Llegamos a casa. Mi amada casa. A la que no veía desde hace un año.
Abrí la puerta y vi que todo seguía igual. Subí corriendo a mi cuarto y abrí la puerta. Mire las fotos colgadas en la pared y un montón de recuerdos inundaron mi cabeza. Tiré mi maleta en el suelo y me tiré sobre la cama suspirando y cerrando los ojos. Los abrí y miré el techo blanco. Miré a los lados y vi en la mesita mi libreta. Allí apuntaba mi día a día. Desde que tenía ocho años. Osea como un diario. Lo abrí en el 30 de Junio de 2005.
Hola diario:
Hoy he conocido a unos niños irritantes. Pero a uno le he hecho comer tierra hahaha. Leyla, Cynthia, Maddie, Mack y yo nos vamos acostumbrando al campamento. No es tan malo, pero sigo odiando a mama por traerme aquí.
Te quiere,
Nerea.
Me hizo sonreír, era tan pero tan tan inocente.
-¡Nerea ayúdame con las bolsas! -me gritaba mi madre.
-¡Voy! -grito dejando la libretita sobre la mesa.
Me levanto de la cama y bajo las escaleras.
(...)
Al acabar de ayudarle a mi madre con las bolsas me tiré en el sofa. Encendí la tele y empece a ver entre fantasmas. Me encantan estas series de misterio y al mismo tiempo un poco de miedo.
Tocaron al timbre de casa y madre abrió.
-Oh dios que alegría verte! -decía mi madre.
-Quien es mama? -pregunto.