y voy a llamar a la policía. - se queja ella colocando la maceta en la cómoda cerca de la puerta, a lado de esta hay un cuadro donde está ella, las dos chicas que vi cuando nos arrestaron, Gavrel y alguien más de cabello rubio.

Volteo a ver a mi acompañante que se deja apretujar por la mujer, mientras sonríe y no es de esas sonrisas con ironía o burla, esta es genuina y demasiado hermosa como para no desear plasmarla.

Se voltean hacia a mí, siento que tengo el cabello como alambre, que la ropa no es la adecuada y que tengo cara de haber dormido sobre algo demasiado cómodo para ponerme un límite, pero sí sucedió así, ni como defenderme.

__ ¿Quien es esta hermosa niña? - su pregunta me hace sonrojar y a la vez recordar a mi abuela.

__ Pregúntale cómo se llama su nombre. - escuchó decir al maldito de su nieto que me pone peor al dejarme en evidencia. - Suele tartamudear, luego te acostumbras.

__ ¿Me permite un momento? - le pregunto a Isabel, ella sonríe asintiendo. Me giro y lo acribillo con los ojos, una risa cínica es lo que obtengo. En verdad quiero golpearlo, pero estoy canalizando mi enojo, porque quiero convertirme en un ser de luz.

«Solo que creo que terminaré electrocutada por tanto arranque»

__ Mucho gusto, Isabel. Me llamo Arleth Ambrosetti. - estiro la mano, pero ella me abraza con esa misma efusividad que uso, la cual otros deberían entender y no mandarme al diablo a cada nada.

__ Eres muy hermosa, mi niña. ¿Es tu novia? - mi saliva se atasca.

__ ¿Tú qué crees? - devuelve el ruso.

__ Opino que mi intuición nunca me ha fallado, hoy hice más galletas de mantequilla, pero si tus hermanos no están, tendremos que comerlas nosotros. - vuelve a tomar su maceta - Entre menos monos hayan en el árbol, más ramas tenemos para brincar.

Estoy a punto de decirle que me adopte. Ella ve las cosas de la misma forma que yo. Es mi versión mayor o yo soy su versión joven. Solo espero verme así a su edad porque si sigo comiendo como hasta ahora, haciendo ejercicio cada vez que una lombriz se muere de tos de seguro me veré cómo la mamá de Dobby.

Cava un agujero en donde cultiva su rosal, la escucho contarme de su hija, de sus nietos y como ahora tiene a cuatro nietos y cuatro bisnietos que la hacen ver a su esposo con orgullo por todo lo que han logrado.

Se expresa de una forma que me enamora la vida. Es como si supiera llenar esos huecos con ideas que me hacen suspirar.

No he visto siendo atento a Gavrel, pero lo es en este momento, con ella. Alguien totalmente distinto cuando está con personas que sí quiere, eso me hace pensar en como podría ser si yo fuera alguien importante de su vida.

Sonríe a cada nada para complacerla, no le pone peros cuando le pide ayudarla a cocinar, mientras solo me dedico a picar un poco de vegetales que es lo único que me sale bien.

Pone música clásica y no sé porqué me hace sentir melancólica. Tengo ganas de llorar, ganas de reír. Pero me doy cuenta que es porque hace unas horas sentí el estrés cubriéndome y ahora estoy experimentando un tono de paz mucho mayor.

Hacen una fogata para cenar afuera, no quiere bombillas, solo la naturaleza recordando a su esposo.

__ Estoy cansada. - nos dice luego de cenar. - Pueden dormir en una de las habitaciones, las muchachas de servicio tienen todo limpio siempre, no hay inconveniente.

Gavrel se ofrece a llevarla a su habitación, pero ella se niega, pidiendo a una chica joven hacerlo. Dejándonos a los dos con música clásica de fondo y una fogata a un lado de las mecedoras reclinables acolchonadas.

