Los días siguientes transcurrían de manera normal, bueno no tanto, pero al menos eran estables, Mis encuentros con Minji a escondidas seguían, pero se añadia algo más, las pocas veces que nos topabamos con Bae en el apartamento, ella se acercaba rápidamente y me robaba un beso al despedirse. Había algo de ventaja en los horarios del instituto de Bae y mi trabajo y era el que casi no nos veíamos, aún que si manteníamos contacto por mensajes, y bueno al igual que Minji no podía evitar estar de conquista con Bae por medio del chat, solo que con Bae las cosas eran más intensas, descubrí que ella era impulsiva, era algo típico de su edad.
Una noche mientras estaba en mi cama meditaba sobre los acontecimientos, Bae y Minji, unas mujeres preciosas, y no tenían comparación, cada una era única a su modo. Minji era una mujer con la que me sentía estable, era aquella con la que uno puede disfrutar en todos los ámbitos, era dulce y me apoyaba en todo. Bae, era dulce, tierna pero al tiempo impulsiva, un poco rebelde, era adrenalina, Bae me transportaba a esa época de adolescente en el que experimentas el amor y la pasión por primera vez, estar con Bae, era regresar al ese pasado.
Realmente yo estaba en un dilema, si, había tenido amoríos con dos chicas al tiempo y de alguna manera sabía controlar esas situaciones, pero, ahora era distinto, las dos mujeres que me gustan viven en el mismo lugar y resultan ser mis hermanas.