BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & J...

By cwtiecat

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❝Si por besar tus bellos labios carmesí me condenan al infierno, juro que cometería tal hermoso pecado un mil... More

PRÓLOGO
NOTA DE INICIO
UNIVERSO
PERSONAJES PRINCIPALES
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
XXXIV
XXXV

XV

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By cwtiecat

– Jungkook... Jungkook, respóndeme

Pidió entre hipidos Taehyung cuando ambos lograron quedar a solas sin la intervención de un tercero, solo ellos... cómo debía de ser... el mayor ante la falta de reacción contraria mirando al extenso techo sobre él con lágrimas en los ojos en busca de paciencia cuando el omega bajo la mirada al no desear seguir observándolo, rehuyendo de él.

No...

Él no se iría hasta conocer la verdad

Un índice acanelado ubicándose bajo el mentón del cabecilla que no mostró el mínimo de resistencia al seguramente sentirse desmoronar en cada segundo transcurrido, el sentir tan solo aumentando cuando presenció el deplorable estado del alfa en su delante.

– No te atrevas a guardar silencio. No cuando te tengo frente a mí... no cuando lo vi todo – prosiguió este, su entonación de voz sin darse cuenta en el momento empezando a intensificarse al seguir sin tener ninguna respuesta por la parte contraria, y era más su lobo hablando por él – Jungkook habla... ¡Respóndeme!

Ante aquel fuerte gritó otorgado el cuerpo del omega crispándose a tal magnitud que se vio por instinto haciéndose pequeño entre sus hombros, al segundo abrazándose a sí mismo cuando los cálidos brazos que antes atrapaban su estrecha cintura lo abandonaron de golpe como si el solo tacto fuera tóxico, por su parte, ante el rechazo inminente del hombre quien lo marco fue imposible no sentir un frío gélido que lo envolvió.

No, no, no...

Por favor, vuelve

– Yo... Lo lamento... – murmuró entre hipidos Jungkook, sus párpados cayendo con fuerza al anhelar tanto desaparecer y que esto nunca haya sucedido, deseando tanto el volver al día anterior donde se encontraba envuelto entre las frazadas del alfa mientras que este lo arrullaba con una suave melodía y le susurraba palabras de amor junto con una cálida mirada... no está... no está, donde lo único que se reflejaba era dolor y furia – Lo lamento... lo lamento tanto...

Oh, Diosa

– ¿Lo lamentas? – soltó incrédulo el mayor, una sonora sonrisa tristona pintando sus labios cuando llevó sus palmas a cubrir ambos pares de ojos esmeralda cuando estos incrementaron el diluvio – ¿Lo lamentas, Jungkook? ¿Qué lamentas? ¡¿Dime qué lamentas?! ¿Haberte burlado de mí todos estos meses? ¿¡Haberme visto la cara de imbécil todo este tiempo cuando yo lo daba todo por ti!? ¿Eso lamentas? ¡¿Lamentas haber jugado conmigo?! ¿¡Con mis sentimientos!?

Jungkook negando con desesperación ante aquello último espetado y jura que fue innato el de recortar la distancia que Taehyung con anterioridad había pactado entre ambos, esto mientras se retiraba con apuro ambos guantes de cuerina de sus palmas, estas mismas echándolas sabrá la Diosa dónde, todo para que únicamente su piel pudiera reposar en el pecho contrario, afianzando tanto el agarre en aquella tela cuando el alfa se negó hasta el simple hecho de mirarlo de vuelta.

Y dolía

Joder, dolía tanto...

Pero se lo merecía

– No... No, no, no, Taehyung – exclamó desesperado el pelinegro, este no aguantando más el hecho de la indiferencia mostrada por parte del que se suponía era su pareja, por ende y aunque fue en contra de la voluntad de este, dirigiendo sus blanquecinas palmas sobre el rostro acanelado en su delante forzando la unión de ambas miradas – Yo jamás jugué contigo... yo... jamás lo hice. Debes creerme...

Por favor, créele

– No me mientas – cortó tosco el de hebras doradas, utilizando todo de su autocontrol al no desear ablandarse al tener en su delante aquella resplandeciente mirada cristalina que le destruía aún más el corazón – No te atrevas a volver a mentirme

– ¡No te estoy mintiendo! – exclamó exaltado Jungkook con los nervios a flor de piel, el dolor consumiéndolo a tal proporción que al ser esta la primera vez que experimentaba aquel sentir no sabía cómo reaccionar o controlarse – Créeme... ¡debes creerme, por favor!... yo jamás jugué contigo... ¡esa es la verdad, Taehyung!

Oh, pequeño...

Jungkook reteniendo el aire en sus pulmones cuando la gentil diestra del alfa fue alzada entre titubeos dudosos para que finalmente terminará por dejarse reposar sobre su mejilla, acariciando el área con tanta delicadeza que era imposible no pegarse con anhelo a aquel tacto que se encargaba de limpiar sus lágrimas.

¿Por qué se sintió como un adiós?

– No puedo... – susurró Taehyung, quien se encontraba recorriendo con sus ojos cada mínimo detalle del delicado rostro que tantas veces le gusto besar – No puedo hacerlo, no cuando me mentiste por bastante tiempo... y eso es lo que más me duele

– Perdón... – soltó entré fuertes lamentos el omega, este inclinándose hacia delante al buscar acercar ambos rostros hasta dejar tan solo unos cuantos centímetros de distancia – Perdóname...

Y llegaba a dejar anonadado como el dolor de ambos amantes llegó a sincronizarse a tal punto que mutuamente eran capaces de percibir el sentir ajeno, como este los consumía y pedía que acabaron con ello, que olvidaran y siguieran, que esto tan solo era un pequeño problema que merecía ser olvidado... que no era la gran cosa... lamentablemente, para este sentir llevándole la contra el orgullo que todo ser humano posee, aquel orgullo que nos prohíbe el volver a caer en aquel pozo que nos lastimo y nos hizo tanto daño.

¿Qué perduraría más? ¿El orgullo o el recuerdo? aquel recuerdo gratificante al corazón que anhelaba volver tanto al pasado que nos hizo sentir bien, aquel que no es fácil de dejar y mucho menos de olvidar... ¿cuál perduraría? No se sabe con certeza en realidad, no en estos momentos, no cuando se siente muchas emociones distintas en tan corto tiempo que nos ciegan... actuamos por impulso... aquel mismo impulso que llevo a Taehyung a dejar reposar ambas palmas sobre las suaves mejillas del menor, motivando que por fin ambas frentes se juntaran

Y el simple tacto fue hermoso

– Deja de pedir perdón cuando no lo sientes, Jungkook... deja de hacerme daño... basta – pidió entre llantos el mayor, mientras se tomaba la osadía de olfatear aquel dulzón aroma que lo enloqueció durante muchos meses, y que hasta en estas ocasiones seguía causando un sin fin de sentimientos en él – Si de verdad lo hubieras sentido no hubieras llegado hasta estos extremos... No lo hubieras hecho...

El omega silenciando abruptamente aquellas palabras espetadas por su pareja al decidirse por juntar ambos labios que encajaron tan perfectamente uno con el otro, tan perfecto como si se hubieran llegado a conocer en otras vidas, y que por fin en esta luego de buscarse por largos años se estuvieran reencontrando... como si ambos supieran que esta no era la primera y mucho menos la última vez en que deberían encontrarse al ya estar pactado en sus destinos.

