Subastada al mejor postor

By SarahiSalinas_

2.8M 155K 33.8K

[Contenido +18 y +21] Desde recién nacidas somos arrancadas de los brazos de nuestras madres o algunas son de... More

Sinopsis
Personajes principales
1. Origen
2. Dulces dieciocho años
3. Llego el día
4. La subasta
5. Los Friedrich, una nueva vida
6. Jayden Friedrich
7. Beso
8. Secretos y una perforación
9. Un rubio de ojos grises
10. Boda a medias
11. Luna de miel o hiel
12. Eso que huelo ¿acaso son celos?
13. Locuras que llevan nuestro nombre
14. Te llevaré a las estrellas y al mismo tiempo al infierno a sentir las llamas
15. Lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas
16. La correcta
17. Después de todo el pasado regresa
18. Decisiones
19. ¿Soy una Klein?
20. La libertad que merece
21. Nueva integrante
22. Divorcio
23. El tiempo lo sana todo ¿O no?
24. Solo piel
25. ¡Quiero un papá!
26. Reencuentro inesperado
27. Volverte a ver
29. Antes de lo esperado
30. La verdad
31. Un paso a la vez
32. ¿Aún queda una segunda oportunidad?
33. Escándalo
34. Unas cuantas verdades
35. Bésame hasta que me harte
36. Dilema
37. Aguarda, aún falta algo...
38. La venganza se sirve en un platillo frío
Epílogo

28. Hablar, solo quiero hablar

58.1K 3K 410
By SarahiSalinas_

Adrien solo me pasó a dejar a la casa de mis padres, está vez no paso a quedarse un rato. Al parecer le molestó que no le haya contado acerca de Jayden. No tiene razón para estar molesto ya que no tiene derecho y además no había tiempo de contarlo, recién ayer lo vi; yo apenas y lo estoy procesando que lo he visto después de varios años.

La charla que tuve con él, que más bien no se si llegué a la clasificación de charla normal porque parecía más una disputa de quién se lastimaba más en el transcurso de las palabras.

Subo con cuidado los escalones para llegar a mi antigua recámara, estas últimas semanas o meses tuve que regresar por una temporada ya que mi departamento está en remodelación y además que no tengo con quien dejar a tiempo completo a Eileen por mi trabajo arduo que he tenido últimamente. Suelo contratar a una niñera pero no está veinticuatro/siete, aún así si estuviera disponible no me fío tan plenamente en una niñera. Mis padres adoran a mi hija y ellos no tienen problema en cuidarla.

De todo ya he terminado mi temporada de modelaje y me ofrecieron más contratos que algunos tuve que rechazar sin embargo dentro de unos meses más tengo otros proyectos, lo hago para pasar más tiempo con mi hija y mi familia, otro motivo es que tengo ganas de reincorporarme en la empresa de papá.

Fue una mala idea asistir a la fiesta. Aviento mi bolso en la habitación, salgo a la habitación donde duerme mi hija. Esta viendo la televisión.

—Hola solecito —le beso la cabeza.

—Hola mami, ya regresaste —me presta atención.

—Si hija, ¿sabes si está el tío Alec? —acaricio su cabello.

—Nop, se fue hace ratos con la tía Riley —me contesta si despegar la mirada de la TV.

—Gracias, sigue viendo la televisión iré a hablar por teléfono —salgo de la habitación.

Voy a la mía, busco mi teléfono en el bolsillo. Mientras me quitó los tacones, camino descalza. Los timbre suenan en la línea.

—Hermana... —antes que diga algo, hablo más primero.

—He visto de nuevo a Jayden, en la fiesta de Abigail y tuvimos una plática poco tranquila —necesitaba contarle a alguien y ese es a mi hermano—, e incluso levantamos un poco la voz.

—Oh, mierda. —maldice—. ¿Cómo estás tú?

—En este momento estoy bien, solo necesito sacar esto. Cuándo hubo palabras de por medio si estuve un poco alterada y él también, detuve la disputa no quería que fuera más allá —hablo sincera—, por un segundo vi un dolor inmenso en su cara, yo no sé, no se por que lo digo; no me hagas caso.

