Ya fuera del hotel, sentada en la escalera de la entrada, tomé una inspiración profunda y luego dejé escapar ruidosamente el aire, relajándome así un poco. Mis lágrimas ya secas por el leve viento.
-Hola -escuché a alguien detrás mío.
Al darme vuelta, vi a Nick Nelson parado detrás de mí.
-Hola... -respondí con cansancio por la intensa noche.
-¿Puedo sentarme? -preguntó.
-Claro -le concedí.
Nick procedió a bajar al mismo escalón que yo y sentarse a mi lado.
-_____...
-¿Mmj? -pregunté sin voltear mi vista del frente, perdida en la noche.
-Vi lo que ocurrió con aquella chica...
Volteé a verlo.
-¿Cuánto viste? -pregunté preocupada.
-La mayoría... -volví a ver hacia adelante, sintiéndome sin sentimientos y avergonzada a la vez- Se vio como algo realmente serio. Perdóname por no haberla frenado, realmente no podía pasar entre la gente.
-Nick, no tienes nada de qué disculparte -dije enseguida, volteando a verlo-. Es culpa de Luana Francis, no tuya.
-En serio lo lamento, podría haberla apartado antes-
-Nick, en serio, no fue tu culpa -le interrumpí y sonreí para calmarlo-. Gracias por tu preocupación.
-¿Estás bien? -inquirió.
-Estoy mejor -mantuve mi sonrisa y luego volví a ver al frente sin expresión alguna. En ese instante, un auto blanco frenó delante nuestro-. Es mi papá, debo irme -anuncié levantándome.
-Buenas noches, _____ -se despidió con una sonrisa tranquila.
-Buenas noches -le sonreí de vuelta y luego volví a mi inexpresividad para voltearme hacia el auto.
Abrí la puerta, entré al auto y enseguida me dirigí a mi casa para recostarme y mirar el techo mientras intentaba dormir.