El Ángel del Diablo. | II DIA...

By Ursahe

45.9K 3.8K 498

El tiempo había pasado y la venganza de Davina fue lo que le llevó a irse lejos de Diablo, sin embargo, el de... More

-SINOPSIS-
-CAPÍTULO 1-
-CAPÍTULO 2-
-CAPÍTULO 3-
-CAPÍTULO 4-
-CAPÍTULO 5-
-CAPÍTULO 6-
-CAPÍTULO 7-
-CAPÍTULO 8-
- CAPÍTULO 9 -
- CAPÍTULO 10 -
-CAPÍTULO 11-
- CAPÍTULO 12 -
- CAPÍTULO 13 -
- CAPÍTULO 14 -
- CAPÍTULO 15 -
- CAPÍTULO 16 -
- CAPÍTULO 17 -
- CAPÍTULO 18 -
- CAPÍTULO 19 -
- CAPÍTULO 20 -
- CAPITULO 21 -
- CAPÍTULO 22 -
- CAPÍTULO 23 -
- CAPÍTULO 24 -
- CAPÍTULO 26 -
- CAPÍTULO 27 -

- CAPÍTULO 25 -

1K 112 11
By Ursahe

DAVINA

Cuando volvimos del baño estaban los chicos hablando con su grupito de mafiosos. Juntos podrían ser la nueva "boy-band" de moda. Solo con imaginármelos en un escenario me entraba la risa. Raynard paso su mano por mi cintura mientras hablaban de los ligues de Emilio, mire de reojo a Aria que soltó una enorme carcajada por la barbaridad que debía de haber soltado el argentino por la boca y yo no me había enterado de nada por estar metida profundamente en mis pensamientos.

Con demasiada rapidez la mano de mi amiga fue a mi muñeca, le mire confusa por su brusca acción. Sus ojos me miraban suplicantes.

- Necesito que me acompañes a la habitación. – Arrugué la nariz sin entender que le pasaba. – Por favor...- Suplicó.

- Si, claro. – Me gire a Ray que me miraba con una hipnotizante sonrisa. – Ahora volvemos, Aria necesita ir a su habitación. – Me dio un suave beso.

Aria me arrastró por las escaleras que daban al salón de baile o banquete, como quisieran llamarlo. Justo antes de subir un camarero nos paró.

- ¿Todo bien? – Le miré unos segundos quitándole del medio.

- Todo perfecto, si nos disculpas. – Subí agarrando el brazo de mi amiga firmemente.

Cuando llegamos arriba nos metimos por el segundo pasillo a la derecha del inicio de la escalera. Caminamos apresuradamente hasta llegar a su habitación que abrió con una llave personal, pues cada mafioso tenía una habitación asignada.

Cuando entramos sus ojos estaban cristalizados, y si yo no entendía nada antes ahora lo hacía menos. Me acerqué preocupada abrazándola, apoyé mi barbilla en su coronilla antes de hablar.

- ¿Qué pasa Aria? – Esta soltó un pequeño sollozo.

- Me he hecho un poco de pis encima... - Hipo.

Abrí los ojos poniendo mis manos sobre sus hombros para poder mirarla fijamente.

- Pero... si acabamos de ir al baño, y...

- ¡Pero estoy embarazada! Y me hago pis a todas horas. – Aprete los labios evitando reírme. - ¡No te rías de mí! – Soltó un nuevo sollozo. – Odio las hormonas y odio que Emilio me haya hecho reír.

Solté de poco en poco el aire en mis pulmones para no reírme, la miré con la expresión más cariñosa que pude.

- No pasa nada Ari. – Esta parpadeo alejando las lágrimas. – Venga, vamos a ver cuanto has manchado. – Asintió limpiándose la cara.

Le ayude a subirse el estrecho vestido, al final solo había manchado un poquito su ropa interior, así que le ayude a lavarse y a ponerse unas bragas nuevas. Ambas soltábamos de vez en cuando alguna carcajada por la situacion, pero ¿y qué? Éramos amigas desde que teníamos memoria, para mi ella era mi alma gemela e íbamos a estar en las buenas, en las malas, y sin duda, en las peores.

