Wildness

By Nelsy_diazr22

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Un error, dos días, tres caprichos Una equivocación lleva a Gavrel con alguien diferente a lo que pensó. Sin... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23

Capitulo 10

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By Nelsy_diazr22

Gavrel

Vergüenza es lo único que siento en este momento. Verme en una situación tan...

__ ¡Hola! - saluda Arleth como si fuera una de sus entrevistas. - ¿Cómo estás?

Guardo silencio porque esas vibras buenas que lanza solo son una máscara que le quiero arrancar. Lo haré y esta vez no podrá disimular que su coño resiste mis folladas.

__ Hola a todos. - levanta la mano para saludar a los dos sujetos con cara de pandilleros en la celdas. - ¿Y ustedes porque están aquí?

__ Asalto a mano armada. - dice uno queriendo verse intimidante, mientras entro a esa celda.

__ ¡Que cool! Yo siempre quise hacerlo, pero no me dejaron. - forma una conversación con el tipo mientras me quitan las esposas. - ¿Y tú?

__ Soy inocente.

__ Yo también, pero nos juzgan sin conocernos. - comenta ella. - Son unos desconsiderados. Hay que hacer un sindicato para hacer valer nuestros derechos.

Volteo los ojos.

__ Tengo derecho a una llamada. - le dice al policia que ya tiene harto. - Debo hacerla.

Me mira esperando a que lo haga también, pero solo niego. Al menos me la quito de encima un rato.

Un respiro de ella es lo que necesito.

Me siento en la cama, reclinando mi espalda en la pared para cerrar los ojos un rato. No tengo ni que mover las manos para que vengan por mí.

Percibo el cambio en mi entorno, alertandome de los sujetos que tengo frente a mí.

__ Que buenos zapatos. - me dice uno de ellos. - Son de mi talla.

__ No estoy preguntando. - respondo.

__ Te estoy diciendo que los quiero. - declara con tono serio, muestra sus puños como si eso fuera a darme un poco de temor. - Sácalos y dámelos.

__ No estoy de humor. - contesto simple. Me incorporo sin ninguna prisa.

__ Te dije que...

Mi puño golpea su garganta en un movimiento rápido, haciéndolo doblarse, lo tomo de la camisa y lo lanzo contra los barrotes, en tanto el otro retrocede con las manos en alto, indicando que no quiere pelear.

Vuelvo a sentarme y me recuesto en el mismo sitio queriendo olvidar que fue mi culpa estar en una celda al final de cuentas. Pero me las va a pagar la desgraciada. Le voy a romper el culo cuando le ponga las manos encima.

Solo se gana castigos y lo que más me jode es que sigo cayendo como imbécil en sus juegos.

Minutos después de cerrar los ojos escucho ese zapateo inusual entrando al lugar de nuevo. Como si esto fuera una experiencia única para ella.

«Ni que estuviera en un musical. Demente»

__ ¿Que le pasó? - pregunta al ver a su gran amigo y compañero tirado en el piso tratando de recuperar el aire. - ¿No puedes hablar?

El tipo niega, forzándose a respirar sin perder la calma, como si el dolor en la zona fuera a desaparecer de ese modo. No lo hace, fui forjado con ellos.

Cruzo los brazos sobre mi pecho para dormirme, tal vez así olvido a la loca que le hace conversación a los tipos con el pasar de los minutos, contándole sobre qué pasó una noche horrenda.

No pienso prestarle más atención, así que solo me mantengo en mi puesto.

__ Gavrel Mikhailov, arriba. - me habla un oficial, suspiro al hacerlo. Me pongo de pie viendo a mi madre con una muestra clara de molestia.

Solo le resto importancia cuando esta termina por reírse. Muy cómico para ella, pero estoy harto de este mierdero y de la gata salvaje que nos metió en esto.

__ No tuve problemas de estos con los mellizos, pero contigo sí. - me abraza. Acuna mi rostro y vuelve a reír. - ¿Disturbios en la vía pública? Tú no haces disturbios, Gavrel.

__ Exageración de los policías. - digo.

__ De seguro Dante ya se enteró, pero le envié un mensaje.

__ Ya no importa. Solo quiero dormir. - le indico que pase primero.

__ No se confíe de ese idiota. - le habla Arleth. - Parece buena persona, pero es un barbajan. Un bruto y un secuestrador.

