La Leyenda Áurea

By Kia020

2K 215 11

Esa noche, Xylia nunca olvidaría esa noche, en la que los habitantes del bosque salieron a celebrar sus ritua... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 20
Capítulo 25
Capítulo 21
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 22
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49 (Anuncio)
Capítulo 50 (Nuevo Anuncio)
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61 (Especial)
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68

Capítulo 4

45 4 0
By Kia020

–Xylia, estás...

–Preciosa ¿verdad? –corté a Shandor con una sonrisa tímida aunque él sabía perfectamente mis dobles intenciones.

Ojalá hubiera tenido a algún dibujante cerca para que hubiera plasmado los rostros pétreos tanto de Neith como de Shandor.  Me reí desconsoladamente sin temer porque se me estropeara el maquillaje o cualquier cosa que llevara. No estaba hecha para estas cosas peor cuando me vestía de esa forma, podía llegar a impactar muy fuertemente.

–Nunca creí que una mujer tan guapa se escondiera debajo de esa inquieta y traviesa mujer.

Rodeé los ojos al escuchar los comentarios de Neith, sin duda era todo un experto en mujeres aunque la verdad,no me importó que comentara aquello porque me hizo reírme más sobre que hubieran apreciado hoy mi belleza y no antes.

–¿De verdad creíste que no era guapa? –dije en un tono bastante ofensivo aunque entristecido.

Quería verlos disculparse por no haberme encontrado bella durante todos estos tiempos en los que luchábamos cuerpo a cuerpo en el barro o debajo de la lluvia porque estoy segura de que en ese momento estaría más guapa que en este aunque este es difícil de superar.

–Xylia –la advertencia de Shandor fue más un mero recuerdo de que aún estábamos cerca del Hogar del Conocimiento.

Era mejor no ponerse a argumentar en ese lugar ya que si llegara a acabar en discusión, sería un problema bastante grande.

– ¿Qué? Seguro que habéis venido a verme –dije yo con un tono triunfal mientras que la sonrisa de Neith empezó a formarse en su rostro de forma maliciosa.

–Ya quisieras, hemos venido a informar a la Sabia Anciana sobre el rastreo.

Me crucé de brazos enfurecida. Tan solo existíamos él y yo, nadie más. Era una lucha constante y que probablemente no acabaría nunca.

–Pues entonces, ¿a qué estáis esperando? Ah sí, es que os habéis quedado embobados al viéndome –dije yo con sarcasmo y con divertimento.

Shandor exhaló un suspiro, cansado de la situación que estaba viviendo. Pero Neith fue listo y con un rápido movimiento se colocó a mi lado, mientras que él miraba en la dirección opuesta a la que yo. Aún así, pude escuchar ese comentario tan sutil y tan susurrado que supe que tan solo yo debía escucharlo.

–Aún no me has visto vestido Xylia pero cuando lo hagas, la baba te caerá al igual que todas, así que no jueges con esto.

Reí profundamente en una leve carcajada. ¿Quién se creía que era para poder decirme aquello?  No era un dios ni un ser caído del cielo, así que no iba a engatusarme tan fácilmente.

–¿De verdad quieres que juguemos? Porque esto es solo el comienzo y no creo que puedas soportar mis encantos.

Ahora fue él el que profirió una sonrisa pícara.

–Eso ya lo veremos –acabó diciendo antes de ponerse a caminar en dirección al Hogar del Conocimiento.

Pero mi sonrisa se desfuminó al encontrarme a un Shandor con ese dedo índice acusador y con un rostro bastante serio.

–No quiero que hoy juguéis a vuestros jueguecitos estúpidos Xylia.

Esxhalé un suspiro y dejé que mi ingenio se apoderara de mi contestación.

–No se preocupe señor, esto no es un juego –dije con picardía mientas me marchaba del lugar con paso rápido –es más que un juego!!

Empecé a correr sabiendo que podía seguirme pero en cambio escuché mi nombre pronunciado con esa voz tan firme que podría haberme hecho parar pero no lo hizo y simplemente reí ante aquella estupidez que acababa de cometer.

No íbamos a discutir ya que no era la ocasión para hacerlo y más siendo un ritual pero si que podíamos lanzarnos pullitas durante toda la noche, lo que me hacía ansiarla más. Además de que lo que Neith me había contado,no era mentira, nunca le había visto vestido con esas ropas y aunque no me gustaba la idea que rondaba por mi cabeza, tuve que aceptar que quería verlo.
Eso sí, nunca me dejaría con la boca abierta, no iba a darle ese placer.

