BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & J...

Oleh cwtiecat

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❝Si por besar tus bellos labios carmesí me condenan al infierno, juro que cometería tal hermoso pecado un mil... Lebih Banyak

PRÓLOGO
NOTA DE INICIO
UNIVERSO
PERSONAJES PRINCIPALES
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
XXXIV
XXXV

XVI

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Oleh cwtiecat

Tres sonoros toques haciendo gruñir bajito a un lindo omega que se encontraba hecho bollo en su cama al ser cubierto en su totalidad por su afelpada frazada, su rostro refugiándose entre sus mullidas almohadas las cuales eran aferradas entre sus brazos y piernas al estarlas abrazando. Mismo omega que tenía sus redondos e hinchados luceros abriéndose con pesadez y fastidio ante el repetitivo golpe en la puerta de su habitación, suceso que lo hizo enfurecer.

– ¡Lárguense!

Vociferó alterado Jungkook al no estar en circunstancias optimas de recibir a absolutamente nadie al tener un temperamento poco amigable esta tarde, y promete ante la Diosa que mataría a quien se encontraba desobedeciendo su orden de retirarse y que seguía sin cesar ese desdichado toque.

Y cuando el enojo prevaleció, dejó asomar su molesto semblante entre las frazadas al estar decidido en levantarse y cumplir su promesa de una vez por todas, llegando a ser gratificante para sus sentidos el percibir como estos ruidosos toques se detuvieron de forma abrupta dejándolo nuevamente en un completo silencio que tranquilizó a su marchitado corazón haciéndolo suspirar, y como era de esperarse ante el cansancio de su cuerpo y mente no dudó en volver a ocultarse en su refugio cerrando sus hermoso ojos al desear retomar el sueño que se le fue privado.

Deseaba olvidar

Y cuando dormía era el único momento que podía hacerlo.

Lamentablemente para este, siendo testigo principal de como el característico sonido del girar de la perilla se dejó escuchar por toda la extensión de la habitación junto con el casi imperceptible sonido de la puerta siendo abierta, y joder, ahora sí que jura ante cualquier entidad existente que iba a matar a quien osó colmarle la paciencia e invadir su espacio sin su autorización.

– ¡Hoseok hyung, juro que si me estas volviendo a traer ese maldito plato de comida lo tiraré por la ventana junto contigo!

Bramó furioso el omega al tomar asiento sobre el colchón, retirándose con enojo la suave frazada que aún lo arropaba, al segundo dejando al descubierto su alocada cabellera azabache junto con su cansino rostro y su sonrojada nariz y ojos por haber llorado en desvelo.

Estaba molesto, tan molesto que estaba actuando por impulso como lo era el no dejar de gruñir ni un solo instante, sin embargo, este sentir desvaneciéndose de forma tan abrupta cuando la tela se dejó caer en su totalidad y sus ojos fueron espectadores de apreciar unas muy bien conocidas hebras doradas en lugar de unas pelirrojas, suceso que lo petrificó, pero no lo suficiente para no escanear al alto alfa en su delante que vestía ropa casual y que lo observaba expectante junto en un rotundo silencio en el transcurso que volvía a cerrar la puerta a sus espaldas.

Y.... oh, Diosa

Este lo observaba como si deseara emitir o hacer algo, pero sus músculos no eran capaces de reaccionar.

Por su parte, Jungkook no sabiendo tampoco cómo reaccionar o mínimamente interpretar si en realidad el seguir observándolo era buena idea, mucho menos si fue bueno que sus pulmones fueran llenados nuevamente de aquel varonil aroma, aquel mismo aroma que muchas veces olfateo desde la fuente... mismo aroma que fue cruelmente impregnado en su piel blanquecina por su portador para que se quedara grabada tanto en su mente y cuerpo... aquel mismo aroma que durante estos días deseo tanto recuperar y solo se podía reconfortar con el afelpado peluche de león que descansaba a su costado y poseía de forma escasa el recuerdo de aquel día.

Oh

Los almendrados luceros del menor volviendo a llenarse de una fina capa de lágrimas ante el nuevo dolor que padeció su ya marchitado corazón que no se le era concedido ni descansar tranquilo en su luto, sentir que fue percibido por el más alto aun cuando su menor bajo la mirada.

Diosa

– ¿Qué estás haciendo aquí? – espetó firme el omega aun cuando sentía su alma quebrantarse ante cada palabra emitida, no considerándose preparado para alzar su mirada que bien sabía que por seguro podría delatarlo, y era orgulloso, joder, era muy orgulloso para desear dejarse ver en aquellas condiciones tan deplorables – No, no me interesa saberlo. ¡Lárgate!. No te quiero aquí, Taehyung, lárgate antes de que...

Las bruscas palabras estancándosele al inicio de su garganta ante la sorpresa de volver a sentir como unas cálidas palmas le cubrieron con cuidado el rostro lo hizo flaquear, motivándolo a conectar ambas almas, y la tan sola imagen hizo que Taehyung se odiara tanto, tanto al encontrar como los mismo ojos que juro tanto amar se hallaban cubiertos de una fina capa de lágrimas que él había causado, y se odio aún más al ver la hinchazón de los mismos junto con las llamativas ojeras bajo estos, oh, Diosa, se odio tanto al saber que fue él el causante del malestar ajeno cuando no le otorgo ni de opciones para poder aclarar las cosas cuando el menor deseo hacerlo en su momento.

Se odio tanto

Pero se odio aún más al no poder contener aquel innato impulso que le exigía el terminar por juntar ambos labios, anhelante de aquel tacto... aquel sentir que tan solo le otorgaba aquel bonito omega de ojos almendrados y sonrisa tierna, aquel mismo omega que lo llevaba al cielo con un solo mirar de su parte y era capaz a la misma vez de hacerlo quemar en las profundidades del infierno ante su solo rechazo.

– No te atrevas...

Murmuró tenue el omega al reconocer las intenciones del mayor, que si bien se encontraba tan solo por el momento acariciando todo su rostro como si de una fina porcelana se tratase, sabía lo que este deseaba... pero ya era tarde.

– Taehyung, no te atrevas

– Mi bello ángel... – musitó con voz aterciopelada el recién nombrado, sus ojos igual que los contrarios coloreándose ante la fina aparición de las lágrimas – Pero ¿qué te he hecho?... Diosa Luna, ¿qué te he hecho, amor mío?

– Vete. Vete, Taehyung

¿Estabas seguro de ello, Jungkook?

¿En serio deseabas que se fuera?