Mi madre la repara un segundo, sonríe y me pregunta con la mirada si la conozco, niego en respuesta.

__ Arleth, mucho gusto. - estira la mano ella.

__ Arleth...

__ Ambrosetti, si conoce a mi padre, Ethan Ambrosetti, jamás le comente que estuve aquí. - le pide.

__ ¿Hija de Ethan y Stephanie? - la sorpresa en el rostro de mi madre es evidente.

__ Sí los conoce. - se alarma la miniatura.

__ Claro que los conozco. Pero sus hijos no se dejaban ver desde que Erick tenía 16. - se acerca y no entiendo porqué no nos vamos. - ¿Que haces aquí, linda?

__ Un imbécil me encerró en su auto, me hizo dormir ahí y me acusó de ser violenta. Terminé aquí acusada de disturbios en la vía pública.

__ Sus razones tuvo que tener. - digo al aire. Siento sus ojos sobre mí, pero no digo nada. Observo a mi madre acusarme con la mirada y no digo nada. Se seguro ya lo sabe, no hago ni esfuerzos en negarlo.

__ Ya llamé a mi hermano para que envíe a alguno de sus conocidos aquí. - le dice. - No tardará.

__ Veré qué puedo hacer. Si es lo que dices de seguro solo será una multa también. - mi madre trata de ser optimista.

__ No quiero molestar...

__ Alana Mikhailova. - se presenta y Arleth abre los ojos en demasía.

__ ¿Y Gavrel es su...

__ Hijo. - contesta y hago mala cara con la sonrisa que me dedica los tres centímetros de persona que está tras la rejas. - Vuelvo en unos minutos. Cariño, quédate con ella. Total, desconocidos no son por lo visto.

__ No es necesario. - intenta mediar.

__ Mamá, no tengo tiempo de...

__ Se metieron juntos en la cárcel, quedarse unos minutos solos, será nada. - camina lejos de nosotros con una risa pícara en los labios, solo espero que al menos no tarde.

De pronto veo muy interesante las marcas en la pared, el piso y el fondo en la pequeña ventanilla para que el aire entre.

__ Te odio. - dice de repente. - ¿Me escuchas, Gavrel Mikhailov? Cada parte de mí te odia.

__ Tu coño no dice lo mismo, así que callate. - trato de mantener la calma y no perder la paz que ya está por terminarse.

Me esforcé demasiado para no ser impulsivo jamás, pero me saca de quicio un centímetro de persona que me clava los ojos de encima.

__ Te odio. - vuelve a decir.

__ Mmm. - sale en un gruñido de mi garganta.

Necesito alejarme de ella. Es demasiado caos para alguien tan pequeño, no debería caber ahí. Nada debería caber en ella, pero lo hace muy bien.

__ Te odio. - repite.

__ Bueno ¿te piensas callar? - me exaspera que no puede mantener la lengua quieta.

Es una insolente de lo peor, una gata que le gusta sacar las uñas todo el tiempo y una cosita pequeña que posee belleza y...

__ ¡Listo! Ya todo está resuelto. - exclama mi madre de repente y suspiro porque al salir de la estación podrá irse para donde guste y dejar de joderme la existencia.

__ No olvides que te odio. - dice por lo bajo antes de sonreírle a mi madre. Abren la celda y paso pirmero.

__ Gavrel, cariño recuerda que la caballerosidad es una virtud muy agradable.- detengo mis pasos, debo morderme la lengua para no decirle que a quien acaba de sacar de la cárcel es una insoportable.

__ Ya oíste. Deja pasar a las damas, bestia. - susurra la hija de... - Adios, chicos. Disfruté este tiempo con ustedes. Nunca cambien, o si quieren sí.

Alana se ve muy divertida con lo que ve, mientras yo solo quiero por primera vez soltar un grito de frustración. Pero me recuerdo que no puedo perder la calma jamás. En todo el camino me digo lo mismo, porque básicamente es una prueba, un prueba horrenda que solo sirve para que me entren ganas de dejar de ser una buena imagen.

Necesito quitarme la molestia con alguien.

__ ¡Remy!

«No puede ser»

La maraña de pelo me deja sin vista al tiempo que me rodean el cuello con efusividad. La detengo de la cintura y termino por reír al ver que la otra viene también con ella.