—Claro que hago caso a todo lo que digas, no estuvo bien esa charla necesitan platicar con calma —sin duda mi hermano está tranquilo—. Hablando de eso, ya se por que está aquí, salió unas fotografías de Jayden donde revelan en la alfombra que su empresa fue la que llevo el marketing del modelaje, Abigail lo contrato. Tal vez si le preguntas te revele algo más.

Tiene sentido el encuentro de hoy.

—Lo haré, gracias —suelto un suspiro—. No se que hacer, cuando estábamos por terminar de hablar apareció Adrien, se presentó en frente de él como mi exesposo —resoplo.

—Me hubiera gustado ver la cara de Adrien, pobre hombre —escucho como ríe del otro lado de la línea—. Has intentado decirle algo de ya sabes...

—Le mencione que debía saber algo, también le dije que lo buscaría —lo último lo digo bajito.

—Si no quieres hacerlo, puedo hacerlo por ti. Claro cuándo estés cien por ciento segura —aclara—, se que esto lo deberías hacer tu pero creo que eres un poco cobarde al tema.

—¡Claro que no soy una cobarde! —exclamo indignada—, solo me tomo mi tiempo.

—Mmm, como si no te conociera. Cuándo te acobardas tiendes a posponer las cosas —ataca con la verdad—, di justo en el clavo ¿no es así?

Mi silencio lo confirma.

—Un poco —admito en cierta parte.

—¿Solo un poco?

—Vale, un poco más.

Seguro si lo tuviera enfrente estaría poniendo los ojos en blanco.

—Acéptalo

—No, no aceptaré que soy cobarde por algo que no soy —puntualizó.

—Si tu lo dices...

—A veces eres un hermano muy chocante —gruño un poco molesta.

—¡Oh!, Vamos, no te enojes Elaine —suelta una risa—, sabes que es broma pero si quieres no.

—No entiendo cómo te aguanta Riley —lo pico un poco.

—Me ama —dice orgulloso—. Eso incluye amar cada faceta mía.

—Incluida la molesta.

—Exacto —esto nos desvía del tema por el cuál le marque—. ¿Verdad qué te hice olvidar por unos minutos de cierto asunto?

—Lo has hecho, gracias.

—Me comunicaré con él. ¿Te reincorporaras a la empresa?

—Si, la próxima semana —contesto—, ya estoy organizando.

—Será un placer volverte a tener en la empresa y verte todos los días.

—Nos vemos casi a diario —volcó los ojos—. No seas dramático.

—Eres como mi otra parte, así como los gemelos o mellizos. Ya sabes, inseparables —es que mi hermano es tan sentimental.

—Inseparables y contra todos —a completo.

—Claro, te quiero hermanita —susurra—, voy a regresar a la cama con Riley, estamos viendo una película.

—Dale de mi parte las buenas noches. Yo también te quiero Alec —cuelgo.

El balcón de la recámara está abierto, me salgo ahí para ver la oscuridad del cielo.

El poco viento que hay hace que mueva mi cabello. Vuelvo a entrar, tomare un baño y me pondré una comida pijama para ir con mi hija.

Voy a la recámara donde está Eileen, le hablo pero no contesta, el sonido de la televisión no es tan alto. Me acercó a la cama y la veo profundamente dormida. Sonrió al verla. Le pongo una sábana encima de ella. Me inclino para darle un beso.

—Duerme bien soleil.

Apagó la televisión, dejo prendida la lámpara de la mesita de noche, cierro la habitación y me voy a la mía.

Me siento en la cama sin saber que hacer, una cosa sí se y es que aún no tengo sueño. Me acuesto, el techo es blanco, no hay nada interesante. Por un instante me veo tentada a marcar el número de Abigail para preguntarle acerca de Jayden.

Seguro estará cansada por su fiesta, mejor mañana.

Escucho un poco de música para intentar dormir y al parecer funciona por qué no recuerdo a qué hora se cierran mis ojos o en qué momento deja de sonar la música.

Solo se que a la mañana siguiente me levanto tan rápidamente por la alarma que suena casi al lado de mi oreja.

Tengo que levantarme, prometí llevar a mi hija hoy al prescolar y después de ahí pasaré a darme una vuelta en la oficina de Abigail.