Así que después de alejarme de ese lugar, dejé correr para no sudar y para que no se me fuera la pintura del cuerpo, yendo directamente a casa con las expectativas de encontrar a toda mi familia reunida.

Durante mi trayecto me encontré a varios guardianes que pude notar como se quedaban pasamados al verme, como si no supiera que los estaba viendo pero aquello me creó un cierto sonrojo al pensar que en toda mi vida había pasado desapercibida por todos y ahora, al haberme vestido de la forma más tradicional, todos se quedarán sorprendidos con mi belleza.

Eran tontos al no haberme visto de esa forma antes ya que aunque entrenara y estuviera sucia debido al sudor y a la tierra, no significaba que mi belleza se hubiera esfumado. Así que sí, acabé concluyendo que eran muy idiotas.

Al llegar a casa, noté un ambiente cierto extraño. No había nadie, ningún familiar vino a recibirme, ni mis padres, ni mis propios hermanos. Me quedé desconcertada al no ver a nadie ya que con Owen, todos esperamos a que volviera para ver lo guapo que estaba con ella y ahora que yo debía dar ese paso, nadie hizo lo mismo. Aún así, decidí adentrarme en la estancia con tristeza aunque sabía que algo no estaba bien, ese aura no era la que habitaba en ese tronco. Noté una presencia desconocida, ese sentimiento hizo que mi piel se erizara y que mi cuerpo adoptara una posición defensiva. 

No sabía si me estaba volviendo loca o no pero esa sección era extraña y misteriosa, no me gustaba para nada sentirme de esa manera como sí fuera vulnerable y acechada por una presa. Aquello no me gustaba para nada y entonces lo supe, mi instinto supo que alguien estaba detrás mía y sin dudarlo me giré pero al darme cuenta de que no tenía mi arco, preparé mis brazos y piernas para barrer a la persona que se encontraba detrás de mí pero un brazo me paró con fiereza y cuando alcé los ojos, los vi, esos interminables ojos verdes como los míos que me miraban con seriedad y con una sonrisa en el rostro.

–¿Qué pensabas que era, un asyhe? –su tono con una pizca de diversión hizo que lo odiara más.

Respiré con calma tranquilizando mi acelerado corazón mientras volvía a posicionarme con normalidad dando gracias que no fuera un asyhe infiltrado y que tan solo fuera el idiota de Neith.

–No sabes el susto que me has dado Neith –acabé diciendo mientras me pasaba una mano por el pelo –¿qué haces aquí?

–Pensé que estaría Owen aquí contigo sabiendo que volvías del Hogar del Conocimiento pero me equivoqué y casi te maté del susto aunque te veías muy preparada para derribarme –su voz acabó siendo más traviesa de lo que pensé y yo tan solo exhalé.

–Debí haberlo hecho –solté yo sin saber las consecuencias que tendría ya que de un momento a otro, me encontré totalmente acostada en el suelo siendo retenida por él.

No pude hacer nada al estar tan sorprendida por lo que hizo mientras él me miraba con diversión, ese brillo que siempre tenía en los ojos cuando entrenaba.

–Sé que nuestra relación nunca ha sido buena pero...

–Suéltame Neith y déjame que me levante –le corté yo advirtiéndole de que hiciera lo que le pedía pero él simplemente me regaló una sonrisa y volvió con su discurso mientras yo forcejeaba.

–Como iba diciendo, siempre nos hemos llevado mal pero hoy es una noche especial y por eso deberíamos hacer una tregua, aunque solo sea para hoy.

Lo miré extrañada, ese no era el Neith que conocía y que me estuviera soltando aquel rollo, no era de su estilo.

–¿Te ha comido el tarro Shandor? –acabé preguntando mientras que él negó con la cabeza reprimiendo una sonrisa ya que ahora se puso serio.

–Xylia, por esta noche, dejemos de discutir, tan solo disfrutemos de la fiesta ¿aceptas? 

Lo volví a mirar y me ví reflejada a través de sus ojos, y pude ver lo guapa que estaba aún torada en el suelo. Nada había cambiado, ni esa mínima acción fue acto de que Neith seguía viéndome como a una igual y eso me alegraba de cierta forma.

–Está bien –se alegró mucho cuando acepté pero su sonrisa pasó a una más descarada cuando acabé de pronunciar mi frase.

