Mirada Celestial

Galing kay Perla-zelle

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Continuación de "Mirada carmesí" Higit pa

Dedicatoria
1 - ¿Antalia o Sofia?
2 - Sofía Miller
3 - Catarsis
4 - Sofía Miller
6- Sofia Miller
7 - Kamilla Dracula

5 - Kamilla Dracula

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Galing kay Perla-zelle

Atravesé ese castillo como un rayo, no quería demorar tanto hablando con mi abuelo, quería estar ahí cuando Antalia despertara, también debía ver que pasaba con Mackenzie, cuando llegue no la vi nada bien.

- Habla de una vez - llegué frente a él.

- No puedes estar con esa mujer - hablo fuerte - no lo permito, puedes quedarte con tu hijo, pero esa mujer morirá una vez cumpla con lo único por lo que la deje vivir.

- ¿Algo más? - no me inmute por sus palabras.

- Quiero que saques su parte celestial a ese niño - asentí - también debemos preparar la sangre tuya y la mía, aún tengo la sangre del demonio Velgar.

Casi me le rio en la cara, está loco si piensa que dejare que haga todas esas barbaridades que hicieron conmigo.

- Ahora que he vuelto, ¿qué cargo tengo?

- El de siempre - me miro sorprendido - eres el alfa de todos los clanes, reina de los vampiros.

- Perfecto - me levante - como tu reina te ordeno que no te acerques a Antalia - se levantó de golpe - detente - levante mi mano - no quiero que controles a mi hijo, se quedara como esta ahora - negó - sí, si lo hará, él no llevara tu sangre ni la del demonio - podía sentir como el suelo comenzaba a vibrar - él ya lleva mi sangre, es más que suficiente.

- No - gruño - el debe...

- ¿Piensas que convertiré a mi hijo en lo que soy yo? - lo mire enojada - sé lo que soy, sé qué me has hecho tú, ¿cómo pudiste mentirme? He cargado toda mi vida con demonios en mi cerebro - tenso su mandíbula - los escucho abuelo, puedo escucharlos cada vez más cerca de mí, como quieren entrar a través de mí - reí - fuiste idiota al hacer un trato con un demonio, ¿creíste que él no haría nada? - proseguí - estuve muerta días, y pude ver como él quería alcanzarme, como quería poseerme y regresar a la tierra.

- ¿Lo ha hecho? - mierda, ¿es que no me ve?

- No, abuelo, soy más fuerte que él - sonreí para mis adentros - pero jamás permitiré que dejes que mi hijo viva de esa manera, si ha de ser un ángel completamente, lo será y será el ángel más hermoso que pueda haber pisado la faz de la tierra, si es un vampiro será el más poderoso de todos, de igual manera estaré orgulloso de él o ella - agregue - no crecerá con la presión que yo crecí.

- Es el heredero - gruño - no tiene permitido crecer como se le plazca.

- Será el heredero si él lo quiere así - negué - de lo contrario será libre de decidir su vida, no me importa si jamás tomo un descanso, seguiré al frente hasta que él quiera, no lo obligaran como lo hicieron conmigo.

- Tu padre estaría decepcionado de ti - espeto.

- Es una suerte que mi padre aún esté dormido - le sonreí de lado - si es todo, necesito ir con la madre de mi hijo, quiero que sea ella que me cuente todas las atrocidades que le hiciste, si me entero de que atentaste contra mi hijo, te juro que no me importara quien eres, vendré por ti.

- ¿Me amenazas? ¿Por un maldito ángel? - negué.

- Te amenazo por mi hijo - golpeo la mesa - es el único que me importa ahora.

Sali de esa oficina que solo con verla mi sangre hervia, recordar cuando usaron a Antalia para matarme y como el imbecil que ahora se quema en el infierno casi vuelve abusar de ella, me hace querer encendiar ese maldito lugar.

Camine directo hasta donde se encontraba Vanessa junto con Mackenzie, necesitaba saber las razones de mi abuelo para ir hasta Rumania.

- Maldita - me golpeó el hombro Vanessa - ¿como pudiste darnos ese susto? ¿Donde estabas?

- Yo también me alegro de verte - la mire mal - estaba solo unos cuantos Kilómetros del castillo.

- Te buscamos en todas partes - lo creía, pero Alexia fue astuta en esconderme de todos.

- Supongo que tuve suerte - me encongi de hombros.

Asintió

- ¿Que le pasó? - apunte a la mujer que estaba tendida en la cama.

- El abuelo trajo a una bruja de sangre - maldición - logró contener a Mackenzie, la muy idiota quiso sacar a Antalia del castillo, el abuelo descubrió el plan y la inmovilizaron.