__ Esto era una sorpresa para mi ratón Remy, pero la sorpresa me la llevé yo. - dice Zarya con una risa divertida. -¿Que haces en una cárcel?

__ Me dieron ganas de conocerla y pedí una noche en ella. - hace mala cara ante mi respuesta, pero es la culpable por hacer preguntas tan obvias. Por gusto no estoy y con buena compañía menos.

__ Te dije que se oía más amargado que de costumbre. - exclama Leska. -Parece que no tuvo una buena noche.

__ Luego se dicen sus cosas. -interrumpe nuestra madre. - Ella es Arleth Ambrosetti, hija de un gran amigo de su padre, que...

__ ¿Ambrosetti? - cuestiona Leska. -¿Que es Mónica de tí?

__ ¿Mónica? - Arleth se ve extrañada. - Yo no...¿Mónica Preston?

__ Supongo. - le dice mi hermana. - Es que me regaló un vaso con agua.

Zarya solo levanta las cejas y disimula la risa que le causa oír a su hermana recordar a personas por algo tan simple.

__ Hola, soy Zarya, no me regalaron un vaso con agua, pero sí ubico a tu familia. - extiende la mano para saludar a la salvaje. - ¿Como conoces a mi hermano? Porque esa cara de Gavrel la hizo solo una vez y ahora se ve más pronunciada, lo que indica que debo preguntar.

__ De seguro será buena anécdota. -comenta Leska.

__ Zarya tus hijos. - le recuerdo.

__ Ellos están dormidos, además duermen como si trabajaran, así que no te preocupes por ellos y mejor suelta la lengua. - intento que no se me note la vena que se provocó por tener a una salvaje, una curiosa y una chismosa en un mismo sitio.

__ Bueno, basta de presentaciones, debemos irnos. - Alana se adelanta para abrir la puerta - ¿Tienes como regresarte?

__ No, yo voy a mi apartamento por mi maleta. Me iré de regreso a New york. - explica la chiquilla. - Gracias por todo.

__ No te despidas aún. Te llevamos. -ofrece y sello los labios, me doy la vuelta maldiciendo que sea tan atenta siempre. Ahora entiendo a mi padre cuando se queja de eso, pero no puedo decir nada porque de seguro sacarán conclusiones no tan erradas a este punto.

__ No quiero molestar. - declina ella.

__ No molestas. - Leska la toma de una mano. - A cambio solo dinos ¿que eres de Gavrel?

__ Personas. - contesto y hace un gesto de enojo.

__ Que chistoso. Ahora pediré más detalles. - no suelta a la salvaje y a mí ya todo me da igual. Mientras ella no diga...

__ Lo conocí por accidente, pero no sabía que era hijo de un amigo de mi padre...

Debo bancarme la historia exagerada de Arleth que cuenta detalles sacados de su imaginación porque yo no recuerdo nada de esa habitación diminuta más que ver a una chiquilla que me dijo de todo, sin preguntar nada.

Nos detenemos frente al apartamento de la salvaje y esta se apresura por su maleta, mientras dice que tendrá que esperar por encontrar lugares vacíos o quedarse horas. Es mi madre quien le por medio de una llamada le dice a mi padre que le busque lugar en el próximo vuelo y este acepta, quedándose en la llamada luego de conseguir que Arleth pueda irse.

__ Yo le enseñé a ser todo un caballero. - se jacta mi hermana menor.

__ Debió ser muy difícil saber que no aprendió nada. - contesta Arleth y la aniquilo con la mirada.

__ Lo fue. - finge estar triste. - Es duro no poder desahogarse de algo así.

Las tres se burlan de mí con gran descaro y es algo que no puedo creer que esté oyendo, pero más de malas me pone el oír a la salvaje dar detalles que solo me avergüenzan más.

__ Menos mal no lo volveré a ver en la vida. - celebra. - Ustedes son agradables, él no.

__ ¿Como llegaron a la cárcel? - la voz de Zarya me hace apretar el ceño. - Mi madre de seguro pensó que sería yo, aunque casi se cumplió no fue así, solo fue una interrogación normal podria decirse.

Se queda pensativa como si trajera recuerdos a su mente.

