𝗠𝗔𝗗𝗥𝗜𝗗𝗜𝗦𝗧𝗔 | pablo gavi.

29 ⌇ PEDRI...

━━━━━ 𝐌𝐀𝐃𝐑𝐈𝐃𝐈𝐒𝐓𝐀;
❛PEDRI...❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
camemi17

     EL BARCELONA HABÍA SIDO ELIMINADO DE LA EUROPA LEAGUE; el Frankfurt había metido tres goles, Sergio Busquets y Memphis Depay habían marcado, pero no había sido suficiente para igualar o sobrepasar el resultado global. Los hinchas del equipo invadieron el estadio, y se comenzó a armar un escándalo tremendo, por suerte, Fiorella había salido de primera y estaba esperando a los demás en el parqueadero que por suerte, estaba más tranquilo. Pedri había salido a la mitad del partido por molestias, y Pablo si había jugado el partido completo, Fiorella sonrió al recordar al sevillano con el uniforme de su club.

La manera en la que se desplazaba por el campo, su personalidad, la garra y pasión que tenía al momento de jugar, era simplemente, una de las cosas que le encantaban de él.

Sintió como le tocaban la cintura, y dió un salto del susto al ver a Pedri allí parado, sus ojos se notaban brillosos, pero no con un brillo bonito, sino de cansancio, llevaba barba porque se notaba que no se había afeitado desde hacía días, su cabello estaba despeinado y la brisa que hacía en esos momentos lo movía aún más.

Fiorella tragó grueso, se esperaba a cualquier persona menos a Pedri, pero era obvio que en algún momento iban a cruzarse, estaban en la misma ciudad, y de pasada en el mismo estadio.

—Pedri...

—Sólo quiero hablar contigo, por favor...—pidió.

—Si te vas a mantener a esa cercanía, está bien.

El pelinegro asintió, bajando la mirada mientras que metía las manos en el bolsillo de su hoodie.

—Sé que estas semanas he sido un tonto contigo, Fiorella —comenzó— pero la verdad es que desde que pasó todo esto de la declaración no sabía cómo reaccionar, no supe cómo expresar lo que sentía, sé que fui un inmaduro, no sólo contigo, sino también con Pablo, hace un rato hemos tenido una discusión bastante fuerte y la verdad es que me arrepiento por haberla comenzado.

—¿Han tenido una discusión? —la castaña lo miró sin entender, Pedri asintió.

—Sí, bueno —se encogió de hombros— ya sabes que Pablo se molesta de la nada, pero de igual manera estuve provocándolo todo el día, es que me daba rabia que... que él sea quién reciba todo el cariño que antes solías darme...

—Ya vamos a empezar —Fiorella soltó un resoplido, Pedri se acercó a ella, pero no tanto como para hacer incómoda la conversación.

—No vamos a empezar nada Fiore, quiero decirte las cosas como son, sé que fui un idiota, sé que no debí haberte ignorado cuando te me declaraste, pero me tomó por sorpresa cuando me lo dijiste, no sabía que decir —su voz era algo quebrada, Fiorella se dio la vuelta para darle la espalda y pasó ambas manos por su cara— y en ese momento si debí decirte lo que sentía, no sabía cómo hacerlo. Me quedé sin palabras, me quedé sorprendido, ya sé que hasta incluso parecía que yo no sentía lo mismo por ti aunque obviamente no es así, ya te lo había dicho, pero te lo repito, me gustas Fiorella.

—¿Te gusto? —ella repitió su pregunta de manera irónica, sin girarse a mirarlo.

—Me gustas —afirmó— pero en algún punto, Frenkie tiene razón. Sé que estoy actuando como lo hago por celos —se acercó más a ella— porque no soporto ver que tratas a Gavi como me tratabas a mi, porque no soporto imaginarme el hecho de que ahora él es quien disfruta tus abrazos, tus chistes, tus charlas sobre fútbol —Fiorella cerró sus ojos cuando Pedri se acercó más a ella, inclinándose hacía su oreja a susurrar— no soporto el hecho de que ahora sea él quien te bese, y sé que quizá no debí decírselo, pero—

Fiorella tenso su mandíbula.

—¿Qué? —lo interrumpió— ¿Le dijiste a Pablo que nos besamos?

—Sí, es que yo—

—Entonces era verdad...

Pablo intervino.