Lo veo levantarse y se sienta en la que tengo a un lado. Estira la mano y por inercia me acerco, acomodándome en su regazo, coloca una manta sobre los dos y suspira sobre mi cabello.

Ninguno habla, solo permanecemos en esa posición como si no quisiéramos que el momento se acabe. Su corazón tiene un "thud" totalmente descontrolado, mi oreja lo escucha y podría jurar que es un sonido que crea una melodía exquisita y demasiado hermosa como para no querer dejar de escucharla.

Me atrevo a hacer algo que puede humillarme, pero no quiero quedarme con las ganas de hacer, por lo que apoyada en mis brazos me acerco a sus labios.

Esa punzada regresa con mayor fuerza cuando sus ojos se abren justo cuando terminó con la distancia entre nuestras bocas. No es de esos besos urgidos, sino una danza que me calienta el corazón, desacelera mis latidos y me deja en el limbo solo concentrada en el movimiento envolvente de su boca, la música de fondo y las pulsaciones de su pecho que me hacen querer instalar mi vida en este preciso instante.

Pero al final me vuelvo a quedar en la posición inicial antes de cerrar los ojos, con Gavrel aferrando más sus brazos a mí y yo aferrando mi vida a ese aroma que me da calidez.

Definitivamente estoy jodida.

Despierto en la mañana con una brisa deliciosa golpeando mi cara, escucho a Isabel hablarnos por lo que remuevo a Gavrel que en menos de nada ya está con los ojos abiertos.

Trae unas tazas con café que nos entrega y siento que estoy como una escoba de veinte mil usos con el pelo enmarañado, pero me lo acomodo para no sentir más vergüenza de la que ya tengo. Entro a un baño y arreglo mi imagen, me lavo los dientes y regreso con ellos.

__ No haré eso. - Gavrel se ve renuente a algo, pero no sé a qué se refiere, tampoco me atrevo a preguntar.

__ Ayúdame. Dijiste cinco días con tu abuela, pasaste dos, luego te fuiste y ahora hace uno más. - hace el recuento. - Pero no lo mencionaré más si plantas este rosal por mí. Qué te ayude Arleth.

Quiero decir que no porque eso no se me da, pero Isabel insiste en que lo haga.

__ Tratenlo como si fuera su bebé, un retoño que tienen que tratar con suma delicadeza para que perdure por mucho tiempo. - aconseja.

Gavrel se niega una y otra vez, no obstante a los minutos termina de rodillas en el césped, cavando un agujero, mientras yo sostengo el rosal pequeño.

__ La decepción va a ser mucha cuando esto se seque. - menciono y Gavrel medio se ríe. - En serio, en el jardín de niños se secó la que planté. En mi escuela lo intenté de nuevo y se volvió a secar, en la secundaria no llegué ni a regarla una vez. Siento pena por ella y vergüenza por mí.

__ El problema no es que se seque, sino que si lo hacemos mal, nos hará plantar uno todas las veces que sea necesario hasta que quede bien. - dice el ruso mirando a su abuela cortando pequeños botones. - Así que es mejor que no dejes caer eso, salvaje.

__ Y tú presta más atención en que el tamaño de ese agujero es muy pequeño para esto. ¿Acaso no lo ves? Esta cosa es gigante. - le muestro mirando que podemos hacer que se seque al solo meterlo.

__ Tengo métodos para que cosas de gran tamaño, entren en cosas muy pequeñas. - contesta y bajo los ojos apretando los labios para no decirle una de mis ingeniosas respuestas. Me recuerdo que la maceta no tiene la culpa de nada, si se la rompo en la cabeza la dañaré

Al final el rosal queda en el lugar dispuesto, lo riego y me siento orgullosa de él, aunque lo único que hice fue mantener la maceta en las manos.

__ Se llamará Ambrosio. - digo colocando la regadera en la mesa. Gavrel me mira como si estuviera loca. - ¿Que me miras? Tu abuela dijo que es como un bebé. Un bebé necesita un nombre y me gusta Ambrosio.