- No se nada de brujería - me acerque - ¿No debería de estar despierta ya?

- Ya ha despertado - asentí - pero le di un té para que durmiera, ha pasado noches enteras tratando de encontrarte, cuidando a Antalia y bueno descubriendo que rayos pasa con tu hijo.

Sabía que lo que Vanessa me decía era de esperarse de Mackenzie, me alegraba saber que aún podía contar con ella y que haría cualquier cosa para proteger a los que amaba.

- Vendre después - asintió - dile que necesito hablar con ella.

- Ve a ver a ese Ángel - ese tono que uso no me gusto - no sabes como se ha portado.

No dije nada más y salí de la habitación, al caminar por los pasillos del castillo me cuestioné seriamente la posición en la que encontraba en ese momento.

Quería poder creer que Antalia solo fue un peón más de la guerra de mi abuelo con su padre, aun me causaba mucho conflicto y dolor recordar el momento en el que ella tiró de ese gatillo.

Pero el amor que sentía por ella era demasiado que en el momento en el que mis hombres le apuntaron, les di la orden de que nadie le hiciera nada.

- ¿Es normal que aún no despierte? - la preocupación en Alexia era igual que la mía.

- No es normal - termine de entrar - espero que pronto pueda despertar - tome asiento - todo esto es un caos.

— Necesitas descansar — negué.

— Estoy bien — la tranquilice — ve tú, luego iré continuó.

— Me quedaré contigo — se sentó frente a mi— ven, revisaré tu herida.

- Se volvió abrir - more mi pecho y la herida de bala estaba un poco abierta.

- Fue todo el esfuerzo que he hecho - dije - recuerda que estando cerca de ella mi cuerpo es como si fuera el de un humano.

- Aun así - negó - debería de ir sanando.

—Mi abuelo va a ayudarme — levanto su mirada — Mackenzie está preparándose para terminar de curarme.

— ¿Confías en ella?

— Con mi vida — asegure — necesito estar bien para lo que se avecina.

— Voy a ayudarte — toda la ayuda en este momento es bien recibida.

— Gracias.... ¿crees que debería..

Dirigí mi vista hasta la mujer que creí que estaba dormida, pero en su lugar ella está observando la escena desde su posición.

Verla ahora que ella ya sabe la verdad de todo, me sentía mejor, cargar con esa mentira no era algo que me gustara. Mi corazón comenzó a latir nuevamente cuando escuché por primera vez los fuertes latidos que provenían del vientre de Antalia. Era mi hijo, podía sentir mi presencia.

— Has despertado — Alexia me saco de mis pensamientos — me da gusto Antalia.

Antalia se veía confundida y algo enojada, yo en cambio no podía parar de verla, lucia preciosa y con ese brillo en sus ojos era aún más hermosa. Era un ángel hermoso, quería correr hacia ella, besarla y abrazarla, decirle lo mucho que la amaba y que estaba dispuesta a todo, pero algo me detenía, ese algo era la incertidumbre de todo lo ocurrido.

— Hola — esa voz.

— ¿Cómo te sientes?

— Me siento mejor — mintió descaradamente, la conocía bien como para saber cuando ella mentía — ¿quién eres?

— Ve a descansar — intervine antes de que Alexia dijera algo fuera de lugar.

— No me malentiendas — la mire — pero no quiero andar en un castillo donde solo hay vampiros, sabes que no soy bienvenida aquí.

— Iré a dejarte a tu habitación — asintió — es la que está junto aquí.

*******
- Esta celosa - dijo una vez cerrando la puerta.

- ¿Celosa? ¿Porque?

- Ella no sabe quién soy - se encogió de hombros - y cualquiera estaría celosa de ver a la persona que ama con otra mujer.

- No se si me ame - agregue - pero no podría estar con otra mujer, mi corazón y mi ser le pertenecen para toda la eternidad.

- Kamilla - me miró con pesar - lo siento, siento mucho nunca poder haber hecho nada para impedir lo qué pasó.

- No te preocupes - palmee su hombro - yo sabía en que me metía.

Deje Alexia en su habitación y regrese a la anterior, tuve que calmarme antes de siquiera ponerme frente a ella, me ponía nerviosa aún a pesar de todo, causaba estragos en mi vida.

********
Pase gran parte del día hablando con Antalia, escucharla por todo lo qué pasó fue lo mejor que había podido hacer.

Aun no sabía cómo seguiríamos con nuestra relación, pero por mi hijo haría cualquier cosa.