–Pero que sepas que aunque firmemos una tregua, te seguiré viendo como el idiota que eres aunque vayas vestido con el traje tradicional.

Esta vez no se reprimió la sonrisa y simplemente dejó que saliera de su boca de forma natural.

–Te lo volveré a repetir, hasta que no me veas vestido, no podrás opinar sobre lo bien que me veo con ello.

–¿Es que acaso, alguna vez te ves bien vestido, Neith? –contradije yo provocándolo. 

Entonces lo vi, vi ese pequeño rubor en sus mejillas antes de apartar su mirada de la mía apartándose para que pudiera levantarme aunque con su ayuda. 

Sin embargo, no dejaba de olvidar esa extraña sensación que me embargó todo el cuerpo y aunque en esos momentos me centraba en ver a Neith arreglarse ese cabello rubio como los mismos rayos del sol, no supe dejar que ese sentimiento se alejara de mí.

Entonces, vi aparecer a Owen quién parecía haber corrido la carrera de su vida. Su flauta en mano y su sudoroso cara era lo único que me hacía pensar en ello. Se apoyó en la pared del tronco mientras respiraba con dificultad. Mientras tanto yo me fui alejando de Neith y me fui acercando a Owen.

–¿Estás bien?

Mi voz sonó muy baja ya que verlo así, me preocupó y activé sin pensar el estado de defensa de mis hermanos.
Pero su rostro demacrado por la sudor acabó encontrándose con el mío mientras alzaba su mirada hacia mí con pesar.

–Si... no me... quería perder... esto.

Estaba realmente fatigado pero pude entender lo que decía y esa tristeza que se me arremolinó en el interior cuando no vi a nadie esperándome, se fue disipando poco a poco al saber que Owen si que había querido verme con la corona sobre mi cabeza.

Le sonreí con alegría aunque me abstuve de abrazarlo ya que tampoco quería que su sudor destrozara la pintura pero aún así, no pude dejar de pensar en lo contenta que estaba al verlo allí sin olvidarme del pequeño factor que Neith estaba allí.

–¿Has venido corriendo para verla? De verdad, hermano, creo que has sobrepasado tus límites.

Me giré hacia Neith con furia al escuchar comentar aquello y sobretodo porque había utilizado ese término que utilizaban entre ellos pero que sólo Xylia podía utilizar en condiciones ya que ella sí sí era su hermana real.

–Estoy... bien –comentó Owen mientras se volvía a erguir mientras miraba a ambos –Xylia estás muy guapa.

Me sonrojé al escucharlo pero también me sentía orgullosa de que mi propio hermano me encontrara preciosa.

–Pero la pregunta aquí es ¿qué haces aquí, hermano?

Noté los leves pasos que daba Neith hacia nosotros hasta que pude ver como se colocaba a mi lado por el rabillo de mi ojo y por mi cara de disgusto, Owen pareció entenderme.

–Quería venir a por ti para que me ayudaras con mi atuendo pero en cambio me encontré con tu hermana y aquí estamos.

Mi hermano asintió con la cabeza despacio mientras nos observaba.

–Ya veo, pues si eso es todo, ¿ a qué esperamos?

–Pues eso mismo digo yo.

Exhalé un suspiro totalmente abatida, esos dos hombres compartían la misma neurona ya que sin despedirse de mi, salieron de casa poniendo rumbo a la casa de Neith que quedaba muy cerca de la nuestra a tan solo dos puentes de la nuestra. Los ví empanada al ver como conversaban con naturalidad como si nada de lo de antes hubiera sucedido, aún así me acordé y desde mi posición fuera de la casa, le chillé a mi hermano.

–Owen, ¿sabes dónde están mamá y papá?

Tanto mi hermano como Neith se giraron hacia mi dirección.

–¡No!¡ Seguramente estén ultimando los últimos preparativos!

–¡Vale! Nos vemos.

Así es cómo me despedí de mi hermano quedándome un poco confusa y con la esperanza de poder encontrar a mis padres.





Continue Reading

You'll Also Like

25.6K 5.5K 12
¿Quién dijo que una misma situación no puede generar dos historias diferentes? Este historia corta estará simultáneamente aquí en mi perfil y en el A...
358K 42.6K 52
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
46.6K 1.4K 38
Esta novela no es mía,pero es una de mis favoritas.
6.2K 754 19
La historia esta narrada por Carolina Amaya, una joven que tiene varios complejos y no puede vivir sin estar a la sombre de su mejor amiga, Rocio. El...