__ Definitivamente voy a necesitar un psiquiatra si sigo cerca de tí. - murmura pasando a lado mío.

Me despido del rosal, desayunamos y luego nos despedimos de Isabel, quien me hace prometer que regresaré a visitarla. Le dejo mi número de teléfono y abordamos el auto de Gavrel.

En el camino ninguno habla, pero no es un silencio que genere incomodidad, sino uno donde no tengo ganas de pelear con él y al parecer él tampoco.

Me deja en casa, siendo Stephanie quien me recibe cuando entro, me besa en reiteradas ocasiones hasta que se cansa y vuelve a abrazarme como si hubiera tenido miedo por mí.

__ ¿Segura que todo está bien? - pregunta y asiento - Te juro que si te hicieron algo...

__ No, mamá. De hecho hay buenas noticias. - me siento con ella en el mueble donde le relato todo desde el principio.

No le miento. Solo le digo las partes que tienen relevancia. Me escucha atentamente y para cuándo termino esta igual que yo de incrédula. Es de no creer que haya sucedido tanto en pocas horas, pero sabe que no son tonterías mías.

Para la noche mi papá llega y lo primero que hace es entrar a mi habitación donde estoy leyendo en mi computador las noticias de lo ocurrido, mi nombre está resonando, siendo limpiado. Criticando al periodista, debo sentirme mal, pero no lo hago, me gusta sentirme protegida incluso de Ethan o mi hermano.

Pues quiere tomar cartas en el asunto, pero los detengo, si lo tocan lo dejan vuelto nada.

Ceno con ellos. Pasando tiempo juntos como tanto quise.

__ Pase lo que pase no dudes en venir conmigo. - me dice mi papá cuando me despido para ir a dormir. - Si te hacen sentir mal, veremos a quien le quedan ganas de trabajar con ellos.

Solo lo dejo abrazarme de nuevo, yendo a dormir con una enorme sonrisa en la cara.

__ Te estás apendejando mucho, Arleth. - mi regaño no surte efecto, pero prefiero ignorarlo y descansar.

Mi mamá me avisa que habrá un evento que dará la fundación de mi tío Sebastian, por lo que elijo un vestido para asistir.

Tim me avisa que entrará a negociaciones con lo de la marca, no me quiero estresar por eso, solo me dedico a estar en un spa, hace mucho no lo estoy.

__ Tu nombre está sonando por todos lados. - me dice Cristal, mientras nos hacen un masaje. - Te juro que no lo podía creer cuando vi el vídeo, más cuando noté quién era el otro.

__ Dime qué tiene hermanos. - me dice Katia. - Ese hombre debe tener más versiones.

__ Tiene uno, pero está casado. Creo que ya les había dicho

__ Lástima. Suertuda la que logró tenerlo, pero me conformo con un primo.

__ Estás en modo "de que me quedo en la familia, me quedo en la familia". - se burla Cristal.

__ ¿Quien no? - se apoya en sus brazos. - Investigué estos días y encontré con que hay muchos con el apellido Mikhailov, unos tienen compañías dedicadas a la moda, discografía, editoriales, a las bienes raíces, dueños de equipo de deportes en muchas disciplinas. - la escucho atenta. - No sé a cuál pertenezca él, pero todos tienen dinero.

__ Pregúntale al tío Ethan o a los demás. Ellos se llevan bien con el padre de tu chef vergon.

__ Tampoco voy a averiguar finanzas de ellos. - le digo a Cristal.

__ Ya callen. Vamos a dejar de hablar de dinero y vergas y nos concentramos en relajarnos. No quiero lidiar con los socios de mi papá, ni con los tontos de mis primos.

__ ¡Hey uno de esos es mi hermano! - le recuerdo.

__ Erick es el líder de ellos, ni como defenderlos. - alega Katia con una risa divertida.

__ Pero continuando, opino que lo mejor es que le preguntes a la esposa del hermano del chef vergon sobre...

__ No le preguntaré nada. - me acomodo. Intenta hablar pero la detengo. - No lo haré, ustedes dos en lugar de llevarme por el camino de nuestro señor redentor, me hacen tomarle la mano al hijo del diablo seguramente.