Escuchar su corazón y leer su mente era una cosa impresionante, era fuerte, no pude determinar su sexo, no me lo permitió, pero algo si logré ver, su parte angelical estaba ahí, era mayor que su parte vampiro, y eso era algo que me alegraba, el no tendría que pasar por todo lo que yo pase, limpiaría su camino antes de nacer, aunque eso me costara mi vida.

No supe en qué momento acepté que ella viniera conmigo, ahora se encontraba discutiendo con mi abuelo, no era algo bueno.

- Deberías dejar de hablar - gruño mi abuelo - no debería estar aquí, no eres parte de nosotros.

- Bueno, tal vez no lo sea, pero...

- No le hables así - hablé con calma hacia los dos - trata de ayudarnos, ella mejor que nadie conoce a su gente, ¿No crees que deberías escucharla?

- Ella no es nadie - me miro mal - que deje de opinar o que se largue.

- Si ella no puede opinar, no me pidas que opine yo - dije más sería - ella es la única que nos ayudará a encontrar las puertas al reino celestial, o la escuchas o nos vamos.

No iba a dejar que nadie pasara por encima de ella, me importaba una mierda que sea mi abuelo, Antalia para mi era primero y eso jamás nadie lo iba a cambiar.

- Si estuviéramos solas ahorita - me susurró en el oído - te juro que no tendrías ropa.

Casi me da un infarto por lo que me dijo, ¿como podía ser así de espontánea?

- ¿Que dices? - la mire rápido.

- Kamilla, he pasado 3 meses sin sexo - gruño en voz baja - las malditas hormonas me tienen al mil, y tu luces espectacular, no me pidas que no te desee.

Maldita sea..

No podía seguir en la reunión si ella decía así, con una sola palabra no iba a poder contenerme más.

- Ve al baño y no regreses mientras no te calmes - sus hormonas estaban llegando a mis fosas nasales.

- ¿Que? - me miro de golpe - no pretendes que....

- No, no vas a tocarte - negué - dije que esperes que te pase y luego regreses.

- Kamilla, no me has esto - se quejo - ven conmigo.

Negué, no podía, debía buscar la manera de tenerla a salvo, me encantaría tomarla y hacerle de todo en esa misma mesa, no me importaría que los demás vieran como la hago gemir de placer, pero no era el momento.

Una vez que se fue, pude respirar mas tranquila, sus hormonas se intensificaban y ella no estaba dando tregua.

- ¿Como sabremos cuál es la puerta?

- Eso solo un ángel puede abrirlo - dije lo obvio - Antalia no puede, pero hay alguien que nos ayudara.

- ¿Quien? - dijo curioso mi abuelo.

- Aun no puedo decirte - Alexia sería mi carta oculta, aun no sentían su presencia, no se como lo hizo pero ella logró que nadie se dé cuenta que estaba en el castillo.

- No puedes ser débil otra vez - hablo el padre de Carla - menos por el enemigo.

No sabía que carajos hacia el ahí, mi abuelo tiene algo entre manos y eso implica a Carla.

- No tienes voz no voto en esta reunión - lo mire mal - eres nada más un oyente.

- Eres una....

- Basta - intervino mi abuelo - tiene razón, no debes opinar, recuerda tu cargo, tu y yo nos arreglaremos después.

La reunión transcurrió normal, Antalia aún no regresaba y eso empezaba a inquietarme. Hasta que un mensaje hizo que casi me ahogue con mi saliva.

No puedo más Kamilla, es una tortura, no puedo no hacer nada.

Me había mandando una foto, donde se encontraba desnuda en el baño, sus pechos se miraban más grandes de lo normal, su piel blanca y sus pezones rosados eran lo único que podía ver.

Estaba provocándome, eso era un hecho, pero no teníamos ni 24 horas de habernos visto otra vez y ya quería correr a empotrarla en ese lavabo.

- ¿Hay algo más? - dije despegando mis ojos de mi teléfono.

- Estamos resolviendo la estrategia - dijo uno.

- Tengo algo más importante que hacer en estos momentos - me levante - nos reuniremos mañana a la misma hora.

No espere respuestas de nada, casi corrí al baño. Golpeé dos veces y al abrir la puerta, estaba Antalia, con sus mejillas rojas y sus pupilas dilatadas, aunque ya estaba vestida, eso no me impediría nada.

- ¿Me provocas? - entre sujetándola de la cintura y besándola necesitadamente.

- Mmmmmh - gimió cuando la alce - Kamilla - no le estaba dando tregua, ella me provocaba e iba a saber qué pasa cuando lo hacía.

No la dejaba hablar, mis manos estaban sujetando sus nalgas y mi boca no soltaba la suya.

