El atardecer que nunca vimos...

By Uvita_412

1.6K 472 647

Una bailarina muy despistada, Un autor muy pervertido, Un choque muy repentino, Que una historia de amor emp... More

Dedicatoria
Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1: Un desconocido muy conocido
Capítulo 2: El Festival
Capítulo 3: Peleas y avances.
Capítulo 4: Mi Casa, Tu Casa.
Capítulo 5: Despistada
Capítulo 6: La Librería
Capítulo 7: Dos Cervezas Y Un Pervertido
Capítulo 9: Un Beso En El Baño
Capítulo 10: Un Secreto Descubierto
Capítulo 11: Reconciliación
Capítulo 12: Peleas De Familia
Capítulo 13: Bajo La Lluvia
Capítulo 14: Solo Una
Capítulo 15: Cena De Familia
Capítulo 16: Conociendo A Los Suegros
Capítulo 17: Mejores Amigos

Capítulo 8: Problemas

53 15 48
By Uvita_412

Al abrir los ojos los primeros rayos de sol ya se cuelan en la habitación. Me remuevo en la cama y cuando estoy lista me levanto. Al pasar por delante del cuarto de Erik me fijo en que la puerta sigue cerrada por lo que deduzco seguirá durmiendo.

Termino de desayunar y me vuelvo a mi habitación, a todo esto Erik todavía no se ha despertado, y ya me estoy empezando a preocupar. Voy a su puerta y llamo un par de veces, ambas sin respuesta. Llamo una tercera vez, pero nada.

-¿Erik?-murmuro lo suficientemente alto para que pueda oírme.-¿Estás ahí?

A pesar de que espero un rato no obtengo respuesta alguna. Entonces, con la paciencia agotada, decido abrir la puerta. ¿ Cuál es la sorpresa que me llevo? No hay nadie en la habitación.

Busco mi móvil y marco su número, sin embargo no contesta nadie. Pruebo a hacer lo mismo otras dos veces, aunque obtengo el mismo resultado. Ahora mismo no sé qué relación tienen Diego y Erik, pero no me importa en lo más mínimo. Marco el número del primero y espero a que conteste muy impacientemente.

-Por favor contesta, Diego, contesta- murmuro mientras doy vueltas por la habitación mordiéndome las uñas.

-¿Sí?- contestan al cuarto tono.

-Diego, soy Daira, oye por casualidad no sabrás algo de Erik, es que no está en su habitación y no sé...-empiezo diciendo a toda velocidad.

-¿Qué si se donde esta Erik?-le iba a responder, pero Diego suelta un suspiro irónico y sigue hablando- Claro que sé donde está Erik- murmura irónicamente.

-¿Dónde?-pregunto ansiosa.

-En la comisaría- deja caer la bomba, y antes de que me pueda apartar lo suficiente me explota delante de las narices.

-¿C-cómo que en la comisaría?-digo bajito, todavía procesándolo.

-Sí, porque a tu querido amigo le pareció muy buena idea venir a descargar sus frustraciones contra mí.

-¿Eh?-pregunto perdida.

-Que vino a darme una paliza- y ahí la segunda bomba.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Y yo que sé, pregúntaselo a él-y cuelga el teléfono.

¡Genial! Ahora me toca ir a la comisaría. Mis planes de mañana perfectos.

Nótese el sarcasmo.

Me visto en tiempo récord y salgo de casa. He llamado a un taxi porque yo no tengo ni idea de donde está la comisaría, no pensaba que tuviera que ir nunca. Así que cuando salgo a la calle el taxi ya está esperando. Me subo y le digo a donde tengo que ir, a lo que me mira como si no le inspirara confianza.

A mí tampoco me daría mucha confianza.

Llegamos antes de que me de cuenta y es ahora cuando caigo en la cuenta de que no tengo ni idea de que hacer o que decir. Así que con los nervios a flor de piel me adentro en la aventura.

Al entrar lo primero que me encuentro es con un agente de policía detrás de un mostrador me acerco y me aclaro la garganta para llamar la atención del policía, el cual me mira con una ceja enarcada y con cara de aburrimiento.