Comparten una mirada cómplice. Termino por reírme también, saben cómo hacerme sentir mejor, cuando se debe están conmigo y cuando solo necesito de un poco de silencio se queda observando a la nada, dándome a entender el "en las peores tampoco nos iremos"

En la noche nos preparamos en casa de Katia, con el tío Marcus esperando impaciente a su esposa, quien aparece con un vestido rojo que lo hace silbar.

Me veo como si fuera un mal tercio, por lo que me hago a un lado para dejarlo elogiar cada rasgo hermoso de Irina.

__ ¿Seguras que no quieren que las espere? - vuelve a preguntar mi buen consejero tío.

__ Conocemos el camino.

Me revuelve el pelo y de no ser porque siempre cargo un cepillo en mi bolso me vería como nido hecho con toda la pereza del mundo.

Una hora más tarde estamos llegando al dichoso evento, donde algunas cámaras me enfocan en cuanto bajo del auto.

Me hacen preguntas sobre lo sucedido recientemente y opto por descartar las entrevistas, indicando que es un evento distinto, no mis conferencias de prensa.

Mi tío Sebastian saluda a algunos de sus conocidos. El tío Matt no tiene reparos en ofrecerme su apoyo también siendo los cuatro hombres más increíbles que me pudo dar la vida, porque si se los pido arreglan todo.

Algo que me dió la seguridad de saber que también puedo hacerlo.

__ Tu doctor sí vino. - le señala Cristal a Katia, quien se gira a ver al sujeto con una sonrisa que parece de comercial, saluda a todos y parece buscar a alguien entre los invitados.

__ Es un hombre casado. - reitera para nosotras. - Ya dije, hombre casado ya tiene un candado y no soy cerrajero.

__ Si ese es el caso, corre. Viene para acá. - le dice Cristal. Ambos se gustan y aunque mi prima sepa que es un matrimonio en trámites de divorcio no lo quiere cerca.

Se enamoró una vez, el tipo resultó casado y cuando lo supo estuvo a punto de ser degollado, por lo que Katia jamás estaría con alguien si sabe que está unido sentimental o legalmente a alguien más.

La vemos casi correr hacia donde el tío Marcus la recibe muy contento de presentarla en su grupo de socios, mientras Cristal y yo entorpecemos el paso del sujeto que la pierde de vista.

__ A la derecha. - me dice la rubia apuntando con la boca al sitio dicho.

Es un pulcro y resaltante Gavrel a quien me señala, vestido totalmente de negro es como ver a un demonio salir del inframundo y cautivar mintiendo con que es el cielo que vas a conocer.

Su colonia la puedo sentir y estamos demasiado lejos, está grabada en mi cabeza la maldita.

__ No puede ser, ¿quien es ella? - simulo no importarme que Lisa se acerque a él, este mantiene su postura de odiar a medio mundo, pero no es fácil deshacerse de alguien como ella, por lo que sigue caminando con la mujer que todos comentan es de un atractivo poderoso.

Necesito mil gramos de azúcar para que mi estómago se sienta de nuevo normal porque lo agrio que se deslizó por mí garganta hasta mi estómago me tiene con molestia.

Intento que no me moleste, pero no puedo. Siento algo, lo sé, soy consciente de lo idiota que de seguro mi versión cuerda vería a esta, pero en verdad no puedo...

Mantengo mi frente en alto cuando Lisa lo presenta con la mamá. Sonrío como si nada pasara, necesito una distracción. La que sea.

Parece que el mundo me escuchó porque veo a alguien que no tenga a todos encima.

__ ¡Valentín! - no esperé encontrarlo, pero es mi salida.

__ Arleth. - saluda con el beso en mi mejilla. - No esperé encontrarte aquí. Bueno es de tu familia obviamente, pero...

__ Casi nunca paso con ellos, ya sé. - recibo la copa que pide al mesero. - Pero desde Milán no te veía. ¿Qué ha pasado contigo?