Fiorella se giró con rapidez, viendo a Pablo con una cara de completa decepción, hizo a Pedri a un lado, acercándose a él, Pablo se cruzó de brazos.

—Era verdad que te habías besado con Pedri...—el sevillano continuó, la decepción se notaba en su mirada, en sus facciones y en su hablar, Fiorella quiso tomarlo de la mano, Pablo se zafó de su agarre.

—No Pablo, hay una explicación, no es lo que crees.

—¿No es lo que creo? —se rió con ironía— ¿Entonces no se besaron?

—O sea —ella pasó ambas manos por su cara— si nos besamos, pero no es lo que crees, es decir, yo no—

—¿No querías besarlo? Claro, me imagino ¿No? Me imagino que entonces Pedri se tropezó y cayó sobre tus labios de manera accidental, ya que no es lo que yo creo —posicionó la punta de su lengua sobre el interior de su mejilla, para acto seguido soltar un resoplido y aguantarse las ganas que tenía de llorar en ese momento.

—Es que no quería besarlo, estás escuchando todo fuera de contexto...

—¿No pensabas decírmelo, verdad? Ya sé que tú no tienes que darme explicaciones, porque después de todo, tú y yo no somos nada —se acercó a ella— pero por un segundo pensé que te estabas tomando en serio lo que estábamos comenzando a tener, y veo que soy un idiota, porque me equivoqué.

Se dió la vuelta para salir del parqueadero, Fiorella comenzó a llorar, si le pagaran por llorar ya se hubiese hecho millonaria en un día, trotó hasta donde Pablo, tomándole del brazo.

—Pablo, espera por favor, déjame explicarte...

—¿¡Explicarme qué!? ¿¡Qué mientras te besabas conmigo también te besabas con Pedri?! ¿¡Que me mentiste en la cara cuando te pregunté si te pasaban cosas con él y me dijiste que no?! ¡Pues no, gracias! ¡No quiero escuchar esas explicaciones!

—Pablo...—la castaña sollozó, sin soltar el agarre de la muñeca del sevillano, las lágrimas caían por sus mejillas como unas cataratas— déjame explicarte por favor, no quiero perderte, yo...

—Debiste haber pensado eso antes de haberme mentido.

—¡Pero es que yo no te mentí! ¡Sólo quiero que me escuches!

—No quiero volver a verte —se soltó de su agarre sin ser brusco, y salió del parqueadero en busca del auto de sus padres, Fiorella lo miró irse, con la vista nublada de lágrimas, pasó ambas manos por su cara, comenzando a llorar con más fuerza.

Se dió la vuelta, caminando de manera agresiva hacia Pedri y dándole un empujón.

—¡Todo lo tienes que arruinar! ¡Todo!

Había llorado tanto que ya no sentía tantas fuerzas, lo único que quería era irse a casa, pero a casa en Tenerife, a que su madre le diera de sus sabios consejos, mientras que comía galletas con malteada de chocolate, Pedri la tomó de la mano, atrayéndola a él y dándome un abrazo.

—Lo siento Fiore, yo no—

—¿¡Qué?! ¿¡Tampoco era tu intención arruinarme las cosas con Pablo?! ¡Porque no te creo nada!

Se alejó de él, intentando abrir la puerta del auto, miró a la lejanía como la familia de Pedri se acercaba con Ferrán, Eric e Isabella hablando animados, lo que le faltaba, se subió al coche, limpiándose la cara con rapidez antes de que se diesen cuenta de que había estado llorando, pero las lágrimas salían por si solas, por más que ella intentaba contenerlas.

—Al fin, los estuvimos buscando por todos lados —Ferrán mencionó, Fiorella tenía la suerte de que las ventanas del auto eran polarizadas— ¿Y Fiore?

Pedri señaló el auto con sus labios.

—Pedri aquí estás —Rosy le miró con una sonrisa— ¿Ya estamos todos para ir a cenar a casa, no? ¿Fiorella en dónde está?

—Ya se subió al auto —le sonrió por compromiso, porque verdaderamente la situación que había pasado hacia minutos entre Pablo, ella y él, había sido bastante tensa, Rosy miró el auto, y Fiorella bajó la ventana.

—¿Te vas aparte a casa mi niña? Preparé las croquetas que a ti y a Pedri tanto les gustan —sonrió— no ganaron el partido pero ganaron una cena, patrocinada por mí.