Arrastró mis pies para ir a darme una ducha y despertar bien. Me arreglo yo primero y luego iré a despertar mi hija.
Cuándo ya estoy lista voy directo a su habitación.

Sus cortinas siguen tapando la luz de la mañana, me acercó con cuidado. Sigue bien dormida.

—Buenos días Eileen —le hablo—, arriba hija. Ya es otro día.

Me acercó a las ventanas para retirar las cortinas y dejar que pase los rayos.

Se empieza a mover y tapa su cara con sus manos al sentir la luz.

Se mueve, se reincorpora.

—Buenos días mami —se talla sus ojos.

—¿Lista para ir a la escuela? —camino hacia ella.

—Si —se baja de la cama.

La llevo al cuarto de aseo para darle un baño. No tardamos mucho y continuo por cambiarla.

—Vamos a la cocina para que desayunes —le doy mi mano para caminar.

—¿Me llevarás?

—Claro, iremos en mi coche —nos adentramos a la cocina.

Una de las sirvientas ya se encuentra preparando el desayuno.

—Buenos días Elaine, ya está listo el desayuno ahora mismo te lo llevamos al comedor.

—Gracias, solo vengo por mi taza de café —señaló la cafetera.

Me pasa una taza, sirvo mi café negro.

Eileen se balancea en la silla del comedor.

—Siéntate bien, te caerás —le advierto.

Me hace un puchero.

—Mami, a la salida me llevas por un helado —pone la carita a la cuál no me puedo negar.

—Pero pones atención a la clase y no hacer nada de travesuras a tus demás compañeros —es una condición para que se porte bien.

—Prometido

Lleva dos coletas en su cabello rubio, con unos listones de adorno.

Desayuna mientras me platica todo lo que se le viene a la mente.

Mamá y papá bajan también a desayunar. Mi padre ya va en su habitual traje para partir listo a la empresa. Mi madre lleva un vestido impoluto para salir.

—¿Las llevo hija?

—Iré en mi auto, pasaré a la oficina de Abigail —contesto—, luego me daré una vuelta por mi departamento.

—Está bien, vayan con cuidado —me despido listas para irnos.

—Despídete de los abuelos hija —corre a abrazarlos y decirles que luego regresa.

El preescolar al que asiste no está muy lejos así que llegamos en minutos.

Ya hay papás dejando a sus hijos en la puerta.

Bajamos del coche.

Antes de que ingresé a la aula le digo.

—Te portas bien y comes —le acomodo su mochila.

—Si, mami. Te espero a la salida —besa mi mejilla.

—Aquí estaré —le hago saber—, anda ve.

Se va al interior, antes de perderse por la puerta me dice adiós. Subo a mi auto para dar mi siguiente parada en el centro de París donde quedan las oficinas de Clark.

Ya hay personal iniciando su labor.
Saludo a las chicas que siguen trabajando aquí.

Me dan pase libre para ingresar a su oficina.

—Hola Abigail —abro la puerta, levanta la mirada.

—Hola Elaine, ¿qué te trae por aquí?

—Se que ya no tendría que venir pero es algo que debo consultar contigo y que solo tú puedes confirmarlo.

—Ok, ponme en contexto —me presta atención.

—¿Hay alguien trabajando para ti que se llame Jayden Friedrich? —pregunto sin tapujos.

Piensa por un momento. —¿Por qué lo quieres saber?

—Se me hizo verlo en el evento de ayer y el anterior.

Solo espero que no me la haga difícil, solo necesito que conteste.

—Si me dices un poco más tal vez te lo conteste.

Quiere respuesta por respuesta.

—Muy bien. Quiero saberlo porqué es alguien que conozco de años atrás y ayer interactuamos en tu fiesta —añado sin revelar nada importante.

—¿Si hablaste con esa persona por qué no se lo preguntaste directamente? —alza sus cejas sonando muy obvia.

—No tuve mucho tiempo y es algo que no me iba a decir —solo responde lo que quiero saber—. ¿Me dirás?

—Si, si lo conozco —por fin lo acepta—. Fue mi invitado al evento.

—Quiero saber lo otro —hago referencia a la otra pregunta—, solo necesito saber eso —me observa con suspicacia.

—¿Qué tan grande es tu interés?

