—Este vato... ni siquiera somos nada. Harta nomás el wey —reclamó Danielle, frente a la mayor entre las dos, Hanni.
—Te entiendo amiga, te entiendo... —decía pintando sus propias uñas con mucha concentración.
—¿Siquiera me estás escuchando? —preguntó la de pelo ondulado, mirándola con reproche y gritándole con un tono algo alto.
—¿Eh? ¡Sí! Sí te estoy escuchando, Dani.
—Dame tu opinión, Pham. No se qué vergas hacer —dijo con frustración, Danielle.
—La mera neta no sé, le preguntas a la más gay de tus amigas.
—Agh... —refunfuñó Danielle, restregando sus ojos entre sus nudillos—. ¿Qué debería hacer con él?
—Cortarle el rollo, duh.
—No es tan facil... él es muy... cómo decirlo; intensito. Y no me deja en paz con sus cursilerías de "preciosa" y "bebé".
—Ewwww. Que cringe son los heteros —comentó con una mueca disgustada, haciendo reír a Marsh.
—Eres una tonta.
—A ver ya, tengo que decirle algo. ¿Pero qué le digo?
—Dile; "bro ya sácate a la verga, no me gustas" y le das bloq —Danielle carcajeó, haciendo sonreír a Pham.
—No, ya en serio.
—Pues simplemente decirle que no quieres nada con él —revisó su celular para ver la hora, luego volteó a ver a Danielle.
—Ha... —soltó aire—. Bien; lo haré —agarró su celular con determinación y abrió el chat de Wonbin.
—¿Así?
—Uyyy, que ovarios —Hanni rió y vio los mensajes de Danielle—. Ya ni yo podría. Bien hecho, Dani —chocaron palmas y Danielle sonrió satisfecha.
—Ahora a esperar a que me conteste.
—Sip —la notificación resonó por el cuarto y ambas se miraron al mismo tiempo, riendo por sus miradas cómplices.
—¿¡Quééé!? ¿Cómo qué hay foto? —preguntó Hanni en shock.
—No lo sabía en verdad.
—Malditos hombres pendejos, sólo sirven para estorbar —dijo Hanni, sobando la espalda de su amiga—. Lamentablemente le gustas a un hombre, siento mucha lastima por ti.
Aunque Hanni intentaba calmar el tenso ambiente luego de la situación con el tipo ese, Danielle seguía un poco extraña. Se sintió un poco mal por Wonbin por haberle hecho creer que le gustaba, aunque sólo estaba siendo amable con él.
—Vamos, anímate —vio la cara en blanco de Danielle, y se le ocurrió una idea—. ¿Sabes qué? Hay que buscar a la bonita de la fiesta.
—¿En serio?
—¡Sí! Anda, hay que pedirle ayuda a Min. Ella encuentra gente de volada.
—Gracias, Hanhan —abrazó a su amiga, sacándole una tierna sonrisa.
—Andale, apúrate, deja de andar de cursi —apuro de su amiga, haciendo que Marsh riera.