El día que la luna dejó de br...

By marvzcc

468K 18.4K 3.4K

«El día que te lances por el precipicio sin miedo a caer con tanta fuerza va a ser el día en el que en verdad... More

PRESENTACIÓN
BOOK TRÁILER
DEDICATORIA
• PRÓLOGO •
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 17.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Carta I y II.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Epílogo.
Especial | Amor Cristalino

Capítulo 18.

9.4K 405 57
By marvzcc

¡Feliz día del lector!

Aquí un capítulo que iba a ser para el sábado, pero he decidido que actualizaré hoy y el sábado para festejar a todos aquellos lectores.

Gracias por todo!

Capítulo 18.
¿Celoso, Wilston?

A a mañana siguiente —después de dormir como tres horas, o hasta menos—. Jaden y yo parecemos zoombies vivientes cuando nos levantamos con flojera muy a nuestro pesar y nos dirigimos a la cocina para almorzar algo ligero.

Y aunque suene curioso, de no haber sido por la pequeña Melanie que ya estaba sentada en la barra de la cocina limpia e impecable, no nos hubiéramos levantado.

Mi madre y la de Jaden ya estaban de viaje, así que tendríamos 4 días en los que estaríamos solos. Sin un completo adulto, bueno... se supone que nosotros ya lo eramos, aunque no actuaramos como uno.

Isair pasa por nosotros para dejar primero a Melanie y después nosotros llegar a la facultad.

Hannah se ha dormido por el camino, cosa que me causa gracia —y eso que estoy igual o peor—. Así que cuando llegamos a la facultad el auto de Isair se estaciona y él la despierta suavemente y con una sonrisa. Hannah se frota los ojos con flojera y no dice nada.

De hecho, todos nos quedamos callados unos minutos más sin decir nada en el auto. El único sonido que se escucha es el de los demás pasando a lado de la camioneta sin tener idea alguna de nuestra existencia.

Creo que todos tememos que el señor sí que nos haya visto y ahora estemos prácticamente... jodidos.

Y no voy a negar que a mí me dé miedo la idea de que el gato hable por arte de magia y nos delate ante la directora.

Pero eso no se los diré a ellos, claro... seguramente se burlarian de ello por un buen tiempo.

Unos minutos más tarde el pelinegro suelta un suspiro y habla.

—Pues venga ya, vamos a ver que nos prepara el destino.

Todos parecemos nerviosos al caminar en grupo a la entrada de la facultad. Vamos con pasos lentos y temerosos.

Creo que han sido los dos minutos más difíciles de mi vida.

Por suerte, nadie parece prestarnos atención cuando caminamos en grupo. Una que otra chica mira a Jaden sonriendole, pero él parece no darse cuenta.

Nunca se da cuenta de ello, y no sé si me gusta o me parece curioso. De todas formas, siempre lo dejo pasar.

Interrumpo el hilo de mis pensamientos al ver a Daisy prácticamente lanzándose sobre los brazos Jaden. Él pobre apenas puede agarrarla para que no se caiga de cara al suelo.

No la he visto desde la fiesta. Y casi lo agradezco.

Aprieto los labios con fuerza, cuando le da un abrazo y Jaden la separa lentamente un poco confuso.

—¿Desde cuándo eres...?

—¡Hace mucho no te veía!, ¡y ya te extraba!, aparte, no me vas a negar que en la fiesta me dejaste sola, Jaden. ¿Qué te pasa?, ¿dónde quedó la promesa que me hiciste? —pregunta ella en un puchero.

Yo me cruzo de brazos avanzando hacia ellos con el ceño fruncido.

¿Qué promesa?

—¿Qué promesa? —vocalizo observando primero a la rubia y después anclo mi vista en Jaden en busca de una respuesta.

—Yo no hice...

—La promesa de que es mío. Que él jamás tendría ojos para otra chica que no fuera yo.

Levanto las cejas, sorprendida mientras Jaden la observa como si se le hubiera ido un tornillo.

—Yo jamás...

—¡Me lo prometiste, Jaden!, ¿o acaso eres un mentiroso? —le pregunta ella bastante furiosa. Parpadeo un poco por el cambio de actitud que ha tenido de un instante a otro.

