Juegos del Corazón

By Rosa_BiancaRoUl

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El destino tiene giros inesperados, da y quita. El corazón ama intensamente y no olvida, pero a veces se con... More

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By Rosa_BiancaRoUl


1519

Finales de otoño (noviembre)

Palacio de Manisa

Los pasillos de aquel palacio se llenaban rápidamente de odaliscas corriendo de un lado a otro, llevando toallas o información, el príncipe Süleyman esperaba en sus aposentos las buenas noticias sobre el nacimiento de su primogénito, antes lo había intentado y estuvo a punto de que llegara al mundo su hijo, sin embargo, Allah no tuvo los mismos planes y aquel bebe no llego a término.

Hoy era un día especial, era crucial y feliz si todo salía bien, su hijo vería la luz del día esta vez, ahora si lo podría cagar en sus brazos y nombrar como era debido.

Los gritos en la habitación de Mahidevran eran fuertes, aquel parto se estaba complicando un poco, él bebe no parecía estar listo para enfrentar el futuro, pero tenía que hacerlo, ella estaba pujando con todas sus fuerzas.

Fue entonces que momentos más tarde Mahidevran cayo rendida, pero todos celebraban la llegada de un príncipe a la dinastía, cuyo propósito serio preservar y proteger lo que sus antepasados habían dejado, cuando fuera el momento todo el reino quedaría bajo su mando y protección.

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Palacio Crimea

Por su contra parte el palacio de Crimea festejaba un acontecimiento maravilloso, Hürrem le sonreía al hombre a su lado esperando a que el juez los declarara por fin marido y mujer.

Si, aquel hombre que había arreglado todo un palacio para ella había conseguido su objetivo, ella sonreía de nuevo, para él y para su familia aquella boda era la confirmación de que su hija estaría más que bien de ahora en más y aquel duro periodo había pasado y de ahora en más solamente verían su hermosa sonrisa.

Claro que nadie sabía que dentro del corazón de Hürrem no estaba del todo feliz, una parte de ella se convenció de que esto era lo mejor, de esta forma olvidaría definitivamente lo que vivió con Mahidevran, el amor por ella jamás desaparecería, pero debía ser capaz de vivir bien por ella, suponía que no le hubiese gustado que viviera feliz.

Al menos lograría lo que su familia siempre quiso para ella, que tuviera una familia.

Al escuchar al juez decir que eran marido y mujer el hombre de nombre Mehmet levanto el velo de su rostro y miro su bella sonrisa, le dio un beso en la frente y posteriormente uno en los labios que terminaría de sellar aquel compromiso.

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Estambul Palacio de Amasya

Mientras en dos lugares había dos corazones amando e intentando ser felices, aquí había un corazón escondido en la sobra de una habitación llorando amargamente el dolor de haberse casado con un hombre que no amaba y tener que haber roto el corazón de alguien a quien verdaderamente amaba.

Sah, la hermosa hija del sultán fue condenada a la peor de las torturas, fue casada con un hombre mayor a ella tan solo por conveniencia, se encontraba llorando en aquella habitación del que ahora era su palacio y su prisión.

Después de haber consumado un matrimonio que ella jamás había pedido, al cual ahora tendría que brindarle no solo su tiempo y su vida si no que debía dar una familia también.

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1524 Primavera (Marzo)

Palacio de Amasya

Habían pasado ya cinco años desde que se había casado, afortunadamente el destino no quiso prolongar más su sufrimiento y quito de su camino al hombre que estaba haciendo de su vida un infierno, aquel hombre que ante los ojos del sultán no hacía más que darle el mundo a su amada esposa pero que a puerta cerrada se atrevió a levantarle la mano y amenazar con hacerles daño a sus hijos si intentaba algo.

Shah sonreía un poco, no era plenamente feliz, pero al menos ya no estaba en aquella situación que la aquejaba.

Murhan entro al gran salón, hizo una reverencia y luego la miro con tranquilidad —Sultana, sus cosas serán enviadas al palacio de su hermano, y las otras cosas están ya listas en el carruaje para que inicie su viaje, las sultanas ya están listas— dijo con calma.