Fiorella rió ligeramente, Isabella no había notado que su mejor amiga había estado llorando debido a la lejanía y a que la conversación con Eric estaba bastante entretenida, su hermano se había ido antes a casa porque se había aburrido del partido antes de que finalizara.

Y Fiorella no sabía cómo decirle que no a Rosy porque para empezar, ella ni siquiera sabía que hace semanas que Fiorella no vivía con su hijo menor, sólo se limitó a asentir.

—Claro que sí, Rosy.

—Vale, entonces vamos al auto y listo.

—Yo me voy con Fiore —Fer dijo, subiéndose al auto del copiloto y conectando su celular a la radio, el mayor de los González la miró— pensé que te reirías de los chicos porque los eliminaron.

Ella soltó una risa ligera para disimular.

—Más al rato me reiré —le sonrió a labios pegados y encendió el auto cuando Isabella se subió también, Eric y Ferrán se irían juntos, y los padres de Pedri se irían con él.

El canario fue el primero en salir del parqueadero, sus compañeros le secundaron y Fiorella hacia lo mismo, mientras que Fer ponía «Dembow» y Fiorella volvió a sentir sus mejillas humedecerse.

No dijo nada en todo el camino, Fer junto a Isabella parecían notar que ella no quería hablar, la rubia ya le preguntaría. Estacionó el auto en la que era su casa, bajándose de primera y entrando a la misma para subir a su habitación y encerrarse allí, Fer se miró con Isabella, pero ninguno de los dos mencionó algo al respecto.

Cuando todos entraron a casa y Pedri se quedó afuera, la rubia lo tomó de la muñeca, deteniendo su paso.

—¿Qué le hiciste a Fiore? —lo soltó de su agarre, cruzándose de brazos para verlo.

—¿Que le hice de qué?

—Sabes bien a qué me estoy refiriendo, Pedri. Sé que pasó algo antes de que llegáramos al parqueadero, ¿qué le dijiste? ¿La hiciste sentir mal otra vez? ¿Volviste a decirle cosas que van a confundir sus sentimientos?

—¡No! Claro que no hice eso, Isa.

—¿Entonces qué pasó?

El pelinegro pasó una mano por su nuca, rascando la misma con nerviosismo para hacer un mueca.

—Le pedí que habláramos, para aclarar las cosas entre nosotros y bueno —carraspeó—. Sin querer se me salió que le había dicho a Pablo que nos habíamos besado, y él lo escucho... creo que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de qué pasó después.

—Oh Pedri —Isabella pasó ambas manos por su cara— ¡Eres un idiota! ¿Lo sabías?

Pedri bajó la mirada, cabizbajo.

—Ya lo sé, Isa. Aunque no lo creas, no lo dije con la intención que tú crees, no sabía que Pablo estaba tras nosotros, esta mañana si lo hice con intención de que se molestara, pero después de una charla que tuve con Frenkie, creo que... puedo notar que he sido más tonto de lo que pensé.

La rubia soltó un resoplido.

—Tan inteligente De Jong —sonrió traviesa—. Definitivamente no sólo es un gran centrocampista, sino que también es guapo, te perdono lo idiota que haz sido con Fiorella si me lo presentas.

—Es mayor que tú.

—Son sólo unos añitos de diferencia...

—Tiene novia.

—Agh —ella rodó los ojos, Pedri soltó una risita.

—¿Pero tú no estabas en algo con...?

—No estoy en nada con Eric, somos amigos y ya está. Ahora sí me disculpas, iré a hablar con Fiore.

Pedri la tomó del brazo.

—¿Puedes ayudarme? Sólo quiero que ella me escuche, no pido nada más...

Su mirada era completamente sincera, Isabella hizo una mueca denotando que era dificultosa la situación, pero terminó por asentir.

—Lo intentaré, Pedri.

—Gracias Isa.

Ella le sonrió, los dos entraron a la casa mientras que Isabella subía las escaleras para dirigirse hasta la habitación de su mejor amiga.

Mientras Pablo iba en silencio todo el camino, sus padres, Aurora y su cuñado no preguntaron nada porque suponiendo que estaba molesto por el partido, y esa era la excusa perfecta para disimular que estaba más mal por lo que había escuchado de Fiorella y Pedri hacia un rato.

Entonces el canario había tenido razón, ellos dos se habían besado. Y le molestaba, le molestaba el hecho de que Fiorella no le hubiese dicho nada, le había preguntado si le seguía gustando Pedri, y ella le había mentido.

