Bajo el sol dorado del mundo,
Un maestro y su alumno, lazos de energía vital,
En la montaña ancestral, forjaron su camino,
Donde el chi fluía como un río sin final.
El maestro, sabio y sereno, con barba de plata,
Guiaba al joven en la senda de la esencia,
Sus palabras como relámpagos en la noche,
Despertando el poder de su conciencia.
El alumno, con determinación en sus ojos,
Abrazó la sexta senda con devoción,
Cultivando su espíritu, su cuerpo y su alma,
En busca de la divina ascensión.
Entrenaron en la cascada de la inmortalidad,
Donde la energía Qi danzaba en el aire,
El maestro y su discípulo, en perfecta armonía,
Forjaron un lazo que nada podría quebrar.
Juntos enfrentaron a bestias celestiales,
Desafiaron a dioses en batallas colosales,
En el mundo Xianxia, su historia se escribía,
El maestro y el alumno, una leyenda inmortal.
En cada amanecer y en cada anochecer,
La sexta senda los llevó hacia lo divino,
El maestro apoyando a su alumno con amor,
En este mundo Xianxia, eterno y divino.