—Demasiado —respondo rápido.

—No es algo para ocultar, contraté su empresa de marketing para la publicidad de mi marca. Jayden es el representante de dicha empresa, por lo que se su madre es la dueña —me dice más de lo que pretendía obtener.

Vine buscando bronce y encontré hasta oro.

—Gracias por contestar Abigail.

—Ahora dime tú, ¿para que querías saberlo?

—Ya te lo dije conozco a Jayden desde años atrás y quería saber que hace aquí —parece que estoy en un interrogatorio.

—No me convence —el recelo se muestra en su rostro—. He hablado con él. Hace más de un mes tuve una cena con él en Filadelfia.

—No me dice nada

—No platicamos mucho pero hace unos días cuándo llegó estuvo aquí recorriendo las oficinas; de hecho ese día tu también lo estabas. Platicamos un poco y me contó cosas de su pasado —cuenta—. ¿Tu sabes algo de su pasado?

Me paralizó al saber que estuvimos en el mismo sitio, recuerdo que viene a una fotos y organizar lo último para él día siguiente.

Ese día Eileen venía conmigo. Solo pido que no se hayan visto, y que mi hija no lo haya visto aún.

Pero hay un recuerdo que llega a mi. Ella menciono a un hombre de ojos azules. No se cuánta probabilidad hay que sea la misma persona.
Tendré que preguntarle a Riley, ella estuvo con mi hija.

—¿A qué te refieres?

—Dices conocerlo de años atrás así que supongo que sabes su pasado de que estuvo...

—Casado —a completo por ella.

—Exacto, parece que si lo sabes.

—Lo se. ¿No confiabas de que en verdad lo conociera?

—No es eso Elaine, solo quería confirmarlo —es extraño.

—Gracias por la información, solo he venido a eso —es una despedida—. Me tengo que ir, que tengo aún asuntos que atender.

—Antes de que te vayas, ¿hay algo que tengas que decir?

Sospecha, no quiero que se le ocurra imaginar que tuve algo con él. El por qué mi interés.

—Te agradecería mucho que no le mencionaras nada a Jayden, no quiero que sepa que he venido a preguntar sobre él —no quiero sonar frente a él como una acosadora.

—Seguirá aquí unos días por lo que se, trae con él a una dama. No vendrá ya aquí, puede que lo contacte para otros trabajos pero no más, fue solo un invitado —me informa—. No se que clase de relación tuviste con Jayden, él me contó algunas cosas de su vida en poco tiempo de conocerlo y lo que te diré sonará feo. Nunca hemos mantenido una conversación nosotras más allá de lo laboral y se que eres una mujer excelente no se nada de tu vida privada pero al parecer tienes muchos secretos que te pesan.

Y si, una muy grande.

—Si, aún así sigo adelante afrontando mis decisiones.

—A veces lo que nos hace ver la gravedad de la situaciones es el karma que lo pagamos con los que más amamos.

—Justo lo he pensado últimamente y al parecer me los merezco, yo misma me estoy condenando por mis acciones y por no hablar en el pasado pero ahora ya no hay retroceso que enmiende el pasado. Solo queda hacer lo correcto de aquí en adelante —suspiro sabiendo que no es nada fácil para mí—. Equivocarnos es de humanos, rectificar es de valientes.

—Seguro, no dejes que el pasado te atormente —sus ojos cafés me observan por mucho tiempo—. Ya no se puede corregir, ahora haz lo que creas que es lo correcto.

—Lo estoy haciendo o más bien lo intento —me está costando mucho—. Tengo que irme, otro día nos vemos.

—Nos vemos Elaine, mándale saludos a tu hija de mi parte —le doy un asentimiento de cabeza para confirmarlo.

Salgo de la empresa para ir a mi departamento.

El edificio es el mismo donde viven mi hermano y mi cuñada, a unas cuadras de aquí vive Adrien en el suyo.

Subo por el elevador. Al abrir las puertas camino por el pasillo buscando el número de mi departamento.

Giro el pomo de la puerta para ingresar, está abierto porque andan aún arreglando lo que falta.