Siempre.

- Gracias Davi. – Le di un beso en la mejilla quitándole importancia.

- No las des, no es que nunca nos hayamos visto desnudas. – Rodó los ojos con una enorme sonrisa. – Además, espero que cuando me pase a mi me limpies mis partes igual de bien. – Me dio un codazo a la vez que soltábamos a la vez una carcajada.

- Eso es verdad. – Sonreí de vuelta agachándome para ponerle los tacones que se había quitado para ducharse. – Abróchamelos no muy apretados, se me hinchan los pies.

- Vale guapa. – Le saque la lengua.

Una vez ella lista de nuevo se echó perfume y lo metió en su carterita de mano. Yo decidí dejar todo en mi habitación para no llevarlo encima, no pensaba alejarme de Raynard en ningún momento y a cualquier sitio iba a ir acompañada, por seguridad.

Llamarón a la puerta justo cuando Aria se estaba echando una chaquetilla a juego con su vestido sobre los hombros, mi mirada fue hacia mi amiga y luego al trozo de madera que volvió a resonar. Los vellos de mi nuca se erizaron por completo y un malestar momentáneo me apretujo el estómago.

- Abro yo, tu quédate ahí. – Susurré.

- Davina no creo que... - Le miré con seriedad haciendo que se callase. – Vale... - Susurro de vuelta poniendo sus manos sobre su barriga abultada.

Camine hasta la puerta mirando de reojo una daga colgada en la pared.

Muy conveniente.

La escondí tras mis espaldas y gire el pomo abriendo, no del todo, la puerta. El camarero que nos había cortado el paso antes estaba en frente con una sonrisa demasiado radiante y un paño sobre su brazo.

- ¡Oh! Es el camarero. – Habló Aria.

Sin embargo, algo raro estaba con él, cuando mi amiga intento avanzar le corte el paso. Este saco una pistola provocando que yo me activase por completo. Empuje a mi amiga atrás metiéndola completamente en la habitación. Le di una patada a él clavándole el tacón en el abdomen haciendo que se golpease con la pared de fuera del pasillo. Cerré la puerta a mis espaldas y me puse en posición de defensa con la daga por delante.

- ¡Cierra la puerta con llave y las ventanas! – Grite para que Aria me escuchase.

Este miro la pistola que estaba en el suelo, de mi golpe la había perdido.

- Va a ser que no. – Gruñí.

Se lanzo a mi con un golpe demasiado torpe, me agache golpeando y alzando mi mano para cortarle en el abdomen. Eleve el brazo para propinarle un gancho con el codo, gire sobre mi y le di una patada sobre la cabeza, esta vez él fue más rápido que yo, agarro mi tobillo provocando que me golpease contra el suelo. Le di un fuerte golpe en la espinilla escuchando como mi tacón se quedaba clavado sobre su piel. Alce el cuerpo del suelo clavándole la daga en la ingle, donde el ser humano tenia una de las venas mas vitales para vivir. La sangre me salpicó por completo cuando saqué el filo. Su grito retumbó en mi oídos. Cayó de rodillas, me levante, no sin antes quitarme los tacones dejando uno de ellos clavado en la parte delantera del gemelo. Me miro desde abajo y sin pensármelo le clave la daga en el cráneo. La saque de ahí bruscamente cuando unos pasos a mi espalda llamaron mi atención.

- Berk! – El segundo hombre vestido de camarero grito el nombre del cuerpo que había a mis espaldas. – Lo has matado... pedazo de zorra. – Escupió al suelo, ladee la cabeza con una sonrisa macabra.

La sangre del tal Beck me escurría por el pelo y la cara, manchándome entera.