Oh, Diosa

Llegando a ser un encantador bálsamo al corazón el otorgarse mutuamente aquel suave toque de labios que los hizo suspirar a ambos sobre los belfos ajenos, y se sintió tan bien, tan correcto... tan perfecto, pero tan perfecto que fue innato que el menor no envolviera sus brazos en el cuello a su alcance, mientras tanto el alfa, por su parte, abrazando aquella estrecha cintura que encajó de maravilla entre sus brazos, su palma extendiéndose por la extensión de la espalda del omega impidiéndole a este a no atreverse a despegarse de él.

Aunque el mundo se derrumbe a sus costados

Aunque la tierra dejara de girar

Aunque sucediera cualquier desastre

Que él no se alejara de su alcance...

Él no...

Ambos jóvenes inclinando sus rostros a los lados opuestos al desear intensificar aquel encuentro que llegó a ser un consuelo a ambas almas lastimadas, aquel encuentro que fue capaz de reflejar mayor sinceridad que las propias palabras jamás podrían llegar a hacerlo... aquel mismo puro encuentro que lograba transmitir mediante el contacto físico todo lo que ni con palabras era alcanzable emitir, pero las lágrimas no mentían... la necesidad de sentirse mutuamente tampoco... los corazones latiendo en sincronía mucho menos...

Y Taehyung estaba seguro de algo, lo amaba tanto, de ello estaba seguro el mayor, no podía engañarse, no podía fingir lo que prevalecía día y noche sin descanso en su mente y corazón, era imposible.

Pero estaba mal

Muy mal...

Lo amaba, pero no era correcto

¿No?

No sabía ni que pensar

– Debes tener en cuenta que jamás te mentí – susurró el omega sobre los labios ajenos cuando se vieron forzados a tener que separarse ante la irrelevante función de respirar en estas ocasiones, sus ojos aun manteniéndose cerrados al no poseer el valor de mirarlo – Jamás te mentí con lo que siento, puede ser que durante el transcurso estuve confundido ante mis decisiones, lo estuve por mucho tiempo porque no es fácil, no lo es, no te lo voy a negar, pero jamás te mentí con mi sentir, te lo puedo asegurar

¿Qué era lo correcto?

– ¿Planeaste esto? – inquirió igual de bajo Taehyung, acariciando con su pulgar aquella sonrojada mejilla, en sus adentros deseando que la respuesta a su pregunta fuera negativa y un peso sea liberado – Dime la verdad, Jungkook, aquella noche donde nos conocimos por primera vez... ¿lo planeaste?

Y que su plegaria fuera escuchada cuando Jungkook negó con lentitud lo hizo volver a respirar con normalidad.

– Jamás busqué esto, lo que sucedió aquella noche fue algo espontáneo que no me esperaba en lo absoluto – respondió, su mirada amatista cayendo en el rostro del alfa de hermosos iris esmeraldas – Pensé... aquella noche pensé que todo lo que pasamos tan solo sería un polvo más y luego cada uno seguiría por su camino. Pero luego... me invitaste a salir y no sé por qué terminé aceptando... ni esa, ni en las otras salidas... no sé qué pensaba cuando te acepté todo y luego todo se escapó de mis manos cuando reconocí el estar desarrollando sentimientos hacia ti

– ¿Qué hay con respecto a mi cargo? – siguió inquiriendo el mayor al aún tener aquella duda carcomiéndolo – ¿Desde cuándo fue que supiste que era Comisionado, Jungkook? ¿Lo supiste por mí, no es así?

Maldición

Ante esto preguntado el omega palideciendo y algunos dicen por ahí que el silencio otorga... oh, maldito aquel que se atrevió a declarar aquello porque en estos momentos fue el causante de que todo lo que se había esforzado por arreglar girará en un rango de ciento ochenta grados dándole la contra.

Taehyung apartándose tan de golpe del omega que logró dejarlo helado, rápidamente esté buscando volver a acercarse, pero para su desdicha el alfa volvió a distanciar cualquier paso que él recortaba. Y fue imposible no sentir aquel fuerte pinchazo al corazón que regresó con todas las fuerzas, Jungkook presionando ambos labios en una fina línea al no saber que exactamente responder ante lo que se le fue preguntado, no obstante, trayéndolo de vuelta al escuchar como Taehyung soltaba una ronca, incrédula y adolorida risa que se emitió de entre sus carnosos labios haciéndolo sentir un completo asco al menor.

– Responde, Jungkook

– Lo supe luego de irme de tu casa aquel día – soltó sin más, bajando la mirada cuando la culpa lo golpeó, pero debía ser sincero... aunque al contrario le doliera – Mi equipo se encargó de investigarte en su totalidad... todo... todo de ti lo supe antes de que tuviéramos la primera cita donde te decidiste el empezar a cortejarme

Los ojos de Taehyung llenándose nuevamente de gruesas lágrimas que recorrieron sus mejillas, sus palmas yendo a jalonear sus doradas mechas en un arranque de no saber de qué otra manera desfogar el dolor en su corazón.

– Me usaste todo ese tiempo...

– ¡No! – clamó alterado Jungkook, volviendo a intentar acercarse al alfa cuando lo sintió demasiado ofuscado, sin embargo, retrocediendo cuando ante el mínimo contacto este se alejó como si su simple tacto fuera prohibido – Taehyung, no te use, yo...

¡Me usaste! – interrumpió cabreado este, al omega formándosele un nudo en el inicio de su garganta al distinguir el rostro lleno de lágrimas junto con aquellos ojos encendidos en un fuerte esmeralda que otorgaban un aura del más puro y marchitado dolor y coraje – Todo este tiempo, cada táctica que dabas con este estúpido seudónimo... ¡cada maldito movimiento te lo facilite yo sin darme cuenta! Yo... yo confíe en ti...

Era un idiota...

Un completo idiota

¡No me facilitaste absolutamente nada! – contradijo igual de exaltado el menor, este al recaer en cuenta de su alta entonación reteniendo unos cuantos segundos el aire en sus pulmones al desear estabilizarse y no empeorar la situación – ¡Años sin conocerte, Taehyung! ¡Años sin saber de tu existencia y mucho menos saber tu nombre, he hice cada movimiento sin tu ayuda!... ¡Tú llegada en mi vida no cambio absolutamente nada con lo que respecta a mi trabajo!

Lo ojos confundidos del alfa recayendo en el seguro joven en su delante.

– ¿A qué te refieres con eso?

Y que el interrogado adquiriera una postura altiva y frívola hizo que Taehyung lo desconociera en su totalidad, tanto así que se le fue imposible no comparar a su Jungkook con este que se encontraba en su delante.

Eran opuestos

Tan malditamente opuestos

– Trabajas en una de las instituciones más corruptas del país, Taehyung – se mofó con descaro el omega, volviendo a recortar la distancia, no sorprendiéndose cuando esta vez el mayor no se alejó al estar tan ensimismado en observarlo – No te debe sorprender el hecho de que más de la mitad de tu personal está bajo mi mando, eso incluye a tus superiores, a tus subordinados, hasta los que resguardan la entrada, todo quien se me apetece termina trabajando para mí... aunque estos finjan aborrecerme en público con tanto ímpetu... son los primeros en extender la palma para recibir el pago por filtrar información confidencial. El mejor caso para ejemplificar esto es, Lee Dongwook, a quien abastecía con las drogas que me solicitaba cada mes para su comercialización, entregándoselas siempre y cuando obtuviera información relevante para mí... su único error fue el de desobedecer mis órdenes y su codicia me obligo a acabar con él

Oh, mierda...