Sha le sonrió —Gracias Murhan, vamos es hora de irnos, tengo que disfrutar de este viaje antes de volver, seguramente mi hermano querrá casarme de nuevo, he estado dos años sola y para ellos eso no es bueno— dijo seria y salió del palacio.

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Palacio Topkapi

Mahidevran caminaba por aquel hermoso jardín, hace tiempo había aprendido muchas cosas, una de ellas y quizás la más importante dentro de su estadía en el palacio era amar a aquel hombre, había enterrado en lo más profundo de su corazón lo que una vez sintió por Hürrem.

Ahora era madre no de uno si no de tres hijos del sultán, eran pequeños todavía, pero eran lo que más amaba en el mundo, sus hijos eran su orgullo, su pequeño Mustafá, su hermosa Raziye y su valiente Bayezid.

Todos sus hijos eran su adoración y fueron una de las razones por las que se enamoró de aquel hombre, la forma en la que los cuidaba y los amaba más que nadie era lo que más amaba de él.

El tema de tener que pasar la noche con otras mujeres no le interesaba pues al final del día se hizo a la idea que mientras ella tuviera al hijo mayor y el corazón del sultán nadie sería más importante que ella.

Ellas solo eran mujeres de una noche mientras ella siempre tendría el corazón de él.

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1524

Finales de primavera

Crimea

Sha llevaba una semana en aquella hermosa mansión de la familia de comerciantes que la invito y tuvo el honor de recibirla en casa.

Su pueblo le parecía un lugar hermoso, la gente era cálida y la recibió perfectamente, la respetaban a pesar de ser una sultana que no pertenecía a Crimea.

Aunque había personas que le decían que había oscuridad y tristeza en el ambiente debido a los recientes acontecimientos del palacio.

...

Aquella tarde Sha viajo al palacio de Crimea, sus hijos iban con ella entusiasmados por que conocerían el gran palacio y podrían jugar en sus pasillos.

Al llegar bajaron y fueron recibidos por algunos de los sirvientes que se encargarían de ella y de sus hijos ahora, los guardias bajaron las pertenencias de la sultana para llevarlas a su nueva habitación.

Antes de que algo más pasara Sha se agacho a la altura de sus hijos y acaricio sus mejillas —hijo mío, una odalisca los llevara con otros pequeños, quiero que hagas lo que ya habíamos hablado, los niños lo necesitan— dijo con tono tranquilo.

El pequeño abrazo a su madre, ella se levantó e hizo una seña a la odalisca que los llevaría a los aposentos de aquellos niños, mientras tanto otra joven se acercó a ella e hizo una reverencia antes de acompañarla dentro del palacio.

...

Sha abrió con calma las puertas de los aposentos, estaban un poco oscuros, las esencias a rosas impregnaban el lugar sin embargo eso no quitaba que el aura era demasiado triste, entro con calma y se sentó en la orilla de la cama.

Suspiro para sí misma y comenzó a hablar —Se lo que se siente perder a alguien a quien realmente amas— dijo con calma, sonrió ligeramente y continúo hablando —Hace tiempo quede viuda y con dos hijos a los que cuidar, mi mundo cambio radicalmente— dijo con calma.

Del otro lado de la cama estaba Hürrem, la dueña de los aposentos, vestida de negro acostada totalmente ida, la tristeza había hecho marcas en su rostro, tan solo salía para darse un baño si acaso, llevaba días comiendo muy poco, estaba más delgada que antes y el brillo en su mirada se había apagado rápidamente.

—Tus padres hablaron conmigo, ellos quieren lo mejor para ti y creyeron que yo podría ayudarte a superar lo que paso— dijo con calma, mientras recordaba la visita de los reyes de Crimea en aquella mansión.

*Flashback*

Sha estaba sentada en el salón principal tomando una taza de té, estaba sorprendida de haber visto que los gobernantes de aquel pueblo estuviesen en aquella casa hablando con ella.

No era algo descabellado si lo pensaba, al final del día ella también era una joven sultana importante en su dinastía.

—Sultana, espero que disculpe nuestro atrevimiento, sin embargo, hemos escuchado que usted perdió a su esposo hace ya más de un año y quisiéramos de su ayuda— dijo con calma.

Sha la miro seria no entendía a venia aquello, pero si en sus manos estaba ayudaría —Bien, pero no se en que podría ayudarles— dijo con una sonrisa.