Estaba casi al final del pasillo, llevo su mano a su espalda para desfundar su pistola, fui mas veloz y aguda, y lance mi daga a él, se le clavo en el brazo haciendo que la pistola se cayese al suelo y el soltase un gran quejido. Corrí todo lo rápido que pude, cuando estaba cerca me arme con un impulso y salte sobre su cuerpo cayendo ambos al suelo con un sordo sonido. Arranqué la daga de su brazo y fui a clavársela en el cuello cuando me agarró de las muñecas y tiro de mi haciéndome caer de espaldas. Me levante rápidamente a la par de él, la diferencia es que llevaba de nuevo la pistola en su mano. Sin pensármelo le di un patada que no pudo esquivar, su cuerpo se tambaleo hacia atrás, alzo la pistola y cuando apretó el gatillo conseguí esquivar el tiro clavándole la daga en su muñeca, el tiro fue a parar al techo. No fui consciente que estábamos en el principio de la escalera, aunque la visión túnel donde mi objetivo era él no me dejo ver mas allá.

Saque el filo de su carne y le apuñale rápidamente en el abdomen, de su boca empezó a salir sangre. Debía de reconocer que este tipo tenía valor y resistencia, pues siguió luchando, me golpeo la mejilla con el otro brazo, me agache en el siguiente torpe golpe le agarre de la camiseta y le volví a clavar el filo de mi daga en el pecho. Le miré a los ojos, la mano que sujetaba la pistola no tenía fuerza para apretar el gatillo de nuevo, pues hacia un minuto mi daga le atravesó la muñeca. Me tropecé cuando su mano agarro mí vestido, y sin soltarme, caímos rodando por la escaleras.

Cuando deje de dar vueltas y darme golpes me quede tumbada en el suelo de madera durante unos segundos, a lo lejos pude escuchar el grito de alguna mujer y las voces de asombro de los presentes. Me puse en pie, algo mareada y aun cegada por la furia, mire a los ojos helados que tenía en frente, me dio un abrazo cargado de preocupación.

- Era un hombre de Lynx. – Hice una pausa aun ida. – Y arriba hay otro muerto.

El sollozo de Aria llamo la atención de los presentes, sin embargo, yo aun tenia la daga en mi mano y sentía la sangre chorrear por mi cuerpo. Sus manos se posaron en mis mejillas llamando mi atención.

- Estoy bien. – Susurrando, consiguiendo volver en mí. Alce la mirada de nuevo. – Los turcos han conseguido entrar en Alemania. – Sentencie temblorosa.

A mi alrededor había tantas armas que no podría terminar de contarlas nunca.

- ¡QUIERO QUE ENCONTREIS A TODOS LOS CAMAREROS Y LOS LLEVEIS A LA SALA DE REUNIONES! – La potente voz de Antoine se hizo presente en la sala.

Todo el mundo comenzó a moverse a mi alrededor con rapidez, aunque para mi en ese momento me daba la sensación de estar en una simulación y todo fuera a cámara lenta. Alguien se había agachado a tomarle pulso. Raynard me tenia sujeta por la cintura, sin separarse de mí.

- Esta muerto. – Aeron era ese alguien. – Podías haber dejado alguien vivo para interrogarle. – Su reproche me nublo el juicio.

Fui a lanzarme a él cuando los brazos de Raynard me agarraron con fuerza.

- ¡ESOS HOMBRES ESTABAN INTENTANDO LLEVARSE A ARIA! – Grite llena de furia. - ¡ESOS HOMBRES HAN INTENTADO MATARME, JODER! – Me revolví en sus brazos. – Suéltame Raynard. – Le ordené.

Sorprendentemente me hizo caso. Sin dejar de mirar al jefe de la mafia irlandese me acerqué a él apuntándole con el filo de la daga.

- Así que no te atrevas si quiera a reprocharme nada. – Furiosa y con la voz cargada de rabia vi como su vista se oscurecía.

- ¿Me estas amenazando? – Dio un paso adelante clavándose la punta del filo en el pecho, observé como Camey le agarraba de la manga de la americana.

- Tómatelo como quieras, Aeron. – Desafiándolo, escupí su nombre separándome de él cuando Aria se lanzó a mis brazos.