Me cuenta sobre haber estado internado en un hospital por un accidente, de su recuperación y como apenas se reintegra a las labores que su padre le indica para pelear la candidatura por la ciudad. No lo veo como alguien en la política, pues su desánimo lo reitera.

__ Creo que tengo que irme. - se disculpa.

Su semblante cambia de un momento a otro, lo veo palidecer.

__ Fue un gusto verte, solo...

__ ¿Pasa algo? Te ves...

__ Si, solo tengo cosas muy urgentes que revisar. - excusa con rapidez, se ve demasiado ansioso.

__ Es por lo de mí médico, me dijo que... Bueno, tuvo que hacerme un... - tartamudea descontrolado.

__ ¿Qué te hizo? - pregunto. Este solo mira sobre mi hombro y cuando observo es a Gavrel a quien mira, ni siquiera está haciendo nada, pero el hombre frente a mí palidece y hasta diría que suda.

La mano le tiembla y no tengo como ayudarlo porque no tengo idea de qué le pasa.

__ Tengo que irme. - da dos pasos atrás. Golpea a un mesero y el pobre sujeto bota todas las copas, causando un estrepitoso ruido que llama la atención de todos.

Se disculpa con palabras sin terminar, tropiezos y al final solo termina por correr.

Me quedo enmedio de todos, no sé ni qué pasó. Solo que necesito una explicación o ignorarlo.

Los organizadores para aminorar el foco de atención a ese extraño suceso ponen música, instando a las parejas para que bailen. Formando algunas otras hasta que al final me siento como la única sin par.

Me muevo entre ellas, como lo hacen todos los que no tenemos lugar ahí, serpenteando entre las parejas que se mueven al ritmo suave de Turning Page, buscando la salida sin pisar los vestidos de las mujeres, cuando mi frente se golpea con algo que parece concreto.

__ Oh, lo siento. Disculpa. - levanto la vista con algo de vergüenza, pero tal se vuelve una hoguera dándome directo a la cara cuando veo esa mirada ámbar impactar con la mía.

Muestra luz, pero denota oscuridad y en lugar de correr me quedo congelada en mi sitio.

__ Ustedes dos. - dice la organizadora del evento uniendo nuestras manos, intento refutar, pero se va dejándome con ese par de ojos esculcando demasiado hondo en mi pecho.

__ No lo decidí yo. - dice con una sonrisa que estalla lo que tenía reprimido.

__ No soy buena para bailar así. - confieso. Es la razón por la que no lo hago, la última vez no salió bien. - Puedo pisarte o me van a...

__ Que bueno que tengo una madre que me hizo ser buen instructor. - se ríe y no sé porqué lo sigo, pero sonrío con él reforzando el agarre de mis dedos.

Coloca sus manos en la parte superior de las caderas, mientras lo hago en sus hombros con un leve temblor que me termina de descontrolar con el movimiento ligero de sus pies que me hace copiarlo.

Será fácil, Arleth. Solo no le pises. No lo pises y no dudes.

El slow dance no es lo mío, por lo que me sorprende cuando nos acoplamos tan bien que no puedo evitar escuchar mi corazón en mis orejas, el suyo se oye como un galope de una carrera.

Te estás perdiendo, Arleth. No lo hagas, por favor, no.

Mis propias advertencias son ignoradas al pegarme un poco más a su cuerpo y Gavrel en lugar de alejarme, me da un poco más de él, con un suspiro que choca contra mis labios al tenerlo tan cerca y con esa mirada como si me gritara algo.

No pienses. No sientas. No sueñes.