– Deja de hacer esto... – prosiguió, el omega ahora sí ya no teniendo fuerzas para seguir reteniendo las pesadas lágrimas que dejó recorrer a su libre albedrío por sus esponjosas mejillas – Deja de ilusionarme si al final te vas a ir... ya no más... ya no podré soportarlo

Taehyung negando apresurado a lo espetado, sus labios terminando por rozar sobre los ajenos y jura que la fuerte corriente que recorrió toda su espina dorsal al haber recuperado aquella presencia que tanto extraño en sus desveladas fue una gloria divina.

Como lo había extrañado...

– De tu lado no me voy a volver a apartar – juró en un leve susurro, encantándole al corazón como ante aquella confesión se logró percibir como se expandía por la habitación el dulzón aroma de su pareja, esto junto con la caída de sus finos párpados al dejar consumirse por él, solamente por él, por su toque, y se sintió el alfa más bendecido de la faz de esta tierra – Aún si no estamos juntos... aún si mi alma es arrebatada de mi cuerpo... aún si dejo de respirar... mi corazón te pertenecerá y no dudaré en regresar a ti las mil y un veces si es necesario... porque no quiero una vida sin ti en ella, Jungkook

Oh, Diosa

Taehyung observando hechizado como un bonito sonrojo se posó en aquellas abultadas mejillas entre sus palmas, y jura que fue instinto el recortar la poquísima distancia que existía entre ambos al desear que de una buena vez poderse inundar de su omega, aquel mismo omega que no mostró resistencia cuando se atrevió a mover sus labios sobre los belfos contrarios, aquel mismo omega que terminó llevando sus brazos a envolver su cuello acanelado deseando profundizar el encuentro que tanto había extrañado también.

Y Taehyung no se lo negó, joder, no se lo negó y tampoco le negaría absolutamente nada desde ahora, no cuando vivió en carne propia el dolor de su ausencia, no cuando vivió la tortura de verse obligado a soportar aquellos largos días lejos de él... el no poder verlo, olerlo, escucharlo, tocarlo... besarlo... oh, Diosa, Taehyung no quería volver a experimentar aquel calvario y mucho menos deseaba atreverse a ser el causante del malestar ajeno, porque Jungkook no merecía aquel trato, no lo merecía, no después de lo que vivió y de todo el peso que caía en sus delicados hombros.

El alfa tomando con extremo cuidado por la nuca al menor enredando sus largos falanges en aquella larga cabellera azabache, incentivándolo a dejarse acostar nuevamente solo que con la excepción de ahora estar él encima suyo, y si ambos amantes tan siquiera estuvieran viéndose mutuamente se hubieran percatado de las cristalinas lágrimas que recorrían las mejillas opuestas, lágrimas que representaban el dolor de la ausencia ajena, lágrimas que representaban el alivio de haberse vuelto a unir, lágrimas que representaban el cómo se necesitaban de forma recíproca.

El amor era bonito, sí

Nadie podía negarlo

Pero cuando nos equivocamos...

También puede herir

Y aquel dolor... aquel dolor es inexplicable

– Perdóname... Por favor, perdóname. Me dejé guiar por el orgullo y te hice daño al decir palabras que no debía y que hasta el día de hoy me recrimino – pidió entre lágrimas Taehyung de forma sincera y entrecortada luego de distanciar ambos labios, este encargándose de limpiar con delicadeza aquellas perladas lágrimas ajenas que se refugiaban en las pomposas mejillas de su omega, quien no dejaba de llorar a cántaros – Perdóname, Jungkook. Perdón. Perdón. Perdón

Pactó de forma insistente para terminar juntando ambas frentes y envolver con sus brazos en el delgado cuerpo bajo él para posteriormente levantarlo y dejarlo sentado sobre su regazo y poder tenerlo a mayor accesibilidad.

– Te odio. Te odio. Te odio... – murmuró en una exclamación baja en reproche el omega, este ocultando su avergonzado rostro en el cuello del alfa llevando su palma cerrada en puño a golpear repetidas veces sin ejercer excesiva fuerza el pecho de este – Te odio tanto...

– Yo te amo – respondió seguro Taehyung, su nariz ocultándose en aquellos ondulados cabellos que como comúnmente otorgaban un olor a shampoo de bebé siendo este tan adictivo al ser mezclado con el aroma a vainilla de su pareja – Te amo. Te amo. Te amo tanto, Jungkook. Te amo tanto y no te volveré a dejar ir ni, aunque me termines echando el día de hoy, ya que me encargaré de regresar a ti todas las veces que sean necesarias hasta que te vuelva a enamorar, hasta que tu corazón me perdone, hasta que tu amor sea mío nuevamente... porque no deseo a nadie más que no seas tú, amor mío

Jungkook cerrando sus hermosos luceros cuando cálidos besos fueron repartidos en la extensión de sus mejillas y cuello... y había algo claro... no podía odiarlo... Diosa, no podía, no cuando lo tenía junto a él tratándolo de aquella forma, mirándolo de aquella manera y arropándolo con tanto amor como si de su mundo se tratase.

No podría odiarlo

No importaba cuanto lo repitiera

No podía

– Tonto... Eres un completo tonto

Insultó entre hipidos el menor, ganándose una pequeña sonrisilla enternecedora por parte del alfa, risilla que endulzo su corazón.

– Soy un tonto, idiota, imbécil y bueno para nada. Soy todo lo que tu deseas, Jungkook – apoyó a insultarse a sí mismo, sus besos llegando a los ojos hinchados de su pareja que se dedicó a besar y secar con sus labios – Pero soy tuyo, bonito. Soy solamente tuyo

– Me hiciste daño con lo que dijiste...

– Lo sé... – aceptó cabizbajo el alfa, abrazando con mayor énfasis aquel cuerpo apegándolo al suyo, sin darse cuenta dejando a libertad aquellas fuertes feromonas con aroma a cafeína que terminaron por envolver con recelo a su pareja – Y no sabes cuanto me arrepiento. Te señale injustamente y minimice tu sentir junto con lo que me entregaste, aun cuando sabía lo importantes que eran para ti, soy un imbécil, lo admito... y sé que no merezco tu perdón... pero soy un hombre enamorado que es capaz de arriesgarlo todo para compensar mis errores, porque, así como me digne el cortejarte... seguiré estando tras de ti para clamar perdón de rodillas y mejorar por ti... solo por ti

Jungkook alejando con cuidado su rostro de su cálido escondite para poder ser capaz de observar aquel semblante varonil que muchas veces admiro, y no supo cómo sentirse al hallar ojeras bajo los ojos filosos del alfa junto con la tenue palidez de este... y se veía igual de afectado que él.

El dolor fue mutuo...

– Estás haciendo todo esto aun cuando te mentí... – murmuró confundido el bonito joven, este llevando su blanquecina palma a acariciar el moflete del alfa, quien ante el mínimo contacto se pegó con énfasis al desear fundirse en aquel toque – ¿Por qué?

