Hoseok dejó a un lado las propuestas que había recibido para los platos que se presentarían esa semana en el restaurante para observar a Taehyung, quien parecía pensativo y distraído al otro lado del mesón. Era común verlo distrayéndose con su móvil u otras cosas, pero ahora estaba callado y lucía decaído, como si algo malo pasara por su mente en ese instante.
—¿Estás pendiente de tu preparación, no, Kim? —le preguntó, levantando la voz para que lo escuchara.
Taehyung pareció reaccionar ante su llamado, por lo que rápidamente recordó la preparación que estaba realizando. Pareció ir de un lado a otro, observando las ollas hasta que un fuerte quejido salió de sus labios, alarmando a Hoseok de inmediato.
—¡Mierda! —exclamó Taehyung, mientras se sujetaba la muñeca izquierda.
—¿Qué ocurre? —Hoseok había llegado hasta él para ese entonces, preocupado.
—Perdón, por distraído pegué mi brazo a la olla caliente y me quemé —explicó, sujetando su muñeca rojiza—. Continuaré con la preparación en un momento.
Hoseok suspiró pesadamente cuando lo vio yendo hacia el grifo para mojarse la muñeca. Eso hizo que volviera a quejarse en voz alta, pues todavía sentía el ardor en su muñeca.
—Deja de hacer eso, voy a curarte yo mismo —dijo el chef, mientras apagaba las hornillas—. Iré por el botiquín, así que ve al sofá.
—No es necesario, chef, yo...
—No te estoy preguntando, Kim.
Taehyung se sentó en el sofá que le había indicado, sujetando su muñeca todavía. Se sentía un tonto por haberse distraído tanto, mientras estaba cocinando. No debió haber pensado en las palabras de su amigo, ni en la posibilidad de ser rechazado si llegaba a fijarse verdaderamente en Jung. Eso había hecho que su atención se desviara y solo se había conseguido problemas por ello.
—Deberías prestar atención a lo que haces para evitarte este tipo de situaciones —dijo Hoseok mientras caminaba—. No es bueno que sigas distraído en la cocina.
—Lo siento...
Hoseok seguía molesto, pero logró apaciguar su estado de ánimo cuando se acercó al menor y tomó su muñeca con suavidad para colocarle una compresa fría. Estaba dispuesto a realizarlo de inmediato para que la quemadura no fuera tan difícil de manejar después, pero todos sus intentos fueron frenados cuando sobre la piel de su muñeca izquierda, encontró la cicatriz de un corte profundo. Justo sobre la zona de sus venas.
—¿Qué mierda...? —pensó Jung.
Taehyung se percató al instante de que había dejado al descubierto esa parte de su brazo, por lo que rápidamente lo escondió de la mirada del contrario. Hoseok, por su parte, continuó en silencio, procesando todavía lo que había visto. El corte no era pequeño, mucho menos leve. Parecía haber sido profundo, porque la cicatriz todavía perduraba sobre su piel y el tamaño casi abarcaba toda la muñeca.
Taehyung temió que ese pequeño incidente lograra que el ambiente entre ambos se tornara incómodo, por lo que decidió pedirle que no se preocupara y siguiera con lo suyo.
—Puedo hacerlo yo, chef Jung —dijo, mientras intentaba tomar la compresa fría para colocársela él mismo.
—No creo que sepas tratar bien una quemadura, así que lo haré yo —respondió, finalmente, el mayor.
Hoseok volvió a tomar su muñeca y colocó la compresa fría sobre la quemadura. Taehyung se quejó un poco, pero no hizo mucho por oponerse a sus acciones. Esperó todo el tiempo necesario y, luego, sintió el frío ungüento sobre su piel. Ya no sintió demasiado ardor tras ello y solo le agradeció cuando Jung colocó una venda sobre su muñeca.
—Esto es solo lo básico —le dijo Hoseok—. Deberías ir a un médico para que descartes cualquier problema.
—Intentaré ir el día de mañana.
—Eso estaría bien.
Ambos se quedaron en silencio por un largo período de tiempo, hasta que Hoseok observó su reloj y se puso de pie.
—Será mejor que terminemos por hoy. Ve a casa y descansa.
—Pero, todavía no he terminado mi preparación.
—Olvida eso y ve a descansar. Mañana tienes que ir al set y no deberías sobreexigirte antes de eso. Tendrás otra oportunidad para continuar con esa receta.
Taehyung no quería irse, porque en verdad quería terminar lo que había empezado, pero el chef tenía razón. Mañana le tocaba cocinar a su grupo y no podía seguir acumulando heridas o quemaduras esa noche. Así que, simplemente, aceptó.
—Está bien.
Taehyung caminó hasta donde se hallaban su abrigo y su bolso. Guardó todo lo que había llevado esa noche y dejó el mandil sobre el mesón de la cocina. Hoseok lo había observado en todo el trayecto, sin decir palabra alguna para él.
—Nos vemos mañana, chef.
—Adiós.
Finalmente, Taehyung se fue de allí, sintiéndose un poco decepcionado por no haber logrado terminar con su reto de esa noche.