—Nuestra hija hace unos meses perdió a su esposo debido a una terrible enfermedad, ella lo amaba mucho y no logra recuperarse de aquel suceso, nos gustaría que la ayude a entender que su vida aún puede seguir y que sus hijos la necesitan más que nunca, la última vez que esto le paso tardo mucho en recuperarse y no queremos que pase de nuevo— dijo aquella mujer con el rostro afligido.

Era evidente que estaba sufriendo por el estado de su hija y en su voz se notaba cuanto anhelo tenía porque ella mejorara.

Sha sonrió —Es evidente que están preocupados, de otra manera jamás habrían venido a pedir ayuda dos reyes como ustedes a una sultana con poco poder en su territorio, ayudare en lo que pueda sin embargo deben saber que no pase por lo mismo, lamentablemente para mí el perder a mi esposo más que una condena y dolor incesante; fue un alivio. Mi esposo no fue el mejor y sobre todo no lo llegue a amar en realidad— dijo siendo completamente sincera.

—Lamento escucharlo, sin embargo, ella no lo sabrá, puede mentirle un poco, por favor tenemos temor por ella, no queremos perderla después de todo lo que ha pasado—.

—Bien, lo haré— dijo Sha al ver a la mujer realmente mal.

—Arreglaremos todo, tendremos una hermosa habitación para usted y sus hijos— dijo la mujer y después de eso ambos padres se marcharon un poco más aliviados al sentir que habían encontrado lo que buscaban.

*Fin Flashback*

Sha bajo la mirada un momento y siguió hablando —Mi esposo murió hace tiempo, no voy a mentirte, no es lo mismo, yo no ame a mi esposo, al contrario, lo odie con toda mi alma, pero, sé que duele perder a una persona que realmente amas, yo perdí al amor de mi vida al casarme con alguien que no amaba por orden de mi padre— dijo con tristeza.

Hürrem no había mostrado haberla escuchado, se levantó lentamente —Bien, es hora de que me vaya, quizás más tarde te interese escucharme— dijo con calma y se fue de la habitación.

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Un día más tarde Sha fue a verla después de que saliera a darse una ducha, Hürrem esta vez estaba sentada en el sofá mirando por la ventana Sha se sentó en la orilla de la cama, no quería invadir su espacio, sabía que para ella era una persona totalmente desconocida.

—Buen día, sultana, no pretendo que me escuches hoy, en realidad solo quería saber cómo seguías— dijo con calma.

Al ver que no respondida se levantó con calma —Me iré, después volveré—.

Hürrem la miro cosa que anteriormente no había hecho —Me gustaría escucharla, supongo que mis padres la trajeron por una razón— dijo y volvió a mirar la ventana.

Sha sonrió, al menos consiguió que le hablara un poco y que la escuchará —Bien, como te decía, cuando me case perdí al amor de mi vida, mi padre me caso con un hombre que considero bueno para mí, un pasha importante, adinerado y de buena familia, sin embargo, yo amaba a alguien de corazón más noble, alguien fuerte, valiente y sobre todo que me amaba y dejaría todo por mi— dijo bajando la mirada.

Hürrem la miro un momento sus palabras dolieron pues no fue cuando se casó que la persona que más amaba se fue, si no que fue mucho antes, la persona que más amo se había ido antes de que ella se casase con el hombre que acababa de perder.

—Aquel día después de consumar un matrimonio en el jamás seria feliz y después de haber derramado miles de lágrimas, Sali al balcón y lo vi ahí, estaba esperando a que saliera para mirarme a los ojos por última vez e irse con el corazón destrozado. Tiempo después cuando di a luz a mi hija el volvió, había sido contratado como guardia de la puerta del palacio, fue difícil y muy duro tenerlo tan cerca y no poder estar a su lado— dijo con seriedad.