– ¿A cuántos? – preguntó incrédulo el alfa, al ya tener cara a cara al menor, que aun cuando se encontraba con todo el rostro enrojecido y los ojos hinchados, su mirada reflejaba dominancia – Te pregunté, ¿a cuántos?

– No te haces una mínima idea – respondió ya sin miedo a lo que sucedería, al fin y al cabo, ¿era mejor ser honesto, ¿no? – Y esto no solo se centra en tu institución. Tengo poder e influencia absoluta en cada entidad de este país, pública o privada, da igual, ninguna es capaz de negarme un solo pedido, ni una tiene esa potestad. Entre las más altas jerarquías de poder, yo gobierno

Diosa Luna...

– ¿Cómo puedes decir algo de tal magnitud con tanta ligereza? – murmuró atónito este, ninguno de los dos jóvenes apartando la mirada de la opuesta

– ¿Deseabas la verdad, no es así? Esta... esta es la verdad, esto es lo que soy – pactó, sus brazos extendiéndose a su par al demostrar los alrededores, los cuales motivaban a admirar la penumbrosa y macabra escena delictiva – Mi organización, mi poder... todo por lo que luche, esto. Esto es lo que soy y ni tú ni nadie podrá arrebatármelo, no mientras siga respirando

Oh, Jungkook, había mejores palabras... había mejores formas de dar a conocer tu posición y lo descubriste muy tarde... tan tarde que cuando fuiste espectador de como una tenue sonrisa de tristeza se posó en los labios del de hebras doradas, te quebró, está siendo tan, pero tan quebrantada al punto que tú mismo instinto te exigió callar e ir a pedir nuevamente perdón como minutos atrás lo estabas haciendo.

– Sabes algo... en serio te creí – murmuró el alfa y con cada palabra emitida su entonación bajando en escala – Te creí por mucho tiempo y deseé mil veces odiarme en silencio antes de desconfiar de ti, pero hoy me has asegurado que eres idéntico a él – señaló, con esto la confusión pintando las facciones contrarias al no comprender a lo que se estaba refiriendo el alfa, pero para desgracia de Jungkook su duda siendo saciada con rapidez – Jeon Gongyoo, eres tan identificó a él

Y ante la sola mención de aquel particular nombre el aire atascándosele al menor que palideció y ahora era él quien retrocedía con horror alejándose del mayor, que al recaer en la titubeante actitud ahora se había ensimismado en recortar la distancia al desear soltar todos los secretos sobre la mesa de una buena vez por todas.

– ¿Cómo sabes?... – joder, Jungkook no podía ni emitir vocablo coherente, no cuando sus palabras quedaban atascadas en su garganta y el alma se le marchitada del tan solo hecho de haber escuchado aquel nombre... de recordarlo. Sus hermosos ojos almendrados volviendo a inundarse con una fina capa de cristalinas lágrimas – Taehyung como sabes... ¿quién te habló de él?

– ¿Eso tan siquiera importa? – contraatacó hartó, sus palmas posicionándose sobre la pared en su delante arrinconando al omega que se había hecho pequeño ante el miedo – Lo único que se me comprobó con aquella información es que eres idéntico a tu padre. Los dos fueron cortados por la misma tijera, ¡ambos son unos asesin...

El fuerte retumbar de una piel chocando contra otra resonando en todo espacio existente de aquel lugar, y no se podría decir que afectaba más en estos momentos... sí apreciar el rostro lleno de sufrimiento y coraje del bonito omega... o el rostro girado hacía un lado del alfa cuando el impacto de una blanquecina palma aterrizó en su mejilla callándolo abruptamente de todas las palabras que tenía pensado emitir y que muy por seguro más tarde se arrepentiría.

– ¡No te atrevas a hablar de él! ¡No lo hagas, porque no te lo permito! – gritó furioso Jungkook ya con las lágrimas recorriendo sus mejillas, lo cual ocasionó el silencio absoluto del mayor, este trastabillando cuando dos palmas lo empujaron para volver a pactar distancia entre ambos cuerpos – ¿Qué buscas, Taehyung? ¿Buscas hacerme daño mencionándolo? ¿Esa es tu forma de según tú devolverme el supuesto daño que te cause? ¡Eres patético!

¿En serio había dicho eso?

¿Quién causó daño primero?

Las facciones del alfa torciéndose ante el enojo al igual que las de su pareja, ambos llegando a ignorar para este momento el dolor en sus respectivos pechos cuando la rabia los inundó en su totalidad llegando al punto de hasta desconocerse.

Y en estos momentos...

Era mejor el guardar silencio

Para no arrepentirse después

Lastimosamente... Taehyung no era muy conocedor de esto

– ¡¿Yo patético?! – respondió tosco el mayor recortando feroz la distancia con el omega que no retrocedió, ambos quedándose mirando cara a cara al desafiarse – ¿Quién es el que asesina a sangre fría y luego finge una vida muy opuesta a la que posee? ¿Quién, Jungkook... o debería llamarte Jk desde ahora? ¿Cuál nombre te agrada más?

– ¡Lo que haga con mi vida no te incumbe!

Respondió igual de feroz el menor, sus ojos reviviendo el destellante y hechizante color amatista, mismo color que para la mayoría de personas que tuvieron el honor de apreciarlos era el calvario más atroz en toda la faz de la tierra al ser su sentencia definitiva de muerte, pero para el alfa en su delante no era más que el reflejo de su omega, del mismo omega que hizo suyo tantas veces bajo suyo... tantas ocasiones que eran incontables, mismos ojos que siempre mostraron... amor... amor y pureza que lo enamoró como nunca antes, pero en esta ocasión era diferente... Eran los mismos ojos, joder, eran los mismos... pero se veían tan ajenos.

Y ni aun así, ni aún al estar presenciando en su delante el dolor y daño que estaba causando con sus crudas palabras fue capaz de guardar silencio.

– ¡Si que me incumbe si estaba viendo un futuro junto a ti! – gritó igual de dolido Taehyung, ¿y hasta cuándo se extendería esto? muy por seguro hasta liberar aquella furia de la traición que lo carcomía – ¡Me miraste a los ojos, Jungkook! ¡Me miraste a los ojos y me mentiste sin remordimiento!

– ¡Jamás te mentí!

– ¡Ah! ¡no, verdad! – soltó con ironía, su palma yendo a sostener con tantita brusquedad el mentón del omega – Tienes razón no me mentiste en su totalidad, Jungkook, ¡ya que mínimo no me engañaste con tu apellido!

Jungkook apartando con coraje su rostro del tacto ajeno.

– ¡Deja de hablar así, ¿quieres?! Estoy intentando...

– ¡¿Y cómo quieres que hable cuando te juré amor y tú lo único que hiciste fue verme la cara de imbécil todo este tiempo?! – interrumpió sin más, ya decidiendo no volver a tocar al joven en su delante, aun cuando su instinto le pedía retirar aquellas lágrimas que él estaba provocando y que próximamente estaban a punto de brotar – ¡Hasta puedo jurar que todas las veces que decías quererme fueron una completa mentira como toda tu vida!

