Dió un paso hacía atrás, tratando de asimilar la confesión del alfa.
No creía... no creía que la persona a la cual trataba de quitar de su cabeza desde antes de entablar una "amistad" y últimamente del corazón, estaría confesandose a él. Él... fue un simple nerd en la secundaria que había atrapado al popular de la preparatoria sin saberlo, al alfa que todos deseaban... él... un don nadie en sus años de escolaridad.
No sabía qué responder.
Jungkook siempre fue un buen hijo, sobre todo obediente, pero no podía ignorar al alfa que se abrió el pecho y dejó en sus manos su corazón... un corazón que latía por y para él. No podía ignorar aquellos ojos que lo miraban con dolor al alejarse y no darle una respuesta.
No podía... No podía rechazar al único alfa que demostró que valía la pena. Pero Kook no sabía cómo decirle todo lo que sentía por él, no sabía cómo expresar todo lo que su corazón guardaba y su desesperación hizo acto de presencia al ver las lágrimas correr por el rostro del contrario, el omega también quiso llorar al ver como el alfa se marchaba y él sin poder moverse.
El miedo de desobedecer a su padre lo dejó estático, pero el dolor que se almacenó en su corazón por callar, le permitió dar un paso y luego otro, así sucesivamente hasta que sin darse cuenta se encontraba corriendo hacía su primer amor, aquel amor que jamás había olvidado.
—¡Hyung! ¡Espere!
Ahora la escena había cambiado, en un pestañeo; Taehyung dejó de correr tras el omega, ahora este era el que lo seguía desesperado.
Kim en esos momentos no quería tener conversación alguna con el menor, no quería que esté lo mirase con pena al ver que lloraba. No quería que Jungkook se diera cuenta del alfa tan patético le había elegido la luna para él. Solo quería llegar a casa lo antes posible para buscar sus bolsas de snacks mientras se acostaba en la cama y se pasara lo que quede del día mirando películas asquerosamente románticas, pero sus planes se vieron afectados al sentir una mano envolverse en su muñeca y jalarlo hacia atrás; impactando su cuerpo con el del contrario.
Su respiración se detuvo y su corazón se aceleró al sentir unos brazos rodeándolo y una frente apoyada en medio de sus omóplatos.
Omega...
Ambos se encontraban llorando. Las lágrimas de Jungkook brotaban por el odio que estaba sintiendo por sí mismo al no poder decirle al alfa lo mucho que lo amaba, quería gritarle al mundo su amor, pero como siempre esas palabras estaban muriendo en su boca.
Kim Taehyung lloraba porque no quería la lástima o empatía del omega —porque eso sentía que Jeon le otorgaba en su abrazo—, él, codiciosamente, quería el corazón del menor... quería su amor. Así que se lo hizo saber quitando sus brazos, los cuales se encontraban alrededor de su torso y se dió vuelta para encontrarse con una imagen dolorosa de su Jungkookie.
Sus ojos... Oh, esas grandes y hermosas galaxias se encontraban apagadas, con color rojizo adornando alrededor de estas y las gotas de agua salada saliendo de las mismas.
—H-Hyungnie... yo...— respiró hondo— y-yo... mierda... yo...
— Está bien, Kook. No te preocupes ni te sientas culpable— hizo una mueca, la cual debería ser una sonrisa— Solo dame un poco de tiempo y espacio, mejoraré.
Después de hablar miró por última vez a su omega y se dió la vuelta para irse.
—¡Maldición! ¡No te vayas cuando trato de decir que cuando enamorado estoy de ti!— gritó Jungkook mandando su paciencia a la mierda.
Con las manos temblorosa el alfa se volvió a encaminar hacia el otro para luego sujetarle el rostro, haciendo que sus miradas se crucen.
— Vuel... vuelve a repetir lo que has dicho, por favor.
La profunda, pero melodiosa voz de Taehyung hizo que las piernas temblasen junto a su corazón mientras sentía como su rostro tomaba un color rojo al escuchar el apodo.
— Maldición...
— Bebé, me refiero a lo último.
Jeon corrió la mirada.
—T-Te amo, Kim Taehyung— murmuró con las mejillas aún más rojas.
El alfa no creía haber sido tan feliz como en ese momento.
— ¿Qué has dicho, bebé? No pude escucharte— con una sonrisa burlona acercó su rostro a la cara del contrario, aspirando el aroma a fresas que este desprende. — Dilo más fuerte.
El menor lanzó un bufido.
— Olvídelo— dijo para luego caminar lejos de Kim, pero antes de dar un paso más, el mayor lo detuvo.