—Jamás me acerque a él por miedo, jamás lo busque y deje que las cosas siguieran su curso, pero el destino no quería que las cosas siguieran así, mi esposo, aquel hombre que decía amarme se enteró de lo que paso entre nosotros una vez y lo ejecuto, mi corazón y mi alma se quemaron aquel día, ningún pecado se había cometido, ni una sola vez hice algo para que mereciera aquel duro castigo, después de eso mi matrimonio se volvió un infierno peor al que ya había iniciado, comenzó a ser demasiado agresivo, si antes no me exigía estar con él ahora lo hacía, tuvimos otro hijo y las cosas solo empeoraron, comenzó con pequeñas acciones, me alzaba la voz, me amenazaba con golpearme hasta que una su amenaza se volvió real, fue entonces que me amenazó con hacerle daño a nuestros hijos, a sus propios hijo sería capaz de dañarlos con tal de poder controlarme, entonces enfermo, realmente esa fue la versión oficial, pero una de las criadas era su amante la mujer intento matarme, puso veneno en mi bebida y alimentos, lo que no sabía era que yo no comí absolutamente nada, ese día no quise comer y él fue el único que comió, para la madrugada el murió en la cama de su amante— dijo con la voz fría y miro a Hürrem.

—Ahí entendí que el destino hace las cosas sabiamente, quita y pone personas en el camino que valen la pena, después de aquello lo único que me quedo fueron mis hijos, lo único por lo que vale la pena seguir adelante, deberías seguir adelante por ellos— dijo con calma.

Hürrem la miro — Lo lamento, hace tiempo no hablaba con nadie, no había nadie a mi lado que entendiera todo lo que sentía, mi dolor se volvió solo mío— dijo con tranquilidad.

—Entonces cuéntame, compártelo conmigo ahora que sabes que de una forma u otra puedo entenderte, no te quedes con eso en tu corazón— dijo Sah sentándose a un lado de ella en aquel sofá.

—Yo quise a mi esposo, pero no como todos creen, mi corazón jamás pudo amarlo por completo, una parte de mi murió aquel día cuando supe que la persona a la que más ame se fue, fui de viaje con mi madre, me despedí de ella y le mande cartas pero jamás respondió, creí que era solo porque quería reservarse las palabras para cuando estuviésemos frente a frente, el viaje se prolongó y cuando volví... ella no me recibió, fui a buscarla al día siguiente pero su padre me lo dijo, ella murió, en ese momento mi mundo me cayó encima... yo no salí de aquello hasta que un día me levante y pensé que ella no lo quería así, ese día conocí a mi esposo, el arreglo todo el palacio solo para mí, fue entonces que lo vi todo, el seria mi salvación, escondería mis sentimientos en lo más profundo de mi alma e intentaría amarlo— dijo mientras secaba sus lágrimas.

—De verdad lo intente pero no pude, tuvimos hijos, pero ni siquiera con ellos pude amarlo tanto, el recuerdo de ella siempre estaba en mi mente, se que con ella evidentemente jamás podría haber tenido hijos, pero no los necesitaría por que la tendría a ella en mi vida... pero ya no estaba, todo cambio y no podía terminar de aceptarlo, con la muerte de mi esposo todo revivió una vez más, claro que lo quise y llore por él, pero también me recordó cuando la perdí, me encerré tanto en ello que no quise ver lo demás hasta ahora— dijo un poco más calmada y sonrió.

Miro a Sha y tomo su mano —Gracias por hacerme salir de ese pozo— dijo con una ligera sonrisa.

—Se que te dolerá y no debes guardarte nada de nuevo, vívelo, pero no dejes a tus hijos solos— dijo con calma.

—Se que mis padres te trajeron solo para esto, pero sé que en el fondo lo haces por ayudar y no por lo que te ofreciesen— dijo con calma.

Sha sonrió —No te preocupes, jamás me ofrecieron nada y aunque lo hicieran jamás lo aceptaría— respondió con una sonrisa y se levantó para irse.

—No te vayas aun, quédate un poco más, no sé cuánto te quedaras en Crimea, pero, me gustaría que fueses mi amiga, al menos por ese tiempo— dijo con una sonrisa ligera.

Sha se sentó de nuevo y sonrió —Me encantaría ser tu amiga, ahora que te parece si pedimos algo de comer, debes cuidarte por tus hijos— dijo con calma poniendo su mano sobre la de ella.

—Lo haré, pediré algo y si te parece hare que traigan a mis hijos, así puedes conocerlos, aunque se parecen más a su padre que a mi— dijo riendo un poco.