__ Luego se casó con quién la interrogó. - suelta Leska.

__ Fue una condición para dejarme ir. - se excusa la otra. - Soy buena negociante.

__ ¿Estos tres preciosos son tuyos? - le pregunta a Zarya.

__ Mitad míos y mitad de soberbievans. - exclama con una risa divertida. - Aunque falta mi hijo mayor. Va en el otro auto porque aquí no cabe.

__ ¿Cuatro hijos? - se asombra formando una bonita O con sus labios.

__ Es un mastín italiano, precioso. Se llama Cerbero. - muestra una fotografía de ella junto a su perro gigante.

__ Está gigante ¡Me encanta! Entre más grandes, me gustan más. - el codo se me desliza de la ventanilla en donde lo llevaba apoyado, al tergiversar la idea. - ¡Es adorable!

__ ¿Tú tienes...

__ Cinco gatos. - dice Leska. - No estoy casada aún, ni tengo hijos más que Nefertiti, Faraón, Alaz, Mokosh y Ares. Dos niñas y tres niños.

Al menos les escogió nombre y no los llama por Yan, Yen, Yin y lo primero que se ocurriera.

__ Me regalaron una mascota, pero soy alérgica, no pude conservarlo. Tengo custodia compartida con Erick. - se ríe y las cabras locas que tengo por hermanas parecen muy interesadas en saber cada dato. - Seré tía dentro de unos meses.

Les sigue contando muy ilusionada de lo que considera preciado para ella, mientras observo como cada vez que sonríe, su curva de cupido se hace más notable.

__ Llegamos al aeropuerto. - avisa mi madre dejando la llamada que la tuvo ocupada por todo el camino.

Todas se bajan, prefiero lidiar con el perro que se me lanza encima cuando le abren la puerta y no con ellas. Al menos Cerbero guarda lo que piensa.

Veo a mi madre decirle a la chiquilla que podría encontrarla luego en New york, mis hermanas se despiden y siento las miradas de las tres sobre mí.

__ Un caballero acompaña a una dama hasta su carruaje. - dice Leska.

__ ¿Y eso qué?

__ Es una indirecta, Remy. - me dice la otra.

__ La entendí, pero sigo sin entender ¿que tiene que ver? - replanteo.

__ Que te pido amablemente que vayas y la dejes en la puerta del avión. - declara mi madre. Quiero refutar, juro que sí, pero molestar a la chiquilla también es agradable.

__ Quédate con tu dueña. - le digo al perro.

__ No soy su dueña, es mi bebé grande. - se pone de cuclillas sin prestar atención a todos los que se fijan en ellos dos. Lo mima como si no fuera un animal de casi sesenta kilos y con una mandíbula que si le ordenan usar es capaz de arrancar la pierna o cabeza de una persona.

Recorro el pasillo hasta que la veo con la mirada fija en su boleto.

__ Piernas cortas aún. - le digo tomando la maleta.

__ No me han crecido desde hace treinta segundos que bajé del auto, gracias por la observación. - ironiza. - ¿Que quieres? Dijiste que no querías verme, sin embargo aquí estás.

__ Por aparentar, no porque me caigas bien. - respondo.

__ ¡Uh, me dolió! Pero me duele más la espalda. - camina como si nada le importara. - Está es mi fila. Gracias, galante imbécil.

__ ¿Disfrutaste que te azotara el culo? - le pregunto sin importar quien nos escuche.

__ Eres un nefasto.

__ No sabes cómo voy a disfrutar cobrando que me hayas hecho pisar la cárcel. - le digo de cerca. - No serán contadas las palmadas, sino las horas donde vas a suplicar porque te folle, pero no lo haré.

__ Tengo resistencia. - se jacta.

__ Eso me gusta. - rozo sus labios. - Ahora vete y descansa.

__ ¿Me irás a buscar? - simula voz emocionada.

__ No, tengo a alguien importante que hace mucho no visito en New york, dijo que me extraña y tengo ganas de ir. - hundo los hombros.

__ Jodete, Mikhailov. - espeta con su dedo medio al frente. - Adiós, barbajan.

__ ¿Adoptas palabras de todo lugar que visitas? - cuestiono.

__ Y aún no saco los insultos mexicanos reales. - exclama pasando su maleta a la otra mano. - Pinche mam...

Su insulto queda a medias cuando estampo mis labios a los suyos en un beso fugaz que le enrojece las mejillas.

