Dos meses después de la ruptura
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"¿Puedo ayudarle? ", le preguntó amablemente el desconocido, a quien Rose acababa de observar a través de la ventana destruida del edificio de la fábrica, y le tendió la mano, por supuesto no sin presentarse. "Por cierto, soy el médico".
La joven rubia quedó estupefacta y se limitó a mirarlo con los ojos muy abiertos. ¿Disculpa que? ¿Qué acaba de decir?
Ni siquiera se dio cuenta de que él la puso de pie con cuidado y luego la sostuvo con la otra mano. Ella simplemente lo miró hechizada a la cara y trató de organizar el revoltijo de pensamientos y sentimientos que asolaban su cabeza en ese momento.
¿El médico?
¿Realmente había regresado con ella?
¿Debería ser realmente él?
Y si es así, ¿por qué se veía tan diferente?
¿Se había regenerado de nuevo?
¿O alguien simplemente le estaba gastando una broma furtiva?
Ella jadeó y al mismo tiempo buscó en su rostro, sus ojos rasgos familiares, por... pero el extraño no mostró ni siquiera una pizca de reconocimiento, sólo pura curiosidad.
"¿Se encuentra realmente bien, señorita? -Preguntó preocupado.
"Sí... sí... eso creo", tartamudeó Rose con incertidumbre. Aún luchando con su confusión y las emociones que ahora arrasaban su corazón, le dio otra mirada, buscando más intensamente similitudes con el hombre que amaba, para ver si había alguna esperanza de que él pudiera ser...
Con sus rizos castaños, vestido antiguo y comportamiento educado, el extraño parecía a primera vista más un caballero de una época pasada que un hombre de otro planeta, explorando el universo y a sí mismo con la curiosidad de un niño, pero también luchó valientemente contra Daleks, Cybermen. y muchos otros monstruos.
A pesar de sus rasgos distintivamente masculinos, el rostro de su contraparte parecía sorprendentemente sensible, especialmente alrededor de la boca y los suaves labios. Sus ojos eran de un azul brillante y penetrante y no eran ni remotamente marrones. Y de ellos sólo brillaba abierta curiosidad y simpatía, pero no la profunda melancolía que no abandonaba a su médico ni siquiera en sus momentos felices y que también se reflejaba hasta cierto punto en la mirada de John.
Pero entonces sintió el carisma extraño y atemporal que también lo rodeaba y que realmente no podía evaluarse, al igual que el de su médico...
"¿Es eso realmente todo? ' El hombre la soltó cuando sintió que ya no necesitaba su ayuda y se rió entre dientes. "Bueno, no esperaba encontrarme con una joven agradable en un lugar tan solitario y desolado como este".
Qué adulador... pero no iba a dejar que eso la adormeciera y siguiera sospechando, decidió Rose. Se quitó el polvo de la chaqueta y los pantalones apresuradamente, incluso cuando su corazón todavía latía con fuerza en su garganta y sus pensamientos y emociones continuaban corriendo salvajemente, incluso cuando comenzó a controlar la confusión y la reemplazó con saludable precaución.
No debería darse cuenta de cuánto la había arruinado. "Lo sé..." respondió ella cuando estuvo segura de que su voz dejaría de temblar. "Tenía una cita aquí con mi novio..."
"Oh, espero no haber impedido tu cita ahora, incluso si este no es un lugar para una reunión romántica", se lamentó cortésmente, aunque parecía divertido, como si no creyera ninguna de sus palabras.
"No...no, no lo creo. De todos modos llego muy tarde. ¡Y si no viste a nadie rondando por aquí, entonces el idiota debe haberme dejado plantado! ", continuó tejiendo su red de mentiras, pero luego gimió suavemente cuando dio el primer paso. Al principio me dolieron las rodillas, pero después de unos cuantos pasos más en dirección al prado salvaje, todo volvió a mejorar. Aun así, tendría un minuto libre para ver cómo era la lesión.
Ahora podía olvidar su propia investigación de todos modos... porque ahora que se había recuperado un poco mejor del shock, sus sospechas se hicieron más fuertes. No podía olvidar que en realidad no conocía al hombre que estaba allí, aunque podría haber sido el "doctor". O tal vez simplemente le mintió y en realidad estuvo detrás de la desaparición de John.
Por lo tanto, tenía que asegurarse de deshacerse de él lo más rápido posible.