Oh, no, Taehyung...

Eso fue sobrepasarse...

Taehyung con su agitada respiración guardando silencio cuando fue espectador principal de como los antes bellos ojos amatistas perdieron su color para regresar a un hermoso almendra, los cuales terminaron ahora si por liberar aquellas pesadas lágrimas, y ahora sí el corazón le dolió horrores al mayor al recién tomar en cuenta el sentir ajeno y fue impulso el desear acercarse al recaer como el dolor aumentaba con cada segundo transcurrido, no obstante, quedándose inmóvil al presenciar como el omega volvía a pactar distancia entre ambos cuerpos... y fue innato que de igual sus ojos perdieran tonalidad.

¿Qué había hecho?

– Si eso es lo que quieres creer, está bien... – murmuró el omega, este sintiendo como la marca temporal en él ardía como el mismo infierno – Jamás te ame, Taehyung – dolía – Si en serio deseas creer ello entonces te exijo que me devuelvas cada beso, cada abrazo, cada encuentro, cada segundo que te otorgue, que preferí ponerme en peligro solo para ir a verte. Devuélveme todo el tiempo que te otorgué y pude haber malgastado en mi vida falsa que haces llamar. Devuélveme la confianza que te concedí para que me anudarás... para que me marcarás... – el alfa quedándose helado ante la mención de aquel dato que se le había olvidado – Te pido que me los devuelvas, pero si estos le sirven a tu orgullo como un consuelo entonces quédatelos... porque desde ahora no deseo tener nada de ti, ni siquiera tus recuerdos – su blanquecina palma yendo a refugiar su cuello, exactamente en aquel lugar – Te olvidaré... y esto desaparecerá... así que puedes estar tranquilo

Taehyung adelantando un paso al desear acercarse, sin embargo, Jungkook volviendo a retroceder al no permitírselo.

– Se que me equivoque, sé que te mentí, lo sé – reconoció, no permitiendo que el alfa volviera hablar, no cuando ya había escuchado suficiente – Pero jamás te utilicé como deseas creer. Si te hubiera estado utilizando... ni siquiera me hubiera dignado en venir hoy... Pero estoy acá en frente de ti poniéndole un final a lo que tú por cobardía no puedes ni pactar por desdichado orgullo y no haces más que sacarme todo en cara

– Jungkook, yo no...

– Yo me equivoqué, sí, pero hoy tú me acabas de demostrar lo poco hombre que eres... – siguió sus lágrimas intensificándose y el ardor en su piel se volvió insoportable, tanto así que su palma no dudo en presionar con fuerza aquella mordida – Y no sabes cuanto me arrepiento de que hayas sido el primer alfa que le otorgue varias de mis primeras veces... – el omega dándose la vuelta sin tan siquiera observarlo – Hasta luego, Taehyung, porque estoy seguro que ahora que conoces mi rostro no vas a parar hasta verme tras las rejas como has venido haciendo desde que ingresaste a ese cargo que ostentas con tanto orgullo

Taehyung bajando la mirada al suelo cuando el fuerte retumbar de la puerta metálica contra el umbral lo regreso a la realidad, su vista nublándose en solo segundos al recordar cada maldita palabra que salió de entre sus labios, su memoria pareciendo no estar a su favor al atormentarlo, haciéndole recordar con pequeños fragmentos el rostro sonriente y sonrojado del menor, junto con el último que acababa de presenciar... y se hubiera desmoronado ahí mismo, jura que sí, pero su atención terminó recayendo en un par de guantes de cuerina.

Mismos guantes de cuerina que terminó recogiendo, acariciando, doblando y guardando en su bolsillo delantero para darse la vuelta y regresar por el mismo lugar que antes había recorrido.

Su larga melena dorada siendo de utilidad para ocultar sus hinchados y rojizos ojos al pasar junto a su escuadrón que lo rodearon con rapidez, no obstante, estos quedándose estupefactos cuando el alfa los ignoró subiéndose sin demora a una patrulla desocupada retirándose sin más de aquel lugar.

(...)

– ¿Jungkook?

Jimin acercándose con rapidez al cabizbajo omega que se aproximaba entre tambaleos a la camioneta camuflada fuera del ojo público, y llegó a ser impulso por parte del pellirrosa acelerar su paso atrapando entre sus brazos por las justas al menor cuando este terminó desplomándose al perder la estabilidad.

Los jóvenes ahí presentes acercándose apresurados con la preocupación a tope ante la caída de ambos omegas que refugiaron sus pesos sobre sus rodillas y se abrazaban mutuamente, con mayor precisión... el menor ocultando su rostro en el cuello de su mayor, mismo que dejo de respirar correctamente cuando percibió como la piel del lugar que estaba sirviendo como refugio para su menor era empapada por un contenido líquido, los ojos de Jimin cristalizándose cuando el primer hipido removió el cuerpo entre sus brazos.

Oh, no...

– ¿Jungkook?

Llamó preocupado Seokjin mientras se agachaba a la misma altura de sus dos menores, este buscando apreciar como dé lugar el rostro del nombrado quien no se deseó dejar ver, y siendo Jimin el encargado de girar su rostro hacía este para negar con parsimonia en un pedido silencioso.

Y aquello fue suficiente para que el de cabellos marrones terminará por arropar a ambos menores entre sus brazos dejando ahora al cabecilla entre ambos cuerpos, este apreciando de sobremanera como el aroma de estos lo llegaron a consolar tanto y a tal punto que poco a poco obligaba a su lado irracional el llegar a olvidarse por completo de una parte de él que cada vez sentía más distante, parte de él que se grabó en su piel con tanto énfasis para tenerlo ahora llorando como nunca antes había sucedido al estar experimentando por primera vez en su vida el tan hablado corazón roto.

Y era devastador...

Tan injustamente devastador como no podía ni respirar correctamente al estar padeciendo el dolor subjetivo de morirse en vida... el cómo la marca en su cuello le quemó a tal magnitud que se fue oscureciendo poco a poco y cicatrizando a tal punto de buscar eliminar cualquier conexión que los unía.

El sentir como su alma y corazón eran arrebatados de su cuerpo llegando a sentirse tan ajeno... tan, pero tan ajeno que dejó de importarle cuanto tiempo perduró con el diluvio en sus mejillas, o con el punzante martilleo en su cabeza que lo mareaba cada vez más, o tan siquiera el cómo su cuerpo temblaba con fuerza mientras su lobo aullaba adolorido clamando por aquella presencia que seguramente ya ni se encontraba cerca... y se dejó inundar... inundar por el vacío que hace meses no volvía a aparecer y buscaba su retornó a su vida al desear ser nuevamente su calvario.

Era doloroso...

Obvio que lo era

Pero más doloroso era el sentir como aquella conexión que apreció tanto, pero no la valoró como debería... se fue extinguiendo poco a poco hasta dejar una pequeña piel con tonalidades oscuras.

Lo odiaba...

Odiaba tanto amarlo... amarlo tanto que ni aun cuando lo estaba dejando en aquel deplorable estado donde no podía ni tan siquiera espetar una sola palabra o volver a ponerse de pie... no podía dejar de amarlo... oh, Diosa... odiaba tanto amarlo que se le era imposible odiarlo.... pero aun así... lo odiaba tanto... tanto como lo amaba...