Jaden la observa perplejo por unos segundos antes de decir algo.

—Yo jamás fui ni seré tuyo, Daisy —le dice en voz baja, casi en un susurro. Parece cansado—. No quiero serlo. Tengo novia, y para mí no hay ninguna otra chica más que ella en mi vida. Ella es mi prioridad. Así que te pido que dejes de hacer estas escenitas y puedas aceptar el hecho de que no soy y jamás seré de tu propiedad. Y si fuera de alguien, sería de Ashley. De ninguna otra chica que exista en el universo.

Ella aprieta los puños y se acerca a él retandolo.

—¡Eres un egoísta! —le grita Daisy estallando, de verdad parece furiosa. Algunas personas se giran a nuestra dirección, e incluso algunos se quedan a escuchar la discusión—. Siempre me juraste que sería yo y solo yo, ¡ella ni siquiera te conoce, Jaden!, ¡ni siquiera vale la pena!

Jaden tensa la mandíbula de una forma tan obvia que me sorprende. ¿A qué se referirá?

La rubia se voltea hacia Hannah, que la mira con indiferencia. La verdad es que no me imagino a la castaña tratando a alguien mal, por eso me sorprende tanto ver su falta de reacción.

—Y tú qué, ¿de un día a otro ya no soy tu amiga? Eres una maldita falsa, Hannah.

—Falsa fuiste tú en cada minuto que fuimos amigas, y yo fui una estúpida por creerte todas tus tonterías. No vales la pena como amiga, Daisy. Y dudo que lo valgas como persona —espeta en un tono bastante furioso. Estoy tan sorprendida cuando la castaña la mira con desprecio y después comienza a avanzar hacia la entrada de la facultad como si nada. Todos la seguimos de forma casi automática y dados unos pasos escuchamos la voz de la rubia.

—¡Se van a arrepentir, idiotas!, ¡no saben con quién se metieron!

Jaden pone los ojos en blanco y entrelaza su mano con la mía atrayendome hacia él. 

El día se me hace eterno. Con eso de que tengo que ir de arriba hacia abajo y tengo cara de muerto viviente se me complica un poco poner atención a las clases.

Por eso, cuando el día acaba casi suelto un suspiro de alivio, agarro mis cosas y me dirijo a las bancas de las afueras de la facultad.

Empiezo a buscar con mi mirada a un chico pelinegro con cara de desvelo clavada en su cara.

En cuanto lo veo salir y veo todo bien puedo soltar un suspiro de alivio.

Menos mal nadie se ha enterado.

Jaden une su mirada con la mía y se acerca a mí sin rechistar.

Y como cada vez que lo veo, él se adelanta y me da un beso que hace que se me olvide todo por unos segundos.

Siempre que pienso que hasta ahí lo va a dejar sucede que pone su mano en mi nuca y abre su boca sobre la mía. Yo solo necesito eso para estar acelerada.

Le devuelvo el beso con intensidad enredando mis dedos en su pelo, hasta que recuerdo que estamos en un lugar público. No me gustan mucho las muestras de amor en publico.

Aunque... supongo que por él podría acostumbrarme.

Intento separarme, pero él pelinegro suelta un gruñido y le da un mordisco sin mucha fuerza a mi labio. Me separo esperando que él haga lo mismo... pero no. Baja sus labios a mi mandíbula dejando pequeños besos ahí, poco a poco baja a mi cuello...

—Jaden...—le digo a modo de advertencia.

Él me responde por fin separándose de mí bastante acelerado y con los labios un poco hinchados. Hace que suelte una pequeña risa al verlo así y él baja su vista de nuevo a mis labios. Hace un ademán de volver a besarme y me alejo.

—Venga ya, es hora de irnos.

Jaden me engancha del brazo y me atrae hacia sí mirándome a los ojos con súplica en ellos.

—Joder, no sabes lo mucho que me torturas cuando me obligas a separarme de ti. Es hasta doloroso, Ashley.

Le sonrío y le dejo un pequeño beso que no dejó que se prolongue más.
Él se separa, al menos ahora no parece tan molesto.

—No podré acompañarte a casa hoy —me dice con una mirada de arrepentimiento cuando se recompone.

Yo sonrío dándole un abrazo rápido y separandome de él.

