Juro que (JENLISA G!P) [Parte...

By poisontz

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Eclipsada en lujos, nepotismo y privilegios, Jennie pensaba que su vida sería así para siempre. Se había aban... More

Intro
Juro que...
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 34 - Extra Chaesoo
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Intro T2
T2 Capítulo 1
T2 Capítulo 2
T2 Capítulo 3
T2 Capítulo 4
T2 Capítulo 5
T2 Capítulo 6
T2 Capítulo 7
T2 Capítulo 8
T2 Capítulo 9
T2 Capítulo 10
T2 Capítulo 11
T2 Capítulo 12
T2 Capítulo 13
T2 Capítulo 14
T2 Capítulo 15
T2 Capítulo 16
T2 Capítulo 17
T2 Capítulo 18
T2 Capítulo 19
T2 Capítulo 20
T2 Capítulo 21
T2 Capítulo 22

Capítulo 4

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By poisontz





Rhinestone Eyes - Gorillaz

I got a feeling now my heart is frozen
All the verses and the corrosion

◦❀───────────────────❀◦


Para Jennie, por pasar cinco días encerrada en el sitio sin probar un bocado de comida ni agua (por decisión propia) ya creía que ese día en particular sería el último.

Estaba acostada todavía en posición fetal, de todas formas no había otra posición en la que pudiera permanecer.

No tenía energía y más allá del hambre que se atornicaba sobre su estómago como si la apuñalara, la peor parte de todas era sentir su garganta tan seca que respirar se había vuelto doloroso.

Sus ojos estaban cerrados, abandonandose a los últimos vestigios de vida antes de que su cuerpo sucumbiera al deterioro por inanición.

¿Tenía arrepentimientos en su vida? ¿Había algo de lo que debería disculparse antes de pasar a un siguiente plano?

Tenía uno en específico, pero la persona a la cual tendría que haberle pedido disculpas ni siquiera estaba viva para hacerlo. Y aún si pudiera, no podría verla en ese instante.

Incluso casi inconsciente y sin agua en su cuerpo, Jennie sintió las lágrimas deslizarse por sus mejillas por el pensamiento.

No está viva, pero... ¿Podría haber una posibilidad de que estuviera observandola en ese momento? ¿Estaría decepcionada de ella por haberse dado por vencida de la vida de una forma tan egoísta?

Aunque, a pesar de que Jennie estaba muriendo en ese instante, saber que para variar había sido decisión suya fue un pequeño shock de alivio.

Nunca había podido decidir nada, al menos sí decidía cuándo podía morir era una pequeña victoria obtenida, ¿no es así? Era mejor morir de esta forma que en manos de esa mujer de ojos celestes que la miraba como si fuese alguna especie de ratoncito con el cual podría jugar.

No sabía su nombre, era... La gitana de la que hablaban en el parlamento, pero no sabía si era que no se quedaba para escucharlo o su mente lo ignoraba cada vez que lo oía. Pero no importaba, incluso esa mujer que la tenía allí en contra de su voluntad no tenía el poder de quitar su decisión.

Una persona puede durar sin tomar agua de 3 a 5 días, y el 5to para ella estaba llegando a su fin.

Lo sabía porque ninguna farola estaba encendida y porque el frío estaba en su mayor humor. Sí murió de hipotermia de alguna forma era porque esa mujer envió a que alguien le pusiera una colcha medianamente comoda y gruesa para que no se muriera en el proceso.

Había venido de nuevo dos veces más, en ambas ocasiones no le había ofrecido comida de nuevo y en realidad... Ni siquiera le entregaba una palabra. A veces entraba en la jaula con ella simplemente para observarla en silencio y otras veces se quedaba afuera, con las manos apoyadas hacia atrás y mirando al techo en silencio.

Era tan extraña y tan impredecible que Jennie no podía hacer otra cosa que acurrucarse contra sí misma cada vez que la tenía cerca.

No podía determinar si era miedo como tal lo que sentía por su persona o era que no podía adivinar qué haría después.