Namjoon acercándose con cuidado cuando ambos omegas se distanciaron sosteniendo con delicadeza el delicado rostro del menor entre sus palmas, mismo omega que se encontraba con los ojos cerrados en un profundo descanso al no haber soportado tanto dolor. El moreno hincándose sobre su rodilla derecha para poder tener la estabilidad y accesibilidad suficiente para poder alzar entre sus brazos al pelinegro desmayado con los hermosos ojos hinchados y todo el rostro enrojecido.

– Llamaré al doctor – avisó preocupado Hoseok cuando el alfa más alto se volvió a poner de pie acomodando al menor, dejando descansar el delicado rostro en su pecho – ¿Dónde demonios deje ese aparato?

– No lo hagas – respondió en un bajo murmullo el moreno, mientras observaba con dolor las facciones marchitadas de aquel omega, y fue inevitable que un nudo no se formará al inicio de su garganta – Esto va más allá de su competencia... Jungkook no tiene ningún daño físico, salió ileso de la batalla

– ¿Entonces qué haremos? – inquirió esta vez el de hebras albinas que terminó envolviendo entre sus brazos a su pareja que lloraba en silenciosos cántaros – No podemos dejarlo así

– Haremos lo que siempre hemos hecho en estos casos – espetó sin más, empezando a avanzar decidido hacia la camioneta que los esperaba ya encendida, el grupo siguiéndole los pasos – Le daremos su espacio. El tiempo lo sanará... como ha venido haciendo desde hace años

Una semana después:

– ¡Hey, Taehyung! – saludó desde lejos un sonriente omega pelirrosa que vestía un gran camisón blanquecino, el alfa nombrado alzando con pesadez su rostro cabizbajo al reconocer aquella voz que pedía su atención y no supo que sentir cuando este decidió recortar la distancia entre ambos – Que grata coincidencia encontrarte por aquí. ¿Puedo sentarme?

Inquirió alegre este, bastándole la simple acción del menor de levantar ambos hombros en desinterés, misma que decidido ignorar para poder tomar asiento dejando una prudente separación para no infringir el espacio personal mutuo, pero lo necesario para hablar con normalidad y ser escuchados sin problemas de por medio.

– ¿Cómo has estado...

– Deja de fingir, te lo pediré encarecidamente. No es necesario que lo sigas haciendo – sentenció con tantita tosquedad el menor al cortar a su mayor, por fin teniendo la valentía de conectar miradas con el omega que soltó una baja risa mientras negaba divertido – Es frustrante que lo sigas haciendo, créeme

Y ante esto Jimin suspirando rendido para luego soltar una fuerte exclamación al estirarse con simpleza en el banco, sus palmas apuntando hacía el extenso cielo.

– Bueno, eso facilita todo – reconoció el pelirrosa con tono burlón, sin embargo, está desapareciendo al espetarse lo siguiente – Creo que te haces una idea del por qué he venido a verte, ¿no es así?

– De hecho, no, si te soy sincero

La antes amigable sonrisa borrándose del rostro del omega, el cual ahora si cambio en su totalidad su amigable actitud a una un tanto gélida y petulante que descolocó al menor.

¿Acaso todos los omegas de aquella organización tenían doble personalidad?

– ¿No? Qué lástima, yo suponía que sí – fingió inocencia Jimin, algo que no encajaba en lo absoluto ante la oscura mirada que poseía – Entonces te lo diré directamente, Taehyung. Explícame la razón del, por qué oficiales armados bajo mando llegaron a allanar durante la madrugada la vivienda que tan solo conocías con una certeza absoluta que habitaba Jungkook

¿Qué diablos?

El acusado abriendo a tope ambos pares de ojos ante la incredulidad de lo que estaba escuchando, y el omega no supo cómo interpretar que una fina capa de lágrimas se posara en los ojos rasgados de este que tan solo segundos atrás se mostraba muerto en vida.

– ¿Qué demonios estas diciendo? – inquirió confundido Taehyung, su mirada yendo a perderse en la madera del banco bajo él al no procesar aun lo que escuchaba – Yo no... no lo sabía, en serio, yo no...

– ¡No mientas! – gritó furioso Jimin, quien terminó perdiendo los estribos golpeando con fuerza su puño en el mismo lugar que el alfa se había quedado observando, acción que lo hizo reaccionar – ¡Juro que te mataré aquí mismo si sigues mint...

– ¡No miento! – bramó de vuelta Taehyung, su ceño frunciéndose con notoriedad al confrontar al joven pelirrosa – ¡No he pisado mi centro laboral desde lo ocurrido con... – este no siendo capaz de completar aquella frase por lo que terminó mordiéndose el labio con fuerza para seguidamente soltar un rendido suspirar – Digo la verdad, ¿de acuerdo? Si deseas confirmarlo tan solo debes ir a preguntarle a Seokjin, estoy seguro que él te lo dirá todo

Y ante aquel nombrar recién espetado ahora siendo el mayor quien terminó palideciendo.

– ¿Cómo sabes...?

– ¡Ya lo sé todo! – respondió cansino y frustrado el alfa, sus codos yendo a reposar sobre sus rodillas encorvando su espalda – Se el lazo de ¿amistad? que une a Jungkook y Seokjin, mismo que lo llevó a hacer este tipo de barbaridades. Diosa, lo patético que me tuve que haber visto todo este tiempo... Lo mejor que me pudo haber pasado toda esta semana es haber descubierto la verdad y una leve sospecha del por qué hacen lo que hacen

Cállate...

– No, no lo sabes – bramó tosco en un bajo murmulló tétrico el omega

Y tan siquiera si Taehyung hubiera dejado de estar tan ensimismado en su propio sentir y se tomará tantita preocupación de lo que sus palabras causaban se hubiera fijado como el omega apretaba con fuerza ambos puños.

– ¡Ay! por amor a la Diosa, Jimin – se quejó harto Taehyung, su palma pasándose por todo su rostro en frustración – Se que todos ustedes poseen los mismos orígenes. Se que el hermano de Seokjin falleció por un incendio en un atentado provocado. Se que tu padre era amigo cercano de Jeon Gongyoo y que falleció en una cruzada de bandas. Se que Namjoon presenció la muerte de toda su familia a los quince años ante un robo a mano armada. Se que Min, tu pareja, por cierto, fue capturado y luego torturado por años hasta que escapó. Se que Hoseok tuvo que presenciar el abuso familiar por parte de su padre quien termino abandonando a toda su familia. ¡Se la vida de cada uno de ustedes y los motivos que los llevo a unirse con Jungkook! – confesó, un leve chasquido de fastidio acaparando la escena – Y déjame decirte que ninguno de ustedes tiene verdaderos fundamentos para justificar todas sus acciones delict...