__ Adiós, salvaje. - me doy la vuelta rápidamente para dirigirme a la salida, sin embargo el que algo impacte en mi espalda me hace verla y la muy inmadura se hace la tonta al ver que bajo la vista para mirar el lápiz labial que me lanzó.

Lo junto y lo meto a mi bolsillo sin decirle nada.

__ Nos dirás todo. - dice Leska.

__ Todo. - exclamo subiendo al auto junto a Cerbero. Le pongo seguridad a la puerta, pudiendo oír aún el descontento de Zarya y Waleska.

Por más que quieran que hable no pienso hacerlo, simplemente porque no se me da la gana.

Llegamos a su hotel y envío a uno de los hombres de mi padre por mi auto. No me gusta quedarme sin el Bugatti modificado que compré al saber que era el único de su existencia. No soy fanático de coleccionar auto, pero la tecnología de ese es única y se me antojó tenerlo.

Subo al penthouse en donde está el korol enmedio de una llamada, lo saludo a la distancia y este me corresponde antes de recibir a su esposa que besa, cortando la comunicación para darle toda su atención.

__ ¿Que son? - insiste Leska.

__ ¿Que son que? - sigo mi camino.

__ Tú y Arleth ¿Que son?

__ Ella una salvaje, yo una persona que quiere darse un baño. - contesto cerrando la puerta. - Deberías preocuparte por Jordan y no por mí.

__ ¡Maleducado! - ignoro su voz metiéndome a la ducha donde me relajo con el agua que cae a mi cabeza por largos minutos que me quedo solo existiendo.

Me visto rápido, quitando el exceso de agua para poder salir, viendo que mi sala hace mucho no se llenaba como lo está con todos ellos presentes.

__ El enfrentamiento de Genrich es esta noche. Damien llegará directamente al sitio y nosotros debemos prepararnos. - alega mi madre organizando a todos. - ¿El comandante vendrá?

__ Salió con Reed, tardará más. - contesta mi hermana.

__ Jordan viene llegando. - dice Waleska y mi padre bufa, no es un secreto que no le cae nada bien.

__ Amor, ¿Podrías llevar a Cerbero a hacer sus necesidades, mientras ayudo a Zarya con las cosas que le dejará a los bebés? - le pregunta Alana a mi padre.

__ Me llevo mejor con el perro que con...

Guarda silencio cuando mi madre lo voltea a ver impidiendo que diga algo referente a Jordan Mc'calister.

Toma la correa y sale del apartamento en lo que le respondo correos a Arantza, avisando que en la noche no estaré disponible por ningún motivo.

Me meto a una de las plataformas sociales en donde lo primero que me aparece es Arleth en el aeropuerto, con una sonrisa gigante en el rostro y al pie de la foto la frase "Y recuerden amigos, más vale puño soltado que contenido"

Arrugo la nariz al leer su gran filosofía. La madurez quiere entrar en ella, pero...

__ ¡Te descubrí! - grita mi hermana atrás de mí. Apago el móvil como si nada para verla. - No te hagas. Estabas viendo a...

Unos ladridos feroces se oyen afuera, nadie presta atención, pero Alana se cansa y se asoma a la ventana, todos las seguimos, solo para ver a Dante con el cane corso sostenido de la parte posterior de su cabeza, mientras Jordan baja del vehículo.

Parece que lo quiere liberar, pero al final lo deja pasar, quedandose con el animal que le obedece cuando le habla en ruso.

Leska recibe a su novio, cargo a mis sobrinos, quienes al parecer su deporte favorito es dormir.

La pequeña es la que más sensible al tocarla, no le gusta que interrumpan su sueño por lo que me río al verla bostezar en mi brazo. Los otros dos ni se inmutan al ser tomados como los pequeños bultos que son aún.

Anastasia es un nombre un poco largo, por lo que todos la llamamos Anasya y a ella tal vez le gusta porque cuando lo escucha abre los ojos, mostrando ese color negro intenso, reflejado en su mirada, el azul predomina en los otros dos y el contraste de los tres juntos simula una barrera irrompible.

Su madre los carga, llevándolos a uno de los cuartos para que duerman, mientras escucho un ruido de auto llegando.