Hablo con el decorador de interiores, me hace saber que dentro de una semana o menos estará todo listo así que ya estaré de regreso a mi departamento y tendré que abandonar la casa de mis padres.
Me agrada la idea de estar con ellos, y a ellos que yo esté allí junto a mi hija su nieta pero a veces se que también necesitan su espacio.

Se que se han acostumbrado a estar solos desde que Alec y yo decidimos salirnos de ahí. Alec por empezar una relación más estable con Riley y tener algo propio de ellos. Por otro lado estoy yo que necesitaba empezar mi vida independiente con mi hija, darle de alguna forma un hogar.

No se que haré la semana entera, no tengo que hacer, unos días de descanso me vienen bien aunque si no hago nada de igual manera me aburro. Eileen sigue aún teniendo clases dentro de un mes tendrá sus vacaciones de verano. Probablemente la lleve a algún país que no conozca.

Si no aguanto está semana sin hacer nada tendré que reincorporarme a la empresa antes de lo pensado. Tendré que volver al gimnasio, tengo que mantener mi peso al ser una modelo.
A veces hay ocasiones que no lo soporto, es mi trabajo y de un modo termino gustándome.
Siempre va ver reglas que seguir en todos lados a dónde vayas, nada es libre de hacer lo que te plazca.

Cuándo llega la hora de la comida entro a una cafetería a la que suelo recurrir, pido algo sencillo y saludable.
Dentro de una hora será la salida de mi hija, tengo que matar el tiempo por lo mientras.

Hablar, contra tus secretos no es fácil porqué si, la misma palabra lo dice "secretos", que se deben de guardar y no mencionar. Hay ocasiones en lo que se quiere gritar para hacérselo saber al mundo entero pero recuerdas el por qué lo haces y te quedas en silencio.

Los secretos pesan, para mí si.

Ojalá algún día derrote mi cobardía, y deje de guardar secretos.

°•✮•°

Jayden Friedrich

Cuándo la vi ahí. ¡Joder!

Los años la hicieron ver incluso más bella de lo que es. Los años no pasaron en balde, es una mujer digna de apreciar y admirar.

No creí verla modelar frente a mí.
Recordé todo, hasta el mínimo detalle del pasado.

Elaine Klein es una mujer que no se olvida y que yo no pretendo olvidarla menos de haberla visto de nuevo.

El destino vuelve a juntarnos, yo no me opongo a ignorarla. Tenía en cuenta que si la volvía a ver no apartaría la mirada.

Ni los años han hecho que la olvide. Quedé destrozado con su partida, nos debemos una plática.

Tal vez no iniciamos correctamente. Mi padre me llevo a una chiquilla con la cuál casarme, yo me rehusaba y termine cayendo por ella.

Aún hay una pizca de atracción por Elaine, y quizá nunca se vaya. Es una exitosa modelo, estoy orgulloso de ella como mujer.

Si antes quería su libertad, conocer la vida. Ahora se que lo hecho y ha logrado crear un futuro para si misma con ayuda de su familia.

Jamás imaginé que los Klein y ella compartirían sangre.

Verla en la fiesta de Abigail me desestabilizo, toda una diosa; esos labios rojos tan tentadores.

Cada parte de Elaine grita tentación, seducción y perdición.

Se que su acompañante es nada menos que Adrien Bouffart, por segundos sentí hervir mi sangre.
Se que no soy nadie para ella ahora y que no debo de marcar nada, porque eso es, no hay nada.

Las pocas palabras que intercambiamos me dieron la nueva mujer que creo. Aquella que no se deja, que no se calla y que lucha por lo que quiere.

La satisfacción que sentí cuando le dije al francesito que soy su ex marido fue digna de ver. Se le borro la sonrisa.

Llevo otro día más en Francia, me quedaré unos días más por aquí. Son como unas vacaciones que no he tenido.

Hace unos días atrás me enteré que Alec le pidió matrimonio a su novia, se que llevan algunos años ya. En la fotografía que ofrecía la prensa amarilla se me hizo algo conocida, por un instante creí haberla visto en otro lado solo que no recuerdo dónde.

Me he quedó quiero, me han dado ganas de bajar a Alec y felicitarlo por su próxima boda. Lo vi en el evento pero no cruzamos ninguna palabra, solo miradas que te mandan a tres metros bajo tierra.