-¿Qué quieres?-pregunta todo simpatía.

-Eh... mire, ayer creo que encerraron a un amigo y vengo a ver si puedo hablar con él.

-¿Un chico rubio de ojos verdes?

-Sí, ese-digo ya algo más calmada.

-Podrá salir mañana-contesta y vuelve a sus cosas.

-¿Y no puedo hablar con él?-pregunto jugando con mis manos nerviosa.

-Ah, sí puedes, ven sígueme-responde y se levanta de un salto de la silla para guiarme.

Y sin decir nada comienzo a seguirlo por los pasillos de la comisaría hasta que llegamos a la zona de las cárceles.

Jamás pensé que leería algo así.

¿Qué dices tú de leer?

¿yo? Nada, nada. Como si no hubiera hablado.

Vaaale... cada día estoy peor.

Y antes de que me de cuenta estamos frente a la única cárcel que hay alguien dentro. El policía va a sentarse lo suficientemente cerca por si tiene que intervenir, pero al igual lo suficientemente lejos para darnos intimidad.

En cuanto Erik me ve se levanta de un salto y se acerca con pasos apresurados. Cuando Diego me ha dicho que fue a darle una paliza me había imaginado que Erik tendría algún signo de pelea, un moratón o alguna herida, sin embargo está perfectamente.

-Por fin, pensé que no vendrías nunca-dice con ese tono de broma que ahora mismo lo único que hace es enfadarme más todavía.

-Pero...¡¿A tí que te pasa?!- espeto cabreada.

-Eh...- Erik se queda paralizado ante mi arrebato.

-¡¿En qué momento has pensado que ir a darle una paliza a alguien era una buena idea?!

-Yo... no sé...

-Espera, ¡¿Eso eran las cosas que tenías que hacer ayer?!-No sé cómo no se me había ocurrido antes. Erik agacha la cabeza, lo que confirma que es verdad-Joder Erik, ¿ No se te ha ocurrido otra forma de desahogarte?

-No, no se me ocurrió otra forma.

-Y claro hablar conmigo no era una opción ¿no?

-Eh... la verdad es que no lo había pensado.

-Mira déjalo, porque al final voy a terminar matándote.

Erik se ríe, y cuando parece que va a responder el agente de policía aparece y me dice que me tengo que ir, me despido de Erik y salgo de la comisaría.

La verdad, lo último que he pensado esta mañana al levantarme es que tendría que venir a ver a Erik en la cárcel, pero la vida no es siempre lo que pensamos.

Empiezo a andar porque he descubierto que la comisaría no queda tan lejos de casa. Llevo un par de minutos andando cuando mi móvil suena en el bolsillo por la llegada de un nuevo mensaje. El simple echo de que pueda ser Daniel hace que un escalofrío me recorra el cuerpo, sin embargo no es él, sino Derek preguntándome si me apetece quedar con él para tomar algo. Le respondo que sí y quedamos en vernos dentro de diez minutos en frente del bar en el que trabaja.

Al llegar a la puerta, Derek todavía no ha llegado, así que me siento en un banco que hay al lado de la entrada, porque el simple pensamiento de tener que esperable de pie hace que me quiera morir de pereza.
Por suerte Derek no tarda mucho en aparecer, ya me estaba empezando a congelar. Me levanto del banco y me acerco a él, que me recibe con un pequeño abrazo.

-Bueno, y ¿a dónde vamos?- pregunto cuando nos separamos.

-Donde tú quieras- responde.

-Si dependemos de mí, terminamos en una librería-digo bajito.

-La verdad es que prefería desayunar algo que no fueran libros, pero si te hace ilusión.

Me echo a reír, -y cuando digo a reír, es a reír como una desquiciada que debería estar ingresada en un hospital psiquiátrico-. Consigo calmarme antes de que me de un ataque de algo y respondo a Derek, el cual me estaba mirando con diversión.

-Conozco una cafetería aquí cerca, podemos ir.