—No te preocupes, ya me encontraré a un chico en el camino que sí quiera...

Él abre la boca con indignación.

—Vale, he cambiado de opinión. Que me saquen del equipo de baloncesto. No voy a dejarte ir sola... o acompañada de otro chico...

Suelto una carcajada y niego con la cabeza.

—Qué es broma, Jadensito. Voy sola, no te preocupes, tú solo asegúrate de cuidarte de las rubias.

Él me sonríe pero deja de hacerlo cuando no le devuelvo el gesto. Veo como la nuez de su garganta se mueve cuando traga saliva.

—Lamento mucho lo de la mañana, Ashley. Ella no debió...

—Está bien, es... está celosa, es normal —le digo apretando un poco los labios y después esbozo una sonrisa pequeña—. Pero te tengo a ti, así que ya lo tengo todo. No me preocupa ella ni nadie más. Solo estar contigo.

Él parece pensar algo y al cabo de unos segundos sacude la cabeza adelantándose y posando sus labios sobre los míos.

Esta vez es un beso suave, más... romántico.

Cuando se separa no despega la vista de mis labios y tiene su frente pegada a la mía.

—Yo también me alegro de que estés a mi lado.

Le doy un abrazo y su entrenador lo llama por su apellido. Por la cara que ha puesto supongo que debe apresurarse. Casi reprocha pero se separa de mí.

—Te paso a recoger en la nevería entonces, ¿eh?

Yo sonrío y le guiño un ojo.

—O quizá en la casa del otro.

Él me mira con advertencia y me señala con el dedo índice.

—No juegues con eso, antorcha con patas.

Entrecierro los ojos a su dirección y comienzo a caminar.

—Te odio —grito cuando comienzo a caminar hacia la salida. Ya no puedo verlo a él pero puedo sentir su mirada en mi espalda.

—Dímelo cuando de verdad lo pienses —me grita y sonrío cuando me dirijo a casa.

Una hora más tarde, cuando ya he tomado un baño y he llegado a la nevería pongo todo en orden.

Sonrío al llegar y ver las nuevas letras del local que están en un letrero alto y color dorado con negro.

Nevería "Chalo"

Sonrío tristemente. El nombre fue inspirado en mi tatarabuelo, él amaba la nieve.

Fue una de las primeras cosas que pensé al aceptar llevar el cargo de esta nevería, quería que llevara el apodo de él.

Y por ahora, no me arrepiento de nada. Incluso el ambiente aquí adentro ha cambiado tanto que puedo sentir que me siento en paz. Justo ahora me encuentro sentada en una de las mesas apuntando las próximas ideas para el negocio.

Veo a Dulce sentándose frente a mí con una sonrisita y yo la miro, curiosamente.

No sé por qué tengo esa maña de asustarme cuando alguien me sonríe así, ¿vale?

—Me parece que hoy te ves diferente —me dice ella apoyando su barbilla en ambas manos suyas.

—¿Ah, sí? —pregunto enarcando una ceja y ella amplia su sonrisa.

Me analiza por unos segundos más en los que yo intercalo mi mirada entre ella y mi libretita, nerviosa.

—Te ves mejor. Es decir, aunque suene muy empalagoso y raro, tu mirada brilla más.

—¿Eh? —doy un respingo—. No, no, seguro es la luz del lugar. Eso es imposible.

—Técnicamente no lo es, tus ojos brillan cuando eres más feliz. Dime, ¿cómo se llama?

Mi corazón da un brinco.

—¿C-cómo se llama...?, ¿eh...?

Ella abre los ojos y se tapa la boca con impresión.

—¡No me digas que es el chico que vino a buscarte junto a su amigo!

—¿Eh? —repito en un hilo de voz cuando me descubre—. ¡No!, él es...

¡¿Cómo puede ser tan lista y saberlo de primeras?!

—¡Pero qué dices, si ya estás del mismo color que tu pelo!, ¡tiene que ser él!

Yo suelto un suspiro irritada. Hemos llamado la atención de algunos clientes.

—Es mi novio —digo finalmente sin mirarla a los ojos.

Ella aplaude entusiasmada y luego me señala.

—¡Lo sabía!

—Pues que genia, deberías irte a Harvard.