Se que puede estar molesto, o no, molesto no, enojado, enojadísimo. Lo conozco, años de amistad que mantuvimos y se que es rencoroso aún así no tanto. Necesito platicar con él y aclarar algunos asuntos.

No por su hermana sino por los años de amistad que hubo entre los dos. Elaine es un tema aparte.

—¿Ya has visto las noticias?

—¿Cuáles?

—Del compromiso de Alec, tu ex mejor amigo se casa.

—Ya lo se, está por todos lados —suelto obvio.

—Si, lástima que su amistad de años terminar por una mujer —ahí va con su cizaña.

—Una mujer que terminó siendo hermana de mi mejor amigo y que yo lastime. No intentes echarle la culpa a quien no la tiene —la brusquedad con la que lo digo hace que no siga despotricando veneno.

—Siempre será así ¿verdad?. La defenderás por encima de todas las circunstancias —veo el enojo en su mirada—. Sin duda eres un idiota que no olvida a esa mujer que está con otro.

—Ella será siempre la mujer que me hará sentir hasta lo que nunca me imaginé, yo la lastime y eso la llevo a huir —que aún no entiendo porque lo hizo con exactitud, espero algún día saberlo.

—Que suerte tiene Elaine que nunca la vas a olvidar, tu me sacaste de tu vida en cuanto aprecio ella. Elaine está tan presente en ti en cada segundo —con rabia escupe—. Ojalá nunca hubiera llegado a tu vida.

—Dejá de decir viles estupideces, es lo único que sabes hacer. No entiendo que haces aquí conmigo y como llegué a tener sexo contigo o como me enamoré en el pasado de ti —decirle sus verdades y sacarme de mis casillas es su pasatiempo favorito.

—Admite que soy una mujer atractiva, y que he estado contigo mucho tiempo. Sigo teniendo sentimientos por ti Jayden —sigue empeñada en su amor por mi.

He llegado a creer que se ha vuelto enfermo su manera de querer.

—No podemos tener una comida decente, deja de sacar veneno —me dispongo a ignorar todo lo que dice

Acabando de comer regresaré al hotel, ya no hay mucho que hacer. Me apetece salir pero solo, sin ninguna compañía.

No tardó mucho en el restaurante, me levanto y pago la cuenta. Dejo sola a Heather que fue al baño que se las arregle sola, dudo mucho que se pierda de regreso no es tan lejos.

Me encierro en la habitación, no saldré hasta la noche tal vez vaya por ahí. Me pongo a ver un poco de televisión.

Una media hora después están llamando a la puerta. Seguro será Heather, no para de molestar.

—¿Dime qué carajos quieres ahora? —le hablo con tono cansado.

—Así me recibes después de años —esa si que no es voz de mujer.

Para nada.

Va en un traje. Un cabello bien peinado, unos zapatos muy lustros y un aura más madura. Aunque la madurez siempre la tuvo e incluso más que yo.

—No te alegra verme.

—No estaría tan calmado como tú, por lo mínimo esperaba un puñetazo de tu parte —me hago a un lado para que ingrese—. Que maduro de tu parte.

—Créeme si te digo que en ese momento si quería irte a dar unos cuantos puñetazos que bien merecidos los tenías y creo que aún los mereces sin embargo soy un hombre maduro que piensa y razona —ingresa con pasos cautelosos—. Si te los doy no cambiará nada de lo que pasó, eso si que es lamentable.

—Estoy dispuesto a recibir unos cuántos si así te sientes bien.

Suelta una risa ronca.

—No. Estoy aquí para hablar —se sienta en el sofá que hay—, ya tenemos treinta años como para sentirnos de veinte y arreglar todo con golpes.

—Tienes razón, yo te ganaría en la pelea —digo con altanería—. Soy más fuerte que tú y más hábil.

—No te creas mejor que yo, apuesto que ya truenan tus huesos —como echaba de menos los comentarios sin sentido—. Desde aquí se nota lo mal que te has puesto.

—Hago ejercicio todos los días, él que está oxidado eres tú; seguro vas de traje todos los días —hablo aburrido.

—No soy él único —ajusta las mangas de su saco.