Sabía que no era la única prisionera, pero vio a ninguno de ellos desde que habían llegado a ese sitio. La sala en donde estaba era tan silenciosa que podía escuchar sus propias respiraciones.

Aparte de la gitana de ojos azules, solía venir otra señora. Esa mujer sí le caía un poco mejor a Jennie, era un poco rellenita y tenía ese tipo de sonrisas amables de personas con un buen corazón.

En ocasiones, Jennie le devolvía algunas sonrisas. Pero la mujer no hablaba su idioma, o tenía una orden de no hablarle cada vez que le traía la comida todos los días. Probablemente era esa segunda opción. Lo que si sabía es que la señora tenía una mirada desolada cada vez que venía a recoger la comida que no había sido tocada.

Pero era una decisión que Jennie había tomado.

Estaba bien con ello, realmente.

La muerte era agridulce, pero era su decisión. Solo tenía que esperar un poquito más, el dolor no duraría para siempre... O eso esperaba.

Jennie sabía que su decisión iba a ser repudiada por su padre, pero en realidad... A estas alturas, a pesar de que no quería estar en ese sitio frío y solitario, no era demasiado diferente a su realidad dentro de las paredes de un palacio. Solo había una diferencia de comodidades, pero el nivel de libertad era prácticamente el mismo.

Entonces... Ya se dio por vencida.

No quería irse ni quedarse y cuando ya no había lugar a donde ir, ya no quedaba más por hacer.

Apenas fue consciente de los pasos que se acercaban y la cerradura abriendo su jaula, la verdad es que tenía los ojos tan apagados que ni siquiera podía abrirlos.

Probablemente era la gitana extraña de nuevo, seguro se iba a sentar en frente de ella a mirar la forma en la que su alma abandonaba su cuerpo. No es como si tuviera poderes sobrenaturales para verlo... Aunque Jennie no podría estar segura del todo. A pesar de que no hablaban, la gitana exudaba una fuerza externa que hacía que quisiera doblegarse ante ella.

Y a pesar de su condición, Jennie había sido educada para no bajar la cara ante nadie. Solo ante la reina y la princesa, de resto ni siquiera con su padre hacía eso.

Jennie sintió su cuerpo alzandose en contra de su voluntad y el calor de un cuerpo abrazando el suyo. La alarma se expandió por todos lados y cuando notó que estaban moviendola, tuvo que hacer un esfuerzo gigantezco por intentar abrir los párpados.

Sus ojos no se abrían, era como si pesaran una tonelada. Y no tenía la energía para moverse. Si no podía usar los sentidos del tacto y la vista, ¿qué podría hacer para tratar de averiguar lo que sucedía?

Ah, también habían voces, pero tampoco podía entenderlas del todo porque estos sí hablaban en un idioma que no conocía. Y eso que Jennie era políglota, ¿qué era esa lengua? Parecía del medio oriente, al sur de Asia o... Arabe no era, Indio podría ser... ¿Qué era? No era coreano, japonés, vietnamita ni tailandés.

Pero podía oler, por lo menos, su nariz estaba enterrada en el cuello de alguien. Sabía que una persona estaba cargandola a un sitio y por la forma parecía un bebé en los brazos de un extraño.

Terrorifico, pero, el olor era agradable... Por lo menos.

Cepilló su nariz por inercia en la piel caliente, era cómodo, más teniendo en cuenta que tenía el cuerpo tan frío como un hielo. El calor y el olor de un cuerpo extraño, probablemente de su verdugo, sirvió de tranquilidad momentanea.

Los pasos se detuvieron y a continuación sintió una superficie suave sobre su espalda. Con una tarea bárbara, Jennie pudo abrir los ojos apenas. Nada estaba nitido y solo podía ver una figura negra en frente de ella, pero cuando sus ojos se adecuaron al ambiente pudo encontrarse con los ojos azules mirandola directamente.