Cerbero se levanta rápidamente, pidiendo que le abran la puerta, es mi madre quien lo hace, mientras Zarya pasa casi corriendo hacia la salida.

Me levanto cuando veo que es hora de partir, en media hora aproximadamente inicia la pelea de Genrich y no nos gusta llegar tarde.

Veo al comandante con Zarya pegada a su cuerpo y prefiero ignorarlos, luego de saludar del mismo modo que a mi padre cuando llegué.

Abordo mi auto cuando veo la puerta del copiloto abrirse.

__ Estamos solos y necesito información. - me dice mi hermana.

__ ¿Música? - pregunto y niega. - Espero que el volumen sea el adecuado.

Con el comando de voz lo activo y por más que lo intenta no puede apagarlo porque solo funciona con la mía. En todo el camino grita, pero Calvin Harris resuena y al final termina por rendirse.

Aparco frente al edificio, es un lugar reservado especialmente para este tipo de espectáculos en donde solo los más exclusivos empresarios pueden entrar. Veo a mi padre de la mano con mi madre, a quien todos sus hombres cuidan que nadie la toque, en tanto ella disfruta caminar a lado del hombre de casi dos metros que la hace reír.

Zarya aparece atrás, a su lado el comandante que contesta una llamada sin soltar su mano, acribillando a todo aquel que ose en mirarla.

Del mismo modo llegamos a nuestros asientos. Ofrecen bebidas a todos, pero solo Jordan termina por aceptar, cayendo más en el desagrado de mi padre, pues este sabe cuánto peligro puede haber en algo ofrecido en sitios como así, donde hay competencia para él y enemigos disfrazados de personas comunes.

Pide que le sirvan de su propio whisky, el cual su consejero es quien carga a todos lados.

Damien aparece y nos saludamos con un movimiento de cabeza cuando este se sienta al lado de Leska, junto a Briana, su esposa.

Genrich sube al ring, pronto el otro también lo hace y cuando el referi da las instrucciones se nota la falta de reglas que habrá.

Observo el móvil y cuando se reinicia la plataforma vuelve a verse fotografías de Arleth llegando a New york, sonrío sin quererlo al verla haciendo caras, pero todo se esfuma cuando leo en el pie del carrusel de fotos "Te extrañé tanto, Baxter, que voy a comerte a besos"

Mis dedos tamborilean en mi pierna, mientras le doy de comer a mi instinto naciente por ese olor a metálico que inunda mi nariz. Algo en mi estómago se siente asquerosamente incómodo, pero me recuerdo dónde estoy por lo que solo me concentro en la pelea que sigue dándose en el ring.

__ Es un buen peleador. - dice Jordan a mi lado. - Todos los Mikhailov lo son.

El comandante lo ve por el rabillo del ojo y comprendo ese gesto de no gustarle alguien que considera un lame botas.

__ ¡Nuestro ganador indiscutible! - vocean al Genrich levantar las manos ensangrentadas con esa risa victoriosa por ser el vencedor.

Todos aplauden y se afanan porque los vea. Él nos enfoca y sonríe.

Es todo lo que tenía que hacer, presentarme a su pelea y al terminar puedo marcharme.

__ ¡Al parecer nuestro campeón quiere hacer un reto! - volteo la mirada porque me está quitando tiempo. - ¡Y el contrincante ya fue elegido!

La multitud se levanta en aplausos hacia el ganador de la pelea. Mi padre ni se inmuta, ya que son cosas que él ve todo el tiempo y a este punto nada le sorprende.

Pero Genrich hace algo que nadie esperaba. Mira en nuestra dirección, alza el puño y luego extiende dos dedos directo al korol, el cual sigue bebiendo de su whisky, sin alterarse, pese a que acaba de ser retado por su primo a una pelea.

__ Amor. - le dice mi madre.

__ Calma. - entrelaza sus dedos para tranquilizarla.

__ No harás esto, ¿verdad? - le habla Leska.

__ Considero que el korol puede optar por no aceptar el desafío. - le dice Damien.

__ Puedo, pero no quiero. - se levanta de su silla, retira su gabán, le da un beso a mi madre y avanza con la vista al frente, enmedio de todos los que no se atreven ni a moverse al ver caminando al hombre temido que es Dante Mikhailov, con un objetivo fijo.

Demostrar porque la sola mención de su nombre, es para correr.

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