¡Tú no sabes nada! – gruñó furioso Jimin, este levantándose de un solo golpe de su asiento mirando desde lo alto y de forma acusadora a su menor que se encontraba pasmado al distinguir cristalinas lágrimas en el rabillo de los ojos del pelirrosa –¿Que Eunwoo murió en un incendió? – se mofó con dolor en su entonación – ¡Eunwoo se suicidó! Kim Eunwoo, el hermano menor de Seokjin, amigo de Jungkook... ¡mi amigo!... Se murió por tu asquerosa clase y casta. Se murió el día que un infeliz alfa que le hizo creer amarlo lo termino vendiendo a gente de la alta clase para violarlo en grupo. Se murió el día que lo secuestraron... su suicidio tan solo fue para hacernos saber a nosotros sobre lo muerto que se sentía – el omega acercándose al estupefacto alfa que se encontraba anonadado – ¿¡Que mi padre murió en una cruzada de bandas!? Mi padre murió acribillado por tu gente, ¡por tu repugnante institución que fue comprada hace años por diversas bandas que les pagaban para asesinar a sus contrincantes! utilizando la fachada de que los oficiales tan solo estaban cumpliendo con su deber

Taehyung intentando emitir vocablo, pero siendo brutalmente callado cuando el omega prosiguió.

– ¿Namjoon, presenciar un robo? Namjoon tuvo que presenciar como oficiales junto con una banda enemiga ingresaban a su hogar a mitad de la noche, abusaban de su hermana y madre, para luego asesinarlos siendo ¡él el único que sobrevivió por milagro! – para este momento las pesadas lágrimas del omega ya recorriendo sus rellenas mejillas – ¿Mi pareja secuestrada? Yoongi no fue secuestrado, ¡él fue vendido por su padre alcohólico por unas cuantas desdichadas monedas! ¿Hoseok, sufrir abandono? ¡Ya quisiéramos todos! él tuvo que vivir un infierno día y noche, lo mejor que le pudo pasar fue asesinar a ese bastardo que le hizo la vida imposible y le arrebató a las personas más importantes para él. Pero ¿¡qué vas a saber tú!? ¡Alguien que nació en cuna de oro y no conoce lo que es vivir un calvario en carne propia!

El alfa no sabiendo con exactitud que responder luego de escuchar todas las atrocidades que se les fue contadas... y todo parecía irreal, todo que era imposible creer que una persona fuera capaz de soportarlo.

– Yo no lo s... – intentó disculparse, por desgracia, Jimin no deseando escucharlo

– ¿No lo sabías? – se burló adolorido el omega que se limpiaba con fuerza sus mejillas borrando cualquier rastro de debilidad – ¿Cómo carajo vas a saber si tan solo te guías por tus jodidos expedientes? ¡que valga la redundancia son escritos por corruptos! ¿Querías la verdadera versión de los hechos, Taehyung? – inquirió tosco, logrando que el nombrado esquivará la mirada apenado – Para poder obtener ello debes ir a los bajos cimientos, lugar que en tu jodida vida jamás pisaste y muy por seguro que si de ti dependiera jamás pisarías... y tan solo cuando ya estes ahí deberás tocar puerta por puerta pidiendo el testimonio de cada ciudadano, y ahí... ahí obtendrás la verdadera versión de los hechos

Un silencio sepulcral inundando aquel ambiente, está teniendo como acompañante únicamente la errática respiración del omega ofuscado y el suave respirar del alfa que se arrepentía a más no poder, no sabiendo que pasaba actualmente con él al estar actuando de una manera irracional... pero ¿se podría culpar? ni siquiera tenía cabeza para culparse actualmente, no cuando su mente era ocupada por otra persona.

– Entonces, hazme conocedor, te lo suplico – pidió el alfa luego de un rato al haberse mantenido callado, su mirada alzándose hacia el mayor que lo observaba con el entrecejo fruncido – Hazme saber por qué hicieron lo que hicieron, hazme saber sus motivos y razones... y te juro que te escucharé hasta el final... – para este momento la voz del alfa flaqueando para lo próximo que pronunciaría – Hazme saber por qué Jungkook le tiene tanto odio al mundo como para asesinar sin el más mínimo remordimiento. Hazme saber, porque no creo aguantar más tiempo sin él en mi vida...

Oh

Y Jimin se lo pensó, joder, se lo pensó tanto que lo único que llego acaparar su mente fue el rostro lloroso y deprimido de su amigo todos estos días... y se lo pensó tanto, tanto que decidió no volver a ver nuevamente en aquel estado a su menor, no cuando parecía ser que el dolor era mutuo por ambas partes.

Se estaba arriesgando...

Muy probablemente

Pero existía un motivo razonable del porque Jungkook había confiando en aquel alfa desde un comienzo.

Un motivo que el distinguió al apreciar aquellos ojos llenos de dolor.

Y.. había ocasiones donde debíamos arriesgarnos, ¿no?

Ojalá el no estarse equivocando

– ¿Qué es lo que sabes de Jungkook? – preguntó tantito tosco, cruzando ambos brazos sobre su pecho aún un poco reacio de volver a tomar asiento junto al alfa que lo hizo enfurecer minutos atrás – No, corrección, ¿qué leíste en esos expedientes?

Taehyung bajando la mirada a sus palmas que jugueteaban entre estás, proponiéndose en dejar ir por fin en un largo suspirar aquella mentalidad hostil que había adquirido esta última semana.

– Se que es primogénito de Jeon Gongyoo, el cual en su momento fue el hombre más buscado por una cantidad exorbitante de asesinatos, tráfico ilícito de drogas, extorsiones y más delitos – contó, su espalda recayendo en el respaldar del banco al buscar comodidad – Se decía que era despiadado y brutal en cada enfrentamiento, lo que lo llevo a ganarse varios enemigos tanto entre su propia área como en el gobierno. También hay registros no confirmados que decían que era tan despiadado que mantuvo prisionero a su hijo, pero no hay veracidad en aquel testimonio

– Lo último es mentira – sentenció rotundo Jimin, su vista perdiéndose en la extensa área verde a su delante donde no transcurría ni un solo ciudadano que fuera capaz de escucharlos, además, no era como si no hubiera inspeccionado esta misma antes de acercarse – El señor Gongyoo jamás lastimó a Jungkook, todo lo contrario, lo protegió

– ¿Entonces cómo explicas el temperamento de Jungkook? – inquirió curioso Taehyung, su palma yendo a masajear su cuello – Porque déjame decirte que no encuentro otra expl...

– Jungkook fue entrenado, no maltratado – respondió sin más, y ello sí que dejó helado a Taehyung, no quedándole más opción al mayor que continuar con su relato al no desear causar malos entendidos – Jungkook desde una temprana edad mostró indicios de un manejo sorprendentes de armas blancas que perdura hasta la actualidad, ¿debes haber escuchado sobre estás?

El menor asintiendo seguro a la pregunta.

– Las hacen llamar dagas del tártaro – reveló al hacer memoria del característico nombramiento que la misma población le dieron a aquellas armas... y que Jimin asintiera a lo espetado le hizo saber que había acertado

– Esas dagas fueron un regalo que le hizo el señor Gongyoo a Jungkook cuando comenzó su entrenamiento a los diez años – las facciones del omega torciéndose tantito al verse obligado a recordar el pasado – Él necesitaba dejar a un digno sucesor y Jungkook fue la mejor opción... y lo siguió siendo aun cuando se presentó como omega

– ¿Por qué? – inquirió el alfa, su ceño frunciéndose sin darse cuenta – ¿Por qué exactamente Jungkook?

Por su parte, Jimin alzando los hombros al él tampoco saber con todos los detalles del por qué aquella decisión fue tomada hace ya trece años.