Y él había sido un tonto ilusionandose, creyendo que de verdad había sido capaz de enamorar a Fiorella.

Tenía ganas de llorar, enterarte de algo que no querías y encima de manera inesperada, era la peor de las sensaciones, su papá lo miró por el retrovisor.

—Pero no estés así, Pablo —comentó, el sevillano no le dirigió la mirada— ya sabemos que no te gusta perder, pero ya tendrán la oportunidad de trabajar mejor para ganar.

Pablo sólo asintió, Aurora se miró con su novio pero ninguno de los dos dijo nada, apenas llegado a casa el sevillano se bajó del auto con desganas, abriendo la puerta y entrando a casa, sin darse cuenta de que había dejado su celular en el asiento del auto. Aurora lo tomó, notando como Fiorella comenzaba a llamar a su hermano menor y sonrió, bajándose del auto y acercándose a él.

—Te está llamando tu novia —le dijo en un susurro, Pablo tomó el teléfono, cortando la llamada y volviendo a entrar de mala gana a la casa, y Aurora supo que algo pasaba, lo alcanzó— Pablo...

El centrocampista detuvo su paso en los escalones, soltando un resoplido.

—¿Sí, Aurora? —le preguntó de espaldas, su hermana se posicionó tras él.

—¿No estás así por el partido, verdad?

Pablo no sé giró a mirarla, su hermana lo conocía más que bien, aparte no quería que lo vieran llorar.

—Claro que estoy así por el partido —soltó con molestia— ¿Por qué más sino? Fuimos un caos, jugamos horrible y tengo muchas cosas para decir sobre las tarjetas amarillas, y todas las faltas cometidas.

—Pablo —Aurora puso una mano en su hombro— no te creo, porque siempre atiendes a Fiore, aún así el Barça haya perdido diez goles por cero, siempre la atiendes... ¿Estás así por algo que pasó con ella, verdad?

Pablo sonrió una lágrima caer por su mejilla, pero la limpió con rapidez, girándose a ver a su hermana.

—Aurora, no tengo ganas de hablar.

Subió las escaleras dando el tema por finalizado, la castaña soltó un resoplido, mientras que se recargaba del barandal, pero segundos después le siguió el paso, su hermano menor estaba por entrar a su habitación.

—Bueno pero si quieres hacerlo, ya sabes que estaré para escucharte ¿vale? —le mencionó, Pablo asintió.

Entró a su habitación, lanzándose en la cama mientras que tapaba ambas manos con su cara, su celular seguía sonando, otra vez Fiorella llamándole, y volvió a cortar la llamada, porque era un idiota.

Definitivamente no era de sus mejores días, el Barcelona había sido eliminado de Europa League, al salir del partido pensaba en decirle a Fiorella que se quedara con él para que fuese ella quien le consolara por el partido tan horrible que habían tenido, pero resultaba que al salir, ¿se enteraba que Pedri y ella sí se habían besado?

Y la sangre le hervía de sólo recordar las palabras que Pedri le había dicho en el campo.

"¿Sí? Valora tanto el amor que tienes para darle que hasta me lo explicó con besos...esa noche después del clásico, cuando estabas apunto de besarla en el elevador y ella probablemente no quiso... pero besarte a ti, porque a mí, si me aceptó y con mucho gusto."

Y era ineludible el hecho de no llorar, las lágrimas salían solas, todo lo que sentía era una mezcla de rabia, decepción, frustración.

Todo lo que sentía era que era un idiota, porque desde un inicio supo que expresarle su amor a Fiorella era peligroso, porque ella en cualquier momento podía caer otra vez en las redes de Pedri.

Idiota, porque desde un inicio sospechó que Pedri y Fiorella eran más que mejores amigos, y no obstante, decidió dar el paso para coquetearle cuando ella y el canario dejaron de hablarse por la declaración de la primera mencionada.

Pero, no era su culpa. Nadie elegía de quién estar enamorado, eran cosas que simplemente pasaban y ya está, y desde que Pedri González le había presentado a Fiorella Fernández, a Pablo Gavi le había gustado.

Pero se sentía como un completo idiota.

Sí.

Porque desde un inicio creyó que él podría ser quien al fin enamorara a Fiorella, después de que la castaña llevase años enamorada de Pedri, y creía que lo había conseguido, pero se había equivocado.

Porque después de todo, era Pedri quién llevaba las de ganar.

Siempre había sido Pedri...

No.

━━━━━ bueno hermanas...

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