"¡Realmente no noté a nadie! El moreno -ella todavía no quería llamarlo doctor porque todo en ella se resistía- pensó por un momento y luego agregó con un tono amigable en su voz: "Si no te importa, entonces puedo llevarte". "A la calle te acompaño de regreso, porque creo que tenemos el mismo camino".
"¡Oh, eso no es absolutamente necesario, señor! Rose se mordió el labio y maldijo por dentro. Genial, ahora el maldito tipo también estaba pegado a sus talones. "Estabas tan ocupada. ¿No tienes más trabajo que hacer aquí? "
La persona de enfrente lo despidió con calma. "En realidad no. Ya terminé lo que quería hacer aquí", él todavía no se dejó ignorar y la siguió como un perro fiel.
Mierda, probablemente no ayudó al principio, admitió Rose con gravedad. Probablemente no sería capaz de deshacerse de esta rebaba sólo con palabras. Por otro lado, sintió que su desconfianza disminuía, porque conocía ese comportamiento de "él": él también siempre había sido amigable. Siempre servicial, pero también muy persistente cuando algo le interesaba. Sí, ¡eso era típico del Doctor!
Reprimió los primeros sentimientos amistosos hacia el extraño y buscó razones para no confiar más en él, porque no, ese simplemente no podía ser el Doctor... o su equivalente en este universo.
No sólo por el tamaño: no tenía que mirar tanto hacia arriba como hacia el suyo. Quizás era un palmo más alto que el de su universo, que había sido dos, si no más. Y dudaba que un cuerpo pudiera comprimirse así incluso durante la regeneración. Y aunque, entonces...
Rose desterró de su cabeza estos últimos pensamientos absolutamente confusos y prefirió concentrarse en el camino para finalmente recuperarse y planificar su futuro curso de acción con respecto a su compañero. Al menos el dolor en mi rodilla finalmente estaba aliviando. Sólo quedó una leve quemadura.
Ella tuvo que abrir el camino ya que no había espacio para ellos dos en el pasillo. El desconocido la siguió en silencio a dos o tres pasos de distancia. Sólo cuando llegaron al prado, después de unos pasos más, se acercó a ella y la miró pensativamente, como si reflexionara sobre su comportamiento.
"¡Allá! ¡Mira esto! De repente el hombre de cabello castaño levantó la cabeza y apartó la cara de ella para levantar un brazo. Rose hizo una mueca violenta ante este cambio abrupto en su comportamiento, luego miró hacia su brazo extendido.
Pero en lugar de una supuesta amenaza, solo había una mezcla de espesas nubes en el cielo y en los espacios entre ellas el colorido juego de colores del atardecer que se desvanecía frente al cielo cada vez más oscuro...
"¿No es un maravilloso espectáculo celestial? ', exclamó con entusiasmo, sin dejar de señalar el horizonte, ignorando por completo el zepelín que flotaba en el aire a sólo unos cientos de metros de distancia.
Rose puso los ojos en blanco al principio, pero luego los entrecerró, porque algo andaba mal con la aeronave. Parecía haber perdido altura, pareciendo casi como si estuviera a punto de descender sobre uno de los campos cercanos.
Un escalofrío recorrió su espalda porque no quería creer que fuera una coincidencia. ¡Maldita sea, eso olía a problemas!
"Sí... eso es muy lindo...", respondió con un tono escéptico y luego trató de llamar la atención de su acompañante sobre el peligro "Doctor, usted..."
El hombre que estaba a su lado simplemente ladeó la cabeza, se rió a carcajadas y dio unos pasos de baile hacia un lado. Se sorprendió de que él no tropezara, pero también logró sacar una bolsa de su bolsillo con un movimiento similar.
Rose se detuvo, confundida.
¿Qué significaba eso para todos los Daleks ahora?
"Eso te hace querer un bebé de gelatina de inmediato, ¿no? ' Pero en lugar de apuntar la bolsa en su dirección y ofrecerle los dulces, la extendió hacia los restos de un refrigerador desechado junto a él. "¿Quieres uno también? "
Rose jadeó, preguntándose seriamente si no estaba tratando con el doctor o su reflejo, sino simplemente con alguien que en realidad había escapado del asilo.
Sin embargo, eso se olvidó al momento siguiente, porque el entorno que los rodeaba cobró vida. Dos hombres vestidos con camuflaje militar emergieron de su escondite entre la hierba, con metralletas en mano y concentrados. Las bocas de las armas desbloqueadas apuntaban a ambos.
"¡Manos bien alejadas de la ropa, arriba y detrás de la cabeza! ' ordenó el hombre de cabello gris que estaba parado a su lado. Rose obedeció instintivamente, sabiendo por experiencia que era más saludable obedecer que resistirse. Llegaría otra oportunidad para engañar a los chicos... esperaba.