—¡Oye! —me reprocha y yo esbozo una pequeña sonrisa. Ella deja de sonreír poco a poco y luego frunce el ceño.

—Pues no pareces muy contenta con la idea —me dice enarcando una ceja.  Ha usado un tono más serio que el de antes.

Yo cierro la libretita dejándola de lado y me apoyo en el respaldo de la silla.

—No es eso... es que... —trago saliva con fuerza. ¿Deberia hablar de esto con ella? Dudo mucho que mis dramas de pareja le importen, mi madre suele decírmelo mucho. Finalmente hablo cuando veo que me observa atentamente—. Me preocupa que haya una chica que esté prácticamente obsesionada con él y sea capaz de hacer lo que sea para tenerlo a su lado. Y es... yo confío tanto en Jaden que temo que decida creerle a ella. Porque ya lo ha hecho una vez y eso es... —suelto un suspiro—. Tengo miedo a perderlo por una estupidez porque es un chico genial. Tengo miedo a que por una u otra situación tengamos que separarnos por culpa de ella. O por cualquier otra cosa...

Ella ladea la cabeza a mi dirección y frunce el ceño ligeramente.

—¿Por qué te preocupa tanto perderle?

Yo la miro tristemente cruzandome de brazos.

—Porque ya lo quiero. Y porque creo que puedo estarme enamorando de él —confieso tristemente.

Y uno enamorado es completamente otra persona.

Ella me observa también de brazos cruzados antes de soltar un suspiro.

—¿Quieres un consejo?

Yo asiento con la cabeza, confusa. Ella se toma unos momentos para inhalar aire y hablar. Parece que no le gusta mucho el tema que está apunto de abordar.

—Hace dos años pasé por algo parecido. No quiero hacer la historia tan larga así que la resumiré. Él era muy buena persona, pero como sabrás, incluso los buenos tienen cosas malas, y él no era la excepción. Se dejó llevar por las manipulaciones de mi mejor amiga y lo peor... lo peor es que yo también le creí a ella.

»Por años creí que no era suficiente porque ella me lo recordaba constantemente. Me decía que nadie llegaría a fijarse en mí, que él era mucho mejor y yo una simple basura que él tiraría cuando se cansara de mí. No me preguntes cómo aguante esas manipulaciones, porque es muy difícil darse cuenta cuando viene de alguien que quieres. Te es difícil creerlo y lo es mucho más aceptarlo. Pero... ahora que estoy sentada contigo me di cuenta de algo..., y es que el problema nunca fui yo. El problema es que ella estaba celosa de que yo fuera mejor que ella. Y te aseguro lo que quieras, que esa chica quisiera estar en tu lugar porque, solo mírate Ashley, eres preciosa. Y no voy a hablar de lo físico porque ya sé que la mayoría de personas tiene una debilidad por las pelirrojas —sonrío mirándola tristemente—. Hablo de que eres buena persona. No necesito nada más para saberlo más que recordar el día que tú me defendiste a pesar de no conocerme. No dudaste en ayudarme aunque eso implicara poner tu vida en riesgo.

Tienes valentía. Tienes carácter. El problema es que a veces nos gusta ser la sombra de los demás en vez de ser nosotros mismos. Eres alguien valiente, Ashley. Pero mientras tú no te la creas va a ver gente que lo va a usar a su favor para manipularte a ti y a los de tu alrededor. No les des ese poder. No dejes que una simple chica que está celosa destruya a la persona que te hace tan feliz. Cuída a ese chico,  pero también cuídate a ti.

Una hora más tarde verifico que los clientes estén atendidos de la forma correcta y todo esté en buen funcionamiento. No me gustaría tener que llegar del viaje y ver que esto está hecho un completo desastre.

De hecho, me encuentro haciendo el inventario de los productos cuando me llaman a la puerta y dicen que me buscan, a lo que me dirijo a la entrada.

Ahí me encuentro con un chico cuya expresión parece tan cansada que casi bostezo.

—¿Ashley Miller? —dice con tanta indiferencia que tardo unos segundos en responder.

—¿Quién...?