– No importa... eso ya no importa, Jungkook

– Si que importa – persistió, un suave puchero ubicándose en sus esponjosos labios, puchero que Taehyung no dudo en besar, acción que relajo e hizo sentir cálido al menor, pero no le prohibió el seguir – Te lastimé... tuve la opción... tuve la opción de serte sincero desde el comienzo, pero tuve miedo y preferí callar y mis decisiones te causaron daño

– Temías, tú mismo lo has dicho – destacó Taehyung, una suave sonrisa posándose en sus labios – Nadie te puede culpar por temer, Jungkook... y que, si bien te has equivocado, yo he decidido perdonarte por eso estoy hoy frente a ti, por eso regresé contigo, amor mío. Porque tú mismo lo dijiste aquella vez... si no me hubieras amado no habrías arriesgado tanto por mí... Ahora es mi turno de demostrarte cuanto puedo arriesgar por ti

Oh

(...)

El bonito y somnoliento omega dejando su rostro descansar sobre el firme pecho del alfa a su costado, mismo alfa que se encontraba arrullándolo con una baja melodía que consolaba a su corazón ante la particular y consoladora voz amorosa junto con las caricias dejadas en sus oscuras hebras.

– ¿Cuál es el nombre?

Murmuró Jungkook cuando Taehyung finalizó con su interpretación dejándolos nuevamente en un cómodo silencio en aquella habitación totalmente a oscuras, habitación que era iluminada de forma tenue por el característico brillo lunar que se reflejaba entre las cortinas mal cerradas.

– ¿Mhm?

Inquirió dormitado el alfa que decidió por ocultar su puntiaguda nariz en las hebras de su omega, para que de forma continua cubrirlo correctamente con las mantas ante la caída de la frazada que los cubría en conjunto.

Y era imposible no sonreír entre sueños al sentir como la calmada respiración de la persona que amaba se mezclaba con la propia, tan encantador como el de sentir nuevamente como ambas extremidades inferiores se enredaban en un gracioso jugueteo por ver quien capturaba a quien, victoria que no fue decidida al quedarse empate.

– De la canción que estás tarareando – detalló el menor, este dejando caer su barbilla en el pecho del alfa observándolo desde abajo ante la posición – ¿Cuál es su nombre?

Taehyung abriendo nuevamente sus oscuros ojos al recaer en el tierno semblante que lo observaba curioso por su respuesta... y estaba enamorado, joder lo estaba sin duda alguna, comprobándolo por milésima vez cuando su corazón bombeo con fuerza y sus palmas picaron por tocar a su pareja que aun sin estar haciendo absolutamente nada... lograba tenerlo así de perdido.

Rainy Days – respondió sonriente, sus falanges apartando aquellos mechones rebeldes que le impedían admirar a su bello omega – Conveniente, ¿no?

Y ahí estaba su Taehyung

La suave risilla en negación por la parte contraria hizo que el corazón del alfa bombeara con desenfreno y fue instinto que con extrema cautela fuera bajando para dejar ambos rostros a la misma altura.

– Demasiado conveniente diría yo – espetó entre risillas Jungkook, quien procuraba murmurar lo más que podía ante las altas horas de la noche – ¿Quién es el autor? ¿Es alguien conocido? Tiene una letra muy bonita la canción

Y una sonrisa victoriosa posándose en los labios ajenos, suceso que descolocó tantito al menor, sin embargo, dejando este en el olvido cuando Taehyung apego ambas narices en un acto osado que lo hizo sonrojar al recién percatarse de la corta distancia que existía entre ambos.

– Lo tienes frente a ti, bonito

Los hermosos luceros de Jungkook abriéndose en demasía ante la incredulidad de lo que estaba escuchando, a los cortos segundos sus labios formándose una tierna "O" al unir cabos y darse cuenta de la similitud de la letra con lo recién sucedido en su relación.

– ¿En serio la creaste?

Y que el alfa asintiera seguro a su pregunta mientras le acariciaba el rostro llegó a ser embelesador.

Taehyung le había compuesto una canción...

Oh, Diosa, iba a desmayarse

– La compuse durante la semana que estuvimos distanciados – confesó sin pena, sus ojos admirando encantado como los contrarios brillaban de una manera tan surreal ante su inocente detalle – Tu rostro venía a mi mente en cada noche, tus ojos, tu aroma, tu tacto... todo tú me invadía a un punto donde la melancolía me consumía y simplemente dejé fluir mis sentimientos

– Es encantador

Se sinceró ruborizado este, una boba sonrisa posándose en sus labios al estar experimentando por primera vez aquel lindo y cálido sentir ante aquel detalle que nunca antes nadie había tenido con él y que solo el alfa frente a él era capaz de dárselo.

– Tú eres encantador, por eso fuiste mi inspiración

El omega bajando la mirada apenado con el rostro encendido en un tierno color rojizo.

– ¡Ya! Basta – se quejó chillón ante la vergüenza, ocultando como escapatoria su rostro en el cuello del alfa que sonrió en grande afianzando el abrazo entre ambos – Estás haciéndome sonrojar

– Oh, mi lindo omega se avergonzó – soltó burlón, pero de forma melosa, esto ganándose otra nueva queja de su pareja – ¿Qué haremos? No era mi propósito apenarlo, yo solo deseaba demostrarle lo mucho que lo amo. Oh, mi pequeño bebé es una masita tierna, muy, pero muy lindo que me enamora cada día

– ¡Ya! – calló sonrojado el omega ubicando sus palmas sobre los labios ajenos, sus mejillas intensificándose en color cuando percibió como el contrario besaba las mismas, siendo innato el de alejarlas ante la timidez en aumento – ¿Sabes qué? Cambiemos de tema. Mejor empiézame a decir como lograste quebrantar mi seguridad, que no se me ha olvidado ese detalle

La sonrisa antes victoriosa de Taehyung borrándose instantáneamente al dejar caer de golpe ambas comisuras y en su lugar posándose un aura cohibida esquivando la mirada nervioso, esto logrando que el menor arqueara su poblada ceja en espera de la contestación a su interrogante.

– Tuve... apoyo – intento alivianar, sin embargo, el omega dueño de aquellos extensos terrenos pareciera no estar satisfecho con aquella contestación

– Eso es más que obvio, de otra manera no hubieras podido ni poner un pie en la hacienda y mucho menos en la mansión – aseguró tajante al estar seguro de su distribución de personal y las medidas de seguridad que él personalmente había tomado ante estos casos – Lo que yo quiero saber es ¿quién te ayudo? – inquirió, su entrecejo frunciéndose cuando el alfa rehuía de su mirada, lo cual alimentó más su duda – Taehyung, será mejor que tú mismo me lo confieses porque tarde o temprano me enteraré y va a ser peor

El alfa regañado pronunciando un marcado puchero en sus labios al saber que no gozaba de escapatoria.