En un rápido movimiento; el mayor posó su mano derecha en la pequeña cintura del omega mientras que la otra dejó en la mejilla del mismo brindándole una pequeña caricia.
—Te amo, Jeon Jungkook. Te amo como nunca he imaginado y el saber que tu también me amas, hace que el simple hecho de pensar que puedo llegar a perderte me mata.
—Tonto— se rio Jungkook mientras posaba sus manos en el cuello del mayor. — ¿Cómo puedes perder lo que no has tenido?
— ¿Qué no he tenido? ¿Entonces tu corazón no se aceleraba cuando aparecía en visión y tu lobo no movía su cola de emoción?
— Nop, para nada— le respondió con una sonrisa, la cual demostraba que su respuesta era totalmente un antónimo de lo dicho por el alfa.— ¿Y qué es eso de llamarme "bebé"?
Kim lanzó una pequeña carcajada por la manera en la que el mejor dijo lo último.
— ¿Acaso no puedo ponerle un apodo bonito a mí futuro omega?— contestó coquetamemte el mayor mientras posicionaba sus manos en la cintura del contrario.
— ¿Futuro omega? ¿Quién dijo que seré tu futuro omega?— dijo juguetonamente.— Una cosa es que tus sentimientos sean correspondidos momentáneamente, pero nunca he dicho nada de ser tu omega. Ni siquiera empezaste con tu cortejo.
— ¿Acaso no quieres ser mi omega?— preguntó siguiéndole la corriente.— ¿Entonces de quién te gustaría ser omega? ¿Patch Cipriano? ¿Jace Herondale?
El omega se soltó sumamente del agarre Taehyung para comenzar a caminar lentamente hacia la salida, junto al mayor.
— En realidad consideraría ser tu omega, si consigues sacar algunos de ellos de los libros.
— Claro que no. Si consigo sacar aunque sea solo uno de ellos, no dudaras en ir con él.
— Si, claro. Van a querer a un omega que depende emocionalmente de la novela que está leyendo — dijo haciendo notar su sarcasmo.— Tú eres el único que ama a un omega así.
— ¿El único? Admiro tu humildad, pero eres tú el que tiene a media universidad babeando.
— Si, pero ellos no me conocen realmente. Si supieran que si mí personaje favorito sufre, yo sufro el triple; no dudarían correr o internarme en un centro de salud mental... lo último suena bien.
Ambos compartieron una pequeña risa, mientras sus manos se enlazaban.
— ¿Entonces por qué crees que siempre se te declaraban?
El menor paró su caminata para enfrentar al mayor.
— Porque soy bonito, ¿verdad?
— Realmente eres precioso— contestó el alfa mientras acercaba su cara a la del menor, parando en el momento que sus narices chocaron.
Jungkook se sentía embriagado con el aroma de su alfa. Sus ojos se desviaron hacia la boca de Kim e inconscientemente su mano se posó en la mejilla del mismo.
Sus respiraciones, estas se estaban por convertir en una. Aquellos labios que creyeron que jamás tocarían, estaban a menos de cinco centímetros... se habían rosado y eso hizo a Taehyung despertar del sueño en el que lo había puesto el dulce aroma del menor.
Kim se alejó rápidamente del omega, haciendo que este le regale un mohín.
— ¿Por qué no me besa? ¿Acaso no le parezco lo suficientemente bonito para besarme?
El alfa se rió.
— Me pareces lo suficientemente bonito para soñar con probar tus preciosos labios, pero la verdad es que en estos momentos no te quiero besar y creo que tampoco en un futuro.
Vale, eso fue lo suficientemente brusco para mi pequeño Jungkookie. En sus galácticos ojos, unos pequeños conjuntos de agua.
Alfa, tonto.
— ¿C-Cómo que no me quieres besar?
— No, no te quiero besar.... Quiero comerte la boca hasta que ya no la sientas como propia, hasta que te olvides cómo se respira, hasta que tus papilas gustativas solo queden impregnadas de mi sabor, ¿entiendes?
El menor sentía que se quedaba sin habla, jamás creyó que su dulce hyung diría todo eso o siquiera lo pensase.
— ¿Y quién te detiene?
Taehyung soltó una risita mientras se volvía a acercar al menor.
— Quiero que nuestro primer beso sea especial.
— Pero con el hecho de que tú me lo des, ya es especial.
No aguantándose las ganas, depósito un beso en la mejilla de Jungkook.
— Me encantas. Realmente lo haces, bebé.