-Por mi bien- contesta Derek y empezamos a andar.

Llegamos a la cafetería antes de que me de cuenta y nos sentamos en un mesa del fondo del local. La camarera viene a tomarnos nota y cuando se va Derek apoya los codos sobre la mesa a y se inclina hacia mí.

-Oye Daira- dice, y le miro con las cejas levantadas para que siga hablando-¿ Cuándo es tu cumpleaños?

-¿No sabes cuando es mi cumpleaños?- me indigno.

-Eh...no-murmura con cautela por la reacción que pueda tomar.

-¡Si nos conocemos de toda la vida!

-Si ya, pero no me acuerdo- suelto un suspiro y niego con la cabeza.

-Es el catorce de enero.

-No te queda mucho.

-No, solo dos meses-ironizo y niego con la cabeza.

-Dos meses pasan rápido-me dice encogiéndose de hombros.

Seguimos hablando de temas triviales cuando la campanita que indica que ha entrado un nuevo cliente suena, y Aike entra en la cafetería. Tal vez me le quede mirando más tiempo del estrictamente necesario, lleva unos vaqueros normales, una sudadera negra con un logotipo de una marca que desconozco y unas gafas de sol.

Alguien tiene resaca.

Se quita las gafas de sol y recorre el local con los ojos buscando alguna mesa donde sentarse. Pero entonces sus ojos recaen donde estamos nosotros y puedo ver como tensa la mandíbula, sin embargo no tarda ni cinco segundos en empezar a andar hacia nuestra mesa.

-Hola-saluda en tono neutral cuando llega, Derek que hasta entonces me estaba mirando a mí, posa sus ojos sobre Aike.

-¿Qué quieres?-pregunta Derek con menos tranquilidad.

-Sentarme con vosotros-contesta Aike como si fuera lo más normal del mundo-Además, no creo que a Daira le importe que me siente aquí , ¿ Verdad?

Doy un respingo en mi sitio al oír mi nombre.

-Eh...no, p-puedes sentarse-murmuro bajito. Aike esboza una gran sonrisa y coge una silla para sentarse, mientras que Derek le está matando con la mirada.

-Hay una mesa libre al fondo-dice Derek señalándola.

-Ya, pero esa no me gusta-responde Aike negando con la cabeza.

Cuando veo que esto no va a ir a ningún lado decido tomar las riendas de la conversación y presentarlos.

-Derek, éste es Aike, Aike, éste es Derek-digo en un tono cordial. Ambos asienten y siguen con lo que estaban haciendo.

Esto es muy incómodo, Aike y Derek se retan en silencio con la mirada mientras que yo intento sacar tema de conversación muy inútilmente, ya que lo único que hacen ambos es o murmurar un monosílabo o asentir con la cabeza.

Es para lo único que se ponen de acuerdo.

-¿Y hace cuánto que conoces a Daira?- pregunta Derek de repente, es la primera frase que dice desde que Aike se ha sentado con nosotros.

-No te importa-le espeta Aike con cara de pocos amigos.

-Claro que me importa, sino no hubiera preguntado-responde Derek.

Si la mirada que Aike le estaba dirigiendo hace un segundo era de odio profundo, la de ahora es de "te quiero muerto y bajo tierra". Derek no sé achanta, de echo lo primero que hace es poner una mano encima de la mía, retando a Aike. En efecto los ojos de Aike se dirigen a nuestras manos, lo que hace que tense todavía más la mandíbula.

Este pequeño enfrentamiento me está empezando a cabrear un poquito, y más cuando Aike también pone su mano encima de la mía. A lo mejor en otra situación me hubiera puesto nerviosa o me habría quedado paraliza, como ayer en el coche. Pero ahora mismo no.

No te mientas, sí te has puesto nerviosa.

Bueno, tal vez si me haya puesto un poquito nerviosa.

Mientras esos dos se siguen retando con la mirada me levantado de la silla, rompiendo cualquier contacto con ambos. Tanto Derek como Aike se me quedan mirando con una cara de perplejidad absoluta.