—Los años te han hecho todo un hombre, hasta comprometido me has venido a dar. Aún recuerdo que decías que estabas enamorado de mi en secreto —las veces que me salvó de una que otra mujer—. Me has cambiado.

—Cariños, llegaste muy tarde —imita la voz de una mujer o trata ya que el tono se le distorsiona a lo grave.

—Me dirás a qué has venido —tomo asiento.

—Años que no cruzas ninguna palabra y que tampoco nos habíamos visto.

—¿Cómo has dado conmigo?

—A mi me llueve la información —sonríe de lado—, solo unas cuantas llamadas y se con exactitud el lugar.

—Ah, eres chismoso. Ya te está pegando la vejez.

—Para allá vamos.

Que calma se siente estar así como si no hubiera pasado el tiempo.

—Es extraño que hayas venido a no se que...

—Raro, lo es. Lo más raro es que me haya atrevido a venir sin pensarlo —medita sus propias palabras—. Esta indeciso si venir o no, hay algo que debo contarte.

Alzó las cejas. —¿Cómo qué?

—Por un tiempo odie que lastimarás a mi hermana, odie que por años fuiste mi mejor amigo y que aún así sienta un rencor contra ti. El coraje, el odio sigue pero no tengo que mantenerlo ahí de nada sirve solo genera más y yo mismo me estaría jodiendo —le da vueltas, muchas—. No te voy a perdonar nada Jayden, aún así la vida quiere que sigas en nuestras vidas.

—Vale, ya capte. Me odias, me tienes coraje y todo lo malo que me puedas desear —analizo cada palabra de él—. Aún así estás aquí por alguna razón que desconozco. Y está claro que merezco cada uno de tus insultos.

—No son insultos que aún no comienzo. Estoy aquí para platicar antes de todo lo que se venga —musita más para si mismo.

—Dime el motivo de tu grata visita.

—¿Cuándo te irás? —interroga.

—Estaré toda esta semana, tal vez el lunes me vaya.

Las vacaciones están siendo una pesadilla con una compañía poco deseada.

—Sabes que me casaré, este fin de semana habrá un cena para mí compromiso. Me gustaría que estuvieras ahí.

—¿Me estás invitando?

No puedo creer lo que escucho. No entiendo porque lo hace.

—Lo estoy haciendo —afirma—. Eso si, solo ve tú.

—No creo que sea buena idea —me refiero a que iré a un lugar dónde seguro me aniquilaran.

—Hazlo por los años de amistad que tuvimos, sobre esto lo hablaré con mi familia, el que se casará seré yo —agrega despreocupado—. Te presentaré a la mujer con la que compartiré el resto de mis días.

Ahí está el característico brillo de los ojos. El enamoramiento, el cambio radical cuándo hizo mención de su novia.

—Te tiene prendado por lo que veo —me burló.

—Como no tienes idea, desde la primera vez que la vi —una idiota sonría aparece—. Acabe muy enamorado de una chica única en un millón.

—Que afortunada mujer. Ojalá te ame de la misma manera que tú a ella.

—Claro que lo hace sino, no le hubiera pedido matrimonio —la felicidad es tan fácil de distinguir.

—Me alegro por ti —lo digo de verdad—. Eres un buen tipo.

—No te pongas sentimental que me harás llorar —se limpia unas lágrimas invisibles.

—¿Cómo ha estado?

—Bien, todo lo que sucedió la hizo más fuerte y valiente de lo que ya era. Me contó que cruzaron un par de palabras —estoy seguro que se lo dijo—. He venido por otro motivo también.

—Y yo pensé que solo venías a invitarme a tu compromiso. Ya sabía yo que hay otra razón de tu vista —pone su modo serio.

—No voy a meter mi cuchara dónde no me llaman pero esto lo hago por alguien que adoro demasiado. Te diría que creo pero no, es un deben de hablar como dos personas completamente maduras y civilizadas —declara rebelando sus verdaderas intenciones—. Hay algo que debes saber.

—Soy todo oídos

—No me concierne a mi, le prometí ayudar a buscarte para que tuvieran una conversación —me sorprende que quiera hablar—. No te daré detalles; Elaine sabe que vendría a verte solo que no le dije cuándo.

Ella lo sabe. ¿Qué es lo que debo de saber?