—Claro, de hecho, mis hijos están con ellos así que podremos presentarnos mutuamente a nuestra razón de vivir— dijo con calma.

—Tienes razón— dijo y salió con la joven odalisca para pedirle que preparara todo, para después regresar a los aposentos y compartir historias y experiencias con Sha.

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Dos meses más tarde

Hürrem caminaba por el hermoso jardín del palacio, con una sonrisa dibujada en su rostro mientras su hijo caminaba a su lado y tenía a su hermosa hija en sus brazos.

Una de las odaliscas llego con rapidez, le hizo una reverencia y tomo a la niña en sus brazos —Sultana, ya está listo el carruaje, puede partir ahora— dijo con calma.

Hürrem sonrió —Bien, que los niños jueguen un poco más, por la tarde llevaran a los hijos de la sultana Sha, cenaran juntos y te encargaras de ellos junto a su odalisca, quiero que estén bien atendidos y que los cuiden bien, es probable que volvamos tarde— dijo con calma.

—Bien sultana, los cuidare muy bien no debe preocuparse— dijo con calma.

Su madre se acercó a ella con una sonrisa —Me alegra ver que mi hija sonríe de nuevo— dijo mientras caminaban hacia la entrada del palacio-

—No ha sido fácil madre, pero con ayuda de la sultana Sha vi las cosas de diferente manera— dijo con una sonrisa.

—Me alegra que se volviesen amigas, te hacía falta alguien con quien hablar— dijo con una sonrisa cálida.

—No lo niego madre, la verdad es que gracias a ustedes la conocí, sé que un día será mi mejor amiga— dijo con calma.

—Cariño, rezo por ello, no solo las familias están unidas por ciertos convenios, si no que una amistad como esta ayudara también— dijo con calma.

—Lo sé, pero lejos de eso creo que ella es una gran mujer, ojalá cuando vuelva a su palacio pueda conocer a alguien que la haga feliz a ella y a los niños— dijo con una sonrisa.

—Y tu mi niña, ¿crees volver a encontrar el amor? — dijo con una sonrisa.

Hürrem aparto su mirada —No lo necesito madre, ame dos veces y lo perdí, una tercera no lo soportaría, ahora viviré por mis hijos — dijo con calma.

Su madre sonrió ligeramente —Cariño, jamás me engañaste, sé que no amaste a ese hombre, claro que aprendiste a quererlo, pero no lo amaste, tienes que darte una oportunidad, muchas veces sufrimos, pero vale la pena vivir ese sentimiento, no te cierres a nada, tomara tiempo, pero ese corazón sanara y alguien más te ayudara con eso, ya lo veras— dijo, le dio un beso en la frente y se marchó.

Hürrem sonrió, quizás su madre tenía razón, en ese momento llego Sha quien la miro con una sonrisa

—No sabes lo que hubiera dado por que mi madre hiciera eso, ella es más fría, especialmente conmigo, afortunadamente mi hermano intento compensar esa parte— dijo con calma.

Hürrem sonrió —Lo sé, escuche muchas historias sobre la gran sultana Ayse Hafsa, pero ninguna la describe como una madre amorosa— dijo y ambas rieron.

—Y entonces que planeas hacer hoy— dijo con calma.

—Bueno, iremos a un lugar especial y un tanto diferente, pero, te aseguro que será divertido— dijo con una sonrisa.

—¿Crees que en tu estado debas viajar? — pregunto Sha con calma.

—Claro que puedo hacerlo, he recuperado mi peso y como excelentemente bien, mi bebe estará perfectamente, además solo serán unas cuantas horas—dijo con una sonrisa.

—Bien, pero, si te sientes mal debes decirlo en cuanto ocurra, recuerda que hasta hace dos meses no sabias que estabas embarazada de cuatro meses por tu mala alimentación en ese entonces— dijo con seriedad.

Hürrem sonrió —Lo sé, pero gracias a ti hoy estoy mejor que en ese entonces, tranquila estaremos bien— dijo con una sonrisa mientras masajeaba delicadamente su vientre pequeño para el tiempo que tenía.

Sha sonrió y la siguió hasta el carruaje.