__ Eres hermosa, salvaje. - susurra y no sé porqué esas palabras tan simples me dan tan duro. - Muy hermosa.

El aire me falta, mi pecho retumba con una rapidez que escucho truenos en su pecho y un fugaz viento que me deja sin aliento en el mío. El estómago se me aprieta y de un momento a otro siento como un aleteo se forma desde mi vientre hasta mi pecho, mi cerebro se funde y no sé si en verdad estoy levitando o solo estoy en sus brazos.

Siento como mis pies tocan el suelo, su altura aún es mucha estando en tacones, por lo que cuando se inclina un poco dejo de respirar al intuir lo que hará, me mira directo a los labios, sus pupilas se expanden a un punto que el color ámbar se vuelve solo un anillo muy delgado.

Paso saliva, no puedo...

__ ¿Puedo robartelo un segundo? - dice Lisa llegando de no sé dónde pero nuestra cúpula de cristal se vuelve pedazos. Ni siquiera me deja responder cuando lo hace caminar, alguien más me pide bailar con él y accedo disimulando que no puedo ni hablar.

Lo veo irse, Lisa le habla y no deja de mirarme como tampoco lo hago yo hasta que desaparece.

En toda la ceremonia no lo vuelvo a ver, Erick se ríe con Leandro y Elién, acompaño a mi cuñada cuando le toca que quedarse sola porque alguien se lleva a mi hermano. Paso un tiempo hablándole a su estómago, haciendo que se ría a carcajadas.

Mi mamá se nos une, papá regresa y así paso a ver a Katia evitando por todos los medios al doctor, Cristal es de las que presenta uno de los reconocimientos que otorgan a uno de los presentes no sé porqué, pero al final termino aplaudiendo.

__ Te ves cansada. - exclama Elién sentándose a mi lado. - Estuvo feo eso del tipo inventor ¿eh?

__ No es un tema que me guste abordar. - le digo para evitar que ahonde en el tema.

__ Bueno, supongo que eso de ser vista con el socio del tío Sebastian es peor. - comenta y ya sé para dónde va. - Ni me niegues las cosas, no soy ciego, menos idiota.

__ No he respondido nada. - me como una de las cerezas que tiene el postre que sirven.

__ No es necesario, no estoy preguntando. - deja caer la cabeza en mi hombro. - Creo que ya tomé demasiado.

Cuando está borracho es cuando más dócil se pone, Leandro es totalmente distinto, se vuelve alguien poco razonable y Erick, mi hermano es más de quedarse dormido.

Katia está bailando con el doctor, se ven discutiendo. Cristal se ríe con su papá, su mamá está con mis padres. Mis tíos charlan con varios de sus socios y Lisa aparece...sola.

Lo busco con la mirada, pero lo olvido cuando no aparece por ningún lado.

De seguro se aburrió y se fue.

No me pondré a averiguarlo, solo me quedo con que la noche termina conmigo en mi dormitorio con un short de pijama, una blusa y "puro huesos" como mi acompañante nocturno.

Me quito las sábanas y las lanzo al piso para poder soñar a gusto con los brazos abiertos que me reciben y me dejan dormir con ese golpeteo como música de fondo.

Me hundo en esa ensoñación hasta que despierto con las sábanas cubriéndome casi por completo.

Desayuno, salgo a correr siendo Baxter por medio de una videollamada que Santa hace posible para reírme con ella trabajando desde su casa.

Regreso, me doy un baño arrepentida por haber corrido pues mis pies duelen, pero al final lo agradezco.

Entro al sitio web de algunas revistas y en una de ellas encuentro una fotografía donde estamos Gavrel y yo entre varías parejas de baile más.

Me gusta, la imprimo y la recorto como un recuerdo que dejo sobre un diario que tenía de niña con un candado de corazón que ni recordaba había tenido, pero la dejo enmedio de las páginas con ideas donde según la Arleth de ocho era una gran poeta.

Los versos son inverosímiles, le dediqué frases de amor a mi futuro esposo y con un plato con gomas termino riendo por las estupideces que decía esa niña.

Lo guardo cuando llego a la parte donde planeé hasta mi boda.