—Probablemente en la cena te lo diga, le haré saber que estarás ahí —agrega—. Vete preparado mentalmente y físicamente.

—Seguro, tu padre querrá darme unos golpes. Estaré yendo a un campo de minas del enemigo —no creo que a nadie de su familia le haga gracia verme.

—Yo no te los daré ya te lo he dicho pero no puedo prometer nada de mi padre —vaya, que alentador.

—He venido a hacer la buena acción del día, tengo que irme tengo trabajo que hacer —se levanta para irse.

Camina para llegar a la puerta.

—Te veo dentro de unos días entonces.

—Aún no he dicho que iré.

—Deberías, no seas cobarde

—No lo soy sino soy demasiado consiente que iré a un lugar donde nadie me verá con ojos amables —objeto con la verdad.

—No habrá mucha gente solo personas muy allegadas a mi, no habrá cámaras, no habrá gente no deseada.

—Yo entro en la no deseada así que...

—No, no. O tal vez si pero aún así te quiero ver allí.

Dentro de todo estoy hay un motivo oculto que quiero saber y claro está que no me lo dirá.

—Ok

—Fue un gusto volver a verte, sigues siendo igual de idiota —ya se había tardado en decirlo.

—No me imaginé que volvería a cruzar palabra contigo —e incluso que ya no había nada de que hablar—. Quizá entre nosotros ya no exista ningún tipo de amistad aún así me dio gusto hablar contigo Alec.

—Ni se te ocurra faltar que esto que me estás diciendo suena a no iré a la cena y será la última vez que crucemos palabras —me señala en advertencia—. Irás si o si.

—No soy santo de tu devoción y mucho menos de Elaine.

—Somos suficientes adultos como para seguir ignorando lo que ha pasado. Se deben una plática tú y ella —acota—. De necios lo tienen los dos sin duda.

—Te avisaré si voy o no.

—Me parece bien.

Ya está por caminar e irse. Se voltea para agregar por último.

—Jayden, no será como antes, nuestra amistad quedó fracturada sin embargo eres y has sido mi único mejor amigo.

—Me estás queriendo decir que quieres retomar nuestra amistad —concluyo.

—El tiempo lo dirá, no veremos seguido —está empeñado en algo.

—Gracias por seguir adelante y ser el cuerdo, más bien el maduro.

—Tú el idiota y yo el sensato —camina rumbo al ascensor y perderse.

De todo, nunca imaginé que Alec vendría a verme.

Lo más raro aún es que Elaine quiera hablar conmigo y que hay algo que debo de saber. No tengo idea de que podría ser, incluso ella misma me dijo que yo debía saber algo.

Tiene razón que nos debemos una conversación, el pasado debe de ser resuelto para seguir un rumbo sin culpas.

He cometido errores uno de ellos me llevo a perder a la mujer que amo.
Debo pensar correctamente en si asistir a la cena o no. Todo dependerá de aquello, tal vez cambie de rumbo cada parte de la historia.

🫧🫧🫧

Que pacifico es esto... Este capítulo no es tan relevante pero será el que nos lleve a la siguiente parte.

Ya saben lo que se viene 🫣 ¿Preparadxs?

Cuándo inicie a escribir el capítulo no tenía idea a dónde quería llegar, no tuve muchas ganas de escribir está semana. Tuve más sueño que nada 😪 lo edite con más sueño que vida 🥱

Voten y comenten ✨🫶 nos vemos...

Síganme por instagram, estoy como @sarahi_salinas04

Continue Reading

You'll Also Like

Un dulce peligro By Becka <33

Mystery / Thriller

26.1K 1.2K 59
Mi vida era normal, solitaria pero normal. Aburrida, pero normal. Mi familia era pequeña, nunca imaginé tener una tan grande. Vivíamos con el dinero...
1.4K 146 19
Hanna es una joven desilusionada en el amor que se esfuerza por mantener una vida tranquila. Sin embargo, conoce a un encantador hombre involucrado e...
1.1M 191K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
27.8K 1.6K 25
Cuando el telón se abre, el circo cobra vida... Yo solo quería un poco de diversión, distraerme de la vida rutinaria, y qué mejor manera de hacerlo q...