-Sois como dos putos críos-espeto señalándolos a los dos. Y con eso cojo mi bolso y me apresuró a alejarme de la mesa.

Cuando salgo a la calle me giro para ver si me han seguido, sin embargo siguen discutiendo en la mesa. Niego con la cabeza y empiezo a andar camino a casa. La verdad es que no sé a qué ha venido lo de la cafetería, pero no me ha gustado nada.

Claro que sabes a que ha venido, Aike se ha puesto celoso.

¿Celoso? ¿Por qué se pondría celoso? Si solo somos amigos.

Mira que estás ciega.

¡Cállate! No le gustó a Aike, está claro.

Lo que tú digas.

Decido ignorar a mi querida conciencia y no pensar en lo que ha pasado. Cuando llego a casa cojo un libro de mi habitación y me tiro a leerlo en el sofá. Y así paso el resto del día, leyendo e ignorando los mensajes y llamadas de Aike y Derek.

***

Hoy es lunes y llevo un rato dando vueltas por el salón esperando a que Erik vuelva. Y entonces suena el ruido de unas llaves en la cerradura y me acerco corriendo. Abro la puerta de un tirón y del otro lado me encuentro a Erik con las llaves en la mano. No me lo pienso dos veces y le abrazo con fuerza, Erik me devuelve el abrazo solo que con un poco menos de alegría.

Y lo primero que hago al separarnos es darle una bofetada, de las fuertes. Erik me mira sin comprender nada mientras se frota la mejilla, la cual está roja.

-¡Te aseguro que como tenga que volver a visitarte en la comisaría te doy más fuerte!-espeto con rabia.

-¿Estás ... enfadada?-pregunta con cautela.

-No, solo estoy furiosa- le contesto, y es verdad, no estoy enfadada pero me da rabia que en vez de hablar conmigo haya decidido ir a darle una paliza a Diego.

-Lo siento- murmura bajito.

-No te disculpes-le digo y le pongo la mano en el hombro para consolarlo-Tengo una duda-. Continuo y Erik levanta la cabeza para mirarme a los ojos.

-¿Qué duda?-pregunta levantando las cejas como si no se fiara de lo que fuera a decir.

-¿Por qué no tienes ningún rasguño?-respondo mirándolo de arriba abajo, buscando pruebas que demuestren lo contrario.

-¿Quieres que tenga moratones?-Dice perdido, como si no entendiera la pregunta.

Normal, yo tampoco la entiendo.

-No, no me refiero a eso- contesto negando con la cabeza-Me refiero que si te metiste en una pelea deberías tener signos de ello, ¿no?

-Soy bueno peleando, algún día te contaré mi oscuro pasado.

Me quedo un momento asimilando lo que me acaba de decir. ¿Erik? ¿El Erik que yo conozco? ¿Metiéndose en peleas? No, imposible. Y cuando me vuelvo a fijar en Erik ya está tirado en el sofá con el mando de la televisión en la mano. Mi mente vuelve a la imagen de Erik peleándose y vuelvo a negar con la cabeza. Cuando tú lo miras, lo primero que piensas es que es de esas personas que no ha matado una mosca en su vida.

Ignoro esos pensamientos y me siento al lado de Erik en el sofá, el cual mira la televisión con el ceño fruncido. Sigue cambiando de canal hasta que encuentra uno que parece gustarle, yo en cambio saco el móvil del bolsillo y me pongo a mirarlo. De repente me llega un mensaje de Eva.

Eva: ¿Me puedes pasar al número de tu compañero de piso?

No la respondo de inmediato, sino que miro a Erik preguntándome a mi misma qué hacer. Cuando Erik se da cuenta de que lo estoy mirando vuelve la cabeza hacia mí y levanta las cejas con aire de pregunta.

-Oye, ¿Le puedo pasar tu número a una amiga?- Pregunto.

-Sí, claro-contesta como si no supiera porque he tardado tanto en preguntarlo.

-Ah...genial-vale, no se que me está pasando.