Baje el arma y la tire al suelo para abrazar con fuerza a mi mejor amiga. Iba a protegerla siempre con mi vida, acabaría con cada uno que pusiese su preciosa vida y la de su bebe en peligro.

Porque ella tenía alma y yo hacía tiempo se la vendí al Diablo.

(...)

Sali de la ducha donde llevaba metida al menos una hora. Quite todo el rastro de la sangre en la que me había bañado. Con el albornoz puesto me senté en la cama totalmente en blanco. Ni si quiera me había costado matar a aquellos hombres, solo pensaba en proteger a Aria y en acabar con sus vidas. ¿Que dice eso de mi?

¿Piedad? Ellos no conocen esa palabra, así que no voy a ser yo quien la tenga con ellos.

Raynard me acompaño hasta la habitación en silencio, dejo un beso en mi frente y se fue a ayudar abajo con el interrogatorio. Hubo un momento en el que habría apuñalado a Aeron, el autocontrol era algo que tenia que aprender, pero en aquel momento... no vi mas allá. La puerta se abrió y Raynard entro por ella, ya no llevaba la americana ni la corbata, su mejilla tenia manchas de sangre de cuando me abrazo. Mi cara estaba magullada y mi cuerpo lleno de cardenales, aunque me daba igual.

Aria estaba a salvo.

- Hübsch. – Se acercó a mi poniéndose de rodillas en frente, posando sus manos sobre mi cadera. - ¿Estas bien? – Me encogí de hombros.

- Mejor de lo que crees. – Sonrió sutilmente. - ¿Qué habéis descubierto? – Suspiro echándose el pelo hacia atrás.

- Eran solo ellos dos. Igor ha encontrado en sus pertenencias sus pasaportes, eran ilegales. Se habrán colado en algún control. – Gruño poniéndose de pie. – Parte de los hombres de Irina, Aeron y Emilio se van a quedar para aumentar la seguridad en Alemania. – Me puse de pie con él. – Además, en el primer cuerpo encontramos un teléfono. – Achine los ojos pensativa. – Vamos a intentar rastrear la localización de Lynx con una llamada, lo haremos mañana por la mañana.

- ¿Es seguro estar aquí?

- Ahora mismo esto es un fortaleza. – Rodé los ojos. - Hay cinco veces mas de hombres en el perímetro con orden de abrir fuego. – Quizás podía parecer un reproche por mi parte, pero últimamente los fallos de seguridad habían sido brutales. – Me iré a dar una ducha. – Me dio un suave beso en los labios.

Vi su espalda desaparecer por la entrada al baño, la puerta la dejo abierta escuchándose el agua correr del grifo. Me deje caer en la cama con la mirada fija en el techo. Había quitado dos vidas sin pensármelo dos veces, es más, no lo dude en ningún momento, si hubiese dudado podría haber muerto yo y a saber quien más. Estaba claro que esto iba a aumentar mis pesadillas que llevaban unos días siendo menos frecuentes.

Es el precio que a de pagar por ello.

--------------------------------

¡Vaya...vaya...! La chica nos ha salido con mucho coraje en las venas, ¿verdad?

Recuerden comentar y dejar una estrellita por aquí si os ha gustado.

CHAN CHAN CHAAAAAAAAAN

-URSAHE-

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 60.7K 46
Una bebida alcholizada y una habitación equivocada será más que suficiente para cambiarle la vida a la retraída Anastasia, quien hasta el día del inc...
2.8M 195K 58
¿Cómo arruinar una amistad de muchos años en solo una noche? Simple , con una fiesta y alcohol...Mucho alcohol. Chase Macdaniel y Blue Mitchell l...
594K 48K 79
La vida de Colette corre peligro y se verá obligada a contratar a un guardaespaldas. ¿Qué podría salir mal? *** Desde que estaba en preparatori...
251K 15.5K 43
La vida de Erick y Anastasia da un giro radical con la muerte de Anthony Russo, sus planes para formar una vida feliz cada vez se ven más lejanos y d...