Perdónalo Jimin

Jura que tuvo la intención de mantenerlo en secreto

– Fue Jimin – reveló temeroso, apurándose a seguir relatando cuando el omega frente a él mostró atisbos de levantarse de su lugar en la cama, el alfa cambiando con rapidez los lugares para dejarlo encarcelado bajo él – ¡Antes de que te enojes con él, escúchame!

– No tengo nada que escuchar – refutó Jungkook, un bajo gruñido saliendo de entre sus labios al verse acorralado, y aunque no lo pareciera... el mayor pesaba más de lo que en realidad aparentaba... malditas castas – Ellos tenían claras órdenes de no interferir en mis asuntos personales. Así que apártate, Taehyung

El nombrado negando a su pedido

– ¡Él estaba preocupado por ti!

– ¡Y lo comprendo! – reconoció el menor, sin embargo, no dejándose ceder en esta discusión – No obstante, no puede ir en contra de mis órdenes y ellos lo saben muy bien...

El omega viéndose obligado a guardar silencio de manera abrupta cuando Taehyung terminó por unir ambos labios, callándolo al ser la única solución que encontró fiable en esta situación, encantándole como un suave suspirar en rendición se interpuso durante el beso.

– Tranquilo – murmuró sereno el mayor sobre los belfos contrarios, mientras liberaba a gran cantidad su aroma envolviendo a su menor que parpadeaba confuso al estar regresando en sí – ¿Mejor?

– Estás haciendo esto a propósito

– Puede ser – soltó burlón no ocultando su travesura – Pero más lo hago porque no me agradaría ser el causante de que terminaras molestándote con tu amigo cuando tan solo busco ayudarnos, él me motivó a dar aquel pequeño empujón que necesitaba para regresar a ti y me facilitó el volver a verte... le debo mucho por ello... Así que no te enfades con él... hazlo por mí, ¿sí?

– ¡Hey! esto no va a funcionar

El alfa volviendo a callar al omega con otro marcado beso que logró hacer ronronear gustoso al joven en su debajo, mismo omega que si bien era conocido por poseer el temperamento más inquebrantable y frívolo de aquel mundo, con unas certeras caricias en los lugares correctos y las palabras indicadas, eran capaces de hacerlo flaquear.

– ¿Por mí?

Jungkook soltando un bajo bufido en rendición mientras asentía a su pesar con levedad y con sus mejillas encendidas en rojo, las cuales pasaban desapercibidas ante la falta de iluminación, no obstante, no ante el suave tacto en caricia que le otorgaba su pareja, quien sonrió en grande.

– Esta bien, pero debes decirme que fue lo que exactamente habló contigo – sentenció firme, sus almendrados ojos intentando mostrar seriedad ante el sonriente alfa hechizado que lo observaba enamoradizo – Jimin llega a ser muy lengua larga a veces

Y que la sonrisilla cómplice que se posicionó en los labios de Taehyung se ensanchara le hizo saber a Jungkook que sus suposiciones eran correctas.

– Solo cosas triviales, no son de importancia

Minimizo el mayor, como si con ello creyera que iba a poder disminuir o saciar los demonios internos del omega, quien se vio entrecerrando la mirada, omega que llevo su índice y pulgar a capturar el mentón acanelado del mayor que intentaba esquivar nervioso la penetrante mirada acusatoria.

– Para mí, sí, así que empieza a hablar, Kim Taehyung

¿Cómo lo había llamado?

El indignado alfa formando un tierno puchero disconforme ante la mención completa de su nombre.

– No me llames así 

Regaño, causando que el menor parpadeara confuso al estarse perdiendo en él y en lo atractivo que seguía viéndose aun cuando intentaba otorgar una imagen blanda y sería a la misma vez.

– Pero es tu nombre... 

Destacó lo obvio el omega de forma automática, no objetando cuando Taehyung bajo su palma apartando el agarre antes pactado por él, para dejar en su lugar ambas manos unidas en un firme agarre y con los falanges entrelazados.

– Pero tú no me llames así. No lo hagas

– ¿Entonces cómo te debo llamar?

Inquirió confundido Jungkook, su cuerpo crispándose por completo cuando el alfa oculto su rostro en su cuello otorgándole luego de días en abandono atención a la pequeña mordida que estaba ya desapareciendo.

– Existen muchas opciones, pero lo primordial es tratarme con cariño o me pondré triste, y tu no quieres verme triste, ¿no es así, amor?

Jungkook soltando un notorio gemido cuando reconoció la presencia de una escurridiza palma que conocía bien y que extraño tanto bajo su ropaje, más precisamente bajo su camisón, acariciando la piel tibia de su abdomen.

– Taehyung, ¿qué estás haciendo?

– ¿Yo? Nada malo – soltó con fingida inocencia, ya que sus osadas acciones lo desmentían sin la mínima compasión – Simplemente, tengo unas inmensas ganas de poder estar encima de ti recorriendo toda tu piel como no lo he podido hacer durante estos días. ¿Eso está mal?

El cuerpo del omega se crispo ante la ronca y rasposa voz.

– No, pero... no podemos hacerlo... mis amigos están abajo – dio a conocer entrecortándose en cada palabra emitida, todo gracias al sentir las descaradas lamidas que el alfa dejaba en su cuello – Y Junghyun está a unas habitaciones de distancia, no podemos

De que se podía...

Sí se podía

– Oh, cariño, claro que sí podemos – la ronca voz haciendo temblar al omega que respiraba irregularmente – Tan solo debes guardar silencio y yo haré el resto, deja tu placer en mis manos que no te decepcionare

Jungkook apretando entre sí ambas extremidades inferiores cuando estas comenzaron a tiritar del placer al sentir pequeñas mordidas traviesas en su clavícula, sus párpados deseando caer rendidos cuando unos acanelados falanges acariciaron todo el terreno de su torso para de forma consecutiva recaer en su pectoral izquierdo apretándolo con tanto gusto y disfrute.