Extraña el sabor de sus labios, de lo cálido y carnosos que eran, de su manera de devorar mi boca y reclamarla como suya. Sentir su lengua jugueteando con la mía y ser una sola. Era ella la única mujer que quería a mi lado, como compañera, esposa y la única que al final del día mis ojos vieran, la única que compartiría mi cama, era ella la dueña de mi existencia.

- Me vuelves loca - hundí mi nariz en su cuello - no estoy segura qué pasará con nosotras después de lo que quiero hacerte, pero déjame besar cada rincón de tu cuerpo.

- Hazme tuya - me miro a los ojos - siempre fui y seré tuya, demuéstrame cuan loca te vuelvo.

Anhelaba tanto tocarla y ponerla a temblar con mi toque, no me importaba que detrás de esa puerta estuvieran todos los jefes de los clanes y mi abuelo, la excitación y el deseo me ganó.

La baje de mis brazos y caminé con ella a toda prisa, si quería hacerle el Amor no sería en un baño, quería tomarme mi tiempo de besar cada rincón de su cuerpo.

La desesperación era más grande que nuestras ganas de tener privacidad, tropezamos con muchas paredes hasta que llegamos a la puerta de la habitación. Abrí tan rápido como mis manos quisieron soltar el cuerpo de Antalia.

No necesitaba pronunciar palabras para decirle lo mucho que me encantaba verla así, mi cuerpo solo reaccionaba a su piel y su aroma. Bese sus labios tan necesitadamente y con mucho deseo, su carne hervía de excitación y mis manos saciaban su apetito por reconocer ese cuerpo divino que tenía frente a mi.

Baje por lo largo de su mandíbula hasta su cuello llegando a esa conexión que teníamos, aunque yo había decidió apagar mi vínculo, aún sentía el de ella, latente, y gozando de tenerme a su Merced.

La ropa desapareció de nuestros cuerpos y ahora la tenía frente a mi, acostada en la cama, con las piernas abiertas dejándome ver su libido. Me subí a la cama y abrí sus piernas.

- Necesito sentirte de esta manera - casi supliqué.

Me subí encima de ella y al instante sentí como su piel caliente se unía a mi necesitada piel.

- Oooh - exclamó - estás muy mojada.

- Es lo que tú provocas - dije apenas cuerda.

La verdad que se sentía muy bien. Comencé a mover mis caderas, adelante y atrás, movimientos suaves, pero con presión. Subió sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis pechos, con los cuales jugó a su antojo. Me sentía perdida, era la posición donde más placer podía sentir y ella lo sabía, mis piernas comenzaba temblar y mi vientre se contraía.

- Así, muévete así - dijo soltándome - casi termino.

Esta corrida iba ser rápida, pero teníamos toda la noche para poder continuar. Moví mis caderas más rápido, podía sentir su clitoris pegado al mío, como ambos se recibían gustos. Mis ideas se fueron y con ella me deje ir, me corri encima de ella y en su vagina, nunca antes había pasado eso, pero me había encantado tanto, sus jugos y los míos estaban mezclados.

- Esto.... - su respiración aún no se regulaba - esto apenas comienza... - me miro a los ojos - quiero hacer tantas cosas, y no te contengas, mi fuerza es como la tuya.

Esta versión de Antalia me gustaba, extraña aun a la Sofia que una vez fue, pero lo importante era el aqui y el ahora.

- Créeme Antalia - la sujete de sus mejillas - te haré pagar por ese disparo.

- Haz lo que quieras conmigo - sujetó mi mano y la llevo a su vagina que se encontraba nuevamente húmeda - y dime Sofia, yo soy Sofia.

- Sofia - saboree su nombre nuevamente.

- Soy tuya, tu eres mía, eso nadie lo cambiará jamás.

Mi corazón comenzó a latir como un loco, era una promesa que yo pensaba cumplir sin que alguien me lo pidiera. Ella era mía, mi mujer, mi compañera, pero había algo más....

- Cásate conmigo - le pedí - ¿Quieres ser mi esposa?

Sus ojos se quedaron inmóviles, como si mi propuesta la había tomado por sorpresa, ¿acaso no quería?

- ¿Sofia?

- Kamilla.... - conocía ese tono de voz - aun hay algo que debo decirte.

Mierda.....

Gracias por la espera, quiero decirles que ahora trataré de subir un capítulo por semana, debido a mi tiempo y mi trabajo, pero tendrá uno al final de la semana, les regalo este momento íntimo entre Kamilla y Sofia, espero les guste.

Besos ✨🔜

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