Taehyung ingresó a la habitación en silencio, sin saber muy bien cómo tomarse la presencia de Jung en el interior del lugar. Sabía que el hombre frecuentaba ese espacio constantemente, pero nunca antes se lo había topado mientras recibía clases con Yoongi. Y verlo allí una vez más, sin duda era demasiado sofocante para él.
—El señor Yoongi me dijo que podía venir —informó, al ver que Hoseok no hacía más que observarle en silencio—. ¿Debo esperarlo un poco más?
Hoseok hizo una mueca de disgusto, como si la sola mención de su amigo causara un profundo enojo en él. No, por supuesto que no le guardaba rencor a Yoongi, solo le molestaba que la primera pregunta que Taehyung hiciera fuera sobre él, en lugar de solo disfrutar de su presencia.
—Yoongi no podrá darte clases el día de hoy, está ocupado con una junta importante —dijo, luciendo tan serio como siempre.
—Entonces... ¿debo irme? —preguntó en voz baja.
Hoseok se cruzó de brazos mientras lo observaba con las cejas fruncidas. Taehyung tuvo que luchar contra sí mismo para no observarle más tiempo porque se veía tan atractivo que le era imposible pensar con claridad.
—¿Prefieres irte en lugar de recibir una clase mía? —cuestionó, irritado.
—No, por supuesto que no —respondió inmediatamente—. Es solo que usted parece ocupado y yo no quiero molestarlo con esto. Usted... ya había dejado de enseñarme, chef Jung, así que pensé que no deseaba ayudarme.
—No pienses tanto a partir de ahora y solo prepárate para enseñarte lo que Yoongi me indicó.
—Está bien.
Taehyung dejó su bolso en uno de los sofás antes de colocarse el mandil que Yoongi siempre reservaba para él. Se sentía nervioso por volver a tomar clases con Hoseok, pero también se sentía emocionado, porque toda aquella confusión había servido para que ambos pasaran algo de tiempo juntos, después de haberse distanciado durante tantos días.
Hoseok seguía siendo estricto, pero había suavizado su voz en diferentes ocasiones y había dejado de regañarle constantemente. Su cercanía era mucho más evidente y sus sonrisas eran más frecuentes. Parecía que sus sentimientos eran mucho más cercanos a Taehyung en ese instante y no hubo nada que lo hiciera más feliz que reconocerlo de esa manera.
Hoseok no era de hablar mucho, por supuesto, pero seguía siendo comunicativo con él. A pesar de que era en cortas frases o tratándose de algún dato sobre los ingredientes, el mayor parecía sentirse mucho más cómodo al momento de hablar y eso fue, sin duda, la mejor demostración de su estima hacia Taehyung.
—La carne se acompaña con un vino adecuado —mencionó Hoseok, mientras abría uno de los vinos recién llegados. Era uno de sus favoritos, así que no tuvo problema alguno en servirle una copa a Taehyung—. Si no sabes escoger un buen vino, estropearás la cena de tu cliente en cuestión de segundos.
Taehyung tomó la copa entre sus dedos, mientras observaba el líquido oscuro en su interior. Ambos habían culminado la preparación de una cena en base a carne, por lo que el menor solo tenía puesta su atención en Hoseok y su explicación.
—¿Quieres saber por qué la carne se debe acompañar con vino?
Taehyung se acercó un poco al chef y lo observó con una sonrisa burlona.
—Debo prepararme para escuchar toda la teoría que dirá en este momento, ¿no es así?
—Si quieres aprender a combinar insumos, deberías conocer los efectos que producen esas combinaciones.
—El único efecto que conozco es el de la embriaguez —mencionó entre risas—. Ya sabe, cuando dejas de pensar y empiezas a ver borroso.
Esta vez fue Hoseok quien no pudo privarse de sonreír por su comentario. Taehyung podía ser ocurrente si se lo proponía y disfrutaba de ser el único que podía escucharlo en ese momento.
—No te puedes embriagar con una copa de vino, Kim.
—Con una botella, sí que se puede.
—Solo si eres demasiado susceptible a las bebidas alcohólicas. Porque en mi experiencia, una botella de vino apenas si despierta tus sentidos.
Taehyung tomó la botella de vino y lo acercó a Hoseok, mientras sonreía.
—Entonces, debería demostrarme que una botella de vino no es suficiente para emborracharlo —le dijo—. Si es así, entonces aceptaré su teoría de que no es capaz de emborrachar a nadie.