– ¡Ah! – jadeó alto el omega, este al recaer en sus acciones llevando por inercia ambas palmas a cubrirse asustadizo los rosáceos labios mirando molesto al sonriente alfa que se dejó ver nuevamente ante él al volver a dejar su rostro en alto, en ningún momento deteniendo sus caricias – Taehyung detente, estás haciendo esto únicamente para no responder a lo que te pregunte con anterioridad

Era astuto

Tan jodidamente astuto que encantaba

– Tal vez – reveló entre canturreos el acusado, su ladina y coqueta sonrisa más los certeros toqueteos logrando que la entrada del menor empezara a lubricar, suceso que fue capaz de percibirse ante el cambio repentino de aroma en conjunto con el movimiento sutil del omega ante la incomodidad que originaba el sentirse mojado – Pero la principal razón, amor mío, es que te extrañado. Te extrañado en todos los ámbitos posibles como no tienes una idea, ¿y qué mejor que sexo como reconciliación? Ya después nos encargamos de solucionar los detalles, los cuales estaré encantado de saciarte si eso es lo que deseas. No obstante, ahora te necesito gimiendo mi nombre mientras te llevo hasta la cúspide del placer donde yo sea lo único en lo que puedas pensar

¡Era un desvergonzado!

Lástima, que él también podía serlo

La antes tímida mirada del omega cambiando tan rotundamente a una osada que llegó a dejar perplejo al alfa que se vio perdiéndose en como un destellante color amatista invadió en su totalidad los iris ajenos, y la simple imagen fue excitante, tan jodidamente excitante el admirarlo con la respiración irregular en conjunto de aquel leve sonrojo y aquella mirada seductora que este le otorgaba para su perdición.

Y el aroma...

Oh, Diosa, olía jodidamente bien

Y bendecida perdición divina que fue el de apreciar en primera persona como el omega abría ambas piernas de forma descarada para él, otorgándole aquel permiso que necesitaba para seguir con su cometido.

¿Estás seguro de ello, alfa? – inquirió coqueto el menor, su índice acariciando con la punta de su uña toda la extensión de la marcada quijada del alfa que se tensaba ante su solo tacto, el simple toque ocasionando que con una rapidez sorprendente los iris contrarios se tintarán de un hermoso esmeralda – Tenerme nuevamente bajo tuyo significaría ir en contra de tus principios, ¿estás seguro de tus decisiones y del pecado que estarías cometiendo?

Oh, mierda

Jungkook soltando un pequeño chillido ante la sorpresa cuando sus muñecas fueron sujetadas con firmeza sobre su cabeza, dejándolo a completa merced del alfa que se encargaba de aprisionar sus extremidades con tan solo una mano, suceso que lo dejó turbado y a la misma vez intensificó su libido.

Oh, bonito. Si por besar tus bellos labios carmesí me condenan al infierno... – susurró con coquetería el mayor sobre los labios contrarios, encantándole como el omega sonreía bonito para él – Juro que cometería tal hermoso pecado un millón de veces hasta poder marcarme en tu hermosa piel de porcelana. Marcarme en ti, tanto en cuerpo como en alma para que seas capaz de recordarme en cada suspirar... y tan solo en ese preciso momento, cuando logre conllevar mi cometido y me toque la hora de cumplir con mi condena... no dudaría en alardear junto a Lucifer sobre lo afortunado que fui al haber sido honrado de tocar el mismísimo cielo, con tan solo un delicado roce de tu encantadora existencia

Ambos amantes mirándose mutuamente con el respirar sincronizado y las almas volviéndose a unir luego de una forzada e innecesaria distancia, y fue evidente lo mucho que se echaban de menos, tan evidente como las bobas sonrisas pintaron los labios de ambos cuando juntaron sus frentes y rozaron sus narices en un tierno gesto.

Bueno, en ese caso – espetó con voz juguetona el menor, sus largas y rellenas piernas alzándose para abrazar con estas la cadera contraria – Te ayudaré a conocer el infierno, Taehyung

No había vuelta atrás...

Estaré encantado de conocerlo – confesó decidido y con la atenta mirada contraria en él, no le temblaron las palmas para alzar el borde de su remera oscura hasta pasarla sobre su cabeza, lanzándola sabrá la Diosa dónde. Y fue imposible que la mirada traviesa de Jungkook no recorriera aquel torso ancho y definido con una perfecta V al inicio de la liga de los bóxer donde se dejaba apreciar una fina capa de vello púbico – Venderé mi alma al diablo si ello significa ser el único hombre que sea capaz de recorrer tu piel y estar entre tus piernas besando cada parte de ti, Jk

Oh, diablos

El alfa sonriéndole coqueto al omega antes de que sus labios volvieran a caer en su blanquecino cuello, su instinto exigiéndole el besar, lamer, morder y marcar aquella impecable extensión de piel volviéndolo su lienzo personal al dejar diversas tintadas rojizas ovaladas junto con la leve presión de su dentadura, este acto ocasionando la perdición de Jungkook quien aun estando retenido soltaba suspiros y quejidos agudos cuando Taehyung lo estimulaba de la forma correcta.

Sus ojos llenándose de una fina capa de lágrimas gracias a que en menos del tiempo previsto su camisón fue retirado de un solo movimiento rompiendo los botones del mismo dejándolo al descubierto, desnudez que aprovecho el lujurioso alfa sobre él al recorrer terreno con sus belfos. Y llegó a ser entendible cuando Jungkook se terminó mordiendo el labio inferior silenciando sus jadeos al percibir una escurridiza lengua contorneando su pezón derecho color café, más precisamente su pequeño botón erecto que sobresalía ante la calentura de su cuerpo al ser golpeado con la fría temperatura de la noche, esto logrando crear placenteros espasmos.

Mío – gruñó por lo bajo el alfa, mordisqueando a su gusto aquel pequeño botón mientras que su otra palma liberaba las muñecas del omega para llevar la misma a amasar a su gemelo, creando la perdición del menor que terminó encorvando la espalda, llevando sus propias palmas a enredarse en los cabellos dorados – Mío, eres mío. Mi omega, tan solo mío

Los altivos gemidos del omega intensificándose a tal magnitud al percibir como un falo aún cubierto era restregado de forma tan desvergonzada por toda su entrada tentándolo sobre las finas prendas que no dejaban nada a la imaginación al poder sentirse todo, absolutamente todo, y era simplemente imposible el seguir manteniéndose cuerdo.

Era imposible

La escurridiza diestra del mayor tomando la osadía de bajar con cautela, sus dígitos acariciando cada parte de piel caliente al tacto de aquel tonificado torso junto a sus bellas curvas que encajaban a la perfección en estas y lo hacían delirar, y si creías que esto era el límite y que él se sentiría satisfecho con algo tan mínimo estabas muy equivocado, Taehyung deseaba el premio mayor, aquel premio que se ocultaba bajo esas prendas de pijama y que él estaba anhelando degustar al hacérsele agua la boca ante el simple aroma dulzón de excitación que liberaba el omega bajo él.

Con ello en mente, bajando sus labios por aquel tonificado abdomen junto con el recorrido de su palma retirando con sutileza aquellos pantalones, los cuales Jungkook ante el libido no mostró oposición al dejarse ser cuando su pareja beso sus muslos internos, mismos muslos que llevó a ubicarlos encima de sus hombros al querer tenerlos a su disposición.