– Lo único que sé es que el señor Gongyoo veía un potencial impresionante en Jungkook, al igual que el señor Wang y su hermano, Jeon Janghyuk, tío de Jungkook. Los tres durante largos años se encargaron de otorgarle a Jungkook la mejor educación y modales, como la mejor estrategia y destreza, convirtiéndolo en un arma despiadada desde temprana edad, todo para poder asegurar su mandato, ya que existían muchos en la propia banda que no deseaban ser regidos por un omega

Ambos jóvenes guardando silencio, más precisamente Taehyung al estar intentando procesar de la forma más calmada aquella información que si bien como dijo Jimin en un comienzo, no era maltrato en sí ante la definición de la palabra, era considerado abuso excesivo y más para la edad que en ese momento poseía su pareja.

– ¿Sabes? Aunque Jungkook desde uso de razón fuera considerado un prodigio por todos... él jamás llego a desear esto, jamás deseó heredar el puesto de cabecilla de un grupo, jamás deseo ser entrenado... jamás deseo esta vida – confesó el omega, su corazón doliendo horrores al saber el sentir de su amigo y jamás haberlo podido ayudar como era debido – Pero se le era imposible negarse. Jungkook no deseaba esta vida, pero era muy amable e inocente para destruir las expectativas de quienes confiaban en su potencial... Él muchas veces en el pasado resaltaba el deseó de poder sentirse normal... tan normal como cualquier otro ser humano de este país que no le era necesario salir acompañado de guardias resguardando sus espaldas, el ser tan normal que no tuviera que ser un total misterio para el gobierno

– ¿Por qué? – preguntó bajo Taehyung, luego de perdurar tanto tiempo en silencio, poco a poco uniendo cabos y como estos llegaron a influenciar – ¿Por qué no lo dejo todo?

– ¿Por qué? Esa misma pregunta me llevó haciendo desde hace tantos años – la melancolía siendo clara en la mirada y entonación del omega, lo cual llego a confundir aún más al menor que deseaba respuestas – Tantos años preguntándome, ¿por qué no deja esto? ¿por qué lo sigue haciendo? ¿qué lo ata a no soltar aquella cuerda que lo ahorca con tanto dolor?

Se preguntó más para sí mismo que para obtener una respuesta por su acompañante, mismo acompañante que llego a simpatizar con su sentir ajeno.

– ¿Encontraste la respuesta?

– No – respondió sin darle muchas vueltas al asunto, un largo suspirar en rendición saliendo de entre aquellos gruesos labios color rosáceos – Pero los años cambiaron, sucesos inesperados y dolorosos sucedieron y todos cambiamos, en especial él...

– ¿A qué te refieres con eso? – cuestionó preocupado Taehyung, al no estar comprendiendo ante la falta de información relevante – ¿Qué sucedió?

Una tristona sonrisa posándose en los labios del mayor quien observaba el alto cielo nocturno como si con esta acción reviviera cada recuerdo que su mente ocultaba, pero su corazón no deseaba dejar ir y mucho menos llego a olvidar.

– Jungkook me comentó hace unos meses que en un momento de debilidad se le soltó mencionarte como falleció su madre... Jeon Minyoung, ¿es verdad?

Taehyung asintiendo lentamente a lo interrogado, sin embargo, no confesándole al contrario que si bien conocía dicha historia que en su momento lo hizo entristecer de sobremanera no era total conocedor del nombre de la mujer en cuestión, ya que Jungkook jamás lo llego a mencionar, y al Jimin no saber ello no dudó en continuar con su relato.

– Conozco desde uso de razón a Jungkook, no hay día entre mis recuerdos donde él no esté presente junto a nuestro grupo, siempre éramos los siete, siempre... – el alfa prestando suma atención a cada palabra y reacción emitida por el mayor – Cada día cuando salíamos de la escuela lo primero que hacíamos era ir a visitarlo al parque, donde siempre era acompañado por sus padres, todos los días sin excepción – la suave sonrisa de melancolía sorprendiendo al alfa – Jungkook en esos años se veía tan alegre, tan lleno de vida como un hermoso ángel, era hasta imposible borrarle la sonrisa del rostro

Taehyung por su parte sonriendo por inercia al imaginarse al quien él aún seguía considerando su pareja en aquella específica edad de vida, imaginándoselo tan a pie de la letra como el omega a su costado le hacía el favor de relatarle transmitiéndole sus preciados recuerdos.

Oh, lo extrañaba tanto

– Jungkook siempre ha tenido un brillo propio, nadie, absolutamente nadie podía negarlo – la sonrisa borrándose poco a poco del rostro delicado del mayor, lo cual llegó a confundir al receptor del relato – Pero el día que perdió a su madre... el día que la señora Minyoung dio su último respiro en este mundo en aquel hospital... se llevó consigo sin darse cuenta la alegría de su hijo

Los ojos del alfa yendo a prestar mayor atención en la actitud de Jimin quien se encontraba con ambas palmas entrelazadas con su vista aún perdida en el horizonte sin llegarlo a observarlo en ningún momento.

– Para pesar de todos, hasta de su propio padre, Jungkook terminó refugiándose en los entrenamientos – prosiguió, su diestra yendo a arreglarse los rosáceos cabellos cuando una fuerte ventisca se los removió – Su vida se redujo a entrenar de día a noche sin descanso... él decía que era el único momento donde su mente se desconectaba de todo su alrededor y podía... respirar

Taehyung apartando su vista hacía sus propias manos cuando un nudo se le originó en el inicio de su garganta y no supo si deseó seguir escuchando o dejar todo ahí.

– Luego de cuatro largos años... cuando las cosas iban mejorando y él poco a poco volvía a vivir, sucedió lo que todos temían... otra muerte... el fallecimiento de Eunwoo para ser más preciso – informó, Jimin llevando ambos brazos para terminar abrazándose a sí mismo al estarse concentrando en no dejar que su sentir fuera transmitido a su pareja por aquella marca en su cuello, estando seguro que ante el mínimo atisbo este no dudaría en venir a su encuentro, y por el momento no deseaba que estos dos alfas testarudos aún se reencontraran – Aquel suceso destrozo tanto a Seokjin como hermano, y a Jungkook al haber sido el más cercano y contemporáneo en edad con él... Jungkook luego de eso, se culpó tanto sin justa razón... odio las castas... odio la sociedad y volvió a caer en aquel oscuro hoyo donde nos esforzamos tanto en sacarlo

Oh Diosa...

Jimin guardando un silencio sepulcral por un pequeño lapso de cinco minutos al estarse discutiendo mentalmente entre si era correcto o no lo que tendría que contar a continuación, se lo pensó, joder, se lo pensó demasiado que sin darse cuenta terminó mordiéndose el labio inferior ante la incertidumbre, que al final terminó dejando de lado.

– Al año siguiente de perder a Eunwoo... Jungkook perdió a su padre – reveló por fin, con ello capturando toda la atención del alfa que giro a observarlo con los ojos abiertos de par en par – El señor Gongyoo, como bien tú dijiste, hizo muchas cosas malas, nadie puede negarlo... pero amaba a Jungkook, amo a su esposa, amo a sus hijos... los amo tanto hasta el último día de su vida, tanto así que entrego su vida para proteger a Jungkook... quien fue secuestrado por un rival que tenía el señor Gongyoo en ese entonces

Taehyung abriendo estupefactos ambos pares de ojos al escuchar aquello, su rostro girando nuevamente hacía su mayor al desear cerciorarse que lo que había escuchado era verdad, lastimosamente, para su marchitado corazón que Jimin asintiera a sus interrogantes lo hizo boquear.