Ahí estaba la gitana, inclinada sobre su cuerpo y mirandola tan cerca que Jennie sentía su respiración a centímetros. La idea en vez de horrorizarle envió un torrente de calma.

Estaba perdiendo la cabeza y el cuerpo y todo, estaba a segundos de morir. Podría admitirse a si misma ahora que la gitana extraña era agradable de forma visual, y más cuando la tenía cerca. Daba miedo, pero era hermosa y si ese era el último rostro que vería antes de morir, no estaba tan mal del todo.

El rostro de la muerte era precioso.

—Debiste traerla hace días. —Una voz se escuchó al costado de Jennie, pero la joven no podía dejar de mirar esos ojos incrustandose en cada particula de su sangre.

—Debió comer hace días. —Respondió la gitana, alejandose un poco para desgracia de Jennie.

Jennie sintió otras manos en su rostro, su quijada fue jalada al lado contrario encontrandose con otros ojos, pero oscuros. Eran tan grandes como los de un buho. Tenía una pequeña linternita en sus dedos enguantados y abría sus ojos como pinzas para chequear sus pupilas.

—Se está muriendo. —Dijo lo obvio.— Está deshidratada y desnutrida.

La gitana murmuró una maldición en un idioma extraño.

—¿Qué esperas? Sálvala.

Mirando la interacción por unos segundos, Jennie no pudo evitar cerrar los ojos del cansancio de nuevo. Sentía su brazo derecho siendo manipulado a un costado y confirmó que estaba poco consciente porque el pinchazo de la aguja no le había dolido.

—No sé si se pueda... —Comenzó diciendo la doctora. Era doctora, ¿no? Estaba tratandola... Estaba... ¿Era una enfermería?

Jennie comenzó a removerse en el sito.

¿Iban a salvarla?

No, no quería que...

Jennie encontró batería de donde no tenía, abriendo los ojos de nuevo para tratar de mirar a su alrededor. La gitana y la doctora hablaban, la gitana tenía el rostro cada vez más torcido en una mueca y por la forma en la que se movía su boca Jennie intuía en que estaba gritando. La doctora no se quedaba atrás, a pesar de que la gitana era la lider, también estaba gritandole con fuerza.

Aprovechando eso, la joven confirmó que era un cuarto pequeño, a simple vista limpio pero parecía viejo. Habían unas maquinas titilando a sus costados y vio la vía introducida en su vena. Un liquido estaba comenzando a ser introducido en su cuerpo en contra de su voluntad...

Iban a salvarla.

Jennie no quería que lo hicieran, y sintió las lágrimas volviendo a correr mientras acercaba su mano a la vía y quitaba la aguja de su brazo con las últimas fuerzas que le quedaban.

—¡Hey! —La gitana volvió a su atención de nuevo, tomando su rostro con el suyo compugido de rabia.— ¿Qué mierda crees que haces, princesita?

—Jennie. —La doctora se quejó, chequeando su brazo comenzando a borbotear de sangre por haberse quitado la aguja de esa forma.

Sintió un algodón limpiando la herida.

—N-no me... —Jennie tenía la garganta seca y la respiración pesada.— No me inyecten nada.

—Esa no es tu decisión, gatita. —Le respondió la gitana entre dientes.— Estamos haciendo algo bueno por ti, no seas desagradecida.

Jennie hizo su cabeza a un lado, tratando de quitar las manos de la gitana de su rostro. Ya no creía que era tan bonita, ahora que estaba más cuerda no quería que la tocara.

La gitana pareció darse cuenta porque quitó las manos de su rostro y miró a la doctora.

—¿Puedes sedarla? Para que no... —Señaló su brazo ahora vendado, haciendose a un lado para que la doctora accediera al otro.— No intente morirse, por el amor a Dios. ¿Por qué siempre... —La pregunta quedó en el aire mientras miraba a Jennie con fastidio.

Jihyo hizo una mueca, concentrada en ponerle la vía de nuevo.