Oh, Diosa santa

Jungkook llevando su antebrazo a cubrir sus labios ante el reconfortante escalofrío que lo recorrió de pies a cabeza al sentir como la extensión de su miembro fue lamida con lentitud, sus ojos cerrándose con fuerza cuando no le otorgaron ni de tiempo en recomponerse como era debido cuando ya tenía al alfa lamiendo su entrada y dejando ir un dígito dentro de él, mismo alfa que empezó con un suave vaivén característico al estarlo preparando.

No tienes una jodida idea de cuánto te extrañe. Escuchar tus jadeos en mi oído, tu piel erizándose ante mi tacto, lo sensible que eres cuando te rozo... tu sabor en mi lengua, joder te extrañe tanto – murmuró ronco el alfa en el oído del omega al haber subido hasta dejar ambos rostros a la par y ambas piernas blanquecinas sujetando su cintura, Jungkook por su parte no teniendo ni fuerza para responder cuando otro dedo fue ingresado en él, abriéndolo tan jodidamente bien que lo hizo delirar, no obstante, viéndose forzado a silenciar sus propios gemidos que demostraban lo bien que se sentía – ¿Te gusta cómo te toco, no es así, bonito? El cómo te hago sentir con unos simples dedos y unas caricias – Taehyung alejando aquel brazo que le impedía el apreciar a su sonrojado omega, mismo omega que se hizo pequeño bajo él y formaba una linda "o" en sus labios carmesí ante cada jadeo que se le escapaba – El cómo te proclamo mío y marco toda tu piel, eso te gusta

Ta...Taehyung – lloriqueo entre jadeos el menor cuanto otro falange ingresó de golpe haciéndole abrir a tope sus ojos amatistas, sus cuerpo no soportando más por lo que no dudo ni un mísero segundo en envolver con sus brazos el cuello del alfa que sonrió encantado acelerando sus movimientos – ¡Taehyung, por favor!

El nombrado marcando con tiempo las certeras embestidas de sus dígitos dentro del omega que jadeo alto en el oído acanelado enloqueciendo al mismo, mismo alfa que gruñó como respuesta al sentir como su hombría palpitaba aún dentro de sus pantalones.

Y no podía contenerse más

Joder, ya no podía

La baja queja en protesta de Jungkook ante el repentino vacío en su interior haciendo sonreír ladino al mayor sobre él, en compensación Taehyung besando aquellos esponjosos labios causando un ronroneo gustoso por parte de ambos y sin perder tiempo, este con su palma libre bajando su pantalón junto con su ropa interior hasta sus muslos, acto que lo hizo jadear placentero cuando su erecto y goteante falo golpeó su abdomen bajo chocando de bruces con el frío de la noche.

Y Taehyung no supo cómo responder cuando en medio del fogoso beso Jungkook bajo su cuerpo capturando entre su palma su miembro para terminarlo posicionando entre sus dos rellenos glúteos, refregando el mismo con tanto énfasis que hizo jadear al alfa, quien se vio obligado a distanciar ambos labios al terminar ocultando su rostro en el cuello blanquecino mientras gemía el nombre de su amado.

Jungkook, para... – pidió entre jadeos y gruñidos el alto alfa que se estaba controlando todo lo que podía para no terminar empotrando su falo en el omega que le sonreía inocente como si no estuviera masturbándolo con sus cachetes facilitando el movimiento el exceso de lubricante que goteaba de su palpitante entrada – Jungkook...

¿Qué sucede, alfa? – respondió juguetón este, no deteniendo el vaivén aun cuando Taehyung alzara su tensado rostro, el cual lo observó en advertencia y fue imposible no formar un puchero ante la actitud ajena – ¿Acaso no te gusta cómo te toco?

Oh, pequeño

El estupefacto omega no sabiendo en que preciso momento fue que su cuerpo fue girado con tanta facilidad que lo dejó turbado, sus confundidos ojos clavándose en el respaldar de su cama procesando como demonios terminó en aquella prometedora posición con el pecho pegado al colchón y su trasero alzado al estar utilizando como soporte sus rodillas.

Pero qué... – murmuró para sí mismo

Lastimosamente, olvidándose de cualquier confusión cuando un caliente respirar recayó en su nuca logrando hacerlo temblar por completo, al instante un marcado gemido abandonando sus labios cuando el mismo miembro que él antes estaba satisfaciendo se refregó por cuenta propia en su goteante entrada delineándola con su curvada y goteante cabeza.

Te dije que te detuvieras – regañó Taehyung, sus dientes mordiendo el lóbulo de la oreja del omega que jadeaba alto y estiraba en retroceso su trasero por inercia, sus gemidos siendo silenciados ante las almohadas en su delante – ¿Sabes lo que sucede cuando no obedeces, cariño?

Oh, Taehyung...

Si supieras que Jungkook odiaba ser sometido

Un gruñido saliendo de entre los labios del sonrojado omega, mismo omega que giro el rostro para mirarlo de soslayo sobre su hombro con el ceño fruncido, y Taehyung no podía engañarse, disfruto tenerlo en aquella posición y debería estar demente para no aprovecharla.

Jeon Jungkook, más conocido como Jk, la pesadilla hecha persona – relató burlón, su miembro otorgando una embestida entre aquellos rellenos glúteos que lo refugiaban sin llegar a tocar más de lo necesario aquella rosácea entrada, lo cual hizo enfurecer al omega – Tan bello como un ángel y a la misma vez tan mortal como un demonio. El mismo omega que posee el poder absoluto en la palma de su mano y observa cada movimiento desde su trono de oro

Taehyung – advirtió molesto el menor, sus ojos entrecerrándose cuando una fuerte y pesada palma se estrelló en su nalga derecha, ocasionando que volviera a ocultar su rostro en las almohadas al silenciar su pequeño grito – Eres un...

Oh, Taehyung

Las pagarías después de esto

Omega que posee el respeto y temor de quien se le cruce, y con una simple mirada de su parte es capaz de arrebatar vidas insignificantes – prosiguió el alfa que se encontraba amasando a su gusto el otro cachete impecable de su pareja estirando este para dejar a disposición aquel pequeño agujero que brotaba chorros de lubricante, ubicando la cabeza de su falo en el lugar correspondiente – Mismo omega que aborrecía a las fuerzas del orden y terminó enrollándose con uno...

Jungkook soltando un alto gemido cuando su entrada fue abierta con parsimonia, sus ojos llenándose de finas lágrimas al volver a sentir el particular tamaño y anchura de aquel palpitante y venoso miembro, que, si bien estaba ingresando con cuidado para no lastimarlo, era imposible ignorar su gran tamaño el cual lo hizo sentir lleno en su totalidad a tal punto que el retener su respiración fue vital.