Le paso el número a Eva, la cual responde con un audio en el que parece muy emocionada. Y yo me pierdo más todavía. ¿ Para qué quiere Eva el teléfono de Erik? Antes de que me dé tiempo a responder el teléfono de Erik se enciende encima de la mesita de café. Al coger el móvil frunce un poco el ceño, sin embargo no tarda más de dos minutos en soltar una risotada.

-Tu amiga es genial- me dice riéndose y gira el teléfono para que pueda ver la conversación. Apenas son un par de mensajes, pero son bastante largos.

Eva: Mira, no te conozco pero me caes genial. Esta mañana he ido a casa de Diego para ir a pegarle con el palo de la fregona ( cuando quiero soy violenta) y me lo he encontrado con la cara hecha un cuadro.

Eva: Y cuando le he preguntado que le había pasado me ha soltado bastante cabreado que el sábado le diste una paliza. Y he pensado "No tengo ni idea de quién es este chico pero tengo que hablar con él" Por eso lo he pedido tu número a Daira.

Eva: un placer hablar contigo 😉

Lo que me faltaba, que esos dos se hicieran amigos.

Temblaría el mundo.

Y eso te gusta, ¿no?

Me encanta el caos, ¡Claro que me gusta!

-Te lo digo en serio, me gusta esta chica-dice Erik mientras contesta el mensaje.

Suelto un suspiro con pesadez.

-Os llevarías bien-contesto mirando la televisión y sin hacerle mucho caso.

-¿Qué pasa?-pregunta revisándome.

-Nada, ¿qué me va a pasar? -contestó levantando las cejas, perdida.

-No sé, te has quedado muy callada.

-Es que me dais miedo-Admito.

-¿Miedo?-Contesta descolocado.

-Sí-murmuro.

-¿De qué?-Pregunta todavía más descolocado qué antes.

Suspiro y me giro hacia Erik para mirarle a los ojos, los cuales me están observando.

-Ambos conocéis historias muy vergonzosas mías, y me da miedo que empecéis a contarlas.

Había pensado que Erik se echaría a reír, sin embargo, pasa todo lo contrario. Erik me mira con cierta tristeza y yo frunzo el ceño porque no entiendo el por qué.

-¿Eso es lo que piensas?-pregunta con voz triste.

-¿Eh?-digo perdida.

-¿ Eso es lo que piensas? ¿ Qué voy a contar las cosas que me has ido contando a lo largo de este año?

-N-no quería decir eso...

-¿No confías en mí?-su expresión es de tristeza clara, lo que me hace sentirme mal conmigo misma. No quiero que Erik piense que no confío en él, al contrario, si no confiara en él no se lo hubiera contando. Pero una parte de mí tiene la sensación constante de que en cualquier momento Erik, o cualquiera de mis amigos, se va a cansar de mí y va a terminar contándole mis secretos a la gente.

-Claro que confío en ti -respondo. Querría haber sonado más segura de mi misma pero un cúmulo de emociones y pensamientos negativos me ha caído encima.

-Entonces, ¿Por qué piensas eso?

Porque me han hecho demasiado daño, porque no soy capaz de confiar cien por cien en una persona. Porque no creo que haya gente que quiera estar conmigo, soy una aburrida, no me gusta salir, solo me gusta encerrarme en mi cuarto. ¿Por qué alguien querría estar con una persona así, que no confía en sí misma y que lo único que piensa es que no vale nada? Si no me quiero yo misma ¿ Quién me va querer?

-No sé-respondo, agachando la cabeza. Siento como los ojos se me llenan de lágrimas, no quiero llorar, pero también sé que como sigamos con esta conversación me terminaré rompiendo.

-Daira...- murmura Erik, y me agarra del mentón para que lo mire. Cuando ve que tengo los ojos anegados en lagrimas se apresura a abrazarme. Eso es lo que me falta para terminar de derrumbarme, un sollozo deja mis labios sin poder contenerlo y Erik me abraza más fuerte.