—Esto es suyo —dice el chico extendiendo un ramo de tulipanes rosas que incluye un sobre entre ellos. Él chico me espera en busca de una respuesta y yo miro el ramo con los labios entreabiertos—. ¿Puede firmarme aquí? —pregunta el chico como si ya estuviera cansado de decir lo mismo.

Yo asiento agarrando el ramo y la pluma con la otra mano. Leo el documento rápidamente antes de firmar y el chico se va con la misma cara de amargura pura.

Me dirijo hacia la biblioteca pidiéndole a Dulce que por favor cuide el negocio unos minutos. Ella levanta y baja las cejas contenta y yo sigo analizando todo esto.

Al llegar al cuarto de libros me siento en los sofás que hay en estos y sonrío como una idiota viendo los tulipanes y agarrando la tarjeta que está entre estos.

Al abrir el sobre me encuentro con una tarjeta que dice:

Para: Mi antorcha con patas favorita.
De: Su enamorado.

«Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles, eso si, tomados de la mano,mejor dicho.. del corazón»

~Mario Benedetti

He encontrado esta frase con la que quiero decir que me siento muy identificado. Es decir, quiero hacer todo contigo. A tu lado.

Quiero que cada día que leas esta carta recuerdes que eres preciosa y valiosa. No pude haber pedido nada mejor porque ya te tengo a mi lado.

Gracias por eligir quedarte a mi lado; porque te lo aseguro, teniendote conmigo todo es más fácil y bonito.

He mandado tulipanes rosas porque no había blancos, sino, te hubiera enviado ambos. Y, aunque en mi búsqueda de Internet diga que los tulipanes rosas indican pureza y ternura, para mí indican el amor y cariño que te tengo.

Espero estos tulipanes duren como quiero que nosotros lo hagamos.

PD. Quiero invitarte a una cita. Jamás he tenido una y corro el riesgo de que incendie la mesa, pero que más da si estoy contigo. Así que hoy, he venido a preguntarte mi querida Ashley:

¿Quieres tener una cita conmigo?

J. W.

Sonrío y me seco una lágrima del rostro.

No quiero perderlo, pero cómo podría evitarlo si eso está en sus manos.

Yo no me creo capaz de dejarlo en ninguna circunstancia. Y ese es el problema.

Salgo de la mini librería con una sonrisa después de que me haya llegado un mensaje suyo avisándome que en unos minutos pasará por mí para alistarme después de que yo le haya confirmado.

Estoy tan feliz cuando llego a la nevería y cuando encuentro todo en orden voy al cuarto de servicio a cambiarme del uniforme, hasta que llaman a la puerta. Sonrío al pensar que puede ser el pelinegro, pero... por el contrario me encuentro con un chico que tiene lentes de botella que me observa atentamente.
Yo parpadeo, confusa.

—H-hola...

Lo observo mejor y de repente recuerdo que es el chico que nunca me quita la mirada de encima. De hecho, es el chico que nos atendió la primera vez que Ethan nos trajo aquí.

Ugg. Ethan.

—Hola —le digo con una sonrisa cordial—. ¿Se te ofrece algo?

El chico me devuelve la sonrisa, se le nota nervioso.

—Sí, yo... quería agradedecer todo lo que estás haciendo por nosotros, se me hace un acto muy bonito de tu parte. Eres muy buena persona y... también eres muy bonita.

Yo entreabro los labios ligeramente observando al chico. Le dedico una sonrisa un poco educada antes de hablar.

—Gracias... y no tienes nada que agradecer, yo sé que hay gente que necesitaba el trabajo... no podía dejarlo así. ¡Y gracias a ti por seguir aquí! —me detengo unos segundos al recordar que no me he presentado—. Oh, y yo soy Ashley, por cierto —le digo extendiendo mi mano sonriendole. No sé en qué instante el chico se ha acercado a mí.

—Yo soy...

—¿Qué pasa?

Nos vemos interrumpidos por Jaden, que se ha situado a mi lado con una ceja enarcada. Observa al chico que tengo frente a mí con curiosidad.

—Estaba hablando con...

Dejo la frase en el aire para que el chico se pueda presentar.

—Alex. Me llamo Alex.

Le dedico una sonrisa mientras Jaden me dedica una mirada curiosa. No se ve muy contento.

—Un gusto, Alex —digo manteniendo mi sonrisa.