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Después de varios minutos llegaron al lugar, el guardia que iba con ellas tomo de la mano a Hürrem y la ayudo a bajar del carruaje, después ayudo a Sha, ella miro a Hürrem confundida, aún estaban en medio del bosque, no parecían haber llegado a ninguna parte.

—¿Hürrem? — pregunto mirándola un poco confundida.

Hürrem sonrió —Tranquila, caminaremos un poco desde aquí— dijo calmada.

Entonces una joven llego sonriéndoles, sus vestimentas eran más humildes, ella las guio, al cabo de unos cuantos minutos llegaron a aquel lugar, una mujer mayor las recibió con una sonrisa.

—Bienvenidas, Me sorprendes Hürrem, hace tiempo no venias— dijo con una sonrisa y sin esperar nada poso sus manos sobre el vientre de Hürrem.

—Lo sé, tuve muchas cosas que manejar, pero ya estoy aquí— dijo con una sonrisa.

—Bien, me alegra— dijo retirando sus manos —Sera igual de hermosa y valiente que su madre—dijo con una sonrisa.

Hürrem sonrió entusiasmada —Que gran regalo, ella es Sha, me ha ayudado en mucho, por ella sigo en pie, de lo contrario creo que habría dejado de existir hace un tiempo— dijo con sentimiento.

—No digas esas cosas, también fue por tus padres, sin ellos no habría llegado a ti— respondió Sha con calma.

—No jovencita, ese era tu destino, tarde o temprano habrías llegado hasta a ella para salvarla— dijo la mujer con calma.

—Me sorprende como sabe tantas cosas y habla de ello con tanta seguridad— dijo Sha.

—Hay personas que no creen en lo místico, Allah nos trajo con diferentes dones, algunos no quieren verlo y le temen a ello, pero él nos hizo mágicos por una razón, se todo esto, así como sé que tú te equivocas al pensar que tus hijas serán las únicas, en algún momento llegara otro hijo de tu vientre que será bien recibido por aquella persona que estará a tu lado— dijo con calma.

Sha se sorprendió y Hürrem rio un poco —Vamos, debemos prepararnos— le dijo a Sha quien camino a su lado sin entender aun que hacían ahí.

Ambas fueron llevadas a tiendas diferentes y se cambiaron sus vestidos por otros más acorde al lugar donde estaban, eran más humildes, pero igual de hermosos que los que ellas usaban.

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Hürrem estaba sentada en uno de los cojines en el suelo mientras veía como las jóvenes bailaban y enseñaban a Sha a hacerlo igual que ellas, se veía feliz, se notaba que jamás había ido a un lugar como ese, Hürrem respiro hondo y acaricio su vientre, sin duda sabía que nombre le daría a la beba que llevaba en su vientre, el nombre de la mujer que en el pasado la acompaño a aquel lugar.

La mujer se acercó a ella con calma y se sentó a su lado —Aun piensas en ella— dijo con seguridad.

—No puedo evitarlo, ella fue muchas cosas para mi— dijo con calma.

La mujer sonrió —Ella es la segunda persona que traes a nosotros, asumo entonces que es muy importante para ti— dijo con una sonrisa.

—Si, es una muy buena amiga y excelente persona— dijo con calma.

—Hay algo más, puedo verlo— dijo seriamente.

Hürrem la miro y luego miro de nuevo hacia otro lado —No hay nada más— dijo seria.

La mujer sonrió —¿Segura? — pregunto con tono irónico.

Hürrem respiro hondo y respondió —Si— dijo decidida y miro a la mujer, ella la miro como si viera aun a lo más ahí —Bien, debo confesar que estoy un poco confundida, lucho todos los días con el recuerdo del amor que tengo en mi corazón hacia Mahidevran y el poco o mucho que pude haber dado por mi esposo, además ha pasado tan poco tiempo de que él se fue y yo ya estoy disfrutando de una nueva vida, no sé qué pensar al sentirme bien a lado de alguien más, quizás solo es agradecimiento— dijo con calma.

La mujer sonrió nuevamente —El destino es sabio, pone frente a ti a personas que merecen la pena y que te ayudan a salir de la oscuridad, no es un crimen enamorarse de alguien más, mereces vivir de nuevo y aquel amor que sentiste por aquella mujer que ya no está, no lo volverás a sentir, en cambio sentirás algo nuevo, cada persona despierta en nosotros una manera de amar totalmente diferente— dijo con tranquilidad.