Mismo omega por el que soy capaz de entregar mi vida entera dejando que me domine a su antojo y disfrute – confesó Taehyung, sus labios besando aquellas sonrojadas mejillas que se llenaron de cristalinas lágrimas, acto que el omega agradeció – Pero a la hora de hacerte el amor, Jungkook, te desagrade o no, tú me obedeces

El omega volviéndose un desastre de gemidos cuando el alfa empezó a moverse en su interior sin la mínima compasión, golpeando con tanta precisión al primer arremeter su punto dulce, este llevando ambas palmas a alzar sus caderas que ante el titubeo de sus piernas estaban cediendo ante la gravedad y no lo permitiría, mucho menos cuando recién habían iniciado en esta aventura pecaminosa.

Gruñidos y altivos gemidos envolviendo por completo aquella habitación que se veía envolver por chiclosos sonidos, junto con el rechinar característico de la cama y el golpeteo de ambas pieles chocando entre sí, más precisamente el golpeteo repetitivo y pecaminoso de los testículos del mayor contra los glúteos del omega que para este momento se encontraba consumido por un placer absoluto.

No por nada sus gritos mal silenciados motivaban al alfa, quien al desear tenerlo frente a él volvió a darle la vuelta en un solo movimiento que el cansino omega no discutió, mucho menos lo hizo cuando sus labios volvieron a ser arropados por los dominantes del de tez canela que paso ambos brazos por su espalda abrazándolo sin detener sus profundas y certeras embestidas, por el contrario, estos llegando a incrementar a tal magnitud que Jungkook juro ver estrellas, por lo que aquel beso no llego a durar absolutamente nada cuando el mismo omega le pacto un final al dejar salir sus bulliciosos gemidos los cuales hicieron sonreír de lado al mayor que mordió su quijada acelerando sus movimientos al estar observando el disfrute de su pareja, y fue necesidad el desear ir más profundo al querer enloquecerlo del placer y volver a marcarse en su piel.

Ojalá que las paredes de esta vivienda sean lo suficientemente gruesas para retener los sonidos.

Ojalá

Mío – gruñó feroz el alfa sobre el cuello contrario cuando Jungkook estiró el mismo al darle total acceso, Taehyung lamiendo la misma marca que él hace un par de meses abrió y hoy se encontraba a nada de desaparecer por sus errores... errores que él iba a corregir – Mío, eres mío. Únicamente mío, mi omega

Jungkook abriendo de par en par sus ojos cuando el alfa se atrevió a invadir un espacio en particular que, si bien lo hacía ver estrellas del más puro éxtasis, también podría traer pequeños inconvenientes a futuro que él aún no deseaba hacerse cargo, y ante la sensibilidad de su cuerpo fue innato el de terminar por abrazar los hombros del mayor buscando refugiarse en el hombre que deseaba preñarlo en su inconsciencia.

Debería tomarse el medicamento después de esto

Eres mío, Jungkook. Mi lindo y tierno omega – proclamó, en estos momentos el recién nombrado tan solo asintiendo frenético al haber perdido la cabeza al dejarse consumir por el alfa encima suyo, mismo alfa que lo marcaba con su aroma y pasaba sus filosos colmillos por su cuello mientras arremetía con furor dentro de él – Mi bello ángel, mío, solo mío

¡Tuyo! – apoyó el menor entre jadeos bulliciosos, su cuerpo sacudiéndose ante cada penetrada, sus ojos cerrándose con fuerza llevando sus palmas a empuñar los mechones dorados del alfa incentivándolo a marcarlo – ¡Tuyo, solo soy tuyo, alfa!

Y aquel permiso era todo lo que necesitaba Taehyung para plantarse correctamente y acelerar aún más, si ello era posible, sus embestidas en aquella cálida entrada que lo envolvía de forma tan exquisita, ante esto, Jungkook ya no deteniendo sus gemidos al dejarse vencer por la fugaz y placentera corriente que deseaba envolverlo, misma que Taehyung fue capaz de percibirla, por ende, y al no desear perder tiempo enfatizó sus movimientos creando un placentero vaivén que hizo babear al omega que curvó su espalda y al ya no poder soportarlo más dejó en libertad su tan esperado clímax con blanquecinos chorros manchando ambos torsos.

Clímax que hizo gruñir al alfa al verse acorralado entre las estrechas paredes internas, las cuales lo hicieron venir de forma tan abundante que aprovechando los espasmos mutuos no dudo en encajar sus filosos colmillos en aquella perfecta piel que había vuelto a su tonalidad habitual, reabriendo aquella mordida temporal con la que ambos habían iniciado para experimentar y que en esta ocasión se vio intercambiada por una definitiva al morder de más, el alfa deseando romper aquella fina pared que los uniría de por vida.

Y dolió

Joder, dolió horrores, tanto así que los ojos del menor se cristalizaron y su cuerpo titubeo ante el indescriptible dolor que era totalmente nuevo para él, aquel dolor que se mezcló con el nudo creciente en su interior y lo hizo clavar aún más sus afiladas uñas en la piel de su pareja llegando a rasgar la piel sin desearlo, esto buscando que de alguna forma menguar su dolor.

Pero no todo dolor perdura, y Jungkook fue capaz de vivirlo cuando a los segundos un leve pitido inundó sus oídos en conjunto con la pérdida momentánea de visión a esta nublarse... y su cuerpo se sintió liviano, tan jodidamente liviano como un pétalo flotando entre la ventisca, el dolor antes padecido volviéndose nulo tan repentinamente que lo hizo llorar encantado, más aún cuando el repentino sentimentalismo lo consumió y ocasionó el diluvio en sus hermosos ojos. Y tan siquiera si alguien lo hubiera estado observando se hubieran percatado del brillante y fugaz ráfaga de color esmeralda que tinto sus ojos, esta luz desapareciendo con tanta rapidez como apareció.

Por su parte, Taehyung retirando con extremo cuidado sus colmillos de aquella fina piel, lamiendo esta con extremo cuidado ante la herida abierta que brotaba gran cantidad de líquido carmesí, ante esto, llegando a importar muy poco el característico y desagradable sabor metálico en sus papilas gustativas, en su mente solo acaparando lugar el cicatrizar como diera lugar aquella marca que él había ocasionado, consiguiéndolo.

Y era una locura lo que estaba sucediendo, mucho más lo que debía procesar, como vendría siendo el percibir en carne propia los sentimientos contrarios, el palpitar de ambos corazones, la mutua respiración... Taehyung era capaz de sentirlo todo, todo como si fuera propio... y sin duda alguna le agrado tanto la sensación de estar emparejado mediante un lazo que le fue imposible no derramar unas cuantas lágrimas de felicidad, pasando de forma pegajosa su puntiaguda nariz en la mejilla sonrojada de su pareja.