—¿Y si lo consigo, gano algo?
De pronto, el ambiente había cambiado. No sabían si era por la evidente complicidad naciente entre ambos o por el aroma adictivo del vino, pero la tensión era tan palpable que incluso Hoseok se aventuró a acercarse más de la cuenta, olvidándose de todas las restricciones que se había colocado a sí mismo hasta ese momento.
—Si no es algo costoso y que pueda conseguir, entonces... —Taehyung sintió la cercanía entre ambos, pero no hizo nada para impedirlo. Al contrario, fue él quien acortó la distancia un poco más, hasta que solo quedaron centímetros separándolos—. Yo podría darle lo que usted pida.
—¿Cualquier cosa?
Taehyung asintió, pero ambos sabían que no se trataba del vino, mucho menos de la supuesta recompensa. Incluso Hoseok había dejado la botella sobre el mesón de manera lenta, porque había dejado de tener importancia para ambos. No era relevante en ningún sentido. Y, en su lugar, sólo se dedicaron a observarse.
—Kim... —susurró, cuando sintió que el menor deseaba pedirle algo entre el silencio.
Taehyung se sentía mucho más nervioso que en un inicio, pero similar al habitual efecto del vino, se sentía relajado, embriagado por el aroma del perfume de Hoseok y por el calor que pronto empezó a recorrer por sus mejillas. El ambiente era bueno en todos los sentidos y la cercanía entre ambos era tanta que incluso podía escuchar los latidos del corazón del otro. Estaban atrapados por completo, sin opción de regreso a la calma de un inicio.
—Lo siento, chef Jung...
Cuando Hoseok quiso descubrir a qué se debía aquella vaga disculpa, se vio atrapado en un beso tímido dado por Taehyung.
La impresión hizo que se quedara quieto por unos segundos, pero al poco tiempo correspondió al beso, de manera mucho más brusca y profunda. Hoseok no tuvo reparo alguno al colocarlo contra el mesón, ni se privó de agarrarle el rostro para sentir que aquel beso era real. Taehyung se sujetó con fuerza a la tela de su camisa, mientras era devorado por completo. Su respiración se sentía mucho más acelerada y sintió un estremecimiento por todo su cuerpo.
Taehyung trató de recuperar el aliento cuando sus labios se separaron, pero no sucedió mucho antes de que fuese besado otra vez. Era un beso necesitado, desesperado, totalmente fuera de control que estaba haciéndole perder la cabeza. No era algo que hubiese esperado de Jung, pero lo estaba disfrutando tanto que no deseaba apartarse pronto de allí.
Hoseok estaba completamente cegado por el deseo y todo el cúmulo de sentimientos que habían invadido sus sentidos cuando lo vio ingresar por la puerta, luciendo mucho más hermoso que nunca. Tuvo tanta rabia de que no fuera él quien lo recibiera así todos los días que empezó a liberar toda esa furia a través del beso. Y comenzó a desear más y mucho más de Taehyung. Quería tanto de él que no deseaba dejar nada para nadie más. Quería que le perteneciera por completo, sin que alguien más se le acercara.
Estaba completamente fuera de sí, pero demasiado consciente al mismo tiempo, porque disfrutaba de las sensaciones y tomaba todo lo que el menor podía darle.
Ambos eran un caos, pero todo caos tiene también un final. Y cuando sus respiraciones fueron lo suficientemente aceleradas como para impedirles seguir besándose, ese caos envuelto en vino y deseo fue apaciguándose hasta que la razón comenzó a llenar su juicio de nuevo.
Hoseok fue el primero en apartarse tras darse cuenta de lo que había hecho. Un fuerte golpe de consciencia lo hizo alejarse del menor y cuando sintió su toque preocupado por ese repentino alejamiento, solo pudo atinar a continuar lejos.
—Esto no está bien, Kim... —balbuceó—. Yo no puedo... no quiero...
—¿Chef?
—Lo siento, no puedo continuar con esto.
Su dura sentencia fue dicha en medio de la consciencia que ambos obtuvieron. Hoseok lo observó una vez más, antes de alejarse por completo y desaparecer tras la puerta. Se sintió un idiota por haber abandonado a Taehyung en ese lugar, pero no pudo hacer más que huir. Huyó de sus sentimientos y de las consecuencias que eso beso había dejado en ambos.