No puedo más, llevo demasiado tiempo siendo fuerte, fingiéndole una sonrisa al mundo, refugiándome en mentiras: estoy bien, no pasa nada. Estoy harta de darlo todo y no recibir nada a cambio, estoy cansada de que la gente opine si saber, agotada de que minimicen mis problemas, de que cuando cuento algo la gente no lo tomen en serio, de que me digan que solo intento llamar la atención.

He vivido toda la vida bajo frases como: "no llores que estás fea", " no vales nada" "eres una inútil"... y muchas de ellas de mi familia, de las personas que se suponen que más me tienen que querer.

Y así, me rompo en los brazos de Erik, las lágrimas escapan de mis ojos sin que pueda hacer nada para contenerlas. A Erik no parece importarle mucho que le moje la camiseta, ya que lo único que a hecho es acariciarme el pelo.

Mucha gente piensa que cuando una persona llora es porque es débil, sin embargo, cuando una persona llora no es porque sea débil, sino porque lleva mucho tiempo siendo fuerte.

Al cabo de un par de minutos me separó de Erik y me limpio las lágrimas con la manga de la sudadera. Erik no ha dicho nada, solamente me ha abrazado, y sinceramente lo agradezco bastante. Ahora me mira con una pequeña sonrisa triste, ya habíamos tenido alguna que otra vez esta conversación, normalmente después de que hablara con mis padres, pero hoy me he derrumbado sin más.

-Daira...-empieza Erik con cautela-quiero que sepas que yo voy a estar contigo siempre, pase lo que pase.

-Lo sé-digo bajito mientras sorbo por la nariz.

-No me gusta verte triste-continúa.

-También lo sé-siseo. Erik me sigue mirando con la misma sonrisa que antes.

-Daira, quiero que confíes en mí, eres mi mejor amiga, nunca te traicionaría.

Esbozo una pequeña sonrisa que no me llega a los ojos.

-Yo... quiero confiar, pero...-mi voz se rompe un poco-no puedo.

-Si puedes.

-No Erik, no puedo-y me vuelvo a romper otra vez.

Erik vuelve a abrazarme, esta vez con más fuerza como si quisiera unir todos esos trocitos que a lo largo de los años han ido rompiéndose. Esta vez tardamos menos en separarnos, sin embargo ahora siento que por fin he dejado salir todo lo que he estado conteniendo.

-¿Estás mejor?-pregunta Erik, él sabe lo mucho que odio la pregunta:"¿Estás bien?"

Sonrió con un poco menos de tristeza y asiento con la cabeza. Erik también asiente y me pasa un brazo por los hombros cuando nos volvemos a colocar en el sofá.

Quiero muchísimo a Erik, es mi mejor amigo, tal vez no nos conozcamos de toda la vida pero es la persona que más cosas sabe de mí, incluso más que Aroa. De echo, esta última a hecho un par de bromas diciendo que parecíamos más una pareja de enamorados que de amigos, sin embargo yo nunca he visto a Erik como algo más que mi mejor amigo.

Cuando pienso en ese algo que a Erik le falta, un par de ojos azules inconfundibles aparecen en mis pensamientos.

***
Holaaa, ¿Qué tal el capítulo?
A mi me ha gustado mucho escribirlo, sobre todo esta última escena, hemos podido ver la otra car de Daira, no todo es lo que parece.
También hemos podido ver a nuestro Aike celoso.
Quiero hacer una mención a @n0t_andrx por ser la mejor amiga del mundo, y simplemente por existir. ( He cogido prestado tu fecha de cumpleaños espero que no te importe).
Recuerda que tu voto y comentario me ayuda mil.
Un beso nos vemos en el próximo capítulo.

PD: Pequeño adelanto del próximo capítulo:

Continue Reading

You'll Also Like

58.8K 9.5K 37
Que pasaría si tienes 17 años y de quién pensabas estar enamorada no lo estás y sin embargo te sientes atraída por una mujer 8 años mayor que ella...
371K 30.4K 20
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...
363K 25.4K 36
Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Parecía que su vida iba normal, claro, su...
1.1M 188K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...