—Aun así, es imposible, ella no es como yo— dijo con calma.

La mujer sonrió —Bueno, eso es lo que crees— dijo la mujer sonriendo y tomando un poco de bebida.

—Tiene hijos, su esposo murió, su más grande amor era un hombre valiente, alguien como yo lo más que puede despertar en ella es una amistad— dijo seria.

—Que tenga hijos y que haya amado a un hombre no significa que no pueda amar también a una mujer, tú lo sabes bien, amaste a tu esposo en una medida menor pero ahí estaba, de haber conocido a algún hombre antes de Mahidevran lo habrías amado y eso no significaría que no la hubieses amado a ella— dijo con seriedad.

—No creo que ella piense igual— dijo seria, lo mejor es que se vaya pronto a Estambul, seguiremos en contacto por medio de cartas y eso me ayudara a aclararme— dijo seria y con la voz ligeramente triste.

La mujer tomo la mano de Hürrem —Yo veo cómo te mira y no es como a una amiga o alguien a quien apoya, en su mirada existe algo más, aunque ella tampoco lo ha descubierto, ¿olvidas que se muchas cosas? — dijo con clama y ambas rieron.

—A un así ella volverá a Estambul, su hermano la casara con alguien más tarde o temprano así que no debería seguir pensando en esto— dijo más tranquila.

—Mi niña, está bien, pero no te sorprendas si algo que no esperas sucede, entonces te acordaras de mis palabras— dijo con una sonrisa.

Sha se acercó a ellas y se sentó un momento —Esto fue cansado, no querían dejarme ir pero moriré si sigo así— dijo riendo.

Ambas mujeres rieron —Ya veo, la hija más joven de la sultana Ayse Hafsa no se parece nada a su madre en carácter y en belleza la supera, la hija más hermosa del fallecido sultán Selim— dijo aquella mujer con calma.

—Me alaga, ciertamente mi madre es más dura y correcta, pero no soy la más hermosa de todas mis hermanas— dijo con una sonrisa.

—Eso te han dicho querida niña, pero créeme, eres la más hermosa de todas ellas en muchos sentidos, pero no te preocupes el secreto se quedará entre nosotras, así no lastimaras sus corazones— dijo.

Todas rieron y la mujer se fue para dejarlas hablar un poco más.

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Una semana más tarde

Hürrem salió a la entrada del palacio, las cosas eran cargadas en el carruaje y los niños se despedían de todos, Sha le sonrió a Hürrem —Gracias por este hermoso tiempo a tu lado, sé que tu corazón sanara y algún día amaras a alguien de nuevo— dijo con una sonrisa.

—Igual que tú, escríbeme siempre, aun cuando vivamos muy lejos una de la otra no quiero perder esta hermosa amistad, y cuando te cases espero que me invites, también cuando nazca aquel hermoso niño— dijo con tono de burla.

Sha sonrió —Te odio ¿lo sabes? — dijo riendo.

—Claro que lo sé, yo también te quiero— dijo con cariño y le dio un abrazo fuerte.

—Vendré para el primer cumpleaños de esta princesa, lo prometo— dijo refiriéndose al bebe que Hürrem esperaba.

—Lo sé, te esperaremos pacientemente, pero no dejes de contestar mis cartas o iré personalmente a tu palacio y te asesinare— dijo en tono de broma.

—Entendido sultana, no la defraudare— dijo con calma.

—Eso espero sultana— respondió Hürrem y ambas rieron, los niños se despidieron de Hürrem y entraron al carruaje para después irse.

Hürrem miro el carruaje marcharse, sentía que ella no volvería, pero al menos tendría la satisfacción de haber pasado aquel hermoso tiempo a su lado, entonces una ligera brisa acaricio su mejilla y le susurro al oído "Ella volverá", un poco confundida entro al palacio y se sentó en el sofá, mirando por la ventana mientras esa frase se repetía en su cabeza convenciéndose de que quizás tenía razón y si la volvería a ver, aunque fuese solo como una amiga.

Espero que les guste, tarde un poco, pero es mas largo.

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