El otro pistolero, mientras tanto, agitaba su arma y siseaba enojado al hombre de cabello castaño: "Y tú, ¿no lo escuchaste? Finalmente, levante las manos... y por favor deje caer la bolsa".
"¿Crees que es aconsejable? ", respondió impasible la cabeza rizada y sonrió amistosamente al hombre. "¡Realmente deberías probar uno! Levanta el ánimo en un día fresco y húmedo como este", dijo con calma. "Mira, realmente no tenemos que usar armas para discutir esto".
"¡Ya tuve suficiente de la estúpida charla, hombre! ¿Tienes tomates en las orejas? "
"Si me explicas exactamente cómo es eso, ¡puedo echarle un vistazo! Los ojos azules se abrieron con sorpresa cuando le colocaron la boca de la metralleta justo debajo de la nariz. "Sólo quiero aligerar un poco el ambiente-"
"Cállate y haz lo que te digo. Tengo el dedo en el gatillo muy nervioso".
"Es una lástima que no puedo convencerte de mis honestas intenciones. El médico finalmente obedeció y miró con tristeza la bolsa de papel cayendo al suelo mientras se ponía las manos detrás del cuello y cortésmente las dejaba allí.
"¿Y qué sigue? como podemos ayudarte? ', preguntó entonces cortésmente.
"Dciéndonos qué está haciendo aquí, señor. ¿No leíste las señales? ¡Esta es una propiedad privada que tú y tu lindo amiguito habéis invadido! ' gruñó el canoso. "Y eso te meterá en muchos problemas".
"¿Ah, de verdad? Lamentablemente no vi ningún cartel con este contenido, entonces, por supuesto, los habría seguido", explicó inocentemente. "De hecho, pensé que este terreno con la fábrica era tierra de nadie. Al menos eso me aseguraron cuando pregunté por los edificios", el doctor continuó charlando y luego le guiñó un ojo furtivamente a Rose. "Sólo quería conocer a la bella joven de aquí... en una cita, como dice el refrán..." él audazmente tomó prestada su mentira piadosa.
Rose entendió instantáneamente lo que él estaba tratando de decirle y lo aceptó sin dudarlo, mirándolo con adoración y agregando con un profundo suspiro: "Debes saber que el día de San Valentín nos impactó totalmente y como a mis padres no les gusta Lo veo cuando salgo con un hombre mayor, nosotros..."
"¡Cállate los dos! -interrumpió venenosamente el joven pistolero. "¡Puedes guardar las tonterías para los demás y no molestarnos con ellas! "
"Ah, ¿y para quién deberíamos reservarlo? -preguntó el médico con curiosidad. "Me gustaría saber con quién me metí en problemas. A excepción de los padres de esta joven, claro. Volvió la cabeza hacia Rose y la miró con pesar. "Lo siento, todo resultó así, amor".
Ella sonrió torcidamente, recordándole los viejos tiempos en el otro universo en ese momento. "Yo también... debería haber tenido más cuidado con quién estoy saliendo y dónde hace unos días".
Ella lo miró con entusiasmo, con el corazón latiéndole en la garganta. Si se pareciera un poco a "él", el médico le daría una señal inequívoca. Porque ya había usado la primera parte de la táctica: distraer y adormecer a los enemigos con charlas si no podía convencerlos.
Sin embargo, el mayor no pareció ser estúpido y también olió el asado. Hizo un gesto severo. "Lo descubrirá muy pronto, señor. Ahora ponte de rodillas y mantén las manos detrás del cuello, ¿vale? "
"¿Puedo comentar que la joven se golpeó la rodilla?"
"¡Eso es suficiente para mí, muchacho! ' El joven agitó su arma para cortar la cabeza marrón y rizada, pero en ese momento el delgado cuerpo del médico cobró vida.
Sólo hubo movimientos pequeños pero fluidos con las manos y la parte superior del cuerpo, pero fueron suficientes. Antes de que el pistolero se diera cuenta, su propio impulso lo impulsó hacia adelante, en dirección a su colega, quien también quedó desprevenido y distraído momentáneamente. Eso fue suficiente para arrebatarle el arma y usarla para derribar al más impulsivo, quien cayó tendido en el pasto.
"Odio las armas. El médico se quedó mirando la metralleta con disgusto por un momento, luego la arrojó lejos y aplaudió.
"¡Y ahora corre! ¡Vamos!"