Con mi trabajo de seguro encuentro a uno como lo describí ahí.

Pasan los días y entre salidas de compras con mis primas, cenar y desayunar con mis padres, visitas a mi hermano y actividades que me hacen amar mi ciudad sigo mi vida como si no pensara en quien no debo.

Leo noticias sobre algunas explosiones en Moscú. No me gusta ese tipo de notas, pero termino por leerla, enterándome que fue en un laboratorio donde varios heridos aún no se recuperan. Se dice que se evitó un ataque biológico, pero que en el proceso tuvo que intervenir hasta el ejército.

Leo sobre fallas virtuales. En New york las cosas no son tan buenas tampoco, pues se dice que los candidatos a la gobernación confesaron ser usados por la mafia para llegar al poder, que en el mismo evento se dio un ataque que dejó una docena de muertos y que aún los responsables no han sido capturados.

Me encuentro tantas noticias que cuando noto ya es de noche una vez más, mi padre me da las buenas noches cuando llega, me despido de mi madre y me voy a la cama.

Me cepillo los dientes y cuando el celular suena con un mensaje pienso en que se trata de Tim, el cual me dijo que aún estaba en preparación de las clausulas y que estuviera pendiente.

Pero no es él, sino una notificación de mis redes sociales donde se me avisa de un like en una fotografía antigua. Suele pasar, pero la curiosidad me gana y termino por revisar notando que es una cuenta que solo tiene un apellido, Ivanov.

Hay mensajes de esa cuenta, pero decido no abrir el chat luego de ver uno que al revisarlo en la ventana de notificaciones dice un "Podría mostrarte la..."

He pasado por eso antes y opto por no leer obscenidades. Solo lo dejo junto al resto de ese tipo en ignorados.

La notificación es de una fotografía de cuando mi hermano ganó los Clio's, lo celebré como si hubiera sido yo, me tomé una foto de mí con una mano levantada, los ojos cerrados y una risa de loca maniática. No sé ni cómo le gustó, pero termino por recordar ese día tan especial.

Son mis recuerdos y elijo como tenerlos, no importa que lo vean como exagerado, vivo bien siendo yo. El resto puede irse al diablo.

Quedo de ir con Santa y así esté con la nariz irritada voy a abrazar a mi adorado Baxter.

Para la mañana esa es mi misión del día, me visto lo más cómoda posible y tomó mi morral de media tapa de cuero la cual me pongo en la espalda. Debo llamar a un taxi, por lo que me voy caminando hasta el sitio donde le digo estaré esperando, yendo por la banqueta con mi playlist sonando en mis auriculares, donde resalta Adele.

La galería de Cristal es la que me recibe, donde por lo visto no está, pero me pierdo ahí, esperando que el taxista me llame para decirme que llegó.

Me asomo a cada nada por la puerta, termino por cansarme, miro el teléfono hasta que una loción conocida me hace girar, topándome de cara con un ruso concentrado en la pintura que tiene al frente.

__ Los matices son muy resaltantes, una técnica poco usada y los colores de contrastan demasiado bien. - comentan en lo que creo que me tragué la lengua porque no puedo hablar. - Conforma una excelente obra.

__ ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunto y al fin me mira.

__ Detallando una obra de arte. - me dice sin quitarme los ojos de encima.

__ Ya sé, pero me refiero aquí en la ciudad. No he sabido de tí o de...

__ Tuve emergencias que atender, además aproveché para cumplir con un compromiso con Damien y su esposa.- menciona como si nada. - ¿Qué haces en una galería?

__ La pregunta debería ser mía, presiento que me estás siguiendo. - le digo para volver a respirar.

__ Iba a dejarle unos documentos a tu padre, te vi asomando como una ardilla y decidí entrar. - achico la mirada ante su descripción y menos no puede importarle. - No me respondiste un solo mensaje estos días.