– Fue secuestrado, golpeado hasta la inconsciencia al negarse a dejarse ultrajar por su agresor... y si el señor Gongyoo no llegaba a tiempo hubiera sido vendido como si se tratase de un simple objeto – le confesó, no esperándose apreciar como Taehyung al segundo de escuchar aquello dejó derramar gruesas lágrimas – Solo Jungkook sabe el calvario que vivió durante esas ocho horas que estuvo retenido, solo él sabe lo que vivió y tuvo que soportar

La garganta cerrándosele a Taehyung al escuchar todo lo recién descubierto y fue su calvario al imaginarse tal escena cuando cerró los ojos.

– La cicatriz que tiene Jungkook en la mejilla junto con la del hombro, ¿se las has visto, no es así? – inquirió curioso el omega, recibiendo como respuesta el asentir automático del alfa – Esas cicatrices se las hicieron ese mismo día cuando se atrevió a oponerse, causando la furia de su agresor – reveló, consiguiendo que su menor lo observará entre llantos mientras negaba al tan solo relato – Esas malditas cicatrices quedaron como un recuerdo en su piel el cual nunca se podría borrar

Taehyung pasando ambas palmas acaneladas por todo su rostro al desear cubrirse al estar en un estado demasiado vulnerable, donde su único deseo llegó a ser poder volver a encontrarse junto aquel omega y pedirle por su perdón de rodillas.

– Aquella misma noche Jungkook perdió a su padre a manos de su agresor – siguió Jimin, quien ignoró el hecho cuando su dispositivo empezó a vibrar en su bolsillo anunciando una llamada entrante, la cual como era de esperarse no contesto – Jungkook llego a observarlo todo, todo el enfrentamiento... el peor tormento para cualquier hijo en la faz de la tierra... el presenciar cómo te estaban arrebatando sin compasión a alguien preciado para ti... es simplemente inhumano... En consecuencia, Song Jihoon se convirtió en la primera víctima que Jungkook asesino con sus propias manos

Oh, Jimin, ¿hacía falta mencionar aquel nombre? ¿en serio hacía falta grabar en fuego vivo aquel desagradable nombre en el corazón y mente del joven alfa que se vio empuñando sus palmas en la más pura furia?

– Luego de ello, Jungkook tuvo que obligarse a salir adelante por su hermano, y entre lágrimas frente a las tumbas de sus padres les juró protegerlo hasta con su propia vida – siguió contando, su voz quebrándose al recordar aquel día y el fuerte llanto desconsolador que emitió su menor cuando creyó estar solo – ¿Sabes? Cuando eres omega este mundo te trata mal sin razón justa, Taehyung... te discrimina, abusa y sexualiza a más no poder que terminas creyendo que en realidad si es tu culpa... el desear morir antes que enfrentar la realidad... Todos somos conscientes de esta realidad, inclusive Jungkook, no obstante, ello jamás le impidió el levantarse del lodo en cada batalla donde alfas lo denigraban por su casta. Jungkook luchó, luchó años para demostrar que la jerarquía no te hacía débil, él tuvo que cargar sobre sus hombros el peso de ser humillado, pisoteado y burlado por bastardos que al final tuvieron que morir entre sus manos para poder escalar la pirámide del poder... es el peso que tuvo que acarrear para tener un mínimo de respeto, y ni tú ni nadie tiene el derecho de señalarlo

Se sentía un asco, un miserable asco

– Y créeme, Taehyung, cuando te digo que Jungkook sí gozó razonables motivos para asesinar... las principales y las que más resaltan siendo en defensa propia – contó, aquello causando que un gélido escalofrío inundara el cuerpo del más alto que conocía mejor que nadie lo que significaba por normativa que un omega se tuviera que defender – Porque créeme cuando te digo que no te haces una mínima idea de cuantas veces intentaron someterlo... no lo sabes... no sabes cuantas veces intentaron secuestrarlo para viol... – el mismo omega cortándose al no desear finalizar aquella desdicha palabra – No sabes cuantas veces tuvimos que ir corriendo hacía él con el corazón en la mano ante el miedo de lo que le podía estarle sucediendo... no sabes las veces que lo encontramos bañado en sangre ajena con las prendas arrancadas y mal puestas, lleno de golpes mientras lloraba a cántaros... no lo sabes

Ante el silencio ajeno Jimin empatizando cuando leves hipidos destruyeron la serenidad, por ende, no dudo en llevar su palma a acariciar aquella ancha espalda dando leves golpecitos y caricias al desear transmitirle confort.

– ¿Dónde está él ahora? – pidió saber el alfa entre llantos, sus palmas limpiándose con tantita fuerza aquellas lágrimas al desear recomponerse como dé lugar al estar decidido, ahora sí, de sus acciones

Lo cual, hizo sonreír bajito al mayor

– En su hogar... en su verdadero hogar, no en el que creó para complacerte – respondió, y cuando Jimin distinguió que este deseaba espetar algo, pero no sabía cómo exponerlo se le fue imposible no soltar una pequeña risilla – ¿Quieres que te lleve a verlo?

Oh

– Me debe estar odiando en estos momentos

Confesó apenado Taehyung, su zurda por inercia ingresando al bolsillo de su chaqueta acariciando con delicadeza aquellos guantes que aún mantenía con él y que en ningún momento durante estos días fue capaz de apartarse.

– Probablemente – afirmó entre bromas el omega, otorgando un pequeño golpe amistoso – Pero te extraña, así que tienes dos posibles resultados, que te abrace como el nene pequeño que es, o, te perfore el cráneo con un proyectil. No se escucha tan mal tu situación en realidad, existen peores

Ante ello, ganándose como respuesta la ronca risa del alfa que destensó el ambiente.

– Supongo que me arriesgaré

– Entonces ¿qué hacemos esperando? ¡vamos! – sentenció feliz el omega levantándose de un salto de su asiento para empezar a caminar hacia la salida de aquel parque con el alfa que desde el primer instante ya le seguía los pasos, no obstante, y para pesar del menor, su mayor deteniéndose de golpe para girar su cuerpo a observarlo detenidamente – ¡Oh, verdad! Se que esto tuve que haberlo dejado claro desde el inicio, pero qué más da. Te atreves a volver a lastimarlo, Taehyung, y te aseguro que la próxima vez no vendré a dialogar

Y Taehyung jura que fue innato que su cuerpo se crispara retrocediendo por instinto ante aquella fulminante y tétrica mirada que se le concedió, no quedándole más de otra que asentir temeroso para que de forma sorpresiva la expresión ajena cambiara, llegando a dejarlo anonadado.

– Lo tengo claro, no te preocupes

– ¡Muy bien! – felicitó alegre el mayor, como si hace segundos no lo hubiera amenazado de muerte – ¡Ay! Casi me olvido, si cuando lleguemos ves a tres alfas que desean tu cabeza te recomiendo no mover ni un músculo, que lo hicieras los motivaría aún más, preferible quédate a mis espaldas sin hacer el mínimo de ruido, no digas que no te lo advertí

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