– Mi Jungkook – espetó sonriente el alfa, besando el rostro blanquecino a su disposición que lo observaba un poco ido – Oh, amor mío

El omega girando con cuidado su semblante al desear observar al lindo alfa que le sonreía en grande con su característica sonrisa cuadrada en conjunto con los aun filosos colmillos en su dentadura, y se veía tan contento y lleno de vida que para Jungkook llegó a ser imposible no contagiarse de aquella felicidad, llevando su diestra a acariciar aquella mejilla acanelada, encantándole al corazón como el alfa besaba la misma.

Y existe sucesos que no estamos preparados para escuchar

Y no lo digo en sentido perverso

Oh, no, claro que no

Simplemente, hay sucesos que nos sorprenden tanto

Pero tanto, que no sabemos cómo reaccionar

Más aún cuando es algo que hemos esperado por tanto tiempo

– Te amo – espetó el omega, el cual se encontraba dejando a libertad aquellas lágrimas de pura sinceridad – Te amo tanto, Taehyung

El mayor quedándose mudo ante aquella declaración, su corazón bombeando con tanta fuerza en su pecho que jura que hasta un fuerte sonrojo se posó en sus mejillas y su boba sonrisa se intensificó... y fue impulso el responder aquella linda confesión.

– Yo te amo mucho más – respondió el alfa, dejando caer su frente sobre la del menor, dejando ambas narices acariciándose entre sí – Te amo tanto. Eres mi bella salvación como mi justa perdición, Jungkook

– Veo que lograste pasarla bien

Taehyung dando un pequeño salto del susto cuando aquella voz apareció de repente entre la oscuridad de la cocina, su diestra en reflejo yendo a presionar con rapidez el interruptor encendiendo la luz para posteriormente dejarse reposar encima de la encimera más cercana, mientras que con la contraria refugiaba con fuerza su corazón palpitante.

– ¿¡Qué haces a oscuras!? – recriminó Taehyung, observando molesto al omega que se burlaba de él

– Vine por un vaso de agua – reveló sin más Jimin mostrando dicho envase entre sus falanges – ¿Y tú? Te recuerdo que tienes prohibido merodear por la mansión sin supervisión

Cierto

– Jungkook quería algo de beber, por eso baje – se sinceró el alfa sin dar mayor detalle del porque la repentina necesidad de su omega de consumir dicho líquido, Taehyung acercándose a la alacena en su delante retirando de esta un vaso de cristal y de forma continua escaneando todo el lugar buscando donde poder llenar el mismo, agradeciendo de sobremanera a Jimin cuando este le señalo con su índice el lujoso refrigerador el cual mostraba un pequeño espacio junto a una palanca la cual debía ser empujada con el recipiente para la salida del agua fresca – No puedo creer que me estoy viendo obligado a bajar hasta en puntillas para no alertar a los otros sujetos que aún desean mi cabeza como trofeo, ¿cuándo se les pasará la rabia?

– No se sabe, lo que sí es seguro es que la hubieras perdido con una certeza absoluta si te los hubieras topado – se burló el mayor, jugueteando con el poco líquido que quedaba en su vaso – De por sí que te tienen odio llegas apestando a sexo y a mi pequeño Jungkook, esa es clara señal para que tu cabeza termine rodando por el salón. No sé si lo sabias, pero nadie tiene permitido tocar al Líder dentro de estas cuatro paredes, está prohibido, mucho más para un oficial

Carajo

– ¿Eh? – se quejó indignado el alfa, su ceño frunciéndose al no estar aceptando la barbaridad escuchada – Pero si yo soy su pareja, no me pueden prohibir pasar tiempo con él. ¡Además! ¿qué me haces oliendo? Eso es descortés

– ¡Tampoco es como si lo estuvieras disimulando, desvergonzado! – regaño el mayor, ganándose como respuesta el fuerte sonrojo del alfa quien esquivo la mirada avergonzado – No lo digo para que te sientas mal ¿de acuerdo? tan solo se más cuidadoso la próxima vez, ya que los chicos son muy, en serio, muy sobre protectores con Jungkook, agradece que fui yo quien te descubrió y no uno de ellos

El alfa asintiendo para terminar acariciando su nuca con su palma libre, suspirando rendido al saber que, si bien ya había obtenido el perdón de la persona más importante para él, le sería complicado el ganarse la confianza de las personas que este consideraba su familia.

– Cierto, no logre agradecerte como era debido por lo que hiciste por nosotros, hyung – recordó el alfa deseando además cambiar de conversación, dejando el vaso antes entre sus falanges encima de la encimera para posteriormente otorgar una marcada reverencia de noventa grados hacía el omega pelirrosa que se sorprendió ante aquella acción – Gracias, en serio, gracias por haberme hecho reaccionar y poder llegar junto a Jungkook. Te lo agradeceré de por vida

– ¡Que va! – minimizo el mayor apenado por recibir aquel trato del cual no estaba acostumbrado – No hay nada que agradecer, debía hacer algo. No podía permitir ver nuevamente en aquel estado a Jungkook... él es como un hermano pequeño para mí, su dolor es mi dolor y mientras él sea feliz yo lo seré, así que si quieres demostrarme tus agradecimientos hazlo haciéndolo feliz a él

– ¡Lo haré! – respondió animado el menor, alegría que fue capaz de contagiar al omega que lo observaba

– Demuéstralo con acciones, Taehyung – espetó este, su mentón señalando la entrada de la cocina al ya deber pactar un final a aquella amigable conversación antes de que alguien los descubriera, por seguro el menor siendo el más perjudicado si ello llegase a ocurrir – Será mejor que regreses rápido a la habitación, Jungkook es una persona con muy poca tolerancia a esperar

– ¡Oh, sí! – se apuró el alfa, volviendo a sostener el vaso en su diestra reverenciando esta vez con cortas y rápidas inclinaciones mientras retrocedía para poder salir de la cocina – Me voy primero, pasa buena noche, Jimin

– ¡Igualmente!

Y tan siquiera si ambos jóvenes hubieran estado más atentos a sus alrededores se hubiera percatado como un muchacho de ojos almendrados y cabellos azabaches se encontraba recostado junto al umbral de la puerta de la cocina desde hace ya un buen rato, escuchando toda la conversación, siendo exactamente cuando esta mostró indicios de llegar a su finalización que decidió alejarse de aquel lugar con una sincera sonrisa en los labios para regresar por el camino por donde llego, antes de que el alfa risueño sea capaz de distinguirlo a través de la renovada marca que había dejado en su blanquecino cuello.

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Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.