__ No me has enviado mensajes. - le muestro mi bandeja de entrada. - Ni tu número tengo.

__ No ahí. - toma mi móvil, deslizando los dedos por la pantalla hasta ponerla frente a mí con ese chat ignorado que creí era de alguien más.

Leo sus primeros mensajes.

Salvaje tenemos que hablar.

Salí de la ciudad, pero tenemos que hablar.

Estaba viendo una gata y me acordé de tí, así de impulsiva.

Podría mostrarte la gata, pero no es fotogénica.

__ Adivina no soy para saber que ese "Ivanov" eras tú. - recrimino. - Además ni te presentaste, ¿Que es eso de "salvaje tenemos que hablar"? Ni que fuera el genio de Aladín para saber quién eres.

__ ¿Cuántos te dicen salvaje, salvaje? - achica la mirada en un claro enojo por mi respuesta.

__ Pues contando contigo, Adrián, Lucas, Jonás, Samuel, Saúl y el rey David...Solo tú, idiota. Pero ahí no dice Mikhailov ¿o si? - mi teléfono suena y decido contestarle al taxista que saldré pronto. - No tengo tiempo de pelear, quiero ir a ver a Baxter y me retrasas.

__ Otra vez ese Baxter. - masculla.

__ Sí, porque él sí es... ¡oye! - no tengo ni tiempo de hablar cuando me tira al hombro como si pesara menos que un saco de algodón. - Bajame, me verán el culo.

Pone las manos asegurando mi vestido y sigue su camino.

__ Gavrel, recuerda que no queremos que suceda lo de...

__ Señorita, su...

__ No lo va a necesitar. - le dice lanzando un billete de cien dólares al hombre que me pregunta si necesito ayuda.

__ Es que los empleados de hoy en día se toman muchas atribuciones. - sonrío para disimular. - Gavrel bájame o me olvido que ahora soy un ser de luz.

__ Olvida que eres buena, nunca lo has sido y dudo que te guste verte como tal. - dice poniéndome el cinturón. Intento quitarlo pero el infeliz tiene un sensor que solo se desactiva con huella.

Además de ser el señor Gray es en parte un James Bond porque la tecnología de este nuevo auto es aún mejor. Sube y en menos de nada estamos en la pista donde nos movemos a la velocidad del hombre que no sé cómo puede mantener recibiendo la llamada de alguien que le dice sobre ir a revisar un sitio en específico.

__ No tengo tiempo. - le dice Gavrel.

__ A ver, sobrino. Es urgente, tu padre está que echa humo por las orejas y si no tiene a alguien confiable allí en veinte minutos me revienta el culo. - este maldice lejos de la bocina, no sé qué significa un atraco en artillería para ellos, pero para mí quiero que no sea literal y solo se trate de una metáfora.

Aunque la cara que pone Gavrel es la de tener un dilema si dejarme enmedio de la calle o llevarme con él.

__ Aquí está solitario, ni se te ocurra. - le digo antes que lo proponga.

__ Puedo llamar a alguien para que...

__ No, si no quieres que vea algo me quedo en el auto, pero no voy con desconocidos ni me quedo tirada. - me aferro al cinturón que veo como mi salvación más allá de un accidente.

Este solo aprieta la mandíbula y suspira.

__ Bien, pero no sales del auto. - reitera y le prometo no hacerlo.

Aunque se estaciona lejos de lo que creo es una multitud, me vuelve a repetir lo mismo, le indico que sí me quedaré quieta, pero cuando desaparece y verme sola entre varios autos que llegan de repente me hace mirar a donde asoma con el hombre que mandó una vez a cuidarme.

Como si en cámara lenta pasara todo, mis ojos se centran en el tipo que levanta un arma de una tamaño gigante, la cual es disparada contra ellos, mientras mi grito se deja oír siendo amortiguado por mis manos.

__ Modo defensa activado. - el bendito auto habla y yo me paralizo al ver como un segundo cristal sale de todas las ventanillas, una pantalla se enciende y muestra puntos y figuras humanas pidiendo autorización de voz para responder a los disparos.

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