Le doy un codazo muy poco disimulado a Jaden para que se presente. Al ver que el aludido no dice nada me apresuro en presentarlos.

—Alex, él es Jaden, el dueño de la nevería y responsable de que ustedes sigan aquí, Jaden él es...

—Sí, sí. Ya sé quién es, ¿Podemos irnos ya?

—¡Jaden! —exclamo viéndolo con una mirada de advertencia—. El chico me estaba agradeciendo por lo que has hecho por todos ellos y...

—Ashley, la nevería es tuya. Y otra cosa, me quedaría a escuchar como le dan halagos a mi novia toda la noche, pero la verdad es que tengo prisa por llegar a nuestra cita. Tengo prisa porque quiero estar contigo ya que he estado todo el día sin ti, y es... agotador. Así que —en eso voltea a ver al pobre chico que está frente a nosotros ya más rojo que la bandera de China—. ¿Puedo llevarme a mi novia ya, por favor?

El chico asiente rápidamente acomodándose los lentes y yendo con sus demás compañeros. Cuando Jaden y yo nos quedamos a solas él me jala del brazo para atraerme y darme un beso con bastante intensidad. Cuando se separa yo ya estoy acelerada y él esboza una sonrisa socarrona.

—Qué problema tener una novia tan guapa.

Yo entecierro los ojos a su dirección y cuando estoy apunto de decirle algo vuelve a besarme. Madre mía, sí que me ha extrañado.

Me separo de él pasados unos segundos y cuando vuelve a hacer un ademán de besarme lo detengo por el pecho y lo echo para atrás.

—No quiero que vuelvas a ser así de grosero con un compañero de trabajo, ¡eres su jefe!, ¡deberías respetarlo!

Él suelta un suspiro y cierra los ojos. Cuando los abre me sonríe un poco.

—Bien, voy a intentar ser más amable, pero es por ti, Ashley, que lo sepas.

Le devuelvo la sonrisa y lo guio a la mini biblioteca.

Estando ahí él cierra la puerta y antes de que él pueda hacer algo más me separo nuevamente con una sonrisita.

—Hoy estás muy cariñoso, Wilston —le digo rodeando la mesa de cristal mientras él está al otro lado de la mesa.

—Es que es de esos días en los que recuerdo que tengo una novia tan guapa que cualquier segundo que no pase a su lado es un desperdicio de tiempo.

Él ha llegado a mi lado y me agarra por los brazos, pero ahora solo me sonríe de lado. Esta vez soy yo quien deja un beso suave en sus labios y me separo de él.

—Gracias por los tulipanes, y... —hago una pausa nerviosa en la que me relamo los labios—. Y gracias por todo.

Él me dedica una sonrisa cargada de honestidad y me atrae hacia sí para darme un abrazo. Deja un beso en mi cabeza y yo lo abrazo por la espalda.

—Gracias a ti, bonita.

Al llegar a casa trato de ser lo más rápida posible alistandome. Melanie también irá, no podemos dejarla sola lógicamente, pero por suerte ella ya está lista desde hace rato.

Nos vamos en eso de las 10 de la noche cuando Jaden comienza a conducir tranquilamente.

Nada comparado a mí. No puedo creerlo.

Voy a tener mi primera cita y aunque ya sea mi novio, mi estomago es un revoltijo de emociones.

Tendré una cita con Jaden.

Mi primera cita...



Ups. Hasta aquí lo he dejado...

Gracias a los que leen y votan!!

Con cariño, ¡Feliz día del lector!

Mil gracias por el apoyo que le han dado a la historia y nada más que decir que...
Nos vemos el sábado!!

~Marr

Continue Reading

You'll Also Like

1.9M 133K 90
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
48.9K 5.4K 7
Gun Atthaphan finge "salir del closet" para no perder su empleo. Donde no pueden despedir a un homosexual por ser un acto de discriminación y Off Ju...
5.3K 626 8
❝ taehyun estaba convencido de que jugarle una broma a su ex novio sería una muy mala idea. ❞ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ✿ ⣿ㅤㅤbeomgyu topㅤ५ㅤtaehyun bottom. ㅤ✿ ⣿ㅤㅤhis...
6.7M 250K 62
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...