—No puedo sedarla, si lo hago se va a terminar de morir más rápido.

Lisa se mordió el labio con fuerza.

El procedimiento duró unos 90 largos segundos en los que Jennie intentaba mover su brazo y no permitía que le pusieran nada. No fue hasta que Lisa se volvió a inclinar sobre su cuerpo y presionó sus palmas contra sus muñecas para que las mantuviera quieta, que la doctora pudo avanzar un poco.

Sin embargo, Jihyo no podía conseguir la vena y el tiempo se estaba escurriendo entre sus dedos. Si demoraban más, esa chica definitivamente iba a morir.

—Hey. —Lisa trató de llamar su atención, la chica estaba como un poco ida pero seguía teniendo fuerzas para moverse.— ¡Hey! —La gitana casi estaba subida encima de su cuerpo para evitar que siguiera moviendose.— No hagas eso... ¡No hagas eso!

—No me grites. —Jennie gruñó entre dientes, feliz de que la doctora parecía tener dificultades todavía. Sentía las punzadas de la aguja una y otra vez, pero no importaba.— Quitate de encima.

—Oh no, tú te vas a quedar quietecita y dejarás que Jihyo haga su puto trabajo. Así tenga que sujetarte el resto de la tarde para evitar que te quites esto, va a suceder. —Su voz era gruesa y autoritaria, de nuevo la sentía demasiado cerca de su cara.— ¿Qué sucede contigo? ¿Acaso estás loca?

Jennie no respondió, apretando la mandibula cuando Jihyo al parecer había conseguido lo que buscaba. Cuando vio que la joven no parecía querer responderle, devolvió su mirada a Jihyo.

—¿Qué estás poniendole?

—Un coctel de vitaminas, con suerte harán efecto en un par de minutos. Se va a nutrir directamente con esto. —Señaló la bolsa que colgaba al costado.— Si es que... No se quita la aguja en el proceso.

Lisa devolvió su mirada a Jennie con severidad, todavía encima de ella. De hecho, pasó cada pierna por su cadera y se sentó prácticamente a horcajadas mientras sus manos actuaban como esposas contra sus muñecas.

—Escúchame bien. —Lisa se inclinó sobre su rostro, deleitandose con esa mirada afilada que estaba recibiendo.— Me voy a quedar acá, esperando pacientemente a que ese líquido condenado haga efecto y no puedes hacer nada para impedirlo. Sí te mueves un centimetro o intentas quitar la aguja de nuevo, yo misma pondré una manguera que irá desde tu nariz hasta tu estómago para alimentarte y no va a ser nada agradable para ti sentir eso en tu cuerpo... ¿Capisci?

Jennie viró los ojos, quedandose inmovil con impotencia.





.

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.





2 días antes, Palacio de Westminster

Charlotte sabía que al pasar esa puerta le esperaba el peor de los regaños.

Con dolor de cabeza todavía, una pequeña cura en la sien y en traje formal, esperó a que los subordinados abrieran la puerta de la sala de juntas del parlamento. Caminó inspirando hondo, encontrandose con la mirada de veinte hombres que podrían comersela viva en la mínima oportunidad.

Aunque, había uno específico, ese hombre de rasgos asiáticos sentado en el centro de la mesa con los dedos entrelazados a la altura de su quijada como si pensara. Charlotte, a pesar de que sabía la embarrada que había hecho, no se doblegaría del todo.

Aceptar errores era de humanos, pero...

No era un simple error.

Habían secuestrado a la hija del Primer Ministro y no solo eso, ella coaccionó de alguna forma a que pasara. Indirectamente. Fue negligente y descuidada con su seguridad y se había dejado llevar por el deseo de verla feliz en un día tan importante.

Pero eso el primer ministro y el resto del país no lo entenderían.

—Me alegra que hayas venido. —La voz de Raewon fue ácida.— Espero que te hayas recuperado del todo.

Con ese "recuperado" se refería a que había estado las últimas 72 horas inconsciente en una clínica privada por el golpe recibido en su cabeza. Tiempo en que Jennie seguía desaparecida y sin ningún rastro de vida.

Charlotte miró de reojo a su padre al costado del Primer ministro, el hombre tenía las orejas tan calientes de la rabia que temía que se rompieran en cualquier instante.

—Gracias por recibirme, señor. —Dio un paso al frente, inclinando la cabeza un poco.— Sé que probablemente está demás, pero le juro que lamento todo lo sucedido. Ha sido mi culpa y aceptaré cualquier reprimenda que tenga para mí.

Raewon hizo un ruido con la garganta en entendimiento.

—No sé que te habrá dicho Jennie para que acudieras a un plan tan... Estúpido y descuidado, pero tus disculpas no me sirven de nada mientras no sepa en donde se encuentra mi hija. Te recomiendo que uses tus energías para explicar exáctamente qué sucedió esa noche.

La teniente asintió, avanzando a la silla al costado de su padre. Sabía que Wilson ni siquiera la había ido a visitar a la clínica, mucho menos no esperaba que quisiera hablarle ahora.

Charlotte comenzó a relatar lo sucedido, desde la petición de Jennie semanas atrás hasta la forma en la que habían salido del palacio.

Las fugas de seguridad en su territorio hicieron que Raewon profundizara el ceño fruncido, pero él y el resto de investigadores tomaban notas y comparaban lo sucedido con las cámaras de seguridad del entorno.

—¿Qué tiene que ver la desaparición de mi hija con la explosión en St. James?

Raewon apretaba tanto sus dedos entrelazados que estaban blancos del esfuerzo.

—¿Cómo es posible que algo así pueda ocurrir a metros de un palacio gubernamental? —Siguió preguntando, presa del desespero.— ¿Podemos confirmar que el atentado y el secuestro tienen algún tipo de relación?

—Sí, a pesar de que estaban enmascarados, había un mensaje explícito pintado en el suelo. —Respondió Wilson con calma.— No fue una coincidencia, se trata de Lalisa Manoban y la pila de escorias. Hemos estado siguiendo las cámaras de seguridad hasta las afueras de Newham, pero el resto... —El general flaqueó un poco, sabiendo que lo que diría no le gustaría al primer ministro.— El resto de las cámaras parecen haber tenido un desperfecto. Hemos perdido el rastro... Lo estamos investigando.

Raewon dejó una palmada tan fuerte en la mesa que todo se había sacudido.

—No puedes decirme esa mierda. —Se inclinó sobre Wilson, las fosas nasales expandiendose con furia.— ¡Mi hija! —Volvió a golpear la mesa, cogiendo a Wilson del cuello de la camisa.— ¡Está sola! Con un grupo de inadaptados que harán de todo para destrozarla.

Los gitanos tenían un buen número de adjetivos negativos. Eran principalmente conocidos por los robos masivos, pero también tenían fama de ser maleducados, maltratadores y lo que más aterraba a todos es que eran asesinos despiadados y sin escrúpulos. La prueba estaba en todas esas familias afectadas por sus actos terroristas.

Las bombas no miraban sexo, color ni edad.

Raewon lo soltó con desdén.

—Resuélvelo, despliega más tropas, busca hasta por debajo de las malditas alcantarillas pero Jennie tiene que aparecer.

Wilson asintió, con el rostro encendido de rabia pero sin poder decir algo al respecto.

Charlotte vio lo sucedido en silencio, alzando la mano para hablar. El primer ministro lo concedió con un gesto.

—Señor, sé que mi petición es audaz y tiene todo el derecho de rechazarla, pero como sabrá... He estado trabajando con el grupo de elite encargado de seguir las huellas de Manoban. Hace poco hemos desmantelado un refugio en Handy Cross, no deben estar demasiado lejos, siento que estamos acercandonos cada vez más. —Charlotte tomó una pausa, inspirando hondo.— Le pido me permita participar activamente en la búsqueda de Jennie. Se lo debo a usted y al país, y sobre todo a ella. Por favor, necesito su consentimiento para elegir a un grupo de hombres determinados para esta tarea.

Raewon rodó los ojos, acomodandose en su asiento.

—Haz lo que se te plazca, solo encuéntrala. —La voz bajó del estupor, volviendose un murmuro apagado.— Todos, encuentren a mi hija. Es una orden.

El primer ministro se levantó y salió de la sala como si la misma estuviera ahogandolo.

Segundos después, la sala se desintegró con los encargados de cada cuerpo de seguridad. Era una situación prioritaria, tan urgente como lo sería la desaparición de un miembro real. Otras misiones que tendrían un mayor peso a nivel político habían sido rezagadas en segundo plano con la urgencia de conseguir a la chica.

Sí Raewon estaba con su cabeza en sus intereses personales, era inconveniente para la nación, y nadie tenía el poder de relevarlo de su puesto. Ni siquiera la reina, quien había dado un comunicado a nivel nacional sobre la desaparición de Jennie y la recompensa impuesta por el gobierno y la corona por alguna información.

El nombre de Lisa no había sido vinculado todavía a Jennie, pero era cuestión de tiempo para que la gente conectara los puntos. Sí capturaban a la gitana que había asesinado a 30 cuerpos de seguridad en una explosión sobre una comisaría y al mismo tiempo recuperaban a Jennie, sería una victoria inminente para todo el país.

Era prioridad extrema.

Charlotte se levantó también de su asiento, solo habían quedado ella y Wilson en la sala. Sabía que su padre estaba enojado por todo, al fin y al cabo, a pesar de que Raewon era el primo de Wilson de igual forma lo había humillado en frente de todos.

—Padre... —Charlotte apoyó sus manos en la mesa, esperando alguna reacción del hombre que miraba fijo la mesa con una expresión fúnebre.— La voy a encontrar, todo esto se va a resolver. Antes ya tenía a Lalisa en la mira, esta vez no se me va a escapar.

Wilson no respondió por un momento. Cuando Charlotte pensó que Wilson no diría nada más, iba a hacer el ademán de irse, pero Wilson se levantó y la tomó de la nuca, estampando su rostro con violencia contra la mesa.

—Te dije que tuvieras cuidado. —Gruñó, acercandose al rostro que había empezado a respirar con rapidez, aplastado en la superficie. Charlotte lo miró con los ojos calientes.— Era acercarte a ella, no ceder ante sus estúpidas provocaciones. —La tomó de la nuca de nuevo, pero esta vez haciendo que se levantara de forma ruda.— ¿Qué te ofreció para que accedieras a una tontería como esa?

Sus rostros estaban tan cerca que Charlotte podía sentir su aliento asqueroso sobre su boca.

—¿La putita se abrió de piernas para ti? ¿Te ofreció hacerlo? —Wilson bajó la mano y apretó con fuerza en la entrepierna de Charlotte. El agarre sobre su bulto de forma violenta envió una lluvia de dolor en sus facciones.— Eres una asquerosa mujer deforme y ni siquiera por eso te salvas de caer en tentaciones. Pensé que te había educado mejor.

Charlotte colocó la mano en la muñeca de su padre, tratando de que la quitara de su miembro adolorido.

—Sigues siendo débil e inservible. —Le soltó con asco, notando la sangre en su muñeca correr por las uñas enterradas de Charlotte. Wilson se acercó la muñeca a la boca y chupó su propia sangre antes de separarse.— Espero a que cumplas tu palabra en encontrar a esa chica.

El hombre se fue, dejando a Charlotte encorvada sobre su sitio y con los puños cerrados en acero.


.

.

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Ayer ganaron las calenturientas con el one shot, JAJAJAJA. Perdón, es que, yo también me quedé loca con toda la información que salió de Lisa y el show en Crazy Horse, necesitaba hacerle justicia a la imaginación.

Por favor voten y comenten uwu asi